Las edades de Lulú

10 minutos

Prólogo Quince años después

En este capítulo, la autora comienza hablando de cómo empezó a escribir Las edades de Lulú en otoño de 1987. A pesar de haber querido ser escritora desde siempre, había empezado varias novelas sin poder terminar ninguna. En aquel entonces, trabajaba como escritora de encargo para diversas editoriales, lo que le permitió aprender el oficio y familiarizarse con la disciplina de la escritura. Aunque su trabajo no era sometido a un control de calidad riguroso, le permitió empezar a escribir.

En 1987, empezó a trabajar para el grupo editorial Anaya, donde coordinaba una colección de guías turísticas. Por las tardes, se dedicaba a redactar los pies de fotos de la Biblioteca Iberoamericana. Sin embargo, cuando no pudo hacer frente a tanto trabajo, contrataron a otra redactora para repartirse el trabajo. A pesar de ello, la autora se sentía agradecida por haber tenido la oportunidad de empezar a escribir.

La autora menciona que su soberbia es su principal defecto, pero también le ha dado fortaleza y ambición. Luego, relata un episodio en el que una mujer la invitó a celebrar que había ganado un accésit en un certamen literario, lo cual despertó en ella una determinación de demostrar su valía como escritora.

La autora habla de cómo decidió empezar a escribir "por Boris Vian", inspirada por su novela Escupiré sobre vuestra tumba. Decidió escribir una novela erótica inspirada en Con las mujeres no hay manera, otra novela de Vian. Sin embargo, se dio cuenta de que el problema no era adónde llegaba su protagonista, sino de dónde venía. Así, abandonó ese proyecto y empezó a escribir Las edades de Lulú.

La autora menciona que ha tenido que releer su novela en los últimos años para responder preguntas de estudiantes de doctorado. Durante este proceso, se dio cuenta de que la novela estaba mal escrita en algunos aspectos. Por eso, decidió corregir el texto sin reescribir el libro, eliminando puntos y adverbios de modo innecesarios.

La autora habla de cómo ha sentido una deuda con el personaje de Ely por no haberla tratado como se merecía. Durante el proceso de corrección, se enfrentó a la dificultad de escribir sobre un transexual en femenino, pero está satisfecha de haberlo logrado.

La autora menciona que la recepción de Las edades de Lulú ha cambiado con el tiempo. Agradece a los lectores que apoyaron la novela desde el principio, como Juan García Hortelano, Beatriz de Moura, Daniel Fernández, Jorge Edwards, Eduardo Mendicutti y otros escritores que hablaron bien de su libro.

La autora también menciona las críticas que ha recibido, especialmente en relación a la sexualidad de su personaje. Considera que estas críticas reflejan una discriminación hacia las mujeres y una falta de comprensión de la literatura.

En conclusión, la autora expresa su gratitud hacia los lectores que apoyaron su novela y habla de cómo ha cambiado su percepción de la obra a lo largo del tiempo. A pesar de las críticas, sigue considerando Las edades de Lulú como un buen libro y está satisfecha de haberlo escrito.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, el narrador describe una imagen que ha presenciado en una película pornográfica. En la escena, dos hombres flanquean a un actor desconocido, quien está a cuatro patas sobre una mesa, esperando. La narradora siente una extraña fascinación por esta escena, deseando estar del otro lado de la pantalla y participar en ella. Observa cómo la mujer comienza a realizarle sexo oral al desconocido, mientras que el otro hombre lo acaricia y golpea. La narradora experimenta una mezcla de excitación y repulsión al presenciar esta escena, y se identifica con el desconocido, deseando poseerlo y causarle dolor. La escena continúa con la mujer introduciendo sus dedos en el desconocido, mientras que el otro hombre se masturba. Finalmente, el hombre rubio sodomiza al desconocido, y la narradora siente un extraño regocijo al presenciar esta escena. La narradora reflexiona sobre sus propias experiencias de autolesión y se siente atraída por la idea de la sodomía. La escena termina con el hombre rubio eyaculando y volviendo a penetrar al desconocido. La narradora se siente excitada y su cuerpo arde.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, la protagonista narra un día extraño desde el principio. Recibe una llamada de su cuñada, quien le cuenta que su exmarido está saliendo con una chica nueva. La protagonista trabaja en una agencia editorial y está ocupada, por lo que rechaza el encargo de su cuñada para editar un libro. Durante el día, tiene problemas en el trabajo y recibe una llamada del colegio de su hija, donde le informan que la niña parece estar triste y ausente. Al final del día, su amiga Chelo la llama y le cuenta sobre sus problemas en las oposiciones. La protagonista se siente abrumada por todo lo que ha sucedido en el día.

Cuando regresa a casa, encuentra a su hermano Marcelo y a su exmarido Pablo. Marcelo está enfermo y Pablo está preocupado por él. Luego, Pablo invita a la protagonista a ir a un concierto, a pesar de que ella está vestida con su uniforme escolar. A pesar de su resistencia, la protagonista acepta ir al concierto con Pablo. Durante el trayecto, la protagonista se siente incómoda y se da cuenta de que Pablo la está mirando de manera inapropiada.

En el concierto, la protagonista se siente ridícula y todos la miran. Después del concierto, Pablo la lleva a un bar y la protagonista se siente cada vez más incómoda. Pablo la lleva a su casa, pero en lugar de llevarla a su casa, la lleva a un taller de moda donde trabaja su madre. La protagonista se siente confundida y asustada, pero Pablo la convence de quedarse allí. Finalmente, la protagonista accede y se queda en el taller de moda de la madre de Pablo.

Siguiendo este capítulo, Lulú narra los acontecimientos que sucedieron después de su encuentro sexual con Pablo. Despiertan juntos y él la lleva a desayunar porras. Luego, Lulú le cuenta a su amiga Chelo lo sucedido, pero Chelo se enfada al enterarse de que Lulú no tomó precauciones anticonceptivas. Lulú se defiende y le dice que no entiende nada. Después, Lulú llama a Patricia para que cuide a Inés y poder salir a divertirse con Chelo.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, la protagonista narra una noche en la que todo les sale mal. A pesar de comer y beber en exceso, no logran mejorar su estado de ánimo. Chelo está preocupada por sus oposiciones y no sabe qué hacer con su vida si las suspende. La protagonista, por su parte, se siente perdida después de abandonar a Pablo. Deciden irse a casa, pero al salir a la calle se encuentran con un grupo de prostitutas vestidas de forma llamativa. La protagonista reconoce a Ely, una antigua conocida, y decide hablar con ella desde el coche. Ely le cuenta que ha vuelto a Madrid y está enamorada. Después de una breve conversación, la protagonista se enfada y se va. En el coche, Chelo le pregunta por qué se pone así y la protagonista le confiesa que ha dejado a Pablo. Chelo no se lo cree y la protagonista se enfada aún más. Al llegar a casa, la protagonista encuentra una cinta de vídeo con una imagen en la portada que le llama la atención. Chelo le explica que es una película que trajo Sergio, pero no la han visto. La protagonista decide llevársela y se despide de Chelo, quien está enfadada con ella.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, el narrador observa a un grupo de jóvenes adolescentes que se entretienen de una manera peculiar: explorando su sexualidad. Los describe como conmovedores y hermosos, pero también aburridos y solitarios. El narrador siente una especie de furor maternal hacia ellos y le gustaría consolarlos, pero sabe que probablemente lo rechazarían. Observa cómo juegan entre ellos, intercambiándose roles y explorando su curiosidad por el sexo opuesto. Una chica rubia se une a ellos, pero el narrador la considera vulgar y se alegra de que los chicos la ignoren. La escena se vuelve más intensa cuando uno de los chicos juega una broma a otro, haciéndole creer que le hará daño, pero en realidad es solo una broma. Luego, el líder del grupo decide hacer una "prenda" al perdedor de un juego y se produce un acto sexual entre ellos. El narrador encuentra conmovedor el juego y la inocencia de los jóvenes, pero también siente una mezcla de envidia y violencia hacia ellos. Después de observarlos durante un tiempo, el narrador se despierta de un sueño y se da cuenta de que tiene que despertar a Inés, su hija, y llevarla al colegio.

Capítulo sin nombre 6

En este capítulo, la narradora cuenta cómo solía jugar a cazar travestis con su esposo Pablo. Aunque sabía que era injusto y malvado, se justificaba diciendo que era en solidaridad con las prostitutas tradicionales. Salían en el coche y cuando los travestis se acercaban, aceleraban para asustarlos. Sin embargo, un día uno de ellos golpeó a Pablo. La narradora, enfurecida, salió del coche y comenzó a insultar al agresor. Finalmente, se enfrentó a él y terminaron peleando. Después de la pelea, la narradora y Pablo invitaron al travesti, llamado Ely, a cenar. Durante la cena, Ely se comporta de manera extravagante y sugiere tener relaciones sexuales con ellos. Aunque Pablo rechaza la propuesta, la narradora decide tener relaciones sexuales con Ely mientras Pablo los observa. Después de un rato, Pablo se une a ellos y tienen un encuentro sexual a tres.

Siguiendo este capítulo, la narradora recuerda un encuentro sexual que tuvo con Pablo, donde también estaba presente Ely, un hombre que se encontraba en el suelo lamiendo lo que la narradora no aprovechaba. Después del encuentro, la narradora se queda quieta tratando de recuperar el control sobre sí misma mientras Pablo se viste. Luego, se dan cuenta de que Ely se ha ido y salen juntos a la calle riéndose.

En el coche, la narradora pregunta a Pablo si le ha dado dinero a Ely y si lo ha aceptado. Pablo se ríe y confirma que sí lo ha aceptado, ya que vive de eso. Luego, la narradora reflexiona sobre la ciudad de Madrid y su caos, pero también sobre la comodidad de vivir en medio de ese desastre.

Después, la narradora le pregunta a Pablo si alguna vez se ha acostado con un hombre. Pablo se ríe y le dice que no lo ha hecho, pero que en la cárcel tuvo una experiencia con un portugués. Pablo cuenta que él y Marcelo se gastaron el dinero de la narradora en pagarle al portugués por servicios sexuales. Sin embargo, Pablo reflexiona sobre su experiencia en la cárcel y cómo el comunismo le hizo replantearse sus deseos.

Finalmente, la narradora recuerda un episodio en el que su madre fue a visitar a Marcelo a la cárcel y le pidió que le aconsejara a la narradora que dejara de oler las cosas. La narradora recuerda que en esa época descubrió que su olor había cambiado y se obsesionó con olerlo todo. Pablo confiesa que se enamoró de la narradora en ese momento y esperó pacientemente para intervenir en su "perdición".

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, la protagonista narra diferentes situaciones que ha vivido recientemente. Comienza hablando de cómo se ha recuperado de unas agujetas que le habían estado molestando durante dieciséis días. Luego, relata cómo al llegar a casa se encuentra con su hermana Amelia llorando y su madre le informa que Pablo, un amigo de la familia, se va a vivir al extranjero. La protagonista se sorprende y comienza a pensar en la posibilidad de irse también a otro país. Más tarde, se entera de que Amelia está enamorada de Pablo y esto le causa cierta molestia. Después, la protagonista se encuentra con su madre, quien le confiesa que ella no la necesita tanto como a sus otros hermanos, ya que es fuerte e inteligente. La protagonista asiente, aunque en su interior desea que su madre la necesite y la quiera. Luego, la narradora cambia de escenario y se encuentra en un internado, donde la directora le cuenta a su padre que ella ha tenido comportamientos inapropiados y obsesiones sexuales. La protagonista se siente atraída por su padre y fantasea con tener una relación íntima con él. Finalmente, la narradora describe diferentes situaciones en las que ella y su padre tienen encuentros sexuales en diferentes lugares y circunstancias.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, la protagonista se encuentra con su antiguo amante, Félix, en la facultad. A pesar de su aspecto extravagante, Félix se niega a ser visto con ella y rechaza su invitación a tomar algo. La protagonista recuerda cómo se conocieron y cómo su relación se desarrolló en el pasado. Luego, relata cómo se preparó para el encuentro con Félix, vistiendo un uniforme escolar y llevando consigo un juguete sexual que él le había regalado años atrás. Después de la reunión, la protagonista se encuentra con Pablo, su antiguo amante y padre de su hija. Ambos se encuentran en la casa de Pablo y tienen relaciones sexuales, aunque la protagonista experimenta dolor durante el acto. Después del encuentro, Pablo le propone matrimonio, y aunque la protagonista sospecha que está mintiendo, acepta su propuesta.

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, la protagonista encuentra a dos hombres en la calle y los sigue hasta un bar. Allí, se encuentra con un conocido y habla por teléfono con su hermano para cancelar una cena. Luego, se encuentra con los dos hombres en el bar y entabla una conversación con ellos. Descubre que son pareja y que el más joven está enamorado del otro. Después de una discusión, acuerdan tener relaciones sexuales por una suma de dinero. Van a casa de la protagonista y tienen relaciones sexuales, pero ella se siente mal después. Al día siguiente, la protagonista se encuentra con su hermano y le cuenta lo sucedido. Luego, llega su hija con su novio y la protagonista se da cuenta de que su marido ha estado engañándola con otras mujeres. La protagonista tiene una discusión con su marido y él se va. Finalmente, la protagonista tiene una conversación con el novio de su hija y se da cuenta de que ambos tienen deseos de estar con su marido.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, la protagonista narra su vida en el barrio de Malasaña, donde se siente cómoda y segura. Sin embargo, tiene miedo de que su novio, Pablo, se entere de sus encuentros sexuales con otras personas. Por ello, decide contratar los servicios de Sergio, un camarero conocido de su amiga Chelo, para mantenerse alejada del lumpen y evitar que Pablo se entere de sus aventuras. A pesar de sus precauciones, la protagonista se encuentra con dificultades para encontrar a las personas adecuadas y se siente despreciada por algunos. Finalmente, una vieja compañera de la facultad le sugiere que pague por los encuentros sexuales que busca. La protagonista acepta y se encuentra con una pareja de hombres que cumplen con sus requisitos. Sin embargo, la situación se complica cuando Pablo le habla de un chulo llamado Remi. La protagonista se da cuenta de que no puede escapar de su vida anterior y se sumerge cada vez más en el mundo de la prostitución. A pesar de sus miedos y dudas, la protagonista encuentra en estos encuentros una sensación de seguridad y control sobre su vida. Sin embargo, también se da cuenta de que está perdiendo el control y que la situación se está volviendo peligrosa. A medida que se agota el dinero y aumenta el miedo, la protagonista se enfrenta a la posibilidad de que su vida se desmorone. A pesar de todo, sigue sintiendo un amor profundo por Pablo y recuerda momentos felices de su infancia juntos. Sin embargo, también se da cuenta de que su relación con él ha cambiado y de que está dispuesta a arriesgarlo todo por su propia satisfacción. El capítulo termina con la protagonista en una situación de sumisión y entrega total a sus deseos, pero también con un sentimiento de miedo y preocupación por lo que está por venir.

Capítulo sin nombre 11

En este capítulo, Marisa recibe una llamada de Remi, quien le propone asistir a una fiesta organizada por un cliente suyo. Aunque al principio Marisa rechaza la invitación, finalmente decide ir. Durante el día, Marisa reflexiona sobre su vida y su relación con Pablo, su exmarido. Luego, se prepara para la fiesta y se dirige a la casa de Pablo. Sin embargo, cuando intenta sorprenderlo, él la descubre y le dice que ya es demasiado tarde. Marisa escapa de la casa y se va, dejando atrás a su muñeca holandesa.

Capítulo sin nombre 12

En este capítulo, el narrador nos cuenta su relación con Encarna, una mujer que solía visitar cuando no podía ir a casa. Encarna solía tener un chalet en la calle Roma donde alquilaba habitaciones para encuentros sexuales. Sin embargo, debido a los cambios en el barrio, decidió vender el chalet y mudarse a un nuevo lugar con su sobrina y otras chicas. El narrador llega a la casa y se encuentra con Encarna, quien parece estar nerviosa y distante. A medida que avanza la noche, el narrador se encuentra con viejos conocidos y se da cuenta de que Manolo, alguien en quien confía, no está presente. A pesar de sus dudas, decide quedarse y participar en las actividades sexuales que se llevan a cabo en la habitación del fondo. Durante estas actividades, el narrador se da cuenta de que está siendo objeto de abuso y maltrato por parte de los demás participantes. A medida que la situación se vuelve más intensa y violenta, el narrador comienza a sentir miedo y desesperación, pero se da cuenta de que no puede escapar de la situación. El capítulo termina con el narrador reflexionando sobre la ironía de su propia muerte y la falta de disfrute que siente hacia los finales trágicos.

Capítulo sin nombre 13

En este capítulo, Lulú se encuentra en la casa de Pablo cuando de repente escucha a Encarna gritar pidiendo ayuda. Encarna escapa rápidamente por una puerta secreta en un armario y Lulú se da cuenta de que hay una redada policial. Lulú se queda en la casa con el alicantino y el niño mientras los demás huyen. Luego, Gus entra a la habitación con los nudillos ensangrentados y golpea a Lulú. Después, Pablo entra y también la golpea. Luego, Pablo lleva a Lulú a la azotea y le explica que él organizó la redada para protegerla. Lulú se siente confundida y agradecida al mismo tiempo. Después, Pablo lleva a Lulú a la casa de Mercedes, donde ella se despierta con resaca. Lulú encuentra una guirnalda de flores bordadas en su cintura y se da cuenta de que Pablo ha estado con ella. Finalmente, Pablo regresa y se acuesta junto a Lulú, quien finge estar dormida mientras él le habla en voz baja.

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