Circo Máximo

1 hora y 45 minutos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, se narra el amanecer del 15 de marzo del año 44 a.C. en la residencia de Cayo Julio César, dictador y Pontifex Maximus, en el centro de Roma. César se encontraba trabajando en su despacho cuando se detuvo para reflexionar sobre sus planes de conquista en Oriente. Aunque no estaba seguro de si tenía suficientes tropas para llevar a cabo su proyecto, estaba convencido de que podía lograrlo con la determinación adecuada. Después de revisar los mapas y tomar algunas notas, César sintió un poco de fresco y decidió guardar los papiros en un cesto. Luego se preparó para una reunión con varios senadores, a pesar de los malos presagios y las advertencias de su esposa Calpurnia. Antes de salir, decidió que volvería a revisar los mapas esa misma noche. Sin embargo, lo que César no sabía era que nunca tendría la oportunidad de llevar a cabo sus planes, ya que sería asesinado con veintitrés puñaladas. El cesto con los mapas quedó olvidado y nadie nunca leería su contenido.

1

En este capítulo, Plinio recibe la visita de Menenio, quien le suplica que salve a su hija. Menenio explica que su hija, Menenia, ha sido acusada de romper su voto de castidad como vestal y teme que sea condenada a muerte. Plinio se muestra preocupado por la gravedad del delito y la falta de pruebas, pero se compromete a defender a Menenia si hay una acusación formal. Menenio revela que el rumor de la relación prohibida de su hija con un auriga llamado Celer ha llevado a estas acusaciones. Plinio se da cuenta de que Menenio le ha ocultado algo y se preocupa por los secretos en el juicio. A pesar de esto, Plinio decide ayudar a su amigo y se compromete a luchar por la inocencia de Menenia.

2

En este capítulo, el arquitecto Apolodoro de Damasco es convocado por el emperador Trajano en la Domus Flavia. Trajano le pide a Apolodoro que construya un puente sobre el Danubio, algo que nunca se ha hecho antes. Apolodoro acepta el desafío y se compromete a construir el puente imposible. Después de la reunión, Apolodoro se encuentra con el filósofo Dión Coceyo, quien le advierte al emperador sobre los posibles enemigos que ha creado al confiscar las riquezas de los corruptos. Trajano reflexiona sobre las palabras de Dión y se pregunta si el palacio imperial está maldito. A pesar de las advertencias, Trajano se sumerge en sus planes para la campaña contra los dacios y se olvida de preguntar quién ha sido condenado a devolver más dinero. El capítulo termina con Trajano diciéndole a Dión que aunque no entiende todo lo que dice, lo respeta y lo admira.

3

En este capítulo, se narra la historia de Mario Prisco, un senador romano desterrado por orden de Trajano. Prisco se encuentra en Moesia Inferior, cerca de la desembocadura del Danubio, en un lugar inhóspito y frío. Observa las ruinas del edificio en el que vivirá durante los próximos meses o incluso años. Prisco ha sido condenado a pagar una multa de setecientos mil sestercios por delitos cometidos durante su proconsulado en África. Aunque acepta haber aceptado sobornos para ejecutar a inocentes, se pregunta si eso no lo hacen todos. Prisco se siente resentido y solo, sin amigos ni familia. Recuerda el largo juicio en el que fue condenado, presidido por Trajano, y se da cuenta de que el emperador lo ha desterrado a Moesia Inferior como ejemplo para aquellos que acepten sobornos. Prisco decide vengarse y recuperar su dinero perdido. Aunque no tiene un plan definido, sabe que debe reunir fuerzas para devolver el golpe. A pesar de un obstáculo inesperado, Prisco confía en que Trajano lamentará haberlo condenado y olvidará su nombre, lo que será su mejor arma. La cita de Plinio sobre el carácter de Prisco confirma su reputación de corrupción y crueldad.

4

En este capítulo, conocemos a Celer, un auriga veterano y victorioso de la corporación de cuadrigas de los rojos en la ciudad de Roma. A pesar de su popularidad, Celer se siente inseguro debido a los rumores de una supuesta relación sacrílega con la vestal Menenia. Aunque los rumores son falsos, Celer y Menenia son amigos de la infancia y se aman en secreto. Sin embargo, debido a la posición sagrada de Menenia como vestal, no pueden estar juntos. Celer se acerca a las cuadras para comprobar que todo está en orden antes de una gran carrera y se encuentra con Acúleo, el nuevo auriga de los azules. Acúleo, un tracio conocido por su violencia durante las carreras, amenaza a Celer y le dice que está muerto. A pesar de la tensión en la cuadra de los rojos, Celer desafía a Acúleo a enfrentarse en la arena del Circo Máximo. La expectación y las apuestas están altas, ya que por primera vez en mucho tiempo, las apuestas no están claramente a favor de Celer. Acúleo se aleja sin mirar atrás, sonriendo siniestramente y apretando los puños con fuerza.

5

En este capítulo, conocemos a Dochia, la hermana del rey Decébalo de Dacia. Ella es pretendida por muchos nobles debido a su posición como hermana del rey, lo que los acerca a la sucesión al trono. Dochia duda de las intenciones de estos nobles y se pregunta si realmente la quieren a ella o solo buscan el poder. Diegis, uno de los nobles, llega al palacio para hablar con Dochia. Aunque ella no siente pasión por él, reconoce que es la mejor opción de matrimonio. Diegis revela que debe viajar a Roma para negociar el pago de oro y plata que los romanos deben a los dacios. Dochia muestra preocupación por su viaje y Diegis explica que si los romanos no pagan, su hermano declarará la guerra. Dochia se opone a una nueva guerra y Diegis la considera una mujer que no entiende de guerras. La visita de Diegis termina y Dochia se queda sola, preguntándose si alguna vez sentirá pasión y si el amor realmente existe.

6

En este capítulo, Longino y Lucio Quieto son convocados por el César Trajano en un pasadizo subterráneo que conecta la Domus Flavia con el Circo Máximo. Trajano quiere hablar con ellos de algo importante sin llamar la atención. Longino y Trajano se conocen desde la adolescencia, cuando cazaban juntos en Hispania. Longino quedó tullido en un accidente de caza, pero Trajano lo ha mantenido a su lado en sus campañas. Aparece el emperador con su séquito y Suburano, el prefecto del pretorio, vigilando la seguridad. Trajano les anuncia que quiere reunir varias legiones para realizar una gran ofensiva en Moesia Superior. Longino y Quieto se alegran de volver a combatir y preguntan dónde exactamente se reunirán las legiones. Trajano responde que en Vinimacium y explica que ha dejado de pagar al rey Decébalo de Dacia, lo que provocará una respuesta agresiva. Decébalo ya ha atacado guarniciones fronterizas y Trajano quiere estar preparado para la guerra. Deciden atacar primero y obtener el apoyo del Senado. La conversación termina y el cortejo imperial continúa hacia el Circo Máximo.

7

En este capítulo, Menenia, una joven vestal, le suplica a la Vestal Máxima Tullia que no asista al Circo Máximo por miedo a los rumores que la vinculan con un auriga. Sin embargo, Tullia insiste en que debe comportarse con normalidad para evitar que las habladurías crezcan. Menenia teme ser juzgada injustamente, ya que en los últimos años han acusado y condenado a varias vestales sin pruebas. Menenia llora recordando a Cornelia, la anterior Vestal Máxima, quien fue ejecutada por un supuesto crimen incesti. A pesar de las palabras de Cornelia, Menenia se siente atrapada y teme las consecuencias de haber presenciado algo que no debería haber visto. A pesar de sus dudas, Menenia decide seguir a Tullia al Circo Máximo. Mientras tanto, en el Templo de Vesta, la llama sagrada parece temblar nerviosa, pero solo Menenia es capaz de sentirlo.

8

En este capítulo, el emperador Trajano asiste al Circo Máximo acompañado de su familia. Aunque su madre no puede asistir debido a su mala salud, Trajano se siente obligado a asistir a los eventos públicos para demostrar su autoridad. A pesar de las dudas de algunos senadores sobre su capacidad para gobernar, el pueblo lo recibe con aplausos debido a las mejoras que ha realizado en el Circo Máximo. Sin embargo, Trajano se preocupa por la situación financiera del Imperio y la necesidad de reconstruir y mejorar las infraestructuras. Mientras tanto, en los carceres del Circo, Celer, un auriga, se prepara para una carrera amañada. A pesar de las trampas, Celer confía en sus habilidades y en sus rituales supersticiosos para tener éxito en la carrera. La tensión aumenta mientras los aurigas se preparan para la salida y Celer se enfrenta a Acúleo, el auriga de los azules. A pesar de las dificultades, Celer está decidido a ganar la carrera. En la arena del Circo, los preparativos finales se llevan a cabo antes de que comience la carrera. Todo está listo para el emocionante y peligroso evento.

9

En este capítulo, nos encontramos en el Circo Máximo de Roma, donde el editor de los juegos, Lucio Licinio Sura, se encuentra en el palco imperial con el emperador Trajano y su esposa Plotina. Sura recomienda a Claudio Liviano como sustituto de Suburano al mando de la guardia pretoriana, y Trajano acepta la recomendación. Mientras tanto, en el palco de las vestales, Tullia intenta tranquilizar a Menenia, quien está nerviosa por las acusaciones de crimen incesti en su contra. Menenia se encuentra preocupada por la mirada penetrante de Trajano hacia ella. En el palco imperial, Plotina le sugiere a Trajano que haga algo al respecto, pero él se niega a gobernar basándose en rumores. Luego, comienza la carrera de cuadrigas en el Circo Máximo. Celer, uno de los aurigas, se encuentra en una posición desfavorable debido a un choque entre otros carros. A pesar de esto, logra evitar el accidente y continúa en la carrera. En las gradas, la gente disfruta del espectáculo, mientras que en el palco de las vestales, Menenia se levanta nerviosa al presenciar el accidente, pero luego se sienta y evita mirar. La Vestal Máxima nota la reacción de Menenia y se preocupa por la presión que esto puede generar en Trajano. En la pista, Acúleo lidera la carrera, seguido por otros aurigas. En el palco imperial, Trajano se muestra preocupado por su hija Vibia, quien se casó con Adriano el año anterior. Plotina defiende la decisión y menciona que esto fortalecerá los lazos familiares. En la pista, los esclavos retiran a los aurigas heridos y los restos de las cuadrigas accidentadas.

10

En este capítulo, el arquitecto Apolodoro llega a Vinimacium, la capital de Moesia Superior, después de un largo viaje. Con su salvoconducto imperial, es escoltado hasta el praetorium, donde es recibido por el legatus Tercio Juliano. Sin embargo, Juliano muestra hostilidad hacia Apolodoro debido a sus malas experiencias anteriores con personas que portaban un salvoconducto imperial. Apolodoro intenta explicar su misión de revisar la frontera del Danubio, pero decide no revelar el objetivo exacto en ese momento. Juliano, aunque desconfiado, accede a proporcionarle una escolta de treinta jinetes para su misión. Apolodoro se compromete a encontrar el lugar que busca y se retira de la sala de mando. Juliano confirma su teoría de que los portadores de un salvoconducto imperial solo traen problemas.

11

En este capítulo, Celer observa varias cosas en la arena del Circo Máximo. Primero, nota que el primer delfín de bronce cae, indicando que ha terminado la primera vuelta de la carrera. Luego, ve cómo los dos carros blancos que lo preceden toman mal el giro debido a la inexperiencia de los aurigas. Estos aurigas no pueden controlar bien a los caballos y se alejan demasiado al girar alrededor de los conos que marcan el final de cada recta. Estos conos, conocidos como metae, sirven como protección para las decoraciones de la spina. Sin ellos, las estatuas y el obelisco egipcio podrían haber sido dañados por los carros. Celer concluye que los aurigas blancos tienen demasiado miedo de acercarse a las columnas metae, lo que le da una ventaja. Pasan por la recta frente al palco imperial en la misma posición, con Acúleo destacándose. Se acercan al primer giro de la segunda vuelta y Celer ve su oportunidad de adelantar al auriga blanco. Ordena a Niger que recorte por dentro de la curva, lo cual es un adelantamiento peligroso pero posible. Niger obedece y logran completar el adelantamiento sin problemas. Celer ahora está en sexta posición y la multitud lo vitorea por su audacia. La plebe espera más accidentes y disfruta del espectáculo.

12

En este capítulo, nos encontramos en la biblioteca del Porticus Octaviae en Roma, donde Cayo Suetonio Tranquilo está revisando los archivos. Suetonio ha sido nombrado intendente supremo de todas las bibliotecas de Roma por el emperador Trajano, con la misión de recuperar y ordenar los fondos. Suetonio se siente abrumado por la responsabilidad y recuerda una entrevista con el emperador en la que se quedó sin palabras. Decidido a demostrar su valía, Suetonio se propone catalogar minuciosamente los fondos y rehabilitar las bibliotecas. Durante su revisión, descubre que muchos rollos que se creían perdidos están en realidad en la biblioteca del Porticus Octaviae. Suetonio concluye que se necesitan reparaciones y una nueva biblioteca para albergar todos los rollos. También se da cuenta de la falta de textos griegos importantes y sugiere buscar en las bibliotecas privadas de los senadores y patricios. En medio de sus reflexiones, un asistente le informa que han encontrado un cofre enterrado bajo los cestos. Suetonio ordena sacarlo y lo lleva a su despacho. Después de examinarlo, decide forzarlo y descubre que contiene algo que alguien ha querido ocultar durante mucho tiempo.

13

En este capítulo, nos encontramos en el Circo Máximo de Roma, donde el emperador Trajano está viendo una carrera de carros. Trajano se siente incómodo debido a varios incidentes, como el silencio con el que fue recibida una vestal y los comentarios de su esposa sobre el matrimonio de Vibia Sabina con Adriano. Además, un auriga de los rojos está sorprendiendo al público a pesar de no tener posibilidades de ganar la carrera.

Trajano decide levantarse y buscar una bandeja de fruta para distraerse. En su camino, se encuentra con Plinio y Dión Coceyo, quienes también están en el palco imperial. Plinio llega tarde a las carreras y Trajano bromea al respecto. Luego, Trajano menciona a Suetonio, un hombre que recomendó para el puesto de procurador de la biblioteca imperial, pero del que no está muy convencido.

Plinio defiende a Suetonio, asegurando que es un hombre callado pero competente. Trajano acepta la recomendación de Plinio y decide darle una oportunidad a Suetonio. Después de esta conversación, Trajano regresa a su asiento y continúa viendo la carrera.

Plinio se siente intranquilo por la conversación con Trajano, pero confía en que Suetonio cumplirá con su tarea. Luego, Plinio y Dión Coceyo comentan sobre la situación de la carrera, mientras Trajano se interesa por el auriga de los rojos que está luchando a pesar de no tener posibilidades de ganar.

La tensión aumenta cuando el auriga de los rojos intenta adelantar a otro auriga, pero es bloqueado y se ve obligado a apartarse. A pesar de que el rojo no tiene posibilidades de ganar, su tenacidad despierta cierta simpatía en Trajano. Sin embargo, el emperador se recuerda a sí mismo que no puede permitirse tener simpatías.

La narración termina con la carrera aún en curso, quedando cuatro vueltas por correr.

14

En este capítulo, se narra la historia de Marcio, un antiguo gladiador romano que se ha establecido en la frontera con Dacia junto a su esposa sármata, Alana. A pesar de ser un extranjero, Marcio es aceptado por los sármatas debido a sus habilidades de combate. Alana le pide que luche contra uno de ellos, pero sin matarlo. Marcio logra vencer a su oponente y, siguiendo las indicaciones de Alana, lo deja libre. A partir de ese momento, Marcio se integra completamente en la comunidad sármata y aprende su idioma. Alana da a luz a una niña llamada Tamura y todo parece ir bien hasta que comienzan los combates en la frontera. Marcio intuye que se avecina una guerra y sugiere a Alana que se muden más al norte. Sin embargo, ella no está preocupada y afirma que la lucha constante hace que su pueblo sea fuerte. Marcio, por su parte, siente que esta guerra será diferente debido a los cambios que están ocurriendo en el mundo, como la llegada de un nuevo emperador hispano a Roma.

15

En este capítulo, la carrera en el Circo Máximo continúa y Celer, el auriga de los rojos, está en cuarto lugar. A pesar de la falta de tiempo, Celer está decidido a ganar la carrera y sigue corriendo al límite. En el palco imperial, el emperador Trajano observa admirado la actuación de Celer. Sin embargo, su atención se desvía cuando el jefe del pretorio, Suburano, se acerca con una expresión seria. Trajano teme que haya estallado una guerra, pero Suburano le informa de que el senador Pompeyo Colega ha acusado formalmente a la vestal Menenia de cometer incesto con Celer. La acusación ha sido presentada ante el Colegio de Pontífices y Colega afirma tener testigos que declararán en su contra.

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En este capítulo, Cayo Suetonio Tranquilo se encuentra en la Biblioteca del Porticus Octaviae en Roma. Cierra la puerta y la ventana para asegurarse de que nadie pueda ver lo que está haciendo. La habitación está iluminada por una lámpara de aceite para evitar incendios. Suetonio abre un cofre y saca una docena de rollos de papiro que se conservan bien gracias al metal que los protege de la humedad y los incendios. Alguien llama a la puerta, pero Suetonio les dice que está ocupado y continúa con su trabajo.

Suetonio se sienta en una mesa y despliega los rollos. El primero es una serie de poemas llamados "Carmina et prolusiones", que Suetonio considera mediocres. Luego encuentra un rollo sobre los astros y otro con una colección de dichos o frases de fuerza. También encuentra un poema llamado "Iter" y una pieza de teatro llamada "Oedipus". Suetonio lee algunos párrafos, pero no encuentra nada especial en ellos.

Continúa leyendo más rollos, incluyendo un poema de alabanza a Hércules y una diatriba contra Catón. Luego encuentra una serie de cartas firmadas con el mismo nombre. Además, hay rollos que contienen información militar sobre la defensa del Imperio y estrategias de guerra. Suetonio se da cuenta de la importancia de lo que ha encontrado y comprende que estos rollos contienen los planes de un dios.

17

En este capítulo, el emperador Trajano recibe la noticia de que la vestal Menenia ha sido acusada de incesto con un auriga. Mientras observa la carrera en el Circo Máximo, Trajano se da cuenta de que el auriga acusado está luchando por mantenerse en una buena posición. Trajano mira a Menenia, quien evita su mirada. La emperatriz Plotina le aconseja que tome medidas, pero Trajano se siente exasperado por tener que llevar a cabo un juicio contra Menenia y el auriga, a quienes cree inocentes. Sospecha que las acusaciones son falsas y que alguien está tratando de crearle problemas. A pesar de esto, Trajano se concentra en la carrera.

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En este capítulo, Juan se encuentra encarcelado en una celda oscura y olvidada en la Isla de Patmos. Un día, la puerta de su celda se abre y es llevado al exterior por unos legionarios. Aunque débil y casi ciego, Juan es informado de que ha sido liberado por órdenes del palacio imperial de Roma. Sin embargo, siente miedo al enfrentarse a lo desconocido en la isla. Un grupo de cristianos se acerca a él y le informa que el nuevo emperador ha detenido las persecuciones y que han venido a llevarlo a Éfeso para que se recupere. Juan se preocupa por sus escritos que han quedado en la celda, pero uno de los cristianos va a buscarlos y los entrega a Juan. Finalmente, la comitiva de cristianos se dirige al puerto para partir hacia Éfeso.

19

En este capítulo, la carrera en el Circo Máximo continúa y Celer se encuentra en cuarta posición, detrás de los aurigas de los equipos verde y azul. El auriga verde, Pulcher, intenta adelantar al azul, Taurus, pero este último utiliza estratagemas para evitarlo. Acúleo, el líder del equipo azul, le advierte a Taurus que nadie debe acercarse a él, ya que hay mucho dinero en juego. Taurus está dispuesto a hacer lo que sea necesario para ganar. Pulcher intenta adelantar por el interior, pero Taurus lo cierra y ambos carros chocan. Pulcher logra completar el giro, pero su carro está dañado. Taurus ve cómo Pulcher es arrollado por otros carros y luego sufre un accidente él mismo, estrellándose contra el muro de la spina y muriendo. Celer logra evitar el caos y continúa la carrera. Solo queda una vuelta y Celer se da cuenta de que no podrá alcanzar a Acúleo, pero decide seguir intentándolo. A pesar de haber comenzado en la peor posición, Celer ha logrado llegar al segundo lugar.

20

En este capítulo, Tercio Juliano, el legatus de Moesia Superior, se encuentra en su praetorium cuando un centurión entra y le informa que hay alguien más que desea hablar con él. Resulta ser un oficial dacio llamado Diegis, quien se ha entregado a una turma romana en el Danubio y afirma ser embajador del rey Decébalo. Tercio Juliano decide hablar con él y le pregunta qué quiere. Diegis explica que su rey lo ha enviado para parlamentar con el emperador romano. Tercio Juliano, impresionado por la valentía de Diegis, decide darle una escolta y enviarlo al emperador para que decida qué hacer con él. Diegis es escoltado fuera del praetorium por los legionarios y Tercio Juliano se queda a solas, reflexionando sobre las negociaciones y la inminente guerra que se avecina.

21

En este capítulo, se desarrolla la séptima vuelta de la carrera en el Circo Máximo de Roma. Los verdes están en una mala posición, con dos aurigas fuera de la carrera y el tercero siendo adelantado por los aurigas de los rojos. Los azules dominan la pista con Acúleo en primera posición. Los partidarios de los rojos siguen soñando con la victoria, aunque piensan que la carrera ha sido amañada. Por otro lado, los apostadores de los azules ya calculan sus ganancias. Celer, el auriga de los rojos, ve que es imposible alcanzar a Acúleo, pero tiene una idea arriesgada para ganar. Decide arrojarse del carro y pasar por encima de los carros accidentados en el último giro. Aunque sabe que puede morir en el intento, está dispuesto a derrotar a Acúleo. Celer se arroja al vacío y logra evitar ser atropellado por los carros que lo siguen. Acúleo se da cuenta de lo que está sucediendo y se preocupa por la carrera. Los caballos de los rojos, liderados por Niger, logran superar a los caballos de los azules en el último giro y ganan la carrera. El público se emociona y los corredores de apuestas tienen que pagar a los que apostaron por los rojos. Celer es recibido como un héroe en las cuadras del Circo.

22

En este capítulo, Mario Prisco, un senador desterrado, se encuentra examinando los conductos de aire caliente de su casa en Moesia Inferior. Recibe la visita de un hombre misterioso que se niega a revelar su nombre. El visitante le recuerda a Prisco que se le ha proporcionado dinero a cambio de sus servicios y que se espera que obtenga resultados pronto. Prisco sugiere que podría lograr mejores resultados si se le permitiera regresar a Roma o acercarse a la ciudad. Sin embargo, el visitante le advierte que aún no es posible obtener el perdón ni el permiso del emperador para su regreso. Le insta a obtener resultados antes de pedir cualquier cosa. Prisco menciona la posibilidad de venganza, pero el visitante le recuerda que debe tener paciencia y conseguir resultados antes de pedir cualquier otra cosa. El visitante se marcha y Prisco reflexiona sobre la posibilidad de causar problemas al emperador y sobre si algún día se le pedirá que atente contra la vida de alguien cercano al César. Prisco guarda rencor hacia un hombre llamado Longino y espera verlo muerto algún día. Termina el capítulo cerrando las puertas de su residencia y considerando la posibilidad de que alguien tenga el coraje de pedirle algo más grande en el futuro.

23

En este capítulo, Tullia y las demás sacerdotisas de Vesta deciden retirarse del Circo Máximo después de presenciar la carrera de cuadrigas. Menenia, aunque feliz, intenta ocultar sus sentimientos y actuar de manera distante. Mientras tanto, Acúleo, deshidratado y preocupado por haber perdido la carrera, se encuentra en las cuadras del circo. Celer, el auriga de los rojos, celebra su victoria mientras Acúleo intenta confrontarlo, pero es interrumpido por la llegada de los pretorianos. Suburano, el jefe del pretorio, detiene a Celer bajo la acusación de cometer crimen incesti con Menenia. En el pasadizo del Circo Máximo a la Domus Flavia, Trajano camina de regreso al palacio imperial y habla con Plinio sobre la acusación contra Menenia. Trajano le pide a Plinio que defienda a Menenia en el juicio. Plinio se queda confundido y se pregunta por qué el emperador le ha dado esta responsabilidad. La comitiva imperial continúa su camino, dejando a Plinio solo en el túnel.

24

En este capítulo, Apolodoro está deprimido porque ha decidido salir de Vinimacium en dirección este, con la esperanza de encontrar un lugar más fácil para cruzar el río Danubio. Sin embargo, se encuentran en las gargantas más profundas que ha visto nunca, con el río empotrado entre altas murallas de roca. Apolodoro intenta medir la profundidad del río utilizando una cuerda, pero descubre que es demasiado profundo, incluso llegando a los 150 pies en ciertos puntos. A pesar de esto, Apolodoro sigue buscando un lugar donde el río sea menos profundo para construir un puente, pero se da cuenta de que esto implicaría un puente muy largo y muchos pilares para sostenerlo. Están ante un trabajo de años y no está seguro de que el emperador esté dispuesto a esperar tanto tiempo.

25

En este capítulo, Plinio espera a un hombre llamado Atellus en su casa en Roma. Atellus es conocido por ser un veterano de guerra y por proporcionar información útil y fidedigna a cambio de dinero. Plinio le explica que necesita sus servicios para reunir pruebas que demuestren la inocencia de la vestal Menenia y el auriga Celer, quienes están siendo acusados de un delito. Sin embargo, Plinio le explica a Atellus que no importa la inocencia de la vestal, ya que incluso si se demostrara, habría personas que la seguirían considerando culpable. En cambio, Plinio quiere que Atellus reúna información sobre el acusador, el senador Sexto Pompeyo Colega, para encontrar algo con lo que ganar el juicio. Plinio también quiere saber por qué el senador Colega ha formulado una acusación falsa contra la vestal. Plinio le da a Atellus una bolsa de dinero como anticipo y le pide que actúe rápidamente, ya que el juicio se está moviendo con celeridad. Atellus acepta el encargo y se marcha con sus guardaespaldas germanos hacia la Subura para comenzar su investigación.

26

En este capítulo, el emperador Trajano convoca a su amigo Longino para hablar de asuntos personales en lugar de los preparativos para la campaña militar del norte. Trajano le explica a Longino la importancia de casarse bien y le sugiere que se case con una joven patricia de la familia Julia. Longino acepta la propuesta y se despide del emperador. Sin embargo, poco después, un pretoriano informa a Trajano de que el procurador de la biblioteca imperial, Suetonio, insiste en hablar con él. A regañadientes, Trajano permite que Suetonio entre y le muestra unos rollos de poemas y cartas del divino Julio César. Trajano se muestra inicialmente molesto por la interrupción, pero al leer los documentos, se da cuenta de su importancia. Suetonio le muestra otros rollos más importantes y Trajano decide quedarse con ellos. Después de asegurarse de que nadie más entre en su cámara, Trajano sale y se dirige al Aula Regia.

27

En este capítulo, el jinete herido llega a la fortaleza de Vinimacium y es llevado al hospital de las legiones. El legatus de la VII Claudia, Tercio Juliano, se presenta en el hospital y se sienta junto al mensajero herido. A pesar de las pocas posibilidades de sobrevivir, el legatus le pide al mensajero que le cuente sobre los atacantes. El mensajero intenta hablar pero solo escupe sangre y vomita. A pesar de su estado, el legatus nota que el mensajero viste como un pretoriano, lo que significa que el mensaje que llevaba era importante. El mensajero logra sacar una copia del mensaje antes de morir y el legatus lo toma. El mensaje había sido robado por los dacios y el legatus se da cuenta de que están cerca de la guerra.

En Sarmizegetusa, la capital de la Dacia, Vezinas se enorgullece de haber interceptado un mensaje del emperador romano. Decébalo, el rey de la Dacia, examina el mensaje pero no puede entenderlo. Deciden llamar a un renegado romano para que lo interprete. Décimo, un ex centurión romano que se pasó al bando dacio, llega nervioso al palacio real. Aunque no puede entender el mensaje, Décimo se da cuenta de que está cifrado y lo dice en voz alta. Decébalo ordena que se lleven a Décimo y se frustra por no poder entender el mensaje.

En Vinimacium, Tercio Juliano recibe un mensaje cifrado del emperador. Utilizando la clave de cifrado que le fue entregada al asumir su puesto, Tercio comienza a descifrar el mensaje. Descubre que es una orden para preparar todo en Vinimacium para seis a nueve legiones en el mes de junio. Tercio quema el mensaje original y se prepara para la guerra.

28

En este capítulo, Acúleo sale de una taberna en estado de embriaguez después de celebrar la detención de Celer. Camina por las oscuras calles de Roma acompañado de sus dos guardaespaldas númidas. Aunque siente la sensación de que alguien los sigue, no ve a nadie y decide continuar su camino. De repente, es atacado por un grupo de hombres armados con espadas. Acúleo es golpeado y maltratado, mientras los atacantes le reprochan por haber perdido una carrera en la que todo estaba a su favor. A pesar de su defensa, los hombres amenazan con matarlo. Acúleo propone devolverles el dinero perdido y les ofrece todo lo que tiene en su casa. Los hombres aceptan, pero antes de llevarlo a su casa, lo golpean nuevamente. Sin embargo, un hombre vestido con una toga senatorial interviene y sugiere que Acúleo aún puede ser útil en el asunto de Celer.

29

En este capítulo, Diegis, el embajador dacio, entra en la Aula Regia del palacio imperial en Roma para persuadir al nuevo emperador, Marco Ulpio Trajano, de que es mejor pagar una cantidad de oro y plata cada año que entrar en guerra con el pueblo dacio. Sin embargo, Diegis siente que algo ha cambiado en la sala desde su última visita. Diegis se detiene frente a Trajano y le transmite el saludo de su rey, Decébalo. Trajano reconoce la importancia del impago por parte de Roma para Decébalo y le dice a Diegis que Roma ya no pagará más a las tribus del norte del Danubio. Diegis amenaza con atacar si no se paga, pero Trajano le advierte que ningún dacio que cruce el Danubio volverá vivo a su patria. Trajano le ordena a Diegis que salga sin decir una palabra más, o su lengua será cortada. Después de que Diegis se va, Trajano consulta a sus consejeros y todos están de acuerdo en que el emperador actuó correctamente. Trajano también pregunta la opinión de Dión Coceyo, quien comenta que la declaración de guerra fue clara, aunque no se mencionó la palabra "guerra". Trajano sonríe y parece complacido con la respuesta de Coceyo.

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En este capítulo, Plinio se reúne con Menenia, una joven vestal acusada de crimen incesti. Plinio le explica que el amor entre Menenia y el auriga Celer no es un delito, pero si no pueden ocultar sus sentimientos durante el juicio, no les ayudará. Plinio le pregunta si sabe quién es él y Menenia responde correctamente. Plinio examina las facciones de Menenia mientras la interroga y nota algo en su rostro que le hace dudar. Plinio le explica que no tiene mucho con qué defenderla, ya que los senadores poderosos la acusan y traerán testigos en su contra. Menenia menciona que el emperador tiene la última palabra, pero Plinio no está seguro de hasta qué punto el emperador querrá manifestarse abiertamente. Plinio le pide a Menenia que le cuente si hay algo más que deba saber para el juicio. Menenia confiesa que vio algo que no debía haber visto y que puede afectarla negativamente en el juicio. Plinio queda impactado y le pide que no se lo cuente a nadie más.

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En este capítulo, se narra la historia de un puesto de vigilancia romano en la frontera norte de Moesia Inferior. Cayo, el legionario principalis, y Quinto, el legionario inmunis, inspeccionan la torre de vigilancia y deciden guardar parte de la paja seca en la planta baja. Mientras tanto, Akkás, un guerrero sármata, lidera un ataque sorpresa contra la torre junto a su grupo de guerreros. Matan a los legionarios que están fuera de la torre y luego prenden fuego a la empalizada que la rodea. Descubren que la torre está hecha de madera recubierta de adobe y la incendian también. Algunos legionarios intentan escapar, pero son quemados vivos. Marcio, un antiguo gladiador, observa la escena y se pregunta por qué los romanos acumulan tanta paja cerca de las torres de vigilancia, lo que facilita su incendio. Akkás considera a los romanos estúpidos, pero Marcio sabe que no lo son.

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En este capítulo, Ignacio se encuentra en un carro proporcionado por un comerciante de Antioquía que se ha convertido al cristianismo. Está viajando hacia Éfeso, donde su mentor y maestro, Juan, está muriendo. Ignacio recuerda el día en que conoció a Juan, cuando era niño y fue llevado por su padre a un profeta enigmático. Juan impidió que Ignacio se acercara al profeta, pero este último ordenó que los niños se acercaran a él y los bendijo. Ignacio sintió una paz que lo acompañaría durante toda su vida. A lo largo de los años, Ignacio y Juan se hicieron amigos y ahora Ignacio busca respuestas sobre el futuro de la humanidad después de que todos los que vieron a Jesús hayan desaparecido. Cree que Juan puede tener algunas respuestas y está preocupado por el fin del mundo que se acerca. Ignacio espera encontrar esas respuestas en su viaje hacia Éfeso.

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En este capítulo, Trajano convoca a todos los miembros de su consejo imperial para discutir los problemas financieros del Estado. Se encuentran presentes militares de confianza como Longino, Quieto y Nigrino, así como senadores como Celso, Palma, Lucio Licinio Sura y el anciano Frontino. También se permite la presencia del filósofo Dión Coceyo. Trajano expone la grave situación económica del aerarium público y del patrimonium privado del emperador, que están al borde de la quiebra. Frontino, experto en acueductos, presenta un informe detallado sobre la mala gestión y la falta de abastecimiento de agua en Roma. Revela que se pierde una gran cantidad de agua debido a la corrupción y a obras privadas ilegales que se conectan a la red de acueductos de la ciudad. Propone medidas para solucionar el problema, como destruir las obras privadas y cobrar un canon por el uso ilegal de los acueductos. También sugiere la construcción de un nuevo acueducto para abastecer el barrio de la Subura. Sin embargo, la falta de fondos impide llevar a cabo esta obra. Sura sugiere reducir gastos o aumentar impuestos, pero Trajano se muestra reticente a subir los impuestos por temor a que el pueblo compre menos y a que sus opositores políticos lo utilicen en su contra. El filósofo Dión Coceyo apoya la sugerencia de Sura y destaca la transparencia y austeridad de Trajano como ejemplo para exigir más esfuerzos a los demás. Trajano expresa sus preocupaciones y se muestra reacio a subir los impuestos. En ese momento, un centurión informa sobre los ataques de los dacios en la frontera del Danubio. Trajano ordena reconstruir las torres de vigilancia y pertrecharlas con paja. Longino comenta que estos ataques son una respuesta a la audiencia con el embajador de Dacia. Trajano menciona las manubiae como una fuente de financiación en caso de una victoria en la guerra. El capítulo termina con la reflexión de Trajano sobre la necesidad de una guerra y una victoria para obtener ingresos a través de las manubiae.

34

En este capítulo, se nos presenta a Cincinato, un tribuno militar que ha ganado su puesto a través de sus servicios en Britania y en la frontera del Rin. A pesar de sus años de excelentes servicios, Cincinato se siente frustrado al ser transferido a una pequeña fortificación de retaguardia en Vinimacium, justo cuando se espera una guerra contra los dacios. Él cree que podría ser más útil en Vinimacium, donde se están concentrando las legiones y donde hay mayores oportunidades de promoción. Sin embargo, Cincinato sabe que los puestos de mayor rango están reservados para senadores y patricios, por lo que sus esperanzas se centran en convertirse en praefectus castrorum. Antes de partir hacia el campamento de Drobeta, Cincinato recibe la orden de asistir a un arquitecto en todo lo que necesite. Aunque se siente decepcionado, Cincinato acepta la misión con disciplina, ya que es lo que el emperador Trajano desea. A pesar de recibir el reconocimiento de su superior, Cincinato se siente desolado mientras se dirige hacia Drobeta con sus dos cohortes.

35

En este capítulo, Menenia es convocada a la Regia por la Vestal Máxima, con la esperanza de que pueda encontrarse con Celer. Sin embargo, se encuentra con el emperador Trajano, quien le informa que debe partir al norte con urgencia y que no habrá tiempo para su juicio. Trajano confía en la inocencia de Menenia y le entrega un papiro para que lo custodie en el santuario de Opis. Además, le revela que hay una mujer al sur de la ciudad que puede ayudarla en caso de peligro. Menenia se dirige al santuario y se encuentra con Liviano y la Vestal Máxima, quienes reciben instrucciones de no permitir que nadie más acceda al santuario. Más tarde, Liviano ordena a los centinelas de la cárcel que aseguren la supervivencia de Celer hasta el regreso de Trajano.

36

En este capítulo, Alana intenta enseñar a Tamura a usar un arco que ella misma ha hecho. Marcio está preocupado de que la niña se lastime, pero Alana insiste en que los sármatas no se hacen daño. Alana dispara una flecha con éxito, demostrando que el arco funciona bien. Aunque Marcio duda de las habilidades de Alana para criar a una niña, todos los niños del poblado son entrenados en la lucha desde una edad temprana. El poblado sármata sale una vez al mes para luchar contra los romanos en la frontera del río. Marcio está preocupado por las posibles represalias de Roma. Un día, Marcio es herido por una flecha lanzada por Tamura, pero Alana y la niña se ríen de la situación. Marcio se enfada y Alana se lleva a Tamura, diciéndole que los gladiadores son más débiles que las guerreras sármatas.

37

En este capítulo, Plinio, un senador y abogado, se dirige al campamento del emperador Trajano para hablar con él sobre el juicio de Menenia, una vestal acusada de crimen incesti. A pesar de haber desobedecido una orden imperial al acudir al campamento, Plinio logra hablar con Trajano y le expone sus preocupaciones sobre el juicio. Plinio ha observado que Menenia no se parece físicamente a sus padres y sospecha que puede haber un secreto detrás de la acusación en su contra. Sin embargo, Trajano le advierte que no se enfoque en ese asunto y se concentre en defender a Menenia. Aunque Plinio comprende la orden del emperador, se queda con la intriga sobre el secreto y decide no investigar más. De regreso a Roma, Plinio se cuestiona por qué acusan a Menenia y quién es realmente esta vestal.

38

En este capítulo, el emperador Trajano se encuentra en el interior de la Dacia, escribiendo sobre los acontecimientos del día. Observa que la campaña no será fácil, ya que los dacios han destruido todo lo que podría ser útil para abastecer al ejército romano. A pesar de las dificultades, Trajano decide liderar a sus legionarios a pie y compartir su sufrimiento durante las largas jornadas de marcha.

Trajano sale de su tienda y se encuentra con Longino, uno de sus mejores oficiales, quien le informa que los dacios finalmente se han detenido en Tapae. Trajano decide que lucharán allí, pero Longino muestra preocupación por la falta de tropas de Tercio Juliano, que aún están lejos. Trajano convoca a todos los legati y oficiales de alto rango para discutir la situación.

Durante la reunión, Sura expresa sus dudas sobre entrar en el valle de Tapae, ya que es un lugar maldito y propicio para emboscadas. Quieto, por otro lado, está a favor de atacar y devolver el golpe a los dacios. Trajano comparte su plan de ataque, que implica desplegar las legiones en punta y avanzar en paralelo con las tropas auxiliares para proteger los flancos. También envía mensajeros a Tercio Juliano para que se una a ellos lo antes posible.

Trajano explica que no quiere esperar a Tercio Juliano porque teme que Decébalo se retire si ve a las legiones romanas unidas. Además, el invierno se acerca y sería difícil abastecer a las tropas en la región. Todos los legati aceptan el plan y se preparan para la batalla en el valle de Tapae. El capítulo termina con el grito de guerra de "¡Muerte o victoria!" por parte de los oficiales romanos.

39

En este capítulo, Apolodoro llega al campamento militar en Aizis, cubierto de polvo y barro después de viajar por las calzadas de Moesia Superior y los caminos de la Dacia. Había visto las obras que Trajano había ordenado hacer en las orillas del Danubio para mejorar las comunicaciones de la región. Apolodoro estaba exhausto y había cabalgado hacia el norte para encontrarse con el emperador y discutir el emplazamiento del puente sobre el Danubio. Trajano le pregunta sobre el progreso del puente y Apolodoro le muestra en el mapa el lugar seleccionado, Drobeta, que es el mejor emplazamiento para construir el puente. Trajano se muestra preocupado por la distancia entre Drobeta y Vinimacium, pero Apolodoro explica que es el único lugar posible debido a la profundidad del río en otras áreas. Apolodoro estima que la construcción del puente llevará diez años y veinte mil hombres, lo cual sorprende a Trajano. Apolodoro explica que el puente será de piedra y permanente, y requerirá trabajo en varias canteras y la construcción de cincuenta pilares de piedra. Trajano le pide a Apolodoro que encuentre una forma de acelerar la construcción del puente. Apolodoro se da cuenta de que no hay otro lugar ni otra forma de construir el puente más rápido. Trajano le informa que por el momento solo puede disponer de dos cohortes y que cuando termine la guerra con Decébalo, verá si puede proporcionarle más hombres. Apolodoro se siente abrumado y derrotado por la tarea imposible que se le ha encomendado.

40

En este capítulo, nos encontramos en el Valle de Tapae el 2 de junio del año 101 d.C. El ejército dacio, liderado por el rey Decébalo, se prepara para enfrentarse al ejército romano, comandado por el emperador Trajano. Decébalo muestra los estandartes de las legiones romanas que han sido capturados en batallas anteriores. Diegis y Vezinas, dos de los hombres de confianza del rey, cabalgan junto a él. Mientras tanto, el ejército romano avanza por el valle, con las legiones I, II, III y VII en la vanguardia. Trajano ordena proteger los flancos del ejército con tropas auxiliares y caballería. El emperador se da cuenta de que el ejército dacio es valiente y decidido, y espera la llegada del segundo ejército romano para equilibrar la batalla. Dión Coceyo, un filósofo que acompaña al emperador, observa la situación desde la retaguardia del ejército romano. Diegis lidera el ataque dacio, mientras que Trajano da la señal para que el ejército romano responda. Longino, uno de los comandantes romanos, anima a sus hombres golpeando su escudo con su espada. La batalla está a punto de comenzar.

41

En este capítulo, Tercio Juliano se encuentra al oeste de los montes Semenic, donde se encuentra con la turma de jinetes enviados por delante de las legiones para reconocer el terreno. El decurión al mando de la turma informa a Tercio Juliano que los montes están llenos de árboles, maleza y jinetes enemigos dacios y sármatas. A pesar de las dificultades, Tercio Juliano decide que están cerca de alcanzar el valle y ordena a la caballería y a los auxiliares abrir camino a través de los montes. También organiza a las legiones para la batalla y deja turmae en las alas para cubrir los flancos. Tercio Juliano enfatiza la importancia de llegar al valle de Tapae lo antes posible, ya que el emperador ya debe estar combatiendo allí. Los oficiales reciben las órdenes y se dispersan hacia sus legiones, conscientes de que muchos de ellos no sobrevivirán al día.

42

En este capítulo, el arquitecto Apolodoro se encuentra en su tienda de campaña mientras espera a que la lluvia amaine. Está en camino a Vinimacium y luego a Drobeta para construir un puente solicitado por el emperador. Sin embargo, Apolodoro se preocupa por el poco tiempo y los recursos limitados que tiene para completar la construcción. Observa los planos del puente y se da cuenta de que es imposible construirlo en menos de diez años con los hombres disponibles. Intenta reducir el número de pilares, pero se da cuenta de que esto comprometería la estructura. Frustrado, Apolodoro arroja los planos al suelo y se levanta furioso. Luego, tiene una idea y comienza a dibujar un nuevo boceto en otro papiro. Descubre que puede construir el puente con diecinueve pilares en la mitad del tiempo. A pesar de la lluvia y la guerra que ocurren a su alrededor, Apolodoro se concentra en sus cálculos y encuentra una solución.

43

En este capítulo, se desarrolla la batalla en el valle de Tapae. Vezinas, siguiendo el plan acordado con Decébalo, ordena a los arqueros dacios que lancen flechas sobre las tropas romanas del flanco derecho. Lucio Licinio Sura, al mando de las tropas romanas de ese flanco, ordena avanzar hacia la falda de las montañas para evitar los ataques de los arqueros enemigos. En el centro del ejército romano, Marco Ulpio Trajano observa cómo las primeras cohortes legionarias se enfrentan a la infantería dacia. También se enfrenta a la caballería sármata por el flanco izquierdo. Trajano espera la llegada de Tercio Juliano por la retaguardia de la caballería sármata. En el flanco izquierdo del ejército romano, Nigrino y Adriano luchan contra los sármatas, pero se ven obligados a retroceder y dejar la defensa en manos de los auxiliares a pie. La caballería sármata avanza hacia el centro del valle para atacar a las legiones romanas por la retaguardia. En la vanguardia del ejército romano, Tercio Juliano se enfrenta a los sármatas en lo alto de las montañas. A pesar de las dificultades, las legiones romanas resisten y logran hacer retroceder a los enemigos. En la retaguardia del ejército dacio, Decébalo se da cuenta de que los romanos han tendido una emboscada a los sármatas y decide retirarse para evitar ser desbordado por el ejército romano. Trajano ordena a Longino que persiga al enemigo y destruya su ejército. Sin embargo, la lluvia dificulta el avance de las tropas romanas y complica la situación. Trajano se da cuenta de que la lluvia puede costarles la guerra entera.

44

En este capítulo, Ignacio y el comerciante llegan al puerto de Myra, donde deben esperar a que llegue un barco con murex, un material esencial para los tintes de ropa. El comerciante ofrece a Ignacio alojamiento en casa de unos amigos cristianos. Ignacio acepta y se encuentran con un matrimonio mayor que los recibe amablemente. Durante la cena, el comerciante presume de la amistad de Ignacio con Jesús. Ignacio y el comerciante se acomodan en la cocina para dormir, pero Ignacio empieza a sospechar del panadero, dueño de la casa. Escucha en la puerta del horno y descubre que no hay nadie cocinando. Ignacio se da cuenta de que han sido traicionados y les ordena huir antes de que lleguen los romanos. En el puerto, Ignacio revela al comerciante que el panadero es uno de los anticristos y que deben vender la mercancía en otro puerto. Finalmente, citando la primera carta de Juan, Ignacio advierte que el fin del mundo se acerca.

45

En este capítulo, Decébalo se refugia en la fortaleza de Piatra Rosie después de escapar de Tapae. Esta fortaleza, rodeada de bosques verdes, se asemeja a la mítica fortaleza judía de Masada. Decébalo convoca a todos sus nobles, incluyendo a su hermana Dochia, para discutir su estrategia contra los romanos. Decébalo planea fortificar varias fortalezas y cortar el paso a Sarmizegetusa Regia. Diegis advierte que los romanos probablemente atacarán la capital dacia. Decébalo confirma esto y revela su plan para esperar a los romanos en Sarmizegetusa Regia. También ordena enviar mensajeros a los sármatas para solicitar su ayuda en la guerra. Después de la reunión, Decébalo y Dochia discuten sobre la posibilidad de negociar la paz. Dochia sugiere que ahora que los dacios son fuertes, podrían considerar una paz favorable. Sin embargo, Decébalo se niega y desestima la idea. La discusión termina cuando Decébalo menciona los posibles matrimonios de Dochia.

46

En este capítulo, el arquitecto Apolodoro de Damasco le pide al tribuno Cincinato que reúna troncos de madera para la construcción de un puente. Sin embargo, cuando el arquitecto ve los troncos, los rechaza porque no son adecuados para trabajar en el lecho del río. Cincinato reconoce que la madera puede quebrarse bajo el agua, pero le asegura al arquitecto que sabe obedecer órdenes precisas. Apolodoro muestra a Cincinato los árboles de aliso que necesitan para el puente, explicando que son resistentes al agua. Luego, discuten sobre la necesidad de una cantera para obtener piedra. Cincinato le informa al arquitecto que los metalarii aún no han llegado. Apolodoro decide escribir al emperador para solicitar su pronta llegada. Mientras tanto, comenzarán a construir la primera ataguía en el río con los alisos disponibles.

47

En este capítulo, el valle de Tapae se llena de cadáveres después de una batalla en la que los romanos han sufrido muchas bajas. En el praetorium de campaña, el emperador Trajano se reúne con sus oficiales y el filósofo Dión Coceyo para discutir los resultados de la batalla. Se informa que cientos de legionarios han caído en combate y que también hay muchos heridos. Se menciona que las heridas son principalmente en brazos y piernas debido al uso de las falces de los dacios. Trajano decide que todos los heridos deben ser atendidos y ordena que se utilicen todas las telas disponibles, incluso sus togas imperiales, para vendar las heridas. Luego, Trajano y su comitiva visitan a los heridos y se dan cuenta de que no hay suficientes vendas. Trajano ordena que se traiga todo su equipaje y se utilice para atender a los heridos. Después, Trajano acepta un regalo de los auxiliares britanos e ilirios: una pila de cabezas cortadas de los enemigos caídos en combate. Aunque Trajano no está de acuerdo con estas exhibiciones de muerte, reconoce el esfuerzo de los auxiliares y acepta el regalo. El capítulo termina con Trajano reflexionando sobre la violencia y el sufrimiento de la guerra, mientras Dión Coceyo se pregunta si no sería posible entenderse de otra manera.

48

En este capítulo, Plinio se dirige a las termas en busca de calor y se encuentra con el senador Menenio. Plinio le comenta que está reuniendo información para preparar la defensa en el juicio contra su hija, Menenia. Menenio confiesa que hay un gran secreto relacionado con el origen de Menenia y le cuenta a Plinio cómo llegó la niña a su casa de forma misteriosa. Menenio revela que dos hombres y una mujer que trajeron a Menenia aparecieron muertos tiempo después. Plinio le pregunta sobre la conexión entre Menenia, el emperador Trajano y las acusaciones de crimen incesti. Menenio le cuenta que Trajano le preguntó sobre el origen de Menenia y le pidió que nadie supiera nada al respecto. Plinio reflexiona sobre la información que ha descubierto y se da cuenta de que Menenia podría ser hija de alguien importante y que sabe cosas que no debería saber. Además, se da cuenta de que todos los enemigos de Menenia la dan por muerta y enterrada, lo que hace que su defensa sea aún más difícil.

49

En este capítulo, Vezinas se prepara para partir hacia la fortaleza de Blidaru con un ejército de quince mil infantes dacios y una poderosa caballería. Decébalo, el rey dacio, se despide de él y le asegura que contará con la ayuda de la caballería sármata y de los roxolanos en su camino hacia el mar. Decébalo insta a Vezinas a ser brutal y despiadado en su lucha contra los romanos y a causar tanto daño en Moesia Inferior que Trajano se vea obligado a negociar una paz beneficiosa para los dacios. Vezinas promete que Trajano se doblegará a los deseos de Decébalo. Mientras tanto, Decébalo observa a Vezinas con atención y sabe de su ambición ilimitada. Si Vezinas tiene éxito, Trajano estará dispuesto a negociar, pero Decébalo planea eliminarlo con veneno. Si Vezinas fracasa, el problema será Trajano, pero Decébalo confía en que las noticias de la destrucción de Moesia Inferior obligarán a Trajano a pactar en los términos de Domiciano. Vezinas desciende de Blidaru y se dirige hacia el horizonte de bosques, convencido de que pronto serán sus dominios.

50

En este capítulo, Apolodoro se preocupa por la construcción de las ataguías en el río Danubio. Explica a los legionarios cómo se construyen y cómo funcionan los siphones para extraer el agua de las ataguías. Luego, Apolodoro se encuentra con los metalarii, canteros expertos en trabajar la piedra, y los lleva a la cantera para obtener los sillares necesarios para el puente. Después, los metalarii demuestran su habilidad al clavar cuñas en la roca y provocar grietas para extraer grandes bloques de piedra. Mientras tanto, los siphones se obstruyen con barro y Apolodoro busca una solución para extraer el agua de las ataguías. Los trabajos en las ataguías se detienen y Cincinato supervisa a los metalarii en la cantera. Aunque Cincinato duda de la viabilidad del puente, Apolodoro se encierra en su tienda para encontrar una solución.

51

En este capítulo, Tiberio Máximo Claudio, un oficial de la caballería romana, es enviado a una torre de vigilancia en la provincia de Moesia Inferior. Allí, dos jinetes heridos llegan a la torre y le informan a Máximo que los dacios han lanzado un ataque a gran escala. Uno de los jinetes muere y el otro menciona el nombre de Adamklissi antes de fallecer. Máximo se da cuenta de que deben informar rápidamente al emperador sobre el ataque y decide utilizar señales de fuego para comunicarse con otras torres cercanas. Mientras realiza las señales, Máximo se da cuenta de que están solos y que los refuerzos tardarán en llegar. A pesar de la difícil situación, Máximo continúa enviando las señales hasta que finalmente ve una antorcha encenderse en otra torre, lo que significa que han sido vistos y el mensaje será transmitido al emperador. Aunque Máximo sabe que los refuerzos tardarán en llegar, está decidido a resistir el ataque de los dacios y cumplir con su deber de informar sobre la invasión.

52

En este capítulo, Vezinas y su ejército dacio continúan su ataque en Moesia Inferior. Han llegado a Adamklissi, donde destruyen todo a su paso, incluyendo una villa romana. Sesagus, el rey de los roxolanos, se muestra preocupado por la violencia de los ataques. Mientras tanto, en la villa de Mario Prisco, un esclavo llega con la noticia de que los dacios están atacando la ciudad. Prisco no cree la noticia al principio, pero cuando ve la columna de humo y a los dacios acercándose, se da cuenta de que es verdad. Prisco intenta encontrar una forma de sobrevivir y ofrece a los dacios oro y plata a cambio de su vida. Los dacios aceptan y matan a los esclavos, pero deciden llevar a Prisco vivo. Mientras tanto, Marcio se une a Akkás y su regimiento sármata en una operación de reconocimiento alrededor de Adamklissi. Encuentran una villa fortificada y exigen que les abran las puertas. Dentro, encuentran a Prisco y lo interrogan. Prisco ofrece información sobre cómo matar al emperador Trajano a cambio de su vida. Vezinas decide llevar a Prisco vivo y ordena a los sármatas que lo dejen en paz.

53

En este capítulo, Apolodoro reúne a todos los carpinteros de la guarnición de Drobeta en la tienda de Apolodoro para leerles un capítulo del libro X del tratado De architectura de Vitrubio. Les explica cómo construir un ingenio para extraer agua de las ataguías utilizando un tornillo de Arquímedes. Aunque los carpinteros no entienden completamente lo que Apolodoro les explica, él les muestra un dibujo del tratado para ayudarles a comprender mejor. Apolodoro les explica que necesitan construir estos tornillos para drenar el agua estancada en las ataguías y poder rellenar el espacio con arcilla. También les explica que necesitarán grúas para mover los grandes sillares de piedra y propone utilizar un pentapaston con cinco poleas combinadas para obtener más potencia de elevación. Además, sugiere reemplazar los tornos por grandes ruedas para las grúas. Los carpinteros se sorprenden por el tamaño y la fuerza necesarios para llevar a cabo el proyecto. Apolodoro les explica que los sillares de piedra pueden llegar a pesar más de nueve mil libras y les anima diciendo que están construyendo algo grande y duradero.

54

En este capítulo, el invierno ha llegado a los montes de Orastie, donde el ejército romano se encuentra asediando las fortalezas dacias de Blidaru y Costesti. A pesar del frío, los legionarios se mantienen motivados gracias al aprovisionamiento de comida por parte del emperador Trajano. Sin embargo, el avance hacia la capital dacia, Sarmizegetusa, se ve obstaculizado por la fortaleza de Piatra Rosie, que resulta imposible de conquistar. Trajano decide dedicar el invierno a rendir Blidaru y Costesti antes de avanzar hacia Sarmizegetusa. Blidaru es una fortaleza impresionante con murallas y torres de piedra, pero se considera conquistable. Mientras tanto, se recibe un mensaje de las torres de vigilancia informando de un ataque en masa en Moesia Inferior. Trajano y sus generales discuten sobre cómo responder a esta amenaza. Finalmente, deciden mantener el asedio a las fortalezas dacias mientras envían una legión a defender Moesia Inferior. Trajano planea utilizar el paso de Teregova para llegar rápidamente a Adamklissi y enfrentarse al enemigo. A pesar de las dificultades y los desafíos, Trajano se muestra decidido a mantener la ofensiva y proteger el Imperio Romano.

55

En este capítulo, Atellus se da cuenta de que su empleador, el senador Plinio, no está satisfecho con sus servicios. Plinio le exige a Atellus que descubra qué une a Pompeyo Colega, Salvio Liberal y Cacio Frontón, ya que sospecha que hay algo más que los prostíbulos que los une. Atellus menciona que hay un hombre misterioso que visita a los tres senadores, pero no sabe quién es. A pesar de haberlo seguido una vez, el hombre se les escapa y desaparece en la noche. Sin embargo, Atellus menciona que ahora el hombre utiliza un caballo para moverse. Plinio decide pagarle a Atellus para que compre caballos y continúe siguiendo al hombre misterioso, incluso si sale de Roma.

56

En este capítulo, el emperador Trajano lidera a las legiones VII, V y XII en una marcha forzada desde las fortalezas de Blidaru y Costesti hasta el valle de Tapae. A pesar de las difíciles condiciones climáticas, Trajano no permite descanso y continúa hacia el sur con el objetivo de responder al ataque de Decébalo en Moesia Inferior. Durante el camino, Trajano envía patrullas de caballería por delante del ejército para asegurarse de que no haya emboscadas. Al llegar al paso de Teregova, deciden dejar la mayoría de los carros y solo llevar las provisiones necesarias para tres días. En Drobeta, Cincinato recibe a los mensajeros del emperador y decide detener las obras del puente para preparar el aprovisionamiento de las legiones. Apolodoro, el arquitecto del puente, se muestra frustrado por la interrupción de los trabajos. A pesar de las dificultades, Trajano continúa liderando a sus tropas hacia Adamklissi.

57

En este capítulo, Vezinas ordena continuar la campaña de destrucción en la región occidental de Moesia Inferior. La caballería sármata se detiene junto a un arroyo para que los animales puedan beber agua. Marcio expresa su preocupación por avanzar hacia Moesia Superior, donde los romanos tienen más campamentos. Akkás asegura que Trajano ha llevado las legiones a los montes de Orastie y que tardará en enterarse de lo que está ocurriendo. Marcio no contradice a Akkás y piensa en Alana y su hija Tamura. Llegan mensajeros dacios que ordenan a Akkás avanzar hasta las colinas donde se encuentra Vezinas. En Drobeta, las legiones llegan agotadas al río Danubio. Trajano señala el puente en construcción y la flota del Danubio que se dirige hacia ellos. Quieto y Liviano observan las obras y los suministros acumulados en la otra orilla. Vezinas planea atacar Novae y luego Durostorum, convencido de que los romanos no esperan su llegada. Está seguro de que su victoria le permitirá casarse con Dochia y capturar al romano que asegura saber cómo matar al emperador de Roma. Planea proponer a Trajano una alianza para deponer a Decébalo.

58

En este capítulo, el ejército romano liderado por Trajano se encuentra observando el campamento enemigo en Moesia Inferior. Descubren que los dacios están en ruta hacia Novae y deciden atacarlos esa misma noche. Lucio Quieto, jefe de caballería, muestra incredulidad ante la idea de atacar de noche, pero Trajano insiste en la importancia de sorprender al enemigo. Mientras tanto, en el campamento dacio, Vezinas se prepara para la batalla y sueña con gobernar toda la Dacia. Adriano, sobrino de Trajano, discute con Quieto sobre la locura del ataque nocturno. Trajano decide seguir adelante con el plan y ordena a Quieto que se repliegue con la caballería si es necesario. La batalla comienza y los romanos atacan sorpresivamente al campamento dacio. Mientras tanto, los sármatas se enfrentan a la caballería romana de Quieto. En el campamento dacio, Vezinas se pregunta cómo los romanos han sabido de su ataque y se da cuenta de que han dejado a los arqueros en las fortalezas de la Dacia. Trajano se da cuenta de que los sármatas no tienen arqueros y planea alejarlos del combate cuerpo a cuerpo. Propone enviar un mensajero al campamento roxolano para proponer un pacto. Trajano y Quieto discuten sobre una nueva arma de combate que podría utilizar el ejército romano. Trajano reflexiona sobre el futuro y la posibilidad de cumplir el último plan de Julio César. Termina pensando en la importancia de las victorias para cambiar el destino de Roma.

59

En este capítulo, Ignacio se encuentra en Éfeso, donde su maestro Juan está gravemente enfermo. Ignacio ha estado leyendo los escritos de Juan sobre sus experiencias con Jesús y encuentra consuelo en ellos. Ignacio también ha estado preocupado por el libro del Apocalipsis, ya que le resulta enigmático y confuso. Ignacio es interrumpido por una anciana que le informa que Juan lo está buscando. Ignacio va a ver a Juan y este le pregunta cómo está el mundo. Ignacio resume la situación, mencionando la guerra mortal que los romanos están librando al norte del Danubio y la división entre los cristianos causada por los docetas y los judaizantes. Juan expresa su preocupación por el olvido de Jesús y le pide a Ignacio que encuentre una forma de preservar su recuerdo. Juan también advierte sobre los falsos profetas y el Anticristo. Ignacio promete ser fuerte y Juan fallece. Ignacio se siente abrumado por la tarea de derrotar a los docetas, pero decide luchar contra ellos con palabras.

60

En este capítulo, la situación en la torre de vigilancia ha empeorado después del ataque dacio a Adamklissi. Las torres cercanas han sido incendiadas y la región está llena de humo y grupos de jinetes enemigos. A pesar de esto, los legionarios se mantienen en la torre, resistiendo los ataques intermitentes del enemigo. Tiberio Claudio Máximo, el oficial al mando, intenta infundir calma a sus hombres y les recuerda que no deben abandonar la torre como otros desertores. Están agotados y Máximo considera seriamente el suicidio, pero aún tiene a tres hombres bajo su mando. Un legionario informa a Máximo que el ejército dacio se acerca hacia ellos. Máximo ve al emperador y varias legiones romanas detrás del ejército enemigo. Los dacios se retiran para unirse a sus líderes y la torre ya no es importante. Máximo sonríe y ordena a sus hombres limpiar la torre antes de la llegada del emperador.

61

En este capítulo, el ejército dacio, sármata y roxolano se enfrenta al ejército romano en las llanuras de Adamklissi. Vezinas ordena a su ejército avanzar hacia el este, pero se ve obligado a detenerse cuando se encuentra con las legiones romanas. Trajano decide detener a su ejército y ordena a las cohortes de reserva entrar en combate. La batalla se desarrolla en diferentes frentes, con los romanos logrando ventaja en varios de ellos. Los roxolanos y los sármatas se retiran del campo de batalla, dejando a los dacios solos. Finalmente, los romanos obtienen una gran victoria, causando una masacre entre los dacios. Vezinas huye del campo de batalla, abandonando a su ejército. Trajano pasea por el campo de batalla y recibe elogios por su victoria. Los sármatas y los roxolanos se retiran hacia el noroeste, mientras que los romanos celebran su victoria.

62

En este capítulo, Trajano está cansado después de discutir el plan de regresar al norte por territorio roxolano para evitar que Decébalo envíe nuevas tropas a Moesia Inferior. Decide dejar una legión en Adamklissi para asegurarse de que los roxolanos no inicien una campaña por su cuenta. También ordena liberar a un grupo de dacios para que cuenten lo que han visto: su gran ejército arrasado por las legiones de Roma. Trajano está confundido acerca de Adriano, su sobrino, y se pregunta si lo ha juzgado mal. Llama a Aulo, el tribuno, para preguntarle por las cartas de Prisco, pero Aulo admite haberlas perdido. Trajano se sorprende y se enfada, pero luego perdona a Aulo y le dice que no eran cartas importantes. Aulo se siente avergonzado y desea redimirse ante el emperador. Trajano se queda pensando en la extraña desaparición de las cartas y se queda dormido.

63

En este capítulo, la princesa Dochia se niega a abandonar el santuario sagrado de Fetele Albe a pesar de la invasión romana. Camina hacia el centro del santuario rodeada de guerreros dacios, mientras los romanos avanzan hacia ellos. Dochia implora al dios Zalmoxis protección. Por otro lado, el legatus romano Longino se encuentra en el santuario y se sorprende al ver a Dochia. Ella se niega a arrodillarse ante un romano y revela que es la hermana del rey Decébalo. Longino decide llevarla a un lugar seguro y comunicar su situación al emperador. Dochia acepta y camina junto a Longino, seguida de su esclava Zia.

64

En este capítulo, Decébalo se enfrenta a la realidad de la situación en la que se encuentra la Dacia después de las derrotas sufridas ante los romanos. Diegis le informa de que Fetele Albe ha caído y le insta a llegar a un acuerdo con el emperador Trajano. Decébalo se lamenta de no haber dejado a Dochia a salvo y de no haber fortalecido las defensas de las fortalezas dacias. Además, se pregunta cómo los romanos supieron sobre Adamklissi y si tenían espías entre los renegados dacios.

Diegis le informa a Decébalo de que los romanos tienen a Dochia como prisionera y le propone pactar con ellos. Aunque Vezinas se muestra en contra de la idea, Diegis explica que aceptar las condiciones de los romanos no significa una rendición total, ya que los romanos están agotados y no podrían mantener una guerra prolongada en la Dacia. Además, asegura que Trajano devolverá a Dochia si se exige como condición para la paz.

Decébalo considera las palabras de Diegis y ve sentido en su propuesta. Decide pactar con los romanos para ganar tiempo y recuperarse de las derrotas sufridas. Sin embargo, Vezinas interviene y revela que tiene un plan para eliminar a Trajano. Se trata de un romano llamado Mario Prisco, quien odia al emperador y quiere regresar a Roma. Vezinas propone utilizar este plan para asegurar que el sucesor de Trajano no sea tan capaz como él.

Decébalo reflexiona sobre la propuesta de Vezinas y finalmente decide aceptarla. Ordena a Diegis que llame a los enviados romanos y les informe de que acepta las condiciones de paz. El capítulo termina con la incertidumbre sobre el futuro de la Dacia y la esperanza de que el plan para eliminar a Trajano tenga éxito.

Capítulo sin nombre 66

En este capítulo, Plutarco describe la pena de muerte impuesta a una vestal que ha violado su voto de castidad. La vestal es enterrada viva cerca de la puerta llamada Colina, en un lugar elevado conocido como "el montón". Se construye una pequeña casa subterránea con una cama, ropa, una lámpara y provisiones básicas como pan, agua, leche y aceite. La vestal es llevada en una litera, atada y silenciada para evitar que hable. La procesión se lleva a cabo en silencio y con gran tristeza. Una vez en el lugar, los ministros desatan los cordones y el Pontífice Máximo, realizando rituales secretos, la guía hacia la casita subterránea. Después de que la vestal desciende, se retira la escalera y se cubre la casita con tierra. Esta es la pena impuesta a las vestales que abandonan su voto de castidad.

65

En este capítulo, Plinio se encuentra nervioso debido a que el emperador Trajano está a punto de regresar a Roma y el juicio de la vestal Menenia se acerca. Plinio está preocupado porque no tiene pruebas para defender a Menenia y teme que Pompeyo Colega presente testigos falsos en su contra. Aunque el emperador le ha prohibido investigar el origen de Menenia, Plinio se niega a quedarse inactivo y decide trabajar en casa con sus libros y documentos. Plinio tiene una intuición sobre la fecha del juicio y busca en la Naturalis Historia de su tío y en las tablas de cálculos astronómicos de Hipparcus para confirmar sus sospechas. Al encontrar coincidencias en las fechas, Plinio decide utilizar esta información en la defensa de Menenia, a pesar de que sabe que puede no ser suficiente. Plinio nunca da un juicio por perdido y está decidido a hacer todo lo posible para defender a Menenia.

66

En este capítulo, Trajano informa a Longino sobre la aceptación de la propuesta de paz por parte de Decébalo. El tratado implica la entrega de armas y estandartes romanos, así como la demolición de fortificaciones y la prohibición de aceptar traidores. Trajano sospecha de las intenciones de Decébalo y le pide a Longino que se quede en Sarmizegetusa para vigilarlo. También revela sus preocupaciones sobre la infidelidad de Plotina y la infelicidad de Vibia Sabina en su matrimonio con Adriano. Trajano confía en Longino como su único amigo y le pide que esté atento y le informe de todo. Longino acepta la misión y se compromete a ser leal. Trajano también menciona la construcción de un puente sobre el Danubio y la importancia de este proyecto para cambiar el mundo. Trajano se despide de Longino y parte hacia Roma, dejando a Longino al mando de la guarnición en Sarmizegetusa.

67

En este capítulo, Tercio Juliano examina la construcción del nuevo pilar del puente en Drobeta. Aunque las obras han avanzado rápidamente, Tercio desconfía del proyecto. El emperador Trajano le ha encargado la responsabilidad de construir un puente sobre el Danubio para mostrar el poder de Roma a los dacios. Tercio no confía en el arquitecto Apolodoro, quien apenas le da explicaciones sobre la construcción. Tercio se preocupa por la distancia entre los pilares del puente, ya que considera que es demasiado grande y la estructura podría colapsar. Tercio confronta a Apolodoro, pero el arquitecto defiende su diseño, explicando que está construyendo un puente de piedra y madera para ahorrar tiempo y recursos. Aunque Tercio duda, Apolodoro asegura que el puente será resistente y duradero. Tercio se retira, dejando a Apolodoro preocupado por la opinión del oficial romano.

68

En este capítulo, nos encontramos en el Patio de la Regia en Roma, en diciembre del año 102 d.C. Scaurus, un ajustador de clepsidras cojo, busca una fuga de agua en una clepsidra que se utilizará en un juicio importante. Mientras tanto, el emperador Trajano pasea por el patio y observa a todos los presentes, incluyendo a los senadores y a la vestal Menenia, acusada de crimen incesti. Trajano se siente poderoso pero también nervioso, ya que este es su primer gran juicio como Pontifex Maximus. El emperador se acerca al ajustador de clepsidras y le advierte que el tiempo en el Colegio de Pontífices es sagrado y debe ser igual para todos. Esto hace que el ajustador se dé cuenta de que no puede aceptar sobornos para manipular el tiempo en el juicio. Menenio, padre de Menenia, se acerca a Plinio, el abogado defensor, y le comenta su alegría por la posibilidad de un juicio justo. Sin embargo, Plinio le confiesa que nunca ha presenciado un juicio justo en sus veinte años de experiencia.

69

En este capítulo, el legatus romano Longino recibe la visita de Dochia, la hermana del rey de la Dacia. Longino se sorprende al enterarse de que es una mujer y la invita a pasar. Ambos se sientan en el atrio y comienzan a conversar. Dochia muestra su admiración por la vida y la belleza, algo que Longino no esperaba de una princesa dacia. Luego, Dochia le entrega un papiro con un poema en lengua dacia y Longino intenta leerlo, aunque no entiende mucho. Dochia revela que el poema fue escrito por Ovidio, un poeta romano exiliado en Tomis, cerca de la Dacia. Longino se sorprende aún más al enterarse de que Ovidio escribió en lengua dacia y expresa su deseo de aprender más sobre la cultura dacia. Dochia se muestra satisfecha con la actitud de Longino y le invita a visitar el palacio real en el futuro. Finalmente, Dochia se despide y Longino se queda solo, reflexionando sobre el encuentro.

70

En este capítulo, Trajano, como Pontifex Maximus, acusa a la vestal Menenia de haber cometido el crimen incesti con el auriga Celer. Plinio se prepara para defenderla, pero Trajano decide delegar la acusación en el senador Pompeyo Colega. Pompeyo presenta varios testigos que afirman haber visto a Menenia y Celer juntos, incluso en actos íntimos. Los testimonios son contundentes y la acusación parece tener la ventaja. Plinio espera a su testigo, Atellus, pero no aparece. Pompeyo llama a su último testigo, el auriga Acúleo, quien confirma las acusaciones. Celer se enfurece y amenaza a Acúleo. Plinio se da cuenta de que está perdiendo testigos y se siente impotente. Pompeyo pide una clepsidra adicional para resumir su acusación, pero Trajano se lo niega. Pompeyo concluye su acusación pidiendo la pena de muerte para Menenia.

71

En este capítulo, ambientado en Roma en el año 91 d.C., un niño de diez años corre por las calles de la ciudad en medio de la noche para advertir al senador Menenio de que los pretorianos están llevándose a las niñas de las casas de los patricios. Menenio decide proteger a su hija Menenia y le entrega un puñal al niño Celer para que la defienda. Mientras tanto, Cecilia, la esposa de Menenio, teme que si seleccionan a Menenia como vestal, quedará bajo el control del cruel emperador Domiciano. En el Atrium Vestae, las niñas son desnudadas y examinadas por la Vestal Máxima para asegurarse de que no tienen marcas en sus cuerpos. Luego, Domiciano llega y selecciona a tres niñas, incluyendo a Menenia, para ser instruidas como futuras vestales. Domiciano se muestra intrigado por Menenia y le advierte que la observará de cerca, incluso si ella cree que está fuera de su alcance. El capítulo termina con Domiciano riendo y prometiendo que vendrá por Menenia, incluso desde el reino de los muertos.

72

En este capítulo, se lleva a cabo el juicio contra la vestal Menenia. Pompeyo Colega acusa a Menenia de sacrilegio y exige su muerte. Menenia se sumerge en recuerdos de su pasado y teme que las amenazas del emperador Domiciano se hagan realidad. El emperador Trajano interviene y permite que la defensa de Menenia tenga la palabra. Plinio, el abogado defensor, comienza su discurso refutando los testimonios de la acusación. Plinio llama a declarar a la Vestal Máxima Tullia, quien confirma que Menenia nunca ha salido sola del Atrium Vestae. Plinio también cuestiona el testimonio del senador Salvio Liberal, quien afirma haber visto a Menenia con el auriga Celer. Plinio demuestra que Salvio se confundió de hombro al describir el broche de Menenia, lo que pone en duda su testimonio. Plinio también cuestiona el testimonio del auriga Acúleo, quien ha perdido varias carreras contra Celer y podría tener motivos para mentir. Plinio argumenta que el juicio no se trata realmente de Menenia, sino de los intereses de los senadores que apoyan a los aurigas de los azules, quienes han perdido dinero en las carreras contra Celer. Plinio advierte sobre las consecuencias de condenar a una vestal inocente y apela a la ira de los dioses. El emperador Trajano interrumpe el juicio y anuncia que el tribunal del Colegio de Pontífices deliberará en quince días. Plinio se retira y Menenio agradece su defensa. Pompeyo Colega y los otros senadores acusadores se preocupan por el resultado de la deliberación del tribunal. Discuten sobre el poder del rex sacrorum y la posibilidad de que tenga información comprometedora sobre Trajano o Menenia.

73

En este capítulo, Longino acude al palacio real de Sarmizegetusa para tratar asuntos oficiales con Decébalo. Durante su visita, se encuentra con Dochia, la hermana del rey, quien lo invita a caminar por los jardines del palacio. Durante su conversación, Dochia expresa su deseo de no casarse y que su esposo esté lejos de ella, lo que contrasta con la situación de Longino y su esposa en Roma. Longino confiesa a Dochia que su brazo herido está relacionado con el emperador de Roma. Luego, se produce un tumulto en el palacio y Longino es llevado ante Decébalo. Ambos tienen una conversación sobre la reconstrucción de las murallas de la ciudad, y Longino explica la diferencia entre un muro contra lobos y un muro contra Roma. Decébalo muestra interés en conocer al enemigo y Longino se retira del palacio. Mientras tanto, un hombre misterioso, Mario Prisco, se encuentra en las sombras y es convocado nuevamente por el rey. En otra parte del palacio, Decébalo pregunta a Dochia si ha descubierto algo relevante sobre Longino, insinuando que ha notado la atracción entre ellos. Dochia revela que ha descubierto el origen de la herida de Longino en el brazo.

74

En este capítulo, Trajano recibe la visita de Salinator, el rex sacrorum de Roma, quien le revela que conoce un terrible secreto sobre la vestal Menenia: es hija de Domiciano. Salinator amenaza con revelar este secreto a menos que Trajano condene a muerte a Menenia y a su amante Celer. Trajano se sorprende por la información y reflexiona sobre cómo manejar la situación. Mientras tanto, en un banquete en la Domus Flavia, Trajano celebra su victoria sobre Decébalo y disfruta de la compañía de su familia y amigos cercanos. Durante el banquete, se presenta una actuación de Pylades, un famoso pantomimo, que representa la historia de Saturno y sus hijos. Trajano se siente incómodo con la representación de Vesta, la diosa de las vestales, pero no dice nada al respecto. Después del banquete, Trajano observa un eclipse lunar y reflexiona sobre el retraso en la deliberación del Colegio de Pontífices sobre el caso de Menenia. Plinio y Menenio también observan el eclipse y discuten sobre el retraso en la deliberación. Plinio teme que el emperador haya cambiado de opinión sobre la inocencia de Menenia. En la cámara del emperador, Trajano reprende a Pylades por su actuación y luego habla con Aulo sobre la investigación de la muerte de su esposa. Trajano desea saber si está viva o muerta, ya que su muerte le convendría. El capítulo termina con Trajano reflexionando sobre la situación en la soledad de su cámara.

75

En este capítulo, se lleva a cabo la deliberación del Colegio de Pontífices para decidir sobre la inocencia o culpabilidad de Menenia. El emperador, Trajano, no le da un estatus especial a la reunión y comienza hablando sobre los ajustes necesarios en el calendario. Las propuestas son aprobadas rápidamente y se mantienen todas las fiestas tradicionales.

Durante la deliberación, se discute sobre la pureza de las vestales y la importancia de salvaguardar la institución. El rex sacrorum, Salinator, se muestra hostil hacia Menenia y argumenta que es esencial mantener la pureza de las vestales. Por otro lado, el flamen dialis, Tito Cicurino, se espera que apoye la línea de argumentación del emperador, que se presume más indulgente hacia Menenia.

Se revela que el rex sacrorum ha insinuado que los eclipses de luna presagian desastres si no se elimina toda sospecha sobre la pureza de las vestales. Sin embargo, el emperador cuestiona la presencia de la regina sacrorum, esposa del rex sacrorum, en los sacrificios preceptivos, lo que genera dudas sobre su cumplimiento de los preceptos del sacerdocio.

Finalmente, el rex sacrorum confiesa que su esposa ha fallecido y abandona la sala. Trajano decide escuchar la opinión del flamen dialis, quien argumenta que las pruebas contra Menenia son débiles y que se trata de una conspiración para condenar a una vestal inocente. El emperador, por su parte, enfatiza la importancia de la verdad y la construcción de una Roma fuerte basada en la verdad.

En resumen, en este capítulo se lleva a cabo la deliberación del Colegio de Pontífices sobre la inocencia o culpabilidad de Menenia. Se discute sobre la importancia de la pureza de las vestales y se revela la muerte de la esposa del rex sacrorum. El flamen dialis argumenta a favor de la inocencia de Menenia y el emperador enfatiza la importancia de la verdad.

76

En este capítulo, dos hombres se encuentran en un atrio en Roma. Uno de ellos, con una nariz larga, le informa al otro sobre un asunto importante: hay alguien que puede conectar a Pompeyo Colega y sus seguidores con Prisco, y esto podría llegar hasta ellos. El hombre sentado, preocupado por las implicaciones, menciona que tuvo que deshacerse de algunas cartas comprometedoras de Prisco durante la guerra. El hombre de la nariz larga promete ocuparse de la persona que puede establecer esta conexión. Luego, hablan sobre el juicio que no ha salido bien y cómo esto retrasará sus planes. El hombre sentado sospecha que el emperador está al tanto de sus acciones. El hombre de la nariz larga menciona que hay cabos sueltos, como el hecho de que nunca se encontró el cadáver de Prisco y que una vestal sabe demasiado. El hombre sentado le pide que se ocupe de la persona que puede establecer la conexión y menciona a algunos enemigos de la vestal. La reunión termina y el hombre de la nariz larga se retira, pero antes menciona la posibilidad de que Prisco esté vivo y pueda chantajearlos. El hombre sentado no parece preocupado y asegura que encontrará la forma de eliminar a la vestal. El hombre de la nariz larga asiente y se marcha sin mirar atrás.

77

En este capítulo, Atellus, un hombre de acción y ex gladiador, espera en el despacho del abogado Plinio mientras este está fuera. Atellus repasa el resultado de un juicio en el que su investigación fue clave para absolver a una vestal acusada de adulterio. Los senadores y esclavos involucrados en el caso también recibieron castigos. Atellus decide dejar una nota a Plinio y salir a relajarse en una taberna. Al día siguiente, planea reunirse con sus hombres y celebrar su éxito. Sin embargo, mientras camina cerca del río, Atellus se siente mareado y muere repentinamente. Un hombre con una voz grave y rota se acerca al cadáver y ordena a sus hombres que lo dejen y paguen al tabernero. Mientras tanto, Plinio llega tarde a casa después de celebrar la absolución de la vestal. Sin darse cuenta, guarda la nota de Atellus junto con otros documentos en un cesto. Plinio decide revisar todo y ordenarlo más tarde, pero nunca hace limpieza en su despacho.

78

En este capítulo, la tormenta arrecia sobre los legionarios que trabajan en la construcción del puente sobre el Danubio. A pesar de la intensidad de la lluvia, el arquitecto Apolodoro de Damasco se niega a detener los trabajos. Mientras tanto, el tribuno Cincinato y el legatus Tercio Juliano deciden ir a hablar con el arquitecto para convencerlo de que pare las obras. En el camino, presencian un accidente en el que una piedra cae sobre los trabajadores, causando la muerte de tres legionarios. Finalmente, Tercio Juliano ordena detener las obras y se enfrenta al arquitecto, quien se defiende argumentando que el río no se detiene y que cada día perdido es un retraso en la finalización del puente. En medio de la tormenta, los legionarios se protegen con escudos mientras regresan a la parte ya construida del puente.

79

En este capítulo, se presenta la situación en la frontera del Danubio, donde Tiberio Claudio Máximo se encuentra al mando de las unidades de caballería avanzadas en Lederata. Su misión es vigilar el río y asegurarse de que los dacios no lo crucen en ese punto. Sin embargo, Máximo empieza a preocuparse por la presencia de un campamento dacio al otro lado del río y por los rumores de tropas concentrándose en Vinimacium. Mientras tanto, al norte del Danubio, Décimo y otros renegados romanos planean atacar a los dacios. A pesar de las dudas de algunos, deciden atacar durante el día. Durante la batalla, los renegados logran derrotar a los dacios y cruzar el río. Mientras tanto, en Lederata, Máximo y sus hombres observan el ataque y envían mensajes de alerta a Vinimacium y Drobeta. Aunque temen ser masacrados, Máximo confía en que los renegados no atacarán a la caballería romana. Su objetivo ahora es descubrir quiénes son esos hombres.

80

En este capítulo, Longino recibe una invitación del rey de Dacia, Decébalo, para asistir a un gran sacrificio al dios Zalmoxis. Longino acepta la invitación con la esperanza de ver a la hermana del rey, Dochia. Se prepara y se dirige al lugar del sacrificio, donde se encuentra con una multitud de personas de diferentes partes del reino dacio. El rey le explica que este sacrificio es el más importante que los dacios hacen a su dios supremo y que enviarán a uno de sus mejores guerreros como mensajero a Zalmoxis. Longino observa cómo los guerreros clavan sus lanzas en el suelo y luego presencia el sacrificio de uno de ellos, que no muere de inmediato. La multitud insulta al guerrero herido y el sumo sacerdote ordena que lo retiren. El sacrificio se repite varias veces, con cada mensajero seleccionado sufriendo heridas antes de morir. Longino se da cuenta de que estos son malos augurios para los dacios y pregunta cuántas veces se repitió el sacrificio hace cuatro años, antes de la guerra contra Trajano. Hermilo le responde que solo se repitió dos veces antes de que saliera bien. Finalmente, el quinto mensajero muere en el acto y la multitud celebra con júbilo.

81

En este capítulo, Tercio Juliano está preocupado por la agitación en la frontera y recibe noticias de que un grupo de renegados busca perdón para volver al servicio de Roma. A pesar de esto, está incómodo con el comportamiento del arquitecto Apolodoro, quien se ha recluido en su tienda como protesta por detener las obras durante la última tormenta. Tercio decide hablar con Apolodoro y descubre que cometió un error de cálculo en la construcción del puente. El arquitecto explica que la distancia a cubrir es mayor de lo esperado y se necesitan más pilares. Tercio propone detener las obras en los fuertes de piedra y concentrarse en los tres pilares restantes y la estructura de madera. A pesar de sus diferencias, Tercio convence a Apolodoro de seguir su criterio en la organización de los turnos de trabajo. También deciden no sacar los cadáveres enterrados bajo el pilar decimoctavo para no retrasar la obra. Tercio promete vino como recompensa al finalizar cada pilar. Tercio se prepara para partir a Vinimacium y recibir al emperador, mientras siente que se acerca una nueva guerra en la frontera.

82

En este capítulo, Celer, un auriga exitoso, es permitido entrar en el Templo de Vesta por los pretorianos. Sin embargo, los pretorianos están celosos de la fortuna que Celer ha acumulado gracias a sus victorias en el Circo Máximo. Celer se encuentra con Tullia, la Vestal Máxima, quien le pide que lleve un mensaje al emperador. Menenia, una hermosa vestal, se une a ellos y explica que temen por la vida del emperador debido a una posible traición. Celer sugiere que escapen juntos, pero Menenia se niega, ya que su deber es a Roma y al emperador. A pesar de esto, Celer acepta llevar el mensaje al emperador, pero promete que nunca volverá a ver a Menenia. Ella se derrumba en lágrimas mientras él se aleja.

83

En este capítulo, Longino acepta la invitación a una cena en el palacio real de Decébalo. Durante la cena, Longino se sienta al lado de Dochia, la princesa dacia, y tienen una conversación sobre las costumbres de los dacios y los romanos. Longino evita mencionar los renegados romanos que han escapado de la Dacia para no ofender al rey. Decébalo defiende el sacrificio a Zalmoxis como un honor y critica las luchas de gladiadores romanas. Dochia y Longino discuten sobre las diferencias entre las costumbres de ambos pueblos. Decébalo se muestra seguro y cómodo con la paz entre Roma y Dacia, a pesar de los rumores sobre los renegados romanos. Longino se siente cautivado por Dochia y continúa hablando con ella. Dochia le asegura que no tiene que temer ser envenenado, ya que están en paz con Roma. Longino se muestra interesado en hablar sobre Roma y sus costumbres con Dochia.

84

En este capítulo, el emperador Trajano decide viajar al norte debido a las tensiones en Roma y a la necesidad de encontrarse con su amigo Longino. Además, está interesado en conocer a un grupo de renegados que han abandonado la Dacia y desean reingresar en las legiones romanas. Trajano se reúne con Tercio Juliano, el legatus de Vinimacium, quien le informa sobre la construcción del puente sobre el Danubio y los problemas en la frontera. También le cuenta sobre los renegados y cómo han enfurecido al rey Decébalo. Trajano decide reunirse con ellos y evaluar su valía durante una cacería. Mientras tanto, Lucio Quieto se muestra escéptico y desconfiado hacia los renegados. Trajano y Quieto discuten sobre la importancia de darles una segunda oportunidad y cómo esto debilitaría a Decébalo. El emperador decide llevar a los renegados en la cacería, acompañado por una escolta reducida de pretorianos. Por la noche, Quieto se encuentra con Liviano, el jefe del pretorio, y le pide que aumente la escolta del emperador. Marcio, uno de los renegados, no puede dormir y sale de la tienda. Se encuentra con unos legionarios que hablan sobre los enfrentamientos con los dacios y el uso de rehenes por parte de Decébalo. Marcio pregunta qué ha pasado con las mujeres y los niños capturados, y el optio le cuenta que la mayoría huyó y que los demás fueron asesinados. Marcio reflexiona sobre la situación y la conexión que tiene con el emperador, recordando cómo Trajano lo salvó cuando era niño.

85

En este capítulo, Tercio Juliano, el legatus de la VII legión, es interrumpido por un centurión que le informa sobre la detención de un hombre que lleva un salvoconducto imperial. Tercio y Lucio Quieto, otro oficial, se sorprenden por esta situación inusual y deciden interrogar al hombre. Descubren que viaja solo y sin escolta, lo cual es extraño para alguien con un salvoconducto imperial. El hombre, llamado Celer, revela que una vestal le entregó el salvoconducto y le pidió que llevara un mensaje al emperador Trajano. Tercio y Quieto deciden llevar a Celer ante el emperador para que cuente su historia. Trajano escucha atentamente y decide que el mensaje es bienintencionado, aunque no está convencido de la interpretación de la vestal sobre la llama de Vesta. Trajano decide ir de cacería y le pide a Celer que le preste su mejor caballo, Niger. Celer accede y Trajano monta en el caballo para comenzar la cacería, seguido por su guardia pretoriana.

86

En este capítulo, se nos presenta a Ignacio, un obispo que ha estado trabajando incansablemente para luchar contra los anticristos que han surgido en el Imperio romano. Estos anticristos promueven una continencia exagerada, niegan el matrimonio y han divulgado textos apócrifos que confunden a la gente. También hay otros grupos como los ebionistas, que se aferran a la ley de Moisés, y los ofitas, que adoran a las serpientes y realizan ritos demoníacos. Ignacio reconoce la influencia de los filósofos gnósticos en estas creencias erróneas y desea hablar con ellos para cambiar su forma de pensar. A pesar de las persecuciones que han disminuido bajo el gobierno de Trajano, Ignacio se siente impotente ante la proliferación de los anticristos. A medida que escribe una carta para la comunidad de Esmirna, es interrumpido por la noticia de que un anticristo llamado Marción está dispuesto a debatir con él. Ignacio acepta el desafío y se prepara para enfrentarse a Marción.

87

En este capítulo, la Vestal Máxima visita a Plinio en su casa para pedirle ayuda. Ella le explica que ha enviado un mensaje al emperador con información preocupante y necesita confirmación de si ha cometido un error. Plinio, como augur, se compromete a realizar un augurio para obtener una respuesta sobre la seguridad del César. Al día siguiente, Plinio se dirige al auguraculum en la colina del Capitolio y realiza los rituales necesarios. Después de esperar en silencio, observa el vuelo de las aves inferae y escucha un trueno. Plinio interpreta estos augurios como algo terrible que le sucederá al emperador. Mientras tanto, Tullia recibe la noticia de que alguien está buscando a la Vestal Máxima y descubre que Plinio ha visto augurios aún más terribles. Ambos esperan que el mensajero enviado por Tullia llegue a tiempo para evitar el desastre.

88

En este capítulo, el legatus Lucio Quieto regresa al campamento imperial después de inspeccionar la caballería. Se encuentra con el auriga Celer y le pregunta sobre la vestal y la llama sagrada de Roma. Celer le informa que la vestal ha estado preocupada desde hace siete semanas. Esto hace que Quieto se preocupe y vaya a buscar a Tercio Juliano. Ambos discuten sobre la conexión especial entre la vestal y el emperador y deciden llamar a los dos oficiales renegados que aún están en el campamento. Quieto interroga a los renegados sobre su participación en la matanza de dacios y sospecha que tienen la intención de matar al emperador. Mientras interroga a Cayo, Quieto lo apuñala hasta matarlo. Luego, interroga a Secundo, quien revela que su misión era matar al emperador y luego huir a Dacia. Quieto le clava el puñal en el brazo y advierte que si el emperador sufre algún daño, Secundo lamentará haber nacido. Quieto se da cuenta de que los renegados tienen tres horas de ventaja y se preocupa por la seguridad del emperador.

89

En este capítulo, Alana y su grupo de guerreras sármatas y mujeres roxolanas continúan su huida hacia el oeste y luego hacia el norte. Alana propone buscar caballos en una fortificación romana cercana para acelerar su viaje, pero descubren que no hay suficientes caballos disponibles. Sin embargo, observan un convoy de suministros romano y deciden atacarlo para obtener los caballos y los carros necesarios. Después de una breve lucha, logran capturar los caballos y los carros y continúan su viaje hacia el norte. Durante la caza, Alana y su hija Tamura se encuentran con una manada de lobos, pero logran asustarlos y escapar. Alana regaña a Tamura por desobedecer sus órdenes y recoge el arco que su padre le hizo antes de ser secuestrado por los dacios. Alana consuela a Tamura y le asegura que su padre regresará.

90

En este capítulo, Marco Ulpio Trajano se encuentra en un bosque de Moesia Superior, listo para comenzar una cacería. Trajano espera a que los perros y los cazadores abran el camino en el bosque, mientras los renegados actúan como pressores. Sin embargo, Trajano nota la ausencia de los pressores y se da cuenta de que algo no está bien. Mientras tanto, Liviano, el jefe del pretorio, se encuentra junto al emperador y Aulo, premiado por su lealtad, cabalgando cerca de ellos. Liviano nota la ausencia de los pressores y decide enviar a algunos hombres a investigar. Mientras tanto, Décimo, uno de los renegados, amenaza a Marcio, un antiguo gladiador, recordándole a su esposa e hija para motivarlo a matar al emperador. La caza se convierte en una emboscada, con renegados atacando a los pretorianos y al emperador. Liviano lucha valientemente, pero es superado en número y Trajano se encuentra rodeado. Sin embargo, Niger, el caballo de Trajano, lo salva y Trajano continúa luchando. Aulo también lucha valientemente, pero es asesinado por Marcio, quien luego se enfrenta a Trajano. Marcio se debate entre matar al emperador y salvar a su esposa e hija, pero finalmente lanza un cuchillo hacia Aulo, matándolo. La guardia pretoriana llega tarde y Trajano se encuentra solo, luchando contra los renegados. Finalmente, Trajano y Marcio se enfrentan cara a cara, pero antes de que puedan luchar, se escuchan cascos de caballos y todo se vuelve silencioso. En Roma, en el Templo de Vesta, Menenia llora la muerte del emperador, ya que la llama sagrada de Vesta se ha apagado. En Drobeta, Apolodoro de Damasco, el arquitecto del puente, se entera de que se ha agotado la piedra y que tendrán que ir a una cantera más lejana. A pesar de los retrasos, Apolodoro está decidido a construir un puente que dure para siempre.

91

En este capítulo, Aulo se encuentra en un momento crítico, con un renegado a punto de apuñalar al emperador Trajano. Sin embargo, otro renegado lanza su cuchillo y mata al traidor, salvando así la vida del César. Aulo se enfrenta luego al renegado que mató al líder de los desertores, pero antes de que pueda atacarlo, llegan varios pretorianos a caballo. Trajano resulta herido, pero asegura que está bien. Luego, se unen más pretorianos a la búsqueda del emperador. Trajano descubre que ha sido atacado por los desertores enviados por Decébalo y se da cuenta de que los desertores seguían siendo leales al rey dacio. Trajano decide que Marcio, el renegado que lo salvó, será enviado de vuelta al anfiteatro Flavio como gladiador. Aunque Marcio participó en la conjura para matar al emperador, Trajano reconoce que le debe la vida y le da la oportunidad de ganar su libertad nuevamente. Trajano regresa a Roma y se prepara para enfrentarse a Decébalo. En el Templo de Vesta, Menenia deja de llorar cuando la llama de Vesta vuelve a arder, simbolizando la vida y el poder de Roma.

Libro VI LA DECISIÓN DE LONGINO

En este capítulo, se presenta una ilustración del puente sobre el Danubio que fue extraída de la Columna Trajana. La imagen muestra el puente en toda su magnificencia y detalle, proporcionando una visión clara de su estructura y diseño. Esta ilustración es una representación valiosa de la arquitectura romana y ofrece información importante sobre la ingeniería y la construcción de puentes en la antigüedad.

92

En este capítulo, Mario Prisco espera en la sala de audiencias del palacio real de Sarmizegetusa. Decébalo, el rey dacio, aparece junto con sus guardias y le informa a Prisco que Trajano ha sobrevivido. Prisco se da cuenta de que su plan ha fallado y que Trajano está reuniendo un ejército para atacar a los dacios. Decébalo le reprocha a Prisco por su fracaso y le advierte que si no tiene una buena razón para no matarlo, será ejecutado. Prisco menciona que Decébalo tiene algo que Trajano valora y que se puede negociar. Decébalo accede a escucharlo, pero advierte a Prisco que esta será su última oportunidad de servirle.

93

En este capítulo, Longino recibe un mensaje cifrado en su residencia en Sarmizegetusa. El mensaje llega con retraso debido a las dificultades en el camino. Longino cuenta las letras del mensaje y las divide en grupos de cuatro. Luego, reorganiza las letras en un cuadrado y descifra el mensaje: "SARMIZEGETUSAEXI" (Sal de Sarmizegetusa). Longino se sorprende por la urgencia del mensaje y se da cuenta de que algo grave debe haber sucedido en la frontera. Se lamenta por no haberse dado cuenta antes y se da cuenta de que no podrá ver a Dochia. Mientras reflexiona, escucha golpes en la puerta.

94

En este capítulo, Tercio Juliano observa desde la torre del campamento de Vinimacium las tiendas de los legionarios que se extienden hasta crear un inmenso mar de fuerza militar. Roma está concentrando siete legiones junto al Danubio, pero no está claro si Trajano convocará aún más tropas. El enemigo, Decébalo, se ha debilitado y Tercio Juliano cree que no podrá oponer tanta resistencia como en la pasada guerra. Sin embargo, Decébalo ha secuestrado a Longino, lo que complica la situación. Además, se recibe un mensaje desde Roma informando de un mal augurio que ha percibido Plinio, senador y amigo personal del César. A pesar de esto, Trajano se niega a moverse y el ejército de Roma se queda detenido en el campamento. Mientras tanto, en el palacio imperial de Roma, Lucio Quieto y otros oficiales se reúnen para discutir la situación. Deciden hablar con Trajano para convencerlo de que deben atacar ya, ya que las legiones del norte están inquietas por el retraso. Quieto es elegido para hablar con el emperador, pero Trajano se muestra inflexible y se niega a moverse hasta que se asegure la liberación de Longino.

95

En este capítulo, Celer regresa a Roma y vuelve a correr en el Circo Máximo. Aunque extraña a Niger, decide refugiarse entre las prostitutas de la Subura. Después de probar en varios prostíbulos, se encuentra con una prostituta callejera llamada Helva. Celer se siente atraído por ella y decide pasar tiempo con ella. Le paga por su compañía y le pide que se quite el tinte naranja del cabello. Durante la conversación, Helva revela que gana alrededor de cien denarios al mes, pero tiene que pagar impuestos y a otras personas. Celer le ofrece cuidar de ella y pagar a las personas que la protegen a cambio de que solo esté con él. Helva acepta la oferta y deja su vida como prostituta.

96

En este capítulo, los legati están reunidos con el emperador Trajano en el palacio imperial de Roma cuando se escucha una algarabía en el exterior. Trajano parece ausente y Lucio Quieto envía a un pretoriano a investigar. Lucio se siente incómodo por la debilidad que muestra Trajano debido a Longino. Llega un mensajero de Dacia con un mensaje de Decébalo y de Longino. Trajano ordena que pase y espera ansioso la respuesta. El mensajero se llama Hermilo y Trajano le pregunta quién lo envía. Hermilo duda y dice que debe hablar con Trajano. Trajano confirma que es el emperador y Hermilo entrega los mensajes. Decébalo exige condiciones inaceptables para liberar a Longino. Trajano se enfurece y exige encontrar un acuerdo. Hermilo revela que Longino le dijo que para cuando entregara el mensaje, él ya estaría muerto. Trajano se desespera y arroja objetos al suelo.

97

En este capítulo, Cneo Pompeyo Longino se encuentra en el palacio real de Sarmizegetusa, donde es tratado como un rehén por Decébalo, el rey de Dacia. Longino se siente estúpido por haber caído en la trampa de Decébalo y haber perdido a sus hombres. Además, se da cuenta de que Dochia, la princesa dacia, lo ha traicionado entregando información sobre su amistad con Trajano. Decébalo revela su plan de ganar tiempo y formar alianzas con otros pueblos para enfrentarse a Trajano. Longino advierte a Decébalo de que Trajano atacará antes de lo que él imagina, pero el rey no le cree. Luego, Longino revela que ha sido envenenado y que su esclavo griego ha enviado un mensaje a Trajano anunciando su muerte. Decébalo ordena traer a Mario Prisco, un antiguo senador romano que ahora trabaja para él, para confirmar la amistad entre Longino y Trajano. Longino muere mientras pronuncia sus últimas palabras y Decébalo intenta abrir su mano cerrada, pero no lo logra. Diegis y Vezinas confirman que Longino no esconde nada y Diegis revela que sus últimas palabras fueron "Ave, César".

98

En este capítulo, Trajano confronta a Hermilo, el esclavo griego, acusándolo de mentir. Sin embargo, al escuchar el nombre de Longino, el emperador se muestra interesado y le permite a Hermilo explicarse. El esclavo relata que Longino le ordenó conseguir veneno para quitarse la vida y así permitir que Trajano continúe con su campaña militar sin presiones. Hermilo consigue el veneno y se lo entrega a Longino, quien bebe la mitad del frasco. Después de que los guardias dacios se llevan a Longino, Hermilo es escoltado hasta el río Danubio y entregado a una turma de caballería romana. Trajano examina el frasco medio vacío y duda si el líquido es realmente veneno. A pesar de sus dudas, el emperador decide que Hermilo debe ser ejecutado por su participación en el suicidio de Longino. Mientras tanto, Lucio Quieto lleva a Hermilo a la prisión y luego visita a Secundo, el oficial renegado. Quieto le ofrece a Secundo un frasco con un líquido desconocido y le da la opción de beberlo para evitar ser entregado a las fieras en el anfiteatro Flavio. Secundo acepta y bebe el contenido del frasco. Aunque pasa varias horas sin efectos, finalmente comienza a gritar de dolor. Quieto se retira de la celda, dejando a Secundo sufriendo.

99

En este capítulo, el proxeneta de Helva se presenta en la casa de Celer para negociar un precio alto por dejar en paz a la muchacha. Sin embargo, Celer se muestra generoso y el proxeneta se va satisfecho. Todo va bien hasta que llega el recaudador de impuestos, un hombre pequeño y enclenque, con una sonrisa en la que faltan dientes. El recaudador exige el dinero de Helva, argumentando que debe pagar sus veinte denarios mensuales. Celer le responde que la ley exige solo el diez por ciento de las ganancias de una prostituta y que Helva ya no es una prostituta. El recaudador se enfada y exige el dinero. Celer piensa en abofetearlo, pero se contiene. Finalmente, Celer le ordena al recaudador que se vaya y amenaza con presentar una queja por sus excesos. El recaudador se va, pero advierte que Celer lamentará su decisión. Después de esto, Celer se encuentra con Helva y le asegura que todo está bien. Mientras tanto, el recaudador de impuestos se dirige a la casa del senador Pompeyo Colega y le cuenta lo sucedido con Celer. El recaudador propone al senador que actúen juntos para perjudicar a Celer. El senador acepta y planean una nueva acusación contra el auriga. El capítulo termina con el hombre misterioso instando a Pompeyo Colega a destruir a Celer y a la vestal antes de que regrese el emperador del Danubio.

100

En este capítulo, Lucio Quieto se presenta en la cámara del emperador Trajano. Los pretorianos solo permiten la entrada de Quieto debido a la orden del emperador. Trajano está absorto en los mapas de Dacia y Quieto intenta llamar su atención hablando sobre el veneno que le dio a uno de los renegados que intentaron asesinar al emperador. Trajano pregunta cómo murió el traidor y Quieto describe una muerte dolorosa. Trajano se emociona y menciona que solo los más valientes son capaces de morir así. Quieto le recuerda a Trajano que algo debe hacerse y el emperador anuncia que convocará al Senado y partirán hacia el norte para conquistar una nueva provincia. Trajano enfatiza que esta guerra es personal. Quieto revela que no ha matado al esclavo griego como se le ordenó, ya que consideró que el emperador estaba borracho. Trajano aprueba su decisión y agradece a Quieto por obedecer la orden previa de no obedecer al emperador si estaba borracho. Trajano ordena que el esclavo sea liberado con una suma de dinero y que se vaya. El emperador se dirige hacia la puerta y menciona que la venganza es lo que le queda.

101

En este capítulo, se narra un combate en el Anfiteatro Flavio de Roma en el año 105 d.C. Marcio, un gladiador de más de cuarenta años, se enfrenta a Maroboduus, un joven y poderoso gladiador germano. A pesar de las expectativas en su contra, Marcio logra resistir los ataques de Maroboduus y herirlo en varias ocasiones. El público, emocionado por la valentía y habilidad de Marcio, comienza a aclamarlo con el sobrenombre de "Senex", que significa anciano. Sin embargo, cuando Marcio tiene la oportunidad de acabar con la vida de Maroboduus, el emperador Trajano interviene y le concede el perdón. Marcio decide no matar a su oponente y en cambio, se levanta y continúa luchando. La multitud lo aclama como un héroe y Marcio se siente seguro de que podrá obtener su libertad y reunirse con su esposa Alana y su hija Tamura. Sin embargo, en las profundidades del anfiteatro, un hombre llamado Carpophorus, conocido como el bestiarius, escucha los gritos de la multitud y se pregunta qué está sucediendo arriba.

102

En este capítulo, Marco Ulpio Trajano y sus hombres parten de Roma hacia Brindisium para embarcar hacia el norte del Danubio. El emperador tiene el apoyo del Senado para llevar a cabo una campaña militar contra Decébalo. Lucio Quieto propone enviar mensajeros a Vinimacium para organizar la construcción de un puente de barcazas, pero Trajano decide ir a Drobeta en su lugar. Apolodoro de Damasco, el arquitecto encargado de la construcción del puente, recibe la noticia de que el emperador llegará al amanecer. A pesar de no haber terminado las fortalezas que protegerán el acceso al puente, Apolodoro confirma que el puente es transitable. Trajano y su ejército cruzan el puente, a pesar de las preocupaciones de Apolodoro sobre el peso excesivo de las catapultas y los carros. Tercio Juliano, al mando de las catapultas, se niega a separarlas como sugiere Apolodoro. Tercio Juliano es empujado por Tercio Juliano por la barandilla del puente. Después de este incidente, se ordena separar las catapultas y el puente deja de vibrar. Trajano y su ejército continúan su marcha hacia Dacia. Trajano reflexiona sobre la construcción del puente y su guerra personal contra Decébalo. El capítulo termina con una cita de Dion Casio que elogia la magnitud del puente construido por Trajano.

103

En este capítulo, se narra cómo el avance de las tropas romanas hacia el norte de Dacia se complica debido al mal tiempo y las dificultades del terreno. Trajano decide no dejar ninguna fortaleza dacia en pie y busca la rendición absoluta o la aniquilación del enemigo. Llegan mensajeros del enemigo ofreciendo rendición y Trajano acepta, prometiendo tratar con generosidad a aquellos que abandonen a Decébalo. Sin embargo, se revela que la fortaleza de Piatra Rosie no ha abandonado al rey dacio. Trajano decide enviar tropas al sureste para evitar que Decébalo envíe tropas dacias contra Moesia Inferior. También ordena la construcción de clausurae en toda la región para impedir los movimientos de los guerreros dacios durante el invierno. Adriano reflexiona sobre la duración de la guerra y decide corregir sus propios errores en su búsqueda de poder.

104

En este capítulo, se lleva a cabo un cónclave secreto en Roma en enero del año 106 d.C. El anfitrión, Pompeyo Colega, ha reunido a un grupo peculiar de personas, incluyendo a un recaudador de impuestos, un auriga, un antiguo rex sacrorum y tres senadores. Pompeyo ha planeado acusar a Celer y también involucrar a la vestal Menenia en el proceso. Todos están de acuerdo en que es el momento de actuar, ya que el invierno ha detenido los avances de Trajano en el norte y esto les brinda la oportunidad de recuperar sus inversiones en las corporaciones de cuadrigas.

Se discute la importancia de mantener al margen a Plinio, ya que está ocupado con sus responsabilidades en el nuevo cargo que le ha otorgado el César. Se espera que Plinio no interfiera en el plan y que este sea considerado un caso menor para él. También se menciona la posibilidad de que haya desórdenes, pero se cree que combinando el plan de Pompeyo con las acusaciones del recaudador de impuestos, el nombre de Celer quedará desacreditado.

El capítulo concluye con la afirmación de Salinator de que se encargará personalmente de Menenia si ella se involucra en el asunto. Todos abandonan la casa de Pompeyo Colega, dejando claro que si Menenia cae en la trampa, no habrá abogado ni ley que pueda salvarla. Por otro lado, el auriga de los azules está contento con la oportunidad de vengarse de Celer.

Sin embargo, antes de que el capítulo termine, el atriense, el esclavo más veterano de la casa, informa a Pompeyo Colega que alguien quería verlo, pero se fue al enterarse de que estaba reunido. El atriense menciona que el visitante era alguien que daba miedo y que olía a muerto. Pompeyo Colega se ríe de la preocupación del esclavo, pero queda intrigado por esta visita inesperada.

105

En este capítulo, Trajano y Quieto están observando las imponentes paredes de roca roja de Piatra Rosie. Quieto expresa su preocupación por la dificultad de rendir la fortaleza, ya que les resistió en la última guerra. Trajano, en silencio, finalmente responde que ha estado pensando en ello y le pide a Quieto que lo acompañe. Trajano se dirige hacia las catapultas preparadas para lanzar rocas contra los muros y señala hacia lo alto de la montaña. Explica que hacer un terraplén gigantesco llevaría mucho tiempo y esfuerzo, y la recompensa no sería tan grande. Sin embargo, destaca que el enemigo está arriba y ellos están abajo rodeados de árboles. Trajano propone prender fuego alrededor de la montaña para aprovechar el viento y el humo resultante asfixiará a los defensores de la fortaleza. Quieto comprende el plan y Trajano enfatiza la importancia de generar la mayor cantidad de humo posible. Con esta estrategia, esperan que Piatra Rosie caiga sin sufrir más bajas.

106

En este capítulo, Marcio observa desde su celda del Ludus Magnus la llegada de nuevos prisioneros al colegio de lucha. Entre ellos se encuentra un hombre que llama su atención. Marcio sabe que si hubiera sido en tiempos del lanista Cayo, podría haberse acercado y hablado con él, pero con Trigésimo las reglas son diferentes y los gladiadores están constantemente encerrados en sus celdas. Marcio espera dos semanas hasta que el hombre que le interesa participa en un combate de gladiadores en honor al emperador y su ejército. Marcio se arrodilla frente a la imagen de Némesis y le indica al hombre que haga lo mismo. Resulta que el hombre es Akkás, un sármata que ha sido capturado por los romanos. Akkás le informa a Marcio que él y su familia están bien, ya que su esposa Alana logró llevar a un grupo de mujeres y niños sármatas a través de las posiciones romanas y dacias. Marcio agradece la información y le pide a Akkás que rece a la diosa de los gladiadores por su protección. Antes de separarse, Marcio le desea suerte a Akkás y se marcha cuando un pretoriano le indica que es su turno de combatir. Marcio se aleja sin mirar atrás, sabiendo que tiene a alguien a quien regresar: su esposa Alana y su hija Tamura.

107

En este capítulo, Trajano y sus legiones se encuentran frente a las fortalezas de Blidaru y Costesti, obstaculizando su avance hacia Sarmizegetusa Regia. A pesar de haber rendido estas fortalezas en el pasado, los dacios las han reconstruido y fortalecido. Nigrino informa a Trajano que las murallas de Blidaru han sido renovadas y que han sobreelevado los muros, pero aún es posible acceder con las torres de asedio. Por otro lado, Celso informa que los dacios también han reconstruido los muros de Costesti y los han sobreelevado, pero lo que llama la atención es que han colocado lanzas con calaveras de legionarios romanos caídos en combate alrededor de la fortaleza. Trajano decide utilizar esto como motivación para sus hombres y ordena que las calaveras sean reemplazadas por huesos de guerreros dacios. Además, planea atacar ambas fortalezas al mismo tiempo, utilizando dos torres de asedio para cada una y dividiendo las catapultas equitativamente. Trajano está decidido a no detener el lanzamiento de proyectiles durante la noche y asegura que ningún enemigo dormirá en el valle de Orastie hasta que Decébalo se arrodille ante él.

108

En este capítulo, Celer escucha los gritos de los aurigatores de la corporación contrincante por la muerte repentina de uno de los mejores caballos de los azules. Aunque esto le facilita las cosas para la próxima carrera, Celer no se alegra realmente. A pesar de eso, sigue ganando en el Circo Máximo y disfrutando de su relación con Helva. Sin embargo, Celer no puede evitar pensar en Menenia y en el hecho de que no tiene todo lo que desea. Mientras tanto, en la casa de Pompeyo Colega, el senador recibe la noticia del arresto de Celer como un pequeño alivio en medio de la preocupación por la epilepsia de su nieto. En ese momento, un extraño visitante llamado Carpophorus llega a la casa de Pompeyo Colega y le ofrece el hígado de un gladiador como remedio para la enfermedad de su nieto. Aunque Pompeyo Colega acepta, se da cuenta de que el visitante tiene un olor a muerte que lo incomoda. Carpophorus se marcha con la intención de obtener el hígado del gladiador Marcio y convencer a Trigésimo, el lanista, de venderlo.

109

En este capítulo, Decébalo, el rey de la Dacia, se encuentra en Sarmizegetusa, su capital fortificada, rodeado de sus oficiales. Está enfurecido por los avances de los romanos, que han conquistado varias ciudades dacias y ahora se encuentran construyendo una gigantesca empalizada alrededor de Sarmizegetusa. Decébalo ordena traer a Mario Prisco, un ex senador romano que había sido su consejero pero cuyos planes de asesinar al emperador Trajano habían fracasado. Prisco explica que la empalizada es una circumvallatio, una estrategia romana para aislar la ciudad y evitar que reciba ayuda del exterior. Decébalo se da cuenta de que Trajano ha venido para quedarse y decide resistir a pesar de las dificultades.

110

En este capítulo, Helva se arrodilla ante Menenia y le suplica que salve a Celer. Aunque Menenia parece haberse endurecido, Helva insiste en que Celer la rescató de una vida miserable y solo está con ella porque se parece a Menenia. Helva revela que está embarazada y teme por la vida de Celer, ya que ha sido condenado a muerte en un juicio amañado. Nadie está dispuesto a ayudar a Celer, excepto Menenia. Helva le ofrece dejarlo si Menenia encuentra una forma de salvarlo. Menenia se retira a reflexionar y finalmente le dice a Helva que no puede hacer nada para cambiar la sentencia de muerte de Celer. Helva se va decepcionada y Menenia se da cuenta de que si una vestal no puede evitar una injusticia, Roma ha muerto. Menenia recuerda las palabras del emperador sobre una mujer al sur de la ciudad que podría ayudarla en caso de peligro. Se pregunta si esa mujer aún existe y si podría ayudar a salvar a Celer.

111

En este capítulo, el ejército romano avanza con las torres de asedio hacia los muros de la ciudad de Sarmizegetusa Regia. Lucio Quieto dirige el ataque mientras Trajano observa desde una posición segura. Los defensores de la ciudad se mantienen ocultos en lo alto de los muros, esperando el momento adecuado para contraatacar. Diegis, líder de los dacios, tiene como objetivo abatir al oficial romano al mando. Mientras tanto, en la retaguardia romana, Trajano y sus hombres se preguntan por qué los defensores no se están defendiendo. Nigrino parte hacia la vanguardia para transmitir la orden de Trajano de iniciar el lanzamiento de proyectiles. Las torres de asedio se acercan cada vez más a la muralla, pero los defensores siguen sin aparecer. Finalmente, los dacios lanzan una lluvia de flechas y proyectiles encendidos sobre las torres de asedio. Lucio Quieto es herido por una flecha en la espalda y Nigrino lo ayuda a levantarse. En lo alto de las murallas, Diegis celebra su hazaña de haber herido mortalmente al oficial romano. Las torres de asedio romanas arden en llamas.

112

En este capítulo, Akkás es llevado gravemente herido al Ludus Magnus y lo dejan en el suelo sin recibir atención médica. Marcio, su amigo sármata, deja de entrenar para ir a su lado. Trigésimo, el lanista, intenta golpear a Marcio, pero este lo empuja al suelo. Trigésimo decide castigar a Marcio con diez latigazos y encerrarlo sin comida. Marcio se queda junto a Akkás, quien le dice que no vale la pena luchar más y que él debe regresar solo al Danubio. Marcio le asegura que luchará por los dos y que volverán juntos a su pueblo. Akkás muere y Marcio se levanta. Trigésimo explica que los gladiadores luchan contra fieras para entretener a la plebe. Marcio se da cuenta de que Carpophorus, el bestiarius, sigue vivo y teme que vuelva a cruzarse en su camino. Decidido a sobrevivir, Marcio se concentra en su entrenamiento con determinación.

113

En este capítulo, el emperador Trajano se preocupa por la salud de Lucio Quieto, el jefe de la caballería imperial, quien ha sido herido por una flecha. El médico Critón informa que Quieto se recuperará, pero necesitará reposo. Trajano le pide que le dedique toda la atención necesaria.

Más tarde, Trajano recibe la noticia de que Apolodoro de Damasco ha llegado al campamento romano frente a Sarmizegetusa. Trajano lo convoca a una reunión en la tienda de mando, donde también están presentes Sura, Nigrino, Tercio Juliano, Celso, Palma, Laberio Máximo y Adriano. Apolodoro se inclina ante el emperador y luego se dispone a escucharlo.

Trajano le pregunta a Apolodoro si ha tenido tiempo de ver los muros de la ciudad. Apolodoro responde que ha sido llevado cerca de las murallas antes de reunirse con el emperador. Apolodoro pide que lo conduzcan alrededor de toda la ciudad y observa unos templos dacios fuera del recinto amurallado. Aulo le explica que son santuarios del enemigo.

Después de ver los muros, Apolodoro se reúne con Trajano y Tercio Juliano en la tienda. Trajano le pregunta qué piensa sobre cómo derribar las murallas. Tercio Juliano explica los intentos fallidos de usar escalas y torres de asedio. Apolodoro sugiere construir un agger, un terraplén gigantesco, utilizando piedras de las fortalezas romanas conquistadas. Trajano aprueba el plan y ordena que se traigan los sillares necesarios y que se busquen conductos de agua no detectados.

Trajano y los demás abandonan la tienda para poner en marcha las órdenes. Solo Tercio Juliano se queda con Apolodoro, quien le dice que está a las órdenes del emperador de Roma.

114

En este capítulo, Tiberio Claudio Liviano, jefe del pretorio, se encuentra inquieto por la tensión en las calles de Roma debido a la inminente ejecución de un auriga acusado de envenenar caballos de las corporaciones rivales. En medio de esta situación, llega una vestal llamada Menenia a solicitar una entrevista con Liviano. Menenia busca a una mujer que vive al sur de la ciudad y que el emperador Trajano le mencionó anteriormente. Liviano le informa que se trata de Domicia Longina, la antigua emperatriz de Roma y esposa de Domiciano, quien se retiró de la vida pública y vive en una villa al sur de la ciudad bajo la protección de la guardia pretoriana. Menenia decide que quiere hablar con Domicia Longina y Liviano accede a conducirla hasta ella.

115

En este capítulo, la ciudad de Sarmizegetusa está bajo asedio romano y su suministro de agua ha sido cortado. Decébalo, el rey de Dacia, se preocupa por la falta de agua y decide racionarla para que todos en la ciudad puedan beber. Sin embargo, el calor es asfixiante y el agua no durará mucho tiempo. Decébalo se da cuenta de que necesita cambiar de estrategia y decide enviar a Diegis a hablar con el emperador romano Trajano para proponer la paz. Mientras tanto, en el campamento romano, Tercio Juliano se prepara para una posible salida de los dacios, pero solo sale un guerrero dacio para entregar un mensaje. Diegis se encuentra con Trajano y le propone la paz, pero el emperador se niega debido a la muerte de su amigo Longino. Trajano decide enviar a Diegis de regreso a Decébalo con un mensaje de rendición incondicional. Dochia, la hermana de Decébalo, sospecha que su hermano está planeando algo en secreto y se preocupa por el destino de su pueblo.

116

En este capítulo, Menenia llega a la villa de Domicia Longina en busca de ayuda desesperada para detener la ejecución de Celer, un auriga acusado injustamente de envenenar caballos en el Circo Máximo. Menenia explica a Domicia que ha acudido a ella porque el senador Plinio no puede revocar la sentencia de muerte. Domicia, una antigua emperatriz de Roma, la recibe en su casa y le pregunta por qué no ha recurrido a la Vestal Máxima o a los sacerdotes. Menenia explica que la Vestal Máxima ha fallecido y que no confía en los sacerdotes debido a un juicio injusto que sufrió en el pasado. Domicia le revela a Menenia que existe una antigua ley, olvidada por muchos, que podría salvar a Celer. Sin embargo, advierte a Menenia sobre los peligros de recurrir a esta ley, ya que podría haber sido corrompida por los enemigos de Celer. A pesar de las advertencias, Menenia insiste en conocer el contenido de la ley. Domicia, con dolor y tristeza, le explica la ley y le pide que, si el día de la ejecución de Celer amanece nublado, no intente nada. Menenia no puede prometerlo sin conocer la ley y Domicia se da cuenta de que la joven vestal no hará ninguna promesa que no pueda cumplir. Al despedirse, Domicia llora amargamente y ruega a los dioses que no le quiten a Menenia. A pesar de su dolor, Domicia se levanta con determinación y decide luchar por Menenia y por la justicia.

117

En este capítulo, Diegis es convocado nuevamente por Decébalo, quien le revela su plan para atacar a los romanos. Decébalo está decidido a resistir las exigencias de Trajano y no rendirse, por lo que planea un ataque sorpresa con el grueso de sus fuerzas mientras deja a algunos hombres en las murallas para evitar ser sorprendidos. El objetivo principal del ataque será el agger que los romanos están construyendo, pero también se busca herir y matar a la mayor cantidad de enemigos posible. Decébalo espera que este ataque demuestre a Trajano que aún pueden luchar y que estén dispuestos a negociar en mejores condiciones. Diegis acepta la misión y se prepara para la batalla, sabiendo que podría ser su último combate. Mientras tanto, Dochia se encuentra con su hermano y descubre su plan de traición. Ella se niega a unirse a él y decide advertir a Diegis. Sin embargo, es capturada por Vezinas, quien la lleva a una torre. Dochia logra golpear a Vezinas y escapar de él, pero sabe que los romanos la matarán. A pesar de todo, está decidida a quedarse y luchar por su pueblo.

118

En este capítulo, Trigésimo, el preparador de gladiadores, se encuentra en el anfiteatro Flavio de Roma. Está satisfecho con los resultados de los combates de gladiadores, ya que ha ganado apuestas y ha beneficiado a muchos corredores de apuestas. Mientras está en el túnel de acceso a la arena, escucha la voz del bestiarius Carpophorus, quien le pide el hígado de uno de sus gladiadores vivos. Trigésimo se niega, ya que le repugna el comercio macabro de las vísceras de los gladiadores muertos. Carpophorus intenta persuadirlo ofreciéndole más dinero y amenazándolo con un senador poderoso. Trigésimo duda, pero finalmente acepta organizar el combate para obtener el hígado de Senex, un gladiador viejo pero rentable. Sin embargo, Trigésimo siente ira y ganas de matar a Carpophorus, pero se detiene cuando ve a dos leones amaestrados por el bestiarius. Carpophorus se burla de Trigésimo y le advierte que nadie puede enfrentarse a él y salir vivo. Trigésimo retrocede rápidamente y se dirige hacia la luz del túnel principal.

119

En este capítulo, Diegis se dirige a sus hombres desde una catapulta para informarles de que los romanos están construyendo una plataforma para atacar las murallas de Sarmizegetusa. Les ordena que destruyan la construcción y maten a tantos romanos como puedan antes de retirarse a la ciudad. Diegis no menciona a Decébalo en su discurso, ya que ha dejado de creer en él. Las puertas de la ciudad se abren y los dacios salen a luchar contra los romanos. Mientras tanto, Tercio Juliano se da cuenta de que los dacios están gritando y se prepara para el combate. Envía un mensaje al emperador pidiendo refuerzos. Trajano ordena reunir a todas las legiones y afirma que deben ser más brutales que los dacios. En el sector oeste de la ciudad, Decébalo y sus guerreros atacan la empalizada romana. Logran tomar las torres y abrir las puertas para que Decébalo pueda salir con su ejército personal. Sin embargo, Bacilis, el sumo sacerdote, decide huir de vuelta a la ciudad y traicionar a Decébalo. Decébalo lo persigue y lo mata con una jabalina. Decébalo y su ejército continúan su huida hacia el noroeste de la Dacia. En el camino, un hombre herido gatea hacia la ciudad en busca de ayuda.

120

En este capítulo, nos encontramos en la residencia de Tito Cicurino, flamen dialis, donde todo está tranquilo. Sin embargo, la llegada de Domicia Longina, antigua emperatriz de Roma, perturba la paz del lugar. Domicia le informa a Cicurino que un auriga de los rojos será ejecutado injustamente desde la roca Tarpeya. Ella le pide al flamen dialis que intervenga y evite esta injusticia, ya que su influencia podría irritar al emperador Trajano. Cicurino duda de su capacidad para detener la ejecución, pero Domicia le menciona la antigua ley de Numa y la posibilidad de interpretar los presagios del cielo. Aunque Cicurino sugiere recurrir a Plinio, augur, Domicia insiste en que sea él quien la acompañe. Finalmente, Cicurino acepta y solicita una venda en los ojos para evitar malentendidos durante su intervención. Domicia se ofrece a vendárselos personalmente cuando llegue el día.

121

En este capítulo, se narra la batalla entre los romanos y los dacios en Sarmizegetusa. La embestida de los dacios hace que las primeras cohortes romanas retrocedan, pero Tercio Juliano toma el mando de las cohortes de reserva y logra mantener una línea de defensa. Mientras tanto, Trajano observa la batalla desde su tienda y se da cuenta de que algo no encaja. Decide enviar a Adriano a investigar qué está sucediendo en el otro lado de la ciudad. Por otro lado, los dacios se acercan al agger y Diegis anima a sus hombres a destruirlo. Sin embargo, llegan refuerzos romanos y la línea dacia comienza a debilitarse. Diegis se encuentra aislado y herido, pero sigue luchando. Finalmente, Tercio Juliano se acerca a Diegis y reconoce su valentía, y decide darle una muerte rápida y honorable. Después de la batalla, llega un mensajero con la noticia de que un grupo de dacios ha escapado, incluyendo a Decébalo. Trajano se da cuenta de que todo era una distracción.

122

En este capítulo, Marcio se encuentra en el santuario del anfiteatro Flavio, rogando a la diosa Némesis que su próximo oponente en la lucha a muerte no sea tan fuerte como los anteriores. De repente, escucha una carcajada y la voz de Carpophorus, el bestiarius, que parece hablar a través de las paredes. Carpophorus le revela que ha estado detrás de las dificultades que ha enfrentado en los combates recientes y que se ha vuelto más poderoso desde que Marcio escapó de Roma. Carpophorus explica que quiere cazar a Marcio, considerándolo una presa valiosa debido a su pasado como asesino de Domiciano y su intento de asesinato de Trajano. Marcio intenta entender por qué Carpophorus lo persigue y le pregunta por qué quiere su muerte. Carpophorus revela que guarda rencor hacia Marcio por haberse llevado a una gladiadora llamada Alana, cuya sangre era valiosa para él. Marcio intenta persuadir a Carpophorus de que lo deje en paz, pero el bestiarius se burla de los dioses y afirma que no le teme a Némesis. Marcio advierte a Carpophorus que lo matará si luchan, pero el bestiarius revela que su destino ya está comprado y que alguien lo ha pagado. Marcio intenta obtener respuestas, pero Carpophorus se aleja riendo. Un pretoriano aparece y le avisa a Marcio que es hora de salir a la arena. Marcio se levanta y se dirige hacia la puerta, pero antes de irse, se arrodilla una última vez frente a la estatua de Némesis y le implora su ayuda para sobrevivir.

123

En este capítulo, Dochia asume el mando de la defensa de Sarmizegetusa después de la huida del rey y la muerte de Diegis. Propone concentrar a todos en la ciudadela, ya que no tienen suficientes guerreros para defender todo el perímetro de la ciudad. También menciona la posibilidad de negociar con el emperador romano, pero nadie cree que esto sea posible. Mientras tanto, Trajano y sus hombres inspeccionan la zona noroccidental del asedio y descubren que Decébalo ha huido con todas sus fuerzas de caballería. Trajano ordena a Nigrino que tome el mando de la caballería y persiga a Decébalo hasta capturarlo o matarlo. Mientras caminan, encuentran un cadáver dacio vestido con ropas ricas y una lanza clavada en la espalda. Aulo y los demás se preparan para atacar, pero Trajano les ordena que no lo hagan. El cadáver resulta ser Bacilis, el sumo sacerdote de Zalmoxis, quien pide oro como rescate y revela su odio hacia Decébalo.

124

En este capítulo, se narra el día de la ejecución de Celer en Roma. Tiberio Claudio Liviano, jefe del pretorio, se encuentra inquieto debido a la tensión que ha generado el juicio y condena a muerte del auriga. Para mantener el control de la ciudad, Liviano ha ordenado que varias cohortes de la guardia pretoriana patrullen las calles. A pesar de esto, decide trasladar al prisionero a los castra praetoria, al norte de la ciudad, para tener un mayor control sobre la situación. Liviano sale de sus dependencias uniformado y con el casco reluciente, pero nota que amenaza con llover. A pesar de esto, está decidido a llevar a cabo la ejecución. Mientras tanto, Celer, encadenado y con la mirada en el suelo, jura vengarse de Acúleo si logra sobrevivir. Menenia, una vestal, se prepara para llevar a cabo su plan de detener la ejecución de Celer. A pesar de las advertencias de sus compañeros, se dirige al Templo de Vesta para realizar un sacrificio antes de continuar. Luego, se dirige hacia la roca Tarpeya, donde se sitúa en medio de la calle. A pesar del miedo de los sirvientes que la acompañan, nadie se atreve a detenerla. Liviano y su guardia pretoriana avanzan por las calles de Roma, rodeando la ciudad para evitar problemas. Sin embargo, se encuentran con una mujer en medio de la calle que no se aparta. Liviano ordena que la empujen a un lado, incluso si se resiste. Finalmente, la mujer es asesinada y la multitud reacciona con indignación. Celer presencia todo esto y se siente impotente.

125

En este capítulo, los romanos aprovechan la retirada de las murallas de la ciudad de Sarmizegetusa para entrar y matar a los dacios que se quedaron atrás. Dochia, la hermana del rey Decébalo, regresa a la torre donde estuvo prisionera para utilizarla como su último bastión de defensa. Trajano está inquieto porque el dacio malherido mencionó la palabra "aurum", lo que hace pensar que Decébalo se llevó todo el oro de la Dacia. Trajano quiere ese oro para solucionar los problemas financieros del Imperio y vengar la muerte de su amigo Longino. Ordena a sus tropas que busquen el oro en cada palacio, santuario y casa de Sarmizegetusa. Trajano camina por la ciudad protegido por la guardia pretoriana mientras los legionarios destruyen todo a su paso en busca del tesoro. Finalmente, llegan a la ciudadela y derriban la última puerta de bronce. Encuentran a Dochia, quien revela que el cuerpo de Longino está en un sarcófago en la torre. Dochia decide suicidarse saltando desde el balcón, pero Trajano intenta detenerla. Sin embargo, Dochia se arroja al vacío y muere. Trajano se queda a solas con el cuerpo de Longino y llora en silencio. Ordena detener la matanza y Tercio Juliano, junto con sus hombres, intenta frenar a los legionarios que continúan matando a los dacios. Tercio cumple su promesa de proteger a las mujeres y niños dacios y los lleva a un lugar seguro.

126

En este capítulo, Menenia escucha los gritos de la gente y se entera de que los pretorianos han matado a una mujer llamada Helva. A pesar de la muerte de Helva, Menenia decide quedarse en el lugar y enfrentarse a los pretorianos. Los pretorianos, aunque respetan a las vestales, no saben cómo apartar a Menenia del camino, ya que no pueden tocarla. Mientras tanto, Liviano, el jefe del pretorio, se entera de que la mujer que se interpone en el camino es una vestal, Menenia. Liviano se da cuenta de que la presencia de Menenia ha silenciado a la multitud y decide hablar con ella para resolver la situación. Menenia le dice a Liviano que son sus hombres los que deben apartarse, ya que en Roma todos deben ceder el paso a una vestal. Liviano acepta y ordena a sus hombres que se aparten. Menenia pasa entre los pretorianos y Liviano la escolta hasta el lugar donde está el auriga encadenado.

127

En este capítulo, Marcio se acerca a Trigésimo mientras este último está comiendo gachas de cebada después del entrenamiento diario en el Ludus Magnus. Marcio le pregunta por qué lo hace luchar contra los gladiadores más fuertes, ya que cada vez que mata a uno de ellos, Trigésimo pierde dinero. Marcio también menciona que alguien ha pagado para que él muera. Trigésimo, preocupado por no querer enfrentarse a un poderoso senador, le revela que un senador se ha encaprichado de él y quiere su hígado para su hijo o nieto. Marcio le advierte a Trigésimo que su problema no es con él, sino con Carpophorus, el bestiarius que manda sobre las fieras y los cadáveres en el anfiteatro Flavio. Marcio se ofrece a ayudar a Trigésimo a resolver el problema con Carpophorus. Tras estas palabras enigmáticas, Marcio se aleja dejando a Trigésimo con una mala digestión y pensando en lo que ha dicho.

128

En este capítulo, Celer mira a Menenia con ternura y miedo, suplicándole que no intervenga. Menenia se dirige a Liviano, el jefe del pretorio, preguntándole por qué van a ejecutar a ese hombre. Liviano explica que su misión es velar por el cumplimiento de las leyes de Roma y que el hombre ha sido condenado por los tribunales. Menenia interviene diciendo que muchos cuestionan el juicio y propone liberar al condenado de acuerdo con la antigua ley de Numa. Liviano duda, pero Menenia pide a los senadores y sacerdotes presentes que verifiquen si la ley existe y si su demanda es acorde con ella.

La gente calla y varios senadores se miran entre sí. Plinio se adelanta y afirma que la vestal ha tenido que detenerse porque la guardia pretoriana le negaba el paso. Plinio defiende que la ley de Numa debe cumplirse y Salinator, antiguo rex sacrorum, interviene argumentando que la vestal ha planificado el encuentro con el condenado, lo cual es un sacrilegio. Plinio contradice a Salinator y afirma que nadie puede probar que la vestal haya planeado el encuentro. Salinator insiste en que la vestal debe jurar que el encuentro ha sido fortuito y exige que lo haga. Menenia jura por Vesta que el encuentro ha sido fortuito.

En ese momento, un rayo de sol emerge de las nubes y aparece un arco iris sobre Roma. Salinator interpreta esto como una señal de los dioses y acusa a Menenia de mentir. Plinio, también augur, interpreta el trueno como un buen augurio y defiende que los dioses certifican que la vestal no miente. El flamen dialis, sacerdote supremo de Júpiter, interviene y ordena a Salinator que calle. Liviano agradece su intervención y ordena liberar al condenado.

Celer intenta acercarse a Menenia, pero es rodeado por los aurigatores de la corporación de los rojos. Acúleo, de la corporación de los azules, acepta el desafío de Celer en el Circo Máximo. Liviano ordena a la plebe que se retire y escolta a Menenia de regreso al Atrium Vestae. Plinio observa a Domicia Longina, la antigua emperatriz, y se da cuenta de su parecido con Menenia. Liviano ordena liberar al condenado y la multitud se dispersa.

129

En este capítulo, Decébalo y su caballería dacia continúan huyendo de los romanos. Han buscado refugio en varias fortalezas, pero la falta de víveres y los muros en mal estado los obligan a seguir hacia el norte. Decébalo deja el oro cerca de Sarmizegetusa, confiando en que los romanos no lo encuentren. A pesar de estar cada vez más debilitados, Decébalo espera reunir un gran ejército al norte y continuar la lucha contra los romanos. Mientras tanto, Tiberio Claudio Máximo y su caballería romana reciben la orden de rodear a Decébalo por el norte. Después de una larga cabalgata, llegan al otro lado del valle y descansan antes del combate. Decébalo y su caballería se encuentran con una patrulla enemiga que les corta el paso. Vezinas sugiere la rendición, pero Decébalo se niega. Mario Prisco, un prisionero romano, intenta persuadir a Decébalo de que lo deje hablar con Trajano para negociar su liberación. Decébalo considera la idea, pero luego apuñala a Prisco y lo deja morir. La caballería dacia se prepara para el combate mientras Prisco es atacado por buitres y muere lentamente.

130

En este capítulo, Ignacio recibe a Marción en su casa en Antioquía. Ignacio desconfía de Marción debido a sus creencias gnósticas y su exhibición de poder. Marción explica que ha tenido dificultades para llegar a Antioquía debido a la guerra en el Danubio y a la desconfianza de los romanos. Ignacio confronta a Marción por abrazar ideas herejes y menciona la importancia de otros textos además de los Evangelios de Lucas y las cartas de Pablo. Marción argumenta que la diversidad de escritos crea confusión entre los cristianos y plantea la preocupación de que las enseñanzas de Jesús caigan en el olvido. Ignacio comparte esta preocupación y ambos discuten sobre cómo asegurar la transmisión de las palabras de Jesús a las generaciones futuras. Marción propone un plan para salvar a todos los cristianos y ofrece su ayuda financiera. Ignacio accede a escribir a Roma para presentar el plan de Marción. Marción se prepara para viajar a Roma y cambiar el destino del mundo.

131

En este capítulo, Tiberio Claudio Máximo y los romanos son superados por los dacios en una brutal batalla. El legatus Nigrino llega con refuerzos y Máximo informa que el rey dacio ha escapado hacia el norte, mientras que uno de sus hombres ha desertado y se ha dirigido hacia las montañas. Nigrino ordena a un grupo de jinetes que persigan al desertor y el resto continúa la búsqueda del rey.

Mientras tanto, Vezinas, el desertor, se encuentra agotado y su caballo se derrumba. Decide luchar contra los jinetes romanos, pero finalmente se arrodilla y suplica por su vida. Los romanos dudan, ya que los dacios son conocidos por su valentía en la batalla, pero finalmente lo capturan y lo matan.

En Sarmizegetusa, Bacilis lleva al emperador Trajano y a sus legati a un lugar donde los romanos habían cortado el suministro de agua para la ciudad. Bacilis señala un remanso del río y repite la palabra "aurum". Trajano quiere encontrar el tesoro de Decébalo para mostrar su riqueza al pueblo y al Senado de Roma. Los pretorianos despejan la vegetación y descubren un cauce artificial que desviaba el río. Apolodoro explica que los dacios desviaron el río para construir canalizaciones subterráneas y propone desviar nuevamente el río para descubrir lo que hay más adelante. Trajano acepta y ordena a los legionarios de la VII Claudia que realicen los trabajos.

Decébalo, el rey dacio, se encuentra huyendo por las montañas. Gatea y asciende por una cornisa, pero los jinetes romanos lo rodean. Decébalo decide suicidarse y se corta el cuello con su daga. Los romanos encuentran su cuerpo decapitado y Tiberio Claudio Máximo corta su brazo derecho como trofeo.

En Sarmizegetusa, Aulo entra en una cueva y descubre un tesoro de oro y plata. Trajano ordena extraer el tesoro, que equivale a 315 millones de áureos de oro y 1.600 millones de denarios de plata. Trajano se sienta y se da cuenta de que han resuelto los problemas financieros del Imperio.

132

En este capítulo, Trigésimo reflexiona sobre su dependencia de Carpophorus y decide actuar en consecuencia. En medio de la paz antes de los grandes juegos, Trigésimo regresa al Ludus Magnus en la noche. Se acerca sigilosamente a las celdas de los gladiadores y habla con Marcio, quien le confirma que aún está dispuesto a encargarse de Carpophorus. Sin embargo, Marcio advierte sobre los riesgos de ayudarlo y propone un plan: dejar la celda abierta un día y esconder carne humana bajo su cama para atraer a los leones de Carpophorus. Trigésimo acepta el plan y acuerdan esperar hasta que regresen los combates en el Circo Máximo.

Capítulo sin nombre 136

En este capítulo, se presenta un discurso pronunciado por Diógenes de Alejandría en el año 107 d.C. El autor cuestiona la disposición del pueblo y critica su facilidad para ser gobernados. Se menciona una cita que destaca la falta de interés de la gente de Alejandría por algo más que no sea el pan y los espectáculos de carreras de caballos.

133

En este capítulo, se narra cómo Trajano decide asegurar las fronteras de la Dacia y crear una nueva provincia romana. Para ello, el emperador elige un valle en el cruce de rutas de la Dacia romana para construir una nueva capital, que se llamará Sarmizegetusa Ulpia Traiana. Apolodoro de Damasco es el encargado de diseñar la ciudad y sus principales edificios, como un anfiteatro, un almacén, templos, una basílica, un foro, unas termas y una necrópolis. Trajano muestra especial interés en la tumba de un oficial muerto en la campaña. Durante una inspección de las obras, el emperador se detiene en la necrópolis y reflexiona sobre la importancia de preservar la memoria de los caídos. Cierra los ojos y ruega a los dioses por ello. Mientras tanto, la lápida de Longino, con su inscripción, observa en silencio.

134

En este capítulo, Tercio Juliano se encuentra caminando cerca del río y se acerca al gran puente construido sobre el Danubio. Allí se encuentra con Apolodoro, el arquitecto responsable de la construcción del puente. Ambos hombres admiran la impresionante obra de ingeniería y comparten un momento de silencio contemplando el río. Tercio le informa a Apolodoro sobre el ascenso de Cincinato y cómo sus informes favorables influyeron en esa decisión. También hablan sobre la dificultad de trabajar juntos y la personalidad estricta de Tercio. Apolodoro elogia a Tercio por su papel en la protección de las fronteras del Imperio Romano. Luego, hablan sobre los planes futuros de Apolodoro para construir nuevos edificios en Roma, incluyendo un monumento para celebrar la victoria sobre los dacios. Tercio se siente culpable por interrumpir los pensamientos de Apolodoro y le pregunta sobre su vida personal. Apolodoro revela que teme por la seguridad del puente y Tercio lo tranquiliza asegurándole que lo protegerá. Finalmente, Apolodoro se retira y Tercio se queda solo en el puente, reflexionando sobre la importancia de esta construcción para el sueño del emperador Trajano.

135

En este capítulo, Menenia se encuentra en una audiencia privada con el emperador Trajano en un campamento militar en las afueras de Roma. El emperador le pregunta sobre su intervención para impedir la ejecución de Celer y ella confirma que fue ella quien lo detuvo. Trajano reconoce su valentía y discuten sobre la ley y la justicia. Luego, el emperador revela que Menenia es la descendiente del emperador Augusto y que su madre es Domicia Longina. Menenia se sorprende y Trajano explica que su madre la entregó en secreto a una familia respetable para protegerla de Domiciano. También revela que no es su padre y que desconoce quién es. Menenia se siente confundida y Trajano le asegura que siempre la protegerá. Finalmente, Menenia le pregunta si su padre es Domiciano o el actor Paris, y Trajano confiesa que no lo sabe y que solo su madre tiene la respuesta.

136

En este capítulo, Marcio se acerca a Verres, el cocinero, mientras este prepara la comida en la arena de entrenamiento. Verres se muestra despectivo y le pide a Marcio que regrese al entrenamiento. Marcio le explica que no viene a quejarse, sino a pedirle algo especial para la cena de los gladiadores que lucharán al día siguiente en el Circo Máximo. Verres se niega al principio, pero Marcio insiste y le hace una petición clara y precisa. Verres, indignado, va a hablar con el lanista, Trigésimo, y le cuenta lo que Marcio le ha pedido. Trigésimo frunce el ceño y le pide a Verres que consiga lo que Marcio ha pedido, a pesar de que eso podría costarle dinero al Ludus si el gladiador muere. Verres se preocupa por su dinero y se aleja pensando en sus apuestas. La comida se quema por completo, pero Verres sigue sirviendo los cuencos de los gladiadores.

137

En este capítulo, el senador Plinio se dedica a ordenar y limpiar su despacho, el tablinum. Encuentra numerosos papiros con notas y escritos relacionados con los juicios en los que ha participado. Entre ellos, encuentra las anotaciones que preparó para enfrentarse a Mario Prisco en el pasado. Plinio reflexiona sobre cómo ha cambiado todo desde entonces y cómo Trajano, a pesar de ser cuestionado por muchos en Roma, ha regresado victorioso de la conquista de Dacia. Plinio decide desechar algunos de los papiros y llevar consigo otros que considera importantes. También piensa en los planes de Trajano de sustituir a los gobernadores corruptos y aumentar el número de magistrados para controlarlos. Plinio está de acuerdo con estos planes y estaría dispuesto a contribuir a la regeneración del Imperio. Mientras ordena los papiros, encuentra una nota escrita por Atellus, quien lo había servido en el caso de la vestal Menenia. Plinio recuerda que Atellus murió poco después del juicio y se sorprende al encontrar esta nota entre sus escritos.

138

En este capítulo, el emperador Trajano continúa revisando los papiros que le entregó la vestal Menenia y se da cuenta de que necesitará a alguien más para llevar a cabo su proyecto. Decide que Quieto, un hombre más joven y leal, será su segundo al mando. En ese momento, Aulo informa al emperador que alguien quiere verlo, y resulta ser Celer, el auriga que actuó como mensajero en Moesia Superior. Celer felicita al emperador por sus victorias y luego le pide permiso para usar a su caballo Niger en una carrera en el Circo Máximo. Trajano accede y Celer se muestra agradecido. Sin embargo, cuando el emperador menciona apostar por él, Celer le dice que no debe hacerlo, ya que no correrá para ganar, sino para matar.

139

En este capítulo, Lucio Quieto se encuentra con el emperador Trajano en Roma. Trajano está contento de ver que el pueblo parece haberle perdonado por no ser romano y está agradecido por el generoso donativo que les ha dado. Quieto expresa su preocupación por la posición que se le ha asignado en el triunfo, ya que normalmente está reservada para los hijos del emperador. Trajano le asegura que ha considerado todas las opciones y que quiere que Quieto esté detrás de él en el triunfo, junto con Adriano y otros oficiales destacados. Trajano revela a Quieto unos papiros antiguos que contienen un plan ambicioso y le pide su opinión. Quieto se sorprende y admira el plan, pero se pregunta quién lo diseñó. Trajano revela que fue Julio César y le pide a Quieto que lo acompañe en la realización de este plan. Quieto acepta con lealtad y Trajano asegura que encontrarán el motivo adecuado para llevar a cabo este proyecto.

140

En este capítulo, el Ludus Magnus está vacío, a excepción de una celda donde se encuentra el gladiador llamado Senex. Trigésimo, el lanista, decide que Senex no luchará en los juegos gladiatorios en honor al emperador Trajano. Senex se prepara para la batalla, sacando una túnica gris manchada de sangre debajo de su cama, junto con dos brazos humanos y una espada. Después de arreglar sus armas, Senex se dirige al anfiteatro Flavio con las manos amputadas clavadas en lanzas. Debido al triunfo de Trajano, la seguridad en el Ludus Magnus y el anfiteatro está reducida, lo que permite a Senex pasar sin problemas. Él se siente como "nadie", recordando la historia de Ulises y el cíclope. Antes de entrar al túnel oscuro que conduce al hipogeo, Senex reza a la diosa Némesis y tiene un mal presentimiento sobre Alana y Tamura.

141

En este capítulo, se narra cómo Alana y su grupo de mujeres sármatas se encuentran cazando al sur de la Dacia. Mientras tanto, una patrulla de jinetes romanos se ha desorientado y se dirige hacia el territorio sármata. Los romanos ven a las mujeres sármatas y deciden capturarlas para esclavizarlas. Alana insta a su hija Tamura a huir mientras ella y sus compañeras se enfrentan a los jinetes romanos. A pesar de su valentía, las mujeres sármatas son superadas en número y están destinadas a morir. Alana logra matar a uno de los jinetes, pero una de sus compañeras resulta herida y es violada por los romanos. Alana se ve rodeada por varios jinetes y se da cuenta de que hay un precipicio detrás de ella.

142

En este capítulo, Trajano recibe un mensaje de Menenia, una sacerdotisa de Vesta, en el que le pide dos favores y hace una confesión. Trajano lee el mensaje con atención y, aunque inicialmente se enfada, al final decide concederle lo que pide. Luego, Trajano se dirige a un desfile triunfal por las calles de Roma, donde es aclamado por la multitud. Durante el desfile, Trajano reflexiona sobre el mensaje de Menenia y siente cierta amargura. Luego, llega al Templo de Júpiter Capitolino, donde se realiza un sacrificio de cien bueyes blancos. Trajano bebe agua y pide vino, mientras la multitud aclama su nombre. Después, continúa el desfile hacia el Circo Máximo, donde se exhiben los tesoros capturados durante la guerra contra Decébalo. Trajano se siente orgulloso de su victoria, pero también preocupado por el mensaje de Menenia. En el palco imperial, Trajano y Plotina conversan sobre diversos temas, incluyendo la promoción de Lucio Quieto y la ausencia de Liviano en el desfile. Finalmente, Trajano revela que Liviano está custodiando a un embajador extranjero, sin revelar su identidad. El capítulo termina con Trajano y Plotina saludando al pueblo de Roma.

143

En este capítulo, se lleva a cabo el sorteo para determinar el orden de salida de los aurigas en la carrera del Circo Máximo. El emperador ha dado instrucciones de que la carrera comience tan pronto como el desfile triunfal termine. En los establos del circo, se han reunido los aurigas de las cuatro corporaciones, tres de cada una, para un total de doce cuadrigas en competencia.

Sin embargo, Celer, uno de los aurigas, toma la vasija que contiene los números de los carceres y la rompe en el suelo. A pesar de la indignación del juez, Celer propone que se realice un sorteo limpio y justo. Los aurigas de los otros equipos están de acuerdo, ya que normalmente los azules se benefician de sobornos a los jueces.

Después de comprobar que las tablillas están en orden, se entrega una nueva vasija al juez. Celer es el primero en sacar una tablilla y le corresponde el número VII. Los otros aurigas de los rojos sacan los números II y XII. Por otro lado, Acúleo, el auriga de los azules, no tiene suerte en el sorteo y le toca el número IX.

Los demás aurigas continúan extrayendo sus números y se determinan las posiciones de salida. Los verdes obtienen los carceres III, XI y X, mientras que los blancos tienen los números VIII, VI y V.

Con el sorteo completado, se anuncia que la carrera está a punto de comenzar y los aurigas se dirigen a los carceres para prepararse.

144

En este capítulo, Marcio continúa descendiendo por los sótanos del anfiteatro Flavio en Roma. A medida que avanza, la luz disminuye y la humedad aumenta. El olor desagradable de las cloacas de Roma llega a su nariz, pero finalmente se aleja de ellos. Sin embargo, comienza a escuchar gritos desgarradores de mujeres. Al principio, los confunde con los rugidos de una fiera, pero pronto se da cuenta de que son mujeres sufriendo. A pesar de la angustia que siente, Marcio decide seguir adelante sin distraerse de su objetivo de encontrar a Alana y Tamura. Sin embargo, de repente siente que está siendo observado y se gira lentamente hacia su derecha, donde escucha el rugido de un león.

145

En este capítulo, Celer se acerca a sus caballos antes de subir a la cuadriga y les habla al oído, especialmente a Niger, para motivarlos y decirles que hoy van a por Acúleo, el auriga de los azules. Luego, Celer sube a la cuadriga y se prepara para la carrera.

Mientras tanto, en el palco, Trajano llama a Aulo y le pregunta si Liviano ha venido con el hombre que le interesa. Aulo confirma que sí y Trajano le pide que lo acomode en el palco y llame a Dión Coceyo, ya que sus servicios serán útiles. Aulo se dirige hacia Dión Coceyo y le informa que el emperador quiere hablar con él.

En la arena, los aurigas de los carceres I, II y III luchan por la primera posición y terminan chocando y causando un accidente. El auriga de los azules del cajón IV se beneficia de la situación y toma la delantera, mientras que Celer logra adelantar una posición y Acúleo se sitúa en la quinta posición.

De vuelta al palco, Dión Coceyo se acerca a Trajano y este le ofrece frutos secos. Hablan sobre el discurso de Dión Coceyo y el emperador comenta que parece que piensa lo mismo de los habitantes de Roma. Trajano le dice a Dión Coceyo que lo ha llamado porque lo necesita como traductor, ya que sabe griego y sánscrito. El filósofo se queda intrigado y confuso, pero se dirige a disfrutar de los erizos antes de que se acaben.

146

En este capítulo, Alana se encuentra en una situación desesperada y debe tomar una decisión. Los jinetes la rodean y no hay escapatoria, excepto un precipicio detrás de ella. Alana elige saltar y comienza a caer. Mientras cae, se agarra a las plantas que crecen en la pared de piedra para ralentizar su caída, pero se lastima las manos en el proceso. Finalmente, aterriza en el suelo con un dolor inmenso en el tobillo. Desde la distancia, los romanos la ven y creen que está muerta. Mientras tanto, violan y matan a las otras dos mujeres. Los romanos deciden buscar a la niña que estaba con ellas, ya que las niñas son valiosas para los mercaderes de esclavos. Se dividen en grupos para buscarla en los alrededores.

147

En este capítulo, la carrera en el Circo Máximo continúa y Celer, el auriga de los rojos, se encuentra en tercera posición. Aunque los líderes de la competición, el auriga azul y el auriga blanco, han cometido errores en los giros anteriores y se han alejado de las metae, Celer decide no aprovechar estas oportunidades para adelantarlos. En cambio, espera el momento adecuado para cerrar a Acúleo, el auriga de los blancos, quien está en cuarta posición y persigue a Celer. Mientras tanto, en el palco imperial, Trajano se levanta de su asiento y se acerca a Plinio, quien parece preocupado. Plinio le cuenta a Trajano sobre la muerte de Atellus, un hombre que colaboró con él en el juicio de Menenia y Celer, y que había descubierto información sobre Pompeyo Colega, Salvio Liberal y Cacio Frontón. Atellus mencionó que Publio Acilio Atiano era el mensajero entre Mario Prisco y Colega. Trajano se sorprende al escuchar esto, ya que Atiano fue el tutor de Adriano y está casado con Vibia Sabina. En la carrera, Celer decide cambiar su estrategia y azuza a sus caballos para acercarse a los líderes. Sin embargo, su intento de cerrar a Acúleo falla y Celer se da cuenta de que Acúleo ha entendido que su prioridad no es ganar la carrera. En el palco imperial, Trajano reflexiona sobre las conexiones entre Prisco, Atiano, Adriano y Colega, y se pregunta cuánto tiempo tomará recomponer la cadena de traiciones. Plinio no tiene más pruebas aparte de la nota de Atellus, pero Trajano agradece su lealtad y le propone que se haga cargo de Bitinia en el futuro. Trajano regresa a su trono y reflexiona sobre sus proyectos y ambiciones para Roma.

148

En este capítulo, Marcio se encuentra en los sótanos del anfiteatro Flavio en Roma, donde es sorprendido por un león que intenta atacarlo. Afortunadamente, la fiera está enjaulada y solo puede asomar una de sus garras a través de los barrotes de hierro. Marcio nota que la jaula tiene grabado el nombre "Vulcano". Luego, escucha otro rugido proveniente de otra celda donde otro león llamado "Hércules" intenta alcanzarlo. Marcio teme que el bestiarius, Carpophorus, haya detectado su presencia debido a los rugidos de los leones. Sin embargo, decide actuar rápidamente y toma una lanza para atacar la jaula de Vulcano, ensartando el brazo de un muerto en la punta. La fiera reacciona violentamente y devora el brazo. Marcio repite la operación con Hércules, quien también devora el brazo. En ese momento, Carpophorus aparece con un hacha ensangrentada y se burla de Marcio, advirtiéndole que los leones lo atacarán una vez que los libere. Carpophorus revela que ha estado torturando o asesinando a mujeres y lanza una carcajada macabra.

149

En este capítulo, la carrera en el Circo Máximo continúa y Celer no logra su objetivo de provocar un accidente a Acúleo. Sin embargo, en el giro decimosegundo, un auriga de los blancos intenta adelantar por el interior a la cuadriga azul y choca violentamente con uno de los conos de las metae, provocando un accidente en el que se ven involucrados los carros y los aurigas. Celer logra evitar el choque y se convierte en el líder de la carrera. A pesar de considerar la posibilidad de provocar un accidente con Acúleo, decide seguir adelante y mantener su ventaja. Finalmente, Celer cruza la línea de meta como ganador, pero no logra vengarse de Acúleo. En las gradas, el público aplaude emocionado por la carrera y en el palco imperial, Trajano recibe al embajador de los kushan, quien le felicita por su victoria y le ofrece regalos en nombre del emperador Kadphises. Trajano muestra interés en los problemas de los partos y acuerda tener una conversación más adelante. Mientras tanto, el público en el Circo Máximo celebra algo que está sucediendo en la arena.

150

En este capítulo, Alana se encuentra herida después de caer de una montaña y decide continuar su camino cojeando en busca de Tamura. Pronto escucha el sonido de un río y se llena de pánico al pensar que su hija podría haber caído en él. Alana encuentra un trozo de tela verde similar al de la túnica de Tamura enganchado en un árbol cerca del río, lo que aumenta su preocupación. A pesar de saber que debe ser cautelosa y silenciosa para evitar a los romanos, Alana no puede contener su desesperación y grita el nombre de su hija una y otra vez. Dos legionarios romanos que están buscando a la niña escuchan los gritos y deciden seguirlos.

151

En este capítulo, se narra la euforia y celebración en los establos del Circo Máximo después de la victoria de Celer, el auriga de los rojos, sobre Acúleo, el auriga de los azules. Los seguidores de los rojos se congregan alrededor de Celer para felicitarlo y celebrar su triunfo, mientras que los azules y los verdes lamentan su derrota. Acúleo, sintiéndose humillado y derrotado, decide enfrentarse a Celer y desafiar su supuesta superioridad. Acúleo argumenta que los caballos de Celer son los verdaderos responsables de sus victorias y que sin ellos, Celer no sería nada especial. A pesar de las risas y burlas de los seguidores de los rojos, Acúleo propone un "diversium", un desafío entre los dos aurigas y los aurigas supervivientes de sus respectivas corporaciones. Aunque algunos intentan disuadir a Celer de aceptar el desafío, finalmente accede y se prepara para el diversium. La multitud en el Circo Máximo se emociona con la idea del diversium y comienza a corear el nombre del desafío. En el palco imperial, Trajano y el embajador Shaka de Kushan se interesan por el diversium y su significado.

152

En este capítulo, Menenia está leyendo una carta de Celer mientras viaja en un carro hacia la villa de Domicia Longina. La carta habla de cómo Celer ha traicionado a Menenia en el pasado y no merece su perdón. Sin embargo, Celer le dice a Menenia que si alguna vez necesita su ayuda, puede contar con él sin pedir nada a cambio. También le dice que está planeando vengarse y que si sobrevive, dedicará el resto de su vida a esperarla. Menenia se da cuenta de que podría ser hija de Domiciano y esto la llena de dudas y miedo. La posibilidad de un reencuentro con Celer en la muerte también la atormenta.

153

En este capítulo, se lleva a cabo una competencia llamada Diversium en el Circo Máximo de Roma. Trajano explica a Plotina que es una forma de competir entre aurigas para determinar quién es el mejor. Los establos están llenos de actividad mientras los aurigas se preparan para la carrera. Celer y Acúleo intercambian sus posiciones de salida y se colocan en carros diferentes. En el palco imperial, Vibia Sabina pregunta por qué Celer aceptaría el desafío, a lo que Trajano responde que si Celer logra ganar con el carro de Acúleo, demostrará que él es el mejor auriga. Además, hay mucho dinero apostado en la carrera. Trajano decide apostar por Celer, a pesar de las dudas de los demás. La carrera comienza y Acúleo se beneficia de una mejor posición de salida, pero Celer logra adelantarlo. Los aurigas de los blancos bloquean a Acúleo, lo que beneficia a Celer. En el palco imperial, se comenta que en el Circo Máximo no se aplican las mismas reglas que en otros lugares. Celer se acerca al líder de la carrera y parece que va a ganar. Sin embargo, todos se olvidan de Niger, quien está en cuarta posición pero no conoce la derrota.

154

En este capítulo, Carpophorus ha atrapado a Marcio en los sótanos del anfiteatro Flavio. Carpophorus revela su plan y muestra a Marcio las jaulas llenas de fieras salvajes, incluyendo a dos leones que están devorando a una de las prostitutas que Carpophorus ha bajado para adiestrar a los tigres. Marcio se da cuenta de que no hay salida y observa cómo los leones se acercan lentamente a él, pero no lo atacan porque están esperando la orden de Carpophorus. Marcio se desplaza hacia un lateral para evitar tener al bestiarius detrás de él con un hacha. Carpophorus le pregunta en qué piensa antes de morir y Marcio responde que piensa en el tiempo que ha pasado desde que los leones rompieron las lanzas que llevaban brazos de cadáveres. Esto desconcierta a Carpophorus y los leones comienzan a comportarse de manera extraña. Hércules se desploma debido al veneno que Marcio le ha dado, pero Carpophorus se da cuenta de que no está seguro de si Vulcano también ha comido el brazo envenenado. Marcio se preocupa al darse cuenta de que no sabe si Vulcano está envenenado y el animal se acerca cada vez más. Carpophorus se divierte viendo a Marcio acorralado.

155

En este capítulo, se desarrolla la carrera en el Circo Máximo de Roma. Durante las primeras vueltas, las posiciones se mantienen estables, pero luego comienzan las maniobras arriesgadas. En el tercer giro, el auriga blanco líder de la carrera se aleja demasiado de los conos de las metae, lo que permite a Celer, el auriga azul, adelantarlo hábilmente y tomar la delantera. Sin embargo, en el sexto giro, el último auriga rojo decide emular la maniobra de Celer, pero no hay suficiente espacio y termina chocando con el auriga verde. Ambos aurigas resultan gravemente heridos y los caballos quedan atrapados en el accidente. Mientras tanto, las otras cinco cuadrigas continúan la carrera. Se intenta despejar la pista, pero el tiempo es escaso. Finalmente, se cortan los enganches de los caballos heridos y se logra que solo queden dos caballos agonizantes junto a las metae. En el palco imperial, Trajano y Adriano observan la carrera y Trajano se preocupa por perder una apuesta con Adriano. En la arena, Acúleo, el auriga azul, logra adelantar a Celer y tomar la primera posición. En el palco imperial, Trajano se muestra contrariado y se distrae examinando la lista de gladiadores. Luego, se da cuenta de que el gladiador Senex no está luchando y llama al lanista para reclamar su presencia en la próxima ocasión. Mientras tanto, la carrera continúa y Acúleo se acerca cada vez más a Celer. El capítulo termina con el lanista preocupado por el enfrentamiento de Senex en el anfiteatro Flavio.

156

En este capítulo, Evaristo, un obispo enfermo, le pide a Alejandro que se acerque. Evaristo le dice a Alejandro que su muerte está cerca y que él será su sucesor en el puesto de Pedro. Evaristo le muestra a Alejandro una carta de Ignacio en la que se anuncia la visita de un hombre llamado Marción desde Oriente. Ignacio dice que Marción ha dado mucho dinero a las comunidades cristianas y se presenta como un buen cristiano que quiere ayudar. Sin embargo, Ignacio advierte que Marción tiene un plan secreto y que no está seguro si es un ángel del Señor o Satanás. Alejandro deberá descubrir el plan de Marción y decidir si es una buena idea o no.

157

En este capítulo, Alana camina junto al río en busca de su hija Tamura, pero no encuentra ninguna pista. De repente, escucha a dos jinetes romanos que se acercan por detrás. Descubre que la han engañado y siente rabia. Uno de los jinetes se da cuenta de que Alana ha estado gritando el nombre de su hija y comprende que es la madre de la niña. El jinete desmonta y se acerca a Alana, desafiante. Alana ataca rápidamente al jinete y lo hiere en el cuello. El otro jinete, enfurecido, decide herir a Alana de la forma más cruel posible, señalando la altura imaginada de un niño y luego haciendo el gesto de cortar la garganta. Alana niega con la cabeza y grita que miente. El jinete le dice que encontraron el cuerpo de la niña en el río y que está muerta. Alana se derrumba y camina hacia atrás, derrotada. El otro jinete, herido en el cuello, clava su espada en la pierna de Alana. Ella se revuelve y mata al jinete, pero ya no le importa nada. Llora desgarradoramente y se siente sin fuerzas. El otro jinete se acerca para matarla, pero Alana no encuentra las fuerzas para luchar. Cierra los ojos y espera el golpe final.

158

En este capítulo, la carrera en el Circo Máximo continúa y Acúleo lidera la carrera con seguridad. Sin embargo, Celer ha ideado una nueva estrategia y utiliza el látigo para aumentar la velocidad de sus caballos. Acúleo se da cuenta de esto y se enfurece al ver que Celer se acerca. En un intento desesperado por mantener su posición, Acúleo utiliza el látigo para azotar a sus propios caballos, pero no logra acelerar su marcha. Mientras tanto, una de las cuadrigas blancas choca con la cuadriga verde, causando un accidente y dejando solo tres carros en la carrera. Acúleo continúa azotando a sus caballos, especialmente a Niger, quien comienza a desobedecer las órdenes del auriga. En el decimotercer giro, Niger decide tomar el control y se dirige hacia los restos de las ruedas de las cuadrigas accidentadas. El carro de Acúleo salta por los aires y él cae al suelo, siendo arrastrado por los caballos. Finalmente, las riendas se rompen y Acúleo queda inmóvil en la arena, mientras Celer pasa a su lado y gana la carrera.

159

En este capítulo, Marcio se da cuenta de que su plan ha fallado y que Carpophorus está a punto de dar la orden para que el tigre de la India lo ataque. Sin embargo, Marcio improvisa y abre la jaula del tigre, liberándolo. Comienza una feroz lucha entre el tigre y el león de Carpophorus. Mientras tanto, Marcio libera a una mujer que estaba atada y le entrega un cuchillo para que se libere completamente. Carpophorus intenta cerrar la jaula, pero Marcio lo hiere en el brazo y le impide hacerlo. La mujer escapa mientras Marcio y Carpophorus continúan su lucha. Marcio logra herir a Carpophorus y liberar a la mujer, pero resbala y cae sobre el cuerpo del tigre muerto. Carpophorus intenta matarlo, pero la mujer lo hiere en la pierna y Marcio aprovecha para herirlo y desarmarlo. Marcio decide no matarlo y en cambio abre la jaula de las fieras, permitiendo que ataquen a Carpophorus. Marcio logra escapar a través de una verja entreabierta y la pantera negra queda atrapada y muere. Marcio regresa a su celda y se queda dormido.

160

En este capítulo, la carrera continúa en el Circo Máximo de Roma. Celer, el auriga de los rojos, adelanta al carro de Niger, que está malherido y sin auriga. Aunque Celer siente pena por adelantar a Niger, sigue en la carrera y se dirige hacia la victoria. Sin embargo, el auriga de los blancos también adelanta a Niger y se lanza en persecución de Celer. Celer agita las riendas y grita a sus caballos para mantener la ventaja. Finalmente, Celer cruza la línea de meta en primer lugar, seguido de cerca por el auriga de los blancos. En lugar de dar una vuelta de victoria, Celer detiene a sus caballos y corre de regreso a la línea de meta. El público se da cuenta de que Niger, cojeando y ensangrentado, está completando su decimocuarto giro. A pesar de los intentos de detenerlo, Niger sigue avanzando hacia la meta. Finalmente, Niger cruza la meta y se derrumba, mientras Celer lo abraza y llora. En las gradas, el público vuelve a su normalidad y los corredores de apuestas continúan con sus negocios. En el palco imperial, Plinio y Plotina comentan sobre la actitud de Celer y Trajano ordena que Niger sea atendido y no sacrificado. El capítulo termina con Trajano advirtiendo a Adriano que nunca debe apostar contra él. El emperador se retira y es escoltado por la guardia pretoriana.

161

En este capítulo, Menenia llega a la casa de su madre, Domicia Longina, y se sientan a hablar. Menenia le explica que el carpentum en el que viajaba se atascó en la calzada y ella decidió caminar el último tramo hasta la villa. Menenia se siente incómoda al dirigirse a Domicia como madre, ya que siempre consideró a Cecilia como su madre. Domicia le ofrece agua y le explica que la separó de ella para protegerla de Domiciano. Menenia le agradece a Domicia por su vida y le dice que ha sido afortunada con sus padres adoptivos y su vida como vestal. Domicia le pregunta si ha renunciado a su amor por el auriga y Menenia responde que sí. Luego, Menenia le pregunta si es hija de Paris, el actor, y Domicia le revela que es hija de un emperador de Roma, no de Paris. Menenia se derrumba al enterarse de que es hija de Domiciano y niega aceptar la realidad. Rompe a llorar y se tapa los oídos para no escuchar más. Menenia recuerda la amenaza de Domiciano de venir a buscarla y considera el suicidio.

162

En este capítulo, el rey parto Osroes se reúne con su hermano Partamasiris en el palacio imperial de Cesifonte. Osroes necesita la ayuda de Partamasiris para recuperar el control de Partia, ya que está enfrentando una rebelión en el este del Imperio liderada por Vologases. Osroes le propone a Partamasiris convertirse en rey de Armenia, un reino próspero, para luego utilizar los recursos de esa región en su lucha contra Vologases. Partamasiris acepta la propuesta, pero tiene sus propios planes y espera beneficiarse de la guerra entre Osroes y Vologases. Sin embargo, Partamasiris plantea la preocupación de la influencia de Roma en Armenia, ya que el César de Roma ha tenido voz en la elección de los gobernantes armenios. Osroes asegura a Partamasiris que no hay que preocuparse por Roma, ya que el César está ocupado en sus guerras de Occidente y si es necesario, podrán llegar a un acuerdo con él.

163

En este capítulo, Menenia está angustiada y camina por el atrio de la villa. Su madre, Domicia Longina, la detiene y le da una bofetada para hacerla escuchar. Menenia está confundida sobre su verdadero origen y su madre le revela que no es hija de Domiciano ni del actor, sino de un César noble y valiente. Domicia le revela que su verdadero padre es el divino Tito, quien murió antes de que ella naciera. Explica que se acostó con el actor para ocultar su embarazo y protegerla de Domiciano. Menenia se sorprende al enterarse de su noble origen y su madre le asegura que no tiene sangre de Domiciano en sus venas. Domicia le revela que ella desciende del divino Augusto y que Menenia cuenta con la protección de Trajano. Menenia confiesa que extraña las caricias de su madre adoptiva y le pide permiso al Pontifex Maximus para que su madre biológica la toque, lo cual le fue concedido solo en esa visita. Menenia perdona a su madre por la bofetada y la llama "madre" por primera vez. Domicia acaricia el cabello de Menenia y ambas sienten una paz infinita. Menenia pregunta quién mató a los esclavos y libertos que la llevaron hasta el senador Menenio, y Domicia responde que murieron por su avaricia al jugar un juego peligroso. Menenia decide no hacer más preguntas y entender que hay cosas que es mejor no remover.

164

En este capítulo, Alana se encuentra esperando la muerte en la frontera dacia. Sin embargo, en el último momento, el jinete romano que iba a matarla es asesinado por una flecha lanzada por una niña de ocho años llamada Tamura. Alana se reencuentra con su hija y ambas se abrazan emocionadas. Alana recupera su energía guerrera y le pide a Tamura que recoja su arco y las riendas de los caballos para poder escapar. Sin embargo, Alana se da cuenta de que no puede caminar debido a una herida en la pierna, por lo que Tamura decide montar a ambos caballos. Después de un rato de cabalgar, Alana le pregunta a Tamura si ha matado a otros romanos, a lo que la niña responde que sí, que ha matado a otros dos antes de que su madre la llamara desde el río. Alana se sorprende y admira la habilidad de su hija como guerrera, y se da cuenta de que no encontrarán a ningún hombre que esté a la altura de Tamura.

165

En este capítulo, Li Kan, un valiente guerrero del Imperio Han, se encuentra en la Gran Muralla después de una escaramuza con los hsiung-nu. A pesar de estar rodeado por el enemigo, Li Kan muestra su valentía y es ayudado por sus compañeros para repeler el ataque. Después de la batalla, Li Kan sube a la torre de vigilancia para observar el horizonte y asegurarse de que los hsiung-nu se han retirado. Li Kan es un joven de veintitrés años que ya ha servido varios años en el ejército del norte debido al pasado guerrero de su familia. Su valentía en la lucha le ha valido el reconocimiento de sus superiores y pronto recibirá un ascenso. Sin embargo, Li Kan siente que el mundo es demasiado pequeño para él y mira hacia Occidente, donde se encuentran los territorios de los hsiung-nu y más allá, los territorios de los yuegzhi y el Imperio an-shi. También ha oído hablar de Da Qin, un Imperio aún más lejano y poderoso. Mientras Li Kan está absorto en sus pensamientos, es sorprendido por el comandante de la caballería, quien le informa que ha sido seleccionado para unirse a la guardia imperial en la capital, Loyang. El comandante le advierte sobre las conspiraciones en la corte y le insta a ser leal a la emperatriz viuda regente. Li Kan acepta la misión y se prepara para viajar a Loyang, la "capital del mundo".

166

En este capítulo, se presentan diferentes escenarios y personajes. En Roma, el auriga Celer cuida de su caballo herido mientras Menenia se despide de su madre y se va en un carruaje de regreso a la ciudad. Aunque está feliz por recuperar el amor de su madre, también está triste por la pérdida de su amistad de infancia con Celer. En el Ludus Magnus, Marcio come en silencio mientras escucha a los gladiadores hablar sobre la extraña muerte de Carpophorus. Trigésimo, el lanista, examina un casco de mirmillo encontrado cerca del cuerpo de Carpophorus y se pregunta qué hacer al respecto. En la Dacia, Alana y Tamura cazan un venado con sus arcos. El legatus Tercio Juliano admira el río Danubio desde un puente en Roma. Apolodoro de Damasco trabaja en nuevos diseños para el emperador Trajano. Un embajador del Imperio kushan espera en el palacio imperial para presentar una propuesta al César. Adriano habla con su antiguo tutor, Publio Acilio Atiano. En Roma, un grupo de cristianos da sepultura al obispo Evaristo y el nuevo sucesor de Pedro, Alejandro, espera la llegada de un mensajero desde Oriente. En Frigia, un comerciante se prepara para un largo viaje a Roma. En Cesifonte, Partamasiris celebra una fiesta mientras su hermano Osroes calcula las tropas necesarias para una campaña contra Vologases. Li Kan desciende de la Gran Muralla y se prepara para un nuevo destino en Loyang. En Roma, Trajano entra en el salón del trono y reflexiona sobre los misterios que lo rodean. Aunque se siente poderoso y ha cumplido su juramento a su padre, también se siente triste y solo. Mientras tanto, los embajadores se presentan ante el emperador y la gente se prepara para las carreras de cuadrigas en el Circo Máximo.

En este capítulo, se narra la historia de Traian, un campesino que vive en la pequeña villa de Densus durante el siglo VI d.C. Debido a las heladas y la falta de cosechas, Traian y su familia están pasando hambre. Un día, otro campesino le informa que los monjes ofrecen trabajo en la ciudad muerta y que pagan con comida. Sin dudarlo, Traian se dirige hacia allí.

Al llegar, Traian se encuentra con un grupo de hombres intentando levantar unas piedras gigantescas para la construcción de una iglesia. Traian se une a ellos y, con su fuerza, logra mover la primera piedra. Impresionados por su habilidad, los demás hombres se unen a él y juntos logran cargar las piedras en los carros. Los monjes, agradecidos, reparten pan y queso entre todos.

Traian regresa a casa con comida para su familia y continúa trabajando en la construcción de la iglesia durante semanas. Los monjes, agradecidos por su dedicación, comienzan a enseñarle a leer. Aunque al principio Traian no muestra mucho interés, poco a poco se va interesando por las palabras grabadas en las columnas de la iglesia.

Un día, mientras intenta descifrar las letras de una columna, Traian se encuentra con el nombre "Longin". Intrigado por la historia de este hombre desconocido del pasado, Traian se siente agradecido por la piedra que le está dando de comer en aquel invierno. Considera que la iglesia en construcción será un lugar sagrado y se despide de la piedra antes de regresar a casa.

En la colina de Densus, la iglesia en construcción se alza majestuosa bajo la luz de la luna llena, simbolizando los sueños y esperanzas de los hombres.

2

En este capítulo, se presenta un glosario de términos latinos relacionados con la antigua Roma. Se explican palabras como "ad laevam" (hacia la izquierda), "alatores" (asistentes en una cacería), "alba linea" (línea marcada en la entrada a la primera recta de la pista del Circo Máximo), "a posteriori" (más tarde o después de), "ab urbe condita" (desde la fundación de la ciudad), "Aequimelium" (barrio al norte del Vicus Jugarius), "aerarium" (erario público del Estado romano), "Africa Nova" (provincia romana correspondiente a la antigua Numidia), "agger" (gran terraplén utilizado en los asedios a ciudades enemigas), "alae" (unidades de caballería auxiliar de una legión romana), "Alaudae" (nombre de la legión V), "alimenta" (programa establecido por el emperador Nerva para distribuir alimentos entre los más necesitados), "andabata" (gladiador condenado a luchar a ciegas), "anfiteatro Flavio" (el anfiteatro más grande del mundo, conocido como el Coliseo), "annales" (archivos históricos de la antigua Roma), "annona" (trigo distribuido gratuitamente entre los ciudadanos de Roma), "ante diem VI Kalendas Iulias" (seis días antes del primero de julio), "Anticatonis" (obra de Julio César contra su enemigo político Catón el Joven), "Apocalipsis" (uno de los libros de la Biblia), "apodyterium" (vestuario de las termas), "Aqua Appia" (acueducto que proporcionaba agua a la antigua Roma), "Aqua Augusta" (acueducto que suministraba agua a Pompeya), "Aqua Claudia" (acueducto de Roma), "Aqua Marcia" (acueducto de Roma), "Aqua Virgo" (acueducto de Roma), "aquarii" (encargados de subir agua a las plantas altas de los edificios), "Argiletum" (avenida que partía del foro en dirección norte), "armamentorum" (lugar donde se almacenaban las armas en un campamento romano), "armaria" (grandes armarios donde se preservaban los rollos en las bibliotecas), "armentarii" (mozos de cuadra de las corporaciones de cuadrigas), "Atrium Vestae" (casa donde residían las vírgenes vestales), "attramentum" (tinta de color negro), "atriense" (esclavo de mayor rango en una domus romana), "augur" (sacerdote romano encargado de tomar los auspicios), "augur publicus populi romani quiritium" (título completo de los augures públicos de Roma), "auguraculum" (espacio sagrado donde un augur realizaba ritos para predecir el futuro), "augusto" (tratamiento que recibía el emperador y miembros de la familia imperial), "Aula Regia" (gran salón de audiencias del palacio imperial de Roma), "aurigator" (asistente de los aurigas en las corporaciones de carros), "aurum" (oro), "auspex" (augur familiar), "autoritas" (autoridad o poder), "Ave, Caesar, morituri te salutant" (saludo de los gladiadores al César antes de entrar en combate), "aves inferae" (vuelo rasante de las aves considerado un mal presagio), "Baetica" (provincia romana al sur de Hispania), "ballistae" (catapulta romana utilizada en asedios), "basílica Emilia" (basílica para impartir justicia en el foro), "basílica Julia" (basílica en el foro cerrando uno de sus extremos), "bellaria" (postres o dátiles servidos durante la comissatio), "bestiarius" (esclavo o liberto encargado de cuidar las fieras de los anfiteatros), "biga" (carro tirado por dos caballos), "bona caduca o bona vacantia" (ley que permitía al emperador incorporar a su patrimonio las propiedades de los fallecidos sin testamento), "bona damnatorum" (ley que permitía al emperador quedarse con la herencia de las personas condenadas por traición), "buccinator" (trompetero de las legiones), "bulla" (amuleto que llevaban los niños en Roma), "calceus" (calzado romano tipo bota), "caldarium" (sala con una piscina de agua caliente en las termas), "caligae" (sandalias militares), "calon, calones" (esclavo de un legionario), "canes Gallici" (perros de caza especializados en atrapar liebres), "capite velato" (con la cabeza cubierta), "carcer" (compartimento desde el que salían las cuadrigas en el Circo Máximo), "cardo" (línea de norte a sur en un campamento romano o en la interpretación del vuelo de las aves), "Carmina et prolusiones" (poemas escritos por Julio César), "carpe diem" (expresión que significa "disfruta del día presente"), "carpentum" (pequeño carro utilizado por las vestales), "carroballistas" (carros con ballestas utilizados en batallas), "cassis" (casco con penacho adornado de plumas), "Cástor" (uno de los Dioscuros griegos asimilados por la religión romana), "castra praetoria" (campamento fortificado de la guardia pretoriana), "casus belli" (motivación para iniciar una guerra), "catafractos" (caballería acorazada de Oriente), "cathedra" (silla sin reposabrazos), "cave canem" (expresión que significa "cuidado con el perro"), "caveas" (gradas de los edificios públicos de Roma), "centesima rerum venalium" (impuesto extraordinario con fines militares), "chirurgus" (médico cirujano), "circo Flaminio" (otro de los grandes circos de Roma), "Circo Máximo" (el circo más grande del mundo antiguo), "circumvallatio" (empalizada o muro levantado durante el asedio de una ciudad enemiga), "Claudia" (sobrenombre de la legión VII), "clausurae" (empalizadas que impedían los movimientos de tropas enemigas), "Clivus Argentarius" (avenida que parte del foro en dirección oeste), "Clivus Orbius" (avenida al norte del anfiteatro Flavio), "Clivus Victoriae" (avenida que accedía al foro desde el sur), "Cloaca Máxima" (la mayor de las galerías del alcantarillado de Roma), "cloacula, cloaculae" (alcantarillas de la red de alcantarillado de Roma), "codex" (códice en forma de libro), "codo" (unidad de medida), "cognomen" (tercer elemento de un nombre romano), "cohortes urbanae" (tropas que permanecían en la ciudad de Roma), "cohortes vigilum" (cuerpo de vigilancia nocturna), "colina Hortorum" (barrio residencial de Roma), "comissatio" (sobremesa que seguía a un banquete romano), "Comitium" (espacio donde se reunía el pueblo de Roma), "Commentari de Bello Civili" (obra de Julio César sobre la guerra civil), "Commentari de Bello Gallico" (obra de Julio César sobre la Guerra de las Galias), "conditores" (mozos de cuadra en el Circo Máximo), "congiarium" (donativo especial del emperador a los ciudadanos de Roma), "consilium" (consejo de asesores imperiales), "contubernium" (unidad mínima en una cohorte romana), "corona mural" (premio por conquistar las murallas de una ciudad), "coronae doradas" (condecoraciones militares), "coronae vallaris" (condecoración en forma de corona dorada), "coryceum" (sala para ejercicios físicos en las termas), "crimen incesti" (acusación contra una vestal por perder su virginidad), "cuadriga" (carro tirado por cuatro caballos), "cuatrirreme" (navío militar de cuatro hileras de remos), "cubiculum" (habitáculo para dormir), "cullara" (prostituta que aceptaba prácticas sexuales que incluyeran la penetración anal), "culter venatorius" (cuchillo de caza), "cum imperio" (con mando sobre un ejército), "curator" (administrador o responsable de una actividad concreta), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "Curia" (edificio del Senado), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" (responsable de los acueductos), "curator aquarum" 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Siguiendo este capítulo, se proporciona una lista de términos y conceptos relacionados con la antigua Roma. Estos términos incluyen descripciones de diferentes aspectos de la vida romana, como la comida, la vestimenta, los juegos, la religión y la estructura social. También se mencionan algunos eventos históricos y obras literarias relevantes. Algunos ejemplos de términos incluidos son: lectus medius, legatus, lictor, ludus gladiatorii, Mausoleum Augusti, munera gladiatoria, pontifex maximus, porta praetoria, toga praetexta, via Appia, entre otros. Estos términos proporcionan una visión general de la cultura y la sociedad romana, y ayudan a contextualizar la historia que se desarrolla en la novela.

3

En este capítulo, el autor nos presenta un glosario de términos dacios que se utilizan en la novela. La lengua dacia es un idioma desaparecido y olvidado, del cual no se tienen registros escritos. Los filólogos han identificado alrededor de cuatrocientas palabras de posible origen dacio en lenguas como el rumano, húngaro, albanés, búlgaro y serbocroata. El autor ha utilizado algunos de estos términos en la narración y los traduce, pero también proporciona explicaciones filológicas adicionales para aquellos interesados en el origen de las palabras. Algunos ejemplos de términos dacios incluidos en el glosario son: "balaur" (lagarto ápodo o dragón), "boare" (brisa placentera), "copil" (niño), "darima, darama" (destruir), "dava" (ciudad o fortaleza), "D(i)egis" (arder), "geras" (misericordioso o bueno), "mos" (anciano), "prunc" (niño) y "pururea" (siempre). También se mencionan los nombres de algunos dioses dacios, como Zalmoxis y Bendis, así como armas como las sicae y las falces, cuyos términos son de origen latino.

7

En este capítulo, se presenta una extensa lista de referencias bibliográficas sobre la historia de Roma y la antigua civilización romana. Estas referencias abarcan diversos temas, como el arte, la cultura, la literatura, la arquitectura, la guerra, la religión, la vida cotidiana y muchos otros aspectos de la sociedad romana. Algunos de los libros mencionados son: "El Imperio romano: historia, cultura y arte" de L. Adkins y R. Adkins, "Trajano" de J. Alvar y J. M. Blázquez, "Pompeya: historia y leyenda de una ciudad romana" de M. Beard, "Legiones de Roma: la historia definitiva de todas las legiones imperiales romanas" de S. Dando-Collins, entre otros. Estas obras proporcionan una amplia gama de información sobre la historia y la cultura de Roma, y son una excelente referencia para aquellos interesados en profundizar en el tema.

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