El Juego del Ángel

55 minutos

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En este capítulo, el narrador, Martín, recuerda su primera vez como escritor. Tenía diecisiete años y trabajaba en un periódico llamado La Voz de la Industria. El subdirector del periódico, don Basilio Moragas, lo convoca a su despacho y le ofrece la oportunidad de escribir un relato para la contraportada de la edición dominical. Martín acepta el desafío y pasa las siguientes seis horas escribiendo frenéticamente. Entrega su historia a don Basilio, quien la lee y le pide que la publique. Martín se siente agradecido y emocionado por la oportunidad. Al día siguiente, encuentra un sobre con su historia enmarcada y una nota de Pedro Vidal, el escritor estrella del periódico, quien le dice que esto es solo el comienzo y que en diez años él será el aprendiz y Martín el maestro. Martín se siente motivado y emocionado por el futuro.

2

En este capítulo, el protagonista narra cómo su debut literario fue exitoso y cómo don Basilio le ofreció la oportunidad de publicar más relatos. Pronto, su carrera como escritor se convierte en una actividad semanal, pero debe seguir trabajando en la redacción por el mismo salario. A pesar de estar agotado, el protagonista pasa sus días corrigiendo textos y escribiendo crónicas, para luego dedicar sus noches a escribir una serie de novelas llamada "Los misterios de Barcelona". Estas novelas mezclan diferentes estilos y autores, y cuentan la historia de Chloé Permanyer, una femme fatale que seduce a sus víctimas y las mata con un pintalabios envenenado. A pesar de que a don Basilio no le gusta la temática de las novelas, las publica debido a su éxito. El protagonista también enfrenta la envidia y el resentimiento de sus compañeros de trabajo, quienes no están contentos con su éxito. A pesar de esto, el protagonista se siente afortunado, aunque vive en una pensión miserable. Un día, Pedro Vidal, un amigo y mentor del protagonista, llega a visitarlo y le entrega una carta misteriosa. La carta invita al protagonista a un lugar llamado "El Ensueño" esa noche. Aunque el protagonista duda en ir, Vidal lo anima a aprovechar la oportunidad. El capítulo termina con el protagonista recordando a Cristina, la hija del chófer de Vidal, y preguntándose qué hacer con la invitación.

3

En este capítulo, el protagonista llega a la calle Nueva de la Rambla, donde se encuentra el local El Ensueño. En la entrada, es recibido por una mujer de pelo blanco que lo lleva a una sala circular con paredes de terciopelo rojo y lámparas tenues. Allí, le ofrecen una copa de champán y espera a que aparezca Chloé, la protagonista de sus relatos. Finalmente, Chloé se presenta ante él y lo lleva a una habitación oscura, similar a la que él había creado en sus historias. Allí, tienen un encuentro íntimo y apasionado. Al despertar, Chloé ya no está y en su lugar encuentra una tarjeta de visita de Andreas Corelli, un editor de París. En la tarjeta, Corelli le deja un mensaje en el que le dice que estará esperando cuando esté listo para hacer realidad sus grandes esperanzas. El protagonista se viste y sale del local, mientras las luces y los corredores se desvanecen. Al salir a la calle, se pregunta si los labios de Cristina Sagnier, la hija del chófer de Vidal, tendrán el mismo sabor que los de Chloé.

4

En este capítulo, el narrador decide regresar a El Ensueño después de tres días de su visita anterior. Llega a la escalera de paredes rojas y encuentra la puerta abierta. Al entrar, descubre que el lugar está en ruinas y vacío. Se dirige al dormitorio de Chloé y encuentra el techo derrumbado y el lecho carbonizado. De repente, escucha un ruido detrás de él y ve una silueta oscura en la entrada del corredor. La silueta desaparece rápidamente y el narrador encuentra un montón de escombros con una mano de porcelana entre ellos. Se pregunta si imaginó al extraño y sale a la calle, confundido. Entra a un café y pregunta al camarero si El Ensueño ha cerrado, pero le dicen que cerró hace quince años. Al día siguiente, el narrador busca en los archivos del periódico y encuentra un artículo sobre un incendio en El Ensueño en 1903, en el que murieron seis personas. Regresa a su pensión y lee la tarjeta que encontró en sus manos en la cama de Chloé, en la que se lee "Grandes esperanzas".

5

En este capítulo, el narrador nos cuenta sobre su infancia y la difícil relación con su padre. Su padre regresó de la guerra de Filipinas y se encontró con una ciudad que no lo reconocía y una esposa que lo había abandonado. El padre del narrador consiguió un trabajo como vigilante nocturno en La Voz de la Industria, pero pronto se vio envuelto en problemas turbios con antiguos compañeros de guerra. El padre del narrador se volvió adicto a las drogas y se encerraba en su habitación. El narrador era un niño débil y enfermizo, propenso a enfermedades graves. A pesar de todo, el narrador encontró refugio en los libros y en la librería de Sempere e Hijos. Un día, Sempere le regaló el libro "Grandes esperanzas" de Charles Dickens, que se convirtió en su tesoro más preciado. El narrador escondía los libros de su padre y los leía en secreto. Un día, su padre descubrió que estaba leyendo y lo golpeó violentamente. El narrador decidió devolver el libro a Sempere para protegerlo de su padre. Después de la muerte de su padre, el narrador consiguió un trabajo en el periódico y vivió en el sótano del edificio. A los catorce años, se mudó a una pensión y recibió un paquete que contenía la pistola de su padre. El narrador decidió guardarla como un recuerdo de su padre.

6

En este capítulo, el narrador llega a la redacción del periódico y se encuentra con que está casi vacía. Don Basilio le informa que hay una cena de Navidad a la que no fue invitado. Luego, don Basilio le comunica al narrador que ya no podrá publicar más entregas de Los misterios de Barcelona debido a las quejas recibidas. El narrador se siente despedido y triste. Posteriormente, el narrador vacía su escritorio y se despide de sus compañeros. Durante la semana siguiente, el narrador pasa su tiempo en la biblioteca del Ateneo y escribiendo cartas a su benefactor anónimo. Finalmente, decide visitar a Vidal en Villa Helius. Vidal le informa que ha hablado con unos socios que quieren contratar al narrador para escribir una serie por entregas en la tradición del grand guignol. El narrador se siente emocionado por esta oportunidad.

7

En este capítulo, el protagonista narra cómo aceptó una oferta para escribir novelas bajo el seudónimo de Ignatius B. Samson. El contrato establecía que debía entregar doscientas páginas de manuscrito al mes, llenas de intrigas, asesinatos y amores ilícitos. A cambio, recibiría más dinero del que nunca había imaginado ganar. Sus editores, Barrido y Escobillas, eran personajes pintorescos, con Barrido como el cerebro de la operación y Escobillas como el capataz siniestro. La secretaria de dirección, Herminia, también formaba parte del equipo. Aunque la relación era estrictamente mercantil, el protagonista decidió aprovechar la oportunidad y trabajar duro para demostrar su valía. Con el dinero que ganó, decidió mudarse a un caserón en la calle Flassaders. Aunque la casa parecía abandonada y desmesurada, el protagonista esperaba que los propietarios aceptaran su oferta. Después de hablar con el administrador de fincas, Vicenc Clavé, y escuchar sus advertencias sobre la mala sombra de la casa, el protagonista decidió visitarla acompañado por Clavé y otros. Según Clavé, nadie había entrado en la casa en veinte años debido a los malos recuerdos que albergaba.

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En este capítulo, el protagonista rememora su primera visita a la casa de la torre en la calle Flassaders. Junto con el secretario, el interventor y el administrador, entran a la casa que está en mal estado y sin luz. Al explorarla, descubren habitaciones llenas de polvo y objetos abandonados, como un mantel deshilachado, un servicio de mesa y una bandeja con frutas y flores petrificadas. También encuentran armarios llenos de ropa vieja, cajones con fotografías y retratos cubiertos de polvo. En el estudio, ubicado en una torre, el protagonista se siente fascinado por la vista panorámica de Barcelona. Decide alquilar la casa por diez años y comienza a limpiar y ordenar con la ayuda de sirvientes. A pesar de los problemas con las obras y las chapuzas, el protagonista está emocionado de poder habitar finalmente la casa. Pasando la mayor parte del tiempo escribiendo su nueva novela, Ignatius B. Samson, el protagonista se sumerge en su trabajo y se olvida del mundo exterior. Después de un año, decide tomarse un día libre y recibe un obsequio de Andreas Corelli, un ejemplar de Grandes esperanzas que había perdido en el pasado.

9

En este capítulo, el señor Sempere examina detenidamente el libro que Daniel le ha traído. Después de analizarlo minuciosamente, Sempere confirma que es el mismo libro que Daniel había perdido hace años. Daniel le pregunta sobre un editor francés llamado Andreas Corelli, pero Sempere no está familiarizado con él y decide preguntarle a Gustavo Barceló, un conocido librero de viejo de Barcelona. Mientras tanto, el hijo de Sempere le avisa que hay un cliente esperando a recoger un pedido. Sempere le entrega a Daniel un catálogo de editores europeos para que lo revise mientras él atiende al cliente. Mientras busca en el catálogo, Daniel escucha a Sempere conversar con una voz femenina que resulta ser Cristina Sagnier, la hija del chófer y secretaria de su mentor, Pedro Vidal. Aunque Cristina no lo reconoce, Daniel se presenta y habla brevemente con ella. Sempere sugiere que Daniel la ayude a llevar unos libros pesados hasta el coche de su padre. A pesar de su aparente debilidad, Daniel acepta el desafío y logra llevar los libros hasta el coche. Después de despedirse, Daniel regresa a la librería y Sempere le pide quedarse con el libro por unos días.

10

En este capítulo, el narrador vuelve a encontrarse con Cristina meses después, en compañía de Pedro Vidal en un restaurante. Vidal invita al narrador a unirse a ellos, pero el narrador decide declinar la oferta después de cruzar una mirada con Cristina. Los encuentros entre el narrador y Cristina son fortuitos, a veces se encuentran en la librería de Sempere e Hijos. Sin embargo, Cristina descubre que el narrador se queda a solas con ella cuando Sempere se lo permite y envía a uno de los mozos a recoger los pedidos. El narrador vive de noche, escribiendo y durmiendo durante el día. Barrido y Escobillas felicitan al narrador por el éxito de su novela "La Ciudad de los Malditos" y le prometen un año sabático después de escribir un par de novelas más. El narrador experimenta pinchazos, dolores de cabeza y mareos, pero los atribuye a la fatiga y los ahoga con cafeína, cigarrillos y píldoras de codeína. Don Basilio insta al narrador a ir al médico, pero él siempre pospone la visita. El narrador no tiene mucho tiempo para ver a otras personas aparte de Vidal y cuando lo hace, es porque Vidal lo visita. Vidal lo lleva a un bar donde tiene una tertulia literaria los viernes por la noche, pero el narrador no es invitado porque los asistentes lo detestan. Vidal menciona que Cristina habló de él, lo que sorprende al narrador. Vidal le dice que Cristina no quiere ser su amiga porque él tampoco quiere serlo. El narrador trabaja todos los días excepto los domingos y a menudo termina en una bodega del Paralelo donde encuentra compañía. Las mujeres con las que pasa la noche a menudo le preguntan cómo se gana la vida y cuando él les dice que es escritor, no le creen. El narrador recuerda una tarde en la que estaba con una mujer llamada Alicia en un café y vio a Cristina a través del cristal. Dos semanas después, Vidal lo invita al estreno de Madame Butterfly en el Liceo y Cristina también está allí. Durante el segundo acto, Vidal baja al Círculo y deja al narrador y a Cristina solos en el palco. El narrador intenta hablar con ella, pero ella se muestra fría y distante. Al día siguiente, el narrador se encuentra con Cristina frente a la catedral y ella lo invita a merendar. Van a una chocolatería y hablan sobre lo que Pedro le ha contado al narrador. Cristina le explica que no piensa que él se prostituya, sino que no hace lo que siente. Después de un tiempo sin oír su nombre, el narrador decide tomarse la noche libre y descansa en su casa. Vidal lo sorprende y lo lleva a Villa Helius, donde se celebra una fiesta sorpresa por su cumpleaños. Al final de la cena, Cristina lo busca y le pide que se vean al día siguiente en su casa. El narrador acepta y Cristina se va. En el camino de regreso a casa, el chófer Manuel le confiesa al narrador que está preocupado por la salud de su hija, Cristina, y le pide que la ayude si algo le sucede.

11

En este capítulo, el protagonista pasa la mañana ordenando y limpiando su casa, mientras espera la llegada de Cristina. Cuando ella llega, él la lleva a la sala de lectura y ella le pregunta por qué decidió vivir en esa casa tan grande. Él le cuenta que durante años veía la casa todos los días y soñaba con vivir en ella. Cristina le confiesa que está preocupada por Pedro, ya que lleva años destruyendo la novela que quiere escribir y se siente sin talento. Pedro bebe constantemente y a veces llora en su despacho. Cristina teme que Pedro cometa una tontería y decide hablar con el protagonista para buscar ayuda. El protagonista se da cuenta de que ha estado demasiado absorto en su propio mundo y decide ayudar a Pedro, incluso si él no se deja.

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En este capítulo, el narrador revela que está ayudando a Vidal a escribir su novela. Se encuentran en la casa de la torre casi todas las tardes, donde Cristina trae las cuartillas escritas por Vidal y las leen juntos. La novela es una saga épica que abarca tres generaciones de una dinastía barcelonesa similar a los Vidal. Sin embargo, el narrador se sorprende al darse cuenta de que el argumento de la novela es el mismo que él le había sugerido a Vidal hace años. A pesar de esto, deciden reescribir la novela desde cero, resucitando y reconstruyendo los personajes y escenas. A medida que avanzan, sienten que están haciendo justicia a la novela que Vidal siempre quiso escribir. Sin embargo, Cristina teme que Vidal descubra lo que están haciendo y les pide que sean más fieles a su original. A pesar de su dedicación a la novela, el narrador se da cuenta de que está descuidando su propio trabajo. Además, su relación con Cristina se vuelve más cercana y complicada, pero ella le deja claro que después de terminar el libro de Vidal, no volverán a verse de la misma manera. El narrador también empieza a sospechar que Cristina no aprueba los libros que escribe para Barrido y Escobillas. En un momento de desesperación, el narrador tiene un encuentro cercano con la muerte al quedarse paralizado en los rieles del tranvía, pero logra escapar ileso.

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En este capítulo, el protagonista despierta en un lugar desconocido, que resulta ser el purgatorio. Conoce a un hombre vestido de harapos que le informa que ha sido llevado allí en camilla y ha estado durmiendo desde entonces. Descubre que le han robado todo su dinero. El hombre del periódico le explica que hay dos formas de salir del purgatorio, una permanente saltando desde el tejado y otra temporal a través de una puerta al final de la bóveda. El protagonista decide buscar la salida temporal y llega a una azotea donde se encuentra con un lago suspendido sobre el Parque de la Ciudadela. Allí, se encuentra con un extraño hombre que lo salva de caer al lago. El hombre se presenta como Andreas Corelli, un editor de París, y le ofrece trabajar para él. Aunque el protagonista se muestra reticente al principio, Corelli le ofrece una suma de cien mil francos por adelantado y le asegura que su propuesta cambiará su vida. A pesar de sus dudas, el protagonista acepta considerar la oferta y Corelli se marcha, prometiendo que habrá una próxima vez para hablar más sobre el asunto.

14

En este capítulo, el protagonista visita el consultorio del doctor Trías, un médico de renombre. El consultorio está ubicado en un lugar privilegiado con vistas al mar y está decorado con buen gusto. El doctor Trías transmite serenidad y confianza, pero también un cierto temor debido a su sonrisa constante. El protagonista se entera de que los resultados de las pruebas indican que tiene un tumor en el lóbulo izquierdo de su cerebro, posiblemente un carcinoma. Aunque no siente miedo ni inquietud, el protagonista se da cuenta de que no hay tratamiento para su enfermedad y que le queda poco tiempo de vida. A pesar de esto, el protagonista sonríe y acepta la noticia con resignación. El doctor le informa que es probable que en un año o año y medio como máximo, el protagonista fallezca. Además, le advierte que sus facultades mentales se verán afectadas y que eventualmente deberá ser ingresado en un hospital. El protagonista se da cuenta de que no podrá seguir escribiendo y se siente abrumado por la noticia. A pesar de ello, decide enfrentar la situación y tomar medidas cuanto antes.

15

En este capítulo, el narrador sube al estudio de la torre y se sienta frente a la máquina de escribir, pero se da cuenta de que está seco y no puede completar una sola página. Las palabras de Andreas Corelli empiezan a influir en su pensamiento y decide no terminar la novela que estaba escribiendo. Quema las páginas que había escrito y se siente aliviado. Al día siguiente, va a las oficinas de Barrido y Escobillas y se encuentra con una nueva recepcionista. Después de esperar un rato, es recibido por Barrido y la Veneno. Les informa que no habrá libro porque ha quemado el manuscrito. Barrido propone que se tome un descanso y escriba la gran novela de su vida. El narrador acepta y comienza a trabajar en su nuevo libro. Durante este tiempo, recibe los suministros necesarios de una tienda de ultramarinos y deja de ver a Cristina. Pep, el criado de Villa Helius, le entrega el manuscrito de Vidal, quien se encuentra en un sanatorio debido a un aneurisma. Vidal visita al narrador y le cuenta que el libro va por buen camino. Al final de la visita, Vidal menciona que hay cosas que no le ha contado al narrador y que le gustaría hacerlo en el futuro. El narrador propone que lo hagan cuando se publiquen sus libros.

16

En este capítulo, Pep llega a la casa de David sin previo aviso y le da la noticia de que Manuel ha fallecido. David decide ir a recoger a Cristina, pero Pep insiste en hacerlo él. Sin embargo, David convence a Pep de que se marche y se encarga de ir a buscar a Cristina. En la estación, David espera a Cristina bajo una fuerte tormenta y finalmente la encuentra en el penúltimo vagón del tren. Regresan a casa bajo la lluvia y la oscuridad causada por un apagón. David enciende velas por toda la casa y Cristina le muestra un álbum de fotos de su padre. Mientras lo miran juntos, Cristina confiesa que ha echado de menos a David. Pasan la noche juntos, pero al despertar, Cristina ha desaparecido dejando el álbum y llevándose la novela de Vidal. David apaga las velas y siente la ausencia de Cristina en la casa.

17

En este capítulo, el protagonista se encuentra frente a la librería Catalonia, donde se exhibe su novela "La casa de las cenizas". Se sorprende al ver que el título que había sugerido a su mentor ha sido utilizado. Al entrar a la librería, el encargado le recomienda el libro, pero el protagonista le informa que ya lo ha leído. Luego, el protagonista busca su otra novela, "Los Pasos del Cielo", en varias librerías, pero no la encuentra. Decide leer las reseñas de ambos libros en los periódicos y descubre que la novela de Pedro Vidal ha recibido elogios y reconocimiento, mientras que la suya ha sido duramente criticada. Después, el protagonista se dirige a la editorial Barrido y Escobillas, donde los socios le explican que los libreros han hecho pedidos basados en las reseñas de los periódicos y que no tienen más ejemplares de su novela. A pesar de la falta de apoyo de la editorial, el protagonista se muestra decidido a seguir adelante con su carrera como escritor.

18

En este capítulo, el protagonista camina sin rumbo por las calles de Barcelona después de la revelación de que su novela ha sido escrita por otro autor. Al pasar frente a la librería de Sempere e Hijos, el librero lo invita a entrar y le muestra que ha llenado el escaparate con ejemplares de su novela. Sempere le pide que le dedique un libro y lo coloca en la vitrina de honor. Después, el protagonista recibe dos visitas: una del chófer de Vidal, quien lo invita a un almuerzo, y otra de sus editores y su abogado, quienes lo amenazan con demandarlo si no entrega un nuevo manuscrito en un mes y medio. A pesar de esto, le ofrecen comprar los ejemplares no vendidos de su novela. El protagonista les responde con calma y los despide. Luego, se encuentra con Vidal en un restaurante, donde este le revela que la muerte de su padre fue un error y le anuncia que se casará con Cristina. El protagonista se va sin decir nada y luego visita la tienda de telas donde trabaja su madre. Desde lejos, observa cómo un niño le entrega un paquete con su libro a su madre, quien lo examina y finalmente lo tira a la basura.

19

En este capítulo, Martín llega a la librería de Sempere padre con un fuerte dolor de cabeza. Sempere le ofrece agua de Vichy y le sugiere que vaya al médico. Martín se siente mejor después de beber agua y comer un brioche. Sempere le recuerda que hace años le dijo que si alguna vez necesitaba salvar un libro, fuera a verlo. Martín acepta y Sempere lo lleva a un lugar secreto. Llegan a un antiguo edificio y Sempere le advierte a Martín que no puede contarle a nadie lo que va a ver. Isaac Monfort, el guardián del lugar, recibe a Martín y lo lleva a una enorme biblioteca llamada el Cementerio de los Libros Olvidados. Martín queda impresionado por la magnitud y belleza del lugar.

20

En este capítulo, el protagonista sigue al guardián hasta la base de la gran nave que alberga el laberinto. El suelo está lleno de losas y lápidas con inscripciones funerarias. El guardián le explica que son restos de una antigua necrópolis. Luego, llegan a una zona frente a la estructura central que sirve como umbral. Isaac, el guardián, le recita las normas y deberes del lugar. El primer artículo establece que la primera vez que alguien viene aquí tiene derecho a elegir un libro. El segundo artículo establece que al elegir un libro, se adquiere la obligación de protegerlo y evitar que se pierda. El protagonista pregunta cómo elegir un solo libro entre tantos, a lo que Isaac responde que algunos creen que es el libro el que los elige a ellos. Isaac explica que el Cementerio de los Libros Olvidados es antiguo y ha ido creciendo con la ciudad. Durante la Inquisición, se escondían libros prohibidos en sarcófagos y osarios para protegerlos. Isaac menciona que en el invierno de 1889, un hombre llamado Darío Alberti de Cymerman se adentró en el laberinto y desapareció por una semana. Lo encontraron escondido detrás de textos sagrados para evitar ser visto por el hombre de negro. Isaac menciona que a lo largo de los años, algunos miembros han visto al hombre de negro en los túneles del laberinto. Isaac tiene una teoría de que el hombre de negro es el patrón del lugar, el padre de todo conocimiento secreto y prohibido. El protagonista se adentra en el laberinto y elige un túnel que cree que conduce al corazón de la estructura. Después de caminar sin rumbo, encuentra una sala donde decide enterrar su libro. En ese momento, siente la presencia del hombre de negro mirándolo fijamente a los ojos.

21

En este capítulo, el protagonista se encuentra en el Cementerio de los Novelistas Olvidados y se observa en un espejo, pero no reconoce su propia mirada. Siente náuseas y se sienta en una silla para recuperarse. Luego, encuentra un libro sin título en la mesa y lo examina. El libro contiene diferentes idiomas y parece ser un compendio de plegarias. A pesar de que podría haber elegido otro libro y abandonar el lugar, el protagonista se da cuenta de que está recorriendo el laberinto con el libro en la mano. Siente que el libro lo guía y finalmente encuentra la salida. Sin embargo, no encuentra a Isaac, el guardián, y se dirige hacia la salida. Antes de salir, mira hacia atrás y ve una luz parpadeante en la galería. Abre la puerta y sale al exterior, mientras la puerta se cierra detrás de él.

22

En este capítulo, el protagonista se aleja de un lugar y siente que la magia lo abandona, sintiendo náuseas y dolor. En su camino de regreso a casa, se cae dos veces y es salvado por un niño de ser atropellado por un tranvía. Al llegar a su casa, encuentra el calor sofocante y se dirige a su estudio en la torre para abrir las ventanas. Siente que el tiempo se le acaba y decide tomar unas píldoras de codeína para aliviar su malestar. Luego, nota un parpadeo bajo la puerta principal y se acerca para investigar, pero no encuentra a nadie. Al entrar de nuevo a su casa, encuentra un sobre bajo la puerta con su nombre. Al abrirlo, descubre una carta de Andreas Corelli, quien le invita a cenar en una villa en Barcelona. El protagonista deja caer la carta y se arrastra hasta la galería, donde se recuesta en el sofá. Sabe que le quedan siete días para la cita y sonríe, pensando que no vivirá tanto tiempo. Intenta conciliar el sueño, pero el silbido en sus oídos y las punzadas de luz blanca en su mente lo perturban. Luego, ve el álbum de fotografías que Cristina dejó y arranca una imagen de ella de niña caminando con un extraño. Se abandona a la fatiga y desea perderse en la oscuridad, pero algo lo detiene. Los días pasan y el protagonista se despierta a veces con la luz del sol y golpes en la puerta. En un momento, se encuentra caminando hacia la catedral de Santa María del Mar y ve una tormenta negra sobre la ciudad. Siente la presencia de alguien detrás de él y ve a la niña del retrato, quien lo guía de regreso a la casa de la torre. Cuando recupera la conciencia, han pasado siete días y es el 13 de julio.

23

En este capítulo, Pedro Vidal y Cristina Sagnier se casan en una ceremonia en la capilla del monasterio de Pedralbes. Aunque solo asiste una pequeña parte de la familia Vidal, incluyendo al padre del novio, la prensa no se hace eco de la boda. A las puertas de la iglesia, un grupo de antiguas amantes de Pedro llora en silencio. Cristina lleva un ramo de rosas blancas y un vestido color marfil que se confunde con su piel. Nadie está allí para ver cómo Cristina se detiene para mirar a un hombre moribundo en la plaza frente a la iglesia, quien murmura palabras de maldición. Dos horas después, el narrador abre un estuche que contiene la única posesión que le queda de su padre: una pistola. Introduce seis balas y apunta a su sien, pero en ese momento una ráfaga de viento azota la torre y los ventanales del estudio, y una brisa helada le acaricia la piel.

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En este capítulo, el protagonista llega en taxi al solitario y sombrío recinto del Park Güell. Observa la puerta del recinto y decide bajarse del taxi. Se acerca a las rejas de entrada y ve tres perros negros que lo observan. Uno de ellos se acerca lentamente, pero cuando las luces de la casa se encienden, los perros se retiran. El protagonista decide dirigirse a la casa de Corelli, ubicada en la calle Olot con San José de la Montaña. Entra a la casa y se encuentra con un largo corredor lleno de fotografías de retratos antiguos. Corelli aparece y le ofrece una copa de vino. Le propone al protagonista crear una religión para él, a lo que el protagonista se niega. Corelli le ofrece una gran suma de dinero, pero el protagonista revela que está muriendo y que no puede aceptar la oferta. Sin embargo, Corelli le promete ayudarlo a vivir y el protagonista acepta. Corelli lo invita a quedarse a pasar la noche en la casa. El protagonista se queda y se sumerge en la oscuridad mientras escucha el viento susurrar.

25

En este capítulo, el protagonista narra un sueño en el que la casa en la que se encuentra se hunde lentamente. El agua comienza a brotar de las grietas y a cubrir todo el lugar, arrastrando a las personas que se encuentran allí. El protagonista se acerca a una puerta cerrada y la abre, encontrándose con una sala en la que hay figuras vestidas de blanco y con máscaras. Un hombre sin rasgos faciales ni ojos ordena instrumentos quirúrgicos sobre una mesa. El protagonista es colocado en la mesa y uno de los doctores le inyecta algo en el cuello. Luego, le colocan una corona de tornillos en la cabeza y lo sujetan con correas. Uno de los doctores le hace un corte en la frente y de la herida sale una araña negra. Después de que la araña es asesinada, el protagonista es liberado y la sala se queda en penumbra. Luego, el nivel del agua comienza a descender y el protagonista se siente cansado. Finalmente, despierta en la casa y se da cuenta de que el dinero sigue en la mesa. Sale de la casa y se da cuenta de que ha recuperado sus sentidos y se siente renovado.

1

En este capítulo, el protagonista regresa al mundo de los vivos y visita las oficinas centrales del Banco Hispano Colonial para realizar un trámite. Luego, se acerca a un quiosco de prensa y lee un breve artículo sobre un incendio en la editorial Barrido y Escobillas, donde falleció el gerente y dos personas resultaron gravemente heridas. El protagonista se dirige al lugar del incendio y encuentra a la Veneno, una empleada de la editorial, quien le cuenta que estaban trabajando hasta tarde y que un hombre desconocido había estado allí antes del incendio. El protagonista se despide de la Veneno y se encuentra con unos chiquillos que encuentran un libro entre los escombros. Luego, es abordado por el inspector Víctor Grandes y sus colegas, quienes le hacen preguntas sobre su paradero la noche anterior y su relación con la editorial. El protagonista menciona que estuvo con un editor francés llamado Andreas Corelli y que pasó la noche en su casa debido a problemas de salud. El inspector le informa que si el socio de la editorial fallece, el contrato del protagonista con la editorial se disolverá. Finalmente, el inspector le pregunta si recuerda haber dicho que los editores estarían muertos en una semana, a lo que el protagonista admite haberlo dicho en un momento de enojo. El protagonista se va con la sensación de culpa por haber sido sincero en sus respuestas.

2

En este capítulo, el protagonista narra su encuentro con Víctor Grandes y los basiliscos que lo acompañaban. A pesar de haber tenido un encuentro desagradable, el protagonista se siente bien físicamente y sin preocupaciones. Decide hacer una visita sorpresa a la librería de Sempere, donde encuentra al padre ordenando cuentas y al hijo reorganizando los estantes. Al ver al protagonista, Sempere padre se sorprende y lo abraza, ya que había estado preocupado por él. El protagonista le cuenta que estuvo ausente por motivos de trabajo y que todo fue una tontería relacionada con la tensión. Luego, Sempere le comenta sobre la muerte de Barrido y Escobillas, y el protagonista le dice que no sabe cómo eso afectará legalmente su relación con ellos. Sempere le pregunta si ha ido al médico y el protagonista asiente. Después, Sempere le cuenta que una joven llamada Isabella quiere ser escritora y le ha dejado un relato para que le dé su opinión. Sempere elogia el talento de Isabella y le pide al protagonista que la visite y le dé consejos. Aunque al principio el protagonista se muestra reacio, finalmente acepta.

3

En este capítulo, el protagonista se encuentra con el inspector Víctor Grandes en el portal de su casa. El inspector le informa de que Escobillas ha muerto en el Hospital Clínico y le revela que alguien derramó gasolina sobre él y le prendió fuego. Además, le comenta que el contrato que tenía con los editores queda disuelto debido al fallecimiento de estos. El protagonista agradece la información y el inspector se marcha. Después, el protagonista tiene un sueño perturbador en el que ve a Barrido y Escobillas atrapados en su despacho en llamas. Al despertar, decide leer el libro que rescató del Cementerio de los Libros Olvidados. El libro, titulado "Lux Aeterna" y escrito por D.M., resulta ser una colección de textos y plegarias que hablan sobre la muerte. A medida que avanza en la lectura, el protagonista descubre que el libro es una especie de libro de los muertos y que su autor ha perdido la cordura. Al final del capítulo, el protagonista encuentra una marca en las páginas del libro que coincide con la marca de su máquina de escribir, lo que le hace suponer que el libro fue escrito en su escritorio.

4

En este capítulo, el narrador baja a desayunar a un café frente a la catedral de Santa María del Mar. Mientras lee el periódico, nota a una joven que lo observa disimuladamente desde la escalinata de la iglesia. El narrador le hace una señal al camarero para que le diga a la chica que puede pedir lo que quiera, ya que él invita. La chica se acerca a la mesa y resulta ser Isabella, quien solía llevarle los pedidos de comida del colmado. El narrador le ofrece leer algo de lo que ha escrito y darle su opinión, y si le gusta, le propone ser su ayudante. Isabella acepta y el narrador le pide que le traiga las mejores veinte páginas que haya escrito. Antes de irse, el narrador le pregunta por qué lo eligió a él, y ella responde que es el único escritor que conoce.

5

En este capítulo, el protagonista regresa a casa y se encuentra a Isabella esperándolo en el portal con su relato en las manos. A pesar de haberle pedido que lo dejara en el buzón, ella le trae café como muestra de agradecimiento. El protagonista establece algunas reglas con Isabella, como que él hace las preguntas y ella solo responde, y que no tolera el sarcasmo antes del mediodía. Después de leer el relato de Isabella, el protagonista le pide que ordene la casa mientras él sigue leyendo. El relato de Isabella trata sobre una chica confinada en un ático y muestra su soledad y desesperación. Al finalizar la lectura, el protagonista elogia el café en lugar del relato, lo que decepciona a Isabella. Sin embargo, el protagonista le explica que el talento no es suficiente y que se necesita trabajo y técnica para tener éxito. Isabella le pregunta si puede ser su ayudante y él lo considerará. Antes de irse, Isabella mira un álbum de fotografías y menciona a la novia del protagonista, lo que lo molesta. Isabella se retira y el protagonista se queda solo en su casa, notando el silencio que la envuelve.

6

En este capítulo, el narrador pasa la mañana pensando en la posible relación entre el incendio en el que murieron Barrido y Escobillas, la oferta de Corelli y el manuscrito encontrado en el Cementerio de los Libros Olvidados. Decide investigar la relación entre el manuscrito y la casa de la torre. Abre la habitación donde había guardado objetos y pertenencias de los antiguos residentes y encuentra un armario de roble. Al abrirlo, siente un hedor intenso y descubre un orificio en la pared de yeso. Intenta ver al otro lado, pero solo ve oscuridad y una araña negra aparece en el orificio. Cierra el armario y sale de la habitación. El olor de la habitación se esparce por el pasillo y el narrador sale a la calle para olvidar la oscuridad de la casa.

Después, el narrador invita a Sempere a comer en la Maison Dorée, pero son mal recibidos y deciden ir a otro lugar. En el nuevo restaurante, presencian la llegada de Vidal y su esposa, quienes son recibidos con honores. Deciden irse y Sempere invita al narrador a otro lugar más económico. Durante la comida, el narrador le pregunta a Sempere por qué no ha aprovechado su atractivo para tener relaciones con mujeres. Sempere responde que está esperando algo más. El narrador, borracho, continúa bebiendo en varios bares hasta que es encontrado por la policía y llevado a casa. Allí se encuentra a Isabella, quien le cuenta que su padre la echó de casa porque le dijo que trabajaría como ayudante del narrador. El narrador decide hablar con el padre de Isabella al día siguiente. Isabella lo ayuda a acostarse y le ofrece consuelo. El narrador se duerme llorando.

7

En este capítulo, David se despierta con resaca y encuentra a Isabella preparándole café y comida. A pesar de sentir náuseas, David acepta el café y conversa con Isabella sobre lo que ha estado haciendo durante las siete horas que él ha estado durmiendo. Isabella ha estado limpiando y ordenando la casa, pero David le dice que no tiene por qué hacerlo. Sin embargo, Isabella le explica que lo hace por ella misma, ya que prefiere vivir en un lugar limpio. David se da cuenta de que Isabella ha limpiado el baño y la galería, y se sorprende por el cambio. Isabella le cuenta que encontró una carta en el recibidor y la abrió por accidente. La carta es de Andreas Corelli, un editor, invitando a David a una cena para discutir un proyecto. David guarda la carta y le pide a Isabella que se vaya cuando él salga por la noche. Isabella llora y se va, y David se queda en el estudio de la torre pensando en su encuentro con Corelli. Al final del capítulo, David descubre que Isabella ha limpiado y ordenado su colección de libros y deja uno de ellos abierto en un atril. David lee una línea del libro y sonríe, pensando en la posibilidad de que Ignatius B. Samson nunca se hubiera suicidado y él hubiera tomado su lugar.

8

En este capítulo, el protagonista sale a la calle al anochecer y se dirige a la casa de Corelli. En el camino, el taxista se sorprende al saber que alguien vive en esa casa. Al llegar, el protagonista es recibido por un mayordomo y es llevado al salón desde donde se puede ver toda la ciudad. Mientras espera a Corelli, el protagonista nota que alguien lo observa desde un rincón de la sala. Es Corelli, quien se acerca con una sonrisa lobuna. Después de un breve intercambio de palabras, Corelli le propone al protagonista que le ayude a crear una narración que despierte el alma de las personas. Discuten sobre la fe y la biología, y Corelli explica que la fe es una respuesta instintiva a aspectos de la existencia que no podemos explicar. Luego, Corelli le explica al protagonista los términos de su acuerdo y le ofrece una bonificación adicional al finalizar el trabajo. El protagonista cuestiona el objetivo de Corelli y este le responde que lo ayudará porque quiere vivir y porque tiene fe. Finalmente, el protagonista se retira y Corelli le indica que se verán de nuevo en dos semanas.

9

En este capítulo, el protagonista se encuentra con un lujoso Rolls-Royce negro que lo espera en la puerta de su casa. El mayordomo lo conduce hasta el vehículo, que resulta ser una verdadera joya de la ingeniería. Durante el viaje, el protagonista se da cuenta de que el coche parece flotar sobre el suelo y atraviesa la ciudad en silencio. Finalmente, llegan a una calle estrecha donde el coche no puede pasar, por lo que el chófer se detiene y el protagonista baja del vehículo.

Al llegar a su casa, el protagonista se dirige directamente a su estudio y abre las ventanas para dejar entrar la brisa. Desde allí, observa la ciudad y se siente como si estuviera en una prisión sin escapatoria. Sin embargo, su atención se desvía cuando ve a una joven llamada Isabella acurrucada en el escalón de una puerta cercana. Pronto se da cuenta de que dos hombres se acercan a ella y la atacan. Sin pensarlo dos veces, el protagonista interviene y logra ahuyentar a los agresores.

Después del incidente, el protagonista lleva a Isabella a su casa y la consuela. Aunque ella insiste en que no le han hecho nada, el protagonista se preocupa por su bienestar. Le ofrece comida y un lugar para descansar, y ella acepta. Mientras cenan juntos, el protagonista nota una marca de sangre en su mejilla y se da cuenta de que está agotado y adolorido.

Finalmente, el protagonista acompaña a Isabella a su habitación y le pide que lo llame si necesita algo. Antes de irse, nota que ella le pide que deje la puerta entornada. Luego, en su propio dormitorio, el protagonista reflexiona sobre los eventos del día y se da cuenta de lo cansado que está.

10

En este capítulo, el narrador se dirige a la tienda de ultramarinos de la familia de Isabella para hablar con su padre. El narrador le cuenta al tendero que Isabella ha estado viviendo en su casa porque su padre no puede controlarla. El tendero se sorprende y explica que tuvieron una discusión y que Isabella amenazó con irse. El narrador se da cuenta de que el tendero no es el villano que Isabella le había descrito y se arrepiente de su tono agresivo. El tendero explica que no sabe cómo manejar a Isabella y que teme que si la obliga a volver, ella se escape de verdad y caiga en manos peligrosas. La esposa del tendero también le explica que Isabella ha salido antes de casa. El narrador promete cuidar de Isabella hasta que ella vuelva a la razón y decida regresar con su familia. Luego, el narrador regresa a casa y encuentra a Isabella esperándolo. Ella le cuenta que su padre no le disparó con la escopeta, sino que le lanzó tarros de mermelada y queso. El narrador le dice a Isabella que puede quedarse en su casa con la condición de que pase un rato en la tienda cada día para saludar a sus padres y que la obedezca. Isabella acepta y abraza al narrador, pero él la aparta y le dice que no se permiten muestras de afecto. Isabella se va a limpiar y ordenar el estudio del narrador.

11

En este capítulo, el protagonista decide refugiarse en la biblioteca del antiguo hospicio medieval para escapar de la obsesión por la pulcritud de su nueva ayudante. Pasó el día leyendo sobre mitología e historias religiosas, pero se dio cuenta de que apenas había arañado la superficie de todo lo que podía encontrar en aquel santuario de libros. Decide volver al día siguiente y dedicar una semana entera a alimentar su pensamiento con páginas y páginas sobre dioses, milagros y profecías. Mientras tanto, le pide a su ayudante que le consiga copias de los catecismos y textos escolares para que le haga resúmenes. La ayudante, Isabella, no está muy contenta con estas tareas. El protagonista también entabla amistad con Eulalia, la bibliotecaria jefe, quien le ayuda a seleccionar los textos y le ofrece su ingenio y sarcasmo. Durante sus lecturas, el protagonista se da cuenta de que las diferentes creencias religiosas son sorprendentemente similares entre sí y que la mayoría de ellas evolucionan como movimientos sociales influenciados por las circunstancias políticas, económicas y sociales. Después de una conversación con Eulalia, el protagonista decide dejar de leer sobre religión y se despide de ella dejándole una rosa blanca en su escritorio.

12

En este capítulo, Martín cena con Isabella y nota que su nueva ayudante lo mira de reojo. Isabella comenta que Martín no ha tocado la sopa y que no ha dicho una palabra desde que regresó de la biblioteca. Martín responde que la sopa está deliciosa y que no está triste, sino contento por Cristina, quien se ha casado con su mejor amigo. Isabella se molesta y Martín le pide que se vaya a su habitación. Después de que Isabella se va llorando, Martín va al estudio y encuentra todo ordenado por ella. Encuentra una carta de su nuevo editor, Andreas Corelli, quien lo cita en la torre del teleférico de Barcelona. Martín se siente nervioso al subir a la torre y encuentra a Corelli mirando por la ventana. Corelli le habla sobre la importancia de leer la Biblia y le sugiere que se aleje de los estudiosos y teóricos. Luego, suben al teleférico y Martín se siente aliviado cuando llegan a la torre de San Jaime. Martín resume sus impresiones de los días de estudio y Corelli le habla sobre las fábulas y cómo los seres humanos aprenden a través de historias. Corelli le pide a Martín que lea cuentos y leyendas y que escriba el principio de una historia en dos o tres semanas. Martín comenta que pensaba que no podían creer en nada, pero Corelli le responde que solo se puede convertir a un pecador, nunca a un santo.

13

En este capítulo, el narrador nos cuenta cómo la presencia de Isabella en su casa está afectando sus hábitos y costumbres. Aunque al principio le resultaba difícil adaptarse a la presencia de una mujer en su hogar, poco a poco se va acostumbrando a ella. Sin embargo, todavía siente la necesidad de estrangularla en ocasiones debido a sus constantes intervenciones y preguntas. El narrador decide encontrarle un novio a Isabella, pero ella le confiesa que los chicos de su edad le resultan aburridos. Isabella le dice al narrador que le gustan los hombres mayores, como él. A pesar de esto, el narrador prefiere mantener una relación de maestro y alumna con Isabella y le anima a escribir. Isabella le propone escribir sobre él, lo cual sorprende al narrador. A medida que pasa el tiempo, el narrador se va acostumbrando a la compañía de Isabella y empieza a apreciar su presencia. Isabella le pregunta sobre su trabajo para Corelli, pero el narrador prefiere no contarle detalles. Finalmente, el narrador le confiesa a Isabella que le gusta tenerla como ayudante y que cree en su potencial como escritora. Isabella le besa en la mejilla y se va corriendo.

14

En este capítulo, Daniel deja a Isabella en el escritorio y se dirige a la librería de don Gustavo Barceló para buscar una edición legible de la Biblia. Barceló, un coleccionista de libros sagrados, le ofrece una taza de té y un puro mientras conversan. Barceló le cuenta que estuvo en París y averiguó sobre Éditions de la Lumière, la editorial mencionada anteriormente. Sin embargo, descubre que la editorial cerró en 1914 y el edificio está abandonado. Barceló también menciona que el fundador y editor, Andreas Corelli, se retiró y murió poco después. Daniel pregunta si Corelli tenía hijos, pero Barceló no tiene esa información. Barceló también menciona un escándalo en el que Corelli supuestamente robó a uno de sus autores y Coligny, un competidor, afirma que Corelli intentó matarlo. Daniel agradece a Barceló por sus averiguaciones y se va con una sensación de inquietud.

15

En este capítulo, el narrador se detiene frente a una papelería y ve un estuche de plumines que le recuerda a Isabella, una joven con una hermosa caligrafía. Decide comprarlo como un gesto de cortesía hacia ella. Al llegar a casa, encuentra la puerta abierta y escucha la voz de Isabella desde el interior de una habitación. Al entrar, descubre que ella ha estado organizando y ordenando objetos antiguos que pertenecían al antiguo propietario. Isabella muestra al narrador una caja de fotografías antiguas y encuentran una foto de Irene Sabino, una actriz famosa en el pasado. También encuentran una foto en la que aparece Andreas Corelli, lo que deja al narrador pálido. El narrador le pide a Isabella que saque todo de la habitación y que las hermanas de la caridad se encarguen de ello. El capítulo termina con el narrador diciendo que Andreas Corelli no es nadie.

16

En este capítulo, el narrador sube a su estudio en una noche oscura y sin estrellas. Abre las ventanas y contempla la ciudad en sombras. Enciende un cigarro y espera por una idea para el encargo del patrón. Escucha los postigos del dormitorio de Isabella abrirse y ve su silueta recortada en la luz. Observa a Isabella desnudarse y examinar su cuerpo en el espejo. Luego, ella apaga la luz. El narrador regresa a su escritorio y repasa las anotaciones y apuntes para el libro del patrón. Reflexiona sobre las historias llenas de revelaciones místicas y profetas que ha recopilado. Se cuestiona si eso es lo que el patrón espera de él y si su mente es capaz de crear un cuento narcótico. Recuerda una cita con el patrón y se da cuenta de que necesita presentar algo en la reunión. Decide sentarse frente a la máquina de escribir y empezar a escribir, esperando que algo salga.

17

En este capítulo, Martín y Corelli están sentados en un banco en el Parque de la Ciudadela. Martín enciende un cigarrillo y Corelli comenta que la idea de un mesías guerrero en lugar de pacífico es interesante. Martín explica que la idea proviene de la biología, ya que los hombres alcanzan su punto álgido de fertilidad a los 17 años y tienen un gran potencial de agresividad. Martín también menciona que la mayoría de las grandes religiones se originaron en sociedades jóvenes y empobrecidas. Corelli pregunta sobre los adultos y Martín explica que se apela a su frustración y victimismo. Luego hablan sobre la subyugación de las mujeres en las religiones organizadas y la influencia de la vejez en la credulidad. Corelli elogia a Martín y le dice que le dará más tiempo para desarrollar la idea. Martín se pregunta si Corelli ha creído todas las mentiras que le ha contado.

18

En este capítulo, el narrador comienza su investigación sobre la intriga que rodea su casa. Se dirige a la oficina del Registro de la Propiedad para consultar los volúmenes relacionados con la compra y propiedad de su casa. Encuentra información sobre el proceso de alquiler y descubre que el Banco Hispano Colonial se convirtió en propietario del inmueble en 1911 debido a un embargo a la familia Marlasca. También encuentra referencias a un abogado llamado S. Valera, quien representó a la familia durante el pleito. Continúa investigando y encuentra datos sobre la compra de la finca por parte de Diego Marlasca Pongiluppi en 1902. Después de que el registro cierra, el narrador se dirige al Colegio de Abogados en busca del abogado Valera. Allí, descubre que hay diez Valeras en el archivo y el hombrecillo de la secretaría le proporciona la dirección de Sebastián Valera, hijo del abogado fallecido. Antes de visitar al abogado, el narrador decide pasar por la librería de Sempere e Hijos. Encuentra al viejo librero trabajando y le propone invitarlo a comer, pero Sempere no puede dejar la tienda debido a problemas económicos. A pesar de la situación, Sempere invita al narrador a compartir un almuerzo de pan con pasas y queso fresco de Burgos.

19

En este capítulo, Martín conversa con Sempere sobre su trabajo y la importancia de mantenerse ocupado. Sempere expresa su preocupación por su hijo y su futuro cuando él ya no esté. Sugiere que Martín le encuentre una mujer adecuada. Martín se sorprende y Sempere le pide que prometa que no lo dejará morir sin ver a su hijo con una buena mujer y que le dé un nieto. Martín accede y se despide de Sempere con un beso en la frente.

20

En este capítulo, el protagonista visita el despacho del abogado Valera, ubicado en un extravagante edificio modernista en Barcelona. Después de esperar en un despacho vacío, el abogado Sebastián Valera lo recibe y descubre que es el escritor David Martín. Martín consulta a Valera sobre la compraventa de una finca en la que vive y descubre que el antiguo propietario era Diego Marlasca, un amigo y socio del padre de Valera. Marlasca era un erudito y escritor, y su reputación se vio afectada por rumores de un romance con la actriz Irene Sabino. Marlasca murió en un accidente y Valera no sabe si fue un suicidio. Martín menciona haber encontrado un manuscrito de Marlasca y Valera revela que era un experto en historia de las religiones. Valera protege la intimidad de la familia Marlasca y Martín se despide. Antes de irse, Martín obtiene la dirección de la viuda de Marlasca, Alicia Marlasca, en la Carretera de Vallvidrera número trece.

21

En este capítulo, el protagonista regresa a la casa de la torre y comienza a verla de manera diferente. Al entrar, siente que está cruzando las fauces de un ser de piedra y sombra. Encuentra a Isabella en el largo corredor oscuro y la nota vestida de manera elegante, con el pelo recogido y maquillaje que la hace parecer mayor. Discuten sobre un vestido que Isabella encontró en uno de los baúles y sobre la posibilidad de deshacerse de las pertenencias de Irene Sabino. Isabella decide irse y empieza a empacar sus cosas, pero el protagonista le pide que se quede y le confiesa que no quiere estar solo. Después de una discusión, Isabella se queda y fuman un puro juntos. Hablan sobre el miedo y el protagonista confiesa que tiene dudas sobre su relación con su editor. Isabella le propone que la casa sea una democracia y el protagonista acepta. Terminan abrazándose y acuerdan ser amigos.

22

En este capítulo, el narrador nos cuenta cómo se establecen las nuevas reglas en su relación con Isabella. Deciden establecer una rutina en la que trabajarán en sus respectivos manuscritos durante el día, cenarán juntos y luego Isabella le mostrará las páginas del día para que él dé sus indicaciones. Los domingos serán días festivos en los que saldrán juntos. Además, Isabella se encargará de buscar documentación en bibliotecas y archivos, y él se compromete a aceptar que la casa necesita ser limpiada regularmente. Sin embargo, a pesar de la paz y serenidad que encuentra en esta nueva rutina, el narrador decide arruinarlo todo. Le pide a Isabella que vaya a la librería de Sempere y le diga que él la tiene harta y que le paga una miseria por ser su ayudante. Además, le propone que se quede unas horas en la librería y que cada vez que cobre a los clientes, guarde algunas pesetas en la caja. Isabella acepta el plan, aunque al principio se muestra reacia. El narrador asegura que es una forma de agradecer a Sempere y también de ayudar a la librería.

23

En este capítulo, el protagonista sale a la calle y se da cuenta de que el otoño está llegando a Barcelona. Toma un tranvía hacia Sarrià y se queda dormido, soñando con un tren que atraviesa una Barcelona desierta. Al despertar, llega a su destino y se dirige a la carretera de Vallvidrera. Busca la dirección de la Casa Marlasca y encuentra un pasaje que lo lleva hasta la casa. La señora Marlasca lo confunde con un pasante del despacho de abogados y él le explica que quiere hablar sobre una propiedad de su difunto esposo. La señora Marlasca le cuenta que ya no queda ninguna propiedad y que la casa de la torre en la calle Flassaders está maldita. El protagonista le dice que vive en esa casa y que está tratando de descubrir qué le sucedió a su marido. Luego, el protagonista describe la casa como una ruina y ayuda a la señora Marlasca a sentarse en su silla de ruedas. La señora Marlasca le cuenta que vendió la mayoría de las cosas de la casa y que solo sobrevive gracias a una pensión que recibe del despacho de abogados. El capítulo termina con el protagonista preguntando qué pasó en la casa.

24

En este capítulo, la narradora relata cómo conoció a Irene Sabino, la mujer con la que su esposo Diego tuvo una relación. Irene era una actriz popular y se decía que había crecido en la pobreza y la prostitución. Jaco, su representante, inventó una historia sobre su origen y la introdujo en sesiones de espiritismo para vender su supuesta virginidad. Sin embargo, Irene creía realmente en la comunicación con los espíritus y buscaba contactar con su madre fallecida. Fue en una de estas sesiones donde Diego conoció a Irene. La narradora revela que su matrimonio pasaba por una mala época y que la muerte de su hijo Ismael los separó definitivamente. Diego se obsesionó con escribir un libro que creía que traería de vuelta a su hijo y se alejó de la narradora para vivir con Irene. La narradora sospecha que Irene y Jaco estafaron a Diego y que su muerte no fue un suicidio, sino un asesinato. Un policía llamado Salvador también creía en esta teoría, pero fue apartado del caso y expulsado del cuerpo. La narradora aconseja al señor Martín que se aleje de la casa y de la historia, ya que considera que la ciudad está maldita.

25

En este capítulo, el protagonista abandona Casa Marlasca y camina sin rumbo por las calles solitarias hacia Pedralbes. El cielo está cubierto de nubes grises y apenas deja pasar el sol. Siguiendo las líneas de luz que atraviesan las nubes, el protagonista ve Villa Helius a lo lejos y decide acercarse. Sin embargo, al llegar al pie de la calle Panamá, se detiene y no se atreve a cruzar la calle. Desde allí, ve a una mujer cruzar frente a una ventana en el segundo piso de Villa Helius. Ella lo ve y levanta la mano para saludar, pero él no puede sostenerle la mirada y se aleja. Llega a casa con frío en los huesos y encuentra un sobre en el buzón. Es una carta del patrón citándolo para el día siguiente. Al entrar a casa, encuentra a Isabella esperándolo en el vestíbulo. Ella lo lleva a la galería y le ofrece un caldo. El protagonista se sienta y le cuenta que ha tenido un día difícil. Isabella le cuenta que ha vendido libros en la librería y que Sempere hijo la ha estado mirando. Después de beber el caldo, el protagonista le agradece a Isabella y ella le pregunta si ha ido a ver a Cristina. Él le dice que solo la ha visto de lejos y evita hablar del tema. Isabella le muestra el sobre que encontró en el buzón y le sugiere que desaparezca. El protagonista le dice que no puede hacer eso y ella le dice que se irá con él. Él le toma la mano y le dice que irá a cualquier parte con ella. Sin embargo, Isabella se ofende y él se disculpa. Luego, el protagonista deja a Isabella trabajar y se retira a su habitación. Antes de cerrar la puerta, Isabella le dice que él sí sabe querer a alguien. El protagonista se acuesta en la cama y cierra los ojos.

26

En este capítulo, Martín se encuentra con el patrón en el cementerio del Este. El patrón elogia el trabajo de Martín y le pide que continúe escribiendo desde el punto de vista de un testigo de los hechos que se siente víctima y habla en nombre de un pueblo que espera a un salvador guerrero. Martín cuestiona la idea de reducir la fe a un acto de rechazo y obediencia ciega, y propone creer en valores de aceptación y concordia. Sin embargo, el patrón argumenta que necesitan un villano en la historia para proyectar en él todo lo que no pueden reconocer en sí mismos y reclamar su superioridad moral. Martín se siente humillado y decide abandonar la empresa del patrón. Sin embargo, el patrón le advierte que debe cumplir con su parte y él cumplirá con la suya. Martín recoge las páginas mojadas y se da cuenta de que el patrón se ha ido.

27

En este capítulo, el protagonista, David Martín, busca refugio en La Voz de la Industria, donde espera encontrar a su antiguo maestro, don Basilio. Sin embargo, descubre que don Basilio se ha ido hace dos meses y ahora trabaja en La Vanguardia. Martín se dirige a la sede de La Vanguardia y es recibido por don Basilio con alegría. Don Basilio le muestra su nuevo despacho y le cuenta que ahora trabaja como corrector de estilo. Martín le pide ayuda para investigar la muerte de un abogado llamado Diego Marlasca en 1904. Don Basilio lo lleva a un pasadizo secreto y lo presenta a don José María Brotons, el jefe del archivo de La Vanguardia. Brotons, de carácter feroz, bromea con Martín sobre la necesidad de un sacrificio de sangre para ayudarlo en su investigación. Finalmente, Martín y don Basilio se ríen de la broma de Brotons y continúan con la búsqueda de información en el archivo.

28

En este capítulo, el protagonista se encuentra en el sótano del periódico, donde se encuentran los archivos. Allí, conoce a la rotativa, una máquina antigua y monstruosa. Don Basilio y Brotons hacen bromas sobre la rotativa y proponen deshacerse del nuevo becario. Luego, se adentran en el laberinto de estantes y encuentran a dos asistentes que les ayudan a buscar los periódicos de noviembre de 1904. Encuentran varias necrológicas dedicadas a Diego Marlasca, un abogado importante de Barcelona. Brotons sugiere que lo interesante estará en los periódicos de días cercanos a la muerte de Marlasca. Encuentran una noticia que menciona que Marlasca murió ahogado y que la policía estaba investigando el accidente. No encuentran más información relevante en los periódicos y deciden buscar a un tal Salvador, encargado de la investigación. El protagonista no quiere involucrar a su contacto en la policía y Brotons sugiere encontrar otra forma de contactar a Salvador. Brotons hace algunas llamadas y descubre que Salvador ya no trabaja en la policía, sino como guardaespaldas o investigador privado. Brotons consigue la dirección de Salvador y el protagonista les agradece con dos habanos.

29

En este capítulo, el narrador llega a la calle de la Lleona, conocida por albergar un prostíbulo. Se dirige al número 21, donde vive el comisario Salvador, retirado del cuerpo de policía. El narrador entra a la casa y encuentra a Salvador apuntándole con un revólver. Después de una breve conversación, Salvador baja el arma y le cuenta al narrador sobre la muerte de Diego Marlasca. Marlasca fue encontrado ahogado en el estanque de la azotea del Depósito de las Aguas del Parque de la Ciudadela. El cuerpo presentaba quemaduras de tercer grado y se sospecha que fue quemado vivo antes de ser sumergido en el agua. Salvador cree que Jaco Corbera, el socio de Marlasca, engañó a Marlasca y a Irene Sabino para robarles una gran suma de dinero. Corbera desapareció con el dinero y se cree que está viviendo cómodamente en otro país. Salvador le da al narrador una foto de Marlasca y le advierte que tenga cuidado, ya que hay personas que no quieren que se remueva el caso. El narrador promete tener cuidado y devolverle la foto a Salvador.

30

En este capítulo, el narrador regresa a la librería de Sempere e Hijos después de dejar a Ricardo Salvador en su azotea. Sempere hijo lo recibe y le ofrece café. Durante la conversación, hablan sobre la salud de Sempere padre y la ayuda que reciben de Isabella, la nueva empleada. El narrador menciona que Isabella está secretamente enamorada de Sempere hijo y sugiere que él también está interesado en ella. Después de una charla divertida y algo irreverente, el narrador convence a Sempere hijo de que invite a Isabella a salir. Luego, el narrador acompaña a Sempere padre a su casa y se da cuenta de lo mucho que ha cambiado desde que lo conoció. Finalmente, el narrador se despide de Sempere y se va.

31

En este capítulo, Isabella se encuentra en la cocina preparando una cena deliciosa mientras el narrador la observa. Descubre que Isabella ha encontrado un libro de cocina en la biblioteca y se sorprende al ver que es suyo. Luego, tienen una conversación sobre las habilidades culinarias de Isabella y el narrador menciona que Daniel Sempere está enamorado de ella. Isabella no le cree y el narrador le cuenta lo que Sempere le ha dicho sobre ella. Isabella se muestra escéptica y el narrador le aconseja que le dé una oportunidad a Sempere. Después de cenar, el narrador sube a su estudio y se siente incapaz de trabajar en su novela. Al día siguiente, se despierta temprano y encuentra a Isabella en la cocina. Tienen una conversación sobre Sempere y el narrador le cuenta que Marcos y Castelo han estado buscándolo. Isabella le cuenta que uno de los matones parecía divertido cuando ella dijo que era amante del narrador.

32

En este capítulo, el narrador llega a la tienda de artículos de magia de Damián Roures en busca de respuestas sobre la muerte de Diego Marlasca. Roures le cuenta que Marlasca se suicidó y que Ricardo Salvador, un antiguo policía, intentó vender una conspiración sin pruebas. Roures niega cualquier responsabilidad en los eventos y menciona que Marlasca estaba obsesionado con contactar con el más allá para recuperar a su hijo Ismael. También revela que Marlasca buscó ayuda de una mujer llamada la Bruja del Somorrostro y que Irene Sabino, quien amaba a Marlasca, trabajaba en una lavandería. Roures desconoce el nombre de Andreas Corelli y no recuerda haber oído hablar de Lux Aeterna, aunque menciona que era un panfleto religioso utilizado en las sesiones de espiritismo. El capítulo termina con Roures pidiéndole al narrador que no vuelva a la tienda.

33

En este capítulo, Martín se encuentra con el inspector Víctor Grandes en la calle Montcada. El inspector le invita a tomar algo y conversan sobre diversos temas, incluyendo la hija de Martín, Isabella, y el caso de Ricardo Salvador. El inspector menciona que la esposa de Vidal intentó suicidarse, lo cual preocupa a Martín. Sin embargo, el inspector le asegura que está observándolo y que le gustaría ayudarlo. Martín regresa a casa y encuentra a Isabella dormida en el sofá. Decide buscar un mantón para cubrirla y descubre una serie de sobres de Cristina, todos abiertos. Martín confronta a Isabella y la echa de la casa, luego sale a la calle sin rumbo fijo.

34

En este capítulo, el protagonista llega al cementerio de San Gervasio en busca del panteón de la familia Marlasca. A pesar de la advertencia del vigilante de que oscurecerá pronto, el protagonista insiste en encontrar el lugar. Una vez dentro del cementerio, encuentra el panteón, que tiene un diseño modernista y está profanado. Mientras examina la tumba de Diego Marlasca, escucha pasos y se da cuenta de que hay una mujer vestida de blanco, Irene Sabino, a quien reconoce de inmediato. Antes de que pueda reaccionar, es golpeado en la nuca y pierde el conocimiento. Cuando despierta, está siendo atendido por el vigilante y se da cuenta de que ha sido golpeado y tiene cortes en el pecho. Además, descubre que el retrato de Marlasca ha desaparecido. El protagonista pide ayuda al vigilante para llegar a la torre de Bellesguard y llamar a un coche.

35

En este capítulo, el protagonista llega a la casa de la torre y se da cuenta de que Isabella se ha ido. La casa está vacía y ordenada, con las sábanas y mantas dobladas y el olor de Isabella aún presente. El protagonista se desviste en el baño y se coloca un apósito en la nuca. Limpia los cortes en su pecho y se mete en la cama, esperando entrar en calor. Encuentra una carta de Cristina fechada dos semanas antes y la lee. En la carta, Cristina expresa su soledad y su preocupación por el protagonista. Habla de Pedro, su actual pareja, y de cómo él la trata bien pero ella se siente miserable. También menciona que ha estado leyendo los libros del protagonista para sentirse cerca de él. El protagonista deja caer la carta y se prepara para dormir. Sin embargo, es interrumpido por golpes en la puerta de su apartamento. Abre la puerta y se encuentra con el inspector Grandes y sus hombres. Grandes le informa que el dueño de la tienda de magia, Damián Roures, ha sido encontrado muerto y mutilado. El protagonista es llevado a la comisaría para ser interrogado. Grandes le pregunta sobre su visita a la tienda de Roures y el protagonista le cuenta lo que sabe. Grandes le informa que la muerte de Roures está relacionada con su visita y le pide que le cuente la verdad. El protagonista se niega a cooperar y es encerrado en una celda. Después de un tiempo, Grandes lo saca de la celda y lo lleva a una sala de interrogatorios. Sin embargo, antes de que puedan comenzar, el abogado Valera llega y se lleva al protagonista. Valera lo acompaña a su casa y le entrega una carta de Andreas Corelli. El protagonista quema la carta y se queda solo en la oscuridad de su apartamento.

36

En este capítulo, el protagonista decide desafiar la advertencia del abogado Valera y se dirige a Casa Marlasca. En su camino, siente que alguien lo sigue, pero no logra ver a nadie. Al llegar a la casa, encuentra la puerta entreabierta y decide entrar. A medida que explora la casa, descubre una habitación blanca que parece sacada de un cuento de hadas, pero que también tiene un aire opresivo. Encuentra un plato con una vela negra y un crucifijo roto en la mesita de noche. Luego, descubre una caja de latón debajo de la cama, en la que encuentra una paloma blanca con el corazón atravesado por una aguja. Asustado, decide huir de la casa, pero en el camino escucha una risa maliciosa y ve una silueta oscura con un cuchillo. Logra escapar de la casa y se encuentra frente a la piscina, donde ve el cuerpo de la viuda Marlasca. Finalmente, corre hasta la carretera y se da cuenta de que Casa Marlasca ha desaparecido.

37

En este capítulo, el protagonista regresa a casa en tranvía mientras la ciudad se oscurece y se acerca una tormenta. En la plaza Palacio, escucha a dos marineros hablar de la tormenta que se acerca desde el mar. Al llegar a su casa, enciende una estufa de carbón y una hoguera para calentarse. A medida que la tormenta se intensifica, busca mantas y encuentra el viejo revólver de su padre. Se tumba en la galería con el revólver y espera su encuentro con el patrón en el salón de billares del Círculo Ecuestre. Sin embargo, decide no acudir a la cita y se queda dormido. Despierta más tarde y escucha golpes en la puerta. Sosteniendo el arma, se acerca a la puerta y grita que se vaya, pero luego escucha el llanto de Cristina al otro lado. Abre la puerta y la encuentra empapada y temblando. La abraza y ella le pide perdón. El protagonista la acoge en casa y le da la bienvenida.

38

En este capítulo, el narrador describe cómo cuida y consuela a Cristina después de que ella regresa a su casa empapada por la lluvia. El narrador la seca y la abraza para darle calor, y escuchan juntos el sonido de la lluvia. Cristina le cuenta que Isabella le reveló que había estado escondiendo las cartas del narrador, pero que lo hizo pensando en su bienestar. El narrador le confiesa que había intentado olvidarla, pero Cristina le dice que pensó que él la había olvidado. El narrador observa el cansancio en el rostro de Cristina y reflexionan sobre el paso del tiempo y su juventud perdida. Luego, el narrador acaricia el cuerpo desnudo de Cristina y se besan, mientras la vela se apaga lentamente. Al amanecer, el narrador se despierta solo en la cama y encuentra a Cristina sentada junto al fuego. Hablan sobre la tristeza que sienten en la casa y Cristina sugiere prenderle fuego. El narrador le pregunta a dónde podrían ir y Cristina responde que quieren ir a un lugar donde nadie sepa quiénes son ni les importe. El narrador menciona a Pedro y Cristina le responde con enojo, revelando que Pedro la ha dejado. Cristina se desahoga golpeándose a sí misma y el narrador la sujeta para calmarla. Finalmente, el narrador promete llevarla lejos, donde nadie los conozca, y se abrazan mientras la lluvia sigue cayendo.

39

En este capítulo, el narrador decide abandonar su trabajo y guarda todas las páginas y notas de su proyecto en un baúl. Aunque considera quemarlas, no tiene el valor para hacerlo. Siente que es parte de él y no puede destruirlo. Después, va a comprar comida y siente que alguien lo observa. Un niño lo sigue y, aunque intenta acercarse, el niño huye. Al regresar a casa, encuentra una carta de Andreas Corelli disculpándose por no haberse encontrado y prometiendo enviar noticias pronto. Luego, el narrador encuentra a Cristina, su pareja, con marcas de golpes en su rostro. A pesar de esto, el narrador le prepara comida y le pide que no se vaya. Cristina sugiere irse, pero el narrador insiste en que se quede. Finalmente, Cristina le pide que la lleve a despedirse de Barcelona.

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En este capítulo, el sol comienza a salir después de una tormenta y el narrador y Cristina caminan por las calles de Barcelona en silencio. Llegan a la librería de Sempere e Hijos y observan a Isabella y al hijo de Sempere trabajando. El narrador le confiesa a Cristina que este lugar es donde ha encontrado muchas cosas buenas en su vida y no quiere despedirse de él. De regreso a la casa, Cristina se desnuda y tienen relaciones sexuales. Después, Cristina le cuenta al narrador que Isabella está preocupada por él y le menciona el libro que está escribiendo para un editor extranjero. El narrador le dice que ha abandonado el libro y Cristina le pide leerlo, pero él se niega. Cenan juntos y Cristina le propone irse a París al día siguiente. El narrador tiene un sueño inquietante y al despertar encuentra a Cristina en el estudio, intentando abrir la carpeta con el manuscrito del libro. El narrador logra quitársela y le pide que no lo lea. Después, el narrador le dice a Cristina que irá a comprar los boletos para París y ella se queda en la casa. El capítulo termina con el narrador diciéndole a Cristina que estarán en París al día siguiente por la noche.

41

En este capítulo, el protagonista se encuentra en la estación de Francia esperando a que abran las taquillas para comprar billetes de tren a París. Mientras observa a un ordenanza limpiando el suelo, entabla una conversación con él sobre la falta de puntualidad en los horarios. Finalmente, consigue comprar los billetes y se dirige a la oficina del Banco Hispano Colonial para retirar dinero en efectivo. Después de hacerlo, se dirige a su casa y descubre que la puerta está abierta. Al buscar a Cristina, su esposa, no la encuentra y nota un olor a fósforo en el aire. Al revisar su baúl, encuentra que el lazo de cordel que cerraba su manuscrito ha sido deshecho, pero no falta nada. A pesar de esperar a Cristina, ella no regresa y el protagonista se da cuenta de que ha sido abandonado. Lleno de amargura, contempla la ciudad oscurecerse y considera saltar por la ventana, pero es interrumpido por golpes en la puerta. Al abrirla, se encuentra con Isabella, quien le informa que el señor Sempere ha muerto.

1

En este capítulo, Daniel llega a la librería y se encuentra con una multitud de personas reunidas en la puerta, portando velas en honor al señor Sempere, quien ha fallecido. El hijo del librero, visiblemente afectado, es consolado por Isabella. Daniel se acerca a la trastienda y encuentra el cuerpo del señor Sempere, con los ojos abiertos. Luego, llegan dos hombres de la funeraria para encargarse de los preparativos del entierro. Daniel decide hablar con el párroco de la iglesia de Santa Ana para organizar los últimos ritos. Isabella se ofrece a quedarse con el hijo del librero durante la noche. Daniel regresa a la trastienda y comparte un momento de silencio y brinda con Gustavo Barceló en honor al señor Sempere. Los empleados de la funeraria traen el ataúd y Daniel coloca un libro en las manos del difunto. Luego, la gente comienza a desfilar para despedirse del librero y el velatorio dura toda la noche. Isabella le ordena a Daniel que vaya a casa a descansar y él camina sin rumbo, sintiendo que el mundo que conocía ha cambiado.

2

En este capítulo, el gentío se reúne a las puertas del cementerio para esperar la llegada del carruaje que lleva el féretro del señor Sempere. El hijo de Sempere e Isabella viajan con él, mientras que seis colegas del gremio de libreros de Barcelona llevan el ataúd en hombros. La comitiva silenciosa recorre las calles del cementerio hasta llegar a la tumba, donde el párroco espera. El párroco habla sobre la fe del señor Sempere y su creencia en que todos formamos parte de algo más grande. Después de las palabras del párroco, los enterradores bajan lentamente el ataúd a la tumba y la congregación se retira. David se acerca a la tumba y se encuentra con Pedro Vidal, a quien golpea después de una discusión. Barceló interviene y David se va del cementerio.

3

En este capítulo, el protagonista pasa varios días encerrado en casa, sin comer ni dormir adecuadamente, esperando el regreso de Cristina. Sin embargo, después de una semana, se da cuenta de que ella no va a volver y decide retomar su trabajo en el estudio. Empieza a releer el manuscrito del patrón y se siente inspirado por su lectura. Siente una mezcla de náusea y satisfacción al pensar en la recompensa que recibirá por su trabajo. Decidido a triunfar donde su predecesor fracasó, quema el manuscrito de Diego Marlasca. Comienza a escribir todas las noches, sin preocuparse por el patrón o sus exigencias, escribiendo solo para sí mismo. Trabaja hasta el agotamiento, golpeando las teclas de la máquina hasta que sus dedos sangran y la fiebre le nubla la vista.

Después de un tiempo, Isabella llega a su casa y lo encuentra en un estado lamentable. Lo obliga a bañarse y afeitarse, y le dice que debe ver a un médico. Aunque él se niega al principio, finalmente acepta. El médico lo examina y le receta una pomada para sus cortes, pero le advierte que le quedarán cicatrices. También le recomienda que coma algo caliente, descanse y evite el café y los estimulantes. El médico quiere que lo visite en su consulta al día siguiente, pero el protagonista se niega.

Después de la visita del médico, Isabella lo cuida y lo lleva a pasear por el Parque de la Ciudadela. Durante el paseo, hablan sobre cómo están y sobre la propuesta de matrimonio de Sempere a Isabella. Ella le confiesa que aún no sabe qué hacer y él le aconseja que se tome su tiempo. Terminan el capítulo abrazados, prometiéndose ser amigos hasta la muerte.

4

En este capítulo, Daniel regresa a casa con Isabella y se detienen en un colmado para comprar leche y pan. Isabella le cuenta que las ventas en la librería han bajado mucho y que las cuentas están en mal estado. Isabella menciona que hay acreedores y que hay interesados en comprar el local. Isabella le revela a Daniel que el día en que el señor Sempere murió, vio a su padre discutiendo con una mujer en la tienda. La mujer quería comprar un libro que pertenecía a Daniel y que el señor Sempere no quería vender. Isabella también le cuenta que el libro ha desaparecido de la librería. Daniel se siente culpable por la muerte del señor Sempere y Isabella le revela que la mujer que discutió con él en la tienda es Irene Sabino, la actriz de las fotografías viejas encontradas en la habitación del fondo. Isabella decide quedarse con Daniel esa noche y le cuenta que ha tenido un sueño en el que tenía un hijo. Daniel le sugiere que escriba esa historia, pero ella prefiere vivir la vida. Isabella le menciona a Daniel que Gustavo Barceló le dijo que Cristina se había ido con él, pero Daniel le revela que Cristina no está con él desde el día en que murió el señor Sempere. Isabella decide aceptar la propuesta del hijo del señor Sempere y se despide de Daniel con un beso.

5

En este capítulo, el protagonista pasa toda la semana buscando a Cristina por Barcelona, visitando los lugares que solían frecuentar juntos. Nadie la ha visto en semanas y comienza a sospechar que ha desaparecido. Recuerda que la familia Vidal tiene una habitación reservada en el hotel España y decide ir allí a preguntar. El gerente le dice que otros empleados ya han preguntado por Cristina, pero nadie la ha visto en el hotel. Antes de irse, el protagonista ve al patrón, Corelli, en el comedor y se sienta con él. Corelli le pregunta sobre el proyecto en el que están trabajando juntos y le propone una fecha para celebrar su éxito. Después de despedirse, el protagonista se encuentra con Pep, el chófer de Vidal, y le pregunta por Cristina. Pep no sabe dónde está y le cuenta que Vidal ha estado buscándola y que incluso ha contratado a la policía. Pep menciona que Cristina solía enviar cartas desde la oficina de correos y que estaba triste y echaba de menos a su padre. El protagonista se da cuenta de algo y se va corriendo cuando ve a Vidal en el Liceo.

6

En este capítulo, el protagonista, David Martín, se encuentra con el inspector Víctor Grandes y sus dos oficiales de presa, Marcos y Castelo, quienes parecen estar buscándolo. Para evitar ser descubierto, David se esconde en las sombras y luego se dirige a la estación de Francia para pasar la noche. Sin embargo, descubre que no hay trenes hasta el día siguiente y decide hospedarse en un hotel de mala calidad. Durante la noche, David tiene dificultades para dormir y al día siguiente se dirige a la estación nuevamente. Antes de partir, llama a Emilio, vecino de Ricardo Salvador, para informarle que Alicia Marlasca ha muerto y advertirle sobre la presencia de Irene Sabino y posiblemente Jaco Corbera. David se despide de Emilio y aborda el tren, prometiéndole que lo llamará cuando regrese a la ciudad.

7

En este capítulo, el protagonista se encuentra en un tren que se dirige a Puigcerdà. Durante el viaje, el paisaje cambia y se transforma en valles escarpados y montañas nevadas. Al llegar a la estación, el protagonista pregunta por un lugar llamado Villa San Antonio y le indican cómo llegar. En el camino, reserva una habitación en el hotel del Lago y finalmente llega a Villa San Antonio. Allí, se encuentra con una enfermera que lo lleva al despacho del doctor Sanjuán. El protagonista le pregunta por Cristina Sagnier y el doctor le informa que no está allí. Después de un breve encuentro con Cristina en una habitación vacía, el protagonista regresa al despacho del doctor y se derrumba emocionalmente. El doctor le ofrece unos minutos a solas y el protagonista decide que necesita salir de ese lugar.

8

En este capítulo, el doctor Sanjuán encuentra al narrador en el comedor del hotel del Lago. El doctor le explica que Cristina, la esposa del narrador, está ingresada en el sanatorio debido a su estado de salud mental. El doctor revela que Cristina fue encontrada en el cementerio del pueblo, sufriendo de hipotermia y delirando. Ella mencionaba al narrador y le pidió al doctor que no avisara a nadie hasta que ella pudiera hacerlo por sí misma. El doctor confiesa que Cristina cree que algo o alguien ha entrado en ella y quiere destruirla, y que está relacionado con el narrador. El doctor le pide al narrador que lo ayude a sacar a Cristina del sanatorio. Al día siguiente, el narrador visita a Cristina en el jardín del sanatorio, pero ella parece ausente. El doctor le dice al narrador que su presencia la ayuda y le sugiere que escriba algo para ella.

9

En este capítulo, el narrador regresa al hotel después de comprar cuartillas y una estilográfica en la única librería del pueblo. Se encierra en su habitación y pasa casi una hora contemplando el lago y las montañas antes de comenzar a escribir. Recuerda la fotografía que Cristina le regaló y se inspira para escribir la historia de aquella niña en el muelle. Durante cuatro días, sigue la rutina de visitar a Cristina en el sanatorio, donde el doctor Sanjuán lo acompaña hasta la habitación de ella. Cristina apenas lo reconoce, pero él lee las páginas que ha escrito para ella. Al quinto día, encuentra a Cristina llorando en el suelo de su habitación, pero al verlo sonríe y lo reconoce. El doctor le permite sacarla de paseo y ella le cuenta un sueño que ha tenido sobre una niña en una ciudad oscura. Cristina recuerda vagamente a Villa San Antonio y al doctor Sanjuán, pero también tiene momentos de confusión y miedo. Un día, Cristina se muestra alterada y teme que alguien la vea. Después de varios días, el narrador empieza a dudar de la mejoría de Cristina y siente resentimiento. Una noche, la enfermera lo despierta y lo lleva al sanatorio, donde Cristina ha perdido el control y está destrozando su habitación. El doctor y los enfermeros no encuentran a nadie más en la habitación. Al día siguiente, Cristina despierta atada a la cama y le pide al narrador que destruya el libro. El narrador no le cree y llama al doctor. Cuando regresa con el doctor, Cristina ha desatado las correas y forcejea con ellos. Finalmente, el doctor la seda de nuevo y el narrador se siente culpable por no haberla escuchado.

10

En este capítulo, el protagonista deja el sanatorio y se aventura por un camino solitario llamado "paseo de los Enamorados". Llega a una ermita en ruinas y se sienta frente al altar, deseando tener fe para poder sacar a Cristina de ese lugar. Decide regresar por la noche para rescatarla y quemar la casa. Salta el muro del sanatorio y se dirige a la habitación donde Cristina está encerrada. Encuentra la puerta abierta y las correas cortadas. Sigue un rastro de sangre hasta el lago, donde ve a Cristina caminando sobre el hielo. Intenta alcanzarla, pero el hielo se rompe y ella cae en el agua. El protagonista intenta rescatarla golpeando el hielo, pero no lo logra y Cristina se hunde para siempre.

11

En este capítulo, el protagonista narra cómo logró escapar del hotel y llegar a la estación de tren. Se escondió en uno de los vagones y esperó en silencio mientras escuchaba los sonidos del frío y la oscuridad. Luego, vio al maquinista y a los operarios acercarse al tren, seguidos por los guardias civiles. El protagonista se ocultó nuevamente en su compartimento mientras los guardias civiles revisaban el vagón. Después de un tiempo, el tren comenzó a moverse y el protagonista salió de su escondite. Llegó a Barcelona al atardecer y encontró un sobre en el suelo de su casa. Sabiendo lo que contenía, decidió no abrirlo y se dirigió directamente a su estudio. Allí, contempló la sala bajo el extraño cielo rojo y recordó la imagen de Cristina frente al baúl. Al abrirlo, encontró el manuscrito y el broche del ángel. Enfurecido, decidió tomar el revólver de su padre y salir de la casa.

12

En este capítulo, el protagonista llega a la casa de Andreas Corelli, que se encuentra en la colina y rodeada de un bosque oscuro. A pesar de que no hay luces encendidas ni respuesta a sus golpes en la puerta, el protagonista decide entrar. Al adentrarse en la casa, se da cuenta de que está en ruinas y cubierta de polvo. En el salón, descubre a Corelli sentado en su butaca, pero al apuntarle con el revólver, se da cuenta de que es un muñeco. Después de golpear y destruir el muñeco, el protagonista encuentra una puerta que conduce al sótano. Al bajar, descubre varios cuerpos inertes, incluyendo al criado y al chófer. También encuentra un muñeco que se parece a él, pero con la mitad del rostro sin rasgos. De repente, escucha la risa de un niño y corre hacia el primer piso, donde descubre que Corelli ha desaparecido y hay una nueva fotografía en la pared, en la que aparece Cristina junto a Corelli.

13

En este capítulo, el protagonista se dirige a un café en Gracia en busca de un teléfono. Después de conseguir una copa de coñac, el tabernero le indica una cabina telefónica en la parte trasera del local. El protagonista llama al despacho de abogados de Valera, pero la secretaria le informa que el abogado no está disponible. El protagonista decide llamar a Ricardo Salvador, quien le advierte que la policía lo está buscando y que Víctor Grandes quiere culparlo de los asesinatos de Roures y Alicia Marlasca. Salvador le ofrece su ayuda, pero el protagonista decide buscar al abogado Valera, ya que cree que él sabe la verdad sobre el editor para el que trabajaba Marlasca. El protagonista se dirige al despacho de Valera y, después de enfrentarse al portero, logra entrar. La secretaria le informa que Valera no está, pero el protagonista insiste en hablar con él. Finalmente, el protagonista logra hablar con Valera por teléfono y le pregunta sobre Andreas Corelli. Valera niega conocerlo y revela que solo recibió una carta y un cheque de su parte para representar al protagonista. Valera también menciona que su padre y Marlasca tenían tratos con Corelli y que dejaron instrucciones para realizar pagos a terceras personas. El protagonista le pide a Valera que consulte los dietarios privados de su padre para obtener más información. Antes de irse, el protagonista corta el cable de la conexión telefónica para evitar que la secretaria lo delate.

14

En este capítulo, el narrador llega a la finca del abogado Valera, una imponente mansión en Barcelona. El portero le permite entrar y el narrador se adentra en la casa, siguiendo la música triste que escucha. Llega a una sala de lectura iluminada por un fuego y encuentra al abogado Valera sentado en un sillón, con los ojos abiertos y una sonrisa leve en los labios. El narrador nota una lágrima de sangre en la mejilla del abogado y toma un cuaderno que tiene en su regazo. El cuaderno contiene anotaciones relacionadas con pagos a talleres de escultura funeraria y a personas llamadas Jaco e Irene Sabino. El narrador se da cuenta de que Diego Marlasca, a quien conocía como Ricardo Salvador, está vivo y era socio del abogado Valera. El narrador examina retratos en la sala y encuentra uno en el que aparece Valera junto a Marlasca. Se da cuenta de que Marlasca no ha envejecido y comprende que el hombre que conoce como Ricardo Salvador es en realidad Diego Marlasca.

15

En este capítulo, el protagonista abandona el palacio de la familia Valera y se dirige hacia el cementerio del Pueblo Nuevo. Toma un tranvía nocturno que lo lleva hasta allí, atravesando calles oscuras y tenebrosas. Al llegar al cementerio, se encuentra con un grupo de perros famélicos y decide ahuyentarlos lanzándoles una piedra. Luego, se dirige hacia el taller de esculturas funerarias de Sanabre e Hijos, donde encuentra una figura de un ángel que le resulta familiar. Junto a la figura, hay una lápida con su nombre. El protagonista sonríe y piensa que su amigo Diego Marlasca le ha preparado una sorpresa. En ese momento, aparece el niño que lo había seguido anteriormente y le dice que la señora lo espera. El protagonista toma la mano del niño y lo sigue hacia la salida. Desde el callejón, pueden ver la playa y el campamento de barracas del Somorrostro. El protagonista y el niño se adentran en el campamento, donde son observados con recelo por los habitantes. Finalmente, llegan a una estructura donde una niña con discapacidad los espera en la puerta. El niño señala que es allí donde deben entrar y el protagonista lo hace, mientras la oscuridad avanza desde el mar.

16

En este capítulo, el narrador se encuentra con una mujer mayor sentada junto a un fuego. Ella resulta ser la hija de la Bruja del Somorrostro, quien vivió en la casa durante cuarenta y cinco años. La madre de la mujer fue asesinada en 1905 por Diego Marlasca, quien le entregó una gran cantidad de dinero a cambio de su ayuda. La madre de la mujer era conocida como una hechicera, capaz de leer en las personas y ayudarles a creer en lo que deseaban. Marlasca acudió a ella en busca de salvación y ella le habló de un antiguo encantamiento que implicaba el sacrificio de una alma pura. Sin embargo, la madre de la mujer cometió un error y Marlasca la mató. La mujer revela que el alma que salvó a Marlasca está atrapada en la casa de la torre, y sugiere que el narrador podría ser esa alma. Finalmente, el niño del traje negro indica que es hora de irse y el narrador se marcha, acompañado por la risa oscura y cruel de la mujer.

17

En este capítulo, el protagonista llega a la casa de la torre al amanecer. Encuentra la cerradura de la puerta de la calle rota y al entrar, nota un olor ácido proveniente del mecanismo del cerrojo. Sube las escaleras lentamente, esperando encontrarse con Marlasca. Al llegar al último tramo de escalones, ve que el orificio de la cerradura también muestra rastros del ácido. Después de forcejear para abrir la puerta, entra en la casa y llama a Salvador, pero no obtiene respuesta. Avanza por el corredor con el revólver en mano y llega a la habitación del fondo, donde encuentra montones de cajas y objetos viejos. Siente nuevamente el olor y se acerca a un armario que cubre la pared del fondo. Al abrir las puertas, siente una corriente fría y húmeda que sale de un orificio en la pared. Decide mover el armario y descubre una pared ocre detrás de él. Golpea la pared y escucha un eco, lo que indica que hay algo al otro lado. En ese momento, escucha pasos acercándose y se prepara para defenderse, pero resulta ser el inspector Víctor Grandes. El inspector le informa que está detenido y lo lleva a la comisaría. Antes de salir, el protagonista observa la pared descubierta una última vez y se pregunta si volverá a ver la casa alguna vez.

18

En este capítulo, el protagonista se encuentra en una sala de interrogatorios en la Jefatura de Policía. A diferencia de las veces anteriores, esta vez no hay un ambiente oscuro y amenazante, sino una sala amplia y luminosa. El inspector Grandes lo recibe y le pide que se siente. A pesar de la aparente calma, el protagonista siente la tensión en el aire. Grandes muestra unas fotografías que incluyen al abogado Valera, el cadáver de la viuda Marlasca, un hombre con la garganta destrozada parecido a Damián Roures, Cristina Sagnier en el día de su boda y los retratos de sus antiguos editores. Grandes le da la oportunidad de contar su versión de los hechos y el protagonista comienza a relatar su historia, desde el asesinato de su padre hasta su encuentro con el patrón y la creación de una nueva religión. No deja nada fuera, excepto lo más importante. Al finalizar su relato, el protagonista se sume en un silencio y Grandes le revela que Cristina Sagnier ha desaparecido y él es el principal sospechoso. Grandes le explica que están hablando porque el padre de Pedro Vidal ha intervenido en el caso y le pide que le diga dónde está Cristina. El protagonista miente y dice que no sabe, sabiendo que si dice la verdad, sus horas estarán contadas. Grandes le advierte que tiene 24 horas para encontrar a Cristina o será relevado del caso.

19

En este capítulo, el inspector Víctor Grandes deja a Martín encerrado en una sala con un termo de café frío y un paquete de cigarrillos. Martín pasa la mañana sentado en el alféizar de la ventana, observando a la gente pasar tras los barrotes. Luego se queda dormido en el suelo y cuando despierta, la sala está en penumbra. El inspector regresa y enciende la luz. Comienzan a discutir sobre los detalles de la historia de Martín y el inspector revela que ha investigado y descubierto que el doctor Trías y el Banco Hispano Colonial no tienen registros de Martín ni de Andreas Corelli. También ha visitado el despacho del abogado Valera y ha descubierto que Martín tiene una cuenta en el Banco de Sabadell. Además, ha ido al taller de escultura funeraria de Sanabre e Hijos y ha confirmado que el ángel mencionado por Martín existe. Sin embargo, Irene Sabino, la Bruja del Somorrostro, ha muerto y no tiene idea de quién es Martín. El inspector también ha hablado con Pedro Vidal, quien cree en la inocencia de Martín. Sin embargo, el inspector ha confirmado con la guardia civil que Martín fue visto saliendo de la habitación de Cristina Sagnier la noche de su desaparición. El inspector le muestra a Martín un libro con una dedicatoria de David Martín a Sempere y le entrega la llave para que escape antes de que lo atrapen. Martín pregunta por Cristina Sagnier, pero no sabe si la mató. El inspector le indica una salida de emergencia y le advierte que tiene treinta minutos antes de que lo persigan.

20

En este capítulo, el protagonista se adentra en el Raval en busca de María Antonia Sanahuja, quien trabaja en una lavandería. Después de obtener información sobre su paradero, el protagonista se dirige a la pensión Santa Lucía, donde vive Irene Sabino. Al entrar en la habitación de Irene, descubre que ha tomado veneno y está muriendo. Antes de morir, Irene revela que Ricardo Salvador sabe dónde está el protagonista y que vendrá por él. Después de la muerte de Irene, el protagonista examina la habitación y encuentra un libro que le había dedicado al señor Sempere. Descubre que Irene había matado a Sempere por el libro. Mientras busca pistas en la habitación, el protagonista es descubierto por el huésped del hotel y se ve obligado a escapar por la ventana. Intenta bajar por una tubería, pero se rompe y cae al suelo, hiriéndose en el brazo. Mientras intenta escapar, se encuentra con Marcos, quien intenta convencerlo de que se entregue. El protagonista logra herir a Marcos y escapar de nuevo.

21

En este capítulo, el protagonista logra llegar al teatro Apolo en el Raval y se sube a un taxi para ir a Villa Helius en Pedralbes. El conductor del taxi está ansioso por deshacerse de él y lo deja en la puerta de la mansión. El protagonista llama al timbre y es recibido por Vidal, quien lo lleva al dormitorio de don Pedro. Allí, el protagonista es atendido por un médico que lo cura de sus heridas. Después de ser vendado y cosido, el protagonista es sedado y cae en un sueño profundo. En su sueño, ve a Cristina bajo el hielo, pero una oscuridad la envuelve y la arrastra lejos de él.

22

En este capítulo, el protagonista despierta en la habitación de Vidal en Villa Helius, donde se encuentra con el inspector Víctor Grandes. A pesar de los cortes y heridas en su cuerpo, el protagonista se viste con ropa limpia proporcionada por Vidal. Vidal le revela que el inspector sabe que el protagonista sabe dónde está Cristina y que está viva. Vidal le dice al protagonista que debe irse de la ciudad en un carguero que zarpa esa noche y le da dinero. También le revela que los hombres que murieron eran enviados por el inspector Grandes y que este último quería que el protagonista entregara una "alma pura" al "patrón". El protagonista miente a Vidal sobre el paradero de Cristina y promete cuidar de ella. Después de despedirse de Vidal, el protagonista elige un automóvil del garaje de Villa Helius y espera a Vidal, pero cuando regresa a la casa, descubre que Vidal se ha suicidado. El capítulo termina con el protagonista sosteniendo el cuerpo sin vida de Vidal.

23

En este capítulo, el protagonista regresa a su coche con las manos ensangrentadas después de haber cometido un asesinato. Conduciendo por la ciudad, se da cuenta de que está siendo seguido por el inspector Víctor Grandes. Intenta perderlo en un laberinto de calles, pero Grandes lo alcanza y choca contra su coche. El protagonista aprovecha la oportunidad para embestir a Grandes y dejarlo atrás. Sin embargo, su coche sufre daños y se detiene en una nube de humo negro. El protagonista abandona el coche y se dirige hacia la parada del teleférico. Logra subir a la última cabina del día junto con cuatro sacerdotes. Grandes también logra subir a la cabina y revela que sabe que el protagonista lo ha traicionado. Durante el viaje, Grandes intenta matar al protagonista, pero este último logra defenderse y empuja a Grandes por la portezuela, haciéndolo caer al vacío. El protagonista se da cuenta de que ha sido herido de bala, pero encuentra el sobre con el dinero que le pagaron por traicionar a sus hombres. Finalmente, el capítulo termina con el protagonista arrojando el cuerpo de Grandes por la torre de San Sebastián.

24

En este capítulo, el protagonista llega a la casa de la torre y encuentra la puerta entreabierta. Encuentra un farol de aceite en la cocina y lo enciende para iluminar el largo corredor. A medida que avanza, siente una presencia y un olor desagradable. Llega a la última habitación y encuentra el armario y la ropa tal como las dejó cuando fue detenido. Sube al estudio y descubre que el manuscrito del patrón ha desaparecido. Al bajar, encuentra que su escritorio está destrozado y sus libros tirados por el suelo. Al acercarse a la puerta de salida, descubre una paloma blanca clavada en la puerta con sangre fresca. Entra en la habitación y encuentra un agujero en la pared. Con un abrecartas, descubre una puerta detrás de la masilla. Al abrirla, encuentra una habitación llena de dibujos y objetos extraños. En una silla, ve a un hombre esposado y amarrado con alambre. Al tocarlo, el cuerpo se deshace en cenizas. Luego, Diego Marlasca, el carcelero, aparece con el manuscrito y un cuchillo. Intenta matar al protagonista, pero este logra defenderse y finalmente incendia a Marlasca. El protagonista escapa de la casa mientras esta se consume en llamas.

25

En este capítulo, Daniel regresa por última vez a la librería de Sempere e Hijos. Encuentra a Isabella allí, quien está preocupada por el futuro de la librería. Daniel le devuelve un libro y una bala que no deberían haber salido de la vitrina personal del señor Sempere. También le entrega quince mil pesetas como regalo de bodas adelantado. Isabella sugiere irse con Daniel, pero él le asegura que siempre estará con ella en su corazón. Luego, Daniel lleva a Isabella al Cementerio de los Libros Olvidados, donde Isaac les da la bienvenida. Daniel le explica a Isabella que cada libro tiene un alma y que este lugar es un santuario para los libros olvidados. Después, Daniel se adentra solo en los túneles del Cementerio para enterrar un manuscrito maldito. Descubre que muchos libros contienen la misma historia y se da cuenta de que está atrapado en un bucle. Al salir, encuentra a Isabella esperándolo y se sientan juntos. Daniel se da cuenta de que nunca volverá al Cementerio y se despide de él en su mente. Luego, se despide de Isabella y se dirige al muelle para embarcar en el barco que lo llevará lejos de Barcelona. Isabella lo acompaña hasta el final y se despide de él. Daniel contempla cómo la ciudad se aleja y comienza a recordar.

*

En este capítulo, el protagonista reflexiona sobre los quince años que han pasado desde que huyó de la ciudad. Ha llevado una vida de ausencias, cambiando de nombre y oficio constantemente. Siempre ha vivido como un extraño, sin memoria y con la incertidumbre de si cometió los crímenes que aún puede oler en sus manos. Durante su peregrinaje, ha visto cómo el infierno que escribió en sus libros se hacía realidad. Nunca ha permitido que nadie lo conozca lo suficiente como para preguntarle por qué no envejece. Después de agotar todos los escondites del mundo, se estableció en una cabaña en la playa donde recuperó su nombre y su oficio de escritor. Comenzó a escribir una historia y decidió enviar una carta a Isabella, la mujer que amaba, para saber si estaba bien. Recibió una carta de Sempere hijo informándole de que Isabella se casó con él y tuvieron un hijo llamado Daniel, pero murió durante la guerra civil. También recibió una carta de Isabella, escrita antes de su muerte, en la que le cuenta que ha sido feliz y que siempre lo ha recordado. Poco después de recibir la carta, el protagonista ve al patrón en el muelle, quien le presenta a una niña llamada Cristina. El patrón le dice que le devolverá lo que le robó y que caminará en su lugar, sin envejecer y viendo crecer a Cristina. El protagonista acepta y se queda con Cristina, prometiendo hacerla feliz.

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