Africanus, El Hijo Del Cónsul

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portada Africanus, El Hijo Del Cónsul

Capítulos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, se narra la historia de Publio Cornelio Escipión, un senador romano que se dirige al teatro para presenciar una obra de teatro. Aunque algunos romanos desprecian el teatro por considerarlo una influencia extranjera, Publio es un ávido lector de obras griegas y está emocionado por presenciar la representación. En el teatro, se encuentra con su hermano Cneo, quien también ha decidido asistir a pesar de las críticas de otros senadores, como Fabio Máximo. Juntos, encuentran un lugar en el centro del recinto y esperan el comienzo de la obra.

Por otro lado, se presenta a Tito Maccio, un joven huérfano que trabaja como mozo de tramoya en una compañía de actores. Tito ha aprendido a leer y escribir gracias a un anciano griego llamado Praxíteles, quien falleció recientemente. A pesar de su habilidad para traducir del griego, Tito decide centrarse en su trabajo en la tramoya en lugar de seguir los pasos de Praxíteles.

La historia también destaca a Rufo, el dueño de la compañía de actores, quien se da cuenta de que ya no necesita tantas traducciones del griego, ya que hay autores latinos que escriben directamente en latín. Rufo le pregunta a Tito si puede traducir obras del griego, pero Tito rechaza la oferta y decide seguir trabajando en la tramoya.

Finalmente, se menciona que esa tarde se representa una obra de Nevio, uno de los nuevos autores latinos. Tito ha preparado todo el vestuario y accesorios necesarios para la obra y el público está emocionado por presenciar el teatro al aire libre en Roma.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, Amílcar se prepara para conquistar Hispania con su ejército, pero no tiene barcos para transportarlo. Los sufetes de Cartago se niegan a reconstruir la flota, por temor a provocar una guerra con Roma. Amílcar acepta el desafío y se dirige a la costa norte de África para aprovisionarse y atravesar los Pilares de Hércules. Allí, reúne barcas de pesca y construye pequeñas balsas y barcazas de transporte. Después de dos meses de viaje agotador, Amílcar llega a Hispania y desembarca con su ejército. Sin embargo, durante el cruce del estrecho, varias barcazas vuelcan y se pierden hombres y animales. A pesar de esto, el ejército cartaginés logra cruzar sin ser detectado por Roma. Amílcar ordena avanzar hacia el interior y esconde las barcas en la playa. Al día siguiente, un barco romano pasa por la zona y recoge los restos del naufragio sin sospechar la presencia del ejército cartaginés.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, la representación teatral está en marcha y todo va bien hasta que se escucha música y anuncios de artistas callejeros fuera del teatro. Parte del público se va a ver a los saltimbanquis y gladiadores, dejando el teatro medio vacío. Publio está absorto en la obra, pero su hermano Cneo decide irse y le avisa. Antes de que Cneo se vaya, un esclavo de los Escipiones llega y les dice que ha llegado el momento. Publio y Cneo corren a casa, donde encuentran a un recién nacido. Publio acepta al niño como su primogénito y heredero. Luego, celebran con un festín en su casa. Por la noche, tres esclavos realizan un ritual en la puerta de la casa para proteger al recién nacido.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, se narra el triunfo del cónsul Quinto Fabio Máximo en Roma, en el año 233 a.C. Una procesión de senadores se dirige al foro boario para celebrar la victoria de Fabio contra las tribus ligures del norte de Italia. Pomponia, madre de Publio, le explica a su hijo que los senadores desfilan primero para mostrar su subordinación al Senado. Luego, los legionarios desfilan con insignias y despojos de guerra, seguidos por los cautivos y los tesoros arrebatados a los ligures. Doce bueyes blancos son llevados al altar de Júpiter Capitolino para ser sacrificados por el general victorioso. Finalmente, el cónsul Fabio Máximo llega en una cuadriga tirada por cuatro caballos blancos, vestido con una túnica púrpura. Aunque un esclavo le recuerda que sigue bajo las órdenes del Senado, Fabio disfruta de su triunfo y planea cómo dominar el Senado en el futuro.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, se nos presenta a Tito Maccio, un hombre que trabaja en el teatro pero que decide dejarlo para adentrarse en el mundo del comercio. Tito ha observado cómo el comercio prospera en Roma gracias a la seguridad de las rutas marítimas y al dominio de la ciudad sobre el mar. A pesar de los esfuerzos de los dramaturgos, el teatro no logra atraer al público como lo hacen los combates de gladiadores y otros espectáculos callejeros. Tito ha planeado cuidadosamente su nueva vida como comerciante, pero aún le falta comunicarle su decisión a Rufo, el director de la compañía teatral. Después de varios intentos fallidos, Tito finalmente le dice a Rufo que se va. Rufo, enfurecido, amenaza a Tito con que algún día volverá suplicando que lo acepten de nuevo, pero Tito está decidido a seguir adelante. Con una sensación de liberación, Tito se dirige al mercado, listo para comenzar su nueva vida en el comercio.

Capítulo sin nombre 6

En este capítulo, Amílcar Barca, general cartaginés, observa el valle y duda de la resistencia de las tribus locales en su campaña de conquista de Hispania. Su objetivo es someter a los celtíberos entre el río Tajo y el Duero para asegurar el control de la región y poder llevar a cabo su plan de conquistar la península itálica y derrotar a Roma. Mientras desciende hacia el valle, Amílcar es acompañado por sus generales y su hijo Aníbal. Aparece un grupo de guerreros iberos con carros llenos de troncos, lo que provoca risas entre los soldados cartagineses. Sin embargo, Amílcar sospecha que hay algo más detrás de esta maniobra. Los iberos encienden los troncos y los carros se lanzan en llamas hacia el ejército cartaginés, causando caos y terror. Aparecen más grupos de guerreros iberos y rodean a las tropas púnicas. Aníbal, preocupado por la situación de su padre, se abre paso entre los iberos y los enfrenta con ferocidad. Finalmente, los elefantes llegan y ayudan a repeler el ataque. Sin embargo, Amílcar ha sido mortalmente herido y muere ahogado en un arroyo. Aníbal, desgarrado por el dolor, lanza un alarido desgarrador. Los iberos se retiran confundidos, pero algunos sienten que este grito augura una venganza sangrienta.

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, Tíndaro, el pedagogo griego de los hijos del senador Publio Cornelio Escipión, les enseña a los niños sobre las estrategias de guerra de los romanos contra el rey Pirro de Épiro. Los niños quedan maravillados al escuchar sobre las batallas contra los elefantes del rey griego. Tíndaro les plantea la pregunta de si los romanos de hoy serán capaces de derrotar a ejércitos que también utilicen elefantes. En ese momento, Cneo Cornelio Escipión, tío de los niños, llega y juega con ellos, interrumpiendo la lección de Tíndaro. Luego, Pomponia, la esposa de Publio, le advierte a Cneo sobre interrumpir las lecciones del pedagogo. Los niños son enviados al jardín con Tíndaro. Mientras tanto, Publio padre llega a casa y les cuenta a Cneo y a Pomponia sobre la muerte de Amílcar, un general cartaginés. También menciona que el hijo de Amílcar, Aníbal, es conocido por su valor. Tíndaro les enseña a los niños sobre la geografía del mundo conocido, desde Hispania hasta la India. Publio se queda pensando en los elefantes y su conexión con su hijo. Luego, Tíndaro les cuenta a los niños sobre la estrategia de Claudio Metelo para derrotar a los elefantes cartagineses en Sicilia. Publio se queda pensando en cómo contrarrestar a los elefantes y su padre le cuenta sobre la derrota de los romanos en África debido a los elefantes cartagineses. Le aconseja a su hijo que se retire si se enfrenta a una fuerza con elefantes en campo abierto. Publio va a ver a su madre y su padre se queda contemplando las figuras de soldados y elefantes en el jardín.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, Asdrúbal despide a Aníbal en la costa mientras los cartagineses continúan construyendo un puerto en la fortaleza que han conquistado. Asdrúbal abraza a Aníbal y le desea un buen viaje. Aníbal acepta las órdenes de Asdrúbal y se embarca en una trirreme cartaginesa de regreso a Cartago para completar su formación. Mientras tanto, en tierra, los cartagineses siguen construyendo una muralla alrededor de la península que conecta con Iberia. Asdrúbal está satisfecho con el progreso y ve esta ciudad como la capital púnica en Hispania. La estrategia de Cartago es asegurar el control de todas las regiones al sur del río Ebro y necesitan una base de operaciones. Después de varios meses, la fortaleza está lista y Asdrúbal ofrece sacrificios a los dioses Baal, Melqart y Tanit para bendecir la ciudad y hacerla infranqueable para cualquier enemigo. Al finalizar el sacrificio, Asdrúbal proclama el nombre de la nueva ciudad: ¡Qart Hadasht!

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, se nos presenta a Tito Maccio, un comerciante cuya tienda va bien y le permite vivir cómodamente. Aunque echa de menos la emoción del teatro, está satisfecho con su decisión de abandonarlo. Su objetivo ahora es expandir su negocio, especialmente con las nuevas telas de seda de Oriente.

Un día, mientras pasea por el foro, Tito se encuentra con un grupo de comerciantes competidores suyos. Se unen a un hombre llamado Blasso, quien les habla sobre las ventajas de invertir en la importación directa de mercancías desde Fenicia o Siria en lugar de comprarlas en Roma. Blasso les explica que podrían ahorrar mucho dinero y triplicar sus beneficios en cada venta. Aunque los comerciantes escuchan con interés, el grupo se disuelve sin llegar a ninguna conclusión.

Sin embargo, dos comerciantes y Tito deciden seguir hablando con Blasso para obtener más información. Uno de los comerciantes plantea la preocupación de los piratas en el mar y cómo podrían perder todo su dinero en un naufragio. Blasso asegura que el mar es seguro gracias a la flota romana que ha derrotado a los piratas de Iliria. Además, los mercantes suelen viajar en grupos escoltados por barcos romanos.

Los tres hombres invitan a Blasso a tomar vino y comer en una taberna cercana para seguir discutiendo sobre esta oportunidad de negocio. Tito, en particular, está muy interesado en aprender más.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, el capitán de una flota cartaginesa observa a Aníbal, hijo de Amílcar, caminando inquieto por la cubierta del barco. Aníbal regresa a Hispania después de años en Cartago, con el objetivo de vengar la muerte de su padre y someter a las tribus que los emboscaron en un valle abandonado. El capitán describe a Aníbal como un león enjaulado y comenta que lo soltarán en Iberia, sin saber qué sucederá a partir de ese momento.

Capítulo sin nombre 11

En este capítulo, Tito está en su tienda haciendo inventario cuando su colega Marco entra en el local en estado de angustia. Marco le informa a Tito que el barco mercante en el que habían invertido se ha hundido en las costas de Grecia. Esto significa que han perdido todo su dinero y no podrán pagar las deudas contraídas con prestamistas y clientes. Tito se siente descorazonado al ver que su sueño de ser comerciante se ha desvanecido. Después de vagar por las calles de Roma, Tito entra en una taberna donde escucha a los marineros hablar sobre el derrumbamiento del coloso de Rodas debido a un terremoto. A pesar de la curiosidad de los demás, Tito decide salir y enfrentar su ruina. Se siente como el propio coloso, con la tierra temblando bajo sus pies. Tito se adentra en la noche con sus preocupaciones a cuestas.

Capítulo sin nombre 12

En este capítulo, Publio celebra su entrada en la pubertad durante las fiestas de los Liberalia. Su madre, Pomponia, le abraza intensamente y le habla sobre la responsabilidad que recae sobre él como futuro líder de la familia. Publio se viste con la toga praetexta y se la entrega a su padre, quien le da una nueva toga blanca y una moneda. Luego, padre e hijo se acercan al altar de los dioses Lares y Publio entrega su colgante de cuero y la moneda a los dioses protectores del hogar. Después, se dirigen al foro para presentar a Publio a los prohombres de la ciudad y su nombre queda inscrito en la tribu. Publio continúa sus entrenamientos militares con su tío Cneo, quien se encarga de adiestrarlo junto a su hermano Lucio. Cneo insiste en que sean los mejores soldados y generales. Aunque Publio tiene miedo de luchar con espadas de verdad, su tío le enseña a dominar ese miedo. Cneo también les enseña un giro de la espada que es una señal de la familia Escipión en el campo de batalla. Publio logra aprenderlo con destreza al final de la tarde, mientras que a Lucio le cuesta más.

Capítulo sin nombre 13

En este capítulo, se narra la historia de una noche en la que un esclavo se infiltra en el palacio de Asdrúbal en Qart Hadasht con el propósito de vengarse. El esclavo logra entrar sigilosamente y se dirige hacia la habitación del general púnico, quien se encuentra revisando documentos y planos. Asdrúbal recuerda cómo recientemente mató a un oficial mercenario galo durante una cacería y cómo el esclavo celta que lo acompañaba guardó silencio ante el suceso. Mientras Asdrúbal se recuesta en su lecho, el esclavo se abalanza sobre él y le corta la garganta, asesinándolo. Los guardias capturan al esclavo antes de que pueda escapar y Aníbal, hijo de Amílcar Barca, ordena que sea llevado a las mazmorras para ser torturado hasta la muerte. Al día siguiente, los oficiales y generales cartagineses debaten sobre quién debería ser el nuevo jefe, pero uno de ellos propone a Aníbal como el líder para concluir la conquista de Iberia. Los demás oficiales apoyan la propuesta y Aníbal acepta el nombramiento. Un mensaje es enviado a Cartago para ratificar su nombramiento como nuevo general en jefe del ejército púnico en Iberia.

Capítulo sin nombre 14

En este capítulo, Tito se encuentra en una situación desesperada. Después de dos años intentando salvar su negocio, se da cuenta de que ya no puede estirar más el dinero y que su tienda está vacía de productos. A pesar de que ha pagado la mayoría de sus deudas, todavía debe dinero a los banqueros del foro y ha recibido amenazas por parte de ellos. Decidido a dejar de lado su orgullo, Tito se dirige al foro en busca de Rufo, su antiguo director de compañía. Rufo, que parece estar prosperando, se burla de Tito y rechaza su oferta de volver a trabajar juntos. Humillado, Tito cae al suelo y se ensucia la túnica. Al regresar a su tienda vacía, se da cuenta de que también está sin comida y sin agua. Tito se encuentra en una situación desesperada y sin esperanza.

Capítulo sin nombre 15

En este capítulo, Publio y Lucio salen de su habitación en medio de la noche para presenciar un encuentro íntimo entre un esclavo y una joven desconocida en el jardín de su casa. Sin embargo, son descubiertos por su padre, quien castiga al esclavo y expulsa a la joven. El padre les recuerda la importancia de la confianza y la lealtad en la familia. Al día siguiente, durante su entrenamiento con Cneo, Publio y Lucio reciben elogios por su progreso. Cneo les advierte sobre los peligros de la ciudad y la importancia de la confianza en la familia y en Roma. Luego, Cneo lleva a Publio a una casa de lenocinio, donde conoce a una joven llamada Drusila. Después, Cneo y Publio visitan una taberna y beben vino. Publio reflexiona sobre la responsabilidad que tendrá en el futuro y decide esforzarse en su entrenamiento militar y en aprender de su familia. Al día siguiente, Publio sufre una resaca mientras escucha a su madre regañar a Cneo. Finalmente, se queda dormido y sueña con una fortaleza y una laguna.

Capítulo sin nombre 16

En este capítulo, se narra cómo Aníbal, después de haber sido nombrado general en jefe de los ejércitos cartagineses en la península ibérica, decide ejecutar su venganza contra aquellos que mataron a su padre y al mismo tiempo afianzar su dominio en Iberia para llevar a cabo su plan de atacar Roma. Aníbal reúne a todo su ejército en Qart Hadasht y avanza hacia el interior de la península, sometiendo a varias poblaciones y provocando que todos los pueblos del interior se levanten en armas contra él. Después de saquear las tierras de los carpetanos, estos forman un inmenso ejército junto con otras tribus agraviadas por Aníbal. Ambas fuerzas se establecen a ambos lados del río Tajo, con los iberos doblando en número a los cartagineses. Sin embargo, Aníbal planea cruzar el río por un vado diferente al principal y logra hacerlo durante la noche sin ser detectado. Al amanecer, los iberos se sorprenden al ver que los cartagineses están al otro lado del río y deciden cruzarlo para atacar. Sin embargo, Aníbal ha preparado una emboscada y lanza una masacre contra los iberos, reduciendo sus fuerzas a la mitad. Finalmente, los iberos se retiran diezmados y Aníbal duerme en paz por primera vez desde la muerte de su padre.

Capítulo sin nombre 17

En este capítulo, se lleva a cabo un debate en el Senado de Roma sobre los movimientos de los cartagineses en Hispania y su creciente dominio en la región. Emilio Paulo propone enviar tropas y reforzar la frontera del Ebro para evitar que el general Aníbal extienda aún más su control. Publio Cornelio Escipión apoya esta propuesta, argumentando que no se puede permitir que Aníbal someta a Sagunto y continúe expandiendo su dominio. Otros senadores expresan opiniones similares y queda claro que el Senado está dispuesto a actuar. Sin embargo, Fabio Máximo, aunque escucha sin participar, tiene sus propios planes. Él cree que la guerra es inevitable y que es necesario contrarrestar el creciente poder de los Emilio-Paulos y los Escipiones. Fabio propone enviar emisarios para negociar con Aníbal antes de tomar medidas militares. Su intervención genera un intenso debate entre los partidarios de enviar tropas y los que apoyan la propuesta de Fabio. Mientras tanto, Fabio observa a Publio Cornelio Escipión, preguntándose si este será capaz de descifrar sus verdaderas intenciones. Fabio está convencido de que la guerra es necesaria para lograr sus objetivos de dominar el Mediterráneo y eliminar a sus rivales políticos. Ahora, su objetivo es mover las piezas del tablero con habilidad para lograrlo.

Capítulo sin nombre 18

En este capítulo, se narra el asedio de Sagunto por parte del ejército de Aníbal. Aníbal había reunido un gran ejército y su objetivo era hacer estallar la guerra entre Cartago y Roma. Los saguntinos se habían quejado de las agresiones de los turdetanos, lo que dio a Aníbal la excusa perfecta para atacar la ciudad. Sagunto era una fortaleza prácticamente inexpugnable, pero Aníbal decidió atacar por el lado occidental, donde la muralla era menos imponente. Los cartagineses intentaron tomar la ciudad, pero los saguntinos se defendieron con valentía, lanzando dardos y jabalinas desde las torres. A pesar de los intensos ataques, la muralla occidental resistió. Aníbal ordenó intensificar los ataques al atardecer, aprovechando la luz del sol de poniente. Los cartagineses utilizaron catapultas para bombardear la ciudad, pero los saguntinos respondieron de la misma manera. El asedio se convirtió en una guerra de desgaste, con constantes ataques y reconstrucciones de la muralla. Los saguntinos también utilizaron una nueva arma, la falárica, para lanzar jabalinas y lanzas incandescentes. A pesar de los esfuerzos de los cartagineses, la muralla occidental seguía resistiendo. Mientras tanto, emisarios romanos llegaron a la costa y pidieron hablar con Aníbal, pero él los ignoró y se centró en el asedio. Finalmente, los cartagineses trajeron escorpiones, enormes máquinas de guerra que lanzaban rocas a gran distancia. Los saguntinos vieron cómo su ciudad era bombardeada sin piedad. A pesar del pánico y el desánimo, los saguntinos no se rindieron y utilizaron la falárica para atacar a los soldados cartagineses. La batalla fue feroz, pero los saguntinos celebraron cada golpe exitoso con júbilo. Aníbal continuó animando a sus hombres, pero fue herido por una jabalina saguntina. A pesar del intenso dolor, Aníbal ordenó que el ataque continuara y fue llevado a su tienda. Mientras tanto, desde la ciudad se escuchó un grito unánime de victoria.

Capítulo sin nombre 19

En este capítulo, nos encontramos en Roma, en el año 219 a.C. Tito Maccio, un hombre que ha perdido su orgullo y dignidad, se encuentra mendigando en las calles de la ciudad. En esta ocasión, se acerca al foro donde se está llevando a cabo una reunión en el Senado. Tito se arrodilla en una calle cercana, esperando que algún senador generoso le dé algo de comer. Sin embargo, muchos senadores pasan de largo sin siquiera mirarlo.

Agotado por el esfuerzo y el calor del sol, Tito decide acurrucarse en una esquina para resguardarse en la sombra. En ese momento, una comitiva de guardias armados aparece en la calle, despejando el camino para proteger al senador Quinto Fabio Máximo. Dos de los guardias golpean a Tito y lo obligan a salir del camino del senador.

Desde una distancia segura, Tito observa cómo el senador Fabio Máximo se aleja rodeado de sus servidores, satisfecho por haber sido elegido para formar parte de una embajada que viajará a Cartago para negociar sobre Sagunto. Fabio ve a los mendigos como futuros soldados para las legiones que se formarán en el futuro.

Capítulo sin nombre 20

En este capítulo, el asedio de Sagunto parece detenerse temporalmente mientras los médicos tratan las heridas de Aníbal. Maharbal, sin embargo, decide continuar con el ataque para mantener ocupados a los defensores de la ciudad. Después de semanas de ataques, Aníbal se recupera lo suficiente como para dar instrucciones a Maharbal. Mientras tanto, los cartagineses construyen una enorme torre de asedio con tres pisos y catapultas. Finalmente, después de varios meses de asedio, la torre comienza a ascender por la pendiente hacia la muralla occidental de la ciudad.

Capítulo sin nombre 21

En este capítulo, Cneo y Publio Escipión, junto con su esposa Pomponia y sus dos hijos, Publio y Lucio, se encuentran en el jardín de su casa. Discuten sobre Fabio, un senador que se opone a la guerra contra Cartago y está dilatando el enfrentamiento. Publio está preocupado porque esto llevará a la caída de Sagunto y a una guerra general en lugar de haber acudido a socorrer a una ciudad específica. También mencionan que Fabio forma parte de la delegación que ha sido enviada a Cartago para negociar la paz o declarar la guerra. Luego, discuten sobre los temores de que los cartagineses se hayan recuperado y hayan formado un poderoso ejército en Hispania. Publio padre expresa su preocupación por el destino de la guerra y cómo esto afectará a su familia. Después de un momento de silencio, deciden que los hijos de Cneo, Publio y Lucio, deben intensificar su entrenamiento en combate. Aunque los jóvenes se atragantan con las ciruelas que estaban comiendo, todos están de acuerdo en que es importante que los niños aprendan a luchar. Sin embargo, el padre se pregunta si las lecciones de griego, literatura y estrategia que han recibido también serán útiles. Termina reflexionando sobre la dificultad de educar a un hijo y sin saber que su propia vida dependerá de la de su primogénito.

Capítulo sin nombre 22

En este capítulo, se narra la continuación del asedio a Sagunto por parte de Aníbal y su ejército cartaginés. Las catapultas destruyen la muralla de la ciudad y los saguntinos se defienden con lanzamientos de jabalinas. A pesar de la resistencia de los defensores, los cartagineses logran entrar en la ciudad. Los saguntinos luchan hasta el final, algunos se inmolan en una pira y otros se enfrentan cuerpo a cuerpo con los atacantes. Aníbal decide poner fin al asedio y se dirige a enfrentar a los carpetanos, quienes se habían levantado contra los cartagineses. Tras una breve negociación, los carpetanos aceptan las órdenes de reclutamiento de Aníbal. Luego, Aníbal regresa a Sagunto y encuentra la ciudad en llamas. Los saguntinos han resistido durante ocho meses, pero Aníbal considera que deben ser destruidos para demostrar su poderío. A pesar de sentir asco, Aníbal continúa con su plan, convencido de que solo desde el horror podrá cambiar el curso de la historia.

Capítulo sin nombre 23

En este capítulo, se intensifican los entrenamientos militares de Publio y Lucio bajo la supervisión de su tío Cneo. Siguiendo un horario exigente, los jóvenes se levantan temprano para realizar ejercicios físicos y practicar el combate cuerpo a cuerpo con espadas y lanzas. Por las tardes, se enfocan en la destreza a caballo, realizando diferentes ejercicios y luchas. Durante una de estas prácticas, Lucio cae de su caballo y su tío se acerca a comprobar si está bien. Mientras tanto, Publio se niega a atacar a su tío, lo que sorprende a todos. Cneo intenta persuadirlo, pero Publio se mantiene firme. Finalmente, Publio sorprende a su tío con un golpe certero y lo derriba del caballo. Cneo reconoce la habilidad y valentía de Publio y decide mantenerlo en secreto. Al regresar a casa, Publio y Lucio se dirigen a la cocina mientras Cneo le cuenta a Publio Cornelio, padre de los jóvenes, lo sucedido. Publio Cornelio se sorprende y empieza a asimilar la información. Cneo elogia las habilidades de Publio y expresa su deseo de verlo convertirse en un gran soldado.

Capítulo sin nombre 24

En este capítulo, Quinto Fabio Máximo, Marco Livio Salinator y Lucio Emilio Paulo, los cónsules de Roma, se encuentran en el Senado de Cartago para una embajada. Fabio Máximo, como portavoz, se enfrenta a la incómoda compañía de Emilio Paulo, quien teme por su familia debido a las críticas de Fabio Máximo. Al llegar a Cartago, los embajadores son recibidos con retraso y se encuentran con senadores cartagineses hostiles. Fabio Máximo acusa a Cartago de las acciones de Aníbal Barca en Sagunto, ciudad aliada de Roma. Los sufetes de Cartago responden que Sagunto no estaba incluida en el tratado y que los saguntinos provocaron su propia destrucción. Fabio Máximo desafía a Cartago ofreciendo la guerra o la paz, y los sufetes aceptan la guerra. Los senadores cartagineses se levantan en apoyo y amenazan a los embajadores romanos. Fabio Máximo se siente incómodo y busca la salida, mientras el sufete cartaginés lo observa con calma.

Capítulo sin nombre 25

En este capítulo, Pomponia ayuda a su marido, Publio Cornelio Escipión, a ponerse la toga ya que ha sido elegido cónsul de Roma junto con Sempronio Longo. Durante la conversación, Pomponia expresa su confusión sobre la postura de Fabio en el Senado y su participación en la embajada a Cartago. A pesar de esto, Publio padre asume sus responsabilidades y se prepara para partir hacia el norte con las legiones y luego hacia Hispania para enfrentarse a Aníbal. Pomponia, sin embargo, no encuentra consuelo en las palabras de su marido y se separa de él llorando. Publio, consciente de su papel como cónsul, se despide de sus hijos y parte acompañado por su guardia personal. Su misión es detener al general cartaginés que avanza por Hispania. Antes de partir, Publio inhala el aroma del jardín de su casa, buscando la fortaleza de los dioses protectores de su familia.

Capítulo sin nombre 26

En este capítulo, Aníbal se encuentra en Qart Hadasht después de la toma de Sagunto, descansando y planeando sus futuras acciones. Recibió un mensaje del Senado de Cartago que declaraba la guerra a Roma y le ordenaba atacar y destruir al enemigo. Aníbal envió mensajeros a la Galia Cisalpina para buscar apoyo de los galos en su camino hacia Roma. Un jefe galo confirmó el apoyo de su pueblo y Aníbal le aseguró que serían recompensados. Aníbal invitó al jefe galo a su habitación y desde el balcón mostró el ejército que se preparaba para marchar hacia Roma. El jefe galo quedó impresionado por la magnitud del ejército y Aníbal leyó en su rostro el temor y el asombro. Al otro lado de la laguna, noventa mil soldados, doce mil jinetes y cincuenta y ocho elefantes se preparaban para partir hacia Roma al día siguiente.

Capítulo sin nombre 27

En este capítulo, se narra cómo Roma se encontraba en guerra y se llevaba a cabo el reclutamiento de soldados. Los tribunos militares supervisaban el proceso, seleccionando hombres para cada legión en grupos de cuatro con características físicas similares. Tito Maccio, desesperado y sin opciones de regresar al mundo del teatro, decide unirse al ejército como soldado. Observa el reclutamiento y espera su oportunidad para unirse a las tropas auxiliares reclutadas por los praefecti sociorum, oficiales romanos designados por los cónsules. Tito es seleccionado para formar parte de las tropas auxiliares que acompañarán a las legiones de Sempronio Longo en su expedición a África. Aunque no está entusiasmado con la idea de luchar en una guerra incierta, acepta su destino y se da cuenta de que la vida lo ha llevado por caminos diversos y confusos. A pesar de las dificultades, Tito encuentra un destello de esperanza en la posibilidad de un futuro diferente como soldado del ejército de Roma.

Capítulo sin nombre 28

En este capítulo, el cónsul Publio Cornelio Escipión recibe órdenes urgentes de dirigirse a Massilia en lugar de Hispania, ya que se ha enterado de que Aníbal ha cruzado los Pirineos y avanza por el sur de la Galia. Publio decide dirigirse a Massilia para interceptar a Aníbal antes de que llegue a la península itálica. Mientras tanto, Aníbal ha dejado a su hermano Asdrúbal al mando de un ejército en Hispania y se dirige hacia el Valle del Tét con su ejército reducido. Aníbal planea fortalecer su ejército en la Galia Cisalpina incorporando tropas aliadas de las tribus galas en rebeldía contra Roma. A medida que avanza, Aníbal se detiene junto a un riachuelo para refrescarse y reflexiona sobre la magnitud de su empresa. En Massilia, Publio y Cneo Escipión reciben informes de que Aníbal se ha alejado de la costa y se dirige hacia Roma. Publio sospecha que Aníbal quiere evitar enfrentamientos hasta llegar a Roma y decide dirigirse al norte por el curso del Ródano para detenerlo antes de que avance más en la península itálica.

Capítulo sin nombre 29

En este capítulo, Aníbal se encuentra en la orilla del río Ródano, preparándose para cruzarlo y continuar su marcha hacia Italia. Sin embargo, se encuentra con la resistencia de los voleos, una tribu gala que controla la margen izquierda del río. A pesar de sus intentos por cruzar el río, los voleos los detienen con una lluvia de piedras y armas arrojadizas. Aníbal, preocupado por la situación, ordena a Maharbal, uno de sus oficiales de confianza, que se enfrente a los romanos y luego retroceda, sin buscar la victoria. Aunque Maharbal no entiende las órdenes, las sigue al pie de la letra.

Después de seis días y seis noches de estar detenidos, Aníbal decide tomar una decisión arriesgada: ordena a todo su ejército, excepto a los elefantes, que crucen el río en formación de ataque. A pesar de las dudas de sus oficiales, Aníbal cree que esta es la única forma de evitar quedar atrapados entre los romanos y los voleos. Los voleos se burlan de los cartagineses al verlos entrar en el río, pero no se dan cuenta de que la caballería de Hanón ha cruzado el río más al norte y se encuentra en posición para atacarlos por sorpresa. La caballería de Hanón embiste a los voleos, mientras el ejército de Aníbal cruza el río sin ser molestado.

Una vez que el ejército cartaginés alcanza la margen izquierda del río, los voleos son masacrados. Aníbal observa la batalla desde la orilla y se siente satisfecho al ver que Maharbal ha seguido sus órdenes. Mientras tanto, el cónsul romano Publio Cornelio Escipión se entera de la victoria de Aníbal y decide avanzar hacia el norte para enfrentarlo. Acompañado por su hermano Cneo, Escipión llega al lugar donde se libró la batalla y se da cuenta de que Aníbal ha cruzado el río y se dirige hacia el norte, posiblemente hacia los Alpes. A pesar de que es una estrategia arriesgada, Escipión decide seguir a Aníbal y enfrentarlo en las montañas.

Capítulo sin nombre 30

En este capítulo, Publio se despierta en medio de la noche y decide ir a la biblioteca de su padre. La habitación está llena de rollos de diferentes autores y temas, y Publio se detiene en los mapas de Hispania. Examina detenidamente el plano de Qart Hadasht, la capital cartaginesa en Hispania. Mientras está inmerso en sus pensamientos, es interrumpido por la llegada de su madre y un legionario que trae un mensaje de su padre. El mensaje indica que Publio debe unirse a su padre en Placentia para la guerra. Pomponia, la madre de Publio, se muestra preocupada pero acepta la situación. Publio se despide de su hermano y se prepara para partir. Mientras tanto, Pomponia habla con el legionario y se entera de que Aníbal ha cruzado el Ródano y se dirige hacia los Alpes. Aunque el legionario cree que Aníbal no podrá cruzar las montañas, Pomponia se preocupa por la seguridad de su marido y su hijo. En su habitación, Pomponia llora en silencio, temiendo por el destino de su familia.

Capítulo sin nombre 31

En este capítulo, nos encontramos en una villa romana en las afueras de Roma, donde Quinto Fabio Máximo "el Verrucoso" se reúne con su hijo, Quinto Fabio, y otros dos hombres, Cayo Terencio Varrón y Cayo Claudio Nerón. También está presente un joven llamado Marco Porcio Catón. Fabio Máximo les informa que la guerra se acerca, pero no se refiere a la guerra entre las tropas consulares y los enemigos de Roma, sino a que el general cartaginés Aníbal se está acercando a Italia. Aníbal ha cruzado el Ródano y se dirige hacia el corazón de la península itálica desde las montañas de los Alpes. Aunque algunos dudan de que Aníbal pueda cruzar las montañas, Fabio Máximo cree que es posible y propone que ellos construyan su propia estrategia para enfrentarlo. Sugiere que utilicen el miedo como herramienta para manejar al Senado y al pueblo romano. Fabio Máximo afirma que necesitan muertos y derrotas para justificar su intervención y salvar a Roma. Los presentes quedan sorprendidos por esta propuesta, pero no responden. El capítulo termina con la imagen de la villa rodeada de cipreses inmóviles en una tarde extraña.

Capítulo sin nombre 32

En este capítulo, el cónsul Sempronio se encuentra en el campamento de Lilibeo, preparándose para la invasión de África. A pesar de las preocupaciones de sus tribunos, Sempronio está decidido a dirigirse directamente a Cartago. Mientras tanto, Tito, un nuevo recluta, se encuentra en el campamento y se hace amigo de Druso, un soldado experimentado. Tito se une a la guardia nocturna y aprende sobre la importancia de entregar su tessera correctamente. Después de su turno de guardia, Tito es arrastrado fuera de su tienda y se le castiga por no entregar su tessera a tiempo. Luego, presencia el brutal ajusticiamiento de un soldado que se durmió en su turno de guardia. Tito recibe veinte azotes por no participar activamente en el ajusticiamiento. A pesar de todo, Druso le ofrece su desayuno y lo anima a seguir adelante, ya que tienen marchas forzadas por delante.

Capítulo sin nombre 33

En este capítulo, el ejército de Aníbal se encuentra en los Alpes, avanzando hacia el desfiladero. Un hombre, experto en escalar montañas, observa desde lo alto y ve una larga fila de soldados, caballos y bestias desconocidas acercándose al desfiladero. El ejército de Aníbal avanza cansado y enfrenta ataques de pequeñas tribus hostiles. En el desfiladero, comienzan a caer rocas desde las paredes, hiriendo y matando a soldados y bestias. Aníbal envía grupos de soldados para atacar a los enemigos en las alturas. Después de varios días de lucha, el ejército sigue avanzando hacia el sur, enfrentando el frío y la nieve. Finalmente, llegan a un nuevo desfiladero bloqueado por una muralla de hielo y roca. Aníbal se dirige a sus soldados, recordándoles sus victorias pasadas y los anima a derribar la muralla. Con sus voces, logran abrir una grieta en la muralla y Aníbal ordena a sus hombres que trabajen para abrir un paso lo suficientemente ancho para que pasen los caballos y elefantes. Los soldados comienzan a cavar con picos y palas, y en tres días logran abrir el paso. Los oficiales admiran a Aníbal y confían en su liderazgo para llevarlos a la victoria sobre Roma.

Capítulo sin nombre 34

En este capítulo, nos encontramos en el norte de la península itálica en noviembre de 218 a.C. Cayo Lelio, un oficial del ejército romano, cabalga en silencio por el campamento establecido cerca del río Tesino. Lelio es un hombre joven pero respetado por su valentía y habilidad en batalla. Recientemente, ha dejado crecer una barba tupida para imponer respeto a los soldados recién llegados a su regimiento.

Mientras recorre el campamento, Lelio observa a los legionarios cortando troncos para construir un puente sobre el río. Todos están preocupados por las noticias de que Aníbal, el general cartaginés, ha cruzado los Alpes y se dirige hacia Roma. Solo las legiones del norte, bajo el mando del cónsul Publio Cornelio Escipión, se interponen entre Aníbal y la ciudad. A pesar de la audacia de Aníbal, Lelio confía en que un ejército consular es suficiente para detenerlo.

Lelio se detiene frente a la tienda del cónsul y es convocado personalmente por él. El cónsul le entrega una orden escrita y le informa que su hijo tomará el mando de su destacamento de caballería, mientras él permanecerá como segundo al mando. Aunque Lelio no esperaba esta asignación, acepta sin cuestionar las órdenes del cónsul.

El cónsul continúa y le da una segunda orden a Lelio: proteger la vida de su hijo en la batalla y desobedecer sus órdenes si es necesario para evitar que ponga en peligro su vida. Esta orden debe mantenerse en secreto. Lelio acepta la orden y se retira, sintiéndose confundido y decepcionado por el encargo.

Mientras tanto, el cónsul espera ansiosamente la llegada de su hijo y reflexiona sobre la difícil tarea de educar a sus hijos en tiempos de guerra y crisis política. Toma un libro de Aristóteles en busca de claridad.

Así termina el capítulo.

Capítulo sin nombre 35

En este capítulo, Lelio regresa al campamento romano y es recibido por su destacamento de caballería. Sus hombres están ansiosos por saber cuál es la misión que lo ha llevado a ser convocado por el cónsul. Lelio, en silencio, estudia una de las pezuñas de su caballo mientras sus hombres le instan a decir algo. Durante su trayecto de regreso, Lelio ha reflexionado sobre las opciones que tiene: callar, mentir o decir la verdad. Finalmente, decide que lo más sensato es revelar la verdad: el destacamento estará bajo el mando de Publio Cornelio Escipión, hijo del cónsul. Lelio se encargará de la seguridad del hijo del cónsul y tendrá la autoridad para revocar las órdenes del nuevo oficial. Aunque sus hombres se quejan de la situación, Lelio les recuerda que deben acatar las órdenes sin quejas ni insolencias. Lelio se retira para estar solo y Léntulo resume las instrucciones de su oficial, señalando que todos deben acatarlas aunque no sientan simpatía por el nuevo oficial al mando.

Capítulo sin nombre 36

En este capítulo, el cónsul se encuentra estudiando los mapas para planificar cómo cerrar el paso a Aníbal en el río Tesino. En ese momento, un lictor entra a la tienda y le informa que su hijo Publio ha llegado. El cónsul se alegra y abraza a su hijo, quien le cuenta sobre su viaje y cómo están todos en Roma. Hablan sobre la situación en el foro y las críticas hacia la decisión del cónsul de venir al norte en lugar de ir a Hispania. El cónsul le explica que están preparados para enfrentarse a Aníbal y le asigna una turma de caballería bajo el mando de Cayo Lelio. Publio se encuentra con Lelio y conversan sobre el miedo en la guerra y la aceptación de los soldados hacia su liderazgo. Publio se presenta como Publio Cornelio Escipión, hijo del cónsul, y Lelio le asegura que no habrá problemas de disciplina. Publio intenta congraciarse con Lelio y se retira a dormir. Lelio reflexiona sobre la presión que debe sentir Publio por ser el hijo del cónsul y espera que el destino decida su futuro en el campo de batalla.

Capítulo sin nombre 37

En este capítulo, el cónsul romano se encuentra en el norte de la península itálica en noviembre del año 218 a.C. A pesar de la sorpresa de que Aníbal haya logrado cruzar los Alpes, el cónsul confía en sus planes y en la destreza de sus tropas para derrotar al enemigo. Decide hacer una salida de reconocimiento con la caballería y algunos soldados de infantería ligera. El hijo del cónsul, junto con Lelio, queda en la retaguardia, lo que genera cierta decepción en ellos. Al llegar al río Tesino, cruzan un puente flotante construido por los legionarios. Una vez al otro lado, se preparan para el combate ante la cercanía del ejército de Aníbal. El cónsul ordena que la infantería se posicione al frente, seguida de la caballería y con una reserva en la retaguardia. A pesar de desconocer las fuerzas exactas de Aníbal, el cónsul está decidido a entrar en combate. Por su parte, Aníbal ordena una carga frontal con toda su caballería contra las tropas romanas, con el objetivo de evitar el uso de las jabalinas de la infantería. Ambos ejércitos se preparan para el enfrentamiento.

Capítulo sin nombre 38

En este capítulo, se narra la batalla de Tesino en el norte de la península itálica en noviembre del año 218 a.C. La caballería cartaginesa ataca a galope tendido, mientras que el cónsul romano ordena a la infantería ligera que espere a la señal para lanzar sus jabalinas. Sin embargo, la caballería cartaginesa avanza tan rápido que cuando los romanos lanzan sus jabalinas, ya están demasiado cerca. A pesar de herir a algunos jinetes cartagineses, la caballería romana es embestida y las líneas de infantería son arrasadas. La caballería romana se retira dejando espacio para que los legionarios puedan replegarse, pero muchos son masacrados por la caballería cartaginesa.

Las dos caballerías se enfrentan en un desorden caótico, con jinetes desmontando para luchar cuerpo a cuerpo. El cónsul lucha en el centro del tumulto, mientras su hijo, Publio, observa desde la retaguardia. Publio ve al general cartaginés rodeado de su caballería y se da cuenta de que aún tiene dos regimientos de caballería númida en los flancos. A pesar de la desesperada situación, Publio decide atacar para salvar a su padre. Sin embargo, su oficial, Lelio, duda y se niega a seguir sus órdenes. Publio insiste y da la orden de atacar, y finalmente Lelio accede a cumplir la orden del cónsul.

Publio y sus hombres se lanzan al ataque, pero la batalla sigue siendo desfavorable para los romanos. Sin embargo, justo cuando parecía que todo estaba perdido, llegan refuerzos de caballería romana y logran contener a los cartagineses. Publio ordena la retirada y todos los romanos montan a caballo para escapar. El cónsul es escoltado por cuatro jinetes y logra subirse a un caballo. Mientras se retiran, Publio y Lelio se miran, y Publio siente una mezcla de desprecio y alegría al ver a Lelio con los hombres necesarios para la retirada.

Los cartagineses se reagrupan y Aníbal se une a sus tropas. A medida que avanzan tras los romanos, Aníbal recuerda una batalla anterior en la que su padre murió y se da cuenta de que el oficial que salvó al cónsul es su hijo. A pesar del dolor de sus recuerdos, Aníbal ordena a sus hombres que sigan persiguiendo a los romanos. La batalla aún no ha terminado.

Capítulo sin nombre 39

En este capítulo, los romanos llegan al puente de naves sobre el río Tesino, después de una larga y agotadora cabalgata. El cónsul herido, Publio Cornelio Escipión, da la orden de desmantelar el puente para evitar que los cartagineses lo crucen. El joven Publio se retira y se une a Cayo Lelio para supervisar la tarea. Los soldados romanos cortan las cuerdas que sostienen las naves y empujan los barcos para deshacer el puente. Mientras tanto, los cartagineses se acercan y lanzan jabalinas sobre los romanos. A pesar de los ataques enemigos, los romanos logran deshacer el puente y salvarse. Los caballos son atados a las naves para intentar moverlas, pero el río no tiene suficiente corriente y las naves no se mueven lo suficiente. Finalmente, los romanos logran liberar los caballos y las naves son arrastradas por el río. Los cartagineses intentan avanzar sobre el puente, pero este se deshace por completo, dejándolos atrás. Los romanos, liderados por Publio y Lelio, abandonan la posición y se alejan en medio de la derrota, pero orgullosos de haber cumplido con su misión. Aníbal observa la retirada de los romanos y se pregunta sobre el joven oficial romano que facilitó la huida del cónsul.

Capítulo sin nombre 40

En este capítulo, Tito Maccio y sus compañeros soldados se encuentran acampados junto al río Trebia, en el norte de la península itálica, soportando un frío terrible. Tito lamenta haber sido destinado a este lugar después de haber estado en Sicilia. La moral de los soldados está baja debido a las noticias de la huida de Aníbal y la derrota en Tesino. Tito reflexiona sobre la importancia de los líderes militares en el éxito de las legiones romanas. Mientras tanto, Publio Cornelio Escipión padre, herido y postrado en su tienda, recibe la visita de Sempronio Longo, el otro cónsul. Sempronio propone hacerse cargo del mando de las legiones debido a la incapacidad de Escipión para acudir al campo de batalla. Escipión argumenta que es mejor esperar a la primavera para atacar a Aníbal. Finalmente, acepta enviar parte de la caballería al norte para evaluar la situación. Escipión entrega a su hijo Publio un volumen de la Ética a Nicómaco de Aristóteles sobre la amistad y le advierte sobre la astucia de Aníbal. El capítulo termina con Escipión descansando y bebiendo vino.

Capítulo sin nombre 41

En este capítulo, Cayo Lelio y el joven Publio se dirigen al campamento romano para unirse a la caballería de Sempronio en una misión de reconocimiento. Durante su viaje, encuentran aldeas saqueadas por las tropas de Aníbal, quien necesita recursos para alimentar a su ejército. Al llegar a una llanura, ven a un grupo de jinetes cartagineses, que resultan ser la caballería númida de Aníbal. A pesar de la sorpresa de ver a los mismos jinetes contra los que lucharon en Tesino, Sempronio Longo ordena a la caballería romana cargar contra ellos. Durante la batalla, los cartagineses se retiran rápidamente sin sufrir muchas bajas, lo que desconcierta a Publio y Lelio. A pesar de la confusión, los romanos celebran la victoria, pero Publio nota que los jinetes africanos desaparecen sin dejar rastro.

Capítulo sin nombre 42

En este capítulo, Maharbal informa a Aníbal sobre el éxito de su plan para engañar a los romanos y hacerles creer que han ganado la batalla. Aníbal ordena a su hermano Magón que lleve parte de las tropas a una posición estratégica durante la noche, sin ser vistos. Aníbal planea aprovechar la noche más larga del año para sorprender a los romanos y hacerles creer que el día siguiente será el más largo de sus vidas. Mientras tanto, en el campamento romano, se difunde la noticia de la victoria de la caballería romana sobre los númidas de Aníbal. El cónsul Publio Cornelio Escipión cede el mando a Sempronio Longo para lanzar una ofensiva contra los cartagineses. Publio tiene un presentimiento y comparte sus preocupaciones con su padre. El cónsul reconoce la posibilidad de que Aníbal esté jugando con ellos, pero no pueden detener la ofensiva de Longo. En el campamento romano, los soldados se preparan para la batalla y Tito Maccio reflexiona sobre su vida como soldado. Mientras tanto, Magón y sus tropas marchan en silencio hacia su objetivo, y Publio lee un pasaje de la Ética a Nicómaco de Aristóteles sobre la verdadera amistad. Cayo Lelio lo interrumpe y lo invita a beber vino con los soldados, y Publio propone brindar por la amistad, sellando así una amistad duradera entre ellos.

Capítulo sin nombre 43

En este capítulo, se narra la batalla de Trebia en diciembre del año 218 a.C. Tito Maccio y Druso se levantan en el campamento romano, sorprendidos por el griterío y el frío. Los cartagineses han avanzado su caballería númida y están acosando a los romanos. Sempronio Longo decide lanzar a toda su caballería contra los númidas y ordena que las legiones los sigan. Tito Maccio se enfurece al no poder comer y se prepara para la batalla. La caballería romana sale del campamento y se enfrenta a los númidas. Los romanos logran hacer retroceder a los númidas y las legiones salen del campamento para darles apoyo. Cruzan el río Trebia, a pesar del frío, y se enfrentan al ejército cartaginés. Los cartagineses están dispuestos para el combate con infantería ligera, infantería pesada, caballería númida y elefantes. Los romanos son superados y sufren una derrota. Algunos centuriones logran reagrupar a los soldados y abrirse paso entre los enemigos. Tito y Druso se salvan y llegan a las ciudades de Placentia y Cremona. Publio y Lelio también se retiran y ven la retirada del cónsul Sempronio Longo. Aníbal decide no perseguir a los romanos debido a la intensa lluvia. Publio y Lelio hablan sobre las derrotas y la importancia de la perseverancia. Tito y Druso cenan en silencio, aún afectados por el frío y el miedo en la batalla.

Capítulo sin nombre 44

En este capítulo, Cneo Cornelio Escipión llega a Hispania con las naves que su hermano le ha cedido para atacar a los cartagineses y cortar la línea de suministros de Aníbal. Desembarca en Emporiae, donde es recibido por oficiales romanos y les informa de su misión de despejar la región de cartagineses. Ordena a las legiones que se preparen para marchar hacia Cesse, donde se encuentran las tropas de Asdrúbal y Hanón. Después de varios días de marcha, un explorador informa a Cneo de que los cartagineses están dispuestos al combate. Cneo da instrucciones a sus tribunos y al día siguiente, los romanos atacan a los cartagineses en perfecta formación. Cneo lidera la carga y la victoria es absoluta, con ocho mil cartagineses abatidos. Desde la fortaleza de Cesse, Cneo se dirige a sus hombres y promete expulsar a los cartagineses de Hispania. La noticia de la victoria se extiende entre las poblaciones iberas, y los jefes deben decidir de qué lado están.

Capítulo sin nombre 45

En este capítulo, Publio Cornelio Escipión padre regresa a Roma después de sufrir heridas en la batalla de Tesino. Junto a él regresa su hijo, Publio Cornelio Escipión hijo. Ambos caminan por las calles de Roma y se dirigen a la casa de Lucio Emilio Paulo, un senador respetado y amigo de la familia. El joven Publio se sorprende de la recuperación de su padre y se pregunta por qué su padre desea visitar a Lucio Emilio Paulo. Llegan a la casa del senador y son recibidos por los guardias, pero uno de ellos se niega a dejar pasar al joven Publio. Finalmente, el padre de Publio convence al guardia de que les permita entrar. Dentro de la casa, son recibidos por Lucio Emilio Paulo, quien muestra su sorpresa por la capacidad persuasiva de Publio padre. El senador y el joven Publio se abrazan y luego se presenta al hijo de Publio a su hija, Emilia. Emilia se muestra interesada en Publio y le propone fingir un interés romántico para evitar el acoso de su padre y hermano sobre el matrimonio. Sin embargo, Publio rechaza la propuesta, argumentando que no puede engañar a la familia de Emilia. Después de un paseo por el jardín, Publio y su padre se despiden y se marchan. Lucio Emilio Paulo y Emilia observan su partida y comentan sobre la nobleza de los Escipiones.

Capítulo sin nombre 46

En este capítulo, nos encontramos en febrero del año 217 a.C., en la región entre Liguria y Etruria. Los nuevos cónsules en Roma son Cneo Servilio Gemino y Cayo Flaminio, ambos generales veteranos. Aníbal, el general cartaginés, se encuentra en su tienda, revisando mapas y escuchando informes de sus oficiales. Decide seguir una ruta directa hacia Etruria, a pesar de las objeciones de sus oficiales, ya que es la ruta más rápida y no está vigilada por los romanos. Aníbal quiere enfrentarse a Flaminio antes de que se una a Servilio. A medida que avanzan, el terreno se vuelve pantanoso y los soldados tienen que caminar por el fango. Aníbal se da cuenta de que tiene una infección en los ojos debido a la humedad y los médicos le advierten que podría quedarse ciego si no abandonan la ruta. Aníbal decide continuar, montando en su elefante Sirius para mantenerse alejado del agua. A pesar del dolor y el picor, Aníbal avanza sin descanso y ordena a sus oficiales atacar las ciudades de Florentia y Biturgia. Mientras tanto, Flaminio decide esperar a Servilio antes de actuar. Aníbal, con los ojos vendados, espera el dictamen de los médicos para saber si se ha convertido en un enemigo ciego para Roma.

Capítulo sin nombre 47

En este capítulo, Tito y Druso discuten sobre las perspectivas de la guerra contra Aníbal. Tito es optimista y confía en que el nuevo cónsul pueda ser un mejor general que el anterior. Sin embargo, Druso se muestra más pesimista y cree que sería mejor quedarse en una ciudad fortificada y dejar que Aníbal haga lo que quiera hasta que se canse. Discuten sobre la importancia de los sacrificios religiosos y cómo el no cumplir con ellos puede haber alejado a los dioses de Roma.

Mientras tanto, Aníbal continúa sus avances en Italia y se dirige hacia el sur. El cónsul Cayo Flaminio espera noticias de Aníbal y se prepara para el enfrentamiento. Aníbal, por su parte, se muestra confiado y bromea con un oficial sobre su único ojo. A pesar de su lesión, Aníbal sigue siendo un líder respetado y temido por su ejército.

Flaminio finalmente decide partir hacia Crotona y el lago Trasimeno, donde se encuentra Aníbal. A medida que avanzan, la niebla se vuelve densa y dificulta la visibilidad. Sin darse cuenta, las tropas romanas son rodeadas por las fuerzas de Aníbal, que atacan con lanzas y espadas. Tito y Druso luchan valientemente, pero Druso resulta gravemente herido y muere en los brazos de Tito.

Tito, devastado por la pérdida de su amigo, maldice a los dioses y reniega de ellos. Camina entre los cuerpos de sus compañeros muertos, pidiendo que lo maten. Sin embargo, los dioses deciden preservar su vida y Tito sobrevive, aunque herido. La niebla finalmente se levanta y Tito se encuentra rodeado de cadáveres, comenzando así su largo y tortuoso camino de sufrimiento.

Capítulo sin nombre 48

En este capítulo, Emilia recibe una carta de su amado Publio mientras su padre está fuera buscando noticias sobre una derrota en el norte. Emilia lee la carta en el jardín, recordando los momentos compartidos con Publio. Cuando su padre regresa, Emilia le cuenta una parte de la carta que Publio le pidió compartir, manteniendo el resto en privado.

Capítulo sin nombre 49

En este capítulo, titulado "Un triste regreso", se narra la situación de Tito Maccio después de la batalla de Trasimeno. Herido y derrotado, decide regresar a Roma, aunque sabe que no será bienvenido ni tendrá apoyo. Camina evitando encontrarse con tropas cartaginesas y legionarios derrotados. Su única esperanza es encontrar la soledad en la ciudad y buscar una forma de subsistencia. Al llegar a Roma, se mezcla entre un grupo de comerciantes para evitar los controles y se enfrenta a las mujeres que buscan noticias de sus seres queridos. Tito se dirige al peor barrio de la ciudad y entra en una taberna, donde pide comida y vino. Aunque no tiene mucho dinero, paga lo que puede y se sorprende por la calidad del vino. Decide que mendigar no es el camino y busca una forma humilde de subsistir en la ciudad.

Capítulo sin nombre 50

En este capítulo, se narra la batalla naval que tiene lugar en la desembocadura del río Ebro, en el verano del año 217 a.C. Cneo Cornelio Escipión, general del ejército romano, lidera una flota expedicionaria compuesta por treinta y cinco barcos. Su objetivo es enfrentarse a la flota cartaginesa que se encuentra anclada río arriba. Cneo utiliza su potente voz para dar órdenes a sus marineros y los anima a remar con fuerza por Roma. A medida que avanzan por el río, la corriente se opone a ellos, pero el general romano compensa esta dificultad con su tenacidad y firmeza en las órdenes. Cneo ha adoptado una política de ataques directos y frontales en Hispania, derrotando a los cartagineses por tierra y ahora busca dominar la costa para debilitar las fuerzas enemigas. Mientras tanto, un centinela cartaginés avista la flota romana y alerta a sus compañeros, pero la confusión y la falta de preparación de los cartagineses lleva a una derrota aplastante. Asdrúbal, hermano de Aníbal y general cartaginés, se retira con las naves supervivientes y jura vengarse de Cneo. A pesar de la victoria, Cneo se queda pensativo al escuchar un trueno sin nubes en el horizonte, pero lo atribuye a tonterías y continúa celebrando la victoria.

Capítulo sin nombre 51

En este capítulo, Quinto Fabio Máximo se viste lentamente mientras tres jóvenes esclavas egipcias lo atienden. Fabio está exultante y le dice a su discípulo, Marco Porcio Catón, que hoy es el día en que Roma se da cuenta de que solo puede recurrir a él. Fabio le pregunta a Catón por qué cree que esto es así, y Catón responde que es gracias al miedo. Fabio reconoce la sagacidad de Catón y explica que el miedo ha abierto el camino para manipular a un pueblo inculto e influenciable como Roma. Fabio revela que el Senado tomará decisiones importantes ese día y que tienen muchos enemigos lejos de Roma o muertos. Fabio menciona la derrota de Flaminio y explica que la forma de vencer a Aníbal es atacándolo desde las montañas y cercándolo en un valle. Fabio revela que su objetivo principal es ser nombrado dictador de Roma. Catón se sorprende y Fabio le explica que puede lograrlo jugando sus cartas en el Senado. Catón menciona que solo el cónsul superviviente puede nombrar a un dictador y que Servilio aún está lejos de la ciudad. Fabio se divierte al ver la confusión de Catón y explica que el miedo puede hacer que las normas y leyes se doblen, cambien o ignoren. Fabio se acerca a Catón, pone su mano en su hombro y sale de la habitación, seguido por Catón, quien reflexiona sobre lo que acaba de escuchar.

Capítulo sin nombre 52

En este capítulo, Emilio Paulo, un viejo excónsul, está sentado en su jardín junto a su hija Emilia, su prometido Publio Cornelio Escipión y su amigo Cayo Lelio. Emilio Paulo les cuenta que Fabio Máximo ha sido elegido como dictador de Roma, a pesar de que el cónsul está fuera de la ciudad. Explica que muchos senadores temen el desorden y el vacío de poder, por lo que ven a Fabio como el salvador. Además, Fabio ha acusado a Flaminio de no realizar los sacrificios religiosos adecuados antes de enfrentarse a Aníbal. Emilio Paulo critica esta estrategia de culpar a un muerto y comenta que Fabio ha ordenado realizar sacrificios extraordinarios para congraciarse con los dioses. Luego, se muestra una escena en el templo de Júpiter, donde Fabio preside los sacrificios de trescientos bueyes. Fabio se siente satisfecho al ver cómo el pueblo le identifica con la tradición y la protección celestial. Finalmente, se describe el sacrificio de uno de los bueyes, donde el animal es conducido al altar, se le vierten ungüentos y vino, y finalmente es sacrificado.

Capítulo sin nombre 53

En este capítulo, se describe la rutina diaria de Tito Maccio, un molinero en la Roma del año 217 a.C. Tito vive en una pequeña habitación cerca del río Tíber y se dirige a su trabajo en un molino a las cuatro de la mañana. La ciudad de Roma ha experimentado un aumento en la demanda de pan, por lo que los molinos se han vuelto indispensables. Tito comienza su labor empujando una enorme piedra de molino y continúa haciéndolo hasta el amanecer. Durante el día, disfruta de breves descansos para comer y descansar un poco. Sin embargo, su vida se reduce a esta monótona rutina, sin pasión ni deseos. Tito se refugia en su oscura habitación por las noches, escuchando los ruidos de la calle y tratando de olvidar los horrores de la guerra. Así pasa un año entero, con su mente en blanco y su vida sumida en la miseria.

Capítulo sin nombre 54

En este capítulo, Fabio Máximo está decidido a acabar con Aníbal y consolidar su poder en Roma. Recluta dos legiones y toma el mando de los ejércitos consulares. Aleja a los pretores de Roma y evita entrar en combate con Aníbal, manteniendo a sus tropas en las montañas. Mientras tanto, Aníbal continúa arrasando las regiones cercanas a Roma. Minucio Rufo, el jefe de caballería de Fabio, critica la estrategia dilatoria del dictador y agita a los soldados en su contra. Fabio discute con Catón sobre su estrategia y espera un error de Aníbal. En Casilinum, Aníbal se da cuenta de que ha sido llevado a un lugar inhóspito por sus guías y sospecha que podrían ser espías de Roma. Ordena crucificar a los guías y se prepara para el ataque de los romanos. Fabio Máximo y sus tropas se preparan para atacar a Aníbal desde una posición superior. Sin embargo, Aníbal sorprende a los romanos enviando una multitud de vacas y toros con antorchas atadas a sus cuernos. Las bestias enloquecidas causan caos y confusión en el campamento romano, permitiendo a Aníbal escapar con la mayoría de su ejército. Fabio Máximo logra reorganizar a sus tropas y contraatacar, pero al amanecer descubre que Aníbal ha escapado y miles de soldados han muerto.

Capítulo sin nombre 55

En este capítulo, Aníbal ha logrado escapar de las montañas de Casilinum y ahora puede moverse libremente por el territorio plano. Decide contraatacar y dar órdenes a Maharbal de atacar todas las granjas y villas, excepto las que pertenecen a Fabio Máximo, el nuevo general romano. Aníbal explica a Maharbal y a su hermano Magón que esta estrategia es para debilitar la imagen de Fabio Máximo entre los romanos y lograr que sea destituido. Por otro lado, Fabio Máximo discute la situación con Catón y Quinto. Deciden no pedir dinero al Senado para pagar a los cartagineses, sino vender las fincas que Aníbal ha dejado intactas. Quinto se dirige a Roma con una turma de caballería para vender las tierras rápidamente y obtener el dinero necesario. Fabio Máximo demuestra su astucia y determinación al enfrentar la estrategia de Aníbal y mantenerse en el poder.

Capítulo sin nombre 56

En este capítulo, Emilio Paulo se encuentra con su amigo Publio Cornelio Escipión y su hijo Publio en el foro de Roma. Discuten sobre el debate en el Senado acerca del mando de Fabio Máximo y Minucio Rufo. Publio Cornelio padre revela que ha sido nombrado procónsul y que se le ha encomendado la misión de ir a Hispania con dos legiones de refuerzo. Emilio Paulo comenta la victoria de Cneo sobre Asdrúbal y cómo esto ha influido en la decisión del Senado de enviar refuerzos a Hispania. Luego, invita a todos a comer en su casa. Publio Cornelio le pide a su hijo que se quede en Roma para cuidar de su madre y hermano, y le da consejos sobre cómo actuar en el campo de batalla. También expresa su preocupación por Marco Porcio Catón. Finalmente, padre e hijo se unen al resto del grupo y se dirigen a la casa de Emilio Paulo.

Capítulo sin nombre 57

En este capítulo, Cneo espera a su hermano Publio en el puerto de Tarraco, donde ha establecido su cuartel general. Ambos se abrazan y se alegran de reunirse. Cneo le cuenta a Publio sobre las hostilidades contra los cartagineses y cómo ha tenido que dejar claro que el mando romano tiene una forma diferente de conducir la guerra. Publio le relata la derrota en el desfiladero y cómo su hijo lo salvó en medio de la batalla contra Aníbal. Luego, llegan a la casa de Cneo en Tarraco y comparten un momento de tranquilidad en medio del bullicio de la ciudad. Cneo muestra interés por la herida de Publio y este le cuenta cómo su hijo ha demostrado valentía en la guerra. Hablan sobre la decisión de dejar a Publio en Roma para consolidar una posible alianza con la hija de Emilio Paulo. Cneo se preocupa de que el amor reblandezca a Publio para el combate. Luego, cambian de tema y discuten estrategias para expulsar a Asdrúbal de Hispania, examinando mapas elaborados por exploradores iberos.

Capítulo sin nombre 58

En este capítulo, Fabio Máximo recibe las órdenes del Senado de Roma que igualan su poder al de su jefe de caballería, Minucio Rufo. Aunque no se le despoja nominalmente de su rango de dictador, Fabio se siente humillado por la decisión. Sin embargo, decide acatar las órdenes y propone a Minucio dividir las legiones en dos ejércitos independientes para evitar conflictos en la estrategia de guerra. Minucio acepta la propuesta y se establece el acuerdo. Mientras tanto, Aníbal planea emboscar a las legiones de Minucio en una colina, pero Fabio llega con dos legiones adicionales para ayudar en la batalla. A pesar de las pérdidas, los romanos logran repeler a Aníbal y este decide retirarse. Fabio reflexiona sobre su estrategia y se da cuenta de que su plan de crear una guerra prolongada para obtener el poder absoluto ha fracasado debido a la intervención de Aníbal. Aunque los demás están alegres por la victoria, Fabio siente la angustia de saber que Roma está al borde de la destrucción.

Capítulo sin nombre 59

En este capítulo, Emilia se acerca al Campo de Marte para despedir a las legiones que marchan a la guerra contra Aníbal. El Senado ha decidido aumentar el número de soldados por legión y proporcionar a los nuevos cónsules ocho legiones en total, formando así el mayor ejército de Roma. Emilia siente miedo por su padre y su prometido, quienes están en el ejército. Su padre le promete que su prometido volverá sano y salvo. Mientras tanto, el cónsul Emilio Paulo se reúne con los tribunos Publio y Lelio, y les cuenta sobre la visita de Fabio Máximo, quien está preocupado por la ambición de Terencio Varrón y teme un desastre. Publio recuerda que Fabio Máximo es augur y puede predecir el futuro. A pesar de tener un gran ejército, Publio cree que deben ser cautelosos. Emilio Paulo está de acuerdo y decide ser precavido. Publio se siente orgulloso de ser comparado con su padre y su tío.

Capítulo sin nombre 60

En este capítulo, se narra la situación en el campamento del ejército de Aníbal en Apulia. Un anciano hambriento busca comida entre los desperdicios mientras los soldados hablan de la escasez de alimentos y la posibilidad de desertar. Aníbal se retira a meditar en el bosque y toma la decisión de atacar el fortín de Cannae. Los soldados romanos se preparan para la batalla y se despliegan en el campo de batalla. Publio y Lelio observan el avance de las tropas cartaginesas y se dan cuenta de que Aníbal ha dejado a sus tropas africanas sin participar en la batalla. La batalla comienza y los romanos luchan contra los galos e iberos, mientras que la caballería númida ataca a la caballería romana. Aníbal da la orden de atacar a las tropas africanas y la batalla se intensifica.

Capítulo sin nombre 61

En este capítulo, se narra la batalla de Cannae en agosto del año 216 a.C. Emilio Paulo, el cónsul romano, se enfrenta a las fuerzas cartaginesas lideradas por Aníbal. A pesar de estar en desventaja numérica, Emilio Paulo ordena a su caballería cargar contra el enemigo. Durante la lucha, Emilio Paulo es golpeado en la cabeza por una piedra y queda debilitado. A pesar de ello, intenta mantener la formación de sus hombres, pero finalmente se ve obligado a poner pie a tierra. La caballería romana es diezmada y comienza a huir sin orden. Emilio Paulo decide retirarse hacia el centro del ejército romano para ayudar en la batalla.

Por otro lado, Himilcón, líder de la caballería cartaginesa, logra su cometido de barrer a la caballería romana y se dirige hacia el norte, alejándose de las legiones romanas. Terencio Varrón, otro cónsul romano, avanza con su infantería hacia el centro del ejército cartaginés, creyendo que está obteniendo una victoria segura. Sin embargo, la infantería pesada africana de Aníbal comienza a rodear a las legiones romanas. Emilio Paulo intenta detener el avance, pero sus órdenes no son escuchadas y las legiones continúan avanzando. Emilio Paulo toma la decisión de adelantarse con las legiones para intentar poner orden en la batalla.

Mientras tanto, Aníbal observa la batalla desde un altozano y ordena a su infantería pesada avanzar. La infantería cartaginesa se pliega sobre los flancos de las legiones romanas, rodeándolas. Publio y Lelio, dos tribunos romanos, intentan contener el avance enemigo, pero las órdenes de Varrón de avanzar sin parar dificultan sus esfuerzos. En el flanco izquierdo romano, Varrón se enfrenta a la caballería de Himilcón y es rodeado por los númidas. Varrón decide huir con un grupo de jinetes leales hacia la fortaleza de Venusia.

En el centro de la batalla, Publio se encuentra con Emilio Paulo, quien está herido y decide quedarse en el campo de batalla para mantener el orden. Emilio Paulo le ordena a Publio que se retire con sus hombres hacia el norte, aprovechando el viento a favor, y luego gire hacia el sur para llegar al campamento romano al sur del río. Publio acepta la misión y se despide del cónsul. Mientras tanto, la batalla continúa y Publio se dirige hacia la retaguardia para unirse a Lelio en la defensa del flanco derecho.

Capítulo sin nombre 62

En este capítulo, Publio regresa a la retaguardia donde la infantería africana está cerrando el cerco de las legiones romanas. Publio ordena a Lelio reorganizar los manípulos para abrir una brecha en las líneas enemigas. A pesar de sufrir muchas bajas, logran abrir un pasillo y escapar del cerco. Luego, corren hacia el campamento romano al norte del río, pero deciden seguir hacia el sur debido a la falta de seguridad. Mientras tanto, la caballería de Himilcón bloquea la brecha en las filas cartaginesas. En el campamento principal, Publio y los tribunos deciden reagrupar todas las fuerzas posibles y envían mensajeros al campamento al norte del río para reunir a las tropas. Un nuevo tribuno llega con solo seiscientos legionarios y explica que el resto se negó a salir del campamento del norte. En la retaguardia cartaginesa, Maharbal anuncia la victoria y Aníbal observa la retirada del enemigo. Aníbal señala a un grupo de legionarios que logra retirarse y decide dejarlos ir. En el campamento romano al sur del río, los tribunos hacen balance de las fuerzas y lamentan la situación desastrosa.

Capítulo sin nombre 63

En este capítulo, titulado "La deserción de los tribunos", se narra la situación en la que se encuentran Publio Cornelio y los demás tribunos de las legiones de Roma en Apulia, durante el verano del año 216 a.C. Después de la derrota sufrida en Cannae, Publio intenta mantener la formación de los hombres, pero los demás tribunos carecen de ánimo y convicción para transmitir órdenes.

Publio decide dirigirse a Canusium, la población más cercana y fortificada, en busca de refugio y para evaluar las fuerzas que les quedan. A pesar de la desazón, los tribunos y oficiales aceptan la decisión de Publio, quien, a sus diecinueve años, ha tomado el liderazgo del ejército superviviente. En Canusium, los soldados acampan derrotados y desanimados, sin apenas víveres ni agua. Los heridos son atendidos con los escasos recursos disponibles.

En medio de la desesperanza, el miedo comienza a apoderarse de los hombres. Se preguntan cuánto tardarán los cartagineses en perseguirlos y darles caza. El temor se propaga entre los legionarios, los oficiales y los centuriones. Ante esta situación, los tribunos deciden convocar una reunión para debatir sobre los pasos a seguir.

En la reunión, Metelo propone desertar y dirigirse a la costa en busca de refugio en algún reino amigo. Aunque esto es considerado alta traición, muchos de los presentes no rechazan la idea debido a la magnitud del desastre. Sin embargo, Publio se opone firmemente a la deserción y pronuncia un discurso apasionado en defensa de Roma. Afirma que luchará hasta la última gota de sangre por su ciudad y amenaza con castigar a aquellos que se atrevan a desertar.

Publio logra convencer a la mayoría de los tribunos y oficiales, excepto a Metelo, de que deben regresar a Roma para luchar por su ciudad. Luego de la reunión, Publio se retira y se dirige a atender a los heridos en el campamento. Observa el miedo y la desesperación en los ojos de los hombres, pero también percibe el respeto y el reconocimiento hacia su autoridad.

Después de hablar con los médicos y escuchar los relatos de los heridos, Publio sale de las tiendas abrumado por la situación. Se encuentra con Lelio, quien le informa que ha sido elegido como el líder de la marcha hacia Roma. Aunque sorprendido por su juventud, Publio acepta el mando y se dispone a lavar sus propias heridas.

El capítulo termina con Publio reflexionando sobre su nuevo papel como líder de los supervivientes de la batalla de Cannae y sobre el destino que lo ha llevado a esta situación inesperada.

Capítulo sin nombre 64

En este capítulo, Tito se encuentra en Roma en medio del caos y la desesperación causados por la derrota de las legiones romanas en Cannae. La ciudad está en pánico y se buscan culpables para los desastres militares. Tito presencia cómo una virgen vestal es llevada por la multitud hacia el foro para ser enterrada viva como castigo por haber roto sus votos. Además, se anuncia que se realizarán sacrificios humanos para aplacar la ira de los dioses. Tito reflexiona sobre la posibilidad de escapar de Roma antes de que Aníbal la conquiste, pero se encuentra con la dificultad de que las puertas de la ciudad están cerradas y vigiladas por legionarios. A medida que observa a un jinete que logra salir de la ciudad, Tito se da cuenta de la belleza de la libertad en un mundo en paz. A pesar de su desesperanza, Tito regresa al molino y se sumerge en el trabajo para alejarse del caos que reina en la ciudad.

Capítulo sin nombre 65

En este capítulo, Quinto Fabio Máximo y Marco Porcio Catón se abren paso entre la multitud en el foro de Roma para llegar al Senado, donde se ha convocado a una reunión de emergencia. En el foro presencian cómo matan a dos parejas de esclavos extranjeros, lo cual genera caos y locura en la multitud. Máximo logra llegar al Senado protegido por su guardia y se sienta en su lugar habitual. Observa cómo otros senadores llegan, pero también nota la ausencia de más de cien senadores que han muerto en las recientes derrotas contra Aníbal. Mientras tanto, en el exterior, la multitud grita, llora y se descontrola. Máximo reflexiona sobre si este es el fin de Roma y cómo su plan de enfrentarse a Cartago ha llevado a un desastre. Varios senadores comienzan a discutir sobre si abandonar o refugiarse en la ciudad. Máximo se levanta y propone medidas para controlar la confusión y el tumulto en Roma, como limitar los ritos funerarios y ordenar que todos permanezcan en sus casas. También sugiere enviar jinetes para obtener información sobre los supervivientes y los movimientos de Aníbal. Además, propone que el veterano general Claudio Marcelo regrese desde Sicilia para hacerse cargo de las tropas. Sus propuestas son aceptadas y se ponen en marcha de inmediato. Se despejan las calles, se informa a la población y se establecen medidas de seguridad en las puertas y murallas de la ciudad. Jinetes salen de la ciudad en busca de información. A pesar de la incertidumbre, Roma comienza a tomar medidas para enfrentar la crisis.

Capítulo sin nombre 66

En este capítulo, Maharbal contempla perplejo cómo Aníbal envía solo una pequeña unidad de soldados hacia Roma, a pesar de haber aniquilado al ejército romano en la batalla de Cannae. Maharbal, sorprendido por esta decisión, se atreve a contradecir a Aníbal en una reunión de oficiales, argumentando que no tiene sentido ganar una gran batalla si no se aprovecha la victoria. Sin embargo, Aníbal le responde con firmeza, explicando que su estrategia es marchar hacia el sur de Italia en lugar de ir directamente a Roma. Aníbal destaca que Roma aún cuenta con un ejército poderoso y que su propio ejército no está equipado con el armamento necesario para asediar la ciudad. Además, menciona que su objetivo no es solo conquistar Roma, sino llevar a cabo una guerra más amplia. Maharbal, impresionado por la respuesta de Aníbal, muestra su lealtad y promete luchar a su favor. Aníbal le perdona y le ordena que se preparen para marchar hacia el sur. Después de la reunión, Maharbal sale de la tienda y se dirige hacia sus hombres, mientras los demás oficiales lo observan con curiosidad. Aníbal le explica a su hermano Magón que él se dirigirá a Neapolis para buscar un puerto de desembarco, mientras que Magón deberá ir a las ciudades Brutias para obtener refuerzos. Los hermanos celebran su victoria y disfrutan de la compañía de mujeres. Los centinelas observan la escena y ven a un inmenso ejército celebrando la victoria sobre Roma.

Capítulo sin nombre 67

En este capítulo, Publio llega a Roma con los supervivientes de Cannae y se dirige a la casa de Emilio Paulo, el cónsul caído. Emilia, la hija de Emilio Paulo, espera ansiosa noticias de su padre y le pide a Publio que le diga que no es cierto que ha muerto. Publio le confirma la triste noticia y Emilia, llena de ira y dolor, se lanza sobre él y lo golpea. Publio no se defiende y la deja desahogarse hasta que ella cae rendida. Luego, Publio lleva a Emilia a su habitación y se asegura de que esté bien. Después, se disculpa con la familia de Emilio Paulo y les agradece su apoyo. Lucio Emilio, el hermano de Emilia, le asegura que el compromiso entre Publio y Emilia sigue en pie y que la familia estará con ellos pase lo que pase en el juicio del Senado. Publio agradece el apoyo y promete cuidar de Emilia. La familia de Emilio Paulo reconoce el amor de Emilia hacia Publio y le pide a alguien que le lave las heridas. Publio es atendido en medio del silencio y la tristeza de la casa por la pérdida del cónsul.

Capítulo sin nombre 68

En este capítulo, se lleva a cabo una audiencia en el Senado de Roma para tomar decisiones importantes. El dictador Marco Junio Pera preside la reunión y se discute la grave situación en la que se encuentra la ciudad. Se decide reclutar más hombres, incluso esclavos y convictos, para enfrentar al ejército cartaginés. Sin embargo, también se reciben noticias de que muchas tribus y regiones están abandonando su lealtad a Roma y pasándose al bando cartaginés. Luego, los tribunos y oficiales que sobrevivieron a la batalla de Cannae son llevados al Senado para ser juzgados. Se decide perdonar a los tribunos, pero se destierra a los soldados supervivientes y se declara a las futuras legiones como "legiones malditas". Después, se debate si se debe pagar el rescate por los prisioneros en manos de Aníbal. Lucio Escribonio defiende la idea de pagar el rescate, pero Quinto Fabio Máximo se opone firmemente, argumentando que no se debe financiar al enemigo. Finalmente, se decide no pagar el rescate y los prisioneros son devueltos a Aníbal. El capítulo termina con Aníbal decidiendo qué hacer con los prisioneros, y ordena que algunos sean utilizados como rehenes y el resto sean entregados a los galos y los iberos para su diversión. La noche se llena de violencia y muerte, y al amanecer los buitres se alimentan de los cadáveres.

Capítulo sin nombre 69

En este capítulo, Publio regresa a la casa de los Emilio-Paulos para el funeral del padre de Emilia. Aunque no tienen el cuerpo del fallecido, realizan los ritos funerarios y desfilan por las calles de Roma con las imágenes de sus antepasados. Después de ocho días de luto, Publio finalmente se acerca a Emilia en el jardín de la casa. Ella llora y se disculpa por las cosas terribles que le dijo. Publio le cuenta las últimas palabras de su padre, quien le pidió que se casara con Emilia y que buscaran en un arcón en su habitación. Emilia confirma que Publio hizo lo correcto al alejarse de su padre en sus últimos momentos. Luego, van juntos a la habitación de su padre y encuentran dos tablillas con un mensaje para Emilia.

Capítulo sin nombre 70

En este capítulo, se narra cómo Tito, en medio de la guerra contra Aníbal, encuentra una forma de distraerse de su monótona vida en el molino. Durante sus largas caminatas antes del amanecer y al regresar a su habitación, Tito recuerda escenas de obras de teatro que había presenciado en el pasado. Especialmente, se sumerge en los recuerdos de una comedia griega de Demófilo que había aprendido a leer con su maestro Praxíteles. Tito se divierte recreando mentalmente las escenas y los juegos de palabras de la obra. Sin embargo, pronto se da cuenta de que necesita escribir lo que imagina y decide traducir la obra al latín. Para ello, busca papiro y utensilios de escritura en el mercado. Aunque el comerciante lo trata con desprecio, Tito está feliz de tener los materiales necesarios para comenzar a escribir. Esa noche, en su humilde habitación, Tito comienza a transcribir la introducción de su obra en el papiro, a pesar de las dificultades con la tinta y el papiro. Finalmente, Tito se detiene para reflexionar sobre el título de su obra y se queda dormido bajo la débil luz de su lámpara de aceite.

Capítulo sin nombre 71

En este capítulo, el rey Filipo V de Macedonia recibe a los embajadores cartagineses en su palacio. Filipo está preocupado por la expansión de Roma y busca aliados para detenerla. Los cartagineses le proponen un pacto para detener la expansión romana, pero Filipo se muestra escéptico debido a la desaparición de su embajador Jenófanes. Los embajadores explican que Jenófanes fue capturado por los romanos, pero que el pacto sigue en pie. Filipo examina el documento y asiente con la cabeza, indicando su aprobación. Luego, ordena que los embajadores sean tratados con hospitalidad y seguridad. Filipo discute la situación con su consejero Demetrio de Faros, quien ve la oportunidad de recuperar el trono. Filipo decide pactar con los cartagineses y atacar el protectorado romano en Iliria. Aunque tiene dudas sobre la capacidad de los romanos para resistir, Filipo está decidido a luchar y ver cómo se enfrentan a los cartagineses.

Capítulo sin nombre 72

En este capítulo, se habla de dos temas principales: el pacto entre Aníbal y Filipo V de Macedonia para luchar juntos contra Roma, y la unión de las familias de Publio Cornelio Escipión y Emilia Tercia a través de su matrimonio. En la casa de Emilia, se discute la fecha adecuada para la boda, y finalmente deciden que será en abril. Emilia expresa su superstición sobre casarse en mayo, y Publio accede a evitar ese mes. Luego, Publio regresa a casa bajo la lluvia y se siente feliz por la próxima boda. En abril, la noche antes de la boda, Emilia recoge sus juguetes de la infancia y se despide de su hermano Lucio. Luego, se viste con una túnica blanca y se prepara para la ceremonia. En el atrium de su casa, se lleva a cabo la ceremonia de consagración de juguetes y bulla, y el auspex anuncia que los auspicios son favorables para la unión. Después de la ceremonia, la pareja se dirige al jardín de la casa, donde se celebra un gran banquete con familiares y amigos. Durante la celebración, se discute la situación de la guerra contra Aníbal y se brinda por las victorias de los Escipiones en Hispania. Finalmente, llega el momento de la despedida y Publio y Emilia se retiran a su nuevo hogar. En la habitación, se consuma el matrimonio y Emilia experimenta una mezcla de miedo y felicidad.

Capítulo sin nombre 73

En este capítulo, titulado "Una pelea nocturna", Tito Maccio ha terminado de escribir su obra de teatro llamada "La Asinaria". Decide firmarla con un nombre completo al estilo romano y elige el cognomen "Plauto". Tito se dirige a presentar su obra a Rufo, pero en el camino es atacado por un grupo de jóvenes borrachos. Intenta proteger sus rollos de papiro, pero los jóvenes los arrojan al río. Tito se enfrenta a ellos en una pelea, pero es superado en número y golpeado brutalmente. Los triunviros llegan y dispersan a los jóvenes, pero no ayudan a Tito. Regresa a su habitación herido y desanimado, y descubre que solo le queda un pequeño trozo de papiro con su firma. Se acurruca en un rincón, esperando desangrarse y abandonar su vida de sufrimiento y soledad.

Capítulo sin nombre 74

En este capítulo, Catón espera a su mentor, Fabio Máximo, quien acaba de ser reelegido para un cuarto consulado en medio de la guerra contra Aníbal. Fabio Máximo critica la elección de cónsules sin experiencia militar y defiende la necesidad de líderes expertos en la guerra. Sus palabras generan controversia en el Senado y se convoca a nuevas elecciones, en las cuales Fabio Máximo es reelegido junto a Claudio Marcelo. Roma selecciona así a los hombres más experimentados para continuar la guerra contra Aníbal.

La mención de Aníbal causa preocupación en Roma, ya que su presencia amenaza el Estado. Fabio Máximo y Marcelo son considerados los únicos capaces de resistir al cartaginés, cada uno con sus habilidades estratégicas y audacia en el campo de batalla. Se espera que juntos puedan derrotar a Aníbal.

Catón informa a Fabio Máximo sobre la situación en diferentes frentes de batalla. Marcelo está asediando Siracusa, donde los siracusanos resisten con nuevas máquinas de guerra diseñadas por Arquímedes. En Capua, los romanos no logran tomar la ciudad y Aníbal ha enviado refuerzos. Además, Filipo V de Macedonia asedia Apolonia en la costa adriática.

Fabio Máximo decide enviar un pequeño contingente de tropas a Apolonia para ayudar en su defensa. Sin embargo, reconoce que esto no será suficiente para asegurar el control de ese frente y que se necesita una estrategia a largo plazo. Fabio Máximo menciona la importancia de tener enemigos de los enemigos, y propone buscar el apoyo de la liga etolia para enfrentarse a Macedonia.

Fabio Máximo revela a Catón su interés en los escritos de Kautilya, un consejero indio que escribió sobre gobierno y guerra. Fabio Máximo considera que la liga etolia podría convertirse en su mejor aliado en el futuro. Catón no comprende completamente la estrategia, pero reconoce la necesidad de encontrar soluciones para enfrentar a Aníbal y a Filipo V.

El capítulo concluye con Catón reflexionando sobre las palabras de Fabio Máximo y tratando de comprender sus planes. Las conversaciones con su mentor siempre le dan mucho que pensar.

Capítulo sin nombre 75

En este capítulo, los jinetes romanos llegan a Cirta, la ciudad del norte de África, donde se reunirán con Sífax, el rey númida. La ciudad está llena de restos de la guerra entre Sífax y el ejército cartaginés. Numidia está dividida en dos bandos, con Gaia en el este y Sífax en el oeste. Cartago quiere aprovechar esta división para controlar toda la región. Sífax decide pactar con los romanos, ya que ven en ellos un enemigo común. Mario, un centurión romano, es enviado a Numidia para negociar con Sífax. A su llegada a Cirta, es rodeado por jinetes númidas, pero logra comunicarse con ellos y es llevado ante Sífax. En una conversación con el rey, Mario propone adiestrar a sus tropas para luchar contra los cartagineses. Sífax acepta, pero advierte que espera resultados óptimos. Mario nota que Sífax habla de mujeres en medio de la negociación, lo cual le parece extraño.

Capítulo sin nombre 76

En este capítulo, Tito Maccio se encuentra en un estado de desesperación y desazón después de perder su obra escrita y sufrir una brutal paliza. A pesar de su sufrimiento físico y emocional, Tito decide volver a escribir su comedia y se dirige al mercado para comprar papiro y tinta. Después de seis meses de arduo trabajo, Tito reproduce su obra casi tal y como la había escrito inicialmente. Sin embargo, descubre que Rufo, el director de la compañía de teatro, ha desaparecido y su casa está abandonada. Tito busca información sobre Rufo y descubre que ha fallecido y que la compañía ahora está a cargo de Cayo Servilio Casca. Tito decide buscar a Casca para ofrecerle su obra, pero se encuentra con la resistencia de los esclavos y la desconfianza de Casca. Finalmente, Casca accede a leer la obra y, después de leerla, se muestra entusiasmado y se ríe a carcajadas. Tito espera nervioso el dictamen de Casca sobre su obra.

Capítulo sin nombre 77

En este capítulo, se sitúa la historia en Roma, en febrero del año 212 a.C., durante la guerra contra Cartago. La ciudad se encuentra en una situación crítica, con múltiples frentes abiertos y la supervivencia de Roma en juego. El joven Publio Cornelio Escipión, hijo y sobrino de los procónsules de Hispania, es elegido edil de Roma, un cargo que conlleva la gestión de asuntos de la ciudad y la organización de los juegos y festividades. A pesar de las dificultades y el desánimo generalizado, Publio se esfuerza por ayudar a los ciudadanos, distribuyendo aceite entre ellos.

En el día de las Lupercalia, una festividad en honor al dios Lupercus que promueve la fertilidad, Publio y su esposa Emilia se dirigen a la colina del Palatino. Durante la celebración, los luperci, sacerdotes semidesnudos, golpean a las mujeres jóvenes con tiras de piel de cabra para promover la fertilidad. Uno de los luperci se detiene frente a Emilia, pero al ver a Publio duda si golpearla. Emilia extiende su mano y Publio asiente, permitiendo que el luperci la golpee. Después de la ceremonia, Publio y Emilia se retiran, conscientes de que su falta de descendencia es motivo de preocupación.

De regreso a casa, Publio atiende a varios asuntos de la familia y del Estado. Recibe informes sobre la situación en Hispania, donde los procónsules de Escipión están luchando contra los cartagineses, y sobre la conquista de Siracusa por parte de Marcelo. También se entera de que las legiones quinta y sexta, que están en destierro, han pedido ser liberadas para participar activamente en la guerra. Sin embargo, Publio cree que Fabio Máximo, un senador influyente, no permitirá su regreso debido a su resentimiento hacia aquellos que sobrevivieron a la derrota en Cannae.

Después de las reuniones, Publio recibe a su amigo Lelio, quien le informa sobre los acontecimientos en Hispania y Sicilia. También discuten sobre la derrota en Cannae y la posibilidad de redimir su pasado. Publio siente que sus destinos están unidos y que tendrán la oportunidad de lavar su pasado juntos.

Más tarde, Publio se reúne con Casca, el director de una compañía de teatro, para discutir los festejos del año. Publio muestra su descontento con las propuestas de tragedias y comedia que Casca le presenta, pero finalmente acuerdan representar las tragedias de Livio, supervisar la comedia de Nevio y dar una oportunidad al nuevo autor Plauto. Publio confía en que estas obras entretendrán al pueblo y lo recordarán con agrado.

Casca se retira y reflexiona sobre las tareas que le esperan, tratando con los escritores y asegurándose de que las obras sean un éxito. Aunque existe la posibilidad de fracaso, Casca ve el año como lleno de posibilidades y está dispuesto a invertir su tiempo en el teatro.

Capítulo sin nombre 78

En este capítulo, Maharbal contempla las murallas de Tarento y se pregunta por qué Aníbal quiere tomar esa ciudad en lugar de proteger el territorio que ya tienen en Italia central. Aníbal le explica que Tarento es una ciudad aliada a Roma y su toma fortalecería la posición de Cartago en el sur de Italia. Además, Aníbal hace dos profecías: que Asdrúbal derrotará a los procónsules romanos en Iberia y se unirá a los galos en el norte de Italia, y que esa misma noche tomarán Tarento. Filémeno y sus hombres se preparan para abrir las puertas de la ciudad y permitir la entrada del ejército cartaginés. Mientras tanto, en la ciudadela, los romanos se preparan para resistir el asedio. Finalmente, los cartagineses toman Tarento, excepto por la ciudadela, donde los romanos se han atrincherado. Maharbal se preocupa por el hecho de que la toma de Tarento no esté completa y se pregunta si las profecías de Aníbal también podrían fallar. Sin embargo, decide no preocuparse y se concentra en asegurar el control de la ciudad.

Capítulo sin nombre 79

En este capítulo, los personajes se encuentran en la domus de los Escipiones, preocupados por la ausencia de noticias. Publio, el joven edil de Roma, está distraído y preocupado por algo que desconocen los demás. Lelio intenta distraer la conversación hablando sobre la decisión del Senado respecto a la petición de Marcelo. Se trata de las legiones quinta y sexta, conocidas como los desterrados de Cannae, que han sido condenadas a permanecer en el destierro permanente. Publio muestra interés por el tema, pero su preocupación principal vuelve a apoderarse de él. En ese momento, su madre, Pomponia, entra en el atrium con una esclava que lleva a un bebé recién nacido envuelto en una manta ensangrentada. Pomponia le dice a Publio que es una niña y que le corresponde a él aceptarla o desecharla. Publio decide aceptarla y la llama Cornelia. Se marcha en busca de la madre del bebé, dejando a los demás en el atrium. Pomponia asegura que Emilia, la hermana de Lucio Emilio, está bien después del parto y les pide que no la visiten por el momento. Lelio sugiere celebrar el nacimiento y Pomponia está de acuerdo. En poco tiempo, el atrium se llena de comida y bebida para celebrar el buen desenlace del parto.

Capítulo sin nombre 80

En este capítulo, Tito Maccio Plauto se encuentra en el teatro supervisando los preparativos para el estreno de su obra. Está preocupado por el posible sabotaje de la otra compañía de teatro y por la presencia de gladiadores que podrían atraer más público que su comedia. Casca, un miembro de la compañía, le asegura que ha tomado medidas de seguridad para evitar problemas y le anima a tener confianza en su obra. Tito también se preocupa por los actores de su compañía, especialmente por Líbano, que necesita beber para salir a escena. Casca le aconseja darle vino para que pueda actuar correctamente. Antes del estreno, Tito se encuentra con el edil de Roma y su familia en el público. Comienza la representación de la obra "La Asinaria" y Tito interpreta el papel de Cleéreta debido a la ausencia del actor original. A pesar de las burlas de la otra compañía y algunos problemas con los actores, la obra continúa. En el segundo acto, Líbano, bajo los efectos del vino, logra actuar con éxito y mantener la atención del público. La trama de la obra se desarrolla con la aparición de Leónidas, otro esclavo de la casa de Deméneto, quien se hace pasar por el atriense para cobrar el dinero que el mercader debe a Deméneto. Tito se sorprende de la actuación de Líbano y continúa la representación con éxito.

Siguiendo este capítulo, Tito Maccio Plauto observa cómo su obra teatral comienza a tener éxito y a cautivar al público. Mientras tanto, en el escenario, Líbano se enfrenta al mercader y finge ser el atriense de la casa para evitar que le entregue el dinero a Sáurea. El mercader describe a Leónidas como el atriense y Líbano lo confirma, convenciendo al mercader de que es el verdadero atriense. Los hombres de Casca continúan eliminando a los alborotadores y el público se divierte con la trama urdida por los esclavos. Finalmente, Líbano convence al mercader de entregarle el dinero a Leónidas, pero este último decide burlarse de Argiripo y Filenia antes de entregarles el dinero. Mientras tanto, se anuncia la llegada de gladiadores al teatro, lo que preocupa a Tito. A pesar de esto, la obra continúa y el público sigue interesado. En el cuarto acto, Diábolo y su parásito redactan un contrato con cláusulas absurdas para Cleéreta. En el quinto acto, Argiripo presencia a su padre Deméneto junto a Filenia y debe soportar las humillaciones. Artemona y el parásito planean vengarse de Deméneto y acuden a su esposa para contarle sobre la infidelidad de su marido. Artemona interrumpe a Deméneto y Filenia y se lleva a su marido a casa. La obra termina con el aplauso del público y Tito Maccio Plauto se siente emocionado y reconocido por su trabajo.

Capítulo sin nombre 81

En este capítulo, se describe la situación de la ciudad de Capua, que se encuentra bajo asedio romano desde hace dos años. Capua se había pasado al bando cartaginés después de la derrota romana en Cannae, lo que llevó a muchos otros pueblos en Italia central a seguir su ejemplo. Los romanos están decididos a recuperar Capua y han rodeado la ciudad con empalizadas y fosos. A pesar de algunas victorias de Aníbal, los romanos mantienen un asedio continuo sobre la ciudad.

Mientras tanto, Aníbal se ve obligado a regresar al sur para poner orden en Tarento, donde la guarnición romana sigue resistiendo el asedio cartaginés. Recibe la noticia de un mensajero de Capua que informa que la situación en la ciudad es insostenible y que necesitan ayuda o se rendirán. Aunque Aníbal muestra incredulidad ante la idea de rendición, decide regresar al norte para romper el asedio y permitir que los campanos se aprovisionen de víveres y agua para el invierno.

Aníbal reflexiona sobre la difícil situación en la que se encuentra. A pesar de las victorias pasadas, no tiene suficientes recursos ni refuerzos para llevar a cabo una invasión exitosa. Capua se ha convertido en el símbolo de la guerra entre romanos y cartagineses, y Aníbal sabe que quien controle la ciudad tendrá ventaja en la guerra. Por lo tanto, toma la decisión de buscar una solución desesperada o genial, encomendándose a Baal para que le muestre el camino a seguir.

Capítulo sin nombre 82

En este capítulo, Mario Juvencio Tala llega a Roma como mensajero. Cabalga por las calles de la ciudad cubierto por una túnica polvorienta y pasa desapercibido debido a la sensación de desaliento que emana de él. Llega a la casa de los Escipiones y es recibido por la familia. Les informa de la muerte de Publio y Cneo Cornelio Escipión en la guerra contra los cartagineses en Hispania. La noticia deja a todos en shock y sumidos en el dolor. Mientras tanto, en Hispania, el ejército romano liderado por Cneo se enfrenta a los cartagineses. A pesar de su valentía, los romanos son superados en número y Cneo muere en combate. Mario y algunos legionarios logran escapar y se dirigen a Roma para informar al Senado de lo sucedido. Publio, devastado por la noticia, se retira a la biblioteca de su padre para reflexionar sobre su futuro y el de su familia. Se siente indigno de ocupar el lugar de su padre y su tío y cree que la familia de los Escipiones ha llegado a su fin.

Capítulo sin nombre 83

En este capítulo, nos encontramos en Campania, durante el invierno del año 211 a.C. Maharbal y su grupo de hombres se encuentran en Capua, cerca de los campamentos romanos que rodean la ciudad. Observan el valle lleno de fosos, soldados y máquinas de guerra romanas. A pesar de la dificultad de romper el asedio, Maharbal confía en una "arma secreta": Aníbal.

Maharbal y su grupo regresan al ejército cartaginés, esperando encontrar un gran campamento preparándose para una batalla. Sin embargo, se sorprenden al ver que el ejército africano se dirige hacia el norte en lugar de hacia Capua. Maharbal se acerca a Aníbal y le pregunta sobre el campamento, pero Aníbal responde que no lo levantarán hasta el anochecer. Maharbal no entiende por qué se alejan de su objetivo, pero Aníbal menciona que todo depende de cuál sea su destino y reflexiona sobre ello.

Maharbal se queda en silencio mientras el ejército de Cartago continúa avanzando hacia el norte, dejando atrás Capua. Se pregunta por qué Aníbal se aleja de la ciudad aliada que tanto necesitaba su ayuda. Aníbal, sumido en sus pensamientos sobre el destino, conduce al ejército hacia su próximo destino desconocido.

Capítulo sin nombre 84

En este capítulo, la viuda de un procónsul de Roma, Pomponia, se encuentra en su casa rodeada de amigos y clientes de la familia. Uno de los clientes, Tiberio Graco, hace comentarios ofensivos sobre la muerte del pater familias de la casa y sugiere que Pomponia debería encargarse de los asuntos en lugar del fallecido. Pomponia responde con ironía y explica que el nuevo pater familias es el edil de Roma, que está a punto de regresar. Emilia, la hija política de Pomponia, va a buscar al edil, Publio, a la biblioteca y le transmite el mensaje de su madre. Publio decide asumir la responsabilidad de la familia y anuncia que se hará cargo de los negocios y propiedades. Luego, Publio libera a Cayo Lelio de su juramento de protección y expulsa a Tiberio Graco de la casa. Publio continúa explicando su plan de acción y, de repente, se escucha un gran tumulto en la calle. Un esclavo sale a investigar y regresa con la noticia de que Aníbal está a las puertas de Roma.

Capítulo sin nombre 85

En este capítulo, Fabio Máximo observa desde las murallas de Roma a un jinete que podría ser Aníbal. Mientras tanto, en el Senado, se debate sobre cómo enfrentar la presencia del general cartaginés. Fabio Máximo propone resistir y no retirar las tropas de Capua. Finalmente, se decide enviar un ejército consular en ayuda de Roma. Aníbal, por su parte, se prepara para atacar la ciudad, pero una tormenta inesperada lo obliga a retirarse. Fabio Máximo se alegra de la victoria sin combate y Publio regresa a Roma para reunirse con su esposa Emilia. Aníbal y Maharbal se retiran hacia el sur, mientras Aníbal espera la llegada de su hermano Asdrúbal desde Hispania.

Capítulo sin nombre 86

En este capítulo, la ciudad de Capua cae en manos de los romanos y Aníbal se refugia en Tarento y el Bruttium. El Senado de Roma decide ocuparse de Hispania para evitar que Asdrúbal llegue a Italia con un nuevo ejército. Claudio Nerón se postula como candidato para ser procónsul de Hispania, a pesar de las advertencias de Fabio Máximo sobre la peligrosidad de la región. Nerón llega a Hispania y logra algunas victorias, pero su campaña se ve empañada por una negociación fallida con Asdrúbal. Finalmente, Nerón se da cuenta de que los cartagineses han abandonado el desfiladero y se retira de Hispania, fracasado y avergonzado. De regreso en Roma, Fabio Máximo le comenta a Nerón que Hispania es un destino maldito para los romanos y que deben buscar a alguien más para enfrentarse a los cartagineses. En el Campo de Marte, se convoca a una reunión para elegir un nuevo magistrado que lidere las tropas romanas en Hispania. Publio Cornelio Escipión se postula como candidato, a pesar de su juventud. Fabio Máximo y otros senadores dudan de su capacidad, pero la multitud lo apoya y finalmente es elegido como procónsul de Hispania.

Capítulo sin nombre 87

En este capítulo, Publio regresa a su casa después de recibir la noticia de que ha sido aceptado por el Senado para ser procónsul en Hispania. Sabe que esta decisión causará dolor a su madre, ya que ha perdido a su esposo y a su cuñado en ese país. Publio reflexiona sobre sus propias dudas y temores, cuestionando si está preparado para enfrentarse a los cartagineses en Hispania. A pesar de esto, confía en que Emilia, su esposa, lo apoyará en su decisión. Publio también considera la posibilidad de dejar a Emilia con su madre para que la consuele durante su ausencia. Sin embargo, sus pensamientos son interrumpidos por la llegada de Cayo Lelio, quien critica la decisión de Publio de ir a Hispania sin contar con sus amigos y oficiales. Publio y Lelio discuten brevemente, pero finalmente acuerdan que Lelio lo acompañará a Hispania. Más tarde, Publio es interrumpido por un oficial del Senado que le informa que están debatiendo revocar su nombramiento. Publio decide ir al Senado para aclarar la situación y es acompañado por su madre, Emilia, Lelio y otros oficiales. En el Senado, Fabio Máximo lidera el debate y argumenta en contra del nombramiento de Publio debido a su juventud e inexperiencia. Publio acepta la decisión del Senado de no nombrarlo procónsul, pero propone que se le permita ir a Hispania como general para proteger a Roma de Asdrúbal. Después de un debate, el Senado acepta la propuesta de Publio y lo nombra general para la campaña en Hispania, aunque sin el rango de procónsul. Fabio Máximo acepta la decisión y Publio se convierte en el líder de la expedición a Hispania.

Capítulo sin nombre 88

En este capítulo, Plauto espera en el vestíbulo de la mansión de Publio Cornelio Escipión. Observa la decoración de la casa, llena de referencias a los antepasados cónsules de la familia Escipión. Plauto reflexiona sobre su propia vida y cómo ha mejorado desde el éxito de sus obras de teatro. Casca, su amigo, le anima a aceptar la invitación de Escipión y le recuerda que fue él quien le dio la oportunidad de estrenar su primera obra. Plauto acepta la invitación y se encuentra con Escipión en la biblioteca de la casa. Escipión le explica que quiere que Plauto tenga acceso libre a la biblioteca y que lea y consulte los libros que desee. Plauto acepta y se siente honrado por la oferta. Escipión le cuenta que tuvo un presentimiento de la muerte de su padre el día del estreno de una de las obras de Plauto. Plauto se queda solo en la biblioteca y elige un rollo de una obra de teatro sin título para empezar a leer.

Capítulo sin nombre 89

En este capítulo, Publio se encuentra en un barco rumbo a Hispania después de la muerte de su padre y su tío. A pesar de haber presenciado la guerra de cerca, la caída de su familia ha hecho que su mundo se desmorone. Publio anhela recuperar la Roma en la que creció y busca encontrar consuelo en su esposa Emilia. Mientras tanto, Cayo Lelio dirige la flota y Escipión decide bordear la costa de Etruria y la Galia para evitar riesgos innecesarios en alta mar. A pesar de la falta de tropas, Escipión confía en crear problemas a los cartagineses en Hispania. Publio y Emilia discuten sobre si ella debe acompañarlo, pero finalmente acuerdan que ella se quedará en Tarraco por seguridad. Publio se despide de su madre y se encuentra con Emilia y su hija Cornelia en el camarote. A pesar de las dificultades del viaje, encuentran consuelo el uno en el otro y se entregan a la pasión en silencio para no despertar a la niña.

Capítulo sin nombre 90

En este capítulo, Fabio Máximo observa la partida de la flota desde el puerto de Ostia junto a Catón. Fabio decide regresar a Roma y explica a Catón que no espera que el joven regrese, ya que solo cuenta con dos legiones y unos diez mil hombres en Hispania, mientras que los ejércitos púnicos tienen entre veinticinco mil y treinta mil hombres cada uno. Fabio se preocupa por mantener las arcas del Estado con suficientes recursos y planea persuadir a las familias importantes de Roma para que aporten fondos extraordinarios. También menciona que tiene un plan y que se reunirá con los cónsules para discutirlo. Fabio revela parte de su estrategia a Catón, que consiste en enviar a Claudio Marcelo contra Aníbal, mientras Levino irá a negociar con los etolios en Grecia. Fabio explica que este año solo observarán desde la distancia y que el próximo año será cuando entren en acción en el sur.

Capítulo sin nombre 91

En este capítulo, Lucio Marcio Septimio espera la llegada del nuevo general romano de Hispania, Publio Cornelio Escipión. Marcio reflexiona sobre la juventud de Escipión y la falta de importancia que Roma parece darle a la situación en Hispania debido a la guerra contra Aníbal en Italia. Finalmente, Escipión llega al frente de un ejército de diez mil hombres y se detiene frente a Marcio. Después de saludarlo, Escipión invita a Marcio a sus aposentos para que le cuente todo lo que ha sucedido en Hispania desde la llegada de los procónsules hasta su muerte. Marcio acepta y se une a Escipión y a su ejército en el camino hacia Tarraco. Marcio se siente aliviado por la actitud de Escipión y espera que bajo su liderazgo se pueda establecer una estrategia razonable para proteger las fronteras de Hispania. Sin embargo, desconoce que Escipión tiene planes más ambiciosos para el futuro.

Capítulo sin nombre 92

En este capítulo, Casca está preocupado por la idea de Plauto de hacer una tragedia en lugar de una comedia. Casca argumenta que la gente necesita diversión y entretenimiento en tiempos de guerra, y que una tragedia no cumpliría con ese propósito. Plauto intenta convencer a Casca de que su obra será divertida y que los dioses también tendrán un papel importante en ella. Casca advierte a Plauto sobre las posibles consecuencias de burlarse de los dioses y la religión romana. A pesar de las objeciones de Casca, Plauto está decidido a seguir adelante con su proyecto. También se menciona que Casca está preocupado por la partida de Escipión a Hispania, ya que no pueden permitirse perder a más personas influyentes en el teatro. Finalmente, Casca decide olvidar sus preocupaciones y beber vino para calmar sus nervios.

Capítulo sin nombre 93

En este capítulo, Lelio, el almirante de la flota romana, llega al puerto de Tarraco escoltado por veinte legionarios. Se dirige al puerto pesquero de la ciudad, donde se encuentran los pescadores locales. Aunque los pescadores tienen una buena relación comercial con las legiones romanas, mantienen cierta distancia y desconfianza hacia los legionarios. Lelio tiene órdenes de romper esa distancia y se acerca a Ilmo, uno de los pescadores más aventureros y conocidos de la zona. Lelio le pide a Ilmo que lo acompañe, ya que hay personas que desean hablar con él. Aunque Ilmo siente temor, Lelio le asegura que no le harán daño y que incluso podría beneficiarse de la situación. Lelio ofrece a Ilmo una generosa recompensa en oro y sal a cambio de su colaboración. Después de meditarlo, Ilmo acepta la oferta y se dirige hacia el corazón de la ciudad junto a Lelio y los legionarios.

Capítulo sin nombre 94

En este capítulo, Publio, el jefe militar romano en Hispania, se encuentra en su mansión en Tarraco junto a su esposa Emilia. Publio se levanta de la cama y se viste para encontrarse con su lugarteniente, Cayo Lelio, en el tablinium. Allí, discuten sobre los planes de la próxima campaña militar. Publio revela a Lelio que tienen información confidencial de que los cartagineses están reclutando más mercenarios y que el líder númida Masinisa se unirá a ellos en Hispania. Ante esta amenaza, Publio propone un plan audaz: atacar la ciudad de Cartago Nova en solo seis días. Aunque Lelio considera que es una locura, acepta seguir a Publio y llevar la flota romana hasta la ciudad. Publio explica que si el plan falla, podrán retirarse por mar. Aunque Lelio duda de la viabilidad del plan, acepta seguir a Publio y le asegura su lealtad. Después de la reunión, Lelio se retira y Publio se queda pensando en el plan. Más tarde, Emilia se une a él en la habitación y le pregunta sobre la conversación con Lelio. Publio confiesa que no está seguro de si el plan funcionará.

Capítulo sin nombre 95

En este capítulo, Escipión se despide de Emilia y parte temprano en la mañana hacia el sur de Hispania. Acompañado por sus lictores, cabalga rápidamente hacia su objetivo: Cartago Nova. A pesar de las dudas y la falta de confianza de algunos de sus hombres, Escipión confía en la sorpresa como su mejor arma. Llega al campamento de invierno de las legiones establecidas en Hispania y se da cuenta de la importancia de su ejército. Sin embargo, también se da cuenta de lo poco que son en comparación con los cartagineses. A pesar de las dificultades, Escipión sigue adelante con su plan y se dirige hacia el sur, dejando tropas para controlar el norte del Ebro. Durante la marcha, los soldados comienzan a quejarse por el cansancio y la falta de combate. Escipión reprende a un centurión y a sus hombres por sus quejas y les advierte que demostrará su valía en el campo de batalla. A pesar de las dificultades, Escipión sigue adelante con su plan y establece un campamento de aprovisionamiento en Suero. A medida que avanzan, los soldados comienzan a cuestionar el propósito de la marcha y se preguntan hacia dónde se dirigen. A pesar de las dudas, Escipión sigue adelante y continúa liderando a sus hombres hacia el sur. En el mar, Lelio observa la flota y se pregunta por qué Escipión ha decidido llevarlos consigo. Ilmo, el pescador que actúa como guía, se preocupa por el éxito de la empresa y por la seguridad de su familia. A pesar de sus dudas, acepta ayudar a Escipión a cambio de protección para su familia. A medida que se acercan a Cartago Nova, Ilmo comienza a dudar de su capacidad para cumplir su parte del trato.

Capítulo sin nombre 96

En este capítulo, se narra cómo Fabio Máximo, cónsul de Roma, ha sido reelegido por quinta vez y se prepara para tomar la ciudad de Tarento. Fabio ha planeado esperar a que las tropas de Aníbal y Marcelo estén agotadas antes de intervenir. Una vez que ha sido elegido cónsul, Fabio se dirige a Tarento con su flota y desembarca cerca de la ciudad. Explica a Catón que la flota cartaginesa está lejos, ayudando a Filipo en el Adriático. Fabio ha ganado la voluntad del prefecto brucio de la muralla de Tarento a través de la hermana de Régulo, un brucio leal a Roma. Fabio y Catón cenan juntos en el camarote del buque de guerra y luego reciben a Régulo, quien cuenta la historia de su hermana y el prefecto brucio. Fabio planea atacar la ciudad por tierra y mar al mismo tiempo. La flota romana ataca el puerto y las tropas de Fabio avanzan hacia la muralla. A pesar de la resistencia de los defensores, los romanos logran tomar la ciudad y se desata una masacre. Fabio ordena matar a todos los que se rindan y saquear la ciudad. Catón se encuentra con Régulo y su hermana, y los protege de los soldados romanos. Fabio se retira a descansar y advierte a Catón que no se interponga entre sus órdenes y sus hombres.

Capítulo sin nombre 97

En este capítulo, se narra el inicio del asedio de Cartago Nova por parte del ejército romano liderado por Publio Cornelio Escipión. El capítulo comienza con un centinela cartaginés que observa desde las murallas de la ciudad la llegada de un gran ejército romano. A pesar de las órdenes del general cartaginés Magón de resistir el asedio, el soldado cartaginés no puede evitar sentir temor ante la magnitud del ejército enemigo.

Mientras tanto, Magón se despierta en su palacio junto a una joven esclava ibera. Al enterarse del asedio, se dirige rápidamente a las murallas para evaluar la situación. A medida que los romanos avanzan, la ciudad entera se despierta y se prepara para la defensa.

Por otro lado, en el campamento romano, Publio Cornelio Escipión organiza a sus tropas y comienza a preparar el asedio. Aprovechando la llegada de una flota romana al mando de Cayo Lelio, los romanos cuentan con una fuerza poderosa para protegerse de un ataque por mar y para levantar rápidamente el campamento.

Finalmente, el capítulo culmina con el inicio del combate entre los romanos y los cartagineses. A pesar de la resistencia de los defensores de Cartago Nova, los romanos logran avanzar y hacer retroceder a los cartagineses. Sin embargo, la falta de armas de asedio y el cierre de las puertas de la ciudad impiden a los romanos tomar la fortaleza. Publio Cornelio Escipión ordena la retirada y los romanos regresan a su campamento.

Quinto Terebelio, un centurión romano, observa la batalla desde lejos y lamenta no poder participar en el combate. A pesar de la decepción, Quinto reconoce la estrategia del general romano y confía en que eventualmente lograrán la victoria.

Capítulo sin nombre 98

En este capítulo, continúan los combates en Cartago Nova. Los cartagineses se mantienen firmes en la defensa de las murallas y los romanos no logran avanzar. Publio dirige los ataques desde el mar y decide atacar por la muralla norte, que es menos protegida. Quinto Terebelio y sus hombres son enviados a través de la laguna para escalar la muralla norte. Antes de la batalla, Publio realiza un sacrificio a Neptuno para obtener su ayuda. Quinto y sus hombres logran cruzar la laguna y escalar la muralla norte, mientras que Publio y sus tropas atacan por la muralla oriental. Los romanos logran avanzar en la ciudad y se enfrentan a los defensores cartagineses. A pesar de la resistencia, los romanos logran tomar el control de la ciudad. En la muralla sur, Lelio lidera el ataque de la flota romana, pero es herido y cae al mar. Los romanos continúan luchando y logran avanzar en la ciudad. Sin embargo, en la muralla oriental, Publio es herido y cae al vacío.

Capítulo sin nombre 99

En este capítulo, Plauto regresa a casa después de hacer compras en el mercado y se refugia en su habitación para escribir. Casca, su protector, lo observa desde el tablinium y decide no molestarlo, ya que la concentración de Plauto es la fuente de ingresos de ambos. Casca revisa las cuentas y se preocupa por la obsesión de Plauto por escribir una tragicomedia que mezcla personajes divinos y humanos. A pesar de sus dudas, Casca decide dejar que Plauto siga adelante con su obra, con la condición de revisarla antes de enviarla a los ediles de Roma.

Plauto se sienta en su silla de escribir y coloca las hojas de papiro que acaba de comprar sobre la mesa. Disfruta de la textura de las hojas y de su tamaño, más grande de lo habitual. Plauto elige diferentes stilus y tarros de tinta para escribir, y se sumerge en su pequeño mundo de escritura. Recuerda su vida anterior de pobreza y hambre, pero ahora se siente reconocido y aplaudido como escritor.

Comienza a escribir el primer acto de su obra, pero se detiene y duda sobre cómo continuar. Borra algunas líneas peligrosas y se debate entre la censura y su deseo de expresarse libremente. Finalmente, decide reescribir las líneas borradas y continúa escribiendo durante horas, olvidándose de comer.

La tarde cae sobre Roma y Plauto deja la pluma sobre la mesa. Aunque está cansado, tiene gran parte de la primera escena escrita. Reflexiona sobre cómo hacerla más cómica y decide que Mercurio golpee al esclavo Sosia para detenerlo. Plauto se siente agotado y agobiado por la guerra y el sufrimiento que rodea a Roma, pero sabe que su tarea es entretener al pueblo y hacerles olvidar sus problemas. A pesar de la incertidumbre y el desasosiego de la creación, Plauto se seca el sudor de la frente y decide descansar un poco y comer algo.

Capítulo sin nombre 100

En este capítulo, Publio se sienta en las escalinatas del foro de Cartago Nova después de la conquista de la ciudad. Los lictores lo rodean para protegerlo, ya que aún puede haber enemigos ocultos. A su alrededor, los legionarios reorganizan los manípulos y se escuchan los gritos de los ciudadanos que son abatidos por los romanos. Marcio se acerca a Publio y le informa sobre la situación actual: el general cartaginés se ha refugiado en la ciudadela y quiere negociar. Publio decide detener la matanza y confiscar los recursos de la ciudad, pero respetar la vida de todos hasta nueva orden. También ofrece perdonar la vida al general cartaginés si se rinde en una hora. Los oficiales están confundidos por esta decisión, pero Publio insiste en que se cumplan sus órdenes. Más tarde, se entera de que Lelio ha muerto en la batalla y se siente devastado. Sin embargo, recibe la noticia de que Lelio ha sido encontrado con vida y herido. Publio va a verlo y se alegra de que esté vivo. Luego, Publio se ocupa de la ciudad, liberando a los rehenes y tratando a los prisioneros con generosidad. También decide otorgar dos coronas murales, una a Sexto Digicio y otra a Quinto Terebelio, por su valentía en la conquista de la ciudad. Publio recibe noticias de que los carpetanos enviarán jinetes para unirse a su ejército y también recibe una carta de Emilia, quien le informa que está embarazada. Publio se siente feliz y se retira a descansar. Al amanecer, recibe la noticia de que los carpetanos enviarán jinetes para unirse a su ejército y también recibe una carta de Emilia, quien le informa que está embarazada. Publio se siente feliz y se retira a descansar.

Capítulo sin nombre 101

En este capítulo, Aníbal se encuentra en Metaponto después de la caída de Tarento. Reflexiona sobre las derrotas sufridas y la difícil situación en la que se encuentran. A pesar de todo, Aníbal mantiene la esperanza y decide resistir. Explica a Maharbal su estrategia: aprovechar la confianza de los romanos y su agotamiento para atacar. Además, planea un ataque conjunto con su hermano Asdrúbal desde el norte y los galos. También menciona la importancia de acabar con los generales romanos Marcelo y Máximo antes de la llegada de Asdrúbal. Aníbal reconoce la valentía de Escipión, pero confía en que Asdrúbal pueda hacer frente a él. A pesar de las derrotas sufridas, Aníbal está decidido a continuar la guerra de resistencia y agotamiento contra los romanos.

Capítulo sin nombre 102

En este capítulo, Asdrúbal Barca recibe la noticia de que los romanos han tomado Qart Hadasht, liderados por un joven general de la familia Escipión. Aunque no se muestra tenso, Asdrúbal ordena que se prepare todo el ejército, incluyendo la infantería africana, la caballería númida, los honderos baleáricos y los elefantes. Mientras tanto, en Roma, Fabio Máximo se enfurece al enterarse de la toma de Cartago Nova por parte de Escipión. A pesar de sus esfuerzos por acallar los rumores de traición en su conquista de Tarento, las murmuraciones persisten. En una conversación con Catón, Fabio Máximo sugiere la posibilidad de utilizar una traición para debilitar a Escipión. Catón propone utilizar a Marcio Septimio, un antiguo centurión, para sembrar la discordia. Sin embargo, Fabio Máximo considera que esta estrategia es demasiado obvia y decide atacar donde más le duele a Escipión.

Capítulo sin nombre 103

En este capítulo, Cayo Lelio entra en la sala del palacio de Qart Hadasht y encuentra a Publio sentado frente a una mesa llena de documentos y mapas. Lelio recuerda cómo conoció a Publio cuando era solo un niño y cómo ha madurado hasta convertirse en un general victorioso. Publio se da cuenta de la presencia de Lelio y lo invita a sentarse. Hablan sobre la conquista de Cartago Nova y la necesidad de refuerzos para enfrentar a los ejércitos cartagineses restantes en Hispania. Publio le pide a Lelio que vaya a Roma y hable con el Senado para obtener esos refuerzos. También le encarga entregar cartas a su madre, a Lucio Emilio y a su hermano. Además, le pide que, si Plauto ha estrenado una nueva obra, asista a su representación y le cuente cómo fue. Finalmente, Publio revela su preocupación por el futuro de la guerra y cómo tendrá que llevar a sus tropas hasta el límite de sus fuerzas, incluso hasta el infierno.

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