El francotirador paciente

10 minutos

En la ciudad. 1990

En este capítulo, se presenta a dos jóvenes grafiteros clandestinos que se mueven por la ciudad en busca de muros y superficies para pintar. Ambos visten ropa oscura y llevan mochilas llenas de aerosoles. El mayor de los dos tiene dieciséis años y se conocieron en el metro hace dos semanas. Rápidamente se hicieron amigos y comenzaron a buscar lugares para pintar juntos.

Los chicos son novatos en el mundo del graffiti y están ansiosos por hacerse un nombre. Sueñan con pintar obras de artistas reconocidos y cubrir superficies móviles como autobuses y trenes. Su objetivo principal es conseguir una chapa de metro, pero mientras tanto, están dispuestos a tachar las firmas de los grandes grafiteros para hacerse un nombre.

Un día, mientras caminan por la ciudad, ven a un grafitero trabajando en un muro. El chico está pintando un tag con letras grandes y un estilo único. Los dos chicos se quedan impresionados y deciden acercarse para admirar su trabajo. El grafitero termina de pintar y se va rápidamente, ocultando su rostro bajo la capucha.

Después de que el grafitero se va, los dos chicos deciden tachar su obra. Uno de ellos saca un aerosol y se prepara para pintar, pero el otro lo detiene. El chico alto está sorprendido y respetuoso ante la calidad del trabajo del grafitero. Le dice a su compañero que es una pieza realmente buena y que merece ser admirada en lugar de ser tachada.

Finalmente, el chico más joven decide tachar la obra y escribe su tag en el círculo blanco del tag del grafitero. Ambos chicos reconocen la calidad del trabajo y se marchan, listos para continuar con su propia misión de pintar por la ciudad.

1. Las ratas no bailan claqué

En este capítulo, Alejandra Varela, conocida como Lex, se encuentra en una librería del Museo Reina Sofía cuando es abordada por Mauricio Bosque, propietario y editor de Birnan Wood. Mauricio le ofrece un proyecto para localizar a Sniper, un famoso grafitero que se encuentra en la clandestinidad. Lex acepta la propuesta y se reúne con Mauricio en un café cercano. Él le explica que quiere publicar un catálogo completo de las obras de Sniper y que está dispuesto a invertir mucho dinero en ello. Lex acepta el trabajo y se compromete a encontrar a Sniper. Después de la reunión, Lex se encuentra con SO4, un grafitero amigo de Daniel, un joven que murió mientras intentaba realizar una intervención de Sniper. SO4 le cuenta a Lex sobre la fama de Sniper y cómo sus intervenciones son consideradas obras de arte. También menciona que Sniper ha realizado acciones en diferentes países y que es muy respetado en la comunidad de grafiteros. Lex investiga más sobre Sniper y recopila información sobre sus obras y su estilo. Al final del capítulo, Lex decide aceptar el trabajo de encontrar a Sniper y se pone en contacto con Mauricio para confirmar su participación.

En este capítulo, el narrador se encuentra con el inspector jefe Luis Pachón en su despacho. Pachón es un amigo del narrador y también un experto en grafiti. El despacho de Pachón está decorado con un mural de grafiti y ambos hablan sobre Sniper, un famoso grafitero que ha estado causando revuelo en la ciudad. El narrador le pide a Pachón que le ayude a encontrar a Sniper, ya que está escribiendo un libro sobre grafiti. Pachón le cuenta que no tienen ninguna pista sobre el paradero de Sniper y que incluso la policía no tiene nada en su contra. También menciona que el padre de un chico asesinado por Sniper ha puesto una recompensa por información sobre él. El narrador le dice a Pachón que ha visto en Internet que Sniper ha estado en lugares como el Támesis en Londres y el puente Metlac en Veracruz, México. Pachón confirma que hay rumores de que Sniper estuvo allí, pero que nadie puede probarlo. También menciona que hay rumores de que Sniper podría estar escondido en Portugal. El narrador le pide a Pachón que lo ponga en contacto con alguien en Lisboa para obtener más información. Pachón le da el nombre de un amigo en Lisboa y el narrador se despide de Pachón. Después, el narrador reflexiona sobre su relación con Eva, su novia, y luego investiga más sobre Sniper en Internet. Encuentra fotos y videos de las obras de Sniper y descubre que ha estado involucrado en actos de vandalismo en diferentes lugares del mundo. El narrador también se encuentra con Topo75, un antiguo compañero de Sniper, y hablan sobre su relación con él. Topo75 revela que Sniper siempre fue diferente a los demás grafiteros y que tenía una ideología propia. También menciona que Sniper era muy bueno en lo que hacía y que tenía una gran influencia en otros escritores de grafiti. El narrador se despide de Topo75 y reflexiona sobre la leyenda que ha rodeado a Sniper y su impacto en el mundo del grafiti.

3. Los grafiteros ciegos

En este capítulo, el narrador relata su segundo día en Lisboa. Menciona que los mapas del tiempo indicaban que la ciudad estaba entre dos frentes invernales. El sol estaba alto en el cielo y la luz del mediodía iluminaba la Casa dos Bicos, proyectando sombras piramidales en los adornos del edificio. El narrador observa las huellas de la pintura que habían sido borradas recientemente por los empleados de limpieza municipal. Estas huellas eran un enorme ojo negro tachado por un aspa roja, el símbolo de la ceguera diseñado por Sniper, un grafitero que había saturado la ciudad con ojos tachados con aspas. El narrador reflexiona sobre la elección de la Casa dos Bicos como objetivo de Sniper, ya que era la sede de la Fundación José Saramago, un escritor comprometido con la crítica social.

El narrador recuerda su encuentro con Caetano Dinis, director del Departamento de Conservación del Patrimonio, quien le cuenta sobre la relación entre el Ayuntamiento y los grafiteros en Lisboa. Dinis explica que se les dio a los grafiteros espacios permitidos para pintar y se realizaron proyectos de rehabilitación en edificios abandonados. Sin embargo, debido a la crisis económica, muchos de estos proyectos se paralizaron y los edificios quedaron con grafitis. A pesar de esto, las iniciativas del Ayuntamiento lograron concienciar a los grafiteros y el vandalismo disminuyó.

El narrador le pregunta a Dinis sobre el bombardeo masivo de grafitis que ocurrió en la ciudad la noche del 7 al 8 de diciembre. Dinis explica que fue una acción coordinada por Sniper y otros grafiteros a través de las redes sociales. Aunque hubo detenidos, el autor de los grafitis no fue identificado. Dinis menciona que Sniper estuvo media hora frente a la Casa dos Bicos, pero nadie lo vio. También comenta que hay una pareja de grafiteras locales, conocidas como As Irmãs, que podrían haber estado en contacto con Sniper.

El narrador decide buscar a As Irmãs y las encuentra en la orilla del río. Las grafiteras le cuentan que conocieron a Sniper hace siete años y que han trabajado juntos en varias ocasiones. También mencionan que Sniper les dio la idea de utilizar pintura ultravioleta en sus grafitis. El narrador les pregunta si trabajaron con Sniper durante el bombardeo masivo de grafitis en Lisboa, pero ellas no dan una respuesta clara.

Después de hablar con As Irmãs, el narrador camina por la ciudad y se encuentra con el hombre del abrigo verde y el sombrero de tweed que había visto anteriormente. El narrador confronta al hombre y le pregunta por qué lo está siguiendo. El hombre niega estar siguiéndolo y se va rápidamente. El narrador se siente irritado y furioso, pero finalmente logra alejarse del hombre.

El capítulo termina con el narrador recibiendo un mensaje de As Irmãs que dice "Sniper. Movida en Italia", lo que lo lleva a conectarse a Internet para buscar más información.

4. El balcón de Julieta

En este capítulo, Giovanna y el narrador visitan el patio de la casa de Julieta en Verona, que ha sido intervenido por el artista urbano Sniper. A pesar del frío, hay una gran afluencia de público que acude a ver la obra. Se especula sobre cómo Sniper pudo haberse introducido en el lugar sin ser visto. La intervención consiste en cubrir la estatua de Julieta con billetes de cinco euros y una máscara de luchador mejicano. Las autoridades no saben cómo actuar ante esta situación y deciden proteger la estatua con un toldo. Giovanna comenta que Sniper es un genio y el narrador muestra interés en conocerlo. Giovanna le cuenta que conoce a Zomo, un grafitero relacionado con Sniper, y que puede intentar averiguar si sigue en la ciudad. El narrador escribe una carta a Sniper para pedirle un encuentro. Al día siguiente, Giovanna recibe una llamada de Zomo, quien cita al narrador en un lugar para encontrarse con Sniper. El narrador acude al encuentro, pero en lugar de encontrarse con Sniper, es atacada por unos desconocidos. Zomo también resulta herido en la pelea. Después del incidente, el narrador intenta convencer a Zomo de que le transmita un mensaje a Sniper, pero Zomo se niega y desaparece. De regreso al hotel, el narrador presencia cómo otros grafiteros pintan corazones rojos por toda la ciudad.

5. Esto es lo que no soy

En este capítulo, la protagonista viaja en tren desde Verona a Roma y reflexiona sobre su situación. Durante el trayecto, está atenta a los rostros de las personas que la rodean y lleva consigo un spray de pimienta para defenderse. Recuerda el incidente en el anfiteatro de Verona y se siente humillada y avergonzada. Observa los grafitis en las vías y las estaciones, y cree reconocer el estilo de Sniper en algunos de ellos. Luego, la protagonista llama a Mauricio Bosque, el editor de Birnan Wood, para preguntarle sobre su situación y si él tiene algo que ver con las personas que la siguen. Bosque niega cualquier relación y le ofrece dejarlo todo y regresar a Boston. Sin embargo, la protagonista decide seguir adelante y continúa su viaje a Roma.

Una vez en Roma, se reúne con Paolo Taccia, un crítico de arte y experto en grafitis. Taccia le cuenta la historia de Glauco Zuppa, un galerista de arte que robó obras de Sniper de las calles de Europa y las vendió en una subasta. Sniper se enfadó y destruyó las obras antes de la subasta. Después de eso, se refugió en Nápoles, donde los grafiteros locales lo protegen y ocultan su identidad. La protagonista se da cuenta de que Sniper podría estar escondido en el sur de Italia.

Después de la reunión con Taccia, la protagonista pasea por Roma y recuerda a Lita, su amiga fallecida. Luego, entra en una librería y recibe una llamada telefónica que la deja helada. Después de eso, se encuentra con Lorenzo Biscarrués, un hombre rico y poderoso que busca vengar la muerte de su hijo, que fue empujado desde un tejado por Sniper. Biscarrués le ofrece un cheque de cien mil euros para que le revele la ubicación de Sniper una vez que lo encuentre. La protagonista se muestra indecisa y Biscarrués le advierte que puede haber consecuencias desagradables si no coopera. La protagonista decide pensarlo y deja caer unas gotas de vino sobre el cheque como señal de desafío. Biscarrués se enfada y la protagonista se retira, dejando el cheque mojado sobre la mesa.

6. El sicario culto

En este capítulo, la protagonista llega a Nápoles y se encuentra con un taxista que intenta estafarla, pero al descubrir que es española, cambia de actitud y la trata con respeto. El taxista le cuenta que le gusta el Real Madrid y se muestra ofendido cuando ella le acusa de querer robarle. Finalmente, ella le paga más de lo que le pedía y él se despide diciendo que está invitada a Nápoles.

Después de instalarse en el hotel Vesuvio, la protagonista trabaja en su habitación y luego sale a explorar la ciudad. Pide un plano de la ciudad en un restaurante y lo estudia mientras come. Después, da un paseo por la ciudad y se encuentra con Nicó Palombo, un reconocido artista de grafiti. Palombo le cuenta que Sniper, un famoso grafitero, estuvo relacionado con un grupo llamado los gobbetti di Montecalvario. También le advierte que los gobbetti son agresivos y que pueden estar vinculados a la Camorra.

La protagonista visita el estudio de Palombo y hablan sobre Sniper. Palombo le cuenta que Sniper estuvo en Nápoles durante seis meses a un año y que actuó en varios eventos, incluyendo la huelga de basuras del verano pasado. También le muestra una pieza de Sniper en una pared cerca de la central de Correos.

Después de la visita al estudio de Palombo, la protagonista se encuentra con el hombre rubio del bigote en la calle. Ella lo observa y luego se encuentra con Flavio, primo de Palombo, y otros grafiteros en un bar llamado El Porco Rosso. La protagonista intenta convencer a Flavio de que la ayude a contactar con Sniper, pero él se muestra desconfiado y no revela información sobre el paradero de Sniper.

Finalmente, la protagonista regresa al hotel y descubre que el conde Onorato, el taxista, también conoce a Sniper y ha llevado a Sniper en su taxi en varias ocasiones. Sin embargo, el conde se niega a revelar la ubicación de Sniper por respeto a su privacidad y a su reputación. La protagonista le ofrece dinero, pero el conde se muestra consternado y rechaza la oferta. El capítulo termina con la protagonista sugiriendo una solución honorable para obtener información sobre Sniper.

7. Treinta segundos sobre Tokio

En este capítulo, la protagonista pasa la mitad del día en su habitación del hotel Vesuvio, impaciente y buscando información sobre Sniper en internet. Recibe una llamada del taxista que le informa que tiene una cita en seis horas. Baja a comer pero apenas prueba bocado debido a su excitación. Después da un paseo por el Lungomare y visita una librería. Al regresar al hotel, se encuentra con el hombre del bigote rubio en el bar. Se da cuenta de que la está vigilando y decide subir a su habitación. Al entrar, se encuentra con la mujer que la golpeó en Verona. Sin pensarlo, le da un cabezazo en la cara y la mujer cae al suelo. La protagonista la golpea repetidamente hasta que deja de moverse. Luego, se encuentra con el hombre del bigote rubio en el vestíbulo y le dice que tiene dos opciones: llamar a la policía o encargarse de la mujer. El hombre acepta llevarse a la mujer y la protagonista le pide que hable con Lorenzo Biscarrués. Después de esto, la protagonista se prepara y se encuentra con el taxista para ir a su cita. Llegan a un lugar abandonado cerca del puerto donde la esperan Flavio y otros grafiteros. Flavio le explica que van a pintar vagones de tren y ella acepta participar. Van al lugar y comienzan a pintar los vagones. De repente, alguien avisa de la llegada de guardias y todos huyen. La protagonista corre hacia el túnel y se encuentra con un grafitero que la ayuda a escapar. Finalmente, descubre que el grafitero es Sniper.

8. El cazador y la presa

En este capítulo, el narrador se encuentra con Sniper en una fuente pública después de una incursión nocturna. Sniper le pregunta si vale la pena todo el esfuerzo y el narrador responde que depende de él. Hablan sobre el proverbio oriental que dice que las personas son lo que hacen con sus manos. Sniper menciona que él hace guerrilla urbana y que la calle es su hogar. El narrador le propone una oferta para una exposición y un catálogo en el MoMA de Nueva York, pero Sniper rechaza la propuesta, argumentando que el arte actual es un fraude y que prefiere seguir en la calle. Discuten sobre el arte y la belleza, y Sniper menciona algunos de sus proyectos anteriores. El narrador intenta convencerlo de aceptar la oferta, pero Sniper se niega. Después de la conversación, el narrador se encuentra con el conde Onorato, quien le revela que Sniper ayuda a restaurar una capilla en Nápoles. El narrador visita la capilla y observa los grafitis que Sniper ha pintado en su interior. Más tarde, el narrador habla por teléfono con Mauricio Bosque para discutir los detalles de la oferta para Sniper. Aunque no confía completamente en Bosque, decide seguir adelante con el plan. Finalmente, el narrador espera a Sniper en un bar cercano a la capilla y lo ve llegar con otros grafiteros. Está emocionado porque finalmente tiene a Sniper cerca y está listo para llevar a cabo su plan.

Siguiendo este capítulo, la narradora sigue a Sniper después de que él salga de la iglesia. Ella lo sigue a distancia, manteniéndose lo suficientemente cerca para no perderlo de vista. Sniper camina tranquilamente, llevando gafas de sol y una gorra de béisbol. Se detiene brevemente a saludar a algunas personas y luego entra a un edificio con una mujer. La narradora se acerca al edificio y observa desde afuera. Al día siguiente, la narradora regresa al lugar y entra al edificio. Encuentra a Sniper en un garaje convertido en estudio de pintura. El lugar está lleno de grafitis y obras de arte. La narradora le pregunta a Sniper sobre su vida y su arte, y él le muestra su trabajo. Discuten sobre el arte contemporáneo y la naturaleza del arte callejero. La narradora propone un trato a Sniper para salir juntos esa noche y hacer un graffiti en una pared complicada. Sniper duda al principio, pero finalmente acepta. Acuerdan que después de esa noche, cada uno seguirá su propio camino.

9. Ácido en la cara

En este capítulo, la narradora está sentada en una terraza de un café en Nápoles, observando a la gente pasar. Reflexiona sobre cómo las tiendas de ropa se han multiplicado en todas partes y cómo el mundo entero se ha convertido en una inmensa tienda de ropa. Luego, Bigote Rubio se une a ella en la terraza y hablan sobre Cara Flaca, quien está mejorando de salud. La narradora le pide a Bigote Rubio que le dé saludos a Cara Flaca. Después de un rato, la narradora y Sniper se encuentran en un lugar peligroso del metro de Nápoles. Sniper le explica que van a hacer una pieza de arte en un lugar donde nadie lo ha hecho antes. Se adentran en un túnel oscuro y estrecho, y mientras pintan, tienen que estar atentos a los trenes que pasan. La narradora reflexiona sobre el arte urbano y la tragedia que lo acompaña. Después de completar la pieza, la narradora apuñala a Sniper y lo mata. Luego, se encuentra con Lorenzo Biscarrués, quien le ofrece su ayuda. La narradora da su declaración a la policía y se despide de la amiga de Sniper con un sentimiento de remordimiento. El capítulo termina con la narradora sintiendo la sombra de un remordimiento.

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