La mujer nueva

25 minutos

En este capítulo, se presenta la tercera novela de Carmen Laforet, titulada "La mujer nueva". La novela fue galardonada con los premios Menorca y Nacional de Literatura. La lectura de esta novela nos lleva nuevamente al mundo de Carmen Laforet y a su estilo innovador. La autora había publicado artículos en la revista Destino y una colección de novelas cortas titulada "La llamada". En esta nueva novela, Laforet desarrolla su argumento basándose en una vivencia religiosa. A través de la protagonista, Paulina Goya, la autora propone una nueva imagen de mujer, más consciente de sus necesidades y deseos. La novela también aborda temas como la discriminación de la mujer y el conflicto entre lo material y lo espiritual. La historia cuenta con un narrador omnisciente y se estructura en capítulos independientes. La novela ha sido interpretada como una crisis religiosa de la autora, pero en realidad es una denuncia social y una contribución al movimiento feminista de la literatura española de posguerra. Laforet también muestra influencias de otros escritores, como William Faulkner y Virginia Woolf. La novela no es una novela de beatería, sino una muestra narrativa bien lograda que aborda el eterno problema de la falta de comunicación y busca una solución aceptable en el contexto histórico de la época.

Capítulo sin nombre 2

En este capítulo, el autor dedica unas palabras de agradecimiento y cariño a Lilí Álvarez, quien fue su madrina de confirmación.

Advertencia

En esta novela, se inventan varios pueblos, un río y un valle en la provincia de León. La autora no tiene la intención de hacer una novela de costumbres, sino que ha creado estos lugares ficticios para encajarlos en la geografía de la región y así desarrollar su relato de manera conveniente.

Capítulo sin nombre 4

En este capítulo, el autor comienza citando un fragmento de la Epístola de San Pablo a los Gálatas, donde se menciona que lo importante en relación a Jesucristo no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la transformación del hombre en uno nuevo.

PRIMERA PARTE

I

En este capítulo, Paulina se apresura a bajar la cuesta hacia la estación mientras siente los golpes de su corazón. Su marido, Eulogio, le recuerda que el tren no sale hasta las siete. Desde la estación, ven el pueblo de Villa de Roble iluminado por la luz especial de la tarde de verano. A lo lejos, se ven las almenas del castillo junto al puente viejo. Eulogio sugiere utilizar el coche de Antonio para ir a Ponferrada, pero Paulina se niega. Llegan a la estación y empiezan a oír los primeros truenos lejanos. Paulina levanta la cabeza y sigue el curso del río. Eulogio no entiende por qué no quiere despedirse de nadie ni utilizar el coche de Antonio. Paulina lleva un pañuelo de seda verde al cuello. Eulogio carga con el abrigo de Paulina y el maletín, mientras ella solo sostiene su bolso blanco. Mariana, la madre de Eulogio, levanta las cejas pero no se opone a la marcha de Paulina. Eulogio piensa que Paulina no es una mujer cuerda y ella piensa que le va a costar hablar sin llorar. Eulogio saca los billetes y le dice a Paulina que irá en octubre y que llevará a Miguel con él. Paulina guarda el dinero y sube al tren sin asomarse a la ventanilla. Eulogio se queda solo en el andén y piensa en lo pobre que es Paulina. El tren desaparece en una revuelta del valle y Eulogio se siente avergonzado por las discusiones que tuvo con Paulina. Cruza el puente y ve a un chiquillo rubio mirando el agua. Los truenos empiezan a llenar el mundo de avisos y Eulogio se siente contento de que pronto lloverá.

II

En este capítulo, se describe la familia Nives y su historia. La familia Nives es una familia adinerada y poderosa, con muchos parientes que viven en diferentes partes de España. A pesar de sus diferencias políticas, la familia siempre se ha apoyado mutuamente. Eulogio, el protagonista, se siente seguro y parte de este clan familiar. Sin embargo, hay un pariente, Antonio Nives, que es considerado menos característico y menos querido por la familia. Antonio es rico por herencia y su matrimonio con Rita Vados, una mujer de una familia aristocrática, sorprende a todos. A pesar de ser considerada una desgracia para la familia, Eulogio eligió casarse con Paulina, quien no es de una familia aristocrática. La familia Nives tiene una fuerte conexión con el pueblo de Villa de Robre, donde tienen varias propiedades. La casa principal de la familia es la de Eulogio, que ha sido renovada por su madre, Mariana. En el capítulo, Eulogio llega a casa y encuentra a su familia y a los suegros de Antonio en el salón. Rita, la esposa de Antonio, está enferma y su apariencia ha cambiado. La familia discute la partida de Paulina a Madrid y todos se preguntan si se han enfadado. Antonio y Rita deciden irse a casa debido a la tormenta, y Eulogio se queda en el porche disfrutando de la lluvia. Luego, Eulogio habla con su madre sobre su decisión de ir a Las Duras, una aldea cercana, para ver cómo está su hijo Miguel. Mariana habla sobre la influencia negativa de Pepe Vados en Miguel y Eulogio recuerda su amistad con Pepe. Eulogio decide quedarse en Villa de Robre y cuidar de sus tierras y bosques. El capítulo termina con Eulogio recordando a su hijo y sintiendo compasión por Paulina y Antonio.

III

En este capítulo, Antonio se encuentra conduciendo bajo la lluvia cuando su coche se avería en una carretera peligrosa. A pesar de su desesperación por llegar a Ponferrada antes que el tren en el que viaja Paulina, no puede hacer nada ya que no sabe nada de mecánica. Antonio se siente frustrado y enfadado, pero no puede hacer más que esperar. Mientras tanto, recuerda cómo se comportó de manera brusca y desagradable con su familia antes de salir de casa. Finalmente, logra arreglar el coche y continúa su camino hacia Ponferrada. Durante el trayecto, Antonio reflexiona sobre su relación con Paulina y siente una gran rabia al darse cuenta de que ella se ha ido sin decirle nada. A pesar de todo, está decidido a encontrarla y confrontarla. Llega a la estación de tren equivocada, pero finalmente descubre que el tren de Paulina llegará a las nueve y media. Aunque se siente aliviado por haber llegado a tiempo, también se da cuenta de lo obsesionado que está con ella. Antonio se detiene en un urinario y se siente asqueado por su estado. A pesar de todo, la noche huele bien y Antonio continúa su camino hacia la estación, empapado por la lluvia.

IV

En este capítulo, se describe la cara de Paulina y cómo ella misma la critica, especialmente sus labios, que según su abuela son la fuente de su mal. Paulina recuerda las advertencias de su abuela sobre su boca y cómo ha intentado ocultarla durante años. A pesar de esto, Paulina ha repudiado a sus padres y se siente distante de ellos. La abuela se preocupa por la atracción que Paulina genera en los niños de su edad y por su falta de amigas. Paulina vive con su abuela en Madrid durante sus años de estudio y la abuela vende sus muebles para sobrevivir durante la guerra. La abuela ha ocultado a su padre el largo noviazgo de Paulina con un licenciado en Filosofía y Letras. Paulina considera que los hombres son temibles e inocentes a la vez, y que las mujeres deben transmitir secretos y argucias para mantenerlos contentos. Paulina exige a su novio, Víctor, una relación sincera y sin engaños. Víctor piensa que un amancebamiento así tiene tantos inconvenientes como el matrimonio. Paulina recuerda su primer noviazgo y cómo ha sufrido en su vida. También recuerda su relación con Antonio, quien la ha tratado mal y ha despertado en ella instintos de crueldad. Paulina se siente atada a Antonio pero no ha tenido el valor de explicarle sus sentimientos. El capítulo termina con Paulina en el tren, recordando su relación con Antonio y llorando en silencio.

V

En este capítulo, Paulina lucha por sacar su maleta de la red del tren, ya que sus muñecas son delgadas y no puede levantar mucho peso. Una vez que logra sacarla, se mira en el espejo de la ventanilla y se da cuenta de que debería haber traído un impermeable. Desde la plataforma de la estación, ve a Antonio y cuando él le quita la maleta de las manos, finalmente lo ve. Antonio la lleva hasta su coche y se sienten como en casa, cogiéndose de las manos y besándolas. Deciden ir hacia el campo y buscar un lugar para cenar. Antonio le dice a Paulina que la llevará a Cacabelos, un pueblo conocido por su vino. Paulina está contenta y siente que no hay obstáculos entre ellos. Mientras conducen, Paulina nota un olor a gasolina y Antonio le explica que se lo explicará más tarde. Cuando salen de la ciudad y llegan al campo, Antonio le pide un cigarrillo a Paulina y ella se siente reconfortada por su presencia. Paulina le explica a Antonio que no puede engañar a su esposa y que lo ama, pero también porque la esposa de Antonio está enferma y no puede abandonarla. Paulina comienza a llorar y Antonio le dice que ella es lo más importante en su vida. Paulina tira su cigarrillo por la ventana y llora con alivio. Antonio la consuela y le dice que es lo que más le importa en el mundo.

VI

En este capítulo, se narra la infancia de Paulina y su relación con sus padres. Paulina recuerda despertar en medio de la noche, sintiendo el sufrimiento de su madre. Su padre, a quien solía querer durante el día, le causaba repulsión en esos momentos. Recuerda vivir en un pueblo oscuro en Asturias y luego mudarse a Andalucía y Madrid. Finalmente, llegan a Villa de Robre cuando Paulina tiene diez años. Su padre, un hombre grande y feo, la trataba con cariño cuando era pequeña, pero se decepciona al darse cuenta de que no es un niño. Su madre, flaca y enferma, encuentra consuelo en la iglesia y sufre de celos constantes. La casa de Paulina no es ordenada debido a la ausencia de su madre. Paulina se dedica a ser lo opuesto a sus padres y admira a la señora Nives, una mujer rubia y refinada. Paulina también se distancia de la religión y se burla de los sermones hipócritas del sacerdote. Su odio hacia su padre se intensifica, pero se calma cuando está en Madrid estudiando. Paulina también se ríe en la iglesia y recibe bofetadas de su padre. Para ella, la iglesia se convierte en la excusa de todos los males de la sociedad. Su admiración por Mariana Nives, a quien llaman "la atea", alcanza su punto máximo.

VII

En este capítulo, Antonio y Paulina deciden regresar a Madrid y buscan un billete en la estación intermedia de Ponferrada. Encontraron un café-bar en la carretera donde el dueño les ofreció una habitación para descansar. Antonio llama a la estación de Ponferrada para averiguar la hora exacta en que pasa el tren. Mientras tanto, Paulina se preocupa por lo que pensarán en el castillo sobre su escapada. Antonio le asegura que no importa lo que piensen y le propone llevar a Rita a Suiza. Paulina le pide que intente convencer a Rita de ir, pero Antonio duda sobre qué hacer si Rita se cura. Luego, discuten sobre su relación y Paulina le dice que si Rita se cura, él tendrá que elegir entre ella y una vieja. Antonio le pregunta qué hará ella mientras tanto y Paulina le responde que ordenará su vida y su conciencia. Después, Antonio le pregunta a Paulina cómo llegó a la cárcel y ella le cuenta que fue por sus amores con Eulogio. Finalmente, salen juntos y disfrutan de la noche estrellada antes de subir al coche.

VIII

En este capítulo, se narra el cumpleaños de Paulina y su aspecto salvaje debido a su largo cabello. Se menciona que obtuvo su licenciatura en Ciencias Exactas y se habla de los planes de futuro de Paulina y Víctor. Víctor decide casarse y acompañar a Paulina a la estación cuando ella se va de vacaciones. En el andén, hablan sobre la importancia de la opinión de los demás y se despiden con un beso. Después, Paulina llega a su casa en el pueblo y se aburre, ya que prefiere la vida en la ciudad. En el tren de regreso, Paulina se encuentra con Eulogio Nives, quien la observa y se siente atraído por ella. Tienen una conversación y se besan apasionadamente, pero son interrumpidos por una señora y su hijo. Eulogio y Paulina se cambian de compartimento y continúan el viaje juntos. Llegan a León y Paulina decide tomar el autobús al día siguiente para ir a su pueblo. Aunque le gustaría quedarse con Eulogio, decide que es mejor que él se vaya con sus primos. Además, descubre que su casa en el pueblo está cerca de la de Eulogio.

IX

En este capítulo, la historia comienza con Paulina recordando su amor por Eulogio y cómo su amor cambió su vida. Llega a Villa de Robre y se encuentra con Leonela, la criada de su padre, quien la espera con recelo. A pesar de esto, Paulina no tiene ganas de pelear y sonríe a su padre, aunque en realidad sonríe a un fantasma que está detrás de él. Don Pedro, su padre, está melancólico y descuidado. Durante la comida, Paulina se da cuenta de que su padre ha cambiado y ya no es el mismo de antes. Después de la comida, Paulina sube al balcón del huerto y se emociona al ver la casa de Eulogio. Pasan la tarde juntos y Paulina siente un amor intenso por él. Leonela llega a casa al anochecer y le cuenta a Paulina sobre los disturbios en el pueblo. Al día siguiente, Paulina intenta visitar a la familia de Eulogio, pero la criada no la deja entrar. Paulina pasa los días en casa, esperando noticias de Eulogio y preocupada por su padre. Un día, Leonela se va de la casa y Paulina se queda sola y con miedo. Paulina pasa los días en el balcón del huerto, esperando a Eulogio. Una noche, Eulogio aparece en el balcón y se ven en secreto. Eulogio le cuenta a Paulina que tiene que hacer un viaje y ella se asusta. Eulogio le explica que va a visitar a su familia en Santander y que volverá pronto. Paulina se queda en Villa de Robre y espera ansiosamente noticias de Eulogio. Un día, recibe una carta de él y se entera de que ha estallado la guerra civil. Paulina vive en una especie de pesadilla y se preocupa por Eulogio. Su padre es arrestado y encarcelado, pero Paulina no sale de casa y nadie la molesta. Paulina pasa los días esperando a Eulogio y escuchando la radio para obtener noticias de la guerra. Un día, decide visitar a la familia de Eulogio en Barcelona, pero es rechazada por la criada. Paulina vive en una especie de aislamiento y espera ansiosamente a Eulogio. Finalmente, Eulogio regresa y le cuenta a Paulina sobre la muerte de su tío. Deciden huir juntos a Francia, pero Eulogio tiene que irse primero y promete enviar a su madre para que encuentre a Paulina. Paulina se queda en la casa de las señoritas Martí y espera a Eulogio. Finalmente, Eulogio se va y Paulina se queda sola. Vive en la casa de las señoritas Martí y espera ansiosamente a Eulogio. Paulina da a luz a su hijo en la cárcel y finalmente es denunciada por las señoritas Martí.

X

En este capítulo, Antonio y Paulina tienen una discusión en medio del camino. Antonio le pregunta a Paulina si ha querido a Eulogio de la misma manera que lo quiere a él, lo cual enfurece a Paulina. Ella le explica que su amor por Eulogio era puro y sincero, mientras que a veces siente aversión por Antonio. Luego, Antonio le pregunta sobre la influencia de su suegra y las monjas en su vida. Paulina le cuenta que su amistad con Blanca, su suegra, es genuina y que Blanca la cuidó durante su enfermedad. También menciona su visita a un convento de monjas carmelitas descalzas, donde quedó impresionada por su sencillez y alegría. Paulina expresa su envidia hacia estas mujeres y su deseo de encontrar la verdadera felicidad. Después de una discusión, Antonio intenta convencer a Paulina de que no tema y que él la ama. Finalmente, se besan y deciden despedirse en la estación de tren. Paulina reflexiona sobre la complejidad de la vida y la dificultad de encontrar la felicidad duradera.

XI

En este capítulo, Antonio llega al castillo en medio de la noche y admira la belleza del lugar. Se siente orgulloso de ser el dueño de esas piedras llenas de historia. Recuerda cómo se enamoró de Blanca, la hija de los condes, y cómo ella luchó por casarse con él a pesar de la inicial falta de interés de Alfonso, su esposo. Alfonso, hijo del conde de los Vados de Robre, era un joven espiritual y melancólico que al principio no estaba interesado en las fiestas y diversiones de la sociedad. Sin embargo, con el tiempo, comenzó a enamorarse de Blanca y a disfrutar de la vida social. Blanca, por su parte, se fue recluyendo en casa y encontró felicidad en su vida en Villa de Robre. El matrimonio de Antonio y Rita se originó durante la guerra civil, cuando Antonio pasaba temporadas en casa de Mariana Nives, una amiga de Blanca. La familia de Antonio se mudó a la zona nacional y él soñaba con que Rita heredara el título de condesa. La historia de los condes se centraba en los matrimonios de sus hijos. La familia criaba a sus hijos con lujos, pero de manera desordenada y ruinosa. La guerra interrumpió los planes de José, el hijo mayor, de casarse y estudiar una carrera universitaria. Dos hijos murieron en la guerra y Joaquín, el siguiente en edad, se casó con Ana María, lo que la familia consideraba una desgracia. Aún quedaban Luis, que hizo una gran boda, y Rita, que se casó con Antonio, un hombre rico y generoso. Blanca rezaba por Paulina, la mujer de Eulogio, y Antonio se sentía atraído por ella. Rita se sentía abandonada por su madre y celosa de la atención que esta le prestaba a Paulina. Blanca rezaba por Paulina y Antonio pensaba en ella. En el desayuno, los parientes de Blanca comentaban sus rezos nocturnos, pero Antonio los consideraba tonterías sin sentido. Consideraba que solo él tenía una vida apasionada y que los demás no merecían vivir.

SEGUNDA PARTE

I

En este capítulo, Paulina se despierta en el tren y disfruta de la sensación de estar acunada por el movimiento del tren. Observa el amanecer a través de las cortinas y se siente en paz y serena. Contempla el paisaje amarillo y quemado de la llanura y se imagina caminando por ella. Siente una fuerte atracción por una humilde casita en medio de la llanura y experimenta un profundo deseo de vivir allí, rodeada de tranquilidad. Paulina reflexiona sobre el amor y la búsqueda del mismo en los seres humanos. Siente una conexión con todas las personas del mundo y comprende que el amor es más que una pasión, es lo que trasciende el deseo y el dolor. Experimenta una sensación de gozo y felicidad, y por primera vez entiende el concepto del Cielo. Siente una profunda gratitud hacia Dios y da gracias por la vida que está experimentando. A medida que el tren se acerca a su destino, Paulina se da cuenta de que algo grande le ha sucedido y se siente en otro mundo. Desea estar sola en su departamento y se siente afortunada de tener un lugar donde cerrar la puerta y disfrutar de su soledad. Recuerda la historia de San Pablo y llora lágrimas de alegría. Finalmente, el tren llega a Madrid y Paulina se siente como si hubiera renacido.

II

En este capítulo, Paulina recibe un telegrama en el que le piden que vaya a ver al Padre Pedro González. Aunque al principio duda en hacerlo, decide ir a visitarlo. Antes de eso, recuerda su llegada a Madrid y cómo se sintió seca y deshidratada a pesar de que era temprano en la mañana. También recuerda haber escrito una carta a Blanca contándole que había creído en Dios y que estaba feliz. Luego, llega a su casa y se encuentra con la portera, quien la recibe con una sonrisa y le comenta que ha adelgazado. Paulina se ríe y sube a su piso, donde escucha el llanto de los niños de su vecina Luisa. A pesar de esto, se siente diferente y ligera. Después de hacer algunas tareas domésticas, Paulina recuerda su vida con Eulogio y cómo su relación ha cambiado desde que se casaron. También piensa en Antonio y en cómo su amor por él ha desaparecido. Luego, decide que si alguna vez se vuelve a casar, será con un hombre más joven que ella. Después de esto, Paulina se sumerge en la lectura de un catecismo y se siente cada vez más cerca de Dios. Decide ir a confesarse y se encuentra con el Padre González, quien la anima a hacer un retiro espiritual. Durante el retiro, Paulina aprende sobre la fe y la importancia de la Iglesia. Al final del retiro, Paulina se siente enriquecida y llena de fe, aunque sabe que habrá momentos de duda en el futuro. A pesar de esto, ella cree en Dios y está dispuesta a seguir su camino.

TERCERA PARTE

I

En este capítulo, Julián está trabajando en el taller junto a Martín y don Alberto. Julián es un aprendiz que ha sido recomendado por la señora Nives, una antigua huésped de su madre. Aunque Julián no tiene una posición clara en el taller, se lleva bien con Martín, a pesar de que este último no le tiene mucha simpatía desde que empezó a salir con su hermana. Mientras trabaja, Julián piensa en el próximo sábado y en cómo le gustaría tener dinero para liberarse de su novia, Paloma. También reflexiona sobre la vida de su madre, Amalia, quien alquila habitaciones en su casa y se dedica a comprar y vender ropa. Julián tiene planes de hacer un "golpe" en un piso vacío del edificio donde vive, pero necesita dinero para prepararlo. A pesar de todo, Julián se muestra amable y sonriente cuando se encuentra con Paulina, quien le recomendará al taller.

II

En este capítulo, Blanca se encuentra en el cementerio visitando las tumbas de sus seres queridos. A pesar del calor y el polvo, Blanca encuentra paz y serenidad en este lugar. Mientras camina de regreso al pueblo, Blanca piensa en su hija Rita, quien está enferma y no muestra interés en la religión. Blanca también reflexiona sobre la relación de Paulina y Antonio, y se pregunta por qué ella es la única que se da cuenta de lo que está sucediendo. Blanca recuerda una conversación con su amiga Mariana, quien no sospecha nada de los asuntos amorosos de Paulina y Antonio. Blanca se siente confundida y preocupada por la situación. Al llegar a casa, Blanca se siente agotada y sucia por el calor. Durante la cena, Antonio anuncia que debe ir a Madrid, lo que provoca la tristeza de Rita. Blanca intenta hablar con Antonio, pero él se muestra impaciente y se va al jardín. Blanca reflexiona sobre el libro que Antonio está escribiendo y su papel como tapadera para sus caprichos. La discusión deja a Blanca apenada y triste.

III

En este capítulo, Paulina reflexiona sobre las palabras del Padre González y se da cuenta de que no ha compartido sus problemas con él. A pesar de tener ganas de hablar y explicarse, siente que ya es demasiado tarde. Mientras camina por la ciudad, se encuentra con Julián, un antiguo conocido, y se da cuenta de que ha cambiado mucho desde la última vez que lo vio. Julián le pregunta por su marido y Paulina se siente incómoda al no poder explicarle sus descubrimientos espirituales. Luego, Paulina decide llamar a Concha y Rafael, una pareja de amigos que no ha visto en mucho tiempo. Concha y Rafael le cuentan que han cambiado de piso y que ahora tienen una vida más próspera. Durante la conversación, Paulina intenta hablarles sobre sus descubrimientos espirituales, pero Concha la interrumpe y defiende la práctica de la religión. Paulina se siente irritada y confundida por la reacción de sus amigos. De vuelta en su casa, Paulina recibe una visita inesperada de la portera, quien le trae algunas cosas que había encargado y unas cartas. Paulina se siente sola y decide llamar a Amalia, quien le cuenta sobre su vida y le reprocha su falta de confianza en su hijo. Después de la llamada, Paulina se siente inquieta y preocupada por una posible llamada de Antonio. Pasa la tarde pensando en él y en cómo podría haber arruinado su oportunidad de hablar con él. Abre los Evangelios pero se siente impaciente y no encuentra consuelo en ellos. Al final del capítulo, Paulina se asoma al balcón y contempla el anochecer.

IV

En este capítulo, Paulina está junto al teléfono a medianoche, esperando una llamada de Antonio. Se sienta en la butaca que solía ser de Eulogio, su esposo fallecido, y pone la radio muy bajito para distraerse. Cuando finalmente suena el teléfono, Paulina se siente nerviosa y ansiosa. La voz de Antonio le pregunta por qué no estaba en casa por la mañana, a lo que ella responde que no recibió su carta. La comunicación es difícil debido a la mala calidad de la línea, pero Paulina le dice que estuvo en un convento y que le escribirá para contarle más detalles. Antonio se muestra confundido y frustrado, y Paulina siente ganas de reír y alivio. Deciden que Antonio irá a Madrid al día siguiente para verse. Después de colgar, Paulina se siente abrumada por la emoción y la alegría, pero también por una angustia oculta. Se ducha y se pone una camisa mojada para poder dormir. Siente que no puede controlar su alegría y se envidia a sí misma por ello. Al día siguiente, no va a misa y se siente culpable por perder su comunión diaria.

V

En este capítulo, el chico de Telégrafos llega a la casa de Paulina para entregarle un telegrama. Antes de subir al séptimo piso, Julián intenta sobornar al chico para que le deje leer el contenido del telegrama, pero se da cuenta de que no tiene suficiente dinero y desiste. Paulina recibe el telegrama y descubre que es de Antonio, su marido. El mensaje dice que Rita está peor y que el viaje es imposible. Paulina se siente defraudada y triste, pero decide escribirle una carta a Antonio para contarle su experiencia espiritual y su fe renovada. Después de enviar las cartas, Paulina va al cine para distraerse, pero al salir se da cuenta de que nada ha cambiado. Recibe un paquete del Padre Pedro con libros sobre conversiones al catolicismo y se sumerge en su lectura. Paulina se siente acompañada por los testimonios de los convertidos y reflexiona sobre su propia experiencia. Por la noche, va a la iglesia, se confiesa y llora sin saber por qué. Aunque espera algo más, nada sucede.

VI

En este capítulo, Julián se encuentra con su amigo Arturito y una chica en un asiento de balancín en la calle de Serrano. Arturito le cae mal a Julián y la chica se ríe de él. Julián necesita que Arturito le devuelva mil pesetas que le prestó, ya que las necesita para un golpe. Sin embargo, Arturito se niega a devolverle el dinero y se burla de él. Julián se enfurece y trata de golpear a Arturito, pero no lo logra. Después de este incidente, Julián se encuentra con su novia Paloma y van a su casa. Julián le cuenta a Paloma sobre su plan de robar a un vecino rico y le pide que le consiga una pistola. Paloma se preocupa por Julián y le pide que no lleve la pistola. Terminan cenando juntos y Julián comenta que tendría más suerte si la vecina de arriba no estuviera en casa el sábado.

VII

En este capítulo, Paulina discute con el Padre González sobre la falta de compromiso de las instituciones religiosas en España. Paulina argumenta que muchas de estas instituciones se han desvirtuado y no cumplen con su propósito original. El Padre González le sugiere unirse a la Acción Católica como una forma de renovación y compromiso con la fe. Sin embargo, Paulina no está convencida de la eficacia de esta organización, ya que considera que se convierte en otra congregación religiosa más y no logra conectar con la gente común. Después de la discusión, Paulina se siente sola y desalentada. Recuerda su conversión y su encuentro con personas de la Acción Católica, pero no logra sentirse completamente identificada con ellas. Al regresar a casa, Paulina se sorprende al encontrar el coche de Antonio estacionado frente a su edificio. Se siente nerviosa y emocionada al verlo y entablan una conversación sobre su relación y la posibilidad de estar juntos. Sin embargo, la situación se vuelve tensa y Paulina decide que no es el momento adecuado para recibir a Antonio en su casa. Antonio se va enfadado y Paulina se siente confundida y triste. Reflexiona sobre su soledad y su falta de conexión con las personas que ha conocido en su vida. Termina el capítulo con una sensación de desesperanza y una pregunta sobre cómo recuperar la emoción y la belleza de la fe.

VIII

En este capítulo, Paulina pasa una noche triste y angustiosa en su balcón, fumando y reflexionando sobre su rechazo a Antonio. Mientras tanto, los vecinos de abajo discuten sobre el aprendiz de Julián. Paulina no presta atención a la conversación y se siente culpable por haber abandonado a su hijo por Antonio. Se mira en el espejo y se convence de que no tiene derecho a rechazar el amor que siente por él. Sin embargo, también recuerda el gesto de asco de Antonio y se siente sumida en la tristeza. Intenta llamar a Antonio, pero no obtiene respuesta. Luego, se encuentra con su vecina Luisa, pero no puede verla porque está a oscuras. Paulina se siente cada vez más angustiada y decide leer los Evangelios, pero se siente confundida por lo que lee. La noche es terrible y apenas duerme. A la mañana siguiente, intenta llamar a Antonio de nuevo, pero no obtiene respuesta. Decide vestirse y llama a Antonio, quien le propone irse juntos a ver el mar. Paulina acepta y se marchan en el coche amarillo. Paulina se siente guapa y feliz, decidida a disfrutar de los días que pasarán juntos.

IX

En este capítulo, Julián se encuentra emocionado porque finalmente es sábado y tiene la oportunidad de llevar a cabo su plan. Decide robar las joyas de la maestra y contar con la ayuda de Paloma. Julián cree que el dinero lo puede todo y planea huir a América una vez que las joyas estén vendidas. Mientras trabaja en el taller, Julián se distrae con los pensamientos de su plan y se siente atraído por la belleza y la inocencia de los objetos y las personas a su alrededor. Julián recuerda un comentario de un abogado sobre cómo los bancos se alían con los estafadores cuando se trata de grandes sumas de dinero. Julián también reflexiona sobre cómo es fácil matar y cómo ha visto muchas muertes en las películas. Decide que si es necesario, matará a la maestra. Julián se siente enfermo y decide hacer creer a todos que está realmente enfermo para tener una coartada. Planea entrar en la casa de la maestra cuando esté sola y robar las joyas. Julián se despide de su madre y se dirige a la casa de la maestra. En el camino, se encuentra con la portera y escucha una conversación sospechosa sobre su cuñado rico. Julián llega a su casa y se siente tranquilo en su habitación. Piensa en su plan y en cómo será su vida una vez que tenga el dinero. Julián se acuesta y piensa en la distribución de la casa de la maestra. Finalmente, decide que es hora de actuar y se prepara para entrar en la casa. Siente miedo y nerviosismo, pero se tranquiliza pensando en el robo que hizo en el taller. Julián entra en la casa de la maestra y se sorprende por el silencio. Se pone el antifaz y se siente muy tranquilo. Recoge el calcetín con arena que usará para atontar a la maestra y abre la puerta de la casa.

X

En este capítulo, Paulina es interrogada por un joven policía en su casa. El policía le pide que le diga la verdad sobre su relación con el señor Nives y su cuñado. Paulina se siente nerviosa y preocupada por la situación. El policía le asegura que si le dice la verdad, todo será más sencillo y evitará más investigaciones. Luego, el policía le cuenta a Paulina que el asesino estuvo escondido en su casa y que el crimen fue muy violento. Paulina se siente angustiada y teme que su cuñado también sea interrogado. Después de la conversación con el policía, Paulina se siente agotada y temblorosa. El capítulo continúa con la historia del crimen y la detención del sospechoso, Julián. Paulina decide visitar a su amiga Amalia para buscar apoyo y consejo. Amalia está preocupada por la situación y le pide a Paulina que le recomiende un buen abogado. Paulina le asegura que no la culpa y que hará todo lo posible por ayudarla. Más tarde, Paulina regresa a su casa y se encuentra con la sorpresa de que Eulogio, su ex marido, ha regresado. Eulogio le ofrece apoyo económico y le propone que Miguel vaya a vivir con él en Villa de Robre. Paulina acepta la propuesta y decide quedarse en Madrid por un tiempo más. Eulogio se muestra comprensivo y le asegura que la quiere a pesar de todo. Paulina le pide perdón a Eulogio por su comportamiento y le confiesa que no quiere casarse. Eulogio acepta su decisión y le asegura que la apoyará. El capítulo termina con la visita de Blanca, quien le habla a Paulina sobre la importancia de la fe y la oración. Paulina promete rezar por la salud de Rita, la esposa de Antonio. Al día siguiente, Eulogio se despide de Paulina y le dice que espera que encuentre la felicidad.

XI

En este capítulo, Paulina se ve afectada por las palabras de Blanca, que le hacen darse cuenta de que su vida ha cambiado después de su encuentro con Dios en el tren. Ahora sabe que hay cosas que ensucian y matan el alma, y que roban a Dios el canto de gloria del alma. Paulina recibe una carta de Antonio, en la que él le habla de sus planes de viajar por Europa. Sin embargo, Paulina decide quemar la carta, ya que sabe que rezar no es solo vocalizar palabras sin sentido. Paulina se da cuenta de lo difícil que es seguir el camino de Cristo, ya que implica renunciar a ciertas cosas y cambiar su corazón. Más tarde, Paulina se encuentra con su vecina Luisa, quien le pide prestada una cebolla. Luisa le cuenta a Paulina sobre las dificultades económicas que enfrenta su familia y cómo su marido está en huelga de hambre. Paulina le aconseja a Luisa que no tenga más hijos, pero Luisa se niega, afirmando que es su deber como aragonesa y como verdadera religiosa. Paulina se da cuenta de que Luisa está cargando con su cruz y admira su fortaleza. Después de despedirse de Luisa, Paulina reflexiona sobre su propia fe y su relación con Antonio. Siente que debe dejar de pensar en la muerte de la esposa de Antonio si quiere seguir creyendo en Dios. Paulina entra en una iglesia y se da cuenta de la importancia del Sagrado Corazón de Jesús y del amor de Dios hecho hombre. Reza a Dios para que le permita desear seguir su camino y siente una paz suave.

XII

En este capítulo, Antonio se encuentra en París recibiendo a su hermanastro Jordi, quien le informa de que ninguno de los jóvenes que conoce toma en serio los problemas del espíritu. Antonio reflexiona sobre la rebeldía de la juventud y cómo él y sus amigos reaccionaban contra el ambiente laicizante de antes de la guerra. Antonio había ido a París porque su padre le pidió que recibiera a Jordi y lo orientara un poco. Sin embargo, el encuentro con su hermanastro resulta desagradable, ya que Jordi lo critica a él y a sus amigos. Hablan sobre las mujeres y Jordi afirma que no le interesan, que prefiere vivir el momento presente y acumular experiencias. Antonio recuerda su escapada a Roma y cómo disfrutó de su juventud y su dinero allí. Decide que al día siguiente buscará un billete de avión para España y visitará a Paulina en Madrid. Llega a la casa de Paulina y la encuentra en la iglesia rezando el rosario. Hablan sobre la religión y Paulina le explica que ha encontrado la felicidad en la entrega a Dios. Antonio intenta convencerla de que vuelva a la realidad y le propone cenar juntos y escuchar la primera misa del día siguiente. Sin embargo, Paulina se niega y le explica que necesita vivir una vida pura y entregada a Dios. Antonio se siente descorazonado y se despiden. Paulina se queda quieta y aturdida mientras ve a Antonio alejarse en su automóvil. Al final del capítulo, Paulina se da cuenta de la profunda pena que la embarga.

XIII

En este capítulo, es la mañana del día de Nochebuena y hace frío en Villa de Robre. Mariana está sentada en su escritorio, escribiendo una carta a su ex nuera Paulina. Eulogio la interrumpe y le pregunta a quién está escribiendo. Mariana le explica que está escribiendo a Paulina para agradecerle por enviar a su hijo Miguel para pasar la Navidad con ellos. Eulogio se sorprende al enterarse de que Paulina quiere hacerse monja y le pregunta por qué no le ha comunicado esa decisión. Mariana se enfada y le pide a Eulogio que deje de comer tanto. Luego, Mariana le explica que Paulina quiere dejar a Miguel con ellos si ella se convierte en monja y si Eulogio se vuelve a casar. Eulogio se sorprende aún más y Mariana le muestra la carta de Paulina donde explica su decisión. Después de leer la carta, Eulogio se queda en silencio y Mariana le dice que aunque no le parezca razonable, lo que sí le parece razonable es que Miguel se quede con ellos. Más tarde, Mariana y Eulogio se preparan para la cena de Navidad en el castillo. Durante la cena, el conde habla sobre la ausencia de algunos seres queridos y menciona a Eulogio de manera indirecta. Después de la cena, todos se levantan para ver el árbol de Navidad y dar regalos a los niños. Mariana se siente melancólica y piensa en Blanca, su amiga fallecida. Luego, recuerda momentos difíciles de su vida, como el fusilamiento de Miguel y las infidelidades de su esposo. A pesar de todo, Mariana decide seguir viviendo y defender lo suyo. Mientras tanto, Paulina sale de la iglesia después de la misa de medianoche y se siente llena de alegría y amor hacia Dios. En su casa, se da cuenta de que se ha olvidado de preparar la cena y decide salir al balcón para disfrutar de la noche estrellada. Paulina reflexiona sobre su vocación religiosa y se siente consolada por la belleza de la noche.

XIV

En este capítulo, Paulina escucha una conversación sobre la pena de muerte en un tranvía y se siente perturbada. Mientras tanto, una nueva casa se construye cerca de su antigua vivienda. En el sótano de su antigua casa, ahora alquilado como almacén, ya no hay pájaros, pero en el sexto piso, donde vive una familia ruidosa, hay jaulas con pájaros. Paulina observa a los niños del sexto piso jugar y se siente atraída por su algarabía y vitalidad. A pesar de la fama de beata que ha adquirido en el vecindario, Paulina se siente feliz y satisfecha con su vida espiritual y su búsqueda de Dios. Sin embargo, se encuentra con el vecino del sexto piso en la escalera y tiene un encuentro incómodo con él. Al día siguiente, Paulina visita al Padre González y le expresa su deseo de ingresar a un convento, pero él le aconseja que encuentre a Dios en su vida diaria. Paulina también se preocupa por la falta de interés de su hijo Miguel en la religión. Más tarde, Paulina recuerda el nacimiento de Miguel en la cárcel y se da cuenta de que ha descuidado su verdadera tarea como madre. Se reconcilia con Miguel y decide dedicarse por completo a él. Sin embargo, por la noche, Paulina se siente inquieta y se da cuenta de que hay algo falso en sus razonamientos.

XV

En este capítulo, debajo de la marquesina de la Estación del Norte, se agrupan los niños rapados que llegan del metro, liderados por dos señoritas y un grupo de mujeres miserables. Una de las señoritas, Rosita López, está muy agitada y cuenta los niños para asegurarse de que están todos. Mientras tanto, su amiga Lola Díaz llega en un taxi junto a una señora elegante y un niño rubio. Rosita se sorprende al ver que no está Lola y se da cuenta de que la señora elegante es la madre de Lola. Las mujeres se despiden de los niños y se dirigen al tren. En el camino, Rosita se da cuenta de que las mujeres que las acompañan son salvajes y extrañas. En el tren, los niños cantan y las mujeres discuten con el Padre Jacinto sobre los billetes de andén. El Padre Jacinto se da cuenta de que la señora elegante es Paulina Goya y se acerca a hablar con ella. Paulina le explica que está interesada en unirse a las jóvenes que acompañan a los niños y el Padre Jacinto le explica la labor que realizan. Paulina se despide y se va en un taxi, sintiéndose enferma por el calor y pensando en todo lo que ha sucedido en la estación.

Siguiendo este capítulo, Paulina regresa a su casa después de pasar la noche en casa de unos amigos. A pesar de sentirse sucia y ajada, se siente aliviada al tener la bañera llena y lista para bañarse. En su mente, recuerda el odio que sentía hacia una mujer llamada Rita y cómo deseaba su muerte. Sin embargo, ahora se siente arrepentida y quiere solidarizarse con su muerte, por lo que decide enviar telegramas de condolencia.

Paulina también recuerda el verano pasado, cuando llevó a un grupo de niños de vacaciones. Tenía la esperanza de encontrar una tarea definida en la que pudiera poner su afán de perfección religiosa y amor. Sin embargo, se siente frustrada por no encontrar esa tarea.

Al llegar a su casa, la portera le entrega un telegrama de Antonio, en el que le informa de la muerte de Rita y le pide que le escriba su dirección en Barcelona. Paulina guarda el telegrama sin abrirlo y se da cuenta de que no había relacionado la muerte de Rita con Antonio hasta ese momento.

Después de un baño relajante, Paulina se recuesta en su tumbona y comienza a pensar en Antonio. Se da cuenta de que su amor por él sigue vivo y decide escribirle una carta en la que le declara su amor y su deseo de estar juntos. Sin embargo, al llegar a casa de sus amigos para una cena, comienza a dudar de su decisión y se siente confundida.

Durante la cena, Paulina se da cuenta de que sus amigos la aprecian y se siente agradecida por su amistad. Después de la cena, Concha le dice que la llamarán cuando regresen de sus vacaciones y Paulina promete visitar al sacerdote de la estación.

Al día siguiente, Paulina se levanta tarde y decide no ir a misa. A lo largo del día, reflexiona sobre su amor por Antonio y su deseo de estar con él. Sin embargo, después de un paseo y una visita a la iglesia, se da cuenta de que su verdadero camino de perfección está en su matrimonio con Eulogio. Comprende la grandeza del matrimonio católico y decide aceptar su destino y dedicarse a su matrimonio.

El capítulo termina con Paulina sintiendo una sensación de calma y bienestar, y con la certeza de que Dios la ayudará en su camino de perfección en su matrimonio con Eulogio.

XVI

En este capítulo, Paulina recibe un telegrama de Eulogio anunciando su llegada a finales de septiembre. Durante todo el verano, Paulina había estado esperando noticias de él y comenzaba a preguntarse si había decidido no venir. Sin embargo, cuando finalmente recibe el telegrama, siente una gran angustia. Paulina había escrito a Eulogio con lealtad, después de estar segura de su deber según su fe en Cristo. Eulogio había dejado pasar dos meses sin responder, pero finalmente le envía una carta disculpándose por la demora y expresando sus dudas sobre la decisión de Paulina. A pesar de ello, Eulogio decide aceptar el matrimonio pensando en su hijo Miguel, pero advierte a Paulina sobre las dificultades de vivir en soledad en el campo. Después de recibir la carta, Paulina entra en una época de soledad y angustia espiritual. Antonio tampoco ha escrito, lo cual alivia a Paulina. Un día, Paulina visita a Amalia para comunicarle que regresará al pueblo con su marido. Sin embargo, encuentra a Amalia destruida y en mal estado de salud. Amalia le dice que no se casará y le envidia por tener un marido bueno y rico. Paulina pasa la última noche de soledad en el balcón, pensando en lo que podría haber sido su vida si hubiera aceptado a Antonio. Al día siguiente, Eulogio llega a Madrid y Paulina lo encuentra más envejecido. Pasean por el Retiro y Paulina imagina su vida en Las Duras, sintiendo confianza y paz. El capítulo termina con su regreso a casa.

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