Alatriste 1. El Capitán Alatriste

10 minutos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, conocemos a Diego Alatriste, un hombre valiente y espadachín que vive en Madrid alquilándose para trabajos de poca importancia. Alatriste es conocido por su destreza con la espada y su habilidad para manejar una daga llamada vizcaína. A pesar de no tener mucho dinero, Alatriste vive de su espada y se gana la vida solucionando problemas ajenos.

El apodo de "capitán" le viene de una noche en la que, junto a otros soldados, cruzó un río helado para sorprender a un destacamento holandés durante las guerras de Flandes. Aunque la misión fue un éxito, Alatriste y sus compañeros quedaron abandonados en la orilla del río y solo dos de ellos lograron regresar a salvo. A pesar de no haber disfrutado del rango de capitán, Alatriste se quedó con el apodo.

El padre de Íñigo, Lope Balboa, fue uno de los soldados que regresó con Alatriste aquella noche. Antes de morir, Lope le pidió a Alatriste que cuidara de su hijo, por lo que Íñigo fue enviado a vivir con el capitán cuando tenía trece años.

En la taberna del Turco, Alatriste se reúne con su amigo, el poeta Don Francisco de Quevedo, y otros conocidos. Don Francisco, siempre dispuesto a buscar problemas, se enzarza en una discusión con unos forasteros que lo felicitan por unos versos que en realidad son de su rival, Luis de Góngora. La situación parece a punto de desembocar en una pelea, pero son interrumpidos por la llegada del teniente de alguaciles Martín Saldaña.

Saldaña le propone a Alatriste un trabajo bien remunerado, en el que deberá enfrentarse a un par de personas en una emboscada nocturna. Aunque Alatriste desconoce los detalles, la promesa de una buena bolsa de dinero lo convence de aceptar el trabajo. Además, Saldaña le asegura que este trabajo lo pondrá en contacto con personas importantes que podrían beneficiar su futuro.

Alatriste reflexiona sobre la oportunidad que se le presenta y la posibilidad de mejorar su situación económica. La promesa de un futuro mejor y la perspectiva de salir de apuros lo llevan a aceptar el trabajo propuesto por Saldaña.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, Diego Alatriste se dirige a una cita en una casa oscura y abandonada. Lleva consigo armas y está preparado para cualquier eventualidad. Al llegar, es recibido por un criado y conducido a una habitación donde se encuentra con dos enmascarados. Uno de ellos, un hombre corpulento, les explica que deben asaltar a dos viajeros ingleses que llegarán a Madrid esa noche. El plan es simular un asalto y herir a uno de ellos, mientras se apoderan de sus documentos. Sin embargo, el enmascarado alto, que parece tener una posición de autoridad, interviene y ordena que los dos viajeros sean asesinados. Alatriste y el italiano, Gualterio Malatesta, aceptan el nuevo encargo a pesar de las dudas de Alatriste. Luego, un fraile dominico llamado Emilio Bocanegra se une a la reunión y confirma la orden de matar a los viajeros. El fraile advierte a Alatriste y Malatesta que si se niegan, sufrirán la ira de la Inquisición. Finalmente, el fraile les entrega una bolsa de oro como pago por el trabajo y les recuerda que la justicia divina siempre cobra sus deudas. Alatriste y Malatesta aceptan el encargo, aunque están perturbados por la situación.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, el narrador recuerda con nostalgia la taberna del Turco, donde vivía con Diego Alatriste. Describen el ambiente de la taberna, sucio pero confortable, y mencionan a los diferentes tipos de personas que la frecuentaban. Alatriste solía sentarse en la mesa reservada para él cerca de la puerta, leyendo obras de Lope de Vega y otras publicaciones satíricas. El narrador también menciona la afición de Alatriste por la lectura y su participación en la Guerra de los Treinta Años. Luego, se describe la llegada de otros personajes a la taberna, como el Tuerto Fadrique y Don Francisco de Quevedo, quienes entablan una conversación sobre política y la situación de España. Quevedo expresa su descontento con la corrupción y la decadencia del país. Mientras tanto, el narrador practica caligrafía cerca de la puerta y Alatriste lee los versos que ha escrito. Luego, una carroza se detiene frente a la taberna y el narrador ve a una joven rubia en su interior. Se enfrenta a un grupo de niños que se burlan del cochero y luego la joven lo mira fijamente desde la ventana. El narrador se presenta y ella le sonríe antes de que la carroza se aleje. El narrador queda enamorado de la joven, sin saber que se trata de su futura enemiga, Angélica de Alquézar.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, titulado "La emboscada", el capitán Alatriste y su compañero italiano se preparan para llevar a cabo una emboscada a dos ingleses. Han recibido información sobre la hora y el itinerario de los viajeros, así como una descripción detallada de su apariencia. Alatriste se encuentra oculto en un portal, esperando a los viajeros junto con su compañero. Se emboza en su capa nueva y se prepara para el enfrentamiento, llevando consigo una daga vizcaína y una pistola cargada.

Mientras espera, Alatriste recita fragmentos de la obra de teatro "Fuenteovejuna" para distraerse. De repente, ve moverse otra sombra cerca de él, que resulta ser su compañero italiano. Ambos se reparten los adversarios: Alatriste se enfrentará al inglés de traje gris y el italiano al joven del traje marrón. Deciden que el enfrentamiento debe ser rápido y silencioso, para evitar llamar la atención.

Cuando los viajeros se acercan, Alatriste se prepara para el combate. Desenvaina su espada y se coloca en posición, mientras el italiano hace lo mismo. Los viajeros, desmontados de sus caballos, se acercan lentamente. Alatriste se enfrenta al inglés de traje gris, que resulta ser un joven rubio y bien parecido. Ambos se enfrentan en un duelo, pero Alatriste se da cuenta de que el inglés no teme por su propia vida, sino por la de su compañero herido.

En ese momento, Alatriste duda y decide no matar al inglés. El italiano, sin embargo, sigue atacando al joven herido. Alatriste le ordena que lo deje, pero el italiano no puede creer lo que está escuchando. Finalmente, el italiano decide huir, apagando el farol y desapareciendo en la oscuridad de la calle.

El capítulo termina con la risa lejana del italiano, dejando a Alatriste con la sensación de que se ha metido en otra trampa.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, el joven inglés herido es atendido por su compañero y Diego Alatriste. A pesar de la aparente serenidad del inglés vestido de gris, Alatriste nota que sus manos temblaban al principio. Al observarlos, Alatriste se da cuenta de que el inglés vestido de gris habla con afectuoso respeto a su compañero, llamándolo Steenie, mientras que este último utiliza el formal término milord para dirigirse al herido. Alatriste se queda intrigado por la relación entre los dos ingleses y decide no irse, a pesar de la situación complicada en la que se encuentra.

Después de un breve diálogo, Alatriste se da cuenta de que el inglés vestido de gris es Jorge Villiers, el marqués de Buckingham, y el otro inglés es Carlos, príncipe de Gales y futuro rey de Inglaterra. Alatriste se sorprende por la identidad de los ingleses y se da cuenta de que ha estado a punto de matar a personas de gran importancia. A pesar de esto, los ingleses no parecen guardarle rencor y agradecen a Alatriste por no haberlos asesinado.

Después de la conversación, Alatriste se encuentra con el conde de Guadalmedina, quien le ofrece alojamiento en su casa. Alatriste acepta y se queda en la casa del conde mientras los ingleses son escoltados a la casa de las Siete Chimeneas para evitar más problemas. Alatriste se da cuenta de que está en una situación peligrosa y que tendrá que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones.

Capítulo sin nombre 6

En este capítulo, se revela que Carlos Estuardo, príncipe de Gales, y su amigo Buckingham han decidido viajar a Madrid de incógnito para conocer a la infanta doña María, hermana del rey Felipe Cuarto, con quien se supone que se casará. La boda entre el príncipe anglicano y la princesa católica es un asunto complicado que involucra a embajadores, diplomáticos, ministros y hasta el Papa de Roma. Carlos Estuardo y Buckingham planean conquistar a la infanta y llevarla a Inglaterra sin avisos ni protocolos, lo que causaría sorpresa y admiración en Europa.

El rey Jacobo da su bendición a la aventura de su hijo, ya que considera que los beneficios de la boda superan los riesgos. Tener al monarca de la nación más poderosa del mundo como cuñado sería una gran ventaja para Inglaterra. Además, el matrimonio pondría fin a la enemistad entre las dos naciones y abriría las puertas del comercio en las Indias Occidentales para los ingleses.

Mientras tanto, el capitán Alatriste pasa la noche en la casa del conde de Guadalmedina, mientras el príncipe y Buckingham se alojan en la casa del embajador inglés. Al día siguiente, el pueblo de Madrid se congrega frente a la casa de las Siete Chimeneas para vitorear al príncipe de Gales. Carlos Estuardo es joven, optimista y confiado en que su gesto conquistará a la infanta y a los españoles.

El conde de Guadalmedina regresa a casa y le cuenta a Alatriste los detalles de la emboscada que sufrieron el príncipe y Buckingham en un callejón oscuro de Madrid. Aunque no puede revelar todos los detalles, el conde insinúa que el ataque pudo haber sido organizado por agentes de otros países interesados en evitar la boda y provocar una guerra entre España e Inglaterra.

Guadalmedina también menciona que la Iglesia y la Inquisición están en contra del matrimonio, al igual que el Papa, Francia, Saboya y Venecia. Además, el conde revela que Olivares, el valido del rey, no tiene intención de aprobar la boda a menos que el príncipe se convierta al catolicismo. A pesar de todo, el conde cree que una alianza con Inglaterra sería beneficiosa para España, ya que ayudaría a contrarrestar la amenaza de Francia.

Mientras tanto, el pueblo de Madrid sigue celebrando la llegada del príncipe de Gales. El capitán Alatriste se encuentra con Angélica de Alquézar, una niña rubia de ojos azules, a quien conoce de un encuentro anterior. Angélica le presenta a un hombre mayor, vestido de negro y con la insignia de la orden de Calatrava, que parece tener una relación cercana con ella. Alatriste siente una sensación incómoda al ver al hombre y nota un brillo extraño en sus ojos cuando mencionan el nombre del capitán.

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, el narrador relata los acontecimientos del día siguiente, que era domingo. El día comenzó festivo, pero estuvo a punto de terminar en tragedia para Diego Alatriste y el narrador. La parte festiva del día se desarrolló alrededor de la "rúa del Prado", un paseo tradicional que se realizaba en Madrid. El rey Felipe IV ordenó este paseo en honor a sus ilustres huéspedes. La calle Mayor era el lugar de paso obligado desde el centro de la villa hasta el Alcázar Real y también era conocida por sus tiendas elegantes. Por las tardes, se llenaba de carrozas con damas y caballeros. El Prado de San Jerónimo, por otro lado, era un lugar arbolado y verde con fuentes y huertas, donde la gente paseaba y conversaba. Era un lugar de cita social y galanteo. En este contexto, el rey decidió organizar el primer encuentro entre su hermana, la infanta, y el príncipe de Gales. Durante el paseo de carrozas, el príncipe vio por primera vez a la infanta y quedó enamorado de ella. A partir de ese momento, el príncipe permanecería en Madrid durante cinco meses en busca de conseguir su mano en matrimonio. Mientras tanto, los ingleses dejaron de atacar a los españoles en el mar. El narrador también menciona que el capitán Alatriste no huyó ni se escondió, a pesar de los consejos que recibió. El narrador estaba al tanto de que algo estaba ocurriendo, ya que el capitán pasó la noche anterior en vela, armado y preparado para cualquier eventualidad. Sin embargo, nada sucedió y el capitán pudo dormir tranquilo al amanecer. El narrador describe la actitud fatalista del capitán, que se debe a su experiencia como soldado. A pesar de los malos momentos y las incertidumbres de la vida, el capitán Alatriste encaja todo con estoicismo. El narrador también menciona que el capitán Alatriste era un hombre orgulloso y soberbio, pero que solo mostraba estas características a través de su silencio obstinado. El narrador recuerda una historia contada por un antiguo camarada de armas del capitán Alatriste, que describe la valentía y la serenidad del Tercio de Cartagena en la batalla de Nieuport. El narrador también menciona que el capitán Alatriste aceptó un trabajo sucio recomendado por el teniente Saldaña, lo que llevó a su detención. Saldaña llega a la casa del capitán para arrestarlo y llevarlo a un lugar desconocido. El capitán Alatriste le pide a Saldaña que le permita llevar un arma, pero Saldaña se niega. Finalmente, el capitán Alatriste es llevado en un carruaje cerrado a una casa en las afueras de la ciudad. El narrador, preocupado por su amigo, decide seguirlos y esperar afuera de la casa.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, Diego Alatriste es llevado a un tribunal donde se encuentra con un enmascarado y fray Emilio Bocanegra. El interrogatorio se centra en averiguar cuánto ha contado Alatriste y a quién. También se interesan por el papel de Guadalmedina en la noche de los dos ingleses y si hay alguien más involucrado en el asunto. Alatriste se mantiene firme en no revelar ninguna información y sostiene que la intervención de Guadalmedina fue casual. Sin embargo, los interrogadores parecen convencidos de lo contrario. Alatriste sospecha que hay alguien dentro del Alcázar Real que ha informado sobre sus acciones. Después de un tiempo, Alatriste es liberado y se encuentra solo en la habitación. Decide salir y se encuentra con Martín Saldaña y sus hombres. Juntos, esperan en el Portillo de las Ánimas y descubren que están siendo acechados por varios hombres. Alatriste y su criado se enfrentan a los atacantes en una intensa batalla. Alatriste logra matar a dos de ellos, pero el tercero, un italiano llamado Gualterio Malatesta, decide retirarse. Alatriste ayuda a su criado herido y le ordena que busque a un sacerdote para el hombre malherido. Antes de irse, Alatriste le da su capa a su criado y lo toca suavemente en la mejilla. Alatriste se va con las pistolas en la mano y una gota de sangre de su herida cae en la cara de su criado.

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, después de la noche en Toledo, Alatriste y el narrador viven en constante vigilancia en Madrid. Alatriste intenta enviar al narrador de vuelta con su madre, pero él se niega a abandonarlo. Mientras tanto, Madrid está en fiestas por la visita del príncipe de Gales. Alatriste y el narrador no participan en las celebraciones, pero frecuentan las gradas de San Felipe, un lugar de encuentro popular en la ciudad. Allí, se encuentran con otros personajes como el poeta Quevedo y el pintor Velázquez. Alatriste y Quevedo discuten sobre sus enemigos literarios y la posibilidad de un duelo. Mientras tanto, el narrador se siente atraído por una mirada en una carroza negra, y se separa del grupo para seguirla.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, el narrador cae en una trampa tendida por Angélica de Alquézar y sus cómplices. Aunque el narrador intuye la maldad de Angélica, se siente fascinado por ella y entabla una conversación en la que revela detalles sobre su vida y sus planes. Al día siguiente, camino al corral del Príncipe para ver una representación teatral, el narrador comienza a sospechar que Angélica podría estar relacionada con los sucesos violentos de días anteriores. Llegan al corral del Príncipe, un lugar muy concurrido y popular en la España del Cuarto Felipe, donde se representan obras de teatro. El narrador describe el entusiasmo del público y la presencia de personajes importantes, como el rey y el príncipe de Gales. Durante la representación de la comedia "El Arenal de Sevilla", el narrador se enamora del personaje de Laura, interpretado por la actriz María de Castro. Sin embargo, la atención del narrador se desvía cuando un grupo de hombres comienza a provocar al capitán Alatriste. La situación se vuelve tensa y se desata una pelea en la que el capitán se enfrenta a cinco hombres armados. En ese momento, el poeta Quevedo interviene en la pelea y el príncipe de Gales y el duque de Buckingham deciden unirse a la lucha. La intervención de estos personajes causa asombro y admiración en el público. Finalmente, el rey ordena detener la pelea y el narrador se da cuenta de que estuvo a punto de presenciar un enfrentamiento entre el príncipe de Gales y el duque de Buckingham.

Capítulo sin nombre 11

En este capítulo, Diego Alatriste es llevado ante el conde de Olivares, el poderoso valido del rey. Alatriste observa al conde mientras despacha cartas y documentos con gran seriedad. Olivares es un hombre corpulento, con pelo negro y fuerte, vestido de seda azul y con la cruz roja de Calatrava en el pecho. Aunque aún no es duque, ya tiene un gran poder a los treinta y cinco años. Alatriste se siente intimidado al estar frente a él, sobre todo porque reconoce en el conde al hombre enmascarado de la noche anterior. Olivares menciona que Alatriste se encuentra en una situación delicada y que su vida depende de él. Alatriste se muestra impasible y Olivares le pregunta si lo ha visto antes, a lo que Alatriste responde que no. Olivares continúa revisando los documentos y menciona que Alatriste ha servido en Flandes, Nápoles y contra los turcos. También menciona que Alatriste ha tenido problemas en el pasado, como una riña en Nápoles con muerte incluida y una insubordinación durante la represión de los rebeldes moriscos en Valencia. Alatriste defiende sus acciones y menciona que solo ha matado en combate y que siempre ha servido a su rey. Olivares parece interesado en Alatriste y le muestra un beneficio firmado por Don Ambrosio de Spínola que le concede cuatro escudos por sus servicios en Flandes. Alatriste agradece el favor, pero Olivares le advierte que hay personas que no le perdonarán y que debe tener cuidado. Olivares le entrega una caja de ébano que contiene un anillo con el sello del príncipe de Gales y una carta que obliga a cualquier súbdito británico a ayudar a Alatriste si lo necesita. Alatriste agradece el gesto y Olivares menciona que daría mucho por tener una carta como esa.

Capítulo sin nombre 12

En este capítulo, el narrador se encuentra esperando en el Alcázar bajo la lluvia. Está esperando al capitán Alatriste, quien ha sido llevado al palacio por los alguaciles del teniente Saldaña. Mientras espera, el narrador ve a Gualterio Malatesta, un viejo conocido del Portillo de las Ánimas. Aunque inicialmente considera huir o atacar a Malatesta, decide quedarse quieto al notar que su actitud no es amenazante. Malatesta le pide al narrador que le entregue un mensaje al capitán Alatriste, diciéndole que no ha olvidado la cuenta pendiente entre ellos y que se encontrarán de nuevo para enfrentarse. Después de despedirse, Malatesta se va bajo la lluvia. Luego, se incluyen extractos de poemas atribuidos a Francisco de Quevedo, que alaban la virtud militar del capitán Alatriste y hacen referencia a su valentía en la batalla y su honor en la paz. También se incluye un poema que critica la visita del príncipe de Gales a Madrid y otro que elogia al señor de la Torre de Juan Abad utilizando similitudes con santos.

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