Los aires difíciles

40 minutos

Dos principios

En este capítulo, los Olmedo llegan a su nueva casa en medio de un fuerte viento levante. El contraste entre el cielo azul y el viento hostil les causa una sensación siniestra. Juan Olmedo se da cuenta de que ha tenido mala suerte al elegir una casa expuesta al viento. Mientras tanto, su hermano Alfonso se queda atrás, paralizado por el viento. Juan lo abraza y lo lleva a casa. Desde la ventana de su dormitorio, Sara Gómez, la vecina, observa a los Olmedo y se pregunta quiénes son y por qué viven juntos. Sara se ha mudado recientemente al pueblo y también se siente insegura sobre su nueva vida. Mientras tanto, los Olmedo van a la playa, pero el viento fuerte les impide disfrutar del mar. Después de un día agotador, Juan decide dar un paseo por la playa y se encuentra con otros bañistas. A medida que camina de regreso a casa, se encuentra con una mujer desconocida que resulta ser su vecina.

I El cansancio y la necesidad

En este capítulo, se describe la cocina de la casa número 31, donde Sara Gómez vive sola. Sara ha tenido éxito en su carrera y ahora tiene dinero para comprar una casa en la costa andaluza. Después de recorrer varias casas, encuentra una urbanización aislada que cumple con sus expectativas de discreción y tranquilidad. Sara contrata a Maribel como su asistenta y se hacen amigas. Maribel le cuenta a Sara sobre los nuevos vecinos, los Olmedo, que acaban de llegar al pueblo. El doctor Olmedo es guapo y atractivo, pero no tiene esposa. Vive con su sobrina Tamara y su hermano Alfonso, que tiene discapacidad intelectual. Sara se interesa por ellos y decide acercarse a ellos. Por otro lado, se revela que el padre de Sara, Arcadio Gómez Gómez, es un hombre oscuro y misterioso que espera a Sara todos los domingos frente al portal. A pesar de su apariencia, Sara siente una conexión especial con él.

Siguiendo este capítulo, se describe la relación entre Sara y su padre, Arcadio. Desde que Sara era pequeña, Arcadio la llevaba de la mano y la protegía en el metro, llevándola en brazos cuando bajaban las escaleras. Aunque algunas personas se sorprendían por la extraña pareja que formaban, Sara se sentía protegida por su padre en medio de la multitud del metro. Arcadio la llevaba en volandas para que no sufriera empujones y codazos de los demás pasajeros. Sara se sentía inmune a todo y esto le parecía natural, al igual que las misteriosas excursiones de los domingos.

Sara caminaba por las calles de Madrid de la mano de su padre sin entender del todo lo que significaba esa palabra. Aceptaba los gestos cariñosos de su padre sin saber si los merecía y todo lo demás en su vida parecía difuso y sin definición. Veía el barrio abigarrado y sucio como si estuviera en una película y no se detenía a observar detenidamente lo que veía. Todo se fundía en un fondo sepia en su mente. A veces, los mendigos la asustaban, pero su padre la protegía.

Después de llegar a la casa de su padre, Sara se encontraba con su madre, Sebastiana. Sebastiana era una mujer mayor, con el pelo ralo y una cara redonda. Aunque era gorda, transmitía calidez y protección. Sara no se sentía cómoda con los besos de su madre y prefería los abrazos de su padre. Sebastiana se emocionaba al ver a Sara y a veces lloraba, lo que hacía que Sara también se emocionara. Arcadio intervenía para separarlas y Sara se quedaba quieta, sin saber qué hacer. No sabía qué esperaban de ella en esa casa y prefería no anticipar ningún movimiento.

Sara se preguntaba por qué sus hermanos mayores vivían con sus padres y ella estaba en otra casa, en otro barrio, con otra familia. Aunque nunca se atrevió a preguntar, se daba cuenta de que Arcadio y Sebastiana sufrían cuando la recibían y cuando la despedían. Sus hermanos la trataban con indiferencia y solo Socorrito, la más pequeña, se acercaba a ella. Sara se sentía confundida y no sabía cómo comportarse en esa casa.

Sara se sentía atraída por los niños y siempre estaba de su parte. Aunque no tenía experiencia con ellos, los defendía y los apoyaba en silencio. Con Andrés, el hijo de Maribel, Sara estableció una relación especial. Hablaban sobre los vientos y Sara le enseñaba sobre el mundo. Andrés era un niño especial y Sara sentía que su seriedad y melancolía eran señales de algo más profundo. Aunque no podía hacer mucho por él, lo animaba y le prestaba atención.

Andrés presentó a Sara a Tamara, una niña guapa y misteriosa. Aunque Tamara no hablaba mucho de sí misma, Sara notaba que algo no iba bien en su familia. A medida que pasaba el tiempo, Sara empezó a mirar de otra manera a los Olmedo, los vecinos de enfrente. La urbanización se volvió desierta y Sara sentía que todos ellos estaban solos en medio de un naufragio. El poniente y la llegada del otoño aumentaron la sensación de abandono en la urbanización.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, Juan Olmedo se prepara para volver al trabajo después de las vacaciones. Aunque no le gusta el ambiente de desaliento que se respira, está dispuesto a retomar su rutina. Sin embargo, este año siente una gran preocupación por dejar a su sobrina Tamara sola en casa durante tanto tiempo. Aunque Maribel, una mujer eficiente, se encargará de cuidarla, Juan teme que la soledad de Tamara sea más larga de lo previsto. Además, también le preocupa su hermano Alfonso, quien muestra signos de dependencia y miedo a quedarse solo. Alfonso se niega a ir al colegio y Juan tiene que obligarlo a levantarse y llevarlo a la cocina. Durante la discusión, Alfonso muestra su miedo y su deseo de que Juan le haga la comida. Juan intenta convencerlo de que no puede hacerlo, pero Alfonso se enfada y se tira al suelo. A pesar de todo, Juan confía en que el tiempo ayudará a Tamara y que Alfonso se adaptará a su nueva situación.

Después, Juan comienza su trabajo en un nuevo hospital y se encuentra con la psiquiatra Isabel Gutiérrez, quien le hace preguntas sobre su hermano Alfonso. Juan le cuenta que Alfonso sufrió una anoxia perinatal al nacer y que ha vivido siempre en un ambiente familiar. También le confiesa que su hermano solía pegarle y amenazarle, lo cual le preocupaba mucho. La doctora le asegura que es algo común y que intentarán ayudar a Alfonso. Además, le advierte sobre el viento de levante, que puede afectar a las personas con problemas mentales.

Más tarde, Juan recibe una llamada de su hermano Damián, quien le informa de que su esposa Charo ha tenido un accidente de tráfico. Juan se siente abrumado por el miedo y la preocupación, pero intenta mantener la calma. Se dirige al lugar del accidente y se encuentra con Nicanor, amigo de Damián, quien confirma que Charo ha fallecido. Juan se sumerge en una intensa angustia y recuerda todas las veces que deseó la muerte de Charo. A pesar de todo, se promete a sí mismo que cuidará de Damián y se ocupará de él.

Siguiendo este capítulo, Juan recibe la noticia de que Charo ha muerto en un accidente de coche. Damián, el esposo de Charo, se derrumba y Juan intenta consolarlo. Nicanor, un amigo de Juan, le cuenta los detalles del accidente y le revela que el conductor del otro coche era José Ignacio Ruiz Perelló, un ingeniero de caminos casado con una mujer adinerada. Damián insiste en saber quién era José Ignacio y Nicanor le revela su identidad. Damián reacciona con furia y golpea el coche repetidamente mientras llora y grita. Juan decide ir a ver el cuerpo de Charo y se encuentra con un guardia civil que le permite verla. Juan examina el cuerpo de Charo y se da cuenta de que ella se había pintado los labios antes de morir. Después de esto, Juan consuela a Damián y le ofrece calmantes. Juan se aleja y se sienta en un bar, donde se encuentra con la mujer de José Ignacio, que también está de luto. Hablan y ella le cuenta que quiere descubrir la verdad sobre la relación de su marido con Charo. Juan le explica que Charo era una mujer insatisfecha y autodestructiva, y que su relación con José Ignacio probablemente no era seria. La mujer de José Ignacio le escribe cartas a Juan para informarle sobre sus investigaciones. Juan se alegra por ella y reflexiona sobre su propia vida. Acepta que su vida ha cambiado y se compromete a enfrentar los obstáculos de lado, como los cangrejos. Juan se da cuenta de que echa de menos su vida anterior, pero también se da cuenta de que debe seguir adelante.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, Tamara Olmedo Fernández comienza su primer día de clases en un nuevo colegio. Al llegar, se encuentra con el olor desagradable de las judías verdes cocidas y decide esperar afuera. Los demás niños la miran con curiosidad y ella responde con paciencia. Recuerda a otros niños nuevos que conoció en años anteriores. Tamara se preocupa por si sus antiguos amigos se acuerdan de ella y si se preguntan cómo será su nueva vida. A medida que pasa el tiempo, Tamara lucha contra la tristeza y las lágrimas, utilizando técnicas para distraerse. Recuerda su antiguo colegio y siente nostalgia por él. Cuando finalmente entra a clase, se sienta al lado de Andrés, su único amigo en el colegio. Después del recreo, Tamara se despide de Andrés y se encuentra con su tía Sara, quien la lleva a casa. En el camino, Tamara le cuenta a su tía sobre su primer día de clases y su amistad con Andrés. En casa, Tamara se reúne con su madrina, doña Sara, y su padrino, don Antonio. Durante la cena, Tamara le pregunta a su madrina si puede celebrar su cumpleaños con un guateque, pero su padrino muestra desaprobación. Mientras tanto, se revela que Sebastiana Morales Pereira, la madre de Tamara, trabajó como criada en la casa de los señores de Villamarín y entregó a Arcadio Gómez Gómez a las autoridades. Además, se revela que Tamara no conoce la verdad sobre sus padres y que teme tener que confesarla a su futuro esposo.

Siguiendo este capítulo, se narra la historia de Arcadio Gómez Gómez y Antonio Ochoa Gorostiza, dos hombres que sufren enfermedades que los debilitan físicamente. Arcadio, que fue un hombre fuerte y valiente durante la guerra civil, ahora está enfermo y débil en la cárcel. Por otro lado, Antonio, que también fue un hombre fuerte y valiente durante la guerra, ahora está en una silla de ruedas debido a una enfermedad desconocida. A pesar de sus enfermedades, ambos hombres mantienen una correspondencia con sus esposas, Sebastiana y Sara, respectivamente. Sebastiana, que vive en una buhardilla con sus hijos, trabaja para Sara y recibe ayuda de viejos amigos. Sara, por su parte, organiza una fiesta de cumpleaños para su ahijada Sarita, donde se encuentra con el novio de esta, Juan Mari. Al final del capítulo, Sara decide hablar con Sarita sobre algo importante. Por otro lado, Arcadio es liberado de la cárcel y se encuentra con una ciudad muy cambiada. A pesar de todo, Arcadio encuentra apoyo en viejos amigos y espera recuperar su fuerza y salud.

Siguiendo este capítulo, se narra cómo Arcadio encuentra trabajo después de haber estado en la calle durante un mes. Aunque las cosas siguen siendo difíciles, la situación parece haberse estabilizado en un nivel tolerable. Sin embargo, la noticia de que Sebastiana está embarazada nuevamente los llena de desaliento, ya que no saben cómo podrán cuidar de otro hijo. Se plantean diferentes soluciones, pero ninguna parece ser viable. Finalmente, doña Sara propone una idea a Sebastiana: que ella se quede con el bebé y lo críe como suyo. Sebastiana se muestra reticente al principio, pero finalmente acepta la propuesta de su madrina.

En otro momento, Sara Gómez reflexiona sobre el paso del tiempo y la sensación de vacío que experimenta en su vida. A pesar de tener dinero y tiempo libre, se siente aburrida y sin propósito. Decide que necesita encontrar nuevas formas de ocupar su tiempo y darle sentido a su vida.

Más adelante, Sara entabla una conversación con Maribel, su asistenta, sobre el dinero que ha heredado. Sara le propone a Maribel que ahorre el dinero y se compre un piso en lugar de gastarlo en cosas innecesarias. Maribel se muestra escéptica al principio, pero Sara le explica las ventajas de tener una vivienda propia y la importancia de pensar en el futuro. Maribel se sorprende por la propuesta, pero finalmente accede a considerarla.

En resumen, en este capítulo se muestra cómo Arcadio encuentra trabajo, la preocupación de Sebastiana por su embarazo, las reflexiones de Sara sobre el tiempo y el vacío en su vida, y la propuesta de Sara a Maribel de comprar un piso con el dinero que ha heredado.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, Juan Olmedo se encuentra con Elia, una chica guapa que trabaja en la misma empresa que él. Aunque Elia se parece físicamente a Charo, la difunta esposa de Juan, él nota que hay diferencias en su personalidad. A pesar de eso, Juan se siente atraído por Elia y comienza una relación con ella.

Juan se da cuenta de que Elia tiene un rostro hermoso pero diferente al de Charo. Aunque no es una doncella ingenua, Juan cree que Elia es una buena chica. Aunque su rostro no tiene la misma carnosidad y dulzura estratégica que el de Charo, su cuerpo es similar al de ella antes de quedar embarazada.

Juan se siente atraído por Elia y tiene un deseo intenso de estar con ella. Sin embargo, se detiene a tiempo y decide irse. Aunque Elia parece entender sus intenciones, Juan se siente satisfecho de haber resistido la tentación.

Después de ese encuentro, Juan y Elia comienzan a verse regularmente. Aunque su relación es principalmente física, Juan se siente cómodo con Elia y disfruta de su compañía. Sin embargo, con el tiempo, Juan comienza a darse cuenta de que Elia se ha convertido en una parte esencial de su vida, pero no está seguro de si eso es algo bueno o malo.

Juan se da cuenta de que Elia es una mujer que busca diversión y emoción en su vida, mientras que él prefiere una vida más tranquila y centrada en el estudio. A pesar de sus diferencias, Juan sigue viendo a Elia y disfruta de su compañía.

Un día, Juan y su hermano Damián van a un bar en el que Damián conoce a una mujer llamada Conchi. Juan reconoce a Conchi como la cerrajera de la calle Ávila, que solía hacer duplicados de llaves. Juan se sorprende al verla en ese lugar y decide irse del bar.

Después de salir del bar, Juan camina por las calles de Madrid y reflexiona sobre su vida. Recuerda su infancia en Villaverde Alto y cómo él y Damián eran como un equipo, complementándose el uno al otro. Sin embargo, ahora siente que su vida ha cambiado y que está solo en su camino.

Juan se siente frustrado por las dificultades que enfrenta en su vida, como tener que viajar todos los días a Villaverde para ir a la escuela y estudiar hasta tarde. A pesar de todo, sigue adelante y se esfuerza por cumplir con sus responsabilidades.

En un momento de reflexión, Juan se da cuenta de que siempre ha sido el más listo y el más tonto de su familia. Aunque ha sido admirado por su inteligencia, también ha tenido que asumir muchas responsabilidades y sacrificios.

Juan recuerda cómo su relación con su hermano Damián cambió cuando se mudaron de Villaverde Alto. A pesar de las diferencias entre ellos, Juan siempre ha admirado a Damián y ha estado dispuesto a ayudarlo en todo momento.

En el presente, Juan se siente frustrado y solo. A pesar de tener a Elia en su vida, siente que algo falta y que su vida no es como él esperaba. A pesar de todo, sigue adelante y se esfuerza por encontrar su lugar en el mundo.

Siguiendo este capítulo, Juan tiene una discusión con su padre y recibe una bofetada. Después de la pelea, Juan reflexiona sobre sus acciones y se siente arrepentido por haber provocado la situación. Años después, Juan recuerda este episodio como el momento en el que decidió tomar el control de su propia vida y no depender del apoyo de los demás. También se menciona el día de la mudanza de la familia a Bilbao, donde Juan descubre que su admiración por su amigo Damián se convierte en soberbia y decide dejar de estudiar. Juan se encuentra en Bilbao, cansado y sin dinero, y decide regresar a casa a pie. En el camino, recuerda cómo conoció a su novia Charo y cómo su relación se deterioró debido a la falta de dinero. Finalmente, Juan llega a casa y se entera de que su hermano Damián también ha tenido una discusión con su padre porque quiere dejar de estudiar. Juan se sienta en un banco a descansar y reflexionar sobre su situación, sintiéndose solo y derrotado.

II El precio de los fusiles

En este capítulo, Sara Gómez se despierta tarde y se siente bien, pero no logra entender por qué. A pesar de haber tenido una relación tumultuosa con el alcohol, Sara ha logrado mantenerse sobria y solo bebe en compañía de otros bebedores. Sin embargo, en una excepción reciente, bebió sola y se dio cuenta de que ya no necesita beber para atontarse, sino que puede disfrutar de una copa por placer. A partir de ese momento, decide dejar de beber y centrarse en sus planes para enderezar su destino.

Sara se da cuenta de que algo no encaja en la historia de la muerte del hermano de Juan Olmedo, el padre de Tamara. A pesar de que todo parece tener una explicación lógica, Sara sigue sintiendo que hay algo que no cuadra. Mientras reflexiona sobre esto, Sara experimenta una sensación de bienestar y descubre que el viento del levante ha secado su albornoz, lo que la llena de alegría.

Sara decide hablar con Juan sobre sus planes inmobiliarios y se ofrece a acompañarlo a comprar un traje de flamenca para Tamara. Durante la conversación, Juan le cuenta la historia de la muerte de su hermano y Sara se da cuenta de que algo no encaja. A pesar de esto, la fiesta de cumpleaños de Tamara transcurre sin problemas y Sara se pregunta por qué la niña no muestra ninguna señal de tristeza o melancolía.

Al día siguiente, Sara se da cuenta de que se aburre y decide ocupar su tiempo con diversas tareas domésticas. A pesar de su dedicación, Sara se siente insatisfecha y se da cuenta de que necesita algo más en su vida. Recuerda cómo su madre limpió su habitación sin su permiso y decide que no quiere que nadie más cuide de ella.

Sara se enfrenta a su madre y le pide que no vuelva a limpiar su habitación. Ambas se sienten incómodas y no saben qué decirse. Finalmente, Sara decide tender la ropa y se da cuenta de que necesita aprender a hacer las cosas por sí misma. A partir de ese momento, se dedica a realizar diversas tareas domésticas y se mantiene ocupada para evitar la nostalgia y la tristeza.

Siguiendo este capítulo, Sara continúa con su comportamiento extraño y obsesivo en casa, moviendo muebles y limpiando obsesivamente. Sus padres están preocupados por su comportamiento y la comparan con una monja. Sara muestra interés en las fotos antiguas de su padre y le hace muchas preguntas sobre su pasado. A pesar de que su padre no recuerda todos los detalles, Sara insiste en obtener respuestas precisas. Sara también muestra interés en las fotos de los sindicalistas y en la foto de boda de sus padres. A través de estas fotos, Sara intenta reconstruir la historia de su familia y su pasado. Sara también se muestra curiosa por la vida de su madre antes de casarse y le hace preguntas sobre su boda. A medida que pasa el tiempo, Sara se obsesiona cada vez más con el pasado y busca respuestas concretas y detalles precisos. Sara también se da cuenta de que su madre ha sido una figura importante en su vida y se siente agradecida por su lealtad y amor incondicional. Sin embargo, Sara también se da cuenta de que su madre ha sacrificado mucho por ella y siente la presión de tener que tener éxito y no decepcionarla. Sara decide estudiar secretariado bilingüe y buscar un buen trabajo para tener una vida mejor. A medida que pasa el tiempo, Sara se da cuenta de que la vida no siempre es justa y que el orgullo no siempre es suficiente. A pesar de sus esfuerzos por tener éxito, Sara se siente atrapada en una vida mediocre y anhela algo más. A medida que pasa el tiempo, Sara se da cuenta de que la realidad puede ser fea y que la vida puede ser dura. A pesar de sus esfuerzos por tener éxito, Sara se siente insatisfecha y busca algo más en la vida. A medida que pasa el tiempo, Sara se da cuenta de que la vida puede ser dura y que el orgullo no siempre es suficiente. A pesar de sus esfuerzos por tener éxito, Sara se siente atrapada en una vida mediocre y anhela algo más. 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A medida que pasa el tiempo, Sara se da cuenta de que la vida puede ser dura y que el orgullo no siempre es suficiente. A pesar de sus esfuerzos por tener éxito, Sara se siente atrapada

Siguiendo este capítulo, se narra la historia de Sara Gómez Morales, una mujer que lucha contra la fealdad del mundo y busca superarse a sí misma. A los veintisiete años, Sara consigue un trabajo en el departamento de Contabilidad de una gran constructora. Conoce a Vicente González, ocho años mayor que ella y hijo de uno de los accionistas de la empresa. Vicente, marxista y doctor en Ciencias Económicas, se enamora de Sara y se casan en 1971. Tienen un hijo y Vicente se une a los líderes sindicales de la empresa. Sara se siente atraída por la elegancia y el aire enfermizo de Vicente. Comienzan una relación y se ven en secreto. Sara se da cuenta de que Vicente la mira con insistencia y le pregunta por qué. Él le responde que le gusta mirarla. Poco después, tienen su primer encuentro íntimo en un hotel. Años después, Sara se encuentra en una estación fantasma, sola y aburrida. Decide ayudar a Maribel, una amiga de su hermana, a convertirse en propietaria. Durante las vacaciones de Navidad, Sara se encarga de cuidar a los hijos de Maribel y se da cuenta de que la Navidad la pone de mal humor. A pesar de esto, disfruta de la compañía de los niños y de su capacidad de desear. Un día, Alfonso, el tío de los niños, tiene un episodio de confusión y miedo al ver a unos policías. Sara y Tamara, la sobrina de Alfonso, lo tranquilizan y le explican que no tiene nada que temer. Después de las vacaciones, Sara sigue viendo a los niños y se siente menos sola. La historia termina con Sara imaginando las historias de sus vecinos y sintiéndose más conectada con ellos.

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, el doctor Olmedo comienza el año con suerte al ganar la lotería. Aunque no es un jugador habitual, acepta los billetes que le ofrecen en el hospital. Esta vez, le tocan dos millones de pesetas en el sorteo del Niño. Al enterarse, se pone muy contento y decide invitar a sus compañeros de trabajo a una comida para celebrar. Sin embargo, no sabe qué hacer con el dinero, ya que es una cantidad incómoda. Decide invertirlo en el futuro de su sobrina Tamara, de quien es tutor legal. Después de planificar la herencia con los asesores legales de su hermano, decide conservar las propiedades de Tamara y vender algunas otras. A pesar de tener dinero, Juan no se siente cómodo y piensa en el pasado y en su hermano Damián. Recuerda cómo Damián siempre fue exitoso en los negocios y cómo eso le generaba envidia. Además, Juan se siente atraído por su cuñada Charo, lo cual le causa conflicto y confusión. A pesar de todo, decide llevar a Charo al cine, pero se siente incómodo al verla con su hermano Alfonso. Al final, Juan se siente humillado y confundido por la situación y por los éxitos de su hermano.

Siguiendo este capítulo, Juan se entera de que Charo, su exnovia, ahora está saliendo con su hermano Damián. En un ataque de ira, Juan golpea a Damián y se siente victorioso, pero su victoria se desvanece cuando se imagina a Charo y Damián juntos en la cama. Juan comienza a fantasear con secuestrar a Charo y demostrarle que Damián no la merece. Sin embargo, se da cuenta de que estas fantasías son inútiles y se siente derrotado.

Cuarenta y ocho horas después, Juan sigue atormentado por los pensamientos de Charo y Damián juntos. Se siente impotente y humillado. A solas en su habitación, se entrega a pensamientos feroces y obtiene un placer desconocido. Sin embargo, al final, se da cuenta de que la realidad es diferente y se siente frío y repulsión por sus acciones.

La mañana siguiente, Juan se siente hundido y se da cuenta de que su vida ha cambiado. Ahora tiene miedo de encontrarse con Charo y Damián en cualquier momento. A pesar de su miedo, se acostumbra a su nueva situación y aprende a vivir a cualquier precio.

Ocho años después, Juan regresa a su ciudad natal y se da cuenta de cómo ha cambiado desde aquellos días de tormento. Aunque todavía siente dolor y rabia, ha aprendido a vivir con ello. Cuando Charo se sienta a su lado en el coche, Juan se pregunta si el diablo no será un poco sordo.

Charo le pide a Juan que la bese y él accede. Se dan cuenta de que todavía sienten algo el uno por el otro. Después de besarse, deciden ir a tomar algo juntos. Durante su encuentro, Charo le confiesa a Juan que siente envidia de su relación con Elena, su novia actual. Juan se da cuenta de que todavía está enamorado de Charo y se siente confundido.

Al final del capítulo, Juan deja a Charo en su casa y se encuentra con Damián. A pesar de su conflicto interno, Juan se muestra feliz y animado frente a su hermano. Sin embargo, en su interior, sigue luchando con sus sentimientos por Charo y su relación con Elena.

Siguiendo este capítulo, Juan Olmedo se encuentra con Charo, quien llega puntual a su cita. A pesar de sus dudas, Juan la invita a entrar y tienen un encuentro apasionado. Después de esa noche, Juan llega a la conclusión de que Charo es superior a la mujer ideal que él había creado en su mente durante años. A partir de ese momento, su única meta en la vida es estar con ella.

El regreso del viento del poniente no le agrada a nadie, excepto a Juan. Mientras su sobrina se queja del mal tiempo, él disfruta de la tranquilidad que le trae el viento. Aunque Alfonso, su hermano, se muestra más tranquilo después de las guardias nocturnas, Juan no está preparado para la debilidad que siente cuando está solo con Maribel, su asistenta.

Volver a hacer guardias le sienta bien a Juan, ya que le permite tener tiempo libre para estar con Charo. Sin embargo, las cosas no salen como él había planeado, ya que su hermano cambia las guardias mejor pagadas por las de días laborables, lo que significa que Juan nunca está solo en casa.

A medida que pasa el tiempo, Juan se da cuenta de que está empezando a sentirse atraído por Maribel, a pesar de que al principio no le gustaba. Aunque intenta resistirse, su deseo por ella se vuelve cada vez más fuerte. Sin embargo, también se da cuenta de que Maribel no le interesa más allá de lo físico.

Un día, Maribel llega a casa con comida para Juan y le confiesa que le gusta su compañía. Juan le explica que no pueden tener una relación más allá de lo físico debido a su situación y a su reputación en el pueblo. A pesar de esto, deciden continuar con su relación.

Al día siguiente, Juan se siente culpable por lo que ha sucedido y decide terminar con la relación. Sin embargo, Maribel le dice que no le importa su reputación y que solo quiere disfrutar del momento. Juan acepta y promete estar a la altura de sus expectativas.

Al final del capítulo, Juan se va a trabajar con una sensación familiar en el pecho, sabiendo que tiene un secreto con el que vivir.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, Sara Gómez va al supermercado a comprar unas barritas de chocolate para los niños. Allí se encuentra con un hombre mayor que le recomienda las barritas de café. Sara le explica que a los niños no les gustan y se dispone a irse, pero el hombre le comenta que la ha visto con los niños y le pregunta si son sus hijos. Sara responde que no son sus hijos, sino hijos de unos amigos que van a merendar a su casa. El hombre se presenta como William, pero le dice que todos le llaman Bill. Sara se despide y se va al coche, pensando en el encuentro con el hombre.

El martes siguiente, Sara se encuentra con el hombre en la pescadería del pueblo. Él le pregunta si tiene prisa y le ofrece cambiar de turno con ella. Sara acepta y entablan una conversación sobre el pescado. William le cuenta que es de Virginia, en Estados Unidos, y le invita a visitar el Sur de su país. Sara le dice que solo conoce Nueva York. Después de comprar el pescado, se despiden y cada uno se va a su casa.

El sábado por la mañana, William se encuentra con Sara en la calle peatonal del pueblo y la invita a tomar una cerveza. Sara se excusa diciendo que se le ha hecho tarde. Sin embargo, el sábado siguiente, Sara acepta salir con William. Van a una terraza en una plaza y ella se queda impresionada por su físico. A partir de ese momento, Sara se deja llevar por el cortejo de William, aunque se siente confundida y cansada por la complicación que ha entrado en su vida.

Sara y William continúan viéndose durante dos meses, saliendo a tomar café, paseando y yendo al cine. Sara se da cuenta de que tiene miedo de que le guste y de que no le guste, y se siente cansada por la complicación que ha entrado en su vida. Un día, William le propone ir juntos a Sevilla a pasar el fin de semana. Sara se siente indecisa y no sabe qué hacer.

Sara se encuentra con su vecino Juan Olmedo en la playa y le cuenta su situación. Juan le aconseja que salga con William y que si no le gusta, lo deje. Sara se da cuenta de que nadie le disputa a William, excepto el paso del tiempo y su propia memoria. A pesar de sus dudas, decide aceptar la propuesta de William y se va con él a Sevilla.

Después de dos meses de salir juntos, Sara se da cuenta de que está enamorada de William. Sin embargo, se siente confundida y tiene miedo de que su relación no funcione. Un día, Sara y Juan hablan sobre Maribel, la asistenta de Sara, y descubren que ella también ha encontrado a alguien. Sara se da cuenta de que todos tienen sus propias historias y que a veces las cosas no salen como uno espera.

Sara y William continúan su relación y deciden pasar el fin de semana juntos en Sevilla. Sara se da cuenta de que ha renunciado a sus planes y que está dispuesta a dejarse llevar por sus sentimientos. A pesar de sus miedos y dudas, Sara decide disfrutar del momento y vivir su historia de amor.

Siguiendo este capítulo, Sara regresa a Madrid después de su encuentro con Manuel en San Fernando de Henares. Siente que su vida anterior era una ficción y que ahora está en el mundo real. Aunque no entiende por qué se comportó como lo hizo, se da cuenta de que este episodio nació de su propia confusión y dudas. Se da cuenta de que este encuentro con Manuel le dio la oportunidad de vivir una vida diferente, la vida que le habría correspondido si no hubiera sido una niña aparte.

Sara pasa la noche con Manuel y experimenta la intimidad con un hombre por primera vez. A la mañana siguiente, Manuel se levanta temprano para apagar la alarma y Sara se da cuenta de que este es el momento más dulce de su vida, a pesar de que nunca volvió a buscar a Manuel después de esa noche.

Sara regresa a casa de su hermano y se encuentra con su cuñada, Pili, quien sospecha de su aventura con Manuel. Pili le reprocha a Sara por haber lavado las sábanas y le dice que Manuel ha estado raro desde su regreso del pueblo. Sara se da cuenta de que su cuñada sospecha pero decide no decirle nada.

Después de este encuentro, Sara decide no volver a buscar a Manuel y no regresar a la casa de su hermano. No quiere prolongar la ilusión de una vida que nunca será la suya. Aunque siente miedo de ver a Manuel nuevamente, no se arrepiente de lo que sucedió entre ellos.

Sara se encuentra con Vicente, su amante, y comienza una relación con él. Vicente la trata con generosidad y la complace con regalos caros. Sara se siente feliz y se deja llevar por la felicidad que Vicente le proporciona.

A medida que su relación avanza, Sara se da cuenta de que Vicente es débil. A pesar de esto, ella sigue disfrutando de la relación y de los lujos que Vicente le proporciona. Vicente se convierte en su reflejo y ella se siente feliz con él.

La relación entre Sara y Vicente continúa mientras el país experimenta cambios políticos. Vicente se une al PSOE y Sara se siente emocionada por su carrera política. Aunque Sara se acostumbra a ser la amante de Vicente, se siente favorecida por su relación y disfruta de los momentos que pasan juntos.

Siguiendo este capítulo, Sara experimenta náuseas y sospecha que está embarazada, pero lo niega rotundamente. Vicente, su esposo, le confiesa que ya le ha contado a su esposa sobre su relación. Sara empieza a comprender la perspectiva de la esposa de Vicente y se da cuenta de los errores que ha cometido. Vicente le cuenta a Sara que su esposa ha reaccionado violentamente y amenaza con suicidarse si él la deja. Sara decide no abortar y se da cuenta de que su relación con Vicente ha terminado. Más tarde, Sara descubre que está embarazada y decide no tomar ninguna decisión al respecto. Sara se separa de Vicente y se muda a un nuevo apartamento. A pesar de todo, Vicente sigue intentando recuperarla y le confiesa que la ama. Sara se da cuenta de que todavía lo ama, pero no puede perdonarlo. Sara descubre que su embarazo es ectópico y sufre un aborto espontáneo. A pesar de todo, Sara decide seguir adelante y no tener más hijos. Andrés, el hijo de Sara, no se lleva bien con el nuevo novio de su madre, Bill. Andrés se da cuenta de que su madre está cambiando y se siente confundido. Sara invita a Andrés y a su hermana Tamara a ver una película en el cine. Durante la película, Andrés se da cuenta de que su madre está saliendo con Juan, el hermano de Tamara. Andrés se siente incómodo con la situación, pero también se da cuenta de que su madre está feliz. Andrés reflexiona sobre la relación de su madre con su abuela y se da cuenta de que su madre tiene derecho a divertirse y ser feliz. Andrés se siente aliviado de que su madre esté cambiando y se siente orgulloso de ella. En una ocasión, Andrés se encuentra con su padre en un bar y se da cuenta de que ya no siente ninguna emoción negativa hacia él. Andrés sigue adelante y se enfrenta a su padre sin sentir vergüenza.

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, Tamara se encuentra con el padre de Andrés, a quien encuentra muy guapo. Andrés le muestra a Tamara una papelería técnica donde pueden encontrar los materiales que necesitan para su clase de dibujo. En el camino, se encuentran con el padre de Andrés, quien los invita a tomar algo en un bar. Andrés se muestra distante y Tamara nota que algo le preocupa. Después de un encuentro incómodo con su padre, Andrés se va en su bicicleta y Tamara decide seguirlo. Llegan a una pista de deportes y Andrés sigue dando vueltas en su bicicleta. Tamara recuerda a su padre y cómo todo cambió cuando él empezó a comportarse de manera extraña. Luego, Tamara regresa a casa y decide no contarle a Juan sobre el encuentro con el padre de Andrés. Juan la espera en la puerta y le pregunta dónde ha estado. Tamara le cuenta lo sucedido y Juan se muestra preocupado. Luego, Tamara va a visitar a Charo y a su recién nacida en el hospital. Charo le confiesa a Juan que la niña es su hija y él se niega a aceptarlo. Juan se siente confundido y enojado, pero decide no tener nada que ver con la niña. Al final del capítulo, Juan sostiene a la niña en sus brazos y se da cuenta de su parecido con él. Sin embargo, decide no aceptar la paternidad y se aleja de su familia.

Siguiendo este capítulo, Juan Olmedo reflexiona sobre su relación con Charo y cómo ha llegado a esta situación. A pesar de conocerla desde hace mucho tiempo, Juan no pudo prever las consecuencias de involucrarse con ella. Aunque se consuela pensando que Charo está en una situación más complicada que la suya, Juan se siente superior y se enorgullece de su inteligencia. Sin embargo, no puede evitar sentir desconfianza hacia ella y darse cuenta de que no es de fiar. A pesar de esto, Juan continúa su relación con Charo y se siente cada vez más atrapado en sus juegos emocionales.

En una conversación, Charo le dice a Juan que está embarazada y que no tiene por qué afectar su relación. Juan se siente confundido y le dice que pensaba que ellos tenían una relación seria y estable. A pesar de sus sentimientos, Juan no puede expresarlos en voz alta y se siente avergonzado. A medida que avanza la historia, Juan se da cuenta de que Charo lo ha manipulado y que su relación no es lo que él pensaba.

A lo largo del capítulo, Juan reflexiona sobre su relación con Charo y cómo ha llegado a este punto. Se da cuenta de que ha sido engañado y manipulado por ella, pero a pesar de todo, sigue sintiendo amor por ella. Juan también se da cuenta de que su relación con otras mujeres ha cambiado y que ya no las desea como antes. A pesar de sus sentimientos contradictorios, Juan continúa su relación con Charo y se siente atrapado en un ciclo interminable de desesperación y decepción.

En la última parte del capítulo, Juan y Charo tienen una conversación en la que ella le dice que no pueden estar juntos y que es mejor así. Juan se siente impotente y triste, pero no puede dejarla. A pesar de sus sentimientos, Juan sigue sintiendo amor por Charo y no puede resistirse a ella.

En resumen, este capítulo muestra la compleja relación entre Juan y Charo. A pesar de las manipulaciones y los engaños de Charo, Juan sigue sintiendo amor por ella y no puede dejarla. La historia también muestra cómo Juan se siente atrapado en un ciclo de desesperación y decepción.

Siguiendo este capítulo, Juan se encuentra con Charo en un restaurante después de mucho tiempo sin verse. Charo llega tarde y Juan se da cuenta de que ella está envejeciendo rápidamente. Tienen una conversación incómoda y Juan decide terminar su relación con ella. Después de salir del restaurante, Charo va a la casa de Juan y comienza a golpearlo y gritarle. A pesar de esto, Juan siente un deseo repentino de estar con ella y terminan teniendo relaciones sexuales. A pesar de todo, Juan se da cuenta de que todavía la quiere, pero está cansado y agotado de la relación. En otro lugar, Maribel y Juan continúan su relación secreta y se encuentran en momentos oportunos para estar juntos. Juan se siente bien con Maribel y decide contarle que estuvo en Sanlúcar la noche anterior. Maribel reacciona con enojo, pero también le dice a Juan que le gusta mucho.

III Los aires difíciles

En este capítulo, Sara Gómez disfruta de sus vacaciones en la playa, nadando en el mar y descansando en la arena. Aprovecha el tiempo libre para pasar tiempo con sus hijos y disfrutar de la compañía de sus vecinos. Sin embargo, su tranquilidad se ve interrumpida cuando un hombre llamado Ramón Martínez le cuenta que un policía llamado Nicanor ha estado preguntando por su vecino, el Dr. Olmedo. Aunque Sara no sabe qué significa esto, decide no contarle a Juan, el vecino en cuestión, para no preocuparlo. A pesar de sus dudas, Sara continúa con su vida normal, trabajando como contable y cuidando de su familia. Sin embargo, su relación con su pareja, Vicente, se deteriora y terminan separándose. Además, la salud de su padre empeora y finalmente fallece. Sara se siente abrumada por todas estas pérdidas y se pregunta por qué la muerte de su madre la afecta más que la de su padre. A pesar de todo, Sara sigue adelante y encuentra consuelo en el amor que siente por su familia.

Siguiendo este capítulo, Sara Gómez Morales se da cuenta de que está sola después de que las visitas se marchan. En ese momento, su madrina, Doña Sara Villamarín Ruiz, aparece en su puerta y le propone vivir juntas. Sara acepta y se muda a la casa de su madrina. A medida que pasa el tiempo, Sara se da cuenta de que su madrina ha cambiado y se ha vuelto más vulnerable debido a su edad y a su enfermedad. Sara se convierte en la cuidadora de su madrina y se encarga de administrar sus bienes. A pesar de las dificultades y las tensiones, Sara se siente satisfecha con su nueva vida y encuentra cierto sentido de propósito en cuidar de su madrina. A medida que pasa el tiempo, Sara se da cuenta de que su madrina planea dejarle toda su herencia. Aunque al principio Sara se siente incómoda con la idea, acepta el papel de administradora y se compromete a cuidar de su madrina hasta el final. A medida que se involucra más en la administración de los bienes de su madrina, Sara encuentra una nueva energía y un sentido de realización en su trabajo. A pesar de las dificultades y los desafíos, Sara se siente rejuvenecida y encuentra un propósito en su vida al cuidar de su madrina.

Siguiendo este capítulo, Amparito se siente incómoda con la presencia constante de Sara en casa de su madrina. Sara le dice que si no está contenta con su presencia, puede cuidar a su tía personalmente. Sara se da cuenta de que la casa de su madrina está en ruinas y decide arreglarla para venderla. Encuentra compradores para la casa, pero la venta se retrasa debido a problemas legales. Finalmente, se realiza la venta y Sara recibe una gran cantidad de dinero en efectivo. Después de la venta, Sara se encuentra con un guardia de seguridad que le informa que Maribel ha sido apuñalada y está gravemente herida. Sara corre al lugar y encuentra a Maribel en el suelo con una herida profunda. Juan, un médico, llega y atiende a Maribel. La llevan al hospital y Sara espera ansiosamente noticias sobre su estado. Finalmente, Juan le informa que la operación fue exitosa y que Maribel se recuperará. Sara se siente culpable por haber convencido a Maribel de comprar un piso, lo que llevó a su esposo a atacarla. Juan le asegura que no es su culpa y le pide que descanse.

Capítulo sin nombre 11

En este capítulo, se narra el día en que apuñalaron a Maribel y Juan Olmedo no pudo ir al hospital porque estaba saliendo de guardia. Antes del incidente, habían comido temprano y Juan había intentado convencer a los niños de ir a la playa, pero al final decidió llevarlos a la piscina. Alfonso se quedó dormido en el sofá, pero Juan salió de la casa sin hacer ruido y se encontró con Maribel en el recibidor. Maribel sonreía mientras se quitaba el delantal y Juan notó que tenía una sonrisa diferente, llena de deseo y entusiasmo. Más tarde, Maribel sufrió el ataque y Juan la llevó al hospital. Durante el trayecto, Juan pensaba en cómo Maribel no sabía cuánto le agradecía por estar allí y cómo se sentía responsable de su muerte. En el hospital, Juan habló con Miguel Barroso para conseguir un quirófano y dos buenos cirujanos. También pidió un anestesista cojonudo, que resultó ser Maribel. Después de la operación, Juan se dio cuenta de que todos los enfermeros decían que todos los cirujanos eran buenos, pero él sabía que había mejores y peores. A pesar de todo, Maribel sobrevivió y Juan se sintió aliviado. Después del incidente, Juan y Maribel comenzaron una relación clandestina y pasaron el verano juntos. Juan admiraba a Maribel por su astucia y precaución, pero también sentía culpa por no haberla tomado en serio. A pesar de todo, disfrutaron de su tiempo juntos hasta que Maribel fue apuñalada. Juan se arrepintió de no haber hecho más para protegerla y pensó en cómo podría haberlo matado. Al final del capítulo, Juan visita a Maribel en el hospital y ella le dice que quiere que se vaya.

Siguiendo este capítulo, se narra la fiesta de cumpleaños de Tamara, la hija de Juan. Aunque su padre no llega a tiempo, la tarta es reemplazada por otra que Damián, el hermano de Juan, trae de su panadería. Durante la fiesta, Juan intenta hablar con Tamara, quien se ha encerrado en el baño llorando porque su padre no ha llegado. Mientras tanto, se revela que Damián ha sido boxeador y luchador, pero ha dejado ambos deportes. A pesar de esto, su reputación se mantiene y es respetado por los demás. Juan recuerda cómo Damián siempre ha sido popular y admirado, a diferencia de él. A lo largo del capítulo, se muestra la relación complicada entre los hermanos y cómo Juan se siente inferior a Damián. También se revela que Damián está involucrado en un escándalo médico y que Juan ha decidido no contarle a nadie sobre esto. El capítulo termina con Juan sintiendo una mezcla de amor y odio hacia Damián y deseando que no estuviera en su vida.

Siguiendo este capítulo, se revela que Maribel ha contado a Juan la verdad sobre su relación con Damián. Maribel le cuenta a Juan cómo Damián la convenció de que tenía una relación con una de sus dependientas y cómo él la manipuló para que se acostara con él. Maribel también le dice a Juan que Damián siempre intentó compararse con él y demostrar que era mejor en la cama. Juan se siente triste por Damián y por la situación en general, pero también siente pena por Juanito, ya que cree que es un tonto por haberse dejado manipular por Damián.

Después de que Maribel le cuente a Juan sobre la relación con Damián, Juan recuerda cómo se enteró de la violación de Canario. Pirri, amigo de Damián, llamó a Damián para contarle lo sucedido. Damián luego le contó a Juan que Canario había sido violado en un descampado. Aunque esto resulta ser falso, ya que Canario solo tenía una polla en la boca. A pesar de esto, la noticia se extiende por el instituto y todos hablan de ello.

En otro momento, Juan se encuentra con Canario en la calle después de que Canario haya sido golpeado. Canario le cuenta a Juan que ha sido golpeado y Juan le dice que siempre estarán juntos y que son hermanos. Luego, Juan besa a Canario en los labios.

Después de esto, Juan se encuentra con Damián y tienen una discusión. Damián se cae por las escaleras y muere. Juan se da cuenta de que no lo empujó, pero siente que es responsable de su muerte.

Después de la muerte de Damián, Juan se encuentra con su madre en el hospital. Ella está llorando y gritando y Juan la consuela. Luego, Juan va a ver a Maribel, quien ha sido dada de alta del hospital. Maribel le dice a Juan que su madre ha venido al hospital y ha causado un escándalo. Juan le dice a Maribel que su madre quiere verla, pero Maribel se niega. Juan le dice a Maribel que su madre solo quiere verla y darle un beso, pero Maribel no quiere. Finalmente, Maribel accede a que su madre entre en la habitación, pero le pide a Juan que esté presente durante la visita.

Después de que Maribel sea dada de alta, Juan contrata a su prima Remedios para que limpie la casa. Maribel se enfada y le dice a Juan que no necesita que nadie limpie para ella. Juan le explica que solo quiere ayudarla y que no quiere que ella se esfuerce mientras se recupera. Maribel finalmente acepta la ayuda de Remedios.

En otro momento, Juan le cuenta a Maribel sobre la visita de Nicanor, el policía que ha estado acosándolo. Maribel le dice a Juan que no es su culpa y que ella está mejor con él que con nadie más. Juan se siente aliviado y feliz de que Maribel esté a su lado.

El capítulo termina con Juan reflexionando sobre su relación con Maribel y cómo las cosas han cambiado entre ellos. Aunque Juan está contento de estar con Maribel, también se pregunta cuánto tiempo podrán mantener su relación en secreto y si algún día tendrán que enfrentar las consecuencias de sus acciones.

Capítulo sin nombre 12

En este capítulo, Maribel pasa varios días ingresada en el hospital y luego en reposo en casa de Sara. Sara se encarga de cuidar de Alfonso y los niños, quienes se comportan de manera ejemplar y obediente. Sin embargo, Tamara sigue mostrando signos de miedo y ansiedad. Una noche, Tamara tiene una pesadilla y se va a dormir con Sara. Durante una conversación, Tamara revela que sueña con su madre viva y que esto la asusta. Sara intenta consolarla y le ofrece dormir con ella todas las noches hasta que deje de tener ese sueño. A pesar de las dificultades emocionales de los niños, Sara no se preocupa demasiado, ya que sabe que los niños no pueden soportarlo todo. Mientras tanto, Maribel se recupera lentamente y Sara se da cuenta de que Andrés aún no ha superado la muerte de su madre. Sara intenta hablar con él, pero Andrés se muestra distante y no expresa sus emociones. A pesar de esto, Sara confía en que Andrés encontrará su camino para lidiar con su dolor. Mientras tanto, Sara reflexiona sobre su relación con Maribel y cómo se ha convertido en una figura importante en su vida. A pesar de las dificultades, Sara se siente segura de que su amistad durará mucho tiempo. En el capítulo, Sara también se encuentra con una trabajadora social de la policía que trata de convencer a Maribel de denunciar a su marido por violencia doméstica. La trabajadora social se muestra insensible y agresiva, lo que lleva a Juan a intervenir y echarla de la habitación. Después de este incidente, Sara se da cuenta de que todos en la habitación comparten una experiencia de supervivencia y un vínculo especial. Sara también reflexiona sobre su pasado y cómo ha llegado a donde está ahora. Finalmente, Sara decide comprar dos pisos y se siente feliz y satisfecha con su nueva vida.

Siguiendo este capítulo, Sara visita a un agente inmobiliario para vender su casa en Cercedilla. El agente le asegura que no tendrá problemas para encontrar compradores y que incluso podría venderla a personas con dinero negro. Sara decide vender la casa y se siente satisfecha con su vida cómoda y sin riesgos. Sin embargo, su madrina, doña Loreto, le sugiere que venda todas sus propiedades y ponga el dinero en el banco para vivir sin preocupaciones. Sara se muestra reticente, ya que no le gustan las fincas rústicas y prefiere estar con su madrina. A pesar de ello, decide vender todas las propiedades de su madrina y busca un asesor de inversiones para gestionar el dinero. Vicente, el sobrino de su amante, le recomienda a un agente de bolsa llamado Rafa. Sara se reúne con Rafa y le explica su situación. Rafa acepta ayudarla y comienza a gestionar sus inversiones de manera exitosa. A medida que pasa el tiempo, Sara y Rafa desarrollan una relación íntima, aunque Sara se muestra reticente debido a la diferencia de edad. Sin embargo, disfruta de la compañía de Rafa y de su habilidad para hacer crecer su fortuna. A pesar de todo, Sara sabe que su relación con Rafa es temporal y que eventualmente terminará.

Siguiendo este capítulo, se revela que Rafa y Sara tienen una relación en la que no necesitan hablar para entenderse. Aunque no mencionan el nombre de Vicente, ambos saben que su presencia está presente en su relación. Rafa le propone a Sara un negocio en el que podrían ganar mucho dinero, pero ella se niega. Rafa le explica que Vicente ha estado detrás de todo y que él opina que están yendo demasiado despacio. Sara se sorprende al descubrir que Vicente ha estado controlando sus inversiones y que ha estado detrás de Rafa desde el principio. Sara se da cuenta de que Vicente ha vuelto a su vida para robarle su venganza. A pesar de esto, Sara no puede odiar a Vicente. Más tarde, Sara descubre que Vicente le ha dejado una cantidad ridícula de dinero en comparación con sus promesas. A pesar de esto, Sara se ríe y se despide de su familia. Sara decide irse de Madrid y le promete a Vicente que no la busque. Tamara se da cuenta de que Andrés no quiere a su padre y que también lo quiere. Tamara también se da cuenta de que Andrés está pasando por un momento difícil y decide buscarlo. Tamara encuentra a Andrés en un banco y se da cuenta de que ha tirado su bicicleta. Tamara intenta convencer a su tío de que haga algo al respecto. Tamara también se da cuenta de que la niebla que ha estado en su cabeza ha desaparecido, pero ahora está en la cabeza de Andrés.

Capítulo sin nombre 13

En este capítulo, Andrés confiesa a Juan Olmedo que ha revelado la verdad a su madre sobre su padre biológico. Andrés cree que su padre biológico es su verdadero padre y que su madre y Juan son solo su familia adoptiva. Juan intenta consolar a Andrés y le asegura que lo importante es cómo están juntos y que siempre estarán bien. Andrés llora y se siente confundido sobre su identidad y su familia. Luego, Juan lleva a Andrés a casa y él le cuenta todo a su madre. Juan se da cuenta de que ha cometido un error y se siente culpable. Más tarde, Juan llama a la policía para informar sobre la muerte de Damián y se da cuenta de que también tendrá que explicar lo del serrín. Juan se preocupa por la reacción de Alfonso, su hermano menor, ya que sus reacciones son impredecibles. Juan entra en la habitación de Alfonso y se siente compasivo hacia él, pero también se arrepiente de sus acciones.

Siguiendo este capítulo, Juan Olmedo reflexiona sobre la muerte de su hermano Damián y las consecuencias que esto ha tenido en su vida. Juan se siente culpable por haber golpeado a Damián antes de darse cuenta de que ya estaba muerto, pero también se da cuenta de que el único riesgo real al que se enfrentaba era el asesinato del oso Perico. Juan busca consuelo en Alfonso, su hermano menor, pero es él quien termina consolándolo. Después de la llegada de un grupo de extraños, Juan se da cuenta de que su vida ha cambiado para siempre. A partir de ese momento, Juan recuerda los días siguientes, su resaca, la tortura de su cabeza y la presencia de Damián en su conciencia. Juan se da cuenta de que su conciencia estuvo vacía durante unas horas que no puede recordar con precisión. A pesar de esto, Juan recuerda haber hablado con las muchachas y haberles explicado lo que había sucedido. Después de la muerte de Damián, Juan se hace cargo de Alfonso y Tamara, su sobrina. Juan se siente culpable por la muerte de Damián y se pregunta si Charo, su ex esposa, le ha mentido sobre la paternidad de Tamara. Juan decide hacerse una prueba de paternidad para confirmar si es el padre biológico de Tamara. Al final del capítulo, Juan reflexiona sobre su vida y se pregunta cómo será su vida sin Damián y sin Charo.

Siguiendo este capítulo, Juan Olmedo lleva a Tamara al hospital para hacerle unos análisis y descubre que su sobrina es su hija. A pesar de la revelación, Juan sigue cargando con la culpa de haber matado a su hermano y Damián sigue sonriéndole. Juan empieza a mirar a Tamara de otra manera y se reconcilia definitivamente con Charo. Sin embargo, su vida se complica cuando Alfonso es recogido por un amigo de la familia sin su consentimiento. Juan se enfrenta al amigo de Damián y amenaza con matarlo si le dice a Tamara que él mató a su padre. Después de esto, Juan se siente satisfecho pero también tiene miedo. Más tarde, Maribel confiesa que Andrés sabe la verdad sobre su relación y Juan se da cuenta de que tendrá que elegir entre Maribel y su hijo. Finalmente, Juan invita a Maribel a ir a Madrid con él para la boda de su hermana y ella acepta. Juan se da cuenta de que tendrá que tomar una decisión difícil y que todo será culpa suya.

Un final

En este capítulo, Sara Gómez ve a un hombre desconocido parado frente a su puerta mientras sale al jardín. El hombre resulta ser Nicanor Martos, un agente de policía que busca hablar con Alfonso Olmedo, el hermano de Sara. Alfonso está enfermo de gripe y Sara lo cuida en casa. Nicanor insiste en hablar con Alfonso, pero Sara se niega y lo echa de su casa. Después de que Nicanor se va, Sara se da cuenta de que Alfonso ha estado bebiendo coñac y se enfada con él. Alfonso le explica que Nicanor le había dado el coñac y que él no vive allí. Sara se preocupa por la seguridad de Alfonso y decide que deben quedarse en casa. Mientras tanto, Juan Olmedo, el esposo de Sara, está en una boda en Madrid y se siente inquieto y con miedo. Cuando regresa a casa, Sara le propone celebrar la Navidad juntos y cocinar un pavo. Juan acepta y se siente aliviado de estar a salvo con Sara. El capítulo termina con Sara disfrutando del viento del levante que limpia y renueva su casa.

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