Sombras de la Plaza Mayor

16 minutos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, el narrador se encuentra en la Plaza Mayor de Madrid, observando el bullicioso ambiente y tomando notas en su cuaderno. En ese momento, un pintor desconocido se acerca a él y le muestra un cuadro inacabado de la plaza, que transmite una sensación de soledad y oscuridad. El pintor le dice al narrador que la plaza no tiene nada interesante durante la tarde, solo turistas y actividades comerciales, pero que en la noche aparecen las sombras, los desheredados y los criminales, aquellos con historias intensas. Intrigado por las palabras del pintor, el narrador acepta su desafío de visitar la plaza en la madrugada del miércoles. El pintor se marcha y el narrador, curioso por descubrir más sobre la plaza, busca información en internet y decide acudir a la cita nocturna. Aunque piensa que el pintor podría ser un personaje inventado por su imaginación, está decidido a no dar la espalda a los personajes sombríos que lo esperan en la plaza.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, el protagonista narra cómo se escapa de su casa en la madrugada para ir a la Plaza Mayor. Al llegar, se encuentra con el pintor que había conocido días atrás y descubre que la plaza está habitada por personas sin hogar. El pintor le cuenta la historia de uno de los habitantes, llamado el Botas, y cómo la crisis económica los ha llevado a vivir en la calle. El protagonista reflexiona sobre la dureza de vivir en la intemperie y se sorprende al descubrir que el pintor también es uno de ellos. Luego, el pintor le cuenta la historia de la estatua de Felipe III, que en realidad era una trampa mortal para pájaros. El protagonista se impresiona con la historia y el pintor le habla de las muertes y sombras que acechan en la plaza. Después, el pintor señala a una chica que llora en un banco y se aleja, dejando al protagonista intrigado. El protagonista se acerca a la chica, pero ella se asusta y huye. Antes de desaparecer, le sonríe al protagonista.

Capítulo sin nombre 3

En este capítulo, el protagonista continúa buscando al misterioso pintor en la Plaza Mayor, pero no logra encontrarlo. Aunque encuentra otros artistas, ninguno de ellos pinta con los mismos tonos ocres que el pintor desconocido. Además, el protagonista comienza las clases en el instituto y se convierte en guía del museo del San Isidro. Mientras muestra las joyas del museo, se pregunta sobre las historias que esconden las escaleras y se siente inspirado para sus relatos. Un miércoles, en la cafetería del instituto, se encuentra con la chica que vio llorando en la Plaza Mayor. Aunque no hablan, el protagonista siente una conexión especial con ella. Luego, el protagonista investiga sobre la historia de la Plaza Mayor y descubre que un noble llamado don Rodrigo Calderón fue ejecutado allí en 1621. El pintor le había hablado de este personaje y el protagonista encuentra información sobre él en internet. Después, el protagonista vuelve a la Plaza Mayor y encuentra al pintor detrás de su caballete. El pintor le muestra un cuadro de la chica llorando y le pide al protagonista que le ayude a pedirle perdón. A cambio, le ofrece regalarle el cuadro. El protagonista acepta, pero también le pide al pintor que le cuente su historia. Sin embargo, el pintor se niega y le dice al protagonista que le pida a la chica que se la cuente. El pintor se despide y el protagonista se da cuenta de que está cerca del palacio de Santa Cruz, donde se encontraba la cárcel más terrible de Madrid y donde fue ejecutado don Rodrigo Calderón.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, el narrador revela que el nombre de la chica es Inés y que está obsesionado con ella. Después de una semana, finalmente la encuentra en la biblioteca y se sienta a su lado. Le susurra su nombre y ella se sorprende al reconocerlo. El narrador le cuenta que la vio en la Plaza Mayor y ella sale corriendo al escuchar el nombre de Rodrigo. El narrador se queda confundido y preocupado por la reacción de Inés. Por la noche, no puede dormir y se pregunta si Rodrigo es un fantasma. A pesar de no creer en fantasmas, el narrador se siente inquieto por la extraña personalidad de Rodrigo. Al día siguiente, el narrador se encuentra con Inés en la cafetería y la invita a pasar la tarde juntos. Antes de encontrarse con Inés, el narrador se encuentra con Rodrigo en la Plaza Mayor y le cuenta lo que Inés le dijo sobre su muerte. Rodrigo explica que Inés se refiere a que está muerto para ella, ya que la abandonó en un momento difícil. Rodrigo le pide al narrador que le lleve dos cuadros a Inés como muestra de que la tiene presente. El narrador acepta y se va con los cuadros, pero se siente confundido y preocupado por la situación.

Capítulo sin nombre 5

En este capítulo, el narrador se encuentra con Inés en el patio del instituto y se siente tranquilo y feliz al verla. Sin embargo, la presencia de los cuadros de Rodrigo interrumpe su felicidad. Inés le pregunta sobre los cuadros y él le explica que Rodrigo se los ha dado. Inés comenta que Rodrigo sigue utilizando al narrador y él se ofende. Luego, cambian de tema y el narrador le propone mostrarle el museo del instituto. Durante la visita, Inés le cuenta su historia con Rodrigo y cómo él la abandonó cuando más lo necesitaba. El narrador también le cuenta algunas historias que Rodrigo le ha contado. Después de la visita, deciden separarse y el narrador intenta abrazar a Inés, pero ve a Rodrigo acechando y la aparta bruscamente. Inés se va sin decir nada y el narrador se lamenta por haber arruinado la oportunidad.

Capítulo sin nombre 6

En este capítulo, el protagonista se encuentra con Rodrigo, a quien considera un amigo pero que también está interesado en Inés. Rodrigo le pregunta si ha hablado con ella y el protagonista le confirma que sí. Rodrigo se muestra decepcionado y le pregunta si Inés aún lo odia, a lo que el protagonista responde que lo duda pero que Rodrigo le dio motivos para ello al abandonarla en un momento difícil. Rodrigo admite que no se merece a Inés y el protagonista le reprocha por espiarlos en los soportales. Rodrigo confiesa que le gusta Inés y el protagonista se da cuenta de que si Rodrigo sigue necesitando su ayuda, él también puede amar a Inés. Rodrigo le pide que le lleve sus cuadros a Inés para despertar sus recuerdos. El protagonista acepta y acuerdan encontrarse en dos semanas. Durante ese tiempo, el protagonista se vuelve más reservado y guarda secretos. Aprovecha cualquier oportunidad para encontrarse con Inés, aunque ella rechaza sus invitaciones. En la cita, Rodrigo muestra al protagonista un cuadro de vampiros y le explica que representa a los reyes y la nobleza que gobernaban en el siglo XVII y organizaban autos de fe en la Plaza Mayor. Rodrigo le pide al protagonista que le entregue el cuadro a Inés y que le cuente todo lo que ella diga y haga. También le advierte sobre los vampiros y le da otro cuadro para las Navidades. El protagonista se da cuenta de que la línea entre los seres de ficción y los monstruos reales puede ser muy delgada.

Capítulo sin nombre 7

En este capítulo, Gonzalo intenta ocultar los cuadros de Rodrigo a su madre, pero ella sospecha algo. Gonzalo busca información sobre el seudónimo "Godo" que utiliza Rodrigo y descubre que no es un pintor famoso. Encuentra una frase enigmática escrita en uno de los cuadros: "¿Quién mató al conde?". Gonzalo le pregunta a Inés sobre el significado de esta pregunta y ella le cuenta la historia del conde de Villamediana, un personaje despreciable que fue asesinado en la calle Mayor. Inés explica que Rodrigo le contaba historias de miedo y que el cuadro representa al rey Felipe IV, la reina Isabel y al conde de Villamediana. No se sabe quién mató al conde y su espíritu aún vaga por la Plaza Mayor. Gonzalo y Inés deciden ir al mercado de San Miguel para que ella vea el cuadro y luego van a la plazuela del Conde de Miranda, donde Inés le cuenta más sobre los "monstruos" que existen en la realidad, como los vampiros, hombres lobo y zombis. Finalmente, Inés se lleva el cuadro y le dice a Gonzalo que todavía no ha perdonado a Rodrigo. Se besan y Gonzalo se queda pensando en su historia de amor con Inés mientras camina por las calles de Madrid.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, el narrador se encuentra nuevamente con Rodrigo en la plaza y le cuenta que Inés le ha contado la historia del conde que fue asesinado. Rodrigo reconoce que se ha comportado como un vampiro y que se siente atrapado en un barrio con un pasado y presente monstruosos. Luego, Rodrigo le revela al narrador que el instituto esconde un secreto y le insta a leer los Episodios Nacionales de Galdós para descubrirlo. Rodrigo también le dice al narrador que Inés está en peligro y que necesita su ayuda. El narrador se preocupa por Inés y decide acercarse a ella, pero nota que ella lo evita. A pesar de esto, el narrador sigue enamorado de ella y comienza a sufrir los efectos de su obsesión. Finalmente, el narrador se encuentra con Inés en la biblioteca del instituto y ella le cuenta que ha tenido que empezar a trabajar en un bar de copas para ayudar a su madre. El narrador le ofrece ayudarla económicamente, pero ella lo rechaza. Después de despedirse, el narrador se encuentra con un borracho que le muestra una estatua amenazante en el ático de un edificio, lo que le hace sentir que está siendo perseguido por fuerzas oscuras desde que Rodrigo apareció en su vida.

Capítulo sin nombre 9

En este capítulo, el narrador nos cuenta cómo su obsesión por Inés lo lleva a convertirse en una sombra de Rodrigo, siguiendo sus pasos y vigilando a Inés sin atreverse a abordarla. Sus amigos notan su cambio de actitud y Dani le pregunta qué le pasa, pero él se excusa diciendo que está cansado. El narrador se vuelve solitario y arisco en el instituto, pero Dani nunca le reprocha su comportamiento. El museo se convierte en su refugio, donde puede hablar con los visitantes y dedicarse a escribir, leer y pensar en Inés. Un día, Rafa lo encuentra absorto en pensamientos sobre Inés y le pregunta si está bien. Tentado de contarle los problemas de Inés, decide no hacerlo por miedo a que ella se enfade con él. En cambio, le pregunta si el instituto aparece en una novela de Galdós y Rafa le dice que sí, que se trata de un episodio sangriento que ocurrió en 1834. Rafa le aconseja que lea el libro y el narrador decide hacerlo esa misma noche. Descubre que la historia es espeluznante y se sorprende de que no se hable de ella entre los alumnos. Decide contarle la historia a Inés y llevarle el cuadro de Rodrigo. Esa noche, espera a Inés a la salida del instituto y la ve siendo arrastrada por un hombre mayor hacia la iglesia Colegiata. Rodrigo le advierte que ese hombre es peligroso y le pide que se entere de qué han hablado. El narrador acepta y acuerda encontrarse con Inés en un bar. Antes de irse, habla con Dani y le pide que lo cubra. Luego se dirige al bar donde trabaja Inés y pasan la noche juntos. Inés le cuenta anécdotas de su trabajo y le presenta a su compañera Ana. Cuando el bar cierra, el narrador le muestra el cuadro de Rodrigo y ella reconoce el lugar representado. Hablan sobre los colores y el estado de ánimo, y el narrador se pone celoso al mencionar a Rodrigo. Inés le cuenta que Rodrigo la sigue todas las noches y que eso la hace sentir protegida. Terminan la noche paseando por las calles de Madrid, que están llenas de gente.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, el protagonista y Inés entran a la Plaza Mayor por la calle de la Sal. Aunque el protagonista intenta concentrarse en el brazo de Inés, no puede evitar pensar en los sucesos siniestros que han ocurrido en ese lugar a lo largo de la historia. Continúan su recorrido y llegan al arco de Cuchilleros, donde descubren que en realidad se llama Calle de la Escalerilla de Piedra y que debajo se encuentran las cuevas de Luis Candelas, un bandido del siglo XIX. Inés le cuenta que Candelas y su banda se refugiaban en las cuevas y escapaban por los pasadizos subterráneos cuando aparecían los guardias. Luego, Inés muestra al protagonista un púlpito en un extremo de la Plaza Mayor, donde un cura dio un sermón en 1808 animando a los madrileños a rebelarse contra los franceses, posiblemente el punto de partida de la Guerra de la Independencia. El protagonista se sube al púlpito y, de manera espontánea, confiesa sus sentimientos hacia Inés. Ella se sorprende y le confiesa que Rodrigo es su hermano, no su novio como él pensaba. Inés le cuenta que Rodrigo sufre de un trastorno bipolar y que ella quiere estudiar psiquiatría para poder ayudarlo. Además, le confiesa que un traficante le ha ofrecido pastillas para concentrarse en los estudios. El protagonista le pide las pastillas y le promete ayudarla a solucionar el problema. Inés también revela que Rodrigo no se ha comportado como un hermano y que ella prefiere olvidarlo. El protagonista le pide que le cuente la historia de Rodrigo desde el principio y ella accede a hacerlo en otra ocasión. El protagonista, emocionado por la revelación, decide escribir la historia de Rodrigo basándose en las palabras de Inés.

Capítulo sin nombre 11

En este capítulo, conocemos a Rodrigo López Domínguez, un niño que desde muy temprana edad mostró habilidades pictóricas destacadas. Su madre, Ángela, alentó su pasión por el arte y lo llevaba a visitar los museos de pintura de la capital. El Museo del Prado se convirtió en su favorito, ya que cada cuadro guardaba un misterio para él. Ángela y Rodrigo solían jugar a encontrar elementos ocultos en las obras de arte. Sin embargo, un trágico accidente cambió sus vidas para siempre. Mientras cruzaban la calle, Ángela salvó a Rodrigo de ser atropellado por un autobús, pero ella perdió la vida en el proceso. Rodrigo quedó devastado y durante meses se sumió en un profundo dolor. Finalmente, retomó su pasión por el dibujo como una forma de canalizar su dolor. Un día, decide colarse en el Museo del Prado para sentir la presencia de su madre nuevamente. Aunque logra entrar, se enfrenta al desafío de no ser descubierto por los vigilantes. Finalmente, llega a la sala de Velázquez y se sienta frente al cuadro "Vista del jardín de la villa Medici de Roma", recordando las palabras de su madre: "¿Qué puede haber detrás de esos tablones?".

Capítulo sin nombre 12

En este capítulo, el narrador decide buscar a Rodrigo en la Plaza Mayor para hablar con él. Sin embargo, no logra encontrarlo y descubre que a veces desaparece durante semanas sin decir a dónde va. A pesar de esto, el narrador no quiere fallarle a Inés y sigue buscando a Rodrigo. Finalmente, logra convencer a Inés de encontrarse en el patio del instituto para contarle la historia del San Isidro. El narrador le relata a Inés cómo hace ciento ochenta años, durante una epidemia de cólera, los jesuitas del Colegio Imperial fueron acusados de envenenar el agua de Madrid. Una multitud enfurecida los atacó y los asesinó brutalmente en el colegio. El narrador también menciona que Rodrigo asegura que el San Isidro oculta un siniestro secreto, pero no sabe cuál es. A pesar de buscar en los documentos del museo, el narrador no encuentra ninguna referencia a los asesinatos de los jesuitas. No hay rastro de los hechos ni de los cadáveres.

Capítulo sin nombre 13

En este capítulo, Gonzalo recibe un mensaje urgente de Inés para que vaya al Rastro. Se encuentran debajo de Cascorro y Inés le muestra un cuadro que parece ser de Rodrigo, el pintor. Deciden preguntar al vendedor sobre el cuadro y descubren que Rodrigo le vendió dos cuadros y que está desaparecido. El vendedor les revela que Rodrigo le pidió dinero por adelantado y que necesita vender sus obras. También les menciona que un cliente interesado en la vida y obra de Rodrigo compró otro cuadro. Gonzalo reconoce al cliente como el camello que le vende pastillas a Inés. Ambos deciden buscar a Rodrigo para averiguar qué está pasando. Inés le cuenta a Gonzalo que recibió cien euros en su buzón junto con una nota de Rodrigo prometiendo enviarle más dinero. Gonzalo le pide a Inés que le cuente el resto de la historia en el siguiente capítulo.

Capítulo sin nombre 14

En este capítulo, Rodrigo se encuentra sentado frente a un cuadro en el museo del Prado cuando un hombre mayor se acerca y comienza a hablar con él. El hombre le explica que el cuadro es especial porque está pintado al aire libre, con una luz y una pincelada diferente a la de su tiempo. Rodrigo se siente atraído por las palabras del hombre y decide quedarse un rato más en el museo. Sin embargo, cuando el vigilante de la sala se acerca, Rodrigo toma la mano del desconocido y finge que es su abuelo para evitar problemas. Ambos salen juntos del museo riendo y deciden seguir visitando las salas juntos. El hombre, llamado Diego, se convierte en una figura importante en la vida de Rodrigo, quien le cuenta su tragedia y encuentra consuelo en su compañía. Diego también se siente acompañado y juntos deciden pasear por el museo. Diego se ofrece a pagar las clases de pintura de Rodrigo y habla con su padre al respecto. Aunque al principio su padre muestra desconfianza, finalmente acepta y Rodrigo comienza a estudiar pintura. Durante este tiempo, Tomás, el padre de Rodrigo, se recupera de su apatía y conoce a una mujer con la que decide casarse. La noticia sorprende a Rodrigo, quien se siente confundido y huye al museo en busca de refugio. Allí, María, la futura madrastra de Rodrigo, lo encuentra y juntos abandonan el museo. Rodrigo comienza a aceptar la presencia de María en su vida y se abre un pequeño hueco en su corazón para ella.

Capítulo sin nombre 15

En este capítulo, el protagonista narra su regreso a la Plaza Mayor de Madrid en busca de Rodrigo, el pintor desaparecido. A pesar de su miedo, decide adentrarse en el oscuro pasadizo que conecta con la calle Mayor. Allí encuentra a un mendigo llamado Botas, quien le revela que Rodrigo está escondido y en peligro. También le entrega un cuadro de Rodrigo en el que aparecen él y una chica, posiblemente Inés. El mendigo le advierte sobre el peligroso Fundas, un traficante de drogas que busca a Rodrigo. El protagonista decide marcharse, pero antes le da dinero al mendigo y se lleva el cuadro. Al regresar a casa, es confrontado por su padre, quien sospecha que ha estado bebiendo. El protagonista no puede contarle toda la verdad y promete que no volverá a suceder. A pesar de ducharse, no puede quitarse el olor a miseria y se prepara para otra noche de sueño agitado.

Capítulo sin nombre 16

En este capítulo, el narrador le cuenta a Inés sobre las peripecias que vivió la noche anterior y cómo el Botas le habló de los huesos de los frailes muertos. Inés se preocupa al saber que los muertos podrían estar enterrados en el San Isidro y que el edificio oculta un misterio. El narrador le asegura que alguien más sabe el secreto y se compromete a descubrirlo. Inés muestra interés en el cuadro que el Botas le entregó al narrador y juntos descubren un mensaje en el reverso de la pintura. Intentan descifrarlo y deducen que tiene que ver con la plaza. Deciden dedicar el domingo a investigarla. Antes de continuar con la historia de Rodrigo, Inés besa al narrador y comienza a contar lo más triste de la vida de su hermano.

Capítulo sin nombre 17

En este capítulo, se narra cómo la llegada de María a la vida de Rodrigo le brinda una familia y la oportunidad de mantener el equilibrio en medio de sus angustias. A pesar de la tensa relación con su padre, Rodrigo acepta la situación y María se gana su afecto. Con el paso de los años, Rodrigo demuestra ser feliz a su manera, continuando con sus clases de pintura y visitando museos. El nacimiento de su hermana Inés es el momento más feliz de su vida, a pesar de sus reticencias iniciales hacia las niñas. Rodrigo adora a Inés y su presencia ayuda a mejorar la relación entre su padre y él. Sin embargo, los problemas comienzan en la adolescencia, cuando Rodrigo deja de estudiar y se muestra alterado y ensimismado. Las discusiones con su padre se vuelven más frecuentes y violentas. Rodrigo se refugia en la oscuridad de los cuadros de Goya y se convierte en un adicto a la oscuridad. María logra convencerlo de acudir a un médico, quien le diagnostica un trastorno bipolar. A pesar de recibir tratamiento, Rodrigo se niega a dejarse ayudar y sufre crisis cada vez más intensas. Inés se convierte en su principal apoyo y se encuentra con él en la Plaza Mayor durante sus momentos de desaparición. Sin embargo, la muerte de su abuelo y la enfermedad de su padre hacen que Rodrigo se aleje aún más de su familia. Inés decide cambiar de instituto para empezar de nuevo, pero sufre la soledad y la mala fama. Rodrigo se siente culpable por haberla abandonado y desea recuperarla. Encuentra a un chico en la Plaza Mayor que estudia en el mismo instituto que Inés y decide utilizarlo como intermediario para intentar recuperar el perdón de su hermana.

Capítulo sin nombre 18

En este capítulo, el narrador aborda a Rafa para que le cuente lo que sabe sobre los frailes asesinados en 1834. Rafa, el dueño de todas las llaves del instituto, le confirma que hay muertos enterrados en el lugar y acuerdan encontrarse esa tarde en el claustro para hablar más en detalle. Mientras tanto, el narrador reflexiona sobre la vida de Rodrigo, el hermano de Inés, y su trastorno bipolar. Investiga más sobre esta enfermedad y descubre que Van Gogh también la padecía. El narrador se preocupa por el destino de Rodrigo y teme que pueda llegar a hacer algo irreparable. Por la tarde, el narrador se encuentra con Rafa en el claustro y descubre que los muertos están enterrados en una cripta debajo del instituto. Rafa le muestra la puerta de la cripta y juntos bajan a ver los nichos donde están enterrados los frailes. El narrador decide no asomarse por un agujero donde se ve un esqueleto y deciden subir de nuevo al claustro. El narrador agradece a Rafa por compartir el secreto y siente que su amistad le da seguridad en el instituto. Termina el capítulo reflexionando sobre los chavales que juegan en el patio sin saber la verdad que se oculta bajo sus pies.

Capítulo sin nombre 19

En este capítulo, el narrador decide ir a la Plaza Mayor antes de encontrarse con Inés para buscar pistas sobre el jeroglífico. Intenta buscar en su iPhone la palabra "Miau", pero no puede hacerlo debido a la multitud de personas en la calle. Luego, se detiene en un puesto de postales antiguas y encuentra un álbum lleno de fotos de gatos. El dueño del puesto le pregunta si le interesan los gatos, pero el narrador le dice que está buscando a Rodrigo. Sin embargo, el hombre no sabe quién es Rodrigo. Inés llega y le dice al narrador que ha descubierto la primera parte del jeroglífico, que se refiere a "El Gato Negro", una tienda de lanas que se ha trasladado cerca de la plaza. Sin embargo, Inés señala que el mensaje completo indica que deben ir a la tienda de porcelanas de al lado y descender a los infiernos. El narrador duda de que Rodrigo esté en esa tienda, pero decide seguir a Inés.

Capítulo sin nombre 20

En este capítulo, el protagonista cuestiona a Inés sobre su afirmación de que debajo de la Plaza Mayor hay otro mundo. Inés menciona que su hermano Rodrigo le dijo que debajo de las casas y los soportales de la plaza se encuentra un iceberg, y que en los túneles del subsuelo se esconden criminales y personas que huyen de sí mismas. El protagonista duda de la existencia de estos pasadizos, pero Inés lo lleva a una tienda de lujo donde hay un ascensor de bajada. Después de una breve conversación con un vigilante, descubren que detrás de unas mamparas hay pasillos y pasadizos que llevan a lugares desconocidos. Aunque el protagonista no cree que Rodrigo esté escondido allí, entiende que es un mensaje de que está en el subsuelo de la plaza. Deciden salir de la tienda y reírse de la situación. Inés agradece al protagonista por estar allí y juntos deciden comenzar a buscar a Rodrigo.

Capítulo sin nombre 21

En este capítulo, Gonzalo y Inés continúan su búsqueda en la Plaza Mayor. Deciden caminar hacia la derecha, observando cada detalle en busca de pistas. Encuentran un local abandonado con el número tres, pero no pueden entrar fácilmente. Pasan por varios restaurantes y tiendas de recuerdos, hasta que Inés señala un balcón desde el cual solían observar la plaza. Recuerdan momentos divertidos y Rodrigo le contó a Inés una versión sobre el origen del balcón. Continúan su búsqueda en la parte norte de la plaza, pero no encuentran ninguna escalera hacia abajo. Inés sugiere buscar en Las Cuevas de Luis Candelas, pero Gonzalo duda de que Rodrigo pueda entrar allí. Finalmente, encuentran un bar andaluz con el número 26 y las letras ER, que coincide con la frase encriptada. Entran y descubren una puerta camuflada que lleva a unas escaleras que descienden a un pasillo. Gonzalo encuentra otra puerta abierta que lo lleva a un almacén donde encuentra un cuadro de Rodrigo. Escucha un grito de Inés y se adentra en los pasadizos subterráneos. Se encuentra en un laberinto y lucha contra el miedo y las cucarachas. Finalmente, escucha el grito de Inés y corre hacia la luz, sin importarle las consecuencias. Se adentra en un pasadizo siniestro y se da cuenta de que los vivos son más peligrosos que los muertos.

Capítulo sin nombre 22

En este capítulo, el protagonista presencia una escena de violencia en la que un hombre amenaza a Inés con una navaja. Resulta que el hombre, apodado el Fundas, está buscando a Rodrigo, el hermano de Inés, porque este último ha tirado toda la mercancía que tenía. Rodrigo se arrodilla ante el Fundas y le suplica que deje a Inés en paz, explicando que lo hizo por su hermana. El protagonista se siente avergonzado de su propia cobardía al presenciar la valentía de Rodrigo. En ese momento, escuchan pasos acercándose y resulta ser la policía, que logra detener al Fundas y liberar a Inés. El protagonista y Inés son llevados a la comisaría para dar testimonio de lo sucedido. En el camino, el protagonista se disculpa por su cobardía, pero Inés le dice que no es su responsabilidad. En la comisaría, Inés revela que Rodrigo es su hermano.

Capítulo sin nombre 23

En este capítulo, Gonzalo y Inés salen de la comisaría después de que ella haya dado su declaración sobre la desaparición de Rodrigo. Inés se siente culpable por haber involucrado a Gonzalo en todo esto y él se disculpa por no haber tenido el valor de enfrentarse al hombre con la navaja. Ambos están traumatizados por la experiencia y temen tener pesadillas. Inés le pide a Gonzalo que le dé tiempo para pensar y desaparece sin darle ninguna explicación. Gonzalo pasa las vacaciones de Navidad sin verla y se impacienta por su ausencia. Rafa, su profesor, no le pregunta por Inés, lo que indica que no es algo grave. Gonzalo logra aprobar sus exámenes y pasa tiempo con su amigo Dani, pero sigue extrañando a Inés. Emilio, el camarero del bar, le entrega un cuadro y un mensaje de Rodrigo. El cuadro muestra a dos niños de la mano en la Plaza Mayor y el mensaje dice "Ven en Nochenuestra. Tú también, Gonzalo". Gonzalo le envía un mensaje a Inés para preguntarle qué significa "Nochenuestra" y ella le responde que es el 27 de diciembre a las ocho. Quedan en encontrarse en la entrada de la calle Gerona a las siete y media. Gonzalo pasa las fiestas navideñas pensando en ese encuentro y espera con ansias la llegada de Inés.

Capítulo sin nombre 24

En este capítulo, Gonzalo acude a la cita del 27 impaciente y emocionado por las sorpresas que le esperan. La Plaza Mayor está llena de bullicio y Rodrigo debería encontrarlos entre la multitud. Cuando Inés aparece, Gonzalo siente un vuelco en el corazón y se abrazan con alegría. Caminan hacia el centro de la plaza, llevando el cuadro de Rodrigo. Inés explica que el 27 es una fecha especial para ellos, inventada por Rodrigo cuando eran niños. Llegan a la calle Siete de Julio y escuchan a Rodrigo contar la historia sangrienta de la calle. Inés le pide a Rodrigo disculpas y le hace prometer que seguirá el tratamiento médico y no desaparecerá. Luego, los tres corren hacia el centro de la plaza y celebran el reencuentro y la vida. Después, van al bar de Emilio y le cuentan a Rodrigo sus peripecias en el sótano tenebroso. Rodrigo revela que traicionó al Fundas y traficaba con medicamentos. Gonzalo se despide de Rodrigo y de Inés con un abrazo y un beso, y regresa a casa sintiéndose enamorado y feliz en la Plaza Mayor iluminada.

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