Alatriste 3. el sol de breda

11 minutos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, Íñigo Balboa narra cómo participó en el asalto a la ciudad de Oudkerk en Flandes. Acompañado por su amo, el capitán Alatriste, y otros soldados españoles, Íñigo camina por la niebla hacia la ciudad, donde se encuentran con centinelas holandeses en la puerta. De repente, un grupo de campesinos se acerca y asesina a los centinelas, permitiendo que los españoles tomen el control de la puerta y entren en la ciudad.

Una vez dentro, los soldados españoles se enfrentan a la guarnición holandesa y toman el control de Oudkerk. Aunque la batalla es sangrienta, los españoles logran la victoria gracias al factor sorpresa y al pánico que causan en el enemigo. Después de la batalla, comienza el saqueo de la ciudad, siguiendo las órdenes del maestre de campo de matar a los defensores y asegurar la conquista antes de ocuparse del botín.

A pesar de la violencia y el caos del saqueo, los soldados españoles se comportan con relativa disciplina y evitan la violencia contra las mujeres. El capitán Alatriste y Íñigo se encuentran más tarde en la plaza del Ayuntamiento, donde ayudan a rescatar libros de la biblioteca que está en llamas. Íñigo se encuentra con un soldado anónimo que le pide ayuda y juntos logran salvar algunos libros antes de que el edificio se derrumbe.

Después de la batalla, Íñigo se reúne con el capitán Alatriste y el resto de su escuadra en el jardín trasero de una casa. Los soldados están cansados pero de buen humor, ya que han logrado la victoria y tienen un botín razonable. Mientras descansan, escuchan la llegada del maestre de campo Jiñalasoga y su bandera de refuerzo.

Finalmente, el capitán Alatriste decide ir a echar un vistazo a la llegada de Jiñalasoga, a pesar de su dolor en la pierna. El capítulo termina con Alatriste preparándose para salir y diciendo que los maestres de campo siempre llegan a media mañana.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, el invierno ha llegado a Flandes y la situación para los españoles es cada vez más difícil. A pesar de los esfuerzos del general Spínola, las provincias rebeldes se están perdiendo poco a poco. Los Estados Generales del norte, apoyados por Francia, Inglaterra y otros enemigos de España, se consolidan en su rebeldía gracias al calvinismo, que es más útil para los negocios de sus burgueses y comerciantes. Por otro lado, los Estados católicos del sur están hartos de la guerra y de las exacciones de las tropas españolas, que son consideradas tropas de ocupación. Además, la decadencia de España, con un rey incapaz, un valido ambicioso, una aristocracia estéril, un funcionariado corrupto y un clero fanático, está llevando al país a la miseria. Los españoles prefieren buscar fortuna en Flandes o en América, en busca de un golpe de suerte que les permita vivir sin pagar impuestos ni trabajar. A pesar de la decadencia, España todavía es temida y respetada gracias a su poder militar y a la riqueza que llega de las Indias. En Flandes, el invierno es duro y lluvioso, y los soldados españoles se ven obligados a forrajear en busca de comida y leña. En una visita de inspección, el capitán Bragado informa a Diego Alatriste y a su escuadra sobre una misión para tomar prisioneros y obtener información sobre un posible socorro holandés a Breda. Alatriste acepta la misión y se prepara para partir. Antes de irse, Bragado le entrega una carta de don Francisco de Quevedo, en la que le cuenta que ha tenido problemas con un poeta que ha insultado a Cervantes y que Luis de Alquézar sigue en la Corte y tiene una sobrina que trabaja para la reina. Alatriste se despide de la mujer de la posada y se une a sus compañeros para partir en la misión.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, el narrador relata los acontecimientos que llevaron al motín en el tercio de Cartagena en Flandes. La falta de pagas y la escasez de alimentos habían creado un ambiente tenso entre los soldados. El invierno no había sido especialmente duro, pero las dificultades económicas y la falta de pago habían empeorado la situación. El tercio de Cartagena, que estaba acampado cerca de Breda, no había recibido ninguna paga y esto había generado un malestar creciente entre los soldados.

El narrador menciona que algunos veteranos habían experimentado la miseria después de la tregua de doce años con los holandeses y sabían que el servicio al rey no era recompensado adecuadamente. Además, la situación se complicó aún más cuando se descubrió que el tercio de Cartagena había sido excluido de los pagos que otros tercios habían recibido. Esto generó un ambiente de descontento y malestar entre los soldados.

El tercio de Cartagena estaba ubicado en una posición estratégica cerca de Breda, ya que se esperaba un posible ataque enemigo. Sin embargo, la falta de pagas y la tensión entre los soldados complicaron la situación. El maestre de campo, don Pedro de la Daga, conocido como jiñalasoga, fue acusado de mal gobierno en las finanzas y de provocar el conflicto con su actitud agresiva.

El narrador describe cómo estaba leyendo un libro de Cervantes cuando se convocó una muestra general del tercio. Los soldados se prepararon para la revista, pero el ambiente era tenso y se rumoreaba sobre posibles enfrentamientos entre los soldados y los oficiales. Finalmente, se produjo un altercado entre un sargento y un soldado, lo que llevó a la condena a muerte de los dos soldados.

El narrador describe cómo los soldados se amotinaron y se formaron en filas frente a las compañías leales. El maestre de campo ordenó a los rebeldes que se rindieran, pero la situación se volvió cada vez más tensa. Finalmente, el sargento mayor hizo un gesto negativo con la cabeza, evitando así un enfrentamiento violento entre los soldados. Las compañías leales bajaron sus armas y los amotinados también se calmaron.

El narrador reflexiona sobre los motines en Flandes y cómo estos incidentes minaron el prestigio de la monarquía española. A pesar de los problemas y la falta de justicia y buen gobierno, el narrador destaca la valentía y el honor de los soldados españoles que lucharon por su nación. El capítulo termina con el narrador mencionando que este fue el primero de muchos motines que presenciaría en sus años de servicio militar.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, el narrador relata los tres días de negociación que fueron necesarios para que los amotinados de Oudkerk volvieran a la obediencia. Durante este tiempo, la disciplina del tercio de Cartagena se mantuvo más estricta que nunca, con los oficiales y banderas de todas las compañías recogidos en el pueblo y el tercio acampado extramuros. Se reforzaron los puestos de centinela avanzados para prevenir un posible ataque holandés. Además, se estableció un servicio de orden para mantener el control entre los soldados, llegando incluso a ajusticiar a cinco maltrapillos que intentaron saquear por su cuenta en el pueblo.

En medio de esta situación, el general don Ambrosio Spínola y Grimaldi, marqués de los Balbases, capitán general del ejército de Flandes, llega a Oudkerk para liquidar el motín. El general es descrito como un hombre astuto y firme, delgado, pálido y con barba y pelo gris. Aunque no tiene el carisma del duque de Alba, ha conseguido grandes triunfos militares para España en el Palatinado y en Flandes. Durante su visita, el general pasea entre los soldados, saludándolos y agradeciéndoles su servicio. Se encuentra con el capitán Alatriste, quien le recuerda su participación en la batalla de Ostende. Ambrosio Spínola muestra interés en Alatriste y le pregunta sobre su historia militar.

Después de la conversación, el narrador cuenta cómo se desata una pelea entre el valenciano García de Candau y el capitán Alatriste. El narrador y su camarada Jaime Correas se acercan a un carromato donde una mujer llamada Clara de Mendoza atiende a los soldados. El valenciano se enfada al ver a los jóvenes cerca de la mujer y los ataca. Alatriste interviene y se enfrenta al valenciano en un duelo. Finalmente, Alatriste mata al valenciano en defensa propia.

El capítulo concluye con el narrador mencionando que, poco después de la pelea, se produce un ataque holandés y todos tienen que centrarse en la batalla.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, el enemigo ataca durante la noche y los puestos de centinela son sorprendidos y asesinados. Mauricio de Nassau aprovecha el motín y se acerca a Oudkerk desde el norte con la intención de enviar refuerzos a Breda. El tercio de Cartagena y otro de infantería valona reciben la orden de retrasar a los holandeses hasta que el general Spínola organice el contraataque. Durante la noche, se despiertan con redobles de tambores y órdenes de tomar las armas. Se forma una gran confusión y desorden mientras los soldados se preparan para el combate. Finalmente, se organizan en formación y se enfrentan a los holandeses en el molino Ruyter. La compañía del capitán Bragado se pone en marcha y se adentra en la oscuridad a lo largo de un dique. Durante la caminata, el narrador acompaña a Diego Alatriste y lleva su arcabuz y el de Sebastián Copons. Llegan al molino Ruyter antes del amanecer y se preparan para el combate. Los holandeses atacan repetidamente, pero el tercio de Cartagena se mantiene firme y rechaza los ataques. Sin embargo, el tercio de infantería valona comienza a debilitarse y se retira hacia el tercio de Cartagena en busca de protección. Los holandeses continúan atacando, pero los españoles se mantienen firmes y resisten. El capítulo termina con el narrador luchando en medio del caos y la confusión de la batalla.

Capítulo sin nombre 6

En este capítulo, el narrador recuerda la batalla de Breda y las terribles escenas de violencia y muerte que presenció. Describe los sonidos de la batalla, los gritos de los hombres, el choque de las armas y el ruido de las heridas. También recuerda a Angélica de Alquézar, una mujer que le preguntó sobre el sonido más siniestro que había escuchado, a lo que él respondió que era el ruido de un acero atravesando un cráneo. El narrador también menciona el orgullo que siente al cumplir con su deber como soldado, independientemente de la nación o la bandera por la que luche. Durante la batalla, el narrador busca a su amo, el capitán Alatriste, y finalmente lo encuentra luchando junto a sus camaradas. Después de la batalla, el narrador se encuentra agotado y herido, pero satisfecho de estar vivo. Sin embargo, su alegría se ve empañada por la crueldad y la violencia que presencia durante la cacería de los enemigos derrotados. Después de la batalla, el narrador se encuentra con un soldado enemigo herido y decide ayudarlo, pero el capitán Alatriste ordena a su compañero, Sebastián Copons, que lo mate. El narrador se enfurece y confronta al capitán, pero este le responde que algún día él también podría estar en esa situación. Esta experiencia cambia la forma en que el narrador ve la guerra y la muerte, y se da cuenta de que aquellos que matan a distancia no entienden realmente el acto de matar.

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, Íñigo Balboa escribe una carta a don Francisco de Quevedo para contarle sobre su vida en Flandes. Le menciona que el tercio viejo de Cartagena se encuentra ahora bajo los muros de Breda, participando en el asedio. Describe las dificultades y los peligros de la vida en el campo de batalla, como la escasez de alimentos, la suciedad y los constantes ataques enemigos. También menciona las obras de asedio y la invención con la que han sido hechas, uniendo aldeas y fuertes con trincheras y baluartes para evitar que los sitiados reciban refuerzos. Íñigo comenta que él está bien de salud y que el capitán Alatriste sigue como siempre, con pocas carnes en el cuerpo y pocas palabras en la boca. Además, le pide a don Francisco que si se encuentra con una niña llamada Angélica de Alquézar, le diga que él está en Flandes sirviendo al rey y a la fe católica. Luego, el capítulo cambia de narrador y se centra en una escena de asedio en la que Diego Alatriste y sus camaradas se encuentran en una trinchera bajo el fuego enemigo. Alatriste y sus compañeros se ven envueltos en una lucha en un túnel subterráneo, donde se enfrentan a los soldados holandeses. Finalmente, logran salir del túnel y regresar a la trinchera española, aunque algunos de sus compañeros resultan heridos o muertos en el enfrentamiento.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, se narra cómo transcurre el mes de abril en el asedio de Breda. Se menciona que los sitiados están sufriendo una gran carestía, pero los españoles también están pasando dificultades. Algunos soldados ingleses y franceses desertan y se pasan al bando español. También se menciona el plan del príncipe Mauricio de Nassau de construir un dique para inundar las trincheras españolas y llevar tropas y provisiones a la ciudad. El general Spínola está preocupado por este plan y busca una forma de impedirlo.

En esos días, el capitán Alatriste recibe la orden de presentarse en la tienda del maestre de campo don Pedro de la Daga. Alatriste se prepara y se dirige a la tienda, donde se encuentra con otros oficiales. El maestre de campo le informa que hay un desafío pactado para el día siguiente, cinco contra cinco, en la puerta de Bolduque. Alatriste es elegido como uno de los cinco y acepta la misión. Sin embargo, hay tensiones entre él y los entretenidos, especialmente con don Carlos del Arco, quien muestra arrogancia y falta de respeto hacia Alatriste. A pesar de esto, Alatriste defiende su honor y reputación.

Al día siguiente, se lleva a cabo el desafío en la puerta de Bolduque. Los cinco hombres del bando español se enfrentan a tres holandeses, un escocés y un francés. La pelea es feroz y violenta, y varios hombres resultan heridos o muertos. Alatriste y su escuadra logran salir victoriosos, pero también sufren bajas. Alatriste queda impresionado por el coraje y la valentía de los hombres en combate.

Después del desafío, Alatriste reflexiona sobre su vida y su reputación. Pasan los días y se prepara para participar en una encamisada, una acción nocturna en la que los soldados españoles infiltran el campamento enemigo para causar daño y luego retirarse rápidamente. Alatriste y su escuadra son seleccionados para participar en esta misión. Se adentran en el territorio enemigo durante la noche, pero la narración se detiene en este punto y se menciona que Alatriste permanece despierto hasta el amanecer, pensando en las mujeres que ha conocido y en los peligros que enfrenta como soldado.

En general, este capítulo muestra la vida en el asedio de Breda, las dificultades que enfrentan los soldados y la valentía de Alatriste en el combate. También se destaca la importancia del honor y la reputación en la sociedad militar de la época.

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, el narrador relata los acontecimientos que sucedieron en Flandes durante el cerco de Breda. Mauricio de Nassau muere y los españoles intentan levantar el cerco de la ciudad. Aunque no logran su objetivo, los cañones españoles bombardean los muros de la ciudad y hacen volar un baluarte al amanecer. La situación en Breda ya no es solo una cuestión militar para España, sino también de reputación. Todos los ojos de Europa están puestos en el resultado de la guerra, incluyendo los del sultán de los turcos, los reyes de Francia e Inglaterra, los venecianos y el papa de Roma. A pesar de ser aliados de España, el papa muestra celos de la influencia española en Italia y trata de fastidiar a los españoles. El capitán Alatriste recibe una carta de Angélica de Alquézar, en la que ella muestra interés por él y menciona que tiene planes para él. Mientras tanto, en Flandes, se produce un enfrentamiento entre las tropas españolas e inglesas. El maestre de campo y varios oficiales españoles son asesinados, pero gracias a la valentía y determinación de Alatriste y sus camaradas, logran repeler el ataque y hacer huir a los ingleses. El narrador, con tan solo quince años, se encuentra en medio de la batalla, abrazando la bandera española y gritando de rabia y coraje. Aunque sobreviven, el narrador no puede evitar emocionarse al recordar aquel momento.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, el narrador, que es el capitán Alatriste, nos cuenta cómo nueve años después de la rendición de Breda, se encuentra en Madrid visitando el estudio de Diego Velázquez. Alatriste describe el frío día de invierno en el que llega al estudio y cómo se siente al entrar en el lugar cálido y acogedor. Velázquez, vestido de forma descuidada, le ofrece un caldo caliente y conversan sobre diversos temas. Alatriste le cuenta que ha conseguido un boceto de la espada del marqués de los Balbases y se lo muestra a Velázquez. Luego, observan juntos un cuadro que Velázquez ha pintado sobre la rendición de Breda. Alatriste comenta que aunque el cuadro es magnífico, lo que realmente le importa son los recuerdos que tiene de la batalla y de los soldados que lucharon en ella. Alatriste reflexiona sobre la verdadera realidad de la guerra y cómo los soldados anónimos son los verdaderos protagonistas, a pesar de que en el cuadro sean los figurones retratados en primer plano. El capítulo termina con Alatriste recordando a los soldados españoles y su valentía en la batalla.

Capítulo sin nombre 11

En este capítulo, el editor comenta sobre la presencia del capitán Alatriste en el lienzo de La rendición de Breda de Diego Velázquez. Durante mucho tiempo, ha habido un debate sobre si Alatriste está representado en el cuadro. El testimonio de Íñigo Balboa, quien afirma en dos ocasiones que el capitán está en el lienzo, contrasta con los estudios de las cabezas del lado derecho que descartan que alguna de ellas corresponda a Alatriste. Algunos expertos sugieren que Alatriste podría estar representado en el oficial que está detrás del caballo, pero otros creen que es un autorretrato de Velázquez. Aunque hay similitudes físicas entre Alatriste y ese oficial, la edad y la indumentaria no coinciden con las características de Alatriste en ese momento. Además, un estudio detallado de las facciones e indumentarias de Alatriste parece descartar su presencia en el cuadro. Sin embargo, las palabras de Íñigo Balboa afirmando que Alatriste está en el lienzo han desconcertado a los expertos durante mucho tiempo. El editor revela que, de manera casual, descubrió un dato en un libro sobre Velázquez que confirma las afirmaciones de Íñigo Balboa. Según una radiografía del lienzo, se puede ver una cabeza de perfil aguileño detrás del espacio vacío donde Íñigo Balboa describe a Alatriste. Aunque se desconoce por qué Velázquez decidió eliminar esa cabeza del cuadro, ahora se sabe que Alatriste estaba en La rendición de Breda.

Capítulo sin nombre 12

En este capítulo, se presentan extractos de las Flores de Poesía de varios ingenios de la corte, un libro impreso en el siglo XVII sin pie de imprenta. Se incluyen poemas de Francisco de Quevedo, Pedro Calderón de la Barca y otros autores. En el primer poema, Quevedo dedica un soneto al Marqués Ambrosio Spínola, el cual gobernó las armas católicas en Flandes. En el soneto, se elogia la valentía y el liderazgo de Spínola en la conquista de ciudades como Ostende, Frisa y Bredá. Se destaca su habilidad para derrotar a los enemigos y someter el Palatinado al monarca español. En el segundo poema, del Caballero del Jubón Amarillo, se dirige a Íñigo Balboa en su vejez. Se compara la vida aventurera y valiente de Balboa en Flandes con la de un joven soldado vasco. Se resalta la importancia de su valor y experiencia en la historia y se menciona al capitán don Diego de Alatriste. En el último extracto, se presenta un fragmento de la comedia "El Sitio de Breda" de Pedro Calderón de la Barca. En este fragmento, se narra la defensa del cuartel de Terheyden durante el sitio de Breda. Se destacan las conversaciones entre los soldados españoles y se resalta la importancia de la obediencia y el valor en la guerra. También se menciona la actuación destacada de Diego Alatriste y Tenorio en la batalla. Se destaca la victoria de los españoles y se elogia a los soldados italianos que lucharon junto a ellos. Se menciona la desaparición de referencias sobre Diego Alatriste en versiones posteriores de la comedia y en el lienzo "La rendición de Breda" de Velázquez, sin que se conozcan las razones de esta supresión.

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