El Puente De Los Asesinos

12 minutos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, los hombres se están enfrentando en un duelo en una isla llamada "isla de los Esqueletos". El moro Gurriato y el narrador están observando la pelea mientras están tiritando de frío. A pesar de que consideran que esta pelea es una locura, no pueden hacer nada para detenerla. La isla es un cementerio donde los habitantes de Venecia han enterrado a sus muertos recientemente. Mientras los hombres pelean, el narrador espera ver una vela en el horizonte que indique que su barco está llegando para rescatarlos. El capitán Alatriste está ajustando cuentas pendientes mientras ellos esperan en la isla. En ese momento, otros compañeros de aventura están siendo torturados y asesinados en Venecia.

El capítulo continúa con un flashback en el que se explica cómo comenzó todo. Después de una incursión en la costa griega, el capitán Alatriste y el narrador estuvieron en Nápoles recuperándose. Sin embargo, se quedaron sin dinero y tuvieron que buscar una nueva oportunidad para ganar dinero. Se embarcaron en la galera Virgen del Rosario y fueron enviados a la costa griega para llevar armas y suministros a los cristianos que luchaban contra los turcos. Aunque la misión no tuvo mucho éxito, regresaron a Nápoles sin problemas.

De vuelta en Nápoles, el capitán Alatriste es abordado por un hombre vestido de negro que le entrega una carta ordenándole que lo acompañe. Alatriste se dirige a un caserón donde se encuentra con otro hombre y con don Francisco de Quevedo. Quevedo explica que necesita la ayuda de Alatriste en un asunto importante y secreto relacionado con Venecia. Alatriste tiene muchas preguntas, pero Quevedo le asegura que las responderá una por una. Quevedo explica que el norte de Italia es clave para España, Francia, Saboya y Venecia, y que necesitan mantener el control de la región.

Siguiendo este capítulo, Quevedo expresa su desprecio hacia Venecia, alegando que la República vive de promover disturbios y alianzas secretas para destruir a sus enemigos. También critica su falta de religión y su tolerancia hacia las sectas de Calvino y Lutero. Alatriste observa la retórica excesiva de Quevedo y se pregunta qué parte de todo esto recaerá sobre él. Quevedo plantea la posibilidad de una segunda conjura en Venecia y Alatriste pregunta si será como la conjura de hace nueve años. El caballero desconocido responde que nunca hubo una conjura como se cuenta y que Venecia utilizó el escándalo para derrocar a Osuna. Alatriste pregunta qué tiene que ver él en todo esto y el caballero responde que su papel es importante y secreto, y que se le comunicará durante el viaje. Alatriste pregunta si hay una vía de escape en caso de que las cosas salgan mal, y el caballero responde que supone que sí. Alatriste duda de la confianza que le tienen y Quevedo intenta tranquilizarlo diciendo que nunca lo metería en esto si no confiara en él. Luego, Quevedo revela que Alatriste será el cabo de un grupo que actuará en coordinación con otros, y que su entrada en los correos reales y en la Corte está asegurada. Alatriste pregunta quién irá con él y Quevedo sugiere que haga una lista de soldados de confianza. Alatriste pregunta qué pasará si las cosas salen mal y Quevedo responde que no se torcerán. Alatriste menciona que Venecia no es amistosa con los españoles y Quevedo dice que eso se supone. Luego, Quevedo menciona que Alatriste podría embolsar mucho dinero en Venecia. En la segunda parte del capítulo, Alatriste se encuentra con Quevedo en Nápoles y celebran su reencuentro con una comida. Quevedo le informa a Alatriste sobre un plan para un golpe de mano en Venecia y le dice que su papel es importante y secreto. Alatriste pregunta por qué lo han elegido a él y Quevedo menciona su papel en el episodio de El Escorial y la promesa de ayuda que hizo. Quevedo también le informa que Alquézar podría recuperar el favor del rey y que su sobrina volvería a entrar en la Corte. Alatriste pregunta si estará pagado por su participación y Quevedo confirma que sí. Alatriste menciona que se estaba bien en Nápoles y Quevedo asiente, compartiendo sus pensamientos. Alatriste pregunta qué papel jugará en el plan y Quevedo responde que se le comunicará durante el viaje. Alatriste duda de la confianza que le tienen y Quevedo intenta tranquilizarlo diciendo que nunca lo metería en esto si no confiara en él. Quevedo menciona que Alatriste será el cabo de un grupo y que su entrada en los correos reales y en la Corte está asegurada. Alatriste pregunta quién irá con él y Quevedo sugiere que haga una lista de soldados de confianza. Alatriste pregunta qué pasará si las cosas salen mal y Quevedo responde que no se torcerán.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, el narrador cuenta cómo el reclutamiento de nuevos soldados para el grupo de Alatriste fue rápido. Después de visitar a sus antiguos camaradas en los cuarteles militares de Nápoles, Alatriste convenció a un grupo de soldados activos para unirse a su expedición a Milán. El grupo, compuesto por el viejo amigo aragonés Sebastián Copons, el moro Gurriato y otros cuatro hombres de confianza, embarcaría en Nápoles tres días después de que Alatriste y Quevedo partieran hacia Roma. Durante el viaje a Roma, Alatriste y Quevedo se detienen en un paraje donde son atacados por bandidos. Alatriste y Quevedo logran defenderse y matar a los bandidos. Luego, llegan a Roma y se hospedan en la posada del Orso. Alatriste aprovecha su tiempo libre para pasear por la ciudad y observar los lugares de interés. Mientras espera en el palacio Monaldeschi, Alatriste se observa en un espejo y contempla un cuadro que representa una escena de batalla. El capítulo termina con Alatriste pensando en cómo su apariencia refleja su vida como soldado.

Siguiendo este capítulo, Alatriste se encuentra en una ciudad sitiada que no logra reconocer. A pesar de haber participado en numerosos asedios y combates a lo largo de su vida, todas las ciudades en guerra se parecen entre sí en su memoria. Alatriste es observado por tres hombres desde una habitación, entre ellos se encuentra don Francisco de Quevedo. Uno de los hombres es alto y viste con raso verde bordado en plata y cadena de oro, mientras que el otro lleva el cabello largo y viste de negro con el cuello de gola corta y la cruz de Santiago bordada en rojo en el jubón. Alatriste hace una breve inclinación en señal de respeto, pero Quevedo permanece inexpresivo. Al cabo de un momento, Quevedo se inclina hacia el hombre de la cadena de oro y le susurra algo. Alatriste deduce que se trata de don Íñigo Vélez de Guevara, embajador de España en Roma. El tercer individuo es desconocido para Alatriste. Al cabo de un momento, el hombre de la cadena de oro asiente y el hombre vestido de negro cierra la puerta, dejando a Alatriste solo. Alatriste es invitado a seguir a un sirviente escaleras abajo y se encuentra en una habitación con paredes blancas y desnudas. Desde la ventana enrejada puede ver parte de la plaza y el edificio de la Propaganda de la Fe. En ese momento, entra Gualterio Malatesta, vestido de negro y sin armas. Alatriste se sorprende al verlo y se pone tenso, pero Malatesta se muestra satisfecho y comenta que le place ver a Alatriste. Alatriste le reprocha su traición y Malatesta responde que estuvo a punto de morir, pero logró salvarse. Alatriste duda de si puede confiar en él, pero Malatesta asegura que será leal mientras les sea útil. Alatriste le advierte que una vez terminado el negocio, se enfrentarán como enemigos. Malatesta propone una tregua y Alatriste rechaza su mano. Alatriste y Malatesta se encuentran en Roma junto a don Francisco de Quevedo, quien les informa que ha cumplido su encargo y regresará a Madrid. Alatriste pregunta por la participación de Malatesta en el plan y Quevedo responde que no tiene detalles, pero que es una parte clave de la trama. Alatriste expresa su desconfianza hacia Malatesta, pero Quevedo asegura que confía en que Alatriste tendrá la oportunidad de ajustar cuentas con él. El capítulo termina con Alatriste preguntando qué sucederá después de que todo termine, a lo que Quevedo responde que Alatriste deberá matar a Malatesta como a un perro.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, el capitán Alatriste y el narrador entran en la ciudad de Milán, impresionados por su imponente castillo y sus murallas de hierro. Milán es una plaza fuerte estratégica para la monarquía española, ya que controla los pasos de los valles suizos y la Valtelina. La ciudad está llena de fortalezas españolas debido a la hostilidad del vecino duque de Saboya y las ambiciones de Francia. Lombardía es parte de la monarquía del rey católico, al igual que Nápoles, Cerdeña y Sicilia. Los soldados españoles en Milán viven con desprecio hacia Italia y el resto del mundo, orgullosos de su poder militar y su soberbia. En Milán, el capitán Alatriste y el narrador se encuentran con Lopito de Vega, un antiguo amigo y alférez. Lopito les informa que otros miembros de su grupo ya han llegado a Milán y les muestra su alojamiento. Luego, Lopito les cuenta sobre la situación política en Europa, con la guerra en el norte de Alemania y la posible entrada de Suecia en el conflicto. También menciona que se rumorea que España podría actuar en Mantua y el Monferrato. El capítulo continúa con Alatriste y el narrador en Venecia, donde se encuentran con otros conspiradores para llevar a cabo un golpe de estado en la ciudad. Saavedra Fajardo, el secretario de la embajada de Roma, explica los detalles de la operación, que incluye incendiar el barrio judío y el Arsenal. Alatriste es asignado para liderar el incendio del Arsenal junto con otros españoles y mercenarios dálmatas. El gobernador de Milán, Gonzalo Fernández de Córdoba, está presente en la reunión y se mantiene impasible ante las bromas de los soldados. El capítulo termina con Alatriste calculando la dificultad de su misión en el Arsenal.

Siguiendo este capítulo, Saavedra Fajardo explica a Alatriste y a los demás hombres de armas el plan para asesinar al dogo de Venecia durante la misa de gallo en San Marcos. Saavedra Fajardo revela que los ejecutores serán un cura uscoque y un italiano de Sicilia, quienes se han comprometido a llevar a cabo el asesinato. Alatriste reconoce a uno de ellos y confirma que es un hombre peligroso y diestro en su oficio. A pesar de las dudas y preocupaciones de algunos de los presentes, Alatriste decide unirse al plan. Saavedra Fajardo les da instrucciones sobre cómo entrarán a Venecia en pequeños grupos y cómo se encontrarán en la ciudad. También les advierte que si algo sale mal, España negará cualquier conocimiento del plan y no les brindará ayuda. Alatriste y los demás hombres se preparan para partir hacia Venecia al día siguiente. Mientras esperan, Alatriste reflexiona sobre las cicatrices que ha acumulado a lo largo de su vida como soldado y recuerda la batalla de Rocroi, donde peleó junto al capitán Alatriste y presenció su muerte.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, Diego Alatriste se dirige en góndola a la embajada de España en Venecia. Al llegar, se encuentra con el secretario de embajada Saavedra Fajardo y con don Baltasar Toledo, el militar encargado de la encamisada. Discuten sobre los detalles de la conjura y la importancia de mantener la discreción. También hablan sobre el nuevo dogo de Venecia, Riniero Zeno, y la posibilidad de que la conjura haya sido descubierta. Finalmente, deciden que Alatriste y Toledo se reunirán con los dos principales capitanes implicados en la conjura para discutir los detalles y entregarles el dinero necesario. Sin embargo, Toledo muestra cierta hostilidad hacia Alatriste, pero finalmente acuerdan que no hay tiempo para llegar a la isla donde se realizará la entrega del dinero.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, el narrador cuenta cómo ha intimado con la criada Luzietta en casa de Livia Tagliapiera. Aunque ella es bonita y descarada, su virtud se ha perdido en un pasado remoto. El narrador se las arregla para tener encuentros con ella sin gastar mucho dinero. Mientras tanto, el capitán Alatriste se prepara para una cita en un lugar incómodo y de concurrencia dudosa. El narrador lo sigue a una taberna donde se encuentra con otros hombres, incluido el capitán Lorenzo Faliero y un renegado raguseo llamado Maffio Sagodino. Discuten sobre un plan para asesinar al dogo Giovanni Cornari durante la misa de gallo en Navidad. Alatriste se muestra escéptico pero acepta participar en el plan. Después de la reunión, el narrador sigue a Alatriste hasta un puente donde se encuentra con Gualterio Malatesta. Tienen una conversación en la que Malatesta revela detalles del plan y menciona que conoce a la mujer que solía vivir con Alatriste en Madrid. Alatriste se muestra preocupado y reflexiona sobre la misión y su relación con Malatesta. A pesar de sus dudas, decide seguir adelante y confía en Alatriste como su líder.

Capítulo sin nombre 6

En este capítulo, el narrador relata su encuentro con Luzietta, la criada de donna Livia Tagliapiera. A pesar de ser sirvienta, Luzietta no era una prostituta y el narrador disfrutaba de su compañía. Sin embargo, esa noche, mientras estaban juntos, son interrumpidos por un hombre que resulta ser el novio de Luzietta. Se produce una pelea en la que el narrador logra defenderse y el novio huye en una góndola. Después de la pelea, el narrador se dirige al baño y al regresar, se encuentra con Luzietta hablando con un hombre en la puerta trasera de la casa. El narrador se da cuenta de que el hombre es un espía de la Inquisición y que Luzietta estaba espiando al narrador por encargo de otros. El narrador decide interrogar a Luzietta y ella confiesa todo. Después de esto, el narrador se encuentra con el capitán Alatriste y donna Livia Tagliapiera para discutir la situación. El capitán sugiere encerrar a Luzietta en un lugar seguro y el narrador está de acuerdo. Finalmente, el narrador reflexiona sobre la situación y se da cuenta de que está atrapado en una trampa en Venecia y que la vida de todos está en peligro.

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, el capitán Alatriste y sus compañeros se reúnen con don Baltasar Toledo, quien está enfermo en un convento. Durante la misa, Alatriste, Roque Paredes y Manuel Martinho de Arcada se escabullen por la sacristía y se dirigen al convento contiguo. Allí, discuten los planes para el ataque al Arsenal de Venecia y el palacio ducal. Debido a la mala salud de Toledo, se decide que Alatriste liderará el ataque al Arsenal, mientras que Martinho de Arcada estará a cargo del palacio ducal. Roque Paredes se encargará de incendiar el barrio judío. Después de la reunión, Alatriste y sus compañeros se encuentran en la punta de la Aduana, donde discuten los detalles de la misión. Al día siguiente, Alatriste y Roque Paredes se encuentran con los artificieros suecos y los soldados españoles que se unirán a ellos. Más tarde, Alatriste y Copons exploran el Arsenal para familiarizarse con el terreno. Finalmente, Alatriste y sus compañeros visitan el Arsenal como turistas para observar las defensas y los almacenes de pólvora. Durante la visita, se encuentran con el capitán Maffio Sagodino, quien los observa con sospecha.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, Diego Alatriste se levanta temprano en una Venecia cubierta de nieve. Se dirige a un taller de espadas donde se encuentra con Gualterio Malatesta, quien se burla de la calidad de las armas expuestas. Luego, van a una taberna a tomar vino y discuten sobre sus motivaciones para estar en Venecia. Malatesta revela que planea asesinar al rey y al dogo de Venecia, y Alatriste le explica su plan para proclamar a Riniero Zeno como nuevo dogo. Después, se dirigen a la iglesia de San Marcos para hacer una exploración del lugar. Malatesta explica su plan para entrar a la iglesia y asesinar al dogo, mientras Alatriste espera afuera. Luego, se separan y Alatriste se encuentra con el capitán Faliero, quien le informa que todo está en calma. Alatriste regresa a su posada y es interrumpido por el secretario de embajada Saavedra Fajardo, quien le informa que han capturado al cura uscoque. Alatriste se preocupa por las implicaciones de su captura y Saavedra Fajardo le informa que el cura solo conoce a Malatesta y no está al tanto del resto del plan. Ambos concluyen que el desastre es inevitable y deciden dar contraorden para detenerlo todo.

Siguiendo este capítulo, Alatriste se reúne con Saavedra Fajardo, el secretario de embajada, quien le informa sobre la situación en Mantua. El duque Vincenzo Gonzaga está gravemente enfermo y su muerte podría permitir a España asegurar el Milanesado. Sin embargo, también se menciona que el cura uscoque ha sido capturado y podría revelar información comprometedora. Alatriste y Saavedra Fajardo discuten sobre cómo proteger a los demás españoles en Venecia y acelerar su salida de la ciudad. Alatriste decide enviar un aviso a sus compañeros para que se mantengan ocultos hasta la noche, momento en el que partirán hacia sus barcos. Saavedra Fajardo también le informa que él está cubierto y protegido por cartas y pasavantes, pero que la embajada se desentiende del asunto. Alatriste se preocupa por la seguridad de don Baltasar Toledo y le pide a Saavedra Fajardo que se encargue de su evacuación. Después de la reunión, Alatriste se encuentra con Gualterio Malatesta, quien le informa sobre la situación del cura uscoque y le propone asesinar al dogo de Venecia. Alatriste rechaza la idea y se dirige a encontrarse con sus camaradas para llevar a cabo el plan de asesinato del dogo. En el camino, Alatriste reflexiona sobre su relación con Íñigo y recuerda momentos de su pasado juntos. Finalmente, llega al puente de los Asesinos, donde se encontrará con sus compañeros para llevar a cabo la misión.

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, no hubo cena de Nochebuena en casa de donna Livia Tagliapiera. Alatriste fue a despedirse de ella y le advirtió que podría ser peligroso quedarse en la ciudad. Sin embargo, ella no pareció preocupada y se mostró indiferente a la propuesta de abandonar la ciudad. Alatriste admiró la belleza de donna Livia y recordó su relación pasada con ella. Se despidió de ella y reveló su verdadero nombre, Diego. Luego, Alatriste se encontró con Malatesta y juntos se dirigieron a una góndola en la que se encontraba un remero. Se dirigieron al Arsenal de Venecia, donde se encontraron con el resto de la cuadrilla. Alatriste se separó de ellos y se dirigió a una taberna cercana, donde se encontró con Copons y otros camaradas. Discutieron los detalles del plan y se prepararon para el asalto al Arsenal. Alatriste y Malatesta se vistieron como oficiales de la guardia ducal y salieron a la calle. Caminaron hacia la plazuela de la Canónica, donde se encontraron con el resto de la cuadrilla. Mientras tanto, en otro lugar de la ciudad, Alquézar y los demás se preparaban para el asalto al palacio ducal. Finalmente, Alatriste y los demás se acercaron a la puerta del Arsenal, pero se dieron cuenta de que era una trampa y fueron atacados por soldados venecianos. Alatriste y algunos de sus camaradas lograron escapar corriendo por las calles de Venecia.

Siguiendo este capítulo, Alatriste y sus compañeros continúan su huida por las calles de Venecia. Se encuentran con un grupo de hombres que intentan cortarles el paso, pero Alatriste y sus camaradas los derrotan rápidamente. Durante la pelea, Quartanet resulta herido y se queda rezagado. A pesar de los intentos de Gurriato por ayudarlo, Quartanet les dice que sigan adelante y se queda atrás.

Después de cruzar una verja, Alatriste y los demás llegan a un lugar donde son recibidos por el capitán Lorenzo Faliero. Sin embargo, Alatriste desconfía de él y lo ataca con su daga. Luego, disparan un tiro al aire para distraer a los soldados que los persiguen y escapan.

Mientras corren por las calles de Venecia, Alatriste y Malatesta reflexionan sobre la posibilidad de una traición por parte de los españoles. Alatriste menciona que la enfermedad del duque Vincenzo Gonzaga podría ser una oportunidad para que las tropas españolas invadan Mantua y el Monferrato. Malatesta también considera esta posibilidad y comenta que, en caso de una traición, ellos serían los chivos expiatorios.

Finalmente, Alatriste y Malatesta llegan al pontón de San Moisés, donde esperan encontrar una góndola para escapar. Sin embargo, no hay nadie allí y el canal grande se extiende frente a ellos. Deciden subir a un sándalo abandonado y remar hacia la otra orilla. Después de un encuentro cercano con una caorlina, logran llegar a salvo al escuero donde los espera Paoluccio Malombra.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, la embarcación en la que viajan Diego Alatriste, Sebastián Copons y el moro Gurriato se acerca a la isla de San Ariano. El paisaje es gris y tétrico, con ruinas de un antiguo convento y huesos semienterrados por todas partes. Al ver aparecer al capitán Alatriste, Diego se llena de alegría, ya que pensaba que nunca volvería a verlo. Alatriste se reencuentra con Diego y Sebastián, y se sorprende al ver que solo ellos tres están allí. Pregunta por los demás, pero nadie sabe qué ha sido de ellos. A pesar de la traición y el fracaso, Alatriste y Copons afrontan la situación con resignación y continúan cuidando de las heridas de Gurriato. Mientras esperan ser rescatados, Alatriste se enfrenta a Gualterio Malatesta en un duelo de espadas. Aunque ninguno resulta gravemente herido, Alatriste se da cuenta de que Malatesta no los ha traicionado. Sin embargo, la embarcación que los rescatará tarda en llegar y no saben si serán abandonados en la isla. Finalmente, ven una embarcación acercándose a la isla y se dan cuenta de que serán rescatados.

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