La Sombra del Viento

45 minutos

EL CEMENTERIO DE LOS LIBROS OLVIDADOS

En este capítulo, el protagonista, Daniel, recuerda el día en que su padre lo llevó por primera vez al Cementerio de los Libros Olvidados. Era un amanecer de verano en 1945, en una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza. Su padre le advierte que lo que verá allí no puede contárselo a nadie, excepto a su madre. Daniel recuerda que su madre murió cuando él tenía cuatro años, y desde entonces vive con su padre encima de la librería heredada de su abuelo. Su padre le explica que cada libro en el Cementerio de los Libros Olvidados tiene un alma y que los guardianes aseguran que los libros que se pierden en el olvido lleguen allí. Daniel elige un libro llamado "La Sombra del Viento" de Julián Carax y se sumerge en su lectura. La historia narra la búsqueda del verdadero padre del protagonista y se convierte en una odisea llena de misterio y amor maldito. Daniel queda fascinado por la historia y se sumerge en un mundo de imágenes y sensaciones. Aunque está cansado, no quiere dejar de leer y se queda despierto hasta el amanecer. El capítulo termina con Daniel afirmando que esas páginas siempre serán las que encontró en el Cementerio de los Libros Olvidados.

DÍAS DE CENIZA

1

En este capítulo, el protagonista despierta con el impulso de compartir el secreto del Cementerio de los Libros Olvidados con su amigo Tomás Aguilar. Sin embargo, decide cambiar de estrategia y aborda a su padre para preguntarle sobre el libro y Julián Carax. Descubre que su padre no ha oído hablar de La Sombra del Viento y que la edición original es de una editorial en París. Deciden buscar ayuda en Gustavo Barceló, un viejo colega de su padre y dueño de una librería. Se dirigen al café de Els Quatre Gats, donde Barceló y sus amigos se reúnen para hablar de libros. Barceló examina el libro y muestra interés en Julián Carax. Hacen un trato para que el protagonista lleve el libro a la biblioteca del Ateneo al día siguiente y Barceló le cuente lo que sabe sobre Carax. La conversación se desvanece y el protagonista observa a Barceló con una sonrisa velada.

2

En este capítulo, el narrador describe su encuentro con Barceló en el Ateneo de Barcelona. A pesar del intenso calor, el narrador llega al lugar con su libro y se encuentra con Barceló y una misteriosa mujer vestida de blanco. Barceló le pregunta si ha traído el libro y el narrador asiente. Barceló se muestra intrigado por el origen del libro, pero el narrador se niega a revelarlo, ya que prometió a su padre guardar el secreto. Barceló examina el libro con admiración y revela que es el único ejemplar que queda, ya que los demás fueron quemados. Luego, Barceló se retira dejando al narrador a solas con la mujer de blanco, quien resulta ser la sobrina de Barceló llamada Clara. Clara es ciega y el narrador se siente atraído por su apariencia y su voz. Clara revela que su tío la ha traído porque es una experta en Julián Carax, a pesar de su ceguera. El narrador se acerca a Clara y ella le toca el rostro con sus manos, leyendo sus facciones. El narrador se siente nervioso y agradecido de que no haya testigos de su sonrojo.

3

En este capítulo, el narrador nos cuenta cómo Clara Barceló le robó el corazón y le contó su historia. Clara era la sobrina del librero y le explicó que durante la guerra civil española, su padre la envió a vivir con su hermana en un pueblo de la Provenza. Clara leía las cartas de su padre en voz alta a su madre, pero nunca lloraba, incluso cuando dejaron de recibir correspondencia. Clara le contó al narrador que su padre fue leal a sus amigos, pero ellos lo traicionaron y eso le costó la vida. Clara describió con detalle personas y lugares que nunca había visto, ya que durante su exilio en Francia, ella y su prima Claudette tenían un tutor llamado Monsieur Roquefort, quien les leía las cartas de su padre. Monsieur Roquefort era un hombre excéntrico y refinado, y un día encontró una novela de un autor desconocido llamado Julián Carax. La novela se llamaba "La casa roja" y Monsieur Roquefort quedó fascinado por ella. A lo largo de los años, Monsieur Roquefort buscó más obras de Carax, pero nunca encontró ninguna. Sin embargo, en 1935, se enteró de que se había publicado una nueva novela de Carax llamada "La Sombra del Viento". Monsieur Roquefort intentó adquirir varios ejemplares, pero nunca recibió respuesta. Luego, se corrió el rumor de que Carax se había visto envuelto en un duelo y que había desaparecido. A pesar de todo, Monsieur Roquefort nunca olvidó a Carax y, once años después de haber descubierto "La casa roja", decidió prestarle la novela a Clara y Claudette con la esperanza de que despertara su interés por la lectura.

4

En este capítulo, Clara le cuenta a Daniel cómo descubrió el placer de la lectura a través de un libro que cambió su vida. Ella explica que antes de leer ese libro, las lecturas eran solo una obligación para ella. Pero este libro despertó su pasión por la lectura y le mostró que podía vivir más intensamente a través de los libros. Clara también revela que durante años buscó otros libros del mismo autor, Julián Carax, pero sin éxito. Además, menciona que su madre decidió regresar a España y que tanto ella como su madre intentaron descubrir qué había sido de su padre, pero solo encontraron vías muertas. Clara también revela que su madre murió poco después de regresar a Barcelona. Después de la muerte de su madre, Clara fue a vivir con su tío Gustavo, quien se convirtió en su única familia y su mejor amigo. Clara menciona que todas las noches su tío le lee un rato. Luego, Clara le cuenta a Daniel sobre un misterioso individuo que quemaba los libros de Julián Carax y que se llamaba Fumero. Finalmente, Daniel le ofrece leerle a Clara algunos capítulos de "La Sombra del Viento" y ella acepta.

5

En este capítulo, el narrador recuerda su infancia y su fascinación por una pluma estilográfica expuesta en una tienda. La pluma, que supuestamente perteneció a Víctor Hugo, era un objeto de deseo para el narrador, quien creía que con ella podría escribir cualquier cosa. Sin embargo, el alto precio de la pluma hizo que su padre no pudiera comprarla. A pesar de esto, el narrador continuó visitando la tienda y soñando con tener la pluma algún día. También relata cómo comenzó a escribir historias con un lápiz, pero su falta de talento lo frustraba. A medida que crecía, su interés por la escritura disminuyó y se centró en otros pasatiempos. En una conversación con su padre, el narrador menciona la guerra y la desaparición de personas en el castillo de Montjuïc. Su padre le revela que su madre le pidió que nunca le hablara de la guerra, pero admite que hubo personas que nunca regresaron del castillo. Al final del capítulo, el narrador ve a un extraño en la calle que se parece al personaje de un libro y siente miedo.

6

En este capítulo, el narrador comienza pensando que la visión de Clara en el cementerio fue solo una casualidad y que no volverá a verla. Sin embargo, decide ir a la casa de don Gustavo Barceló para convertirse en lector a domicilio. La criada, Bernarda, lo recibe y lo lleva a través de la casa, que es grande y llena de libros, estatuas y animales exóticos. Finalmente, llega a un salón donde Clara está tocando el piano. Después de escucharla tocar, Clara le cuenta que su tío le ha prohibido tocar a Mompou porque considera que es un sacrilegio. El narrador le dice que toca muy bien y Clara le cuenta sobre un compositor joven llamado Adrián Neri que está componiendo una sinfonía. Luego, Clara invita al narrador a merendar y le sugiere que lea "La Sombra del Viento". El narrador comienza a leer en voz alta y se sumerge en la historia. Después de una hora, se da cuenta de que es tarde y tiene que irse. Quedan en encontrarse al día siguiente. A lo largo del verano, el narrador visita regularmente la casa de los Barceló y pasa mucho tiempo con Clara. También se menciona la relación especial que tiene con la criada Bernarda, quien lo cuida y lo mima. Sin embargo, el padre del narrador no aprueba su relación con Clara y le sugiere que pase más tiempo con amigos de su edad. El narrador también comienza a sentir que su amor por Clara es un sufrimiento y que está metiéndose en un camino sin salida. A pesar de esto, continúa pasando tiempo con ella hasta que llega un momento en que se vuelve difícil estar cerca de ella. Clara también se da cuenta de esto y sugiere que necesitan hablar.

MISERIA Y COMPAÑÍA

7

En este capítulo, el protagonista decide organizar una cena de cumpleaños e invitar a Barceló, a la Bernarda y a Clara, a pesar de la oposición de su padre. Sin embargo, Clara evita cualquier ocasión de quedarse a solas con él y siempre hay alguien presente cuando lo visita. Además, el maestro Neri, que también está interesado en Clara, siempre pone reparos a su presencia. En el día de su cumpleaños, su padre prepara una cena especial, pero ninguno de los invitados aparece. La Bernarda llega más tarde y le entrega un regalo de parte de Clara, quien no pudo asistir debido a un cambio en su clase de música con el maestro Neri. Desilusionado, el protagonista se va y se encuentra con un extraño que lo sigue hasta el muelle. El extraño le ofrece dinero por un libro llamado "La Sombra del Viento", que el protagonista niega tener. El extraño menciona a Clara y el protagonista se da cuenta de que el extraño es el hombre que la aborda por la calle. El extraño le pide que hable con Adrián Neri, un músico, para que le devuelva el libro. El protagonista miente y dice que hablará con Neri, pero duda de que le devuelva el libro. El extraño revela que colecciona libros de Julián Carax y que los quema. Finalmente, el extraño se va y advierte al protagonista que volverán a verse.

8

En este capítulo, el protagonista se encuentra bajo la amenaza de un individuo desconocido y decide ir a buscar a Clara, quien está sola en el piso de la plaza Real. En su camino, se refugia en un quiosco de prensa debido a la tormenta que se avecina. Sin embargo, decide continuar su búsqueda a pesar de la lluvia intensa y la oscuridad que se apodera de la ciudad debido a un apagón. Llega al piso de la Bernarda, donde encuentra la habitación vacía y se encuentra con los gatos de Barceló. Luego se dirige a la habitación de Clara, pero se detiene al escuchar una voz silbando y riendo desde adentro. A pesar de su temor, abre la puerta y descubre que ha llegado tarde.

9

En este capítulo, Daniel descubre a Clara y al maestro Neri teniendo relaciones sexuales en el piso de los Barceló. Neri se enfurece al darse cuenta de la presencia de Daniel y lo golpea antes de echarlo del lugar. Daniel se encuentra con el mendigo al que había negado ayuda anteriormente y este lo lleva a resguardarse de la lluvia. El mendigo se presenta como Fermín Romero de Torres, un cesante del servicio de inteligencia. Fermín le ofrece vino a Daniel para calentarse y desinfectar su herida. Luego, Daniel decide ir al Cementerio de los Libros Olvidados para esconder el libro de Carax y se encuentra con Isaac, el guardián del lugar. Isaac lo lleva a su oficina para secar su ropa y le promete contarle lo que sabe sobre Julián Carax.

10

En este capítulo, Daniel continúa su conversación con Isaac sobre Julián Carax. Isaac le cuenta que el editor Toni Cabestany fue el primero en mencionar a Carax, hace veinte años, cuando aún existía la editorial. Carax era un barcelonés que vivía en París y trabajaba como pianista en un burdel. Había publicado dos novelas en Francia que fueron un fracaso de ventas. Cabestany adquirió los derechos de sus novelas en castellano y publicó ocho de ellas entre 1928 y 1936, a pesar de que no eran rentables. Sin embargo, la editorial quebró y el hijo de Cabestany intentó vender el stock de libros de Carax a un individuo llamado Aubert o Coubert. Este individuo quería quemar los libros y se ofreció a pagar tres veces su precio de mercado. Sin embargo, el hijo de Cabestany pidió más dinero y la oferta fue retirada. Poco después, el almacén de la editorial se incendió y la mayoría de los libros de Carax se perdieron. Sin embargo, la secretaria de Cabestany, Nuria, se llevó un ejemplar de cada título a su casa. Nuria era la hija de Isaac y mantenía correspondencia con Carax. Isaac revela que Nuria es su hija y que ella aún guarda los libros de Carax en su casa. Daniel le pide a Isaac que le dé la dirección de Nuria para hablar con ella. Isaac también le cuenta que Nuria estuvo en París con Carax y que posiblemente eran amantes. Isaac no sabe si Carax sigue vivo y le pide a Daniel que le diga cómo está si llega a hablar con ella. Después de la conversación, Daniel regresa al Cementerio de los Libros Olvidados para esconder el libro de Carax que encontró. Isaac le da un consejo para encontrar el camino de regreso y Daniel marca los estantes para no perderse. Finalmente, Daniel regresa a casa y su padre le regala una pluma Montblanc con su nombre grabado en ella. Daniel se siente emocionado y abraza a su padre.

GENIO Y FIGURA

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En este capítulo, el narrador cuenta cómo ha pasado un mes sin acercarse a la plaza Real para ver a Clara Barceló. La librería está muy ocupada y su padre y él están considerando contratar a alguien para ayudar con los pedidos. El narrador sugiere a Fermín Romero de Torres, a quien encuentra bajo los arcos de la calle Fernando. Fermín ha estado evitando a la policía y cuenta sus correrías para escapar de ellas. El narrador se da cuenta de que el inspector Fumero, el hombre que asesinó al padre de Clara, es el mismo que persigue a Fermín. Fermín acepta la oferta de trabajo y el narrador lo lleva a la librería para presentarlo a su padre. Aunque Fermín está preocupado por su apariencia, el padre del narrador lo acepta y lo invita a cenar. Después de un baño y un afeitado, Fermín cuenta su historia y se queda a vivir en la casa del narrador. Fermín resulta ser un experto en encontrar libros raros y se convierte en un valioso miembro del equipo de la librería. Tres meses después, Fermín tiene un episodio de locura y el narrador y su padre lo llevan al médico. El médico descubre que Fermín ha sido torturado y tiene cicatrices de quemaduras en su cuerpo. Fermín se recupera y continúa trabajando en la librería. Los domingos, el narrador y su padre llevan a Fermín al cine, donde se obsesiona con las actrices. En una de las visitas al cine, el narrador ve al hombre sin rostro, Coubert, en la sala. El narrador se siente aterrorizado y Fermín lo nota. Al final de la película, el hombre sin rostro ha desaparecido y el narrador guarda un caramelo en su bolsillo, que huele a papel quemado.

12

En este capítulo, Daniel descubre que tiene más tiempo libre desde la llegada de Fermín a la librería. Fermín se encarga de organizar el inventario, promocionar la tienda y mantener los libros en buen estado. Daniel decide aprovechar este tiempo libre para seguir investigando el enigma de Carax y pasar más tiempo con su amigo Tomás Aguilar. Tomás es un chico reservado y temido por su apariencia de matón. Daniel recuerda cómo se conocieron en una pelea en el colegio y cómo Tomás se disculpó por la golpiza. Desde entonces, se convirtieron en mejores amigos. Tomás es un apasionado de los inventos y la mecánica, y pasa la mayor parte de su tiempo construyendo artefactos en su habitación. Fermín conoce a Tomás y entabla una extraña discusión sobre matemáticas con él. Fermín decide ayudar a Tomás a mejorar su sociabilidad y oratoria. Tomás tiene un padre autoritario y una hermana llamada Beatriz, a quien Daniel no soporta. Beatriz tiene un novio falangista y ambos despiertan el temor de Daniel.

13

En este capítulo, Tomás y Fermín Romero de Torres deciden unir sus ingenios en un nuevo proyecto para evitar que ellos y el narrador tengan que hacer el servicio militar. Fermín expresa su descontento con la experiencia militar y comparte su pensamiento anarco-libertario. Un día, mientras el narrador está solo en la tienda, la Bernarda, una vieja amiga, aparece y lo saluda. Ella le cuenta que quiere comprar un libro para regalárselo a su sobrina y le pide ayuda. Antes de que puedan responder, unas obras completas de Blasco Ibáñez caen desde las alturas, y Fermín aparece sonriente y se presenta a la Bernarda. Él la invita a elegir un libro y la acompaña a merendar. Después de que se van, el narrador escucha ruidos extraños en la tienda y encuentra una fotografía quemada de una pareja joven, que cree que es Julián Carax y su amada. El narrador se da cuenta de que el padre de Carax tenía una sombrerería y que usaba el apellido Fortuny.

CIUDAD DE SOMBRAS

14

En este capítulo, Daniel acompaña a su padre a entregar un pedido al profesor Velázquez en la facultad. Fermín, el amigo de la familia, critica al profesor y su trabajo, pero Daniel defiende la relación laboral. En el camino hacia la facultad, Daniel disfruta del día soleado y observa la vida en Barcelona. Llega al despacho del profesor y se encuentra con una estudiante atractiva, Beatriz Aguilar, hermana de su mejor amigo Tomás. Daniel se siente atraído por ella y tienen una conversación incómoda. Beatriz revela que Tomás habla mucho de Daniel y su familia. Daniel se disculpa por su actitud y le propone ser amigos. Beatriz acepta y acuerdan encontrarse el viernes para que Daniel le muestre algo especial de Barcelona antes de que ella se vaya a vivir a El Ferrol con su novio. Daniel se queda pensando en lo que ha hecho.

15

En este capítulo, el protagonista visita la sombrerería Fortuny, que está en un estado deplorable. Habla con la portera del edificio, Aurora, quien le cuenta que la tienda cerró hace doce años, cuando murió el señor Fortuny. El protagonista le muestra una foto de Julián Carax y Aurora lo reconoce como el hijo del señor Fortuny. Le cuenta que Julián se fue a París en 1918 o 1919 y que murió poco después de llegar. El protagonista le revela que Julián vivió en París hasta 1935 y luego regresó a Barcelona. Aurora se alegra al saber que Julián está vivo y le cuenta que Julián era un niño cariñoso pero un poco raro. También le revela que Julián tenía un amigo en el colegio, los Aldaya, una familia adinerada. El protagonista le pregunta si Julián tenía hermanos y Aurora le cuenta que había rumores de que Julián no era hijo del señor Fortuny. También menciona que Julián contaba historias a los niños del barrio y que tenía una hermana invisible que vivía en los espejos. El protagonista le pide a Aurora que le muestre el piso de los Fortuny y ella accede. Al entrar, encuentran el piso en mal estado y descubren que alguien ha estado allí recientemente. El protagonista encuentra una llave en una caja de música y decide abrir una habitación cerrada con llave. Aurora se muestra preocupada, pero el protagonista insiste en abrir la habitación.

16

En este capítulo, el narrador entra en la habitación desocupada de Julián Carax, acompañado por la portera, Doña Aurora. Descubren que la habitación está llena de crucifijos y que hay dibujos y cuadernos de Julián. En uno de los cuadernos, el narrador encuentra una fotografía de una chica en un jardín con la casa que Julián dibujó. En la parte de atrás de la foto, hay una inscripción que dice "Te quiere, Penélope". El narrador guarda la foto y continúa buscando. Luego, el narrador le pregunta a Doña Aurora sobre una carta que llegó para Julián después de que se fue a París. Ella le dice que la puso en el cajón de la cómoda del recibidor. El narrador encuentra el sobre en el cajón y lo guarda sin leerlo. Después de despedirse de Doña Aurora, el narrador visita al administrador de la finca, el señor Molins, para obtener información sobre el abogado de Sophie Carax, la madre de Julián. El señor Molins le da la dirección del abogado, pero el narrador descubre que la dirección no existe. El señor Molins le da el número de apartado de correos al que envían la correspondencia. El narrador examina la ficha y descubre que el número de apartado de correos es diferente al que le dio el señor Molins. El narrador se despide del señor Molins y se dirige a la biblioteca para investigar más sobre Julián Carax. En la biblioteca, el narrador descubre que Julián abandonó la pintura y se interesó por la literatura. El narrador también aprende sobre el matrimonio de Antoni Fortuny, el padre de Julián, y Sophie Carax. Antoni era un hombre austero y Sophie era una joven francesa que enseñaba música. Antoni se casó con Sophie después de hacer una promesa a san Eustaquio. Sin embargo, su matrimonio fue infeliz y Antoni se volvió violento con Sophie. Sophie quedó embarazada de otro hombre y Antoni la maltrató. A pesar de todo, Sophie dio a luz a Julián y Antoni decidió criar al niño como suyo. A medida que Julián crecía, mostraba poco interés en los sombreros de su padre y se dedicaba a la pintura y la literatura. El narrador reflexiona sobre la difícil relación entre Antoni, Sophie y Julián.

Siguiendo este capítulo, Daniel regresa a la librería y se encuentra con Fermín, quien le cuenta que su padre se fue a hacer entregas y que esta tarde irá a valorar una biblioteca privada en Tiana. Fermín también le menciona a Daniel que ha visto a una chica preguntando por él y que sonrió al decirle que la esperaba el viernes por la tarde. Daniel se sorprende y descubre que se trata de Bea, la hermana de Tomás Aguilar, su amigo inventor. Sin embargo, Daniel le aclara a Fermín que Bea ya tiene novio y que se casará con él cuando termine el servicio militar. Fermín le dice a Daniel que no cree que Bea se case y que debería aprovechar la oportunidad. Luego, Fermín le cuenta a Daniel sobre su encuentro con Bernarda, una mujer que le gusta, y le da consejos sobre cómo conquistar a una mujer. Después de conversar con Fermín, Daniel se encuentra con el inspector Fumero en la librería. Fumero le hace insinuaciones y amenazas, pero Daniel decide no darle importancia y cerrar la librería antes de tiempo. Luego, camina sin rumbo y piensa en las palabras de Fumero. Al llegar a casa, encuentra a su padre dormido y decide examinar la carta que le robó a doña Aurora. La carta está dirigida a Julián Carax y es de Penélope Aldaya, quien le confiesa su amor y le dice que siempre lo querrá, aunque sepa que lo ha perdido. Daniel se siente perturbado por la carta y decide guardarla en su habitación. Finalmente, intenta conciliar el sueño, pero no puede dejar de pensar en el inspector Fumero y en las implicaciones de sus palabras.

17

En este capítulo, Daniel se despierta después de pasar la noche leyendo la carta de Penélope Aldaya. Se viste en silencio y deja una nota a su padre antes de salir de casa. Camina por las calles de Barcelona temprano en la mañana y toma el metro hasta la estación de Tibidabo. Desde allí, sube al tranvía azul que lo lleva cerca de la casa de los Aldaya. El revisor del tranvía le advierte que pague el billete, pero Daniel decide bajarse en la siguiente parada. Se acerca a la casa y observa desde afuera, notando que está abandonada y en mal estado. Habla con el portero de una propiedad vecina, quien le cuenta que la familia Aldaya perdió su fortuna durante la República y que la casa está en venta. El portero también menciona rumores de que la casa está encantada. Daniel agradece al portero por la información y regresa a la librería, reflexionando sobre la historia de los Aldaya y pensando en Julián Carax.

18

En este capítulo, el protagonista regresa a casa y encuentra que su padre o Fermín ya han abierto la librería. Sube al piso para comer algo rápido y luego baja a la tienda. Se pone el delantal y encuentra una caja de latón en su armario donde guarda objetos inútiles pero a los que no puede desprenderse. Encuentra un viejo pedazo de diario donde Isaac Monfort le había anotado la dirección de su hija Nuria. Luego, se dirige a la tienda y saluda a Fermín y a su padre. Fermín hace una alusión a su cita con Bea, pero el protagonista no le responde. Decide ocupar su mente y manos en la contabilidad de la librería. Mientras tanto, la radio está poniendo música de Antonio Machín. La vecina Merceditas llega a la tienda y les regala tres manzanas. Luego, se escucha un revuelo en la calle y don Anacleto Olmo, vecino del edificio, llega con noticias. Les informa que Franco ha muerto y que el relojero del barrio, don Federico, ha sido arrestado por actuar como mujerona en un tugurio. Don Anacleto relata los detalles de la detención y la reacción de la prensa. Todos quedan consternados por la noticia.

19

En este capítulo, don Federico es encontrado ensangrentado y maltratado a las puertas de su casa. La Merceditas y Fermín comentan sobre la maldad de las personas y la falta de compasión. Don Anacleto se muestra callado y triste. Fermín se ofrece a ayudar a don Federico y sale de la librería. La Merceditas discute con Fermín y luego se va. Mi padre decide ir a visitar a don Federico y luego salir con Barceló. Daniel le cuenta a su padre sobre la visita del inspector Fumero a la librería. Mi padre le pide a Daniel que no se meta en problemas y que cuide de Fermín. Daniel decide visitar a Nuria Monfort en su casa, pero se equivoca de puerta. Finalmente, encuentra a Nuria en la plaza y le habla sobre Julián Carax. Nuria accede a hablar con él y lo invita a su casa.

20

En este capítulo, Daniel visita la casa de Nuria Monfort, la viuda de Julián Carax. La vivienda de Nuria es pequeña y oscura, con un baño minúsculo y sin ventanas en el dormitorio. Nuria le cuenta a Daniel que su esposo está en la cárcel por imprimir octavillas para el sindicato de metalurgia. A pesar de las dificultades económicas, Nuria se gana la vida haciendo traducciones. Daniel le pregunta si traduce libros y ella le responde que ahora se dedica a traducir impresos, contratos y documentos de aduanas, ya que se paga mejor. Nuria también le cuenta que los vecinos la han acusado de tener una casa de citas y que ha tenido problemas con la comunidad de vecinos. Nuria revela que Julián Carax era su amigo y que trabajaba para la editorial que publicaba sus libros. Ella le cuenta a Daniel que Julián vivía en el pasado, encerrado en sus recuerdos, y que nunca le habló de una novia llamada Penélope. Nuria también menciona que Julián tenía una relación complicada con su padre, un hombre religioso y estricto. Nuria le cuenta a Daniel que Julián murió en circunstancias misteriosas y que alguien quemó todos sus libros. Daniel le pregunta si sabe quién era Laín Coubert, el personaje del libro de Julián, y Nuria sospecha que podría ser Jorge Aldaya, un amigo de Julián. Nuria también revela que Jorge Aldaya se presentó en la editorial para comprar los libros de Julián poco antes de que el almacén de la editorial se incendiara. Daniel se despide de Nuria y siente una fuerte atracción hacia ella, pero ella lo rechaza y él se va con el rostro y el olor de Nuria clavados en su alma.

21

En este capítulo, el protagonista se dirige a la universidad para encontrarse con Bea. Al llegar, se da cuenta de que apenas hay estudiantes y sospecha que Bea lo ha citado allí para vengarse de él. Sin embargo, la encuentra sentada en un banco del claustro y tienen una conversación en la que Bea le confiesa que se va a casar con Pablo y que no importa lo que él le enseñe, ella se irá con él. El protagonista se siente devastado y le dice que pensaba que Bea había venido porque quería verlo. Bea le confiesa que estuvo a punto de ir al cine para no verlo, porque tenía miedo de que él tuviera razón. El protagonista le pregunta si realmente quiere a Pablo y Bea responde que no lo sabe. Tienen una discusión sobre el amor y el protagonista le dice que si tiene que pensar si quiere a alguien, ya ha dejado de quererlo para siempre. Bea le pide que le presente a su amigo Julián Carax y el protagonista le propone hacerlo esa noche. Luego, van a un café y el protagonista le cuenta la historia de los libros malditos y del Cementerio de los Libros Olvidados. Bea decide que quiere llevarse "La Sombra del Viento" pero el protagonista no se lo permite. Finalmente, se besan y el protagonista la acompaña hasta su casa.

22

En este capítulo, Daniel se encuentra con Fermín en la librería tarde por la noche. Fermín le cuenta que estaba haciendo tiempo para ir a velar a don Federico y que no duerme mucho. Hablan sobre el encuentro de Daniel con Bea y Fermín le da consejos sobre las relaciones amorosas. Luego, Fermín le pregunta a Daniel si cree que él podría llegar a ser un buen padre, a lo que Daniel responde que sí. Después, Fermín le cuenta a Daniel que averiguó que el apartado de correos que le mencionó pertenece a un tal José María Requejo, pero que la correspondencia la recoge una persona llamada Nuria Monfort. Daniel se sorprende, ya que estuvo en casa de Nuria ese mismo día. Fermín le propone a Daniel que vayan al colegio de San Gabriel para investigar sobre la amistad entre Julián Carax y Jorge Aldaya. Daniel acepta y deciden ir el próximo domingo.

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En este capítulo, Daniel pasa el sábado en la librería esperando ver a Bea, pero ella no aparece. Fermín le aconseja que tome la iniciativa en el cortejo, pero Daniel duda de si Bea aún quiere verlo. En ese momento, Tomás entra a la librería y cuenta que su padre se enfadó con Bea por llegar tarde y no decirle dónde había estado. Tomás no sabe dónde estuvo Bea ni con quién, pero su padre amenaza con hacerle daño a quien sea. Daniel confiesa a Tomás que estuvo con Bea la noche anterior, pero Tomás no le cree. Después de un incómodo silencio, Tomás se va y le pide a Daniel que no le haga daño a su hermana. Fermín regresa con comida y trata de consolar a Daniel, diciéndole que las cosas se solucionarán entre amigos.

24

En este capítulo, Daniel y Fermín se encuentran en el café Canaletas, donde Fermín invita a Daniel a desayunar. Durante el desayuno, Fermín comienza a explicar el enigma que rodea la amistad entre Julián Carax y Jorge Aldaya. Fermín revela que el conflicto entre ellos se debe a una mujer llamada Penélope. Julián Carax se va a París en 1919 y nunca llega a recibir una carta de Penélope en la que ella le cuenta que está recluida en su casa y que la amistad entre Aldaya y Carax ha terminado. Fermín también menciona que Carax se casa con una mujer mayor que él por razones desconocidas y que regresa a Barcelona en 1936 durante el estallido de la guerra civil. Carax es asesinado y luego aparece un personaje llamado Laín Coubert, que amenaza con destruir los libros de Carax. Fermín y Daniel deciden ir al colegio de San Gabriel para buscar más información sobre Carax y Aldaya. Allí se encuentran con el padre Fernando Ramos, quien fue compañero de clase de Carax y Aldaya. Fermín y Daniel intentan convencer al padre Fernando de que Daniel es el hijo secreto de Carax, para obtener su ayuda en la búsqueda de información. El padre Fernando accede a ayudarlos y les cuenta todo lo que recuerda sobre Carax y Aldaya.

25

En este capítulo, el padre Fernando recuerda su época de estudiante en el colegio de San Gabriel junto a Julián Carax. Ambos eran parte del grupo de alumnos que no provenían de familias adineradas. El padre Fernando menciona que Julián había sido aceptado en el colegio gracias a la intercesión del señor Aldaya, cliente de la sombrerería Fortuny, propiedad del padre de Julián. El padre Fernando recuerda que Julián era amigo de Miquel Moliner, un alumno extravagante que recitaba a Marx en alemán durante las misas. Julián solía contarles historias a sus amigos durante el recreo y hablarles de su familia y de los Aldaya.

El padre Fernando menciona que Miquel y él mantuvieron contacto después de abandonar la escuela, pero que se distanciaron cuando él entró en el seminario. Fermín le pregunta si Miquel se casó con Nuria Monfort, pero el padre Fernando no tiene conocimiento de eso. El padre Fernando duda si debe contarles todo lo que Julián y Miquel le confiaron en el pasado, pero Fermín le convence de que debe ayudar al hijo de Julián a recuperar la memoria de su padre.

El padre Fernando recuerda cómo Julián conoció a los Aldaya cuando don Ricardo Aldaya fue a la sombrerería Fortuny a comprar sombreros. Julián impresionó a Aldaya con su ingenio y este decidió recomendar la sombrerería a sus amistades, lo que significaba un gran impulso para el negocio de la familia Fortuny. Aldaya propuso llevar a Julián al colegio de San Gabriel y hacerse cargo de su educación. Julián aceptó y fue presentado a Jorge Aldaya, el hijo de don Ricardo. Julián y Jorge se hicieron amigos y Julián quedó fascinado por Penélope, la hermana de Jorge, a quien había visto en la escalera de la casa Aldaya.

Julián comienza su vida en el colegio de San Gabriel, donde conoce a Fernando Ramos, hijo de uno de los cocineros del colegio, y a Miquel Moliner, un alumno extravagante y brillante. Miquel se convierte en el mejor amigo de Julián en el colegio. Aunque Julián se siente incómodo en ese nuevo mundo de alumnos arrogantes y maestros serviles, su amistad con Miquel y Jorge Aldaya le ayuda a adaptarse.

Siguiendo este capítulo, conocemos a Miquel Moliner, un joven obsesionado con la muerte y los temas fúnebres. Su madre murió en un extraño accidente que fue calificado como suicidio. Miquel tiene un talento excepcional para el dibujo y a menudo se pierde en láminas donde aparece una dama que él imagina como su madre. Miquel también está obsesionado con los escritos de Sigmund Freud y le gusta interpretar los sueños de las personas. Conoce a Julián, Fernando y Jorge en el colegio de San Gabriel. También se hace amigo de Javier, el hijo del conserje, quien es considerado un lacayo indeseable por los demás. Javier tiene un refugio secreto en el colegio y le gusta tallar figuras de madera. Julián se acerca a Javier y le ofrece su amistad. A pesar de las advertencias de Miquel sobre la extraña personalidad de Javier, Julián decide confiar en él. Con el tiempo, Javier comienza a confiar en sus nuevos amigos y muestra una sonrisa bonita y blanca. Miquel sospecha que Javier está obsesionado con Julián y busca su aprobación. Miquel también revela que Francisco Javier Fumero, un antiguo compañero de colegio, intentó matar a Julián debido a su obsesión con Penélope Aldaya. Miquel cree que Fumero es un asesino. El padre Fernando Ramos revela que Fumero es ahora inspector jefe de la Brigada Criminal de Barcelona y que Penélope Aldaya es el centro de todo el asunto. El padre Fernando menciona a Jacinta Coronado, el aya de Penélope, como alguien que podría saber más sobre ella. El capítulo termina con el padre Fernando pidiendo a Daniel y Fermín que le mantengan informado sobre lo que descubran.

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En este capítulo, Daniel y Fermín llegan al paseo de la Bonanova y se sienten preocupados por la aparición del inspector Fumero en el caso. Deciden ir a un bar a comer y Fermín sorprende a Daniel con la cantidad de comida que puede ingerir. Hablan sobre sus familias y Daniel confiesa que no recuerda a su madre desde que descubrió a Julián Carax. Fermín sugiere que si Daniel resuelve el misterio de Carax, tal vez recupere el recuerdo de su madre. Luego, toman un autobús de regreso al centro y tienen una discusión con unas mujeres religiosas. Fermín le aconseja a Daniel que vaya tras Bea, la hermana de Tomás, antes de que alguien más se la lleve. Daniel se encuentra con Bea frente a una librería y ella le entrega una tarjeta con una dirección, invitándolo a encontrarse con ella a las cuatro de la tarde. La dirección es la misma que la de la casa de los Aldaya.

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En este capítulo, el protagonista se encuentra en medio de una tormenta y decide refugiarse en el palacete Aldaya. Al entrar, se encuentra con Bea, quien le explica que la casa se llama "El ángel de bruma" y que su padre ha estado intentando venderla sin éxito. Bea le cuenta que la casa era una de las residencias de verano de la familia Aldaya, ya que su residencia principal fue demolida en 1925. Además, le revela que la casa tiene una mala fama y está considerada como maldita.

28

En este capítulo, Bea le cuenta a Daniel la historia de cómo "El ángel de bruma" llegó a manos de la familia Aldaya. La casa fue construida en 1899 por un financiero catalán llamado Salvador Jausà, quien vivió en ella por un año. Jausà había amasado su fortuna en Cuba y Puerto Rico y se decía que estaba involucrado en la caída de Cuba y la guerra con Estados Unidos. Acompañado de su esposa norteamericana y su criada mulata, Jausà se instaló en Barcelona y se convirtió en el escándalo de la sociedad debido a su relación con la criada. Jausà quería una casa diferente y contrató a arquitectos para que se inspiraran en las mansiones neogóticas de Nueva York. Después de un año, Jausà, su esposa y la criada fueron encontrados en la casa en condiciones terribles. Se sospechaba que habían sido envenenados por la criada debido a los celos. La casa quedó abandonada durante años y nadie se atrevió a comprarla debido a su mala fama. Finalmente, la familia Aldaya la adquirió, pero también sufrió experiencias extrañas y desgracias. Después de la muerte de la esposa de Aldaya, decidieron vender la casa y mudarse a Argentina. Sin embargo, nadie quería comprarla y la casa quedó cerrada durante años. Bea lleva a Daniel a visitarla y le confiesa que quiere casarse con su novio y mudarse de Barcelona. Daniel quema la carta que Bea había escrito y terminan haciendo el amor en la casa.

29

En este capítulo, Daniel y Bea salen del caserón después de anochecer y caminan en silencio por las calles desiertas. Bea le dice a Daniel que no podrán verse hasta el martes y él le asegura que la esperará. Daniel asume que todos sus encuentros con Bea serán en el caserón y siente que su conexión se debilita a medida que se alejan de allí. Deciden bajar por la calle Balmes en busca de un taxi. Bea parece apresurarse y Daniel piensa que si la suelta, ella correrá. Bea parece estar preocupada y triste, y cuando Daniel le pregunta qué pasa, ella le sonríe de manera rota. Luego, se separan en una parada de taxis y Bea se va en uno de ellos. Daniel se sube a otro taxi y se va a casa. No puede conciliar el sueño y al día siguiente, Fermín lo despierta. Fermín le cuenta que ha descubierto que Miquel Moliner, el esposo de Nuria Monfort, no está en prisión. Fermín sugiere que visiten a la anciana que les dio información sobre Julián Carax. Daniel acepta y se dirigen al asilo de Santa Lucía, un antiguo palacio en ruinas que ha sido convertido en un asilo. Fermín le cuenta a Daniel la historia del lugar, que solía ser un museo de deformidades y atrocidades circenses. Ahora es un asilo para moribundos y ancianos abandonados. Fermín advierte que será difícil entrar, pero están decididos a intentarlo.

30

En este capítulo, Daniel y Fermín llegan a un asilo custodiado por lámparas de gas y gárgolas. Son recibidos por una monja llamada sor Hortensia, quien les pregunta por la caja del funeral. Fermín improvisa una respuesta y la monja los lleva a una bóveda donde encuentran figuras de cera que se mueven lentamente. Sor Hortensia les pide que saquen al difunto por la parte de atrás para no afectar la moral de los internos. Luego, Daniel y Fermín intentan encontrar a Jacinta Coronado entre los internos, pero no tienen éxito. Un anciano les dice que no pierdan el tiempo y les pide ayuda para encontrar una mujer. Daniel acepta y el anciano le dice que le dirá dónde encontrar a Jacinta a cambio. Daniel le promete ayudarlo y el anciano le da una descripción de la mujer que busca.

31

En este capítulo, Fermín y Daniel se dirigen a buscar a Jacinta Coronado, siguiendo las indicaciones del anciano vivales. Encuentran a Jacinta en un altillo al que solo se puede acceder desde una escalinata en el tercer piso. Jacinta es una anciana que languidece en una silla de mimbre, envuelta en una manta. Fermín se presenta como amigo del padre Fernando Ramos y le pregunta cómo se encuentra. Jacinta sonríe dulcemente y Fermín le acaricia el rostro. Fermín le pregunta si se acuerda de Penélope Aldaya, y Jacinta asiente. Fermín le dice que son amigos de Julián Carax y le pregunta qué puede decirles sobre Penélope y Julián. Jacinta responde que se la quitaron entre todos. Fermín le pide más detalles, y Jacinta menciona al señor, refiriéndose a Dios o al padre de Penélope, don Ricardo. Fermín y Daniel se sorprenden al escuchar esto. Jacinta recuerda el día en que Penélope le dijo que se iba a casar con Julián Carax. Fermín y Daniel se miran atónitos. Jacinta cuenta que vio a Julián por primera vez en un sueño cuando tenía trece años. Desde entonces, Jacinta ha tenido sueños proféticos y ha visto a un ángel llamado Zacarías, que le ha revelado muchas cosas. Jacinta también menciona que Zacarías le dijo que tendría una niña sin necesidad de conocer a un hombre. Jacinta se mudó a Barcelona convencida de que todo lo que Zacarías le había dicho se haría realidad. Jacinta consigue trabajo en los almacenes de Aldaya e hijos y se dedica por completo a cuidar de Penélope. Jacinta y Penélope se convierten en compañeras inseparables y comparten todos sus secretos y sueños. Julián y Penélope también se acercan cada vez más, y Jacinta los ayuda a verse a escondidas. Sin embargo, Jacinta nota la presencia inquietante de Francisco Javier Fumero, el hijo del conserje de San Gabriel, que parece obsesionado con Penélope. Jacinta también se entera de que Julián ha encontrado a su madre y a don Ricardo Aldaya en el colegio de San Gabriel. Jacinta se preocupa por el futuro de Penélope y Julián, pero no puede hacer nada para evitar lo que está por venir.

Siguiendo este capítulo, Francisco Javier intenta explicar la situación, pero tartamudea y las risas de los criados no ayudan a aclarar el malentendido. Doña Yvonne, enfurecida, les advierte que no saben con quién se están metiendo. Los criados les responden que el puesto de fregona ya está ocupado. Desde la ventana de su habitación, Jacinta ve que Francisco Javier se aleja cuando, de repente, se detiene. El muchacho se da la vuelta y ve a Julián besando a Penélope en el ventanal de la biblioteca. Al día siguiente, durante el recreo del mediodía, Francisco Javier aparece de repente. La noticia del escándalo del día anterior ya ha corrido entre los alumnos y las risas no se hacen esperar, ni las preguntas sobre qué ha pasado con su traje de marinero. Las risas se cortan cuando los alumnos ven que Francisco Javier lleva la escopeta de su padre en la mano. Se hace el silencio y muchos se alejan. Solo el grupo de Aldaya, Moliner, Fernando y Julián se voltea y se queda mirando al muchacho, sin comprender. Sin mediar palabra, Francisco Javier levanta el rifle y apunta. Los testigos dicen luego que no había rabia ni ira en su rostro. Francisco Javier muestra la misma frialdad automática con la que realiza las tareas de limpieza en el jardín. La primera bala pasa rozando la cabeza de Julián. La segunda habría atravesado su garganta si Miquel Moliner no se hubiera abalanzado sobre el hijo del conserje y le hubiera quitado la escopeta a puñetazos. Todos creen que los disparos iban dirigidos a Jorge Aldaya como venganza por la humillación sufrida la tarde anterior. Solo más tarde, cuando la Guardia Civil se lleva al muchacho y la pareja de conserjes es desalojada de su vivienda, Miquel Moliner se acerca a Julián y le dice que le ha salvado la vida. Poco imagina Julián que esa vida, o la parte que él quiere vivir de ella, se está acercando a su fin.

32

En este capítulo, Daniel regresa al piso de la plaza Real y lleva a Fermín, quien está inconsciente, a la casa de Gustavo Barceló. Allí, el doctor Soldevila examina a Fermín y asegura que está vivo. Mientras tanto, la Bernarda llora desconsoladamente y Barceló la consuela. Daniel se ofrece a llamar a su padre, pero Barceló le dice que se duche y se ponga ropa limpia. Después de ducharse, Daniel se encuentra con Clara en el baño de Barceló y tienen una conversación emotiva. Luego, Daniel se viste con ropa prestada por Barceló y se entera de que Fermín está en buen estado. El doctor Soldevila sugiere presentar una denuncia a la policía, pero Barceló decide ocultar el incidente por el momento. Barceló llama a Daniel para hablar en privado y le ofrece su ayuda. Daniel revela que todo está relacionado con el libro de Carax y que no quiere involucrar a más personas. Barceló insiste en ayudar y le pide a Daniel que confíe en él.

33

En este capítulo, Daniel continúa su relato ante Gustavo Barceló, quien lo escucha atentamente y hace gestos de aprobación. El doctor Soldevila interrumpe la conversación para informar que Fermín está bien y lleno de energía, pero insiste en hablar con Daniel sobre asuntos desconocidos. Después de agradecer al doctor y a la enfermera, Daniel y Barceló entran en la habitación y descubren que Fermín y Bernarda están durmiendo juntos en la cama. Fermín, con el rostro magullado, afirma sentirse veinte años más joven. Barceló menciona que el inspector Fumero ha golpeado a Fermín y que Nuria Monfort es la femme fatale en la historia. Barceló propone un plan para descubrir la verdad sobre Nuria: Daniel confrontará a Nuria y Fermín la seguirá para ver qué hace. Barceló también menciona que le parece extraño que el padre de Julián Carax se haya negado a reconocer su cadáver. Daniel y Fermín aceptan el plan y se retiran de la habitación, dejando a Fermín y Bernarda dormidos. Daniel regresa a casa y encuentra a su padre dormido en su butaca. Observa a su padre con ternura y lo cubre con una manta, reflexionando sobre la fragilidad de ambos. Besa la frente de su padre y desea protegerlo de los hilos invisibles que los separan.

34

En este capítulo, Daniel pasa la mañana soñando despierto en la trastienda de la librería, recordando con precisión los detalles íntimos de su encuentro con Bea. Su padre lo interrumpe y le pregunta si está preocupado por Fermín. Fermín aparece en la librería, a pesar de las advertencias del médico, y comienza a limpiar los libros. Daniel y Fermín tienen una tarde lenta y miserable en la librería. Después de cerrar la tienda, Daniel se dirige al palacete Aldaya para encontrarse con Bea. Antes de que ella llegue, explora la casa y enciende las velas que ella había dejado. Siente una presencia extraña y escucha ruidos en la casa. Decide explorar el sótano en busca de material para encender la chimenea. Encuentra una puerta que no puede abrir y luego descubre una pequeña puerta que conduce a un baño con calefacción. Bea llega y deciden quedarse en el baño. Mientras están juntos, escuchan golpes en la puerta y sienten una presencia oscura. Huyen de la casa y Daniel deja la llave dentro. Caminan juntos hasta la plaza Núñez de Arce y se despiden. Daniel ve a su amigo Tomás observándolo desde la ventana de su habitación.

35

En este capítulo, el narrador regresa a casa y encuentra restos de una cena para dos en la mesa, lo que le hace pensar que su padre invitó a cenar a Merceditas. Al entrar en su habitación, descubre a Fermín Romero de Torres durmiendo en su cama. Después de una breve conversación, el narrador decide ir al comedor y dejar que Fermín duerma en su habitación. A la mañana siguiente, el narrador es despertado por una llamada telefónica que resulta ser una llamada equivocada. A pesar de la lluvia y los problemas en la librería, el narrador decide ir a casa de Bea, pero no la encuentra. Después de una semana sin noticias de Bea, el narrador se da cuenta de que solo le quedan siete días de vida.

36

En este capítulo, Daniel se siente angustiado y preocupado por la falta de noticias de Bea. Decide ir a la Facultad de Letras para ver si la encuentra allí, pero solo encuentra a las amigas de Bea, quienes le dicen que no ha asistido a clase. Una de las chicas le comenta que Bea tampoco fue el viernes y que parece estar enferma. Daniel se preocupa aún más y decide llamar a la casa de los Aguilar, pero cuando alguien contesta, le insulta y amenaza. Daniel se siente culpable por haber empeorado la situación de Bea y se da cuenta de que ha estado utilizando a las personas a su alrededor. Mientras reflexiona sobre esto, ve a un hombre que lo había seguido anteriormente y reconoce que es el mismo agente de policía que estuvo presente cuando Fumero golpeó a Fermín. Daniel regresa a la librería y le cuenta a Fermín lo sucedido. Fermín propone un plan para confirmar si están siendo vigilados y deciden ir a un café cercano. Allí, el camarero les ayuda a enviar un mensaje falso al hombre que los sigue, y este se va corriendo. Fermín le dice a Daniel que debe visitar a Nuria Monfort al día siguiente y confrontarla con la verdad sobre Carax. Fermín comparte con Daniel su experiencia con Fumero y cómo ha cambiado su vida desde que Daniel y su padre lo sacaron de la calle. Fermín revela que su verdadero nombre no es Fermín Romero de Torres y le pide a Daniel que no le cuente a nadie lo que le ha contado.

37

En este capítulo, el protagonista pasa la noche en vela pensando en su situación y contemplando su pluma Montblanc. Considera la idea de ir a casa de los Aguilar, pero decide que no mejoraría la situación. Por la mañana, en la librería, el protagonista finge que va a dar un paseo y Fermín finge que tiene una cita médica para engañar al padre del protagonista. El protagonista se siente culpable por mentir a su padre. Luego, se dirige al domicilio de Nuria Monfort, pero no la encuentra. Entra en el edificio y ve el nombre de Miquel Moliner en el buzón, preguntándose si será el primer agujero en la historia de Nuria. Sube las escaleras y se detiene en el rellano para reunir valor antes de tocar el timbre de Nuria. Escucha un concurso de conocimientos religiosos en la radio de la vecina y finalmente toca el timbre de Nuria.

38

En este capítulo, Daniel se encuentra con Nuria Monfort en su casa. Ella le recuerda que hay personas que se recuerdan y otras que se sueñan, y que para él, Nuria tiene la consistencia y credibilidad de un espejismo. Daniel le cuenta a Nuria que un amigo descubrió que el administrador de fincas del antiguo piso de la familia Fortuny-Carax había estado enviando correspondencia a un apartado de correos a nombre de un bufete de abogados inexistente, y que la persona que recogía los envíos había utilizado el nombre de Nuria. Nuria se enfada y le pide a Daniel que se calle. Daniel le pide que le ayude a conocerla mejor, pero Nuria se retira en las sombras. Daniel le revela que estuvo en la casa de los Aldaya y que sabe que Jorge Aldaya se oculta allí y que fue él quien asesinó a Carax. Nuria le pregunta si Fumero lo sabe y Daniel responde que no lo sabe. Nuria le reprocha a Daniel que no entiende nada y él le reprocha a ella que ha estado encubriendo el crimen de Aldaya durante años. Nuria le pide a Daniel que se vaya y él se aleja, pero luego regresa y encuentra a Nuria sentada en el suelo, deshecha. Daniel cruza la plaza de San Felipe Neri y se encuentra con un sacerdote que lo bendice con un misal y un rosario.

39

En este capítulo, Daniel regresa a la librería con retraso y se encuentra con su padre, quien está molesto por haberlo dejado solo. Daniel pregunta por Fermín, pero su padre le dice que aún no ha regresado. Daniel se acerca a la caja y encuentra una carta del Gobierno Militar de Barcelona, informándole que en dos meses deberá unirse al servicio militar. Daniel se siente desanimado y piensa en cómo esto afectará su relación con Bea. Luego, Gustavo Barceló, un amigo de su padre, llega a la librería y le cuenta a Daniel sobre un encuentro que tuvo con un empleado de la morgue municipal. El empleado le revela que cuando llevaron el cuerpo de Julián Carax al depósito en 1936, él llamó a la editorial para informarles. Además, le cuenta que el padre de Carax se negó a reconocer el cuerpo y que un tercer policía estuvo presente durante la identificación. El tercer policía escupió en la cara del empleado y se llevó el pasaporte de Carax, ordenando que el cuerpo fuera enterrado en una fosa común. Barceló le dice a Daniel que este tercer policía es el inspector Francisco Javier Fumero, y que ahora los problemas están por comenzar.

40

En este capítulo, Daniel pasa la tarde esperando noticias de Fermín y llamando a diferentes lugares para encontrarlo. Primero llama a la pensión donde se hospeda Fermín, pero la dueña le dice que no lo ha visto desde la mañana. Luego llama a la casa de Barceló y Clara contesta el teléfono. Tienen una breve conversación en la que Clara le cuenta que se va a casar con un hombre mayor llamado Jacobo. Daniel se sorprende pero le felicita. Después de colgar, Daniel se encuentra con su padre, quien parece preocupado. Cenan juntos y escuchan las noticias en la radio. Luego, escuchan golpes en la puerta y resulta ser Fumero, acompañado de dos agentes. Fumero busca a Fermín y amenaza a Daniel con un revólver. Después de registrar la casa, Fumero se va sin encontrar a Fermín. Más tarde, don Anacleto visita a Daniel y le muestra un periódico que informa sobre el asesinato de Nuria Monfort por un indigente llamado Antonio José Gutiérrez Alcayete. Daniel reconoce a Fermín en una de las fotos.

41

En este capítulo, Daniel no ha tenido noticias de Fermín durante todo el día. A pesar de la intensa lluvia, su padre decide abrir la librería como si fuera un día normal. La policía ha colocado agentes en la escalera y en la plaza de Santa Ana para vigilar. Aunque algunos vecinos pasan por delante de la librería, nadie se atreve a entrar. Daniel le comenta a su padre que la noticia del asesinato de Nuria Monfort debe haberse difundido. Su padre ha pasado todo el día en silencio, leyendo repetidamente la noticia. Daniel le asegura que por mucho que la lea, no cambiará la realidad. Luego, Daniel revela que había hablado con Nuria un par de veces y que era amiga de Julián Carax. Su padre se muestra preocupado y le pregunta si Fermín también la conocía. Daniel le asegura que Fermín solo sabía lo que él le había contado. Discuten sobre la responsabilidad de Daniel en la muerte de Nuria. Daniel se siente culpable y su padre se retira a la trastienda. Daniel decide salir a la calle bajo la lluvia y se encuentra con Palacios, el tercer policía, quien lo salva de ser atropellado por un autobús. Luego, Daniel va a casa de Bea, pero ella no está y Cecilia, una de las doncellas, le informa que Bea fue al médico con sus padres. Daniel intenta ver a Tomás, pero Cecilia le dice que está ocupado y no puede recibirlo. Daniel se siente rechazado y se va bajo la lluvia, mientras observa la silueta de Tomás en la ventana sin recibir respuesta a su saludo.

42

En este capítulo, el protagonista regresa a la librería y se encuentra con un cartel que se deshace bajo la lluvia. Luego, se encuentra con el relojero don Federico Flaviá, quien le entrega un misal que pertenecía a Fermín. Don Federico le advierte que no fuerce la manija al darle cuerda. El protagonista se dirige a la librería y su padre le pregunta sobre lo sucedido antes. El protagonista se encierra en el baño para leer la nota de Fermín, pero es interrumpido por un agente de policía. Para evitar que descubra la nota, el protagonista se la traga. Después, el protagonista regresa a casa y se acuesta en la cama, donde tiene sueños perturbadores sobre la muerte de Nuria Monfort. Al despertar, compra el periódico y descubre que Nuria ha muerto. Decide asistir a su entierro en el cementerio de Montjuïc. De regreso a casa, intenta escribir una carta a Nuria pero no puede encontrar las palabras adecuadas. Termina pensando en cómo ella se fue y cómo siempre llevará su recuerdo.

43

En este capítulo, el protagonista aborda un autobús que lo lleva al cementerio de Montjuïc. Al llegar, se encuentra con una ciudad de muertos llena de tumbas y mausoleos. Se acerca a la fosa donde se está llevando a cabo un entierro y reconoce a algunas personas, incluido el policía Palacios que lo salvó anteriormente. El protagonista llora en silencio y una desconocida le ofrece una flor. Después del entierro, el protagonista se da cuenta de que ha perdido el último autobús y decide caminar de regreso a Barcelona. Sin embargo, Palacios lo encuentra y le ofrece llevarlo a casa. A pesar de la reticencia del protagonista, finalmente acepta. Durante el viaje, discuten sobre la muerte de Nuria Monfort y el protagonista le pide a Palacios que lo deje en Colón. Palacios le revela que Nuria mencionó a una tal Penélope y le pide al protagonista que la deje marchar. El protagonista se queda desconcertado y al regresar a Barcelona, se sienta en los muelles y reflexiona sobre las últimas palabras de Nuria, dándose cuenta de que el mensaje no era para él, sino para Julián Carax.

44

En este capítulo, Daniel llega a la plaza de San Felipe Neri y se dirige al hogar de Nuria Monfort. Encuentra una vela encendida en su casa y se encuentra con Isaac Monfort, el padre de Nuria, quien está llorando. Isaac le cuenta a Daniel que Nuria no estaba en el entierro y que los muertos nunca asisten a su propio funeral. Isaac revela que nunca había estado en la casa de Nuria y que siempre era ella quien iba a visitarlo. Isaac se lamenta de no haber conocido realmente a su hija y cree que ella nunca confió en él. Isaac le entrega a Daniel un sobre que Nuria le dio antes de morir y le revela que contiene la historia que Daniel estaba buscando. Daniel se guarda el sobre y se despide de Isaac. Al regresar a casa, Daniel encuentra a su padre preocupado y le confiesa su amor. Luego, comienza a leer el manuscrito de Nuria.

NURIA MONFORT: MEMORIA DE APARECIDOS

1

En este capítulo, el narrador nos cuenta cómo conoció a Julián Carax en 1933. El narrador trabajaba para el editor Josep Cabestany, quien había descubierto a Julián en París y había adquirido los derechos para editar sus obras en España y América del Sur. A pesar de que las novelas de Julián no vendían bien, Cabestany seguía publicándolas por compromiso con el autor. El narrador descubre que las ediciones de los libros de Julián están siendo financiadas por un hombre llamado Miquel Moliner, quien vive en un palacete en Barcelona. El narrador visita a Moliner y descubre que él también es un admirador de Julián y que ha estado buscando su dirección. Moliner le confiesa que se ha enamorado del narrador, pero ella le dice que solo lo ve como un amigo. El narrador viaja a París para recoger el manuscrito de la nueva novela de Julián, "El ladrón de catedrales". Allí se encuentra con Julián en la estación y se aloja en su modesto apartamento. Durante su estancia, el narrador descubre que Julián está obsesionado con una mujer llamada Penélope, a quien amó en su juventud. El narrador y Julián se enamoran y pasan dos semanas juntos, pero el narrador sabe que Julián sigue amando a Penélope. Finalmente, el narrador decide irse sin decirle a Julián y deja un regalo para él antes de partir. Al regresar a Barcelona, el narrador se da cuenta de que lo mejor de su vida ha quedado atrás.

2

En este capítulo, el narrador regresa a Barcelona después de su viaje a París y decide visitar a Miquel Moliner. Miquel se ve más delgado y pálido debido a sus problemas económicos y al intento de sus hermanos de desalojarlo de su casa. El narrador se convierte en amante de Miquel por desesperación y para vengarse de Julián y Penélope. Durante este tiempo, Penélope se convierte en una obsesión para el narrador, quien espera que Miquel le revele la verdad sobre ella. Miquel recibe una carta de Julián desde París, pero decide no enviarla porque sospecha que Penélope no la escribió voluntariamente. Descubre que Jacinta, la niñera de Penélope, fue internada en un manicomio por don Ricardo Aldaya. Miquel intenta recuperar una carta de Penélope para Julián, pero descubre que Sophie, la madre de Julián, ha abandonado a su esposo y se encuentra en una pensión. Sophie revela que Penélope y Julián son hermanos.

3

En este capítulo, se narra la historia de Sophie Carax antes de convertirse en la esclava de Antoni Fortuny. Sophie llega a Barcelona en busca de empleo y es acogida por los Benarens, una familia de comerciantes alsacianos. Sin embargo, Madame Benarens la echa de su casa y Sophie encuentra trabajo como maestra de música en una escuela. Durante este tiempo, conoce a Antoni Fortuny, un sombrerero que se enamora de ella y le propone matrimonio varias veces, pero Sophie siempre lo rechaza. A pesar de esto, sigue viéndolo y disfruta de su compañía para aliviar su soledad. Además, Sophie se convierte en la maestra preferida de Ana Valls, una talentosa alumna cuyo padre planea casarla con un heredero. En casa de los Valls, Sophie conoce a don Ricardo Aldaya, un poderoso hombre de negocios que se siente atraído por ella. Sophie siente un desprecio hacia Aldaya, pero al mismo tiempo se siente perdida por él. Finalmente, Aldaya la lleva a un piso vacío donde tienen encuentros furtivos durante noventa y seis días. Sophie queda embarazada de Aldaya, pero teme decírselo y acepta casarse con Fortuny. Aldaya le ordena deshacerse del bebé y la amenaza de muerte si revela su relación. En el día de su boda, Sophie sabe que Aldaya aún piensa en ella.

4

En este capítulo, se revela que Sophie Carax nunca pensó que volvería a ver a Ricardo Aldaya, quien ahora es un hombre maduro al frente del imperio familiar y padre de dos hijos. Ricardo decide conocer a su hijo Julián, a quien había querido borrar de su vida por quinientas pesetas. Ricardo ve en Julián la gallardía y la ambición que él mismo posee. Decide sacarlo de su vida de mediocridad y pobreza para educarlo en el colegio de San Gabriel y convertirlo en su sucesor. Sin embargo, Julián solo desea a Penélope, la hermana de Ricardo. Cuando Ricardo descubre a Julián y Penélope en una situación comprometedora, se llena de rabia y odio. Encierra a Penélope y planea enviar a Julián al ejército para que su muerte sea declarada un accidente. La familia Aldaya cae en desgracia y decide huir a Argentina. Durante el viaje en barco, Ricardo enferma y muere. Antes de morir, hace jurar a su hijo Jorge que encontrará a Julián y lo matará. Sin embargo, cuando Jorge despierta en el barco, descubre que su padre ha desaparecido. Al llegar a Buenos Aires, Jorge desembarca solo y se enfrenta a un futuro incierto.

5

En este capítulo, se narra cómo Jorge Aldaya regresa a Barcelona después de diez años en Buenos Aires. En Argentina, Jorge había perdido todo y se sentía vacío y lleno de remordimientos. Al regresar a España, Jorge busca a Julián Carax, a quien considera responsable de su ruina. En Barcelona, se encuentra con Francisco Javier Fumero, un antiguo conocido de su juventud. Fumero, ahora convertido en asesino, acoge a Jorge en su casa. Fumero guarda una obsesión por los insectos y las novelas de Julián Carax. Mientras tanto, Fumero trabaja en la Brigada Criminal y planea vengarse de Carax. Jorge, sintiéndose mejor, confiesa toda su historia a Fumero, quien decide no matarlo y utilizarlo para atrapar a los demás. Fumero también está obsesionado con Penélope Aldaya, el amor de su vida.

6

En este capítulo, se narra cómo los hermanos Moliner logran desahuciar a Miquel del palacete de Puertaferrisa. Miquel se ve obligado a vivir en una pensión lúgubre y húmeda. Su salud empeora y se descubre que tiene tuberculosis. A pesar de su enfermedad, Miquel se casa en secreto con Nuria. Poco después, Jorge Aldaya, un viejo amigo de Miquel, visita a la pareja y les informa que Julián Carax se va a casar con una mujer rica llamada Irene Marceau. Aldaya revela que Fumero le ha contado sobre la boda y le ha proporcionado un arma para retar a Julián a un duelo el día de su boda. Miquel envía una nota a Julián advirtiéndole del plan de Fumero. Mientras tanto, Miquel descubre que Fumero ha manipulado a Aldaya para que confiese que la carta de Penélope era un engaño y que él la obligó a escribirla. Fumero espera que esto provoque que Julián mate a Aldaya y regrese a Barcelona, donde Fumero lo estará esperando.

7

En este capítulo, se narra cómo Julián Carax cruzó la frontera francesa poco antes de que estallara la guerra civil en España. Miquel, el narrador, se encontraba enfermo y débil, pero aún intentaba escribir en su máquina de escribir. Sin embargo, debido a los retrasos en las entregas y las amenazas anónimas, había perdido varias colaboraciones en periódicos. El país estaba lleno de miedo y el fantasma de la guerra se sentía en el aire.

Después de recibir la noticia del alzamiento en Marruecos, Miquel y su amigo reciben la visita de un compañero del periódico, quien les informa que el jefe de redacción ha sido asesinado. Los días de terror comienzan y las tropas del general Goded se rinden poco después de iniciar la refriega. Barcelona cae en manos de los sindicatos anarquistas y se rumorea que los generales rebeldes han sido ajusticiados.

Más tarde, reciben una carta de Irene Marceau, en la que les cuenta que Julián ha matado a Jorge Aldaya en un duelo en París y ha tenido que huir de la policía. Miquel y el narrador esperan ansiosamente noticias de Julián para advertirle del peligro que le acecha. Sin embargo, Julián no da señales de vida y Miquel comienza a preocuparse. Deciden buscar a Penélope, la hermana de Julián, y empiezan a recorrer diferentes lugares en busca de pistas.

Visitan el caserón de la avenida del Tibidabo, pero solo encuentran una propiedad desierta. Luego, se dirigen al colegio de San Gabriel, donde Miquel se encuentra con un antiguo compañero de estudios, Fernando Ramos. Fernando les dice que no ha visto a Julián, pero que intentará retenerlo si lo ve. También les cuenta que Fumero ha estado allí antes y que no está claro a qué grupo pertenece.

Desesperados por encontrar a Julián, Miquel y el narrador continúan buscando en diferentes lugares, pero no encuentran ninguna pista. Temen que Julián haya caído en manos de Fumero. Miquel intenta obtener información a través de sus contactos en el periódico, pero no hay indicios de que Julián esté en prisión. Después de dos semanas sin noticias, Miquel se emborracha y deja una nota diciendo que irá en busca de Julián y pronto lo traerá a casa. El narrador se da cuenta de que Miquel no volverá y se queda sola en el piso.

8

En este capítulo, Miquel recibe un mensaje de un vendedor ambulante de flores que ha visto a Julián merodeando cerca del caserón. Miquel decide ir a buscarlo y lo encuentra en el jardín de la casa. Julián ha saltado la tapia y está acechando la casa. Miquel llama a Julián desde el muro y finalmente se encuentran. Julián ha envejecido y tiene una barba de dos semanas. Miquel le advierte que Fumero lo está buscando y que lo de Aldaya fue una trampa. Deciden irse de allí y Julián ayuda a Miquel a bajar del muro. Luego se refugian en un café donde Miquel le cuenta a Julián que Nuria se casó con él hace meses. Julián le cuenta que ha estado escondido en la casa de su padre y que el sombrerero lo ha estado buscando. El sombrerero le promete ayudarlo a encontrar a Penélope y a huir de Fumero. Sin embargo, el sombrerero no logra encontrar a Penélope y se desespera. Miquel y Julián deciden irse del café cuando ven a tres policías entrar. Miquel toma la pistola de Julián y se enfrenta a los policías, disparando y matando a dos de ellos. Miquel es herido de muerte por el último policía, pero antes de morir, ve a Julián huir.

9

En este capítulo, se narra lo sucedido después de que Julián se perdiera en la noche. Un furgón sin identificación llega al lugar donde Miquel fue asesinado y dos hombres cargan los cuerpos de los agentes muertos. Luego, sugieren al encargado del bar que olvide lo sucedido. El cadáver de Miquel es abandonado en un callejón para que no se relacione con los agentes. La policía encuentra en el cuerpo un pasaporte a nombre de Julián Carax y un ejemplar de "La Sombra del Viento". Concluyen que el difunto es Carax y su cuerpo es trasladado a una fosa común en Montjuïc.

Fumero se entera de la noticia y va al depósito para despedirse de Julián. Allí se encuentra con el sombrerero, quien reconoce el cuerpo y se marcha. Fumero examina el cuerpo en silencio y firma el informe forense confirmando que pertenece a Julián Carax. Esto le proporciona a Fumero la coartada perfecta, ya que ahora Julián Carax no existe y no hay forma de relacionarlo con Fumero.

Después de dos días de espera en casa, sin noticias de Miquel o Julián, el narrador vuelve a trabajar en la editorial. Recibe una llamada de un funcionario de la morgue que informa sobre el cuerpo de Julián Carax. El narrador cree que es una trampa de Fumero. Se va a casa y descubre que la puerta ha sido forzada. Al entrar, se encuentra con Julián Carax. Ambos se abrazan y se van al dormitorio. Pasan la noche juntos, pero el narrador siente que algo ha cambiado entre ellos.

En este capítulo, se revela que Miquel Moliner ha sido asesinado y su cuerpo ha sido identificado erróneamente como el de Julián Carax. Fumero aprovecha esta situación para deshacerse de cualquier vínculo legal con Julián. El narrador recibe una llamada sobre el cuerpo de Julián y se encuentra con él en su casa. Sin embargo, siente que su relación ha cambiado.

10

En este capítulo, el narrador se despierta al amanecer con el sonido de la lluvia y encuentra a Julián sentado frente al escritorio de Miquel, acariciando la máquina de escribir. El narrador siente deseos de revelarle la verdad a Julián sobre la muerte de Penélope y su vida de engaños, pero decide acompañarlo cuando Julián decide regresar a la casa de los Aldaya. Pasan el día fuera, visitando diferentes lugares de Barcelona, y finalmente llegan al caserón de los Aldaya en el Tibidabo. Julián utiliza ácido para abrir el candado de la puerta y entran en la casa. Exploran el lugar, pero no encuentran nada relacionado con Penélope. Julián se siente decepcionado y regresan a la biblioteca, donde descubren que todos los libros y recuerdos han sido llevados por los acreedores. Julián se siente frustrado y dice que ha vuelto para nada. El narrador intenta convencerlo de que se vayan, pero Julián se obsesiona con una puerta tapiada en el pasillo de las cocinas. Julián golpea la pared hasta que consigue abrir un agujero y descubren una puerta de madera labrada. Julián la abre y se adentra en una escalinata oscura. El narrador lo sigue y encuentran una sala fría con dos lápidas cubiertas de telarañas.

11

En este capítulo, el narrador reflexiona sobre el momento en que Julián descubre que Penélope ha muerto y que su hijo se ha ido con ella. El narrador recuerda cómo Julián reacciona con shock y cómo él trata de consolarlo. Sin embargo, Julián se muestra distante y lleno de rabia y odio hacia sí mismo y hacia el mundo. El narrador se preocupa por Julián y teme que haga algo impulsivo.

Después de la muerte de Penélope, el narrador encuentra un estuche en su escritorio que contiene una pluma que le había comprado a Julián años atrás. Además, descubre que Julián ha quemado todos los ejemplares de sus novelas que faltaban en la estantería.

Más tarde, el narrador es llamado al despacho de Álvaro Cabestany, quien le informa que un hombre llamado Laín Coubert ha estado buscando los libros de Julián Carax. Sin embargo, el hijo de Cabestany no ha aceptado la oferta de Coubert y quiere que el narrador localice a Coubert y acepte su oferta. El narrador le explica que Laín Coubert es un personaje de una novela de Julián Carax y que no tiene interés en venderle los libros.

Después de esto, el narrador visita el Cementerio de los Libros Olvidados y esconde los libros de Julián para protegerlos. También se encuentra con el sombrerero Fortuny, quien le cuenta que sospecha que Fumero está detrás de la desaparición de los libros de Julián. El narrador se hace amigo de Fortuny y lo visita regularmente.

El narrador continúa cuidando de Julián, quien ha quedado desfigurado y casi no puede hablar. El narrador encuentra trabajo y tiene amantes, pero siempre vuelve a Julián.

Un día, un joven aparece en casa del narrador preguntando por Miquel Moliner. El narrador se da cuenta de que es peligroso que Julián siga viviendo con él y decide llevarlo de regreso a su antigua casa.

El narrador visita a Julián regularmente en su antigua casa y se asegura de que nadie sospeche de su presencia. También se hace pasar por el abogado Requejo para recibir dinero de la madre de Julián en Bogotá.

El narrador y Julián viven en la clandestinidad durante años, hasta que un día el narrador recibe una visita inesperada. El narrador se da cuenta de que su plan no ha sido tan perfecto como pensaba y teme que Fumero los haya encontrado.

12

En este capítulo, la narradora, Nuria Monfort, cuenta cómo consiguió un empleo como correctora de pruebas en la editorial "Endymión". La editorial publica catecismos, manuales de buenas maneras y seriales novelados de lectura edificante. Nuria se hace amiga de Mercedes Pietro, la secretaria de Pedro Sanmartí, el dueño de la editorial. Mercedes le cuenta que Sanmartí es amigo del inspector Fumero. A partir de ese momento, cada vez que Fumero visita la editorial, Mercedes avisa a Nuria para que se esconda. Sanmartí intenta seducir a Nuria y le propone que su marido escriba un libro sobre Fumero. Nuria rechaza la propuesta y Sanmartí empieza a devolverle los manuscritos que corrige alegando que están llenos de errores. Sanmartí intenta acosar a Nuria, pero ella logra escapar. Al día siguiente, Fumero le dice a Nuria que Sanmartí le ha dado informes sobre su supuesto pasado comunista. Nuria es despedida y Mercedes le entrega un sobre con dinero que los compañeros de trabajo han reunido para ella. Nuria se refugia en el piso de Julián, quien le confiesa que ha escrito un poema para ella. Nuria se duerme en los brazos de Julián y al despertar, descubre que él ha desaparecido. Más tarde, se entera de que Sanmartí ha sido asesinado y su suegro se alegra de la noticia.

13

En este capítulo, Nuria Monfort revela que Julián sigue vivo y que se ha convertido en Laín Coubert, el personaje de su libro. Descubre que Julián ha estado visitando el caserón de los Aldaya y ha profanado la cripta de Penélope y su hijo. La policía la interroga sobre el asesinato de Sanmartí y Fumero la golpea y amenaza. Cuando regresa a su casa, encuentra que ha sido saqueada por los hombres de Fumero. Nuria decide ir al piso de la Ronda de San Antonio y espera a Julián, pero él no aparece. Dos meses después, Nuria se encuentra con Julián en un cine y él le revela que hay otra copia de "La Sombra del Viento" en Barcelona, en posesión de un joven llamado Daniel. Julián muestra simpatía y respeto hacia Daniel y teme que él también decida quemar el libro. Nuria visita a Julián en el caserón de los Aldaya y descubre que él ha estado observando a Daniel y a sus amigos. Julián vive pendiente de Daniel y espera que su inocencia lo salve de sí mismo. Nuria teme que Fumero descubra la conexión entre Julián y Daniel. Nuria sabe que Fumero la persigue y que su muerte es inminente. Le entrega estas páginas a su padre con la esperanza de que lleguen a Daniel y le pide que cuide de Julián. Nuria confía en Daniel y le pide que la recuerde, aunque sea en secreto.

LA SOMBRA DEL VIENTO

1

En este capítulo, el narrador termina de leer el manuscrito de Nuria Monfort y se da cuenta de que es su historia. Siente ansiedad y decide salir de su escondite para enfrentar las consecuencias de sus acciones. Se encuentra con un anciano en la plaza de Cataluña, quien le desea buena suerte. Luego, llega al edificio donde vive la familia Aguilar y se encuentra con el portero, don Saturno Molleda. Le pide que le deje entrar y se entera de que Bea, la protagonista de su historia, se ha ido. Tomás, el hermano de Bea, le dice que sus padres la están buscando y que está embarazada. Tomás lo golpea y lo echa del edificio. El narrador se va herido y desesperado, mientras la nieve cae sobre él.

2

En este capítulo, Daniel narra cómo fue secuestrado por dos hombres en un coche mientras caminaba por la calle Balmes. A pesar de su estado de mareo y debilidad, logra reconocer a Fermín Romero de Torres, quien le arrebata el manuscrito de Nuria Monfort que llevaba consigo. Despierta en un lugar seguro, donde Fermín y don Federico Flaviá lo cuidan. Daniel le cuenta a Fermín que Bea se ha marchado de casa y está embarazada. Fermín se ofrece a buscarla, pero Daniel no sabe dónde está. Don Federico le da caldo y pastillas para el dolor, y Daniel se duerme. Despierta en medio de la noche y encuentra a Fermín roncando en la habitación. Se escapa a una sala con balcón y escribe una nota diciendo que va a buscar a Bea y que no lo sigan. Luego, sale a la calle y se dirige al metro. En el andén, ve un cartel publicitario del tranvía azul y se pregunta si Bea habrá visto la misma imagen y sabrá que no tiene otro lugar adonde ir.

3

En este capítulo, el protagonista sale del metro al anochecer y se dirige hacia el tranvía azul. El revisor, un viejo conocido, le cobra el boleto y él se sienta en el interior de la cabina. Observa los sombríos caserones mientras el tranvía avanza lentamente. Al llegar a su destino, el protagonista baja del tranvía y se despide del revisor. Luego, se dirige hacia un caserón llamado Aldaya. Mientras escala el muro, escucha pasos acercándose, pero se detiene y salta al otro lado. En el jardín, encuentra estatuas cubiertas de hielo y una fuente congelada. La mano de un ángel señala hacia el portón principal, que está entreabierto. El protagonista entra y sigue una procesión de velas que lo lleva hasta el primer piso. Golpea suavemente la puerta de una habitación y Bea, una mujer a la que busca, le responde. El protagonista entra y se abrazan en silencio. Bea le explica que ha estado esperando en la casa y que alguien llamado Julián le dijo que él vendría por ella. Bea menciona que Julián está abajo, en la biblioteca, esperando a alguien más. Cuando el protagonista se asoma al corredor, reconoce a Fumero, un hombre al que siempre le había recordado a alguien o algo.

4

En este capítulo, Daniel y Bea se encuentran en la mansión de Aldaya, donde Fumero los persigue. Daniel le pide a Bea que se quede escondida mientras él va a advertir a Carax. Daniel se acerca a la ventana y ve el automóvil del teniente Palacios afuera. Luego, baja las escaleras y se adentra en la planta baja de la mansión, donde encuentra una fotografía de Julián y Penélope clavada en la pared con un cuchillo. Daniel se da cuenta de que Fumero ha dejado la fotografía como una trampa. En ese momento, Fumero aparece detrás de Daniel y lo amenaza con un revólver. Fumero le exige a Daniel que le diga dónde está Carax, pero Daniel no sabe. En ese momento, Carax aparece y ataca a Fumero, pero Fumero logra herir a Carax antes de que Daniel se abalance sobre él. Fumero dispara y hiere a Daniel, pero luego Carax se enfrenta a Fumero y lo mata. Palacios llega a la biblioteca y apunta su arma a Carax, pero finalmente decide no disparar. Carax le pide a Daniel que cuide de Bea y luego desaparece. Daniel se desmaya y despierta para encontrar a Bea a su lado. Recuerda a su madre y siente una extraña paz mientras desciende.

27 DE NOVIEMBRE DE 1955

En este capítulo, el protagonista narra su experiencia después de haber sido dado por muerto. Despierta en una habitación blanca y luminosa, con vista al mar. Recuerda haber muerto en la ambulancia, pero haber regresado a la vida después de 64 segundos. Sin embargo, los periódicos ya habían informado sobre su muerte y las autoridades estaban ocupadas honrando la memoria del inspector Fumero. El protagonista se recupera lentamente y recibe la visita de su padre, Fermín, Bea y otros conocidos. Se entera de que ha perdido mucha sangre y que Fermín ha estado donando para él. También recibe la visita de Julián Carax, quien le pide que viva por él y desaparece misteriosamente. Al despertar nuevamente, el protagonista se entera de que Carax ha sido dado por muerto y se da cuenta de que la pluma de Víctor Hugo ha desaparecido.

1956

En este capítulo, Daniel y Bea se casan en la iglesia de Santa Ana. El padre de Bea, el señor Aguilar, acepta la boda a pesar de su desaprobación inicial. Antes de la ceremonia, el padre de Bea regala a Daniel una aguja de corbata de oro y le pide que cuide de su hija. Fermín Romero de Torres se encarga de organizar la boda y se enfrenta al párroco de la iglesia, quien se niega a celebrar el matrimonio debido al embarazo de Bea. Fermín logra convencer al padre Fernando Ramos para que oficie la ceremonia. Antes de la boda, Fermín organiza una despedida de soltero para Daniel en un lugar poco recomendable. Allí, conocen a una mujer llamada Rociíto y la llevan al asilo de Santa Lucía para que pase la noche con un anciano. Más tarde, descubren que la interna Jacinta Coronado ha fallecido y que un hombre llamado Julián estuvo con ella antes de su muerte. Daniel y Fermín se sientan en el muelle de la Barceloneta y reflexionan sobre la ciudad y la vida. Finalmente, se casan y Daniel guarda en su memoria el juramento secreto que se hicieron.

1966

En este capítulo, el narrador nos cuenta cómo han transcurrido los años desde los eventos ocurridos en la novela "La Sombra del Viento". El narrador, que es el hijo de Daniel y Bea, está escribiendo en la librería mientras su hijo Julián lo observa con curiosidad. El narrador reflexiona sobre su vida y la de su familia. Bea y él llevan la librería y aunque las ventas han disminuido, no se plantean venderla. Fermín y la Bernarda se casaron y tienen cuatro hijos. Fermín dejó de trabajar en la librería y ahora es el encargado del Cementerio de los Libros Olvidados. Tomás Aguilar se fue a Alemania y trabaja como ingeniero. Clara se casó con un banquero pero su matrimonio no duró mucho. El barrio sigue igual, pero el narrador siente que la luz está regresando a Barcelona. Don Gustavo Barceló cerró la librería y ahora se dedica a viajar y enviar postales. El inspector Fumero ha sido olvidado por todos. El caserón de los Aldaya fue vendido y ahora es una agencia de publicidad. El narrador recibe un libro con una dedicatoria de Julián Carax, en la que le agradece haberle devuelto la voz y la pluma, y a Bea por haberles devuelto la vida.

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