Mujeres de la cultura

12 minutos

Por un poco de belleza

En este capítulo, se nos invita a visitar una exposición de los cuadros de María Blanchard, una pintora excepcional que convivió con grandes artistas como Picasso y Diego Rivera en el siglo XX. A pesar de su joroba y miopía, María creó su propio estilo y no se dejó influenciar por nadie. El primer cuadro que vemos se titula "Gitana" y fue su primera participación en una exposición en 1906. María sufría por su deformidad y las miradas de los demás. Nació en una familia acomodada en Santander y su padre la animó a formarse como pintora. En 1909, logró una beca para estudiar en París, donde quedó deslumbrada por la libertad artística de la ciudad. Allí se integró en la corriente de pintores y vivió con una pequeña beca. En esta época, pintó el cuadro "La bretona", inspirado en mujeres que vio en Bretaña. También presentó el cuadro "Ninfas encadenando a Sileno" en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1910. Luego, María se orientó hacia el cubismo, dejando atrás la pintura académica. Su obra superó a la de sus contemporáneos y fue admitida en el importante grupo de artistas de París. En esta etapa, utilizó la técnica del collage y creó cuadros como "Mujer con abanico" y "Hombre tocando la guitarra". Sin embargo, vivir en París era caro y María regresó a España en 1915, donde sufrió el fracaso de una exposición. Se instaló en Salamanca, pero sus alumnos se burlaban de ella. Decidió renunciar a su plaza de profesora y regresó a Francia en 1915. En 1916, fue contratada por el marchante Léonce Rosenberg y logró el reconocimiento unánime. Aunque era mala negociante, mejoró económicamente. En su última etapa, María retornó a la figuración y pintó temas como la maternidad. Algunos de sus cuadros más conocidos son "Maternidad", "La comida" y "El carro de helados". María vivió una vida llena de estrecheces pero brilló en el mundo del arte. En sus últimos años, pintó de manera obsesiva y terminó obras como "San Tarsicio". Fue una mujer valiente y una artista especial que supo plasmar la belleza en sus lienzos.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, se nos presenta a María Gutiérrez Blanchard, una destacada artista nacida en Santander el 6 de marzo de 1881 y fallecida en París el 5 de abril de 1932. A pesar de su corta vida, María dejó una profunda huella en aquellos que la conocieron, siendo recordada como una persona especial y talentosa.

Tras su muerte, numerosos amigos y admiradores lamentaron su pérdida. Incluso Federico García Lorca le dedicó una elegía en su honor. En su entierro, celebrado en el cementerio de Bagneux, se hicieron presentes tanto amigos como una fila de vagabundos y desharrapados a quienes María había acompañado y ayudado a lo largo de su vida en París.

Es interesante destacar que poco antes de su fallecimiento, María expresó su deseo de pintar muchas flores, lo cual muestra su pasión por el arte hasta el final de sus días.

Una mujer del 98

En este capítulo, se nos presenta a Carmen de Burgos, una escritora, periodista, traductora y activista por los derechos de las mujeres. Aunque no se le reconoce en los libros de texto ni en la generación del 98, ella estuvo presente en ese grupo de intelectuales importantes de principios del siglo XX. Carmen rompió moldes y creó un nuevo modelo de mujer, lo cual le valió críticas despiadadas. A pesar de ello, nunca se defendió ni contraatacó. Carmen se casó joven con el hombre equivocado y sufrió malos tratos e infidelidades. Sin embargo, decidió huir con su hija en busca de un futuro incierto. Estudió para ser maestra y logró la independencia económica. Trabajó como profesora y escribió, siendo su gran pasión. Utilizó seudónimos masculinos para ocultar su identidad y poder expresar sus ideas feministas. Carmen fue una mujer inteligente y astuta, que supo disimular y llegar a las mujeres a través de sus escritos sobre moda y decoración. Aunque también introdujo ideas políticas como el derecho al voto y el divorcio. Carmen conoció a Ramón Gómez de la Serna en una tertulia y se enamoraron a pesar de la diferencia de edad. Compartieron aficiones y escribieron juntos. Carmen fue corresponsal de guerra en España y denunció la falta de objetividad de la prensa en sus artículos. También abogó por el pacifismo y trató temas prohibidos en la sociedad de su tiempo, como el divorcio y el voto para las mujeres. A pesar de su valiosa contribución, Carmen fue silenciada y sus obras fueron destruidas durante la dictadura. Aunque la democracia no ha logrado rescatarla completamente del olvido, Carmen de Burgos sigue siendo una figura importante en la historia como la primera periodista, reportera de guerra y defensora de los derechos de la mujer.

Capítulo sin nombre 4

Carmen de Burgos y Seguí nació en Almería en 1867 y falleció en Madrid en 1932. Se la considera la primera periodista profesional en España y en lengua castellana por su condición de redactora del periódico madrileño Diario Universal, donde comenzó a trabajar en 1906. También fue escritora, traductora y activista de los derechos de la mujer española. Pertenece por derecho a la generación del 98, aunque su nombre no figura en los manuales de historia de la literatura junto al de los hombres. Escribió más de un centenar de novelas cortas, libros de viajes, artículos, biografías y traducciones. Entre sus numerosas obras podemos citar: Los inadaptados (1909), El honor de la familia (1911), Los usureros (1916), Ellas o Ellos y Ellos o Ellas (1917), Puñal de claveles (1931), Quiero vivir mi vida (1931).

Una mujer, un voto

En este capítulo, se narra el día en el que Clara Campoamor, una de las dos únicas diputadas mujeres en el Congreso de los Diputados de las Cortes de la II República, defiende la propuesta de que las mujeres puedan votar en las próximas elecciones. Clara es una ferviente defensora de los derechos de las mujeres y está convencida de que el tiempo justificará sus ideas. Sin embargo, se enfrenta a la oposición de Victoria Kent, la otra diputada mujer, quien considera que las mujeres aún no están preparadas para votar. Durante el debate, Clara se enfrenta a comentarios insultantes y descalificaciones por parte de otros diputados, pero se mantiene firme en su postura. Finalmente, se lleva a cabo una votación y por 40 votos de diferencia, se aprueba el derecho al voto de las mujeres. A pesar de este triunfo, Clara se enfrenta a un constante rechazo y ataques en la cámara, lo que marca el fin de su carrera política. Años después, escribe un libro en el que relata las consecuencias de defender los derechos de las mujeres. Tras la guerra, Clara se exilia en Suiza y nunca se le permite regresar a España.

Capítulo sin nombre 6

Clara Campoamor Rodríguez nació en Madrid en 1888 y falleció en Lausana, Suiza, en 1972. A pesar de su origen humilde, se convirtió en una destacada escritora, abogada, política, congresista y defensora de los derechos de la mujer española. Fundó la Unión Republicana Femenina y fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España, logrado en 1931 gracias a su perseverancia y convicción. Las mujeres españolas ejercieron por primera vez su derecho al voto en las elecciones de 1933. Sin embargo, debido a la Guerra Civil, Clara tuvo que huir de España y no se le permitió regresar, muriendo en el exilio en Suiza.

Celia y su mundo

En este capítulo, la autora nos habla de Elena Fortún, la escritora detrás del personaje de Celia. Nos cuenta que varias generaciones de mujeres españolas fueron ávidas lectoras de la serie protagonizada por Celia, una niña rara y rebelde. Sin embargo, poco se sabía sobre la autora y su verdadero nombre, Encarnación Aragoneses. Elena Fortún se dio cuenta de la importancia de prestar atención a la literatura infantil y juvenil, y sus libros son mucho más que narrativa costumbrista, explorando la psicología de los niños y cómo los acontecimientos históricos afectaron la libertad de las mujeres. Celia, el personaje, nace en 1928 y nos muestra su visión crítica del mundo adulto. A través de Celia, Elena Fortún despliega una nueva visión de la mujer. La autora encontró su vocación tarde pero la vivió intensamente. La serie Celia consta de once títulos, donde Celia va creciendo y madurando. La Guerra Civil y el exilio marcan la vida de Celia y su autora. Elena Fortún vivió en carne propia los horrores de la guerra y escribió sobre ello en "Celia en la revolución". Después de la guerra, Celia y su familia se instalan en Buenos Aires, donde Celia lucha por su sueño de ser escritora. Sin embargo, en "Celia se casa" vemos a una Celia resignada y silenciosa. Elena Fortún también se rompió y llevó a su personaje por el camino de las convenciones femeninas, algo que ella no pudo hacer. La autora nos revela parte de su biografía y anhelos a través de sus novelas.

Capítulo sin nombre 8

En este capítulo, se nos presenta a Elena Fortún, el seudónimo literario de la escritora María Encarnación Aragoneses. Nació en Madrid en 1886 y falleció en la misma ciudad en 1952. Es conocida por su famosa saga de aventuras de Celia, que ha sido muy leída en España desde los años 30 del siglo pasado. En los años 90, el personaje de Celia volvió a ser famoso gracias a una serie de televisión española.

Elena Fortún era una mujer culta, estudió Filosofía y Letras, y se preocupaba por la educación de las mujeres. Se casó con Eusebio de Gorbea, un militar republicano y escritor, con quien tuvo dos hijos, pero el más pequeño falleció en 1920. Después de la Guerra Civil, se exiliaron a Buenos Aires. Terminó su vida en soledad, viviendo en Barcelona, en un país que ya no se parecía al de su juventud. Paseaba su tristeza por una ciudad que apenas conocía: "A veces voy por la calle, veo mi sombra en el suelo y pienso que así la veré ya, sola siempre".

Nacida para ser actriz

En este capítulo, el joven periodista visita la casa de la actriz María Guerrero y su esposo Fernando Díaz de Mendoza. María muestra al periodista varios retratos suyos, incluyendo uno pintado por Emilio Sala cuando tenía diez años, otro de Raimundo de Madrazo representándola como doña Inés en Don Juan Tenorio, y uno de Joaquín Sorolla caracterizada como Finca en La dama boba. María cuenta al periodista sobre sus inicios en el teatro, su debut en ¡Sin familia!, su relación con su maestra Teodora Lamadrid, y su éxito en el Teatro Español interpretando a Magdalena en El vergonzoso en palacio y a doña Inés en Don Juan Tenorio. Fernando se une a la conversación y cuenta cómo conoció a María y su experiencia como actor. Hablan sobre su vida en el teatro, las giras por Hispanoamérica, su incursión en el cine y la construcción del Teatro Cervantes en Buenos Aires. Sin embargo, lamentan que hayan perdido el teatro y que sus últimas giras hayan sido un fracaso. A pesar de todo, el periodista elogia a María por su talento y dedicación al teatro. María confiesa que siente que sus fuerzas empiezan a fallar y que no sabe cuánto tiempo más podrá seguir en escena.

Capítulo sin nombre 10

En este capítulo, se relata el fallecimiento de María Guerrero, ocurrido el 23 de enero de 1928 en su residencia en el Teatro de la Princesa. Su cuerpo fue expuesto en el escenario al día siguiente, y su funeral fue acompañado por una gran comitiva que incluía compañeros de profesión, aristócratas, representantes de la casa real, políticos y personas del pueblo. El cortejo fúnebre siguió hasta el cementerio de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid.

Como consecuencia de su muerte, el Teatro de la Princesa cerró sus puertas y se mantuvo en luto durante dos semanas. En 1931, el Ayuntamiento de Madrid decidió cambiar el nombre del teatro en honor a María Guerrero, pasando a llamarse Teatro María Guerrero.

Escribir contra el silencio

En este capítulo, María Teresa León regresa a España después de 38 años de exilio. A su llegada al aeropuerto de Madrid, Barajas, es recibida con aplausos y emoción por parte de una multitud. Aunque la enfermedad le ha robado la memoria, María Teresa sonríe y saluda a las personas que han ido a recibirla. Aunque no entiende completamente la razón de tanto revuelo, María Teresa ha sido una refugiada política en varios países y siempre ha sido tratada bien. Acompañada por su hija Aitana, María Teresa se pregunta si están regresando a Roma, pero no reconoce el aeropuerto ni las caras de las personas. A pesar de que las cámaras de televisión están enfocadas en ella, María Teresa no es consciente de que todo el revuelo es por su marido, Rafael Alberti, uno de los últimos poetas del 27 que aún vive y que finalmente regresa a casa. María Teresa se siente invisible y escondida en la sombra de su marido. A pesar de la desmemoria, María Teresa recuerda su juventud y su lucha por ser reconocida como escritora. Después de separarse de su marido, publicó un libro de relatos llamado "La bella del mal amor", que le valió el reconocimiento que antes le había sido negado. Durante la Guerra Civil, María Teresa se convirtió en una persona comprometida con la Segunda República y la cultura, organizando "las Guerrillas del teatro" para llevar representaciones teatrales al frente de batalla. Después de la guerra, María Teresa y Rafael tuvieron que huir de España y vivieron en varios países, incluyendo Argentina e Italia. En Argentina, María Teresa adquirió la madurez de su prosa y en Roma publicó su obra "Memoria de la melancolía", en la que reconstruye su memoria a través de la autobiografía para combatir el olvido. A pesar de los desafíos y el exilio, María Teresa sigue siendo una luchadora invencible y tiene la esperanza de que su memoria no se extinga.

Capítulo sin nombre 12

María Teresa León Goyri nació en Logroño en 1903 y se educó en un ambiente culto e ilustrado. Siempre fue una mujer comprometida con su tiempo y se enfrentó a críticas y convenciones sociales. Aunque perteneció a la generación del 27, su segundo marido, Rafael Alberti, la relegó a un segundo plano. Durante la Guerra Civil, trabajó incansablemente en defensa de la cultura y el arte. Después de la derrota republicana, se exilió con Alberti a Francia, Argentina e Italia. Regresaron a España en 1977, pero María Teresa ya había perdido la memoria. Falleció el 13 de diciembre de 1988. Escribió novelas, relatos, cuentos infantiles, ensayos, obras teatrales, libros de memorias y guiones cinematográficos.

Rayo de luz que nunca cesa

En este capítulo, se narra la vida de Concha Méndez, una mujer que encontró en la poesía su camino hacia la libertad y la autorealización. Nacida en 1898 en una familia adinerada, Concha se dio cuenta desde joven de que la vida que se esperaba de ella era aburrida y triste. A pesar de las imposiciones de su familia y de la sociedad de la época, Concha se rebeló y decidió vivir una vida llena de movimiento y aventura. Destacó en deportes como la gimnasia y la natación, y viajó por el mundo, conociendo a artistas y escritores de la generación del 27, como Luis Buñuel, Luis Cernuda, Rafael Alberti y Federico García Lorca. Estos encuentros influyeron en su vocación poética y en sus primeros libros se observa claramente la influencia de Alberti y Lorca. Concha se casó con el escritor Manuel Altolaguirre y juntos crearon la imprenta La Verónica y la revista Héroe, donde publicaron obras de grandes intelectuales de la época. A lo largo de su vida, Concha fue creciendo como autora y como mujer, explorando temas como la maternidad y el duelo en sus poemas. Durante la guerra civil española, Concha y su hija abandonaron Madrid y se exiliaron en diferentes países, estableciendo imprentas y publicando poesía. A pesar de las dificultades, Concha siguió escribiendo y publicando hasta su fallecimiento en 1986. Sus memorias, grabadas por su nieta, revelan una voz fuerte y lúcida que nunca deseó pasar por la vida como una sombra.

Capítulo sin nombre 14

En este capítulo, se nos presenta a Concha Méndez Cuesta, una poeta nacida en Madrid en 1898. Desde joven, Concha tuvo el deseo de convertirse en poeta y su relación amorosa con Luis Buñuel, así como su amistad con Alberti y Lorca, la unieron al grupo del 27.

Concha fue una gran viajera, recorriendo varios países y viviendo temporadas en Inglaterra y Argentina. En 1931, conoció a Manuel Altolaguirre, con quien se casó un año después. Ambos contribuyeron a difundir la obra del grupo del 27 a través de la edición de colecciones de poesía y revistas. Sin embargo, debido a la Guerra Civil, se vieron obligados a exiliarse, primero en París y luego en La Habana, donde permanecieron hasta 1943. En 1944, llegaron a México y se separaron.

A pesar de su separación, Concha visitó Madrid en 1966, aunque continuó viviendo en México hasta su fallecimiento en 1986. Sus memorias fueron grabadas por su nieta, basándose en las declaraciones que Concha misma le hacía, y se publicaron en 1991. Estas memorias son un documento fiel y directo de la intensa vida de Concha Méndez Cuesta.

Atrapando palabras

En este capítulo, Elena, una estudiante de Ingeniería Industrial, descubre la importancia de las palabras al leer una placa en la biblioteca en honor a María Moliner, autora del Diccionario de uso del español. Elena se encuentra con una mujer mayor que resulta ser la bibliotecaria y le cuenta la historia de María Moliner. María fue una mujer adelantada a su tiempo, estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se convirtió en lexicógrafa. Escribió el diccionario durante quince años, trabajando en su casa y en la biblioteca. A pesar de su importancia, no fue admitida en la Real Academia Española. María fue destituida durante la Guerra Civil y su marido también sufrió represalias políticas. A pesar de todo, María continuó trabajando y dedicándose a su pasión por las palabras. El diccionario de María Moliner es considerado uno de los mejores y más completos de la lengua castellana. Aunque Elena no vuelve a ver a la bibliotecaria, imagina que fue María Moliner quien le contó su historia.

Capítulo sin nombre 16

En este capítulo, se nos presenta a María Moliner Ruiz, una destacada figura española nacida en Panizo, Zaragoza, en 1900 y fallecida en Madrid en 1981. María fue una de las primeras mujeres en España en acceder a la educación universitaria, habiendo estudiado en la Institución Libre de Enseñanza y en la Universidad de Zaragoza.

Además de su formación académica, María se desempeñó como bibliotecaria y archivera. Durante su carrera, diseñó un innovador proyecto para reorganizar el sistema de préstamo de libros. Su dedicación y compromiso con la cultura fueron notables.

Sin embargo, tras la Guerra Civil, María fue relegada e inhabilitada. A pesar de esto, en 1946 asumió la dirección de la biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid. Fue durante este período de exilio que María comenzó su aventura con las palabras.

Durante muchos años, María redactó el Diccionario de uso del español, una obra única y esencial que se publicó en dos volúmenes en 1966. A pesar de los esfuerzos de los académicos, esta obra maestra de María no pudo ser superada.

Aficiones peligrosas

En este capítulo, se nos presenta a Emilia Pardo Bazán, una mujer que desde pequeña fue criada en un ambiente poco común para su época. A diferencia de otras niñas de su tiempo, Emilia tuvo la libertad de jugar, preguntar, curiosear y, sobre todo, leer. A través de los libros de la enorme biblioteca familiar, Emilia creció con la creencia de que todo era posible con curiosidad y esfuerzo. Sin embargo, a medida que crecía, se dio cuenta de que vivía en una sociedad en la que las mujeres apenas tenían derechos y estaban limitadas a ser esposas y madres. A pesar de esto, Emilia decidió que quería ser escritora y luchó toda su vida para hacer realidad sus sueños. En su primera novela, "Aficiones peligrosas", Emilia habla del derecho a la educación de todas las mujeres y cómo la literatura puede ser una forma de obtener esa educación. A lo largo de su vida, Emilia se enfrentó a la incomprensión y el desprecio por parte de los hombres, pero nunca dejó de luchar por su pasión por la escritura. A pesar de las dificultades y la discriminación, Emilia se convirtió en una reconocida escritora y defensora de los derechos de las mujeres. Aunque no recibió el reconocimiento que merecía en vida, su legado perdura hasta el día de hoy.

Capítulo sin nombre 18

Emilia Pardo Bazán, nacida en A Coruña en 1851 y fallecida en Madrid en 1921, fue una destacada aristócrata intelectual. Se destacó como novelista, periodista, feminista, ensayista, crítica literaria y catedrática. Fue una de las primeras en reclamar los derechos de las mujeres y difundir las ideas feministas. Defendió la necesidad de la instrucción de las mujeres y dedicó gran parte de su vida y obra a ello. Quiso ser independiente y libre, algo excepcional en la España de su época.

Su obra literaria más conocida es la novela "Los pazos de Ulloa" (1886). También escribió otras obras importantes como "Pascual López" (1881), "Un viaje de novios" (1881), "Jaime" (libro de poemas, 1882), "La cuestión palpitante" (una serie de artículos sobre el naturalismo, 1885), "La madre naturaleza" (1888) e "Insolación" (1891). Además, escribió más de 500 cuentos.

Yo nunca me he ido

En este capítulo, se narra la vida de María Zambrano, una reconocida filósofa española. En su casa en Madrid, María descansa con sus dos gatas, Lucía y Pelusa, quienes siempre la han acompañado. María recuerda su infancia en Vélez-Málaga, donde tenía un gato y disfrutaba de los momentos con su familia. A medida que crecía, María se mudó a Segovia, donde estudió y conoció al poeta Miguel Hernández, su gran amor. Durante la Guerra Civil, María luchó por la República y luego vivió en el exilio en varios países. A lo largo de su vida, siempre estuvo rodeada de gatos, quienes eran sus compañeros en momentos de soledad y melancolía. Finalmente, María regresó a España y continuó su actividad intelectual en Madrid. Después de recibir numerosos reconocimientos, María falleció y fue enterrada en Vélez-Málaga, rodeada de gatos que simbolizaban su amor por estos animales.

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