El tango de la Guardia Vieja

20 minutos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, se narra cómo Armando de Troeye, un reconocido compositor español, viaja a Buenos Aires en noviembre de 1928 para componer un tango. A sus cuarenta y tres años, De Troeye se encuentra en la cima de su carrera y su fotografía ha sido publicada en todas las revistas ilustradas españolas. Acompañado de su bella esposa, Mecha Inzunza de Troeye, embarcan en el transatlántico Cap Polonio de la Hamburg-Südamerikanische.

En la cubierta de primera clase, Armando de Troeye posa sonriente junto a su esposa en una fotografía que aparece en las páginas de la revista Gran Mundo de Blanco y Negro. Mientras tanto, De Troeye se prepara para la cena de esa noche. Aunque sufre de una ligera jaqueca, le pide a su esposa que vaya al salón de baile y disfrute de la música mientras él se viste. Con meticulosidad, llena su pitillera de oro con cigarrillos y coloca en los bolsillos de su chaqueta del smoking objetos necesarios para la velada.

Después de apagar la luz y cerrar la puerta de su camarote, De Troeye camina por el barco ajustando sus movimientos al balanceo de la nave. Antes de entrar al salón, se observa en el espejo del vestíbulo y se siente satisfecho con su aspecto elegante y frágil. Luego, se dirige a su mesa reservada en el mejor lugar de la sala, mientras algunas miradas se posan en él. Una mujer hermosa le dedica una mirada de admiración. La orquesta comienza a tocar un vals lento cuando De Troeye se sienta junto a la mesa donde hay una botella de champaña y una vela eléctrica encendida.

Desde la pista de baile, su joven esposa, Mercedes Inzunza, le sonríe mientras baila con un joven apuesto vestido de etiqueta. Este joven es el bailarín profesional del barco, encargado de entretener a las señoras de primera clase. Después de devolverle la sonrisa, De Troeye elige un cigarrillo y comienza a fumar.

1. El bailarín mundano

En este capítulo, se nos presenta a Max Costa, un hombre que solía ser el mejor bailarín de su época. Era admirado por su habilidad en la pista de baile y por su encanto con las mujeres. Sin embargo, ahora se encuentra en una etapa diferente de su vida. Ha perdido su sombra, su éxito y su fama. Ahora trabaja como chófer para el doctor Hugentobler, un médico suizo. Max se encarga de conducir al doctor por la ciudad de Sorrento, en Italia.

En su camino hacia el hotel Vittoria, Max recuerda su pasado como bailarín y cómo solía ser el centro de atención en los salones de baile. También recuerda su habilidad para seducir a las mujeres y su vida llena de lujos y excesos. Sin embargo, ahora se encuentra en una situación muy diferente. Ha perdido su sombra y su éxito, y se siente nostálgico y solitario.

Cuando llega al hotel Vittoria, Max se encuentra con Tiziano Spadaro, un viejo conocido que trabaja en la recepción del hotel. Hablan sobre la vida y los cambios que han experimentado desde la última vez que se vieron. Max le pide a Spadaro información sobre una mujer que ha visto en la ciudad. Spadaro le dice que la mujer es la madre de Jorge Keller, un famoso jugador de ajedrez chileno que está participando en el Premio Campanella, un torneo de ajedrez que se celebra en Sorrento.

Max continúa su búsqueda de la mujer y finalmente la encuentra en el salón de baile del Cap Polonio. Baila con varias mujeres, pero su atención se centra en una mujer mayor que está acompañada por una joven y un hombre joven. Max se da cuenta de que la mujer mayor es la madre de Jorge Keller. Se siente intrigado por ella y decide seguirla discretamente.

En otro momento, Max se encuentra con la mujer en la cubierta de botes del transatlántico. Tienen una breve conversación en la que Max elogia sus habilidades de baile. La mujer muestra poco interés en él y vuelve a su libro.

Más tarde, Max descubre que la mujer es la madre de Jorge Keller, un famoso jugador de ajedrez chileno. También descubre que Keller está participando en el Premio Campanella, un prestigioso torneo de ajedrez que se celebra en Sorrento. Max se siente intrigado por la mujer y decide seguirla para descubrir más sobre ella.

En resumen, en este capítulo se nos presenta a Max Costa, un antiguo bailarín que ha perdido su éxito y fama. Ahora trabaja como chófer y se siente nostálgico y solitario. Se encuentra con una mujer mayor que resulta ser la madre de un famoso jugador de ajedrez chileno. Max se siente intrigado por ella y decide seguirla para descubrir más sobre su vida.

Siguiendo este capítulo, Max continúa su noche en el transatlántico. Después de bailar con varias parejas, incluyendo una norteamericana que le da un billete de cinco dólares, Max ve a la señora De Troeye entrar al salón de baile con su marido. A pesar de que Max intenta llamar su atención, la señora De Troeye parece ignorarlo. Max decide tomar un descanso y fumar un cigarrillo en la cubierta. Luego regresa al salón y se sienta cerca de la orquesta, charlando con los músicos. Finalmente, ve a la señora De Troeye entrar nuevamente, esta vez sola. Max se acerca a su mesa y ella acepta bailar con él. Bailan dos tangos juntos y Max queda impresionado por su habilidad y elegancia. Después de bailar, Max se despide de ella y se retira a su cabina. Al día siguiente, Max investiga sobre Jorge Keller, el ajedrecista que se enfrentará al campeón mundial en Sorrento. Max visita la hemeroteca y recopila información sobre Keller. Luego, se encuentra con Lambertucci, el dueño de la trattoria Stefano, y el capitano Tedesco, quienes le hablan sobre Keller y el próximo torneo en Sorrento. Max se interesa por la madre de Keller y los dos hombres le dan algunos detalles sobre su influencia en la carrera de su hijo. Después de su encuentro, Max regresa al barco y continúa su trabajo como bailarín. Baila con la señora De Troeye nuevamente y disfruta de su compañía. Después de la cena, Max se retira a su cabina y lee sobre Keller en revistas y periódicos. Al día siguiente, Max se encuentra en la cubierta del barco, reflexionando sobre su vida y su trabajo como bailarín. Luego, se dirige a la trattoria Stefano, donde habla con Lambertucci y el capitano Tedesco sobre Keller y el próximo torneo en Sorrento. Max regresa a la villa y continúa pensando en la idea que ha tenido. Finalmente, toma una decisión y comienza a empacar algunas pertenencias del doctor Hugentobler.

2. Tangos para sufrir y tangos para matar

En este capítulo, Max llega al hotel Vittoria y se encuentra con el recepcionista Tiziano Spadaro. Max le pide una habitación, pero Spadaro le dice que están completos. Sin embargo, Max le da un sobre con dinero y le pide que le resuelva el problema de la habitación de inmediato. Después de un breve intercambio, Spadaro accede a ayudarlo y le consigue una habitación pequeña.

Más tarde, Max se encuentra en el bar del barco Cap Polonio y se sorprende al ver al marido de Mecha Inzunza, Armando de Troeye. Ambos comienzan a conversar y Max le cuenta a De Troeye sobre el origen del tango en Buenos Aires y cómo ha evolucionado a lo largo de los años. También menciona que el tango original era más rápido y más lascivo, bailado por prostitutas y rufianes. Sin embargo, con el tiempo, el tango se hizo más lento y menos obsceno, adaptándose a los salones de baile y a la sociedad en general.

Después de la conversación, Max se encuentra con Mecha Inzunza y Armando de Troeye en su cabina del barco. Continúan hablando sobre el tango y Max explica cómo las letras de las canciones también han cambiado a lo largo del tiempo. Mencionan a Carlos Gardel como uno de los cantantes más famosos del tango sentimental.

En resumen, en este capítulo se presenta la conversación entre Max y De Troeye sobre el origen y la evolución del tango en Buenos Aires. También se menciona la influencia de Carlos Gardel en la popularización del tango sentimental.

Siguiendo este capítulo, Max y Mecha continúan su conversación sobre el tango. Max le explica que hay dos tipos de tangos, los antiguos y los modernos. Los antiguos, también conocidos como Tango de la Guardia Vieja, son más difíciles y crudos, mientras que los modernos son más populares y fáciles de bailar. Mecha muestra interés en conocer los lugares donde se baila el tango antiguo y Max le advierte que son lugares peligrosos y no adecuados para una señora. Sin embargo, Mecha insiste en que ya ha estado en lugares impropios antes y no le preocupa.

Luego, el capítulo cambia de escenario y se traslada a Sorrento, donde Max se encuentra en un hotel observando a Jorge Keller, un campeón de ajedrez, y a Mecha Inzunza, junto con otra persona, en la terraza del hotel. Max se une a ellos y tienen una conversación sobre la música de Armando de Troeye, el esposo de Mecha, y su interés en el tango. Mecha explica que Armando es un compositor talentoso y que le gusta jugar con la música, incluyendo el tango, de una manera irónica y paródica. Max menciona que un amigo suyo solía decir que hay tangos para sufrir y tangos para matar, refiriéndose a la intensidad y el carácter de los tangos antiguos.

Después de la conversación, Max y Mecha se encuentran nuevamente en la cubierta del barco y hablan sobre sus vidas pasadas y sus experiencias. Mecha revela que está casada con Armando de Troeye y que lo admira profundamente. Max le pregunta por qué quiere que él la lleve a los lugares donde se baila el tango antiguo, a lo que ella responde que ha estado pensando mucho en lo que él dijo y que le fascina la idea de experimentar el tango original. Max también revela que fue soldado en África durante la guerra y que ha mejorado en la vida desde entonces.

El capítulo termina con Max siguiendo a Mecha y a su grupo hasta el restaurante donde van a cenar, mientras reflexiona sobre su relación con Mecha y su interés en el ajedrez. Luego, Max decide entrar en la habitación de Mecha utilizando una ganzúa y cuelga el cartel de "No molestar" para evitar ser descubierto.

3. Los muchachos de antes

En este capítulo, Max Costa se encuentra en una habitación de hotel en Nápoles. Después de asegurarse de que nadie lo vea, corre las cortinas y toma precauciones para evitar que alguien entre en la habitación. Observa detenidamente la habitación, que está ordenada y limpia, y encuentra objetos personales y dinero en los cajones y mesillas de noche. Luego, Max examina los libros y encuentra un pasaporte y un collar de perlas en un estuche. Está emocionado por el hallazgo del collar, que valdría mucho dinero. Después de estudiar las perlas, Max decide que podrían valer hasta dos millones y medio de liras. Coloca el collar de nuevo en su lugar y se sienta en la cama, reflexionando sobre el pasado y sintiéndose rejuvenecido. Luego, se prepara para salir de la habitación, quitando el cartel de "No molestar" y apagando las luces. Al salir del hotel, se encuentra con un hombre llamado Armando de Troeye, quien le propone un trato para componer un tango inolvidable. Max acepta y acuerdan encontrarse más tarde en Barracas, un barrio de Buenos Aires. Después de la conversación, Max reflexiona sobre el encuentro y se pregunta por qué está involucrado en el plan de De Troeye. Más tarde, Max se encuentra en una sala de ajedrez en Sorrento, observando una partida entre el campeón del mundo, Mijaíl Sokolov, y Jorge Keller, quien se enfrentará a Sokolov por el título. Max observa a los jugadores y a los demás espectadores, incluyendo a Mecha Inzunza, quien está sentada cerca de él.

Siguiendo este capítulo, Max Costa lleva a Armando de Troeye y a su esposa Mecha Inzunza a un boliche de tango en el barrio de Barracas en Buenos Aires. Max, que creció en ese barrio, les advierte sobre el ambiente peligroso del lugar. Antes de entrar, Max le da instrucciones al chófer italiano, Petrossi, sobre dónde esperar y si está armado. Una vez dentro del boliche, Max explica a los De Troeye sobre las diferencias entre el tango tradicional y el tango de salón. Observan a las parejas bailando y Max les explica que algunas mujeres son coperas, no prostitutas. Armando de Troeye muestra interés en hablar con los músicos y Max le sugiere que les invite a tomar algo. Mientras bailan, Max y Mecha Inzunza son observados por un hombre llamado Juan Rebenque, quien luego se acerca a ellos y le ofrece bailar a Mecha. Max acepta y baila con la mujer rubia que estaba con Rebenque. Durante el baile, Max siente una atracción inesperada hacia la mujer y se da cuenta de que Mecha está observando la escena con interés. Al final del capítulo, Max se da cuenta de que la mujer rubia es solo un pretexto y que Mecha tiene otros planes en mente.

4. Guantes de mujer

En este capítulo, Max Costa está sentado en la terraza del hotel Vittoria, desayunando y disfrutando del paisaje. El chófer del doctor Hugentobler se acerca y le pregunta si es Max. Max se sorprende al ver a Mecha Inzunza, una mujer con la que tuvo una relación en el pasado. Se saludan y se sientan a hablar. Mecha le cuenta que ha estado viviendo en Suiza con su hijo Jorge, quien es un jugador de ajedrez prometedor. Max le cuenta que ha estado viajando y haciendo negocios. Hablan sobre sus vidas pasadas y cómo han cambiado. Max invita a Mecha a cenar y ella acepta. Después de la conversación, Max reflexiona sobre su pasado y los recuerdos que Mecha le trae. Luego, se afeita y se prepara para la noche. Va a buscar a Mecha y la encuentra en la esquina. Caminan juntos y hablan sobre el barrio en el que creció Max. Max le presta su chaqueta a Mecha para que se abrigue y se acercan el uno al otro.

Siguiendo este capítulo, Max y Mecha continúan su conversación en la pensión Caboto. Max le cuenta a Mecha sobre su experiencia como botones y cómo se convirtió en bailarín profesional. Hablan sobre las propinas y la clasificación de los clientes en los hoteles. Mecha muestra interés en la vida de Max y le pregunta sobre su trabajo y sus experiencias en Francia. Max le cuenta sobre sus trabajos en cabarets y temporadas en Deauville y Biarritz. Mecha le pregunta sobre su forma de vida y si le gusta su trabajo. Max le responde que a veces le gusta bailar porque le da la oportunidad de tener a una mujer hermosa entre sus brazos. Hablan sobre la promiscuidad y los gustos de las mujeres. Max le cuenta a Mecha sobre su vida en Francia y por qué decidió vivir allí en lugar de España. Mecha le pregunta si alguna vez se ha enamorado de una mujer y él le responde que sí, a veces también se ha enamorado de una mujer. Mecha le pide un cigarrillo y Max se lo da. Continúan hablando sobre el ajedrez y la vida de Mecha como madre de un niño superdotado para el ajedrez. Mecha le cuenta a Max sobre los ayudantes y analistas que acompañan a su hijo en los torneos y cómo el ajedrez ha cambiado su vida. Max le pregunta si le gusta su nuera y Mecha le responde que podría ser peor. Hablan sobre el futuro y Mecha le dice a Max que siempre lo recordó y que pensó en él en varias ocasiones. Max le dice que ella era la mujer más hermosa que había visto y Mecha le responde que en otras circunstancias él no habría tenido oportunidad de acercarse a ella. Max menciona a su primer marido y Mecha le pide que lo deje en paz. La conversación se vuelve tensa y Mecha le advierte a Max que no diga tonterías. Max intenta tomar la mano de Mecha, pero ella la retira y le dice que si dice que fue el gran amor de su vida, se levantará y se irá.

5. Una partida aplazada

En este capítulo, Mecha y Max pasean por Buenos Aires después de haber comido juntos en un restaurante. Mecha le regala a Max un reloj de pulsera y hablan sobre sus vidas pasadas y sus expectativas para el futuro. Durante el paseo, Mecha menciona la presencia de prostitutas en la ciudad y Max le explica cómo funcionan las organizaciones que las traen de Europa. Continúan caminando por el barrio de La Boca y Mecha le muestra a Max el puente transbordador Avellaneda. Luego, Mecha le da a Max un paquete que contiene una foto de ella cuando era joven. Max se sorprende al ver la foto y Mecha le explica que sabía de la cicatriz en su cuerpo antes de verla. Después de un rato, deciden regresar a La Ferroviaria y Mecha invita a Max a bailar un tango. Durante el baile, Mecha se acerca a Max y le dice que le gusta su incapacidad para confiar en él. Finalmente, deciden irse y Mecha propone encontrarse al día siguiente en el Palace para luego ir a cenar a Barracas.

Siguiendo este capítulo, Max sale al pasillo del hotel y escucha a un periodista italiano comentar sobre la partida de ajedrez entre Keller y Sokolov. Luego, ve a Keller y a otros jugadores analizando la partida en un salón privado. Mecha se une a él y le explica que están haciendo un análisis post mórtem de la partida. Mecha comenta que Keller puede recordar todas las partidas que ha jugado en su vida y que ahora están analizando los errores y aciertos de la partida. Max observa a Keller y nota que está preocupado. Mecha le explica que Sokolov previó el movimiento del alfil de Keller y que fue algo planeado por mucho tiempo. Mecha también comenta que los jugadores occidentales tienen que ganar para vivir, mientras que los jugadores soviéticos están respaldados por su federación. Max y Mecha observan a los jugadores soviéticos salir del salón y Mecha explica quiénes son. Luego, Mecha y Max salen a la terraza del hotel y Mecha comenta que Keller está preocupado. Max le dice que no lo parece, pero Mecha insiste en que lo está. Mecha explica que Keller y sus ayudantes han estado preparando un movimiento especial para la partida y que ahora están analizando si fue la mejor jugada posible. Max y Mecha regresan al hotel y se encuentran con los De Troeye. Mecha comenta que Keller está preocupado y Max le dice que no lo parece. Mecha se muestra pensativa y preocupada. Luego, Max y Mecha tienen relaciones sexuales en un burdel y Max le pide a Petrossi, el chófer, que le preste su pistola. Max le da la pistola a Mecha para que la guarde y luego se encuentran con los De Troeye en el burdel. Max le pide a De Troeye todo su dinero y luego se va con Mecha. En el coche, Max le devuelve la pistola a Petrossi y le pide que se vaya a casa. Max y Mecha llegan al hotel y tienen relaciones sexuales nuevamente. Luego, Max se va en un barco a Montevideo y vende el collar de perlas de Mecha a un joyero rumano. Después, Max se dirige a Río de Janeiro y su rastro se pierde.

6. El Paseo de los Ingleses

En este capítulo, Mecha presenta a Max a los demás miembros del grupo y él se integra sin esfuerzo. Durante la cena, Max muestra su aplomo y buenos modales, y se muestra divertido y desenvuelto. Después de la cena, Karapetian sugiere que Max e Irina den un paseo para despejar la cabeza. Mientras pasean, Max observa a Irina y se pregunta qué papel juega en la vida de Keller. Max también descubre que Irina es una gran jugadora de ajedrez. Mecha explica que hay muchas mujeres ajedrecistas talentosas, pero pocas llegan a los títulos mundiales debido a factores como la maternidad y los ciclos menstruales. Max y Mecha continúan conversando sobre la vida y la juventud, y Max elogia la belleza y elegancia de Mecha. Luego, Mecha menciona que Max podría ser el padre de Jorge, pero él lo niega. Max y Mecha continúan hablando sobre el pasado y la nostalgia. Max reflexiona sobre su vida pasada y cómo ha cambiado el mundo. Luego, Mecha menciona los delitos que Max supuestamente ha cometido en Italia, pero él se muestra indiferente. Barbaresco y Tignanello, dos hombres italianos, se acercan a Max y le proponen un trabajo en Niza. Barbaresco explica que necesitan las habilidades de Max para introducirse en la vida de ciertas personas y robarles. Max se muestra impasible y niega conocer a Enrico Fossataro, un antiguo conocido de Barbaresco. Max recuerda a Fossataro y su pasado como ladrón de guante blanco.

Siguiendo este capítulo, Max se encuentra con Barbaresco y Tignanello en un café en París. Le proponen un trabajo para recuperar unos documentos importantes que se encuentran en una casa en Niza. Max muestra interés y acepta la oferta después de que le ofrecen una cantidad de dinero considerable. Barbaresco explica que Max debe introducirse en el círculo de amistades de una persona muy conocida en el mundo de las finanzas internacionales para obtener los documentos. Max se muestra escéptico pero acepta el trabajo. Después de unos días, Max se encuentra con la baronesa Asia Schwarzenberg en Niza y le pide ayuda para conseguir un contacto en la ciudad. La baronesa accede y le advierte sobre la dificultad de la misión. Max le ofrece una cantidad de dinero y acuerdan encontrarse más tarde para discutir los detalles. Cuatro días después, Max se encuentra con la baronesa en un café en Niza y le explica que necesita introducirse en el círculo de amistades de una persona en particular. La baronesa le advierte sobre los posibles peligros y le ofrece su ayuda. Max le paga una suma de dinero y acuerdan encontrarse más tarde para obtener más detalles. En otra parte, Mecha Inzunza le revela a Max que sospecha que hay un espía infiltrado en el equipo de su hijo, Jorge, durante un torneo de ajedrez en Sorrento. Max se sorprende y Mecha le pide su ayuda para descubrir al traidor. Max acepta ayudarla y acuerdan un plan para poner a prueba a los posibles sospechosos. Mecha confía en Max porque cree que él es capaz de ayudarla en esta situación.

7. Sobre ladrones y espías

En este capítulo, Max Costa se encuentra en la bahía de los Ángeles, en Niza, junto a Mauro Barbaresco y Doménico Tignanello. Barbaresco le informa a Max que hay tres cartas escritas a máquina, archivadas en una carpeta en la caja fuerte del despacho de Tomás Ferriol en la villa de su hermana. Estas cartas son de gran interés para ellos y deben ser recuperadas. Las cartas están dirigidas a Ferriol y fueron escritas por el conde Ciano, ministro de Asuntos Exteriores de la Italia fascista. Las cartas contienen información sobre las primeras operaciones militares en España y la simpatía de Italia hacia la rebelión de los generales Mola y Franco. Max acepta el encargo y solicita la ayuda de su viejo socio Enrico Fossataro para abrir la caja fuerte. También pide más dinero por adelantado. Barbaresco y Tignanello le dan los detalles sobre la casa de Ferriol y el número de personas que trabajan allí. Max calcula el tiempo necesario para abrir la caja fuerte y discute sobre el pago y la importancia de las cartas. Luego, Max se encuentra con Lambertucci y Tedesco en un restaurante y discuten sobre el ajedrez y los espías en el mundo del ajedrez. Lambertucci menciona que los rusos están interesados en el Premio Campanella y que Max tiene una conexión con Keller y Sokolov. Max revela que tiene una antigua amistad con la madre de Keller y que está invitado a cenar con ella. Lambertucci y Tedesco le piden entradas para ver las partidas en el Vittoria. Max acepta ayudarlos. Más tarde, Max se encuentra con Mostaza en un restaurante y este último le revela información sobre Tomás Ferriol y su apoyo a los rebeldes en España. Mostaza le ofrece a Max una suma de dinero para recuperar unas cartas comprometedoras que Ferriol tiene en su caja fuerte. Max acepta el encargo y acuerda trabajar para la República española.

Siguiendo este capítulo, Max Costa se encuentra con Mostaza en Niza. Mostaza le propone a Max robar las cartas que los espías italianos están enviando a Mussolini. Mostaza explica que la República no tiene mucho dinero y que Mussolini le pagará a Max la mayor parte de los honorarios. Max se muestra indeciso y Mostaza le da tiempo para pensar en la propuesta. Después, Max se encuentra con Mecha Inzunza en el hotel Vittoria. Mecha le cuenta que Irina y Karapetian están trabajando en ideas de su hijo y que Jorge quiere que no se comuniquen entre ellos para que no se contaminen. Mecha también menciona que Irina ha avanzado más en el análisis y que Jorge planea utilizar su idea en la próxima partida. Max y Mecha discuten sobre quién podría estar filtrando información a los rusos y Mecha le dice que le dará una respuesta en unos días. Luego, Max recuerda su pasado en España durante la guerra y su vida en Niza. Max se encuentra en una cena en casa de Susana Ferriol, donde conoce a Ernesto Keller y a Conchita Montenegro. Max reflexiona sobre su vida y los riesgos que ha tomado. Finalmente, Mecha se acerca a Max y él reconoce su perfume.

8. La vie est brève

En este capítulo, Max se encuentra con Mecha Inzunza en una fiesta en Niza. Mecha se muestra sorprendida de verlo allí y le pregunta qué hace allí. Max intenta ganar tiempo y sonríe, pero Mecha insiste en que le responda. Max menciona el nombre de Mecha y ella se da cuenta de que es él. Mecha le muestra un collar de perlas que Max vendió hace nueve años y le cuenta que lo recuperó en Montevideo gracias a Armando. Max se da cuenta de que el collar puede salvarlo y menciona el collar en la conversación. Mecha le cuenta que su marido está en prisión en Madrid debido a la situación política en España. Max le pregunta si tiene los medios para mantener su estilo de vida y Mecha le asegura que Armando tomó precauciones y que ella conoce a las personas adecuadas. Max reflexiona sobre la situación en España y recuerda su visita a Barcelona, donde pudo ver el caos y la violencia que se vivía en la República.

Siguiendo este capítulo, Max tiene una conversación con Mecha en la que hablan sobre su pasado juntos. Mecha le cuenta que su marido compuso un tango magnífico y que lo crearon entre los tres. También menciona que en una ocasión creyó ver a Max en el hipódromo de Longchamps, pero no pudo comprobarlo. Max reflexiona sobre la posibilidad de volver a España y Mecha le dice que la Riviera es un buen lugar para vivir. Luego, Mecha le cuenta a Max sobre su relación con Armando de Troeye y cómo él le mostró deseos que ni siquiera ella había imaginado. Max se siente incómodo al escuchar esto, pero recuerda que él también participó en esa relación. Mecha le dice a Max que quiere que desaparezca de su vida y de la vida de sus conocidos. Max intenta acercarse a ella, pero ella se aleja y se va en su coche. Max regresa al hotel profundamente desconcertado y reflexiona sobre los acontecimientos de la noche pasada y los peligros que le esperan. Decide que no puede huir y que Niza es un buen lugar para enfrentar los peligros que se avecinan. Luego, Max asiste a una partida de ajedrez entre Sokolov y Keller. Observa a los jugadores y reflexiona sobre las posibles implicaciones de la partida. Keller hace un movimiento arriesgado y Sokolov le ofrece tablas, a lo que Keller asiente. Max observa a Mecha en la audiencia y reflexiona sobre su traición. El capítulo termina con Max sintiéndose desconcertado y pensando en lo que está por venir.

9. La variante Max

En este capítulo, Mecha Inzunza compra periódicos en un puesto de prensa y se los muestra a Max. En los periódicos se habla de la partida de ajedrez del día anterior, en la que Jorge aceptó tablas. Mecha comenta que Emil, Jorge e Irina siguen discutiendo y que Irina no sospecha nada. Mecha explica que Jorge aceptó las tablas porque la confirmación de que Irina trabaja para Sokolov lo descompuso y no quería arriesgarse más. Mecha también menciona que Jorge está jugando contra dos adversarios: Sokolov y Irina. Mecha y Max caminan por la calle y Mecha explica que Jorge está preparado para fingir y que Irina lo hace mejor que él. Mecha comenta que Jorge está jugando una partida que se decide tanto en la sala del hotel como en otros lugares. Continúan caminando por la calle y Mecha menciona que Jorge levantará la vista del tablero después de terminar en Sorrento y analizará lo que ha pasado emocionalmente. Mecha también menciona que Sokolov cometió un error al jugar tan rápido y que Jorge lo provocaba levantándose constantemente de la silla. Mecha y Max llegan a la catedral y Mecha comenta que Jorge puede fingir con ecuanimidad cuando se trata de ajedrez. Max pregunta qué pasará con Irina y Mecha dice que no sabe, pero que cuando termine el campeonato lo resolverán. Mecha menciona que Irina estará acabada como ajedrecista internacional y que hará todo lo posible para perjudicarla. Max pregunta por qué Irina hizo esto y Mecha responde que con rusos y mujeres nunca se sabe. Mecha y Max se despiden y Mecha comenta que esto los lleva a la variante Max. Luego, Max se encuentra con Enrico Fossataro y dos hombres más en un café. Fossataro le ofrece a Max un trabajo para abrir una caja fuerte y Max acepta. Fossataro le da a Max planos y llaves para el trabajo. Discuten sobre el futuro y la situación en Italia. Fossataro menciona un trabajo anterior que hicieron juntos en Biarritz. Max recuerda el trabajo y Fossataro cuenta cómo Max sedujo a una actriz mientras él robaba en su villa.

Siguiendo este capítulo, Fossataro le cuenta a Barbaresco una anécdota en la que él y Errol Flynn se enfrentaron al capitán Blood. Luego, Mecha Inzunza explica a Max la importancia de los libros de ajedrez y cómo contienen el trabajo de toda la vida de un jugador. Mecha le pide a Max que robe el libro de aperturas de Sokolov, un jugador ruso, ya que su hijo Jorge lo necesita para enfrentarse a él en un campeonato. Max se muestra reacio a hacerlo, pero Mecha insiste y le explica que Jorge es su hijo. Max visita a Mecha en su villa en Antibes y ella le propone ir a una pensión cercana para tener relaciones sexuales. Max acepta y se encuentran en la pensión Semaphore. Después de tener relaciones, Max observa a Mecha dormida y se mira a sí mismo en el espejo de la habitación. Finalmente, Max se entrega completamente a Mecha.

10. Sonido de marfil

En este capítulo, Max se despierta después de una mala noche y se mira en el espejo del baño del hotel, notando las marcas de cansancio en su rostro. Siente que su vida está llena de fracasos y decepciones, y que ya es demasiado tarde para cambiar las cosas. A pesar de su primer impulso de huir, decide seguir adelante con la aventura romántica en la que se ha involucrado.

Max se encuentra con Emil Karapetian, quien le indica que Jorge Keller está en la sala de billar del hotel Vittoria. Max se sorprende de que Jorge juegue al billar, ya que siempre lo ha asociado con el ajedrez. Max observa a Jorge jugar y nota su habilidad y concentración en el juego.

Max y Jorge comienzan a jugar juntos y conversan sobre diversos temas. Jorge le confiesa a Max que no le gusta la forma en que su madre lo mira a veces y le pide que se mantenga alejado de su vida.

Después de jugar al billar, Max y Jorge se encuentran con Fito Mostaza en Capri. Mostaza le pide a Max que trabaje para los italianos y les dé información sobre él. Max se sorprende por esta solicitud, pero Mostaza le explica que es parte de su plan y que él se encargará de protegerse a sí mismo.

Max y Mostaza discuten sobre la situación política y la guerra que se avecina. Mostaza le cuenta a Max sobre un barco que transporta material de guerra para las tropas de Franco y le pide que le cuente a los italianos sobre esto.

Max se encuentra con Mecha en Capri y le confiesa que no sabe si Jorge es su hijo. Mecha le dice que solo tiene su palabra y que no espera que asuma la paternidad. Max le asegura que no pretende nada y Mecha le pide que tome una decisión sobre ayudar a Jorge.

En general, este capítulo explora la relación entre Max y Jorge, así como la dinámica entre Max y los demás personajes. También se plantea la posibilidad de que Jorge sea el hijo de Max y se discute la importancia de la sinceridad y la lealtad en medio de la incertidumbre y el peligro.

Siguiendo este capítulo, Max y Mecha tienen una conversación en la que ella le confiesa que sabe que él no tiene dinero y que trabaja como chófer en Villa Oriana. Max se siente humillado y avergonzado, pero Mecha le asegura que está a gusto con él y que le dará todo lo que necesite. Max se muestra escéptico y Mecha le dice que lo hará por curiosidad y porque siempre estuvo a gusto con él. Max se levanta y se aleja, pero Mecha lo sigue y le asegura que lo mirará como lo miró una vez. Luego, Max se dedica a observar el edificio donde se aloja la delegación soviética y descubre una escalera de hierro que podría utilizar para llegar hasta la habitación de Sokolov. Se plantea la posibilidad de llevar a cabo el plan y siente una emoción rejuvenecedora. Además, al mirar su sombra en el suelo, se da cuenta de que ha recuperado su antigua agilidad y se echa a reír.

11. Costumbres de lobo viejo

En este capítulo, Max Costa se encuentra en Niza bajo la lluvia. Se encuentra con Mauro Barbaresco en la plaza del Gesù y juntos se dirigen a la casa de este último. En la casa, se encuentran con Domenico Tignanello, quien les informa que han investigado a Rafael Mostaza y no han encontrado ninguna información sobre él. Max les dice que no ha vuelto a ver a Mostaza desde su última entrevista en el puerto. Barbaresco le informa a Max que esta noche entrará en la casa de Susana Ferriol y le pregunta si tiene todo lo que necesita. Max confirma que está preparado y que tiene las llaves que le dio Fossataro. Barbaresco y Tignanello expresan su preocupación por la seguridad de Max y le advierten que tenga cuidado. Max les asegura que confía en que la partida de ajedrez sea larga y que espera tener tiempo suficiente para completar su misión. Después de su conversación, Max se despide de ellos y se encuentra con Mecha Inzunza, quien le visita antes de su incursión nocturna. Mecha le desea suerte y Max se va en su coche hacia la casa de Susana Ferriol. En Sorrento, Max se prepara para su incursión nocturna. Se encuentra en el jardín del hotel Vittoria y se dirige al edificio donde se encuentra la delegación rusa. Después de un momento de duda, Max decide seguir adelante y trepa por la pared hasta el tejado. En la casa de Susana Ferriol, Max se encuentra en su despacho y se prepara para abrir la caja fuerte Schützling. Después de un proceso lento y meticuloso, Max logra abrir la caja fuerte y se toma un descanso antes de continuar con su misión.

Siguiendo este capítulo, Max se enfrenta a la tarea de encontrar la llave correcta para abrir la cerradura que está sobre los contadores. Después de probar varias llaves, finalmente logra abrir la puerta y descubre una habitación llena de cajas de cartón y carpetas. En una de las carpetas, encuentra las cartas que estaba buscando, dirigidas a Tomás Ferriol y firmadas por G. Ciano. Max decide llevarse las cartas y deja todo como estaba para no levantar sospechas. Sin embargo, se da cuenta de que será difícil ocultar su intrusión debido al desorden y las huellas que ha dejado en el despacho. A pesar de esto, decide tomar el dinero y algunas joyas antes de irse. Luego, Max se dirige al tejado del edificio de apartamentos y se prepara para descender por una cuerda hasta la habitación del ajedrecista ruso. A pesar de su cansancio y el miedo a las alturas, Max logra bajar con éxito y entra en la habitación a través de una puerta acristalada que corta con un cortador de cristalero. Una vez dentro, busca los cuadernos de partidas de Mijaíl Sokolov y los encuentra en la mesa de despacho. Max se da cuenta de que ha sido fácil encontrarlos y los guarda en su mochila. Luego, sale al balcón y se prepara para subir de nuevo al tejado, pero se da cuenta de que no tiene suficiente fuerza para hacerlo. Desesperado, busca otra salida y encuentra una puerta que da al jardín. Max sale corriendo entre las sombras y se aleja del edificio. Más tarde, Max llega a un edificio en Niza y se encuentra con Fito Mostaza, quien le informa que ha habido un cambio de planes. Max se sorprende y le pregunta por Barbaresco y Tignanello, pero Mostaza le dice que ha tenido que deshacerse de ellos. Max se siente angustiado y desconfiado, pero Mostaza le asegura que no tiene intención de hacerle daño si le entrega las cartas. Max le dice que las tiene, pero no las lleva consigo. Mostaza le pide que lo lleve al lugar donde las tiene y Max acepta. Sin embargo, en un momento de descuido de Mostaza, Max se abalanza sobre él y comienza a golpearlo. Después de una dura pelea, Max logra vencer a Mostaza y se desmaya. Cuando despierta, se arrastra hasta la escalera y logra salir del edificio.

12. El Tren Azul

En este capítulo, Max recibe varias llamadas telefónicas en su habitación de hotel, lo que lo pone nervioso. Aunque no contesta ninguna de las llamadas, sabe que no se trata de Mecha Inzunza, ya que acordaron mantenerse alejados el uno del otro. Max recuerda la noche anterior, cuando robaron el libro del gran maestro Sokolov y tuvo que improvisar para escapar. Max se encuentra con Mecha en un bar y ella le pregunta sobre el robo. Max le dice que el libro está en un lugar seguro por razones de seguridad. Mecha se preocupa de que puedan estar siendo vigilados y decide que Max debería marcharse del hotel por un tiempo. Max se va a la casa de Mecha en Antibes, donde se encuentra con ella y le muestra una herida en la pierna que recibió durante el robo. Mecha le aplica un poco de tintura de yodo y le advierte que le dolerá. Max le cuenta a Mecha sobre el robo en la casa de Suzi Ferriol y cómo está involucrado en todo eso. Mecha se enfada y amenaza con denunciarlo a la policía. Max intenta explicarle que fue utilizado y que necesita tiempo para resolver la situación. Mecha no está convencida y se muestra desconfiada. Max decide contarle la verdad sobre los hombres muertos y cómo está siendo buscado. Mecha se sorprende pero sigue sin confiar en él. Max se prepara para irse y Mecha le dice que lo denunciará a la policía. Max llega a un lugar desconocido donde es interrogado por hombres rusos que buscan el libro de Sokolov. Max niega tener el libro y se niega a admitir cualquier implicación en el robo. Los rusos le ofrecen la oportunidad de devolver el libro y revelar para quién trabaja, pero Max se da cuenta de que eso solo empeoraría las cosas.

Siguiendo este capítulo, Max se encuentra en una situación peligrosa. El hombre del bigote rojizo y el hombre del pelo lacio lo acusan de robar el libro del gran maestro Sokolov y lo someten a torturas para obtener información. Max niega tener el libro y se enfrenta a la amenaza de ser entregado a la policía. Sin embargo, el ruso revela que su verdadero trabajo es garantizar que las partidas de Sokolov transcurran sin problemas y que Max ha perturbado esa normalidad. Max intenta resistir, pero es golpeado brutalmente y se encuentra en el suelo, aturdido. Luego, el capítulo cambia de escenario y muestra a Max despidiéndose de Mecha en Niza. Hablan sobre el futuro incierto de Max y la posibilidad de que le hagan daño. Max revela que ha obtenido documentos y dinero de la casa de Suzi Ferriol, pero no quiere dar más detalles. Mecha le advierte sobre el peligro que representa Tomás Ferriol y la posibilidad de una guerra en Europa. Max se va, dejando a Mecha con incertidumbre sobre su futuro. Luego, el capítulo muestra a Max en el tren hacia París, donde conoce a una mujer llamada Marie-Chantal Héliard. Pasan tiempo juntos y Max obtiene dinero de ella. Max también envía las cartas del conde Ciano a la embajada de Italia. Finalmente, el capítulo regresa a la habitación donde Max está siendo torturado. El hombre rubio, que resulta ser el gran maestro Sokolov, interviene y ordena que dejen de golpear a Max. El ruso advierte a Max que su vida será difícil a partir de ahora y lo deja libre. Max se siente derrotado y amenazado.

13. El guante y el collar

En este capítulo, Max llega a la habitación de Mecha Inzunza después de haber sufrido golpes y maltratos. Se mira en el espejo del pasillo para evaluar su apariencia y se da cuenta de que los daños no son visibles, pero siente el dolor en su cuerpo. Mecha lo encuentra en la puerta y lo ayuda a llegar a la cama, preocupada por su estado de salud. Max le cuenta que ha tenido una conversación que le ha dejado herido, pero no revela con quién. Mecha quiere llamar a un médico, pero Max se niega y solo quiere descansar. Hablan sobre el robo del libro y Max le dice que fue él quien lo hizo. Max se siente cansado y Mecha se queda a su lado mientras él descansa. Max le confiesa que quiso robar el collar de perlas de Mecha como una forma de revivir el pasado. Mecha le dice que lo ama y se besan. Max recuerda su vida pasada y se da cuenta de que Mecha es la única mujer que ha amado. Al despertar, Max encuentra a Mecha sola en la terraza del hotel y se da cuenta de que ella ha dejado el collar de perlas y un guante en la habitación. Max se despide de su pasado y se va del hotel.

Otros resúmenes de libros de Arturo Pérez-Reverte