Sólo un pie descalzo

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portada Sólo un pie descalzo

Capítulos

1

En este capítulo, conocemos a Gabriela, una niña que solía perder uno de sus zapatos con frecuencia. A diferencia de sus hermanos y primos, que solo perdían sus zapatos en situaciones excepcionales, Gabriela siempre perdía uno solo. A pesar de esto, cuando sus hermanos o primos perdían ambos zapatos, eran consolados y alabados por su valentía. Gabriela, en cambio, era considerada una niña diferente y sus errores eran catalogados como "tonterías de Gabriela". Esto la hacía sentir insegura y tímida, y se volvía cada vez más retraída. A pesar de todo, Gabriela admiraba a su hermana mayor, Tomasa, la cocinera de la casa, quien contaba cuentos maravillosos a los niños. Gabriela también sentía predilección por las croquetas de Tomasa, pero nunca recibía una croqueta entera como sus hermanas. A pesar de su tristeza y soledad, Gabriela esperaba con ansias el día en que finalmente podría ir al colegio con sus hermanas mayores.

2

En este capítulo, Gabriela comienza su primer día en el colegio. Aunque está emocionada por ser admitida antes de tiempo gracias a sus hermanas, se siente pequeña y sola entre las demás niñas. La maestra, la señora Saint Marsal, la aparta y la trata con frialdad al descubrir que Gabriela no sabe el abecedario. Sin embargo, Gabriela ya lo había aprendido por su cuenta. Durante el recreo, las niñas juegan a lanzarse pelotas y Gabriela se siente aún más pequeña e incapaz de unirse a ellas. Es golpeada y burlada por las demás niñas, y la maestra la castiga sin recreo durante toda la semana. En casa, sus hermanas están enfadadas y avergonzadas por su comportamiento. Gabriela se da cuenta de que no encaja en el colegio y se refugia en los libros de cuentos de sus hermanas. A medida que crece su amor por la lectura, comienza a crear sus propios cuentos en su imaginación. Encuentra un muñeco de madera sin una pierna en el cofre de juguetes de sus hermanas y lo guarda en su cajón, creando un mundo secreto para él. Gabriela se siente cada vez más rechazada y extraña, y se refugia en sus sueños y en su mundo de fantasía. A pesar de los problemas que enfrenta en el colegio y en casa, Gabriela encuentra consuelo y felicidad en sus propias historias.

3

En este capítulo, Gabriela regresa a casa del colegio con fiebre y se acuesta en la cama. El médico diagnostica que tiene gripe y le recomienda reposo durante una semana. Durante su enfermedad, Gabriela se siente débil y no puede concentrarse en sus sueños. Busca su muñeco sin pierna, pero no lo encuentra. Recuerda entonces la existencia de la Biblioteca en su casa, a la que solo su padre tiene acceso. Gabriela siente curiosidad por los libros y decide ir a la Biblioteca. Allí encuentra un libro grande y rojo llamado "El País del Pie Descalzo" y lo lleva a su habitación. Al abrirlo, Gabriela se sorprende al ver que las páginas están llenas de una niebla espesa y palabras en un idioma desconocido. Sin embargo, al pasar la siguiente página, encuentra una hermosa ilustración que la transporta a un bosque mágico. Gabriela escucha música y ve sombras y criaturas en la niebla. Luego, reconoce el mar y una isla que ha soñado antes. Una voz le da la bienvenida al País del Pie Descalzo y le asegura que nadie puede expulsarla de allí. Gabriela se emociona y grita de alegría, pero luego se despierta y descubre que el muñeco no está, pero el libro está debajo de su almohada.

4

En este capítulo, Gabriela sigue pensando en el roble del libro y decide esconderlo en el cajón del armario. Después de recuperarse de la gripe, Gabriela decide sacar el libro y leerlo bajo las sábanas. Al abrir el libro, el muñeco Homolumbú aparece a su lado y le explica que para que las cosas sean ciertas, ella debe creer en ellas. Homolumbú le propone a Gabriela visitar la Región de las Alacenas en el País del Pie Descalzo. Tomados de la mano, Gabriela y Homolumbú se deslizan por el borde del parquet y navegan en un barco de papel. Llegan a la Región de las Alacenas, donde Gabriela escucha las historias de los objetos olvidados en la alacena. La Olla Grande sin Tapadera cuenta cómo fue desplazada por una olla nueva y joven, pero Tomasa no se quiere deshacer de ella porque la ha ayudado durante muchos años. La Jarra de Leche recuerda cuando era admirada por los niños en las meriendas. El Azucarero de los Dibujos Azules cuenta cómo perdió su tapadera y fue apartado de la familia Porcelana-Vajilla. Las cucharillas lamentan haber sido separadas de los tenedores y la más pequeña cuenta cómo su novio tenedor desapareció. Por último, la Pequeña Sartén Negra revela que Tomasa la esconde porque tiene sartenes nuevas, pero ella sabe darle a las croquetas una corteza dorada y crujiente. Después de escuchar todas las historias, Gabriela se despierta y Tomasa saca la Pequeña Sartén Negra de la alacena y la cuelga en un lugar visible. A partir de ese momento, Tomasa reserva una croqueta especial para Gabriela y le hace un guiño en secreto.

5

En este capítulo, Gabriela sigue sintiéndose incomprendida en el colegio. Las tres maestras, La Oliscona, madame Saint Denis y madame Saint Sulpice, hablan en un lenguaje incomprensible para Gabriela y no aceptan sus preguntas. Gabriela se siente cada vez más triste y preocupada por sus deberes, sin entender cómo hacerlos. Un día se da cuenta de que Homolumbú ha desaparecido y se siente aún más sola. Regresa a casa y se encuentra con que sus hermanas están emocionadas por una invitación a casa de unas amigas, mientras que Gabriela se queda sola y castigada. Gabriela llora en silencio y se siente cada vez más alejada de todo. Un sábado por la tarde, Gabriela se encuentra sola en casa y escucha los ruidos de sus hermanas y la criada. Se siente excluida y se refugia en su cuaderno de castigos, llamando a Homolumbú en voz baja. Homolumbú aparece y le dice que esa noche visitarán la Región de los Ausentes, donde Gabriela podrá escuchar a aquellos que callan cuando todos hablan y hablan cuando todos duermen. Esa noche, Gabriela y Homolumbú navegan por la ciudad y llegan al Aula Primera de su colegio. Gabriela se encuentra rodeada de sus números-hombrecitos y letras-dibujos, que cobran vida y celebran una fiesta. Gabriela baila con ellos y se siente parte de su mundo. Al final de la noche, Gabriela se deja caer en su antiguo banco y se da cuenta de que ha perdido una zapatilla. Al despertar, Gabriela se siente más animada y poco a poco comienza a entender el idioma de madame Saint Sulpice. Aprende a multiplicar y se acerca el final del año escolar.

6

En este capítulo, toda la casa está en un alboroto debido a los preparativos para las vacaciones. Los hermanos de Gabriela están empacando sus maletas, pero siempre las hacen y deshacen varias veces. Gabriela se da cuenta de que no tiene una maleta y le pide una a su mamá, pero ella le dice que es demasiado pequeña para necesitar una. Gabriela se desilusiona y va a buscar a Micaela, la criada, quien le ofrece una caja de metal para guardar sus cosas. Gabriela coloca su amado libro y sus lápices-enanitos en la caja y se siente feliz de tener un lugar para ellos. Al día siguiente, la familia se va de vacaciones a una casa cerca del río. Gabriela se siente excluida porque no sabe nadar y los demás no quieren enseñarle. Mientras los demás se divierten en el río, Gabriela se sienta en la orilla y se cae al agua, perdiendo una sandalia. Al regresar a casa, Gabriela es castigada y enviada al Cuarto de los Castigos, donde encuentra objetos antiguos y se sumerge en sus pensamientos.

7

En este capítulo, Gabriela observa el atardecer desde su habitación y escucha los sonidos de la naturaleza mientras se prepara para el ensayo antes del primer concierto de verano. Decide no bajar a cenar y se siente invisible para los demás. Luego, los lápices-enanitos la despiertan y la llevan al desván, donde descubre la Región del Olvido y Otro Tiempo a través de un espejo cubierto de polvo. El espejo le muestra recuerdos de una niña-abuelita que jugaba en un trineo, en el Cuarto de Juegos y en la mesa de la merienda con la familia Porcelana-Vajilla. Gabriela reconoce a la niña-abuelita como alguien que había visto en una fotografía antigua. Sin embargo, también presencia momentos de tristeza y rechazo hacia la niña-abuelita por parte de otros niños. Finalmente, el espejo se rompe cuando la niña-abuelita lanza un zapato y Gabriela se da cuenta de que la criadita pelirroja en los recuerdos del espejo es Tomasa cuando era joven. Gabriela se despide del espejo y regresa a su habitación mientras la luna y el sol hacen comentarios sobre la situación.

8

En este capítulo, se organiza la tradicional Excursión Familiar en la Casa de las Vacaciones. Esta excursión es considerada como una despedida de las vacaciones y es obligatoria para todos los habitantes de la casa, desde los padres hasta los niños. Sin embargo, la cocinera Tomasa se niega a acompañarlos debido a su reuma. A pesar de que la excursión no coincide con los planes de los niños, todos parten temprano en la mañana. Durante el camino, los niños sufren de sed y se les prohíbe beber agua hasta llegar a la meta. La excursión resulta agotadora y al regresar a casa, todos están cansados y descontentos. Gabriela, castigada en su habitación, descubre que puede escuchar las voces de los objetos de la casa, como los arneses y las planchas. Los arneses le piden que los libere y las planchas le revelan que son las Casitas de la Lumbre del Otro Tiempo. Gabriela decide ayudar a los objetos a regresar a su lugar de origen y es transportada por el viento a un lugar desconocido.

9

En este capítulo, Gabriela se encuentra en el trineo que vio en el Espejo del desván. El trineo se desliza rápidamente a través de una cortina de nieve-luz, empujado por el viento. Gabriela experimenta una sensación de asombro y felicidad mientras viaja en el trineo, sintiendo la lluvia de nieve en su boca y disfrutando de la belleza del bosque que se acerca rápidamente. La luna, sorprendida por el ruido del trineo, aparta las nubes y observa cómo el trineo se dirige hacia el bosque. Sin embargo, esto interrumpe los planes de la luna, ya que tenía que entrar en el bosque esa noche para comprobar las plantaciones de frambuesas. Gabriela se emociona al darse cuenta de que finalmente está en el bosque, un lugar que siempre ha deseado visitar. El trineo se detiene en la copa de un árbol frondoso y Gabriela se da cuenta de que ha llegado al corazón del bosque. Ella se maravilla con la belleza y la vida que encuentra en el bosque, percibiendo las voces y los secretos de las criaturas invisibles que lo habitan. Gabriela se encuentra con sus lápices-enanitos y sigue a una luciérnaga que la guía hacia el Viejo Roble. Allí, Gabriela descubre todos los tesoros y objetos que ha creado para Homolumbú, así como las criaturas y los pájaros del bosque. Sin embargo, Gabriela se da cuenta de que falta alguien y finalmente encuentra a Homolumbú, pero lo ve pálido y envejecido. Homolumbú le dice a Gabriela que ha llegado al final de su viaje y le desea un feliz regreso. Gabriela no quiere regresar y se siente fría y desolada mientras todo desaparece a su alrededor. El capítulo termina con el viento diciendo adiós a Gabriela.

10

En este capítulo, Gabriela se despierta en el desván y escucha a Tomasa llamándola. Baja las escaleras y se encuentra con un niño desconocido que tiene su zapato perdido. Tomasa explica que el niño vive en la finca del vecino y encontró el zapato en el río. Gabriela y el niño, llamado Gabriel, se dan cuenta de que tienen la misma edad y se hacen amigos. Tomasa les aconseja que coman todo lo que quieran antes de que lleguen los demás niños. Después de comer, Tomasa les cuenta que el grillo se fue y que otros llegarán. Los días pasan y Gabriela y Gabriel se vuelven inseparables. Juegan juntos y disfrutan de los últimos días de verano. Sin embargo, el frío de octubre llega y deben prepararse para regresar a la ciudad. Antes de irse, Gabriela tiene una extraña experiencia en el bosque y se despide del viejo roble. Finalmente, llega el día del viaje y la Casa de las Vacaciones vuelve al silencio. Con el tiempo, Gabriela recuerda un libro que tomó prestado de la biblioteca de su padre, pero descubre que ha desaparecido. Los años pasan y los niños de la casa se separan, pero Gabriela siempre guarda en su corazón los recuerdos de aquel verano.

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