Corsarios de Levante

13 minutos

I. LA COSTA DE BERBERÍA

En este capítulo, la Mulata, una galera española, persigue a una galeota corsaria berberisca. Después de una larga persecución, finalmente alcanzan a la galeota y comienza el combate. El capitán Alatriste y su fiel compañero Íñigo participan en la lucha cuerpo a cuerpo contra los corsarios. A pesar de la resistencia de los enemigos, la Mulata logra capturar la galeota y se preparan para colgar a los prisioneros. Durante la conversación entre Alatriste y el capitán de la Mulata, se revela que Alatriste tiene una historia personal con los moriscos, ya que participó en la represión de una revuelta en Valencia. Aunque Alatriste muestra cierta compasión hacia los moriscos, el capitán Urdemalas no comparte su punto de vista y considera a los moriscos como enemigos feroces. El capítulo termina con la Mulata recogiendo el botín de la galeota y preparándose para llevar a los prisioneros a un puerto seguro.

II. METER EN ORÁN CIEN LANZAS

En este capítulo, la embarcación corsaria en la que se encontraban Alatriste y el narrador se hunde y los cuerpos de los muertos son engullidos por el mar. El piloto morisco, que resulta ser valenciano, jura ser un cristiano sincero y haber vivido siempre como tal. Sin embargo, el capitán Urdemalas decide ahorcarlo de inmediato. Al llegar a Melilla, deciden vender a los cautivos y obtener beneficios. Luego, se dirigen a Orán, donde encuentran a Sebastián Copons, un antiguo camarada de Alatriste. Copons les cuenta sobre la difícil situación en Orán, donde la gente vive en la miseria y la desesperación. También les habla sobre las cabalgadas, que son ataques a los aduares de los moros de guerra para obtener botín. Alatriste y el narrador deciden unirse a una cabalgada y Copons les advierte que deben mantenerlo en secreto. El capítulo termina con Copons reflexionando sobre cómo el narrador ha crecido y Alatriste suspirando con ironía y fastidio.

III. LA CABALGADA DE UAD BERRUCH

En este capítulo, Diego Alatriste se despierta de su breve sueño al escuchar el aullido de un perro en la distancia. Junto a otros soldados, aprovecha para ir aliviarse antes de que comience la batalla. Mientras tanto, observa el amanecer y se prepara para la lucha, ajustando su cinto y abrochando su coleto. A medida que se acerca el momento del ataque, Alatriste se da cuenta de que los perros aullando podrían haber alertado a los moros del aduar. La tropa se prepara para el asalto a un aduar de moros de paz que se han negado a entregar su ganado como tributo. Alatriste recuerda la historia que le contaron sobre los Beni Gurriarán, la tribu a la que pertenecen los moros del aduar. Mientras se preparan para el ataque, Alatriste se encuentra con el sargento mayor Biscarrués, quien explica los detalles de la misión. Alatriste también conoce al lengua de Orán, Arón Cansino, un judío que actúa como intérprete. La tropa se prepara para el ataque y, finalmente, comienza la batalla. Alatriste se enfrenta a varios enemigos y logra matar a algunos de ellos. Después de la batalla, Alatriste se encuentra con una mora joven y su hijo, y trata de consolarla. Sin embargo, la mujer se suicida por desesperación y vergüenza. Alatriste y los demás soldados regresan a Orán con el botín y celebran su victoria. Alatriste y sus compañeros deciden gastar parte de su dinero en una mancebía y fumadero llamado La Salka. Allí, Alatriste propone un plan para que Copons pueda abandonar Orán y unirse a ellos en Nápoles. Aunque Copons se muestra escéptico al principio, finalmente acepta la propuesta. Alatriste revela que tiene suficiente dinero para financiar el plan y todos celebran la idea.

IV. EL MOGATAZ

En este capítulo, el narrador cuenta cómo salieron de la mancebía con la luz del crepúsculo y se encontraron con una calle llena de soldados y esclavos. Observaron a un mogataz que los había ayudado en Uad Berruch y decidieron seguirlo. Llegaron a la casa de Fermín Malacalza, un antiguo camarada de Alatriste, y compartieron un vaso de vino. Después, se encontraron con el mogataz nuevamente en la calle y tuvieron una breve conversación. Alatriste decidió llevarlo con ellos en la galera Mulata, donde el mogataz se adaptó rápidamente a la vida en el barco. El narrador reflexiona sobre el cambio que ha experimentado Copons y sobre su propia visión de la vida como soldado. Termina el capítulo recordando la batalla de Rocroi, donde él y Alatriste sostuvieron la bandera del último cuadro de infantería española.

V. LA SAETÍA INGLESA

En este capítulo, el narrador relata el viaje en galera hacia Nápoles. Cada día, el sol ilumina sus rostros mientras navegan por el mar Mediterráneo. Durante el viaje, el capitán Alatriste murmura que están regresando a su lugar de origen, España. El narrador también se siente atraído por el mar y experimenta una sensación de familiaridad y recuerdo. Después de abastecerse en Cartagena, la tripulación se dirige a Cagliari, en Cerdeña, y luego a Trápana, en Sicilia. Durante el viaje, el narrador se interesa cada vez más en el moro Gurriato, un remero que muestra una gran adaptabilidad y lealtad hacia el capitán Alatriste. El narrador también se enfrenta al aburrimiento durante el viaje y se dedica a la lectura para entretenerse. Finalmente, la tripulación llega a la isla de Lampedusa, donde se encuentran con una saetía corsaria y una feluca. Se preparan para el combate y logran capturar a los corsarios. El capítulo termina con el narrador mencionando que el moro Gurriato tiene más tiempo libre y que ha mantenido conversaciones con él, que se relatarán en el siguiente capítulo.

VI. LA ISLA DE LOS CABALLEROS

En este capítulo, el narrador nos cuenta su impresión sobre Malta, una isla llena de historia y famosa por los caballeros corsarios de San Juan de Jerusalén. Estos caballeros eran temidos en el Levante, ya que atacaban a los turcos y obtenían riquezas y esclavos. La Orden de Malta tenía una estrecha relación con España, ya que éramos la única potencia que no pactaba con los turcos y berberiscos. Además, muchos caballeros de Malta eran españoles. El narrador describe su llegada a Malta y su recorrido por la ciudad de La Valetta, donde pudo ver los lugares que fueron escenario del asedio sufrido por la isla. También narra un incidente en un bodegón de Malta, donde se enfrentaron a unos venecianos y se desató una pelea que terminó en un motín en la ciudad. Finalmente, la tripulación de la galera zarpa de Malta y se dirige hacia Mesina, enfrentando mal tiempo y peligros en el estrecho. A pesar de las dificultades, logran llegar a salvo a su destino.

VII. VER NÁPOLES Y MORIR

En este capítulo, Diego Alatriste camina por las calles de Nápoles en una noche bermeja, iluminada por el Vesubio. Disfruta del aire tibio y salino mientras se ajusta su espada y daga. Alatriste recuerda sus años de juventud en Nápoles, cuando era soldado de galeras corsarias y disfrutaba de la vida en la ciudad. Recuerda a su amigo el conde de Guadalmedina, con quien compartió aventuras en Flandes. Alatriste se pregunta si Guadalmedina sabrá que está en Nápoles y recuerda los enfrentamientos que tuvieron en el pasado. Alatriste se adentra en las calles de la ciudad, atento a las sombras y recordando los buenos momentos que vivió allí. Mientras camina, se encuentra con un tahúr italiano que lo desafía y provoca una pelea. Alatriste y su compañero Jaime Correas se enfrentan a los hombres del tahúr y logran escapar gracias a la llegada de un piquete de soldados españoles. Alatriste continúa su camino por la playa y recuerda sus años de juventud en Nápoles. Luego, en otro momento, Alatriste recibe una carta de Angélica de Alquézar, una mujer de su pasado. Alatriste reflexiona sobre su relación con Angélica y decide responderle. Alatriste se encuentra con el capitán Alatriste y le muestra la carta. El capitán reflexiona sobre el pasado y la relación de Alatriste con Angélica. Alatriste decide responder a la carta y se dirige a la posada de Ana de Osorio. En el camino, se encuentra con una mujer enmascarada que lo invita a su casa. Alatriste acepta y la sigue, pero se da cuenta de que la casa no es lo que parece y decide marcharse. Antes de irse, se encuentra con un rufián que amenaza a la mujer y decide intervenir. Alatriste pelea con el rufián y logra escapar.

VIII. LA HOSTERÍA DEL CHORRILLO

En este capítulo, el capitán Alonso de Contreras y Diego Alatriste pasean por Nápoles y conversan sobre diversos temas. Contreras menciona que se siente rejuvenecido en la ciudad y comenta que ha recibido una carta de Lope de Vega informándole que su ahijado Lopito vendrá a Nápoles. Alatriste, distraído, observa las manchas de sangre en el suelo del muelle y recuerda la ejecución de ocho corsarios moriscos. Contreras le informa a Alatriste que se está preparando una incursión a Levante y que la galera La Mulata será reforzada con más hombres. Alatriste muestra su satisfacción y menciona que llevará a Íñigo en la campaña. Contreras expresa su deseo de acompañar a Alatriste, pero este le dice que se siente cómodo con la compañía del alférez Labajos y la compañía de arcabuceros. Luego, Contreras menciona que ha recibido noticias sobre Íñigo y le cuenta a Alatriste que un tahúr florentino llamado Giacomo Colapietra está buscando problemas con él. Alatriste decide enfrentarse a Colapietra y se dirige a una taberna donde se encuentra el tahúr. Allí, Alatriste amenaza a Colapietra y a sus compañeros con una pistola y les advierte que no se metan con su amigo. Después de salir de la taberna, Alatriste se encuentra con los dos soldados españoles que lo habían seguido y decide resolver el conflicto con ellos. Sin embargo, el soldado más alto se muestra reacio a pelear y le ofrece la mano a Alatriste en señal de paz. Alatriste acepta el gesto y se retira, pero no sin antes mostrar su disposición a luchar si es necesario.

IX. LEVENTES DEL REY CATÓLICO

En este capítulo, el narrador relata cómo la tripulación de la galera se apodera de un barco mercante turco cargado de valiosas mercancías y pasajeros. Después de saquear el barco, deciden enviarlo a Malta con los tripulantes griegos y algunos soldados. También se menciona que uno de los prisioneros muere debido a las duras condiciones de esclavitud. Luego, el narrador menciona que uno de los renegados capturados en el barco tiene información importante sobre un gran bajel turco que se dirige a Constantinopla desde Rodas, llevando a bordo una mujer importante. El renegado español aconseja al capitán Urdemalas que interrogue al otro renegado para obtener más información. Después de torturar al renegado, el capitán Urdemalas obtiene información sobre el bajel turco y convoca a una reunión de oficiales para planificar su captura. Se decide que las galeras se dirigirán hacia Patmos para interceptar al bajel turco. Durante el viaje, el narrador reflexiona sobre su experiencia navegando por el golfo de Lepanto y pasa tiempo observando al capitán Alatriste, con quien ha tenido una relación tensa. Finalmente, las galeras llegan a Patmos y el capitán Urdemalas y el piloto Braco negocian con los monjes del monasterio para rescatar a los judíos que están remando en las galeras. El narrador también menciona que el capitán Alatriste está leyendo un libro de sueños enviado por Quevedo.

Siguiendo este capítulo, el narrador relata la llegada de la Verdad y la Justicia a la tierra. La Verdad no encuentra comodidad por estar desnuda, mientras que la Justicia es rechazada y decide huir al cielo al ver que su nombre es utilizado para honrar tiranías. Después de descansar y comer, el capitán y el piloto regresan con noticias de que la galera turca aún no ha pasado por allí. Las galeras se preparan para la batalla y se disfrazan de galeras turcas para acercarse al enemigo. Se despliegan en el mar y esperan avistar a la presa. Finalmente, avistan la galera turca y comienza el combate. Durante la batalla, el narrador lucha valientemente y logra subir a la galera turca. La lucha es feroz y violenta, pero finalmente logran vencer a los turcos y capturar la galera. Se reparte el botín y liberan a los esclavos cristianos que estaban a bordo. El narrador reflexiona sobre la vida del soldado y la importancia de la honra y el premio en la guerra. También critica la falta de reconocimiento y recompensa por parte de España hacia sus soldados.

X. LAS BOCAS DE ESCANDERLU

En este capítulo, Alatriste y su tripulación se encuentran en una trampa después de haber capturado una gran presa. Deciden dirigirse hacia el norte para saquear una pequeña ciudad habitada por otomanos llamada Foyavequia. Sin embargo, se dan cuenta de que están rodeados por galeras turcas y deciden no seguir adelante. Las galeras turcas comienzan a disparar contra ellos y se produce un combate naval. La galera de Malta queda atrapada y lucha valientemente, pero finalmente es superada por los turcos. La Mulata también se encuentra en peligro y decide dar la vuelta para enfrentarse a los enemigos. Alatriste y su tripulación deciden ayudar a los vizcaínos y se preparan para la batalla.

XI. LA ÚLTIMA GALERA

En este capítulo, el narrador, que es un soldado en la batalla de Lepanto, describe el caos y la violencia del combate. Las galeras españolas, lideradas por el capitán Urdemalas, se enfrentan a las galeras turcas. A pesar de estar en desventaja numérica, los españoles luchan con valentía y resisten los ataques enemigos. Los jenízaros turcos son valientes y se lanzan al abordaje con la intención de cortar cabezas infieles. Sin embargo, la disciplina y la experiencia de los soldados españoles les permiten resistir y repeler los ataques enemigos. La batalla es feroz y sangrienta, con disparos de arcabuces, espadas y dagas. A medida que avanza el combate, las galeras españolas sufren daños y pérdidas, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A pesar de la superioridad numérica del enemigo, los españoles se mantienen firmes y demuestran su valentía. La batalla continúa durante todo el día, con los turcos intentando abordar las galeras españolas una y otra vez. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar del agotamiento y las heridas, los españoles se mantienen firmes y continúan luchando contra los turcos. La batalla se vuelve cada vez más intensa y violenta, con los españoles luchando desesperadamente para defender sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A última hora de la tarde, tanto los españoles como los turcos están exhaustos y agotados. Los españoles están heridos y cansados, pero siguen luchando con valentía. A pesar de la difícil situación, los españoles se niegan a rendirse y continúan luchando contra los turcos. La batalla continúa hasta el anochecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar del agotamiento y las heridas, los españoles se mantienen firmes y continúan luchando contra los turcos. La batalla continúa hasta el amanecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar del agotamiento y las heridas, los españoles se mantienen firmes y continúan luchando contra los turcos. La batalla continúa hasta el amanecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar del agotamiento y las heridas, los españoles se mantienen firmes y continúan luchando contra los turcos. La batalla continúa hasta el amanecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar del agotamiento y las heridas, los españoles se mantienen firmes y continúan luchando contra los turcos. La batalla continúa hasta el amanecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar del agotamiento y las heridas, los españoles se mantienen firmes y continúan luchando contra los turcos. La batalla continúa hasta el amanecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar del agotamiento y las heridas, los españoles se mantienen firmes y continúan luchando contra los turcos. La batalla continúa hasta el amanecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. 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La batalla continúa hasta el amanecer, cuando los turcos se retiran temporalmente para reagruparse y reparar sus galeras dañadas. A pesar de la difícil situación, los españoles se mantienen firmes y siguen luchando contra los turcos. La batalla continúa durante toda la noche, con los españoles resistiendo los ataques enemigos y defendiendo sus galeras. A medida que avanza la batalla, los españoles sufren más bajas y daños en sus galeras, pero también infligen bajas significativas a los turcos. A medida que avanza la batalla, los españoles se dan cuenta de que la victoria será costosa y que tendrán que luchar hasta el final. A pesar

En este capítulo, se narra la mañana siguiente a la batalla en la que los turcos han desaparecido. La gente de guardia despierta a los protagonistas y les señala que las galeras enemigas se han ido durante la noche al considerar que no valía la pena capturar una galera en mal estado a costa de muchas vidas. Todos se abrazan y lloran de felicidad al ver que han sobrevivido. Sin embargo, más de doscientos cincuenta camaradas han perdido la vida en el combate y solo quedan medio centenar de galeotes. Entre los supervivientes se encuentran el capitán Alatriste, el piloto Braco y el caporal Zenarruzabeitia. También sobrevive el galeote Joaquín Ronquillo, a quien se le reducirá la condena por su valentía en el combate. El narrador también ha salido ileso, excepto por una herida en el muslo derecho que le hace cojear durante dos meses. La galera, aunque dañada, se mantiene a flote y se reparan las averías. Con una vela improvisada y remos recuperados, logran llegar a tierra firme. Allí, entierran a los muertos y rezan una oración improvisada por falta de un capellán. El capitán Alatriste recita unos versos que todos consideran apropiados. Todo esto sucede en septiembre de 1627, en el cabo Negro, frente a las bocas de Escanderlu. Mientras el capitán Alatriste pronuncia el responso, el sol poniente ilumina las siluetas de los hombres inmóviles alrededor de las tumbas. Los camaradas descansan en espera de la resurrección de la carne, con la cruz hecha de madera turca como último símbolo de su memoria. Permanecerán allí, junto al mar donde dieron sus vidas, hasta el día de la resurrección.

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