El misterio de la cripta embrujada

13 minutos

Prólogo del autor para la presente edición

En este capítulo, Eduardo Mendoza comienza explicando por qué considera que "El misterio de la cripta embrujada" es su novela favorita. Aunque su novela anterior, "La verdad sobre el caso Savolta", fue escrita en Barcelona antes de su mudanza a Nueva York, Mendoza se encontró en una situación difícil después de su publicación. No sabía qué hacer y se sentía agotado creativamente. Sin embargo, en 1977, durante una visita a Barcelona, se sintió contagiado por el entusiasmo y la energía de la transición política que se vivía en ese momento. Además, leyó "La verdad sobre el caso Savolta" por primera vez desde que lo había terminado y decidió utilizar un personaje secundario de esa novela, Nemesio Cabra Gómez, como protagonista de su nueva historia. De regreso en Nueva York, Mendoza se encerró en su apartamento con un aparato de aire acondicionado ruidoso y comenzó a escribir. Después de una semana de trabajo, se dio cuenta de que lo que se había propuesto escribir ya estaba escrito. Empaquetó el manuscrito y lo envió a la editorial Seix Barral, quien decidió publicarlo. Desde entonces, "El misterio de la cripta embrujada" ha tenido más de veinte ediciones. Mendoza considera que esta aceptación se debe a las circunstancias especiales que rodearon su concepción y a que la novela narra las peripecias de un hombre que regresa a su ciudad natal en busca de su identidad y su pasado.

Capítulo I UNA VISITA INESPERADA

En este capítulo, el narrador relata un partido de fútbol en el que su equipo estaba a punto de ganar. Sin embargo, todo se complica cuando uno de los jugadores se derrumba en el suelo y comienza a gritar que no quiere ver sus manos manchadas de sangre. A pesar de que el narrador logra anular el gol en contra, se da cuenta de que la suerte del equipo ha cambiado y que no serán campeones ese año.

En ese momento, el doctor Chulferga, un nuevo médico del sanatorio, le hace señas al narrador para que se reúna con él fuera del campo. El narrador acepta y se encuentra con el doctor, quien le informa que el doctor Sugrañes quiere verlo. Aunque el narrador se muestra cortés, no puede evitar sentir cierta turbación.

Junto al doctor Sugrañes, el narrador se encuentra con el comisario Flores y una monja. El doctor explica que el narrador ha sido enviado al sanatorio en lugar de a la cárcel, pero que su liberación depende de la decisión conjunta de la justicia, la ciencia y la religión. El doctor propone que, si todos están de acuerdo, el narrador pueda ser liberado.

Después de que el doctor Sugrañes les muestra el funcionamiento de un semáforo instalado en la puerta de su despacho, el comisario Flores le recuerda al narrador un caso ocurrido en un colegio hace seis años. El narrador pide que le cuenten los detalles del caso y promete cooperar a cambio de esa información.

El capítulo termina con el comisario encendiendo un habano y comenzando a relatar los pormenores del caso.

Capítulo II LO QUE RELATÓ EL COMISARIO

En este capítulo, el comisario Flores explica al narrador que una niña ha desaparecido del colegio de las madres lazaristas. La niña desapareció sin dejar rastro y solo faltaba su ropa. A pesar de las investigaciones, no se encontró ninguna explicación lógica para su desaparición. Al día siguiente, los padres de la niña aparecieron en el colegio y ordenaron que se cerrara el caso. La madre superiora aceptó la decisión, pero pidió que los padres se hicieran cargo de la niña. Más tarde, la niña reapareció en el colegio sin recordar lo que había sucedido. La madre superiora informó a los padres y ellos decidieron expulsar a la niña. El comisario revela que otra niña ha desaparecido recientemente y le pide al narrador que investigue discretamente el caso. El narrador acepta y el comisario y la monja se van, dejándolo en el centro de la ciudad.

Capítulo III UN REENCUENTRO, UN ENCUENTRO Y UN VIAJE

En este capítulo, el protagonista narra su llegada a Barcelona después de cinco años de ausencia. Aunque al principio se siente feliz de estar libre y dueño de sus actos, pronto se enfrenta a la realidad de no tener amigos, dinero, alojamiento ni ropa adecuada. Su primera preocupación es encontrar algo para comer y, después de buscar en las papeleras, encuentra medio bocadillo de frankfurt que devora con avidez. Luego, camina por las Ramblas y llega a un bar llamado El Leches, donde espera encontrar a su hermana Cándida. Al entrar, la ve sentada en una mesa, pero ella no se da cuenta de su presencia hasta que él se acerca. La descripción de su hermana revela que no es una mujer atractiva y que ha sufrido los estragos de los años. A pesar de su apariencia, el protagonista siente compasión por ella y le pide un favor. Sin embargo, su hermana se niega a ayudarlo y lo echa del bar. Después de este encuentro, el protagonista decide pasar la noche en el metro y logra robar algunos objetos de unos jóvenes que se burlaban de él. Luego, se dirige al colegio de las madres lazaristas de San Gervasio, a pesar de las advertencias del comisario Flores. Al llegar, se da cuenta de que el lugar está rodeado por una verja y unos perros guardianes. Aunque intenta acercarse, los perros lo descubren y gruñen amenazadoramente. Finalmente, el protagonista observa el edificio del colegio y las casas cercanas antes de retirarse a descansar.

Capítulo IV EL INVENTARIO DEL SUECO

En este capítulo, el protagonista llega a Barcelona y se dirige a un hotel llamado Hotel Cupido. El encargado, un hombre tuerto y blasfemo, le asigna una habitación sucia y maloliente. Mientras intenta dormir, alguien golpea la puerta y resulta ser el novio sueco de su hermana. A pesar de la desconfianza inicial, el protagonista le permite entrar. Sin embargo, el sueco se sienta en la cama y saca una pistola. El protagonista intenta convencerlo de que no representa una amenaza, pero al ver que no tiene éxito, decide golpearlo en la entrepierna. Descubre que el sueco está muerto y decide deshacerse del cuerpo. Antes de hacerlo, registra los bolsillos del cadáver y encuentra drogas y una pistola. Luego, coloca al sueco en su cama, cierra la ventana y se lanza al vacío desde el alféizar, pero se da cuenta de que la caída es más alta de lo que pensaba.

Capítulo V DOS FUGAS CONSECUTIVAS

En este capítulo, el narrador relata su escape de la casa donde se encontraba, después de aterrizar en un montón de basura. Escala una tapia y se dirige al bar El Leches, donde encuentra a su hermana y al sueco. Después de una breve conversación con su hermana, son sorprendidos por la llegada de la policía. El narrador logra escapar de nuevo, esta vez utilizando una artimaña para despistar a los policías. Luego, llama al comisario Flores para informarle de la situación, pero el comisario intenta convencerlo de que abandone el caso. El narrador se niega y decide concentrarse en la búsqueda de la niña desaparecida, postergando el asunto del sueco.

Capítulo VI EL JARDINERO ALEVE

En este capítulo, el protagonista se dirige a un callejón cercano a la calle Tallers en busca de algo que le permita disfrazar su identidad. No encuentra nada adecuado, así que se conforma con hacer una barba de algodón. Luego, se dirige al metro y durante el trayecto lee una revista sobre crímenes y violencia. Llega al colegio de las madres lazaristas de San Gervasio y busca al jardinero como parte de sus investigaciones. Se apropia de una botella de vino y la mezcla con drogas que le había dejado el sueco. Encuentra al jardinero, quien le cuenta que desaparecen niñas del internado. El protagonista descubre que el jardinero es el antiguo jardinero del colegio y que tiene antecedentes penales. La madre superiora lo descubre y llama a la policía, pero el protagonista logra distraerlos y escapar. Deja las barbas postizas en un rosal y se aleja. Al final del capítulo, revela que su verdadero nombre es desconocido y que es conocido por varios apodos despectivos.

Capítulo VII EL JARDINERO MORIGERADO

En este capítulo, el narrador narra su visita al antiguo jardinero del colegio de las madres lazaristas de San Gervasio. Descubre que el jardinero, llamado Don Cagomelo Purga, vive solo y con escasos recursos. Durante la conversación, el jardinero le cuenta que en la temporada taurina recoge boñigas en la Monumental para vender a los agricultores y en invierno vive de la caridad ajena. El narrador también descubre que el jardinero orina por la ventana debido a la falta de un inodoro en su vivienda. El jardinero muestra amabilidad y le cuenta al narrador sobre su trabajo en el colegio, donde convirtió el jardín en un vergel. Sin embargo, revela que las monjas lo pagaban por debajo del sueldo mínimo y nunca lo afiliaron a la seguridad social. El jardinero también menciona un extraño incidente en el colegio, donde una niña desapareció pero fue devuelta sana y salva por el ángel de la guarda. El narrador muestra interés en la niña y el jardinero le muestra fotos de ella y su amiga Mercedes. Sin embargo, el narrador nota que las niñas desaparecen de las fotos del año siguiente. Al final de la visita, el jardinero le pregunta al narrador si está interesado en la vacante de jardinero en el colegio, pero el narrador se despide y menciona que vivían mejor con Franco.

Capítulo VIII INTRUSIÓN PREMARITAL

En este capítulo, el protagonista llega a la casa de los Peraplana, donde se encuentra con un grupo de criadas uniformadas. Intenta ganarse su simpatía contando una historia inventada sobre su amistad con el señor Peraplana. Aunque al principio se burlan de él, las criadas se compadecen y le preguntan qué le sucede. El protagonista les cuenta que ha venido a recordarle al señor Peraplana su deuda de gratitud, pero en lugar de ser recibido con gratitud, es expulsado de la casa. Después de su encuentro con las criadas, el protagonista traza un plan para entrar a la casa de los Peraplana y se dirige a la puerta principal. Allí, se encuentra con un mayordomo al que le dice que trae un regalo de bodas para la señorita Isabel Peraplana. El mayordomo le pide que le entregue el paquete, pero el protagonista se niega y le dice que la señorita debe firmar el albarán. Finalmente, el protagonista logra convencer al mayordomo de que lo deje entrar. Una vez dentro, busca a Isabelita Peraplana y la encuentra en una habitación con una modista. Intenta contarle a Isabelita sobre su investigación y le pide que le cuente lo que sucedió cuando desapareció del colegio de las madres lazaristas. Antes de que pueda obtener una respuesta, la policía llega a la casa y el protagonista escapa saltando por la ventana y huyendo de la escena. A pesar de que su encuentro con Isabelita fue un fracaso, el protagonista aún tiene la esperanza de obtener información de Mercedes Negrer.

Capítulo IX UNA EXCURSIÓN AL CAMPO

En este capítulo, el narrador reflexiona sobre la repetición de apellidos en la guía telefónica y la confusión que esto genera. Decide llamar a Mercedes Negrer y, después de varias llamadas, logra hablar con ella. Sin embargo, descubre que no es la persona que buscaba, sino su hija. A pesar de esto, el narrador convence a Mercedes para que le dé la dirección de su hija en La Pobla de L'Escorpí. El narrador se apresura a tomar un tren hacia el pueblo y, a pesar de algunos contratiempos, logra llegar. En el pueblo, encuentra a Mercedes en la escuela y le pide hablar con ella en privado. Mercedes accede y lo lleva a su casa. Durante el camino, tienen una conversación en la que Mercedes revela que tiene mala fama en el pueblo y que su trabajo como maestra depende de la central lechera Mamasa. Llegan a la casa de Mercedes, donde el narrador confiesa que no ha comido en dos días. Mercedes se ofrece a prepararle algo de comer y el narrador se siente conmovido por su amabilidad.

Capítulo X LA HISTORIA DE LA MAESTRA HOMICIDA

En este capítulo, el narrador ha terminado de cenar y está comiendo turrón cuando el reloj marca las once de la noche. Mercedes Negrer, sentada en el suelo, lo mira con curiosidad. Después de comer, el narrador le explica que está investigando un asunto importante y le pide ayuda. Le pregunta a Mercedes sobre un incidente que ocurrió hace seis años en el que ella fue expulsada del colegio. Mercedes le cuenta que fue expulsada por mala conducta y revela que Isabel Peraplana, su mejor amiga, también fue expulsada en circunstancias misteriosas. El narrador le pide más detalles sobre lo que sucedió, pero Mercedes se niega a dar más información. Luego, el narrador le cuenta a Mercedes que otra niña ha desaparecido recientemente y que la policía le ha ofrecido su libertad si la encuentra. Mercedes se niega a ayudarlo y le dice que salga de su casa. Sin embargo, el narrador revela que ha engañado a Mercedes sobre la hora y que todavía tiene tiempo para hablar con ella. Después de una breve discusión, Mercedes finalmente le cuenta al narrador que ella mató a un hombre en defensa propia cuando era joven. El narrador le pregunta sobre el cuchillo que usó y Mercedes se niega a responder. Finalmente, el narrador le pide permiso para ducharse antes de acostarse y Mercedes le dice que no hay agua después de las diez de la noche. Luego, Mercedes lo lleva a una habitación donde puede pasar la noche y se despide de él. El narrador se acuesta y reflexiona sobre las mentiras que Mercedes le ha contado.

Capítulo XI LA CRIPTA EMBRUJADA

En este capítulo, el narrador se despierta en medio de la oscuridad y el miedo, sin saber dónde se encuentra ni qué está sucediendo. Siente un sudor frío y un fuerte deseo de ir al baño. Escucha pasos en el pasillo y comienza a temer por su vida, recordando los eventos de la noche anterior. Intenta encender la luz, pero no hay electricidad. En ese momento, escucha la voz de Mercedes Negrer, quien le explica que hay un apagón y que trae una vela para iluminar la habitación. El narrador se da cuenta de que está enredado en una mosquitera y Mercedes lo ayuda a liberarse. Ella le cuenta que también estaba despierta y que no podía dormir. Hablan sobre sus miedos y Mercedes le dice que no debe dejarse llevar por ellos. Luego, Mercedes revela que la noche en la que desapareció Isabelita, ella la siguió mientras caminaba sonámbula por el internado. Isabelita se encontró con un hombre en los baños y Mercedes la siguió hasta una cripta secreta debajo de la capilla. Allí, Isabelita apuñaló al hombre y Mercedes presenció todo. Después de eso, Mercedes se perdió en un laberinto oscuro y se desmayó. Al despertar, descubrió que Isabelita había regresado al dormitorio como si nada hubiera pasado. Más tarde, Mercedes fue interrogada por la policía y decidió guardar silencio para proteger a Isabelita. Finalmente, Mercedes revela que ha vivido en un pueblo desde entonces y que ha guardado este secreto durante seis años. El capítulo termina con el narrador pensando en la extrañeza de la vida y deseando una Pepsi-Cola.

Capítulo XII INTERLUDIO INTIMISTA: LO QUE YO PENSABA

En este capítulo, el narrador reflexiona sobre su infancia y la difícil situación económica de su familia. Recuerda a su padre, un hombre trabajador pero con mala suerte en los negocios, y a su madre, quien los amaba pero también tenía sus propios problemas. Debido a la ausencia de sus padres, el narrador y su hermana tuvieron que valerse por sí mismos desde muy jóvenes. A los once años, decide ingresar en el noviciado de Veruela. Después de una conversación con Mercedes, decide partir en un tren de mercancías para resolver el caso que lo ha llevado hasta allí. Durante el viaje, el narrador reflexiona sobre su relación con Mercedes y las dificultades que enfrentará en el futuro. Finalmente, llega a Barcelona y se dirige al registro de la propiedad, donde encuentra información relevante sobre la mansión y el pasadizo secreto. Decide ir a hablar con Peraplana, a pesar de los peligros que esto conlleva.

Capítulo XIII UN ACCIDENTE TAN IMPREVISTO COMO LAMENTABLE

En este capítulo, el protagonista llega a la puerta de la torre y se encuentra con una multitud expectante frente al seto. Reconoce a las criadas a las que había interrogado el día anterior y deduce que la boda, que se suponía que se celebraría en unos días, está a punto de tener lugar. Intenta ocultarse detrás de una revista y se mezcla entre la multitud mientras piensa desesperadamente en cómo subirse al coche nupcial. Observa que salen dos policías de la torre seguidos de camilleros llevando una cama con ruedas y una enfermera con una botella conectada a la cama. Se da cuenta de que no es una boda, sino que están llevando a alguien herido o enfermo. Un hombre le cuenta que la chica de la casa se ha suicidado esa mañana y que estaba a punto de casarse. El protagonista sigue preguntando y el hombre le cuenta que ha dejado el sacerdocio para casarse y que ha oído lo sucedido de un repartidor de carne. El protagonista se entristece por la noticia y se pone a llorar. Luego, busca entre la multitud y encuentra a Mercedes Negrer, a quien había visto antes. La agarra del brazo y la lleva a un lugar apartado para preguntarle qué ha hecho. Mercedes le cuenta que se ha ido en coche y ha llamado a Isabel, la novia, para contarle algo importante. El protagonista se enfada con ella y le dice que ha cometido un acto reprobable y que ahora deben resolver el caso para demostrar la inocencia de Isabel. Mercedes accede a ayudar y el protagonista le explica su plan mientras se dirigen hacia el coche.

Capítulo XIV EL DENTISTA MISTERIOSO

En este capítulo, el narrador y Mercedes esperan afuera de la casa de los Peraplana. Pronto, el mayordomo abre la puerta y aparece un SEAT conducido por una sola persona. El narrador le pide a Mercedes que siga al SEAT de cerca, mientras él se baja y toma un taxi para seguirlos. Después de una serie de maniobras, el SEAT despista a Mercedes y el narrador continúa siguiéndolo. Finalmente, el SEAT llega a un chaflán en la calle Enrique Granados y el conductor se baja y entra en un portal oscuro. El narrador intenta seguirlo, pero el taxista se niega a esperar y se va. El narrador observa el portal desde un bar cercano y luego decide entrar. Utiliza una barra de metal para abrir la puerta y sube al segundo piso, donde se encuentra el consultorio de un dentista llamado Plutonio Sobobo Cuadrado. Después de una breve conversación, el dentista accede a hablar con el narrador y lo invita a entrar. Juntos, caminan por un pasillo oscuro y tenebroso.

Capítulo XV EL DENTISTA SE SINCERA

En este capítulo, el narrador se encuentra con el doctor en un salón amueblado y confortable. El narrador le explica al doctor que ha visto cómo metía un fardo en el portamaletas de un coche, y le pregunta si ese fardo era una niña, presumiblemente su hija. El doctor y su esposa admiten que es cierto y revelan que la niña es la misma que desapareció del colegio hace dos días. La esposa del doctor confiesa que nunca habían infringido la ley antes y que se alegra de haber sido descubiertos. El narrador continúa interrogando al matrimonio y les pregunta por qué hicieron esa farsa de secuestro. El matrimonio guarda silencio y la esposa finalmente revela que fueron obligados por un hombre misterioso que amenazó con procesarlos si no seguían sus órdenes. El doctor explica que se endeudó al comprar un torno eléctrico y que este hombre se ofreció a ayudarlo a cambio de guardar un secreto y hacerle un favor. El favor consistía en ocultar a la niña en su casa y drogarla con éter. El narrador se despide del matrimonio y se dirige a encontrarse con Mercedes en un bar. Allí, un hombre intenta ligar con Mercedes y amenaza al narrador. El narrador logra defenderse y luego se va con Mercedes a buscar su coche, que está siendo llevado por la grúa. A cambio de dinero, logran quedarse con el coche, pero descubren que han sido estafados con un recibo enigmático.

Capítulo XVI EL CORREDOR DE LAS CIEN PUERTAS

En este capítulo, el narrador y Mercedes llegan al colegio de las madres lazaristas en la madrugada. El narrador le recuerda a Mercedes las instrucciones en caso de que no dé señales de vida en dos horas. Mercedes sugiere llevar un canario, pero el narrador se niega. Encuentran la verja del colegio y el narrador arroja excrementos de perro al jardín para distraer a los perros guardianes. Luego, el narrador se sube a los hombros de Mercedes y salta sobre el muro con la ayuda de una manta. Sin embargo, una segunda manta cae sobre él y tropieza, pero logra liberarse y arroja la butifarra para distraer a los perros. Luego, entra a través de una ventana y se encuentra en una celda donde una monja duerme. El narrador se da cuenta de que ha perdido la linterna y continúa explorando el edificio a oscuras. Después de varias vueltas, encuentra una puerta con cerradura y la abre con una lima de uñas. Llega a un refectorio donde come la butifarra y luego encuentra el dormitorio de las alumnas. El narrador se da cuenta de que es el único hombre entre las sesenta y cuatro niñas y se propone encontrar a la hija del dentista en el próximo capítulo.

Capítulo XVII EN LA CRIPTA

En este capítulo, el narrador continúa su búsqueda de la hija del dentista. Utiliza un pañuelo impregnado en purodor para cubrir su nariz y boca y una ampolla de éter para hacer que la niña se levante de la cama sin despertar. Juntos, caminan por los baños, la escalera, la recámara y llegan a la capilla, donde encuentran una lápida con la inscripción "V. H. H." y la frase "HINC ILLAE LACRIMAE". El narrador intenta abrir la lápida, pero le cuesta mucho esfuerzo. Finalmente, logra abrir la lápida y se encuentra con un horrible esqueleto en el hoyo. Se da cuenta de que se ha equivocado de sepultura y ha profanado la tumba equivocada. Después de recuperarse del susto, el narrador guarda distraídamente el pañuelo en su zurrón. Continúa caminando con la niña por el laberinto subterráneo, pero se pierden rápidamente. El narrador habla con la niña y reflexiona sobre su destino. De repente, escucha la voz de Mercedes y la sigue hacia una luz verdosa en la cripta. Sin embargo, el narrador se da cuenta de que todo es una alucinación y trata de escapar. En su huida, choca con una mesa y descubre el cadáver del sueco y a su hermana llorando. Intenta consolar a su hermana, pero ella lo ataca y lo deja inconsciente.

Capítulo XVIII LA CASA DE LA MONTAÑA

En este capítulo, el protagonista recupera la conciencia y se encuentra rodeado por el comisario Flores, el doctor Sugrañes, Mercedes y varias monjas, incluyendo a la superiora. Descubre que había estado delirando y que no había un hombre negro presente. El comisario explica que Mercedes lo llamó para informarle de las acciones del protagonista y que decidieron seguir sus instrucciones y buscarlo en el colegio. Descubren una cripta donde encuentran al protagonista abrazando a una niña cataléptica. Luego, deciden explorar un pasadizo que los lleva a una sala llena de máquinas herrumbrosas y polvorientas. Encuentran un funicular en desuso y deciden subir a él. Durante el trayecto, el protagonista recibe las explicaciones prometidas y se revela que Mercedes había cambiado mucho en los últimos seis años. El funicular se estrella contra una compuerta cerrada, pero logran salir antes del impacto. Llegan a una mansión donde son recibidos por una familia que vive allí. El comisario llama a un coche-patrulla para que los recoja y reflexiona sobre cómo no todas las pistas conducen a un hallazgo espectacular.

Capítulo XIX EL MISTERIO DE LA CRIPTA, RESUELTO

En este capítulo, el protagonista explica a los policías en el coche-patrulla los puntos oscuros de la cadena de acontecimientos que ha vivido. Comienza diciendo que la clave del enredo fue el relato de Mercedes, que le hizo darse cuenta de que el asunto del sueco y la desaparición de la niña estaban relacionados. Explica que Peraplana, un hombre influyente involucrado en negocios sucios, decidió ocultar un asesinato cometido por él matando a otra persona y enterrando ambos cuerpos en una cripta. Además, revela que Peraplana suministró drogas a su hija y la llevó a la cripta para que la policía descubriera el cadáver y diera por sobreseídas las pesquisas. Sin embargo, la intromisión de Mercedes complicó todo. Luego, explica que Peraplana repitió el crimen seis años después debido a un chantaje y que intentó culpar al protagonista. El comisario Flores le advierte de las consecuencias legales que enfrenta y le propone un trato: dejar las cosas como están a cambio de la libertad de su hermana. El protagonista acepta y el coche-patrulla se dirige al manicomio. En el trayecto, el protagonista reflexiona sobre lo ocurrido y piensa en el futuro.

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