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Leer es una aventura

En este capítulo, el autor comienza hablando sobre la idea de que la brevedad de una obra no tiene sentido si se trata de literatura, ya que en este ámbito todas las cantidades son discretas y no se pueden mezclar. Además, menciona que en la actualidad se valora más que las cosas sean grandes y duraderas, en lugar de breves y buenas. Sin embargo, en el arte y la literatura, esto no es necesariamente cierto. El autor plantea la pregunta de cómo se puede valorar una obra a lo largo de los siglos y cómo se puede determinar si una obra es mejor o peor que otra. También menciona que la literatura es libertad.

Luego, el autor habla sobre Arturo Pérez-Reverte, quien se convirtió en escritor a los treinta y cinco años después de haber sido periodista durante varios años. El autor menciona que conoció a Pérez-Reverte a través de un amigo editor y que colaboró con él en la publicación de su primera novela, "El maestro de esgrima". También menciona que Pérez-Reverte eligió publicar con Alfaguara, optando por lo literario por encima de lo comercial.

El autor destaca que la obra de Pérez-Reverte se caracteriza por su cuidada estructuración y documentación, y menciona sus tres primeras novelas: "El maestro de esgrima", "La tabla de Flandes" y "El club Dumas". También menciona que Pérez-Reverte se inspira en la cultura, la historia y los libros, y que su obra se caracteriza por la intriga de sus historias.

El autor también habla sobre la obra "Obra breve" de Pérez-Reverte, que considera una muestra de su ideología y su amor por la literatura. Destaca que la obra de Pérez-Reverte nos permite reconocernos mejor y recuperar mundos que creíamos perdidos.

En resumen, este capítulo habla sobre la importancia de la brevedad en la literatura y presenta a Arturo Pérez-Reverte como un escritor que se ha destacado por su cuidada estructuración y documentación en sus novelas. También destaca la obra "Obra breve" como una muestra de la ideología y el amor por la literatura de Pérez-Reverte.

El húsar

En este capítulo, el autor dedica unas palabras a su viejo compañero de guerras ajenas y de caminos que no llevan a ninguna parte, Claude.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, el narrador expresa su desagrado por el campo, describiéndolo como algo triste con sus barrizales interminables, casas vacías y caminos que no llevan a ninguna parte. Sin embargo, señala que cuando se añade la guerra a esta situación, se vuelve insoportable. Esta cita pertenece a la novela "Viaje al fin de la noche" de L. F. Céline.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, Frederic Glüntz y Michel de Bourmont discuten sobre las armas y la elegancia en la guerra. Frederic está fascinado con su sable y Michel lo critica por considerarlo vulgar. Frederic también menciona la posibilidad de usar armas de fuego, pero Michel las considera poco honorables. Frederic recuerda cómo ingresó al Regimiento de Húsares y cómo se siente como un joven oficial sin experiencia. Frederic y Michel comparten una amistad cercana y se han enfrentado juntos en un duelo. Frederic admira a Michel por su origen aristocrático y su estilo distinguido. Frederic también reflexiona sobre la guerra en España y el miedo que siente ante la posibilidad de morir sin gloria. Frederic visita a su caballo, Noirot, y reflexiona sobre la importancia de tener un buen caballo en la batalla. Frederic y Michel comparten un último trago de coñac antes de dormir, y Frederic tiene sueños inquietos sobre la guerra.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, Frederic y De Bourmont son despertados por Franchot, el ordenanza, quien les informa de una reunión convocada por el comandante Berret. Ambos se preparan rápidamente y se dirigen a la tienda del comandante. Allí, Berret les informa sobre la situación y los planes para la batalla que se avecina. El escuadrón de húsares se prepara para la marcha, revisando su equipo y montando a caballo. Frederic reflexiona sobre la importancia de la camaradería y la sed de gloria que comparte con De Bourmont. El escuadrón parte hacia el pueblo de Piedras Blancas, donde encuentran un incendio y un pelotón de fusileros. Continúan su marcha entre los olivares, pasando por formaciones de infantería y piezas de artillería. Frederic se lamenta por no haberse puesto el chaleco y se reconforta con un trago de coñac. A medida que amanece, el paisaje y los soldados se vuelven más visibles, y Frederic observa la imponente presencia del escuadrón de caballería y los batallones que se dirigen hacia la batalla.

Capítulo sin nombre 6

En este capítulo, el escuadrón se detiene en las proximidades de una granja en ruinas para descansar y estirar las piernas. Frederic y Michel de Bourmont conversan sobre la guerra y la situación en España. De Bourmont cuenta una historia sobre un enfrentamiento que tuvo en Madrid durante el levantamiento del 2 de mayo. Después, el escuadrón continúa su marcha y se encuentra con tropas de infantería y artillería. Se detienen a descansar junto a un riachuelo y conversan sobre la posibilidad de entrar en combate. Frederic menciona haber visto cadáveres en el camino y De Bourmont comenta sobre la guerra irregular y la guerrilla. El capítulo termina con el escuadrón esperando órdenes y escuchando el sonido del combate en la distancia.

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, un jinete solitario aparece cabalgando hacia la plana mayor del Regimiento. Frederic y Philippo especulan sobre la posibilidad de que estén a punto de entrar en acción. De Bourmont se queja de la melodía que Philippo silba y se produce una discusión sobre la música militar. Luego, llega el batidor del coronel Letac y se informa al escuadrón de que se dividirán para escoltar a un batallón del Octavo Ligero. Frederic y su pelotón se unen a la Primera Compañía y se dirigen hacia el campo de batalla. Durante el camino, Frederic reflexiona sobre la gloria y la motivación para luchar en la guerra. Llegan al campo de batalla y se encuentran con el Octavo Ligero. Frederic conversa con don Álvaro de Vigal sobre la situación en España y la resistencia española. Frederic se prepara para el combate y se enfrenta a una emboscada de guerrilleros. Mata a uno de ellos y es felicitado por sus compañeros. Continúan avanzando hacia la aldea y se produce un intenso fuego de fusilería. El batallón del Octavo Ligero avanza hacia la aldea y se produce un enfrentamiento.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, el escuadrón se reúne en una cañada cerca de la plana mayor del Regimiento. Frederic se relaja y recuerda a Claire Zimmerman, una joven que conoció en una fiesta. Luego, se une a una conversación sobre la guerra y la responsabilidad de los líderes. El escuadrón se prepara para la batalla y se dirige hacia el campo de batalla. Frederic reflexiona sobre la guerra y la muerte. Finalmente, el escuadrón se detiene y espera la señal para atacar. Frederic se impacienta y finalmente, cuando la señal llega, carga junto con el escuadrón hacia el enemigo.

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, Frederic se encuentra en medio de la batalla y presencia el ataque de los húsares contra el cuadro enemigo. A medida que avanza la batalla, Frederic se da cuenta de la dura realidad de la guerra, con soldados heridos y muertos por todas partes. A pesar de los esfuerzos de los húsares, el cuadro enemigo sigue resistiendo. Frederic participa en la carga y lucha con todas sus fuerzas, pero también experimenta miedo y desesperación. Finalmente, el cuadro enemigo es derrotado y los húsares persiguen a los supervivientes. Frederic se ve envuelto en una lucha desesperada por su vida y logra matar a un lancero español. Sin embargo, queda herido y exhausto, y se aleja del campo de batalla sin rumbo fijo.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, Frederic Glüntz, herido y perdido en el bosque después de una batalla, busca refugio y se encuentra con un incendio en una casa. Se acerca con precaución y observa a un grupo de hombres cerca del fuego, sin poder determinar si son franceses o españoles. Temeroso de ser capturado, decide esperar y observar. Mientras tanto, reflexiona sobre la guerra y la gloria, sintiéndose desilusionado y desesperanzado. Finalmente, los soldados se alejan y Frederic se acerca al fuego para calentarse. Sin embargo, se da cuenta de que está en peligro y decide alejarse. Camina sin rumbo fijo, delirando y hablando consigo mismo. Encuentra a un húsar herido y moribundo, con quien entabla una breve conversación. Frederic se aleja y continúa su camino, sintiéndose cada vez más perdido y desesperado. Grita y llora, pero finalmente se resigna a su destino. Al borde del bosque, espera la llegada de un grupo de campesinos armados, mostrando una actitud serena e indiferente.

La pasajera del San Carlos

En este capítulo, se hace una breve introducción al capitán de la marina mercante, don Antonio Pérez-Reverte, quien lleva 37 años en el mar.

Capítulo sin nombre 12

En este capítulo, el narrador nos transporta a una época pasada en la que los barcos eran manejados por hombres reales y no por tecnología. Describe a los hombres que trabajaban en los barcos, desde los que cargaban carbón hasta los que utilizaban el sextante para determinar la posición en el océano. También menciona los diferentes tipos de barcos y pasajeros que existían en aquel entonces.

El narrador era el capitán del barco San Carlos y durante muchos años transportó a sus pasajeros entre Cádiz y Santa Isabel sin ningún problema. Sin embargo, menciona una última maniobra en la que tuvo que lidiar con refugiados y guardias civiles armados.

La historia que el narrador quiere contar comienza seis o siete años antes de este último viaje. En ese momento, Fernando Poo era una colonia próspera habitada por blancos y negros. El gobernador militar era un hombre recto y religioso.

El narrador recuerda el momento en que vio a una mujer subir al barco en Cádiz. La describe como una mujer hermosa y dorada, y menciona que el contramaestre Ceniza la consideró una "mujer de bandera". Luego, el narrador menciona que un hombre flaco y bien vestido también subió al barco, aparentemente casado con la mujer. Calcula que tenían alrededor de treinta años y solo llevaban casados unos meses.

Con esta introducción, el narrador nos deja intrigados y ansiosos por saber más sobre la historia de esta pareja y su viaje en el barco San Carlos.

Capítulo sin nombre 13

En este capítulo, el narrador describe el viaje en barco que realizó junto a una mujer casada y su marido. Durante el viaje, la mujer pasaba la mayor parte del tiempo en la cubierta, bronceándose y leyendo un libro. Al atardecer, se quedaba observando las aves marinas y parecía sonreír de manera distante. A pesar de los intentos del marido por llamar su atención, ella se mostraba distante y apenas hablaba. El narrador, preocupado por la situación, decide hablar con el marido y amenazarlo para que deje de molestar a la mujer. Sin embargo, el marido parece no importarle mucho y se muestra indiferente. Durante el día, la pareja apenas se presta atención, pero por las noches se entregan a ejercicios conyugales ruidosos. El marido, por su parte, pasa la mayor parte del tiempo en el bar y en el salón de juego, donde se relaciona con otros pasajeros. A pesar de su apariencia de hombre de buena familia, el barman del bar confiesa al narrador que hay algo encanallado en su forma de comportarse. El marido juega al póker con sangre fría y se muestra indiferente ante las ganancias o pérdidas. El narrador, con su experiencia en la mar, intuye que alguien, probablemente el padre o tutor del marido, se alegró de enviarlo lejos con su esposa, esperando que tardara en regresar.

Capítulo sin nombre 14

En este capítulo, el narrador describe la llegada del barco San Carlos a la rada de Santa Isabel. Esta llegada mensual era un evento importante para los colonos, ya que era su único vínculo con la metrópoli. Los hombres blancos de la población se congregaban en el muelle para presenciar la maniobra de atraque y ver quiénes eran los pasajeros. Después, subían a bordo y se instalaban en el bar de la cámara. El narrador describe a estos hombres como ruidosos, malhumorados y aficionados al alcohol. También menciona que estaban deshechos por el calor, las enfermedades y el aburrimiento.

El narrador también menciona que se fijaron en una mujer rubia que desembarcó del barco junto a su marido. Los hombres en tierra se mostraron sorprendidos y ávidos, ya que la mujer parecía estar por encima de sus posibilidades. Al marido no pareció importarle la atención que recibían y se llevó a su esposa del brazo sin siquiera despedirse del narrador, quien estaba observando desde el puente. Martín, un personaje mencionado anteriormente, miraba en dirección contraria, hacia el mar, con la mandíbula apretada y pálido. La mujer rubia ni siquiera se había vuelto a decirle adiós a Martín.

Capítulo sin nombre 15

En este capítulo, pasaron ocho meses antes de que volviéramos a ver a la mujer en cuestión. Durante ese tiempo, su marido seguía visitando el barco cada treinta días y pasaba dos días bebiendo sin parar. En el bar del San Carlos, las personas de la colonia me mantenían informado de los acontecimientos. Al principio, hablaban de ella con compasión, pero luego el tono se volvió burlón y humillante. En cada escala, seguíamos la evolución de la historia. Primero fue un plantador de cacao, luego un comerciante de maderas y finalmente un alto funcionario colonial. Se rumoreaba que ella tenía gustos caros y ambiciones, y se hablaba de joyas y cheques firmados en momentos de pasión. Además, se mencionaban algunas vidas familiares destrozadas. La situación se volvió insostenible cuando el amante de turno, otro plantador, se vio envuelto en un escándalo doméstico. Una esposa lo esperó en casa con una botella de ginebra y una pistola, pero falló el disparo. El caso se hizo público y el gobernador militar decidió expulsar al marido de la colonia.

Capítulo sin nombre 16

En este capítulo, vemos cómo después de ocho meses, la mujer regresa al barco. Es un atardecer tranquilo, con el sol deslizándose lentamente por la costa. La gente se congrega en el muelle para despedir a los pasajeros. La mujer, vestida de blanco, camina por la pasarela con confianza y belleza. A pesar de los insultos y risas de la gente en el muelle, ella y su esposo permanecen impasibles. Finalmente, cuando alguien le grita un insulto, el esposo sonríe y les dice adiós. Luego revela que ella es una prostituta y se burla de la gente en el muelle. El barco se aleja de la costa y la mujer muestra un destello de triunfo en sus ojos azules.

La sombra del águila

En este capítulo, el autor dedica unas palabras a dos personas importantes en su vida. Primero, menciona a Fernando Labajos, quien era su amigo pero no llegó a ser general. Luego, honra la memoria del cabo Belali Uld Marahbi, quien murió en combate en Uad Ashram en 1976.

Capítulo sin nombre 18

En este capítulo, el protagonista, apodado "El Enano", se encuentra en una colina observando la batalla de Sbodonovo. A pesar del humo y el caos, se mantiene tranquilo y da órdenes a sus subordinados. La artillería rusa ha causado estragos en el flanco derecho y la caballería cosaca está atacando. El Enano pregunta por Ney, quien ha perdido la granja que dominaba el vado del Vorosik. De repente, un viento frío y húmedo sopla desde el este, abriendo brechas en la humareda y revelando un solitario batallón francés que avanza hacia el enemigo. A pesar de la incredulidad de los demás, el Enano se siente orgulloso de sus soldados y los considera héroes. El batallón continúa avanzando, a pesar del fuego enemigo. El Enano ordena averiguar quiénes son esos valientes y se descubre que son españoles, el 326 batallón de Infantería de Línea. A pesar de la sorpresa de todos, el Enano se siente conmovido y considera su avance como el honor de Francia.

Capítulo sin nombre 19

En este capítulo, el narrador relata su experiencia en la guerra. Describen cómo las granadas rusas pasaban cerca de ellos, causando heridas leves a algunos soldados. A pesar de esto, todos se mantienen en formación y continúan avanzando. El capitán García lidera al grupo y se comunican a través del ruido y el humo. Luego, una granada impacta en la formación, matando al sargento Peláez y a dos soldados más. El narrador recuerda la historia de Peláez, quien mató a un comandante francés durante un motín en Dinamarca. Después de esto, el narrador explica cómo llegaron a Dinamarca y cómo los franceses comenzaron a desconfiar de ellos. Deciden escapar y se dirigen a Langeland para embarcar en barcos ingleses. Sin embargo, algunos soldados, incluido el narrador, se quedan atrás y son capturados por los daneses. Son llevados a un campo de prisioneros en Hamburgo, donde son vigilados por alemanes y franceses. En 1812, se les ofrece la oportunidad de unirse a la invasión de Rusia y muchos aceptan. El narrador describe cómo cruzan ríos y avanzan hacia las líneas enemigas. Sin embargo, revela que en realidad están desertando y pasándose al bando ruso.

Capítulo sin nombre 20

En este capítulo, el Estado Mayor imperial observa desde una colina cómo el pequeño batallón español del 326 se mantiene firme frente a las líneas enemigas. A pesar de la derrota y la destrucción del flanco derecho, los generales se sorprenden y elogian la valentía de los españoles. Mientras tanto, el Enano, preocupado por la suerte de los soldados, decide enviarles un mensaje para que se retiren honorablemente. Sin embargo, descubre que no hay tropas disponibles para proteger su retirada. El general Labraguette intenta explicarle que es imposible, pero el Enano no acepta esa palabra y exige una solución. Finalmente, el mariscal Murat sugiere una carga de caballería para ayudar al batallón español. A pesar de su renuencia, Murat se prepara para liderar la carga y se dirige hacia el campo de batalla. Mientras tanto, el Estado Mayor imperial observa su partida con admiración y algunos comentarios sarcásticos.

Capítulo sin nombre 21

En este capítulo, el narrador, un soldado español del segundo batallón del 326 de Línea, relata su experiencia en la campaña de Rusia en 1812. A diferencia de lo que se cuenta en los libros, la realidad de la guerra no es heroica. El primer batallón ha sido aniquilado y los jefes franceses han sido asesinados. El narrador y sus compañeros se plantean desertar y unirse al ejército ruso. A medida que se acercan a Moscú, las noticias de la resistencia española en la Península y los horrores cometidos por los franceses en España aumentan su deseo de abandonar la lucha. Entre Vilna y Vitebsk, un grupo de soldados españoles intenta desertar, pero son capturados y fusilados. A pesar de todo, el narrador y sus compañeros siguen adelante, esperando el momento adecuado para desertar. Mientras tanto, presencian la carga de caballería dirigida por Murat y se dan cuenta de que la guerra no es tan gloriosa como se pinta. A medida que se acercan a los cañones rusos, el narrador reflexiona sobre la crueldad de la guerra y la falta de sentido de su participación en ella.

Capítulo sin nombre 22

En este capítulo, se describe la batalla en Sbodonovo y se centra en los movimientos del mariscal Ney. Mientras el mariscal Lafleur observa por el catalejo, se produce una explosión a lo lejos y se especula sobre si son rusos o aliados. El Ilustre muestra poco interés y continúa siguiendo los movimientos de Ney. Este último lidera un ataque a una granja en el vado del Vorosik, donde los cosacos han estado causando problemas. La batalla es feroz y sangrienta, con bayonetas, sablazos y gritos de furia. Finalmente, los rusos se retiran y Ney ordena capturar a los oficiales enemigos vivos. Mientras tanto, el Petit, en el puesto de mando, pide el catalejo a Lafleur y sonríe al ver la batalla. El Enano decide enviar un mensaje a París, exagerando la victoria y afirmando que Moscú está casi en manos francesas. El Estado Mayor sugiere frases históricas para el mensaje. Mientras tanto, se espera noticias de Murat y los batidores se envían en busca de información. En el frente, los soldados españoles del 326 de Línea están en una posición vulnerable y son atacados por los rusos. La situación es caótica y muchos soldados mueren. El capitán García ordena izar la bandera blanca y rendirse, pero antes de que puedan hacerlo, aparece una carga de jinetes aliados que ataca a los rusos.

Capítulo sin nombre 23

En este capítulo, titulado "La carga de Sbodonovo", el Enano observa desde su colina cómo la bandera del batallón 326 cae cerca de los cañones rusos. El alférez Muñoz se prepara para reemplazarla por una sábana blanca, mientras todos se preparan para desertar abiertamente hacia los rusos. Sin embargo, la artillería rusa comienza a disparar contra el batallón, ocultándolo de la vista del Estado Mayor imperial. El Petit Cabrón, con su catalejo, nota que el águila ha caído y todos los mariscales y generales ponen caras de circunstancias. El general Labraguette resume el sacrificio de los soldados del 326 y el mariscal Lafleur hace comentarios frívolos sobre gastronomía. El Petit lo reprende y Lafleur se disculpa. Luego, el Ilustre dicta una carta a su hermano José Bonaparte, en la que le cuenta sobre la valentía del batallón español. Mientras tanto, Murat se une a la carga de caballería contra los cañones rusos, seguido por sus húsares y coraceros. Los artilleros rusos cambian de objetivo y comienzan a disparar contra Murat y sus tropas. A pesar de esto, Murat sigue adelante y se une al batallón español, gritando "¡Viva el 326! ¡Viva Francia!". Los soldados del 326 se sienten agradecidos por el apoyo y se preparan para enfrentarse a los rusos. El capitán García les ordena levantar la bandera francesa nuevamente y correr hacia adelante. El batallón se encuentra en medio de la carga de caballería y se dirige hacia los cañones rusos. Los soldados del 326 luchan desesperadamente contra los rusos, volcando los cañones y avanzando hacia los regimientos rusos. Los rusos quedan paralizados ante la valentía y determinación de los soldados españoles.

Capítulo sin nombre 24

En este capítulo, se narra la batalla de Sbodonovo y sus consecuencias. Los historiadores militares han debatido sobre lo que ocurrió en esta batalla, sin llegar a una conclusión clara. Algunos afirman que fue una brillante improvisación táctica de Napoleón, mientras que otros atribuyen el mérito a Murat. Sin embargo, en la correspondencia privada del mariscal Lafleur se encuentra una prueba del papel desempeñado por los españoles en la batalla. El príncipe Rudolfkovski, que mandaba la división rusa, se encontraba durmiendo la siesta cuando empezó a oír barullo por la parte de los cañones. Su ordenanza, Igor, fue a investigar y descubrió que los españoles estaban atacando. Los rusos, sorprendidos, empezaron a huir y los españoles los persiguieron. Sin embargo, cuando llegaron al pueblo de Sbodonovo, se encontraron con dos escuadrones cosacos que los atacaron. A pesar de la situación desfavorable, los españoles resistieron y lucharon valientemente. Finalmente, lograron cruzar el pueblo de punta a punta, haciendo huir a los rusos y aniquilando a los cosacos. Al llegar al otro lado del pueblo, se encontraron con coraceros y húsares franceses que los aclamaron por su valentía.

Capítulo sin nombre 25

En este capítulo, el Enano, ya en Santa Helena y cerca de la muerte, confía a su fiel compañero Les Cases que la Virgen se le apareció en Sbodonovo. Les Cases se pregunta cómo explicarlo, ya que un batallón no francés cambió el rumbo de la batalla y derrotó a los rusos, incluyendo al príncipe Rudolfkovski. Según los últimos biógrafos, el Enano hacía estas confidencias mientras clavaba agujas en un muñeco de cera que representaba a su carcelero, sir Hudson Lowe. En las largas veladas invernales en Santa Helena, el Enano recordaba glorias pasadas y hacía juicios sobre personajes históricos. También recordaba asuntos más íntimos, como las piernas de Desirée y el príncipe Fernando. El Enano se lamenta de haberse metido en la guerra de España y recuerda la pesadilla que fue, con el calor, las moscas, los guerrilleros y los baturros. El Enano reflexiona sobre la furia española y la victoria en Sbodonovo, donde los españoles del 326 de Línea cargaron contra los cañones rusos. Murat relata cómo los españoles los insultaron y los trataron como enemigos, pero al final arrollaron a los rusos y cruzaron el pueblo persiguiéndolos. El Enano recuerda la victoria con satisfacción y Murat le entrega las banderas rusas como trofeo.

Capítulo sin nombre 26

En este capítulo, el protagonista, el capitán García, narra los acontecimientos que tuvieron lugar en Moscú en septiembre de 1812. Después de la batalla de Sbodonovo, en la que el ejército francés sufrió numerosas bajas, el capitán y los supervivientes del segundo batallón del 326 de Infantería de Línea llegan a Moscú. A pesar de la ausencia de civiles en la ciudad, el ejército francés se dedica al pillaje y a la violación de mujeres rusas. El capitán García, sin embargo, se mantiene al margen de estas acciones y se dedica a saquear objetos de valor. Posteriormente, el ejército se dirige al Kremlin, donde el Emperador Napoleón Bonaparte pasa revista a las tropas. Durante la ceremonia, el capitán García recibe la Legión de Honor del Emperador. Sin embargo, debido a un error, las demás condecoraciones se han perdido. Después de la ceremonia, el capitán y sus hombres se dedican a saquear la ciudad y montan guardia en las murallas del Kremlin. Durante la noche, el capitán tiene un encuentro con Napoleón en el que se cuestiona el motivo de la invasión de Rusia. A pesar de no obtener una respuesta clara, el capitán García se da cuenta de que el Emperador también tiene dudas sobre el éxito de la campaña. Finalmente, Moscú comienza a arder y el capitán García observa el incendio desde las murallas del Kremlin.

Capítulo sin nombre 27

En este capítulo, se narra la agonía del ejército francés mientras se retiran de Moscú. El Ilustre convoca a sus mariscales y generales para iniciar la retirada debido al invierno y la imposibilidad de sostenerse en la ciudad. Durante el camino, se encuentran con numerosos obstáculos como el barro, la nieve y los combates con los rusos. Muchos soldados, incluidos los del regimiento José Napoleón, desertan y se unen al ejército ruso para vengarse de los franceses. Otros desaparecen o son fusilados por los propios franceses. El protagonista y su regimiento intentan desertar en varias ocasiones, pero son vigilados de cerca y se les impide hacerlo. La situación empeora con la llegada de la nieve y el hielo. El ejército se reduce a la mitad y la tropa sufre enormemente. Finalmente, llegan a las orillas del río Beresina, donde se enfrentan a los rusos en una batalla desesperada para cruzar el río. El capitán García se convierte en el líder de la unidad y lucha valientemente para proteger a sus hombres. Sin embargo, al final, el puente explota y el protagonista y los demás logran cruzar, dejando atrás al capitán García y al soldado Mínguez, quienes se sacrifican para permitir la huida del resto del regimiento.

Capítulo sin nombre 28

En este capítulo, se narra cómo un año y medio después del incendio de Moscú, once hombres cruzan la frontera entre Francia y España. Estos hombres están en un estado lamentable, con ropas hechas jirones y los restos azules del uniforme francés. Parecen una manada de lobos vagabundos y exhaustos, en busca de un lugar donde refugiarse o morir. Caminan en grupos de dos o tres, con algunos rezagados. Los aduaneros franceses los dejan pasar sin pedirles papeles, ya que hay muchos emigrados y soldados que regresan a casa después de la caída de Napoleón. Estos once hombres son los únicos que quedan del segundo batallón del 326 regimiento de Infantería de Línea, después de haber luchado en varios campos de batalla. Uno de ellos, Pedro el cordobés, pregunta si ya están en España y comienza a tocar una melodía lenta y nostálgica en su guitarra. Estas notas se habían escuchado una vez en las murallas del Kremlin y ahora suenan apagadas y tristes en el aire caliente de la tarde. El capítulo termina con una nota que indica que esta historia ocurrió en La Navata en julio de 1993.

Un asunto de honor

En este capítulo, conocemos a Manolo Jarales Campos, un exmilitar y exconvicto que trabaja como camionero. Manolo visita un puticlub donde se encuentra con la Nati, una prostituta con la que tiene una relación ocasional. Sin embargo, Manolo se siente atraído por una joven llamada María, quien resulta ser la hermana de la Nati. A pesar de sus intenciones de alejarse de ella, Manolo se ve envuelto en una situación complicada cuando María decide irse con él para ver el mar. Manolo se preocupa por las consecuencias que esto podría tener, ya que está involucrado con el portugués Almeida, propietario del puticlub, y con Porky, un hombre peligroso que trabaja para él. A pesar de sus dudas, Manolo decide llevar a María con él y se siente confundido por sus sentimientos hacia ella.

Capítulo sin nombre 30

En este capítulo, el narrador se encuentra detenido en el arcén de la carretera mientras los policías pasan sin molestarlo. La chica que lo acompaña le pide que la deje ir con él para ver el mar, pero él se niega. La chica le confiesa que quieren obligarla a prostituirse como a Nati y que su virginidad será vendida al día siguiente. El narrador reflexiona sobre la situación y decide llevarla de regreso al club de alterne donde la vendieron. Al llegar, el portugués Almeida y sus secuaces lo confrontan, pero finalmente dejan que la chica baje del camión. El narrador se siente culpable y se detiene en un área de servicio, donde encuentra el libro "La isla del tesoro". Después de fumar varios cigarrillos, decide regresar al club de alterne para rescatar a la chica.

Capítulo sin nombre 31

En este capítulo, el protagonista narra cómo logró escapar del puticlub con la niña. Después de enfrentarse a Porky y a la Nati, el protagonista se encuentra con el portugués Almeida, quien tiene a la niña tendida en una cama con una marca de correazo en la cara. El protagonista amenaza al portugués con una botella rota y logra escapar con la niña por el pasillo del puticlub. En la barra, la Nati amenaza al protagonista, pero unos camioneros lo defienden y logran que se vayan. Finalmente, el protagonista y la niña suben al camión y huyen a toda velocidad por la carretera. Durante el viaje, la niña le cuenta al protagonista que nunca ha visto el mar y él le dice que es como en las películas, con barcos y olas. En un bar de Jabugo, la niña le pregunta por el tatuaje que lleva en el brazo con el nombre "Trocito". El protagonista le explica que está buscando a alguien con ese nombre y la niña le dice que está loco. Después de una pequeña discusión, el protagonista se enamora de la niña y ella le confiesa que subió al camión porque le gustó su apariencia. El protagonista le revela que ha estado en la cárcel y la niña le responde que eso no le importa. Antes de irse del bar, el protagonista se entera de que su historia con el portugués Almeida se ha vuelto famosa entre los camioneros de la zona.

Capítulo sin nombre 32

En este capítulo, el protagonista y la niña continúan su huida en el camión. Escuchan por la radio que los camioneros están al tanto de su situación y comentan sobre la apariencia de la niña. El protagonista decide despistar a sus perseguidores tomando diferentes rutas y los camioneros le informan sobre su paradero. Finalmente, deciden hacer una parada en un motel para descansar. El protagonista se ducha y trata de no pensar en la situación, pero la niña se acerca a él y le confiesa que el portugués Almeida cobró el dinero de su virginidad y que no hay forma de recuperarlo. Ambos deciden evitar ser capturados y la niña sugiere una idea que deja al protagonista sorprendido. Sin embargo, él se niega y se retira de la habitación.

Capítulo sin nombre 33

En este capítulo, el narrador describe una noche tranquila en la que se encuentra con una mujer. A pesar de su edad y experiencia, se siente atraído por ella y tienen un encuentro íntimo. Sin embargo, su momento de intimidad se ve interrumpido por la llegada de los malos: el portugués Almeida y Porky. El narrador se despierta en el suelo y se da cuenta de que la mujer, llamada Nati, está en peligro. Almeida se queja de que Nati ha arruinado sus planes y está preocupado por su reputación. La Nati sugiere que marquen a la mujer en la cara como castigo, pero Almeida decide que primero la marcará y luego castrará al narrador. La Nati se opone a esta idea, ya que la cara de la mujer es su mejor activo. Almeida amenaza a la Nati con una navaja, pero ella decide no discutir más. Al final, Almeida deja la navaja en la cama y ordena a Porky que marque a la mujer y luego castrará al narrador.

Capítulo sin nombre 34

En este capítulo, Porky se encuentra indeciso sobre si tomar la navaja que Almeida le ha ordenado usar para marcar a la niña. Porky se niega a hacerlo, argumentando que la niña es demasiado joven. La Nati intenta calmar la situación, pero Almeida llama a Porky un cobarde y un matón de pacotilla. En ese momento, el narrador interviene y golpea a Almeida, lo que desencadena una pelea en la habitación. Durante la pelea, el narrador logra herir a la Nati y a Almeida, y finalmente logra escapar con la niña en un camión. Mientras conducen, el narrador y la niña escuchan mensajes de radio de otros delincuentes que hablan sobre ellos. El narrador se siente enamorado y piensa en llevar a la niña a una isla desierta.

Capítulo sin nombre 35

En este capítulo, el protagonista y Trocito llegan finalmente al mar, pero Trocito se decepciona al descubrir que no es como lo imaginaba. Continúan su viaje y llegan a una playa en Tavira, donde el protagonista se da cuenta de que está enamorado de Trocito. Ambos disfrutan del mar y se abrazan, pero su momento de felicidad se ve interrumpido por la llegada de Almeida, Nati y Porky, quienes vienen a cobrar venganza. El protagonista saca una navaja y se prepara para enfrentarlos, mientras reflexiona sobre la importancia de Trocito en su vida y la razón por la que vale la pena luchar y morir. Con valentía, se dirige hacia Almeida para enfrentarlo.

Sobre cuadros, libros y héroes

En este capítulo, el narrador nos cuenta la historia de la Batalla de Breda, en la que participó como soldado de infantería. Describe cómo, a pesar de la dureza y el sufrimiento de la guerra, lograron vencer a los holandeses y ondear la bandera española en el campanario de la ciudad. El narrador relata cómo fueron alineados en el campo de batalla, con los capitanes al frente y la guardia de piqueros y mosquetes a la derecha. Destaca la apariencia marcial que el capitán Urbieta quería que mostraran, a pesar de las críticas de algunos soldados. El narrador describe la escena de la batalla, con las lanzas y los mosquetes, y la llegada del general Spínola, quien disfrutaba del espectáculo. Sin embargo, el narrador reflexiona sobre cómo, a pesar de ser los verdaderos protagonistas de la guerra, los soldados de infantería siempre quedan en un segundo plano, mientras que los generales y los líderes acaparan la atención. El narrador destaca la humildad y el sacrificio de la infantería, que siempre está dispuesta a darlo todo por su país, incluso a costa de su propia vida. Termina el capítulo invitando al lector a observar detenidamente el cuadro que representa la batalla, y a intentar reconocer a los soldados de infantería, que son los verdaderos héroes, aunque apenas se les vea en la imagen.

Capítulo sin nombre 37

En este capítulo, el autor reflexiona sobre los ladrones de guante blanco, personajes que en el pasado fueron admirados y envidiados por su elegancia y estilo al cometer delitos. Aunque ya no son tan prominentes como antes, todavía es posible encontrar referencias a ellos en libros antiguos o en ferias de libros viejos. Estos ladrones, como Arsenio Lupin, Rocambole, Fantomas y Raffles, eran inteligentes, astutos y tenían un cierto encanto romántico. Sus víctimas solían ser personas adineradas y poderosas, y su forma de robar era original y distinguida. Aunque eran criminales, se les admiraba por su carisma y su comportamiento elegante. Sin embargo, el autor señala que en la actualidad ya no existen este tipo de ladrones, y en su lugar encontramos delincuentes más vulgares y despreciables. La sociedad ha cambiado y ya no se valora la elegancia y el estilo en los delitos. Ahora cualquiera puede ser un ladrón, sin importar su educación o su clase social.

Capítulo sin nombre 38

En este capítulo, se narra la historia de Margarita Gertrudis Zelle, conocida como Mata Hari, una mujer que ya no era una niña y rondaba los cuarenta años. A pesar de haber sido muy hermosa, su belleza ya no era lo que solía ser. En un amanecer de octubre de 1917, fue ejecutada por un oficial que mandaba el piquete de fusilamiento. En ese momento, Europa estaba sumida en la Primera Guerra Mundial y Mata Hari, una espía holandesa, se convirtió en chivo expiatorio. Aunque su fama como espía era exagerada, su reputación y su belleza la convirtieron en el blanco perfecto para culpar de los fracasos de la guerra. A pesar de que el juicio duró solo dos días y no se pudo probar gran cosa en su contra, fue condenada por espionaje a favor de Alemania y fusilada. Aunque su historia se convirtió en leyenda, en realidad fue víctima de un linchamiento nacional desmedido y chauvinista.

Capítulo sin nombre 39

En este capítulo, el autor relata su experiencia al volver a leer la novela "El conde de Montecristo" después de veinte años. Recuerda la fascinación que sintió al reencontrarse con los personajes y la trama de la historia. Comenta cómo la novela, a pesar de ser ficción, refleja de manera realista la traición, el tesoro y la venganza. Destaca la habilidad de Alejandro Dumas para narrar y describe la novela como una mezcla de ficción y realidad, que retrata la sociedad de la época con su ruindad, hipocresía y corrupción. El autor también menciona que la novela ha adquirido un significado más profundo con el paso del tiempo, convirtiéndose en un símbolo de la condición humana y de la lucha contra la opresión. A pesar de su estilo tosco y descuidado, la novela atrapa al lector y lo hace desear encontrar los estereotipos melodramáticos que rechaza en su sentido crítico. El autor destaca la relevancia de la venganza de Edmundo Dantés en la sociedad actual y cómo la historia conecta con la condición humana. Concluye el capítulo aplaudiendo la venganza de Dantés y lamentando la falta de justicia en el mundo actual.

Capítulo sin nombre 40

En este capítulo, el autor describe una escena de una película en blanco y negro que muestra la reconstrucción del amanecer de octubre de 1917 en Rusia. A través de imágenes de fusiles, bayonetas, rostros tensos y soldados dispuestos a cambiar sus vidas y la historia, se muestra la intensidad y la violencia de la revolución. El autor detalla una escena en particular en la que un campesino ruso es alcanzado por disparos y cae sin soltar su fusil. Aunque el cine mudo no recoge su grito final, el autor especula sobre lo que podría haber dicho. Luego, el autor reflexiona sobre la historia de la Unión Soviética y cómo se resume en un inmenso cementerio lleno de historias de hombres y mujeres cuyas tumbas marcan los años y los siglos. El autor describe el camino lleno de espectros que representan a diferentes grupos de personas que murieron o sufrieron durante la revolución y el régimen soviético. A través de estas imágenes, el autor plantea preguntas sobre el propósito y el legado de la revolución, pero también destaca la emoción de la esperanza, la abnegación y la lucha por la libertad que persiste a pesar de los fracasos y las tragedias. El autor concluye que, aunque los tronos y los símbolos pueden caer, lo que realmente sobrevive a cada revolución es el espíritu de rebelión y lucha del corazón humano.

Capítulo sin nombre 41

En este capítulo, el autor narra su encuentro con el libro "Los tres mosqueteros" de Alejandro Dumas cuando era joven. Describe cómo esta trilogía se convirtió en una pasión para él y cómo ha releído estos libros a lo largo de su vida. También habla sobre la vida y obra de Dumas, destacando su éxito como escritor popular en su época y su habilidad para convertir historias ajenas en emocionantes aventuras. El autor también explora la relación entre la ficción y la realidad en la novela, revelando que los personajes de Athos, Porthos y Aramis estuvieron basados en personas reales que vivieron en la misma época que el protagonista, d'Artagnan. El autor proporciona detalles sobre la vida y las hazañas de estos personajes históricos, así como sobre la vida del verdadero d'Artagnan. También destaca la humanidad y la complejidad de los personajes de Dumas, y cómo su amistad y lealtad mutua los lleva a través de las numerosas aventuras y peligros que enfrentan. El autor concluye el capítulo reflexionando sobre el impacto duradero de estos personajes en su vida y cómo siempre regresa a la trilogía para revivir las emociones y los recuerdos asociados con ella.

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