La novia gitana

1 hora y 5 minutos

Capítulo sin nombre 1

En este capítulo, un niño se encuentra encerrado en un lugar oscuro y desconocido. Al principio, piensa que es solo un juego y espera que la puerta se abra pronto. Sin embargo, se da cuenta de que está solo y comienza a buscar el interruptor de la luz. Mientras explora el lugar, tropieza con una lavadora y una pala, y también escucha los gruñidos de un perro que se ha colado en el lugar. El niño se asusta cuando el perro lo ataca y lucha por defenderse. Finalmente, logra encontrar el interruptor de la luz y descubre que está en un almacén lleno de cajas y objetos viejos. El perro, que le falta una pata, continúa atacándolo, y el niño se ve obligado a golpearlo con la pala hasta que muere. El niño se sienta en el suelo, llorando y herido, y luego se va la luz, dejándolo en completa oscuridad.

Capítulo 1

En este capítulo, Susana se encuentra en su despedida de soltera en un club de striptease llamado Very Bad Boys. Sus amigas están emocionadas y celebrando, mientras que Susana teme ser el centro de atención. Dos bailarines, uno rubio y otro mulato, la eligen como su objeto de baile. Aunque Susana teme que le pidan hacer algo incómodo, los bailarines son respetuosos y educados. Después del espectáculo, Susana se da cuenta de que su amiga Cintia se ha ido y se preocupa por ella. A lo largo de la noche, Susana rechaza las propuestas de otros hombres y decide irse a casa. En el camino a casa, Susana se da cuenta de que todavía lleva puesto el tutú rosa y envía un mensaje a Cintia, preocupada de que esté enfadada. A pesar de que apenas ha pensado en su prometido Raúl durante la noche, Susana está decidida a casarse con él. Al llegar a su casa, Susana es secuestrada por alguien desconocido.

Capítulo 2

En este capítulo, el subinspector Ángel Zárate y su compañero Alfredo Costa llegan a la Quinta de Vista Alegre, una finca de recreo abandonada en Carabanchel. El guarda de seguridad, Ramón, les informa sobre el cuerpo sin vida que ha encontrado en el antiguo orfanato. Ramón comenta sobre la falta de cuidado de la finca debido a la falta de financiamiento por parte de los políticos. Zárate y Costa se acercan al cadáver y descubren que lleva puesto un tutú manchado de sangre. Antes de que puedan examinar más de cerca, llega el equipo de la Científica y descubren que la chica aún está viva, pero muere poco después. El caso se vuelve más perturbador cuando encuentran un gusano saliendo de su ojo. Fuentes, del equipo de la Científica, decide llamar al comisario Rentero, ya que este caso parece ser más complicado de lo que pensaban.

Capítulo 3

En este capítulo, Elena Blanco visita su bar habitual donde es atendida por Juanito, un camarero rumano. Aunque no le gusta que la llame "inspectora" en público, Elena ha dejado de corregirlo. Juanito le ofrece una barrita con tomate, pero Elena le responde que no tiene cara de querer una. En cambio, le pide una botella de grappa friulana joven, su bebida favorita por las mañanas. Elena comenta que Didí, el vigilante del aparcamiento debajo de la plaza, estuvo allí temprano y le pidió una copa de su grappa. Juanito le asegura que no le sirvió grappa, sino orujo. Luego, Juanito le cuenta que una pareja estuvo teniendo relaciones sexuales en la tercera planta del parking, a lo que Elena pregunta si fue en un Land Rover rojo.

Después de esta conversación, Elena le pide a Juanito que le dé una bolsita que Didí le dejó para ella. En la bolsa hay unos gramos de marihuana que Didí cultiva en su casa. Elena vive en la plaza Mayor, lo cual es un lujo y un incordio. Desde su balcón, puede ver los dibujos coloridos de la Casa de la Panadería y los espectáculos que el ayuntamiento organiza en la plaza. Sin embargo, también tiene que soportar el ruido constante de los turistas y los eventos que se llevan a cabo allí.

Elena tiene un piso moderno y elegante en la plaza Mayor, que heredó de su abuela. Además, tiene una cámara oculta en uno de los balcones que enfoca hacia la calle de Felipe III. La cámara toma una foto cada diez segundos y Elena revisa las fotos regularmente. Después de poner música y fumarse un porro de marihuana, Elena se desnuda y se mete en la ducha.

Mientras está en la ducha, el teléfono suena varias veces, pero Elena no le presta atención hasta que sospecha que podría ser algo urgente. Envuelta en una toalla, contesta la llamada y descubre que es Rentero, su jefe, quien le informa sobre una ubicación en Carabanchel donde su equipo la espera. Elena se prepara para ir al lugar indicado.

Capítulo 4

En este capítulo, la inspectora Blanco llega a la escena del crimen en la Quinta de Vista Alegre después de un largo viaje debido al tráfico. Aunque no ha tenido tiempo de arreglarse, se siente orgullosa de su equipo y de cómo están manejando la situación. Buendía, el forense, hace un comentario sarcástico sobre su apariencia, pero ella confía en él y en su equipo.

La inspectora Blanco admira los jardines y palacios de la Quinta de Vista Alegre, aunque están descuidados. Se da cuenta de que hay historia en ese lugar y se pregunta si alguna vez una reina de España se sentó donde ella está ahora. Conoce al agente Costa, que ha respondido al aviso del cadáver, y a su compañero Ángel Zárate, quien parece estar interesado en el caso.

La BAC, el departamento especial al que pertenece la inspectora Blanco, normalmente se encarga de casos que se han complicado o que involucran a agentes corruptos. Sin embargo, en este caso, están a cargo desde el principio. Elena nota que el cadáver lleva un tutú de ballet y menciona que podría estar relacionado con una despedida de soltera.

La inspectora Blanco llama a Chesca y Orduño, dos miembros de su equipo, para que se encarguen de la escena del crimen y expulsen a los curiosos. Luego, se entera de que Fuentes, de la Científica, encontró un gusano saliendo del ojo de la víctima, lo que le recuerda a un caso anterior de asesinato ritual. Decide hablar con Zárate, quien se muestra altivo y cuestiona la autoridad de la BAC. Elena le explica que su equipo se hará cargo del caso y le pide que no interfiera en la recogida de pruebas.

Capítulo 5

En este capítulo, Elena llega a la sala de autopsias sin tiempo para cambiarse de ropa y se pone una bata sobre su ropa de calle. El forense le muestra el cuerpo de la víctima, a quien llaman "la novia gitana" por sus rasgos. Descubren un tatuaje de una mariposa en el omóplato derecho y toman muestras de piel debajo de las uñas. No encuentran indicios de violación. Elena observa cómo el forense examina el cráneo de la víctima y descubre tres agujeros unidos por un corte circular. También encuentran gusanos dentro del cráneo. Elena recibe una llamada de su jefe, Rentero, y se encuentra con él en la cafetería de la Facultad de Medicina. Rentero le informa que la víctima se llama Susana Macaya y que hubo un caso similar hace siete años con su hermana Lara. Elena se convence de que este caso es suyo y está decidida a encontrar al culpable.

Capítulo 6

En este capítulo, Zárate está frustrado porque los policías de la BAC están tomando el control de la investigación del asesinato de Susana Macaya. Zárate habla con el guarda de la Quinta de Vista Alegre y descubre que no hay cámaras de seguridad en el lugar. También se entera de que apenas hay visitantes y que los mendigos que solían frecuentar el parque han desaparecido. A pesar de su frustración, Zárate intenta recordar los consejos de su mentor, Salvador Santos, sobre la importancia de escuchar a los testigos. Más tarde, Zárate observa cómo los agentes de la BAC trabajan en la escena del crimen y encuentra una colilla de cigarrillo, pero es reprendido por una inspectora de la BAC. Zárate se enfrenta a ella, pero es interrumpido por otro agente de la BAC llamado Orduño, quien intenta calmar la situación. Finalmente, Zárate se aleja y se pregunta cuánto tiempo pasará antes de que la inspectora de la BAC se dé cuenta de que le ha robado la cartera.

Capítulo 7

En este capítulo, se describe la ubicación de las oficinas de la Brigada de Análisis de Casos, que se encuentran en la cuarta planta de un edificio normal en la calle Barquillo. A diferencia de una comisaría, no hay uniformes ni armas visibles, y no hay letreros que indiquen la naturaleza de su trabajo. La sala de reuniones es similar a la de cualquier empresa, con una mesa, sillas, una pizarra blanca y un dispensador de agua.

En la reunión, la inspectora Elena Blanco comparte los primeros datos del informe de la novia gitana. La víctima se llama Susana Macaya, de veintitrés años, y posiblemente estaba de despedida de soltera. Lo más sorprendente es que los gusanos le han comido el cerebro, y su hermana Lara murió de la misma forma hace siete años, aunque el asesino de Lara está en la cárcel.

El equipo discute la posibilidad de que haya alguien copiando la forma de matar a una hermana para atacar a la otra. La inspectora ordena investigar el caso de la hermana y descubrir si Susana estaba realmente en una despedida de soltera. También se asignan tareas, como localizar a las amigas de Susana y poner en funcionamiento su teléfono.

Mariajo, una abuelita encantadora pero hábil hacker, se encarga de buscar información en la red sobre Susana. Además, se planea buscar cámaras de seguridad en los alrededores del portal de Susana y se analizan las pruebas encontradas en el lugar del crimen.

La reunión concluye con la inspectora Elena programando una cita con un entomólogo para obtener más información sobre los agujeros en el cráneo de la víctima. Chesca pide permiso para buscar su cartera perdida y la inspectora le concede el tiempo necesario.

Capítulo 8

En este capítulo, Miguel Vistas está enseñando a Carlos, también conocido como el Caracas, a colgar los negativos de las fotografías para que se sequen. Mientras los demás alumnos están distraídos en la clase, el Caracas se queda a ayudar a recoger todo después de que suene el timbre. Miguel le pregunta si sabe algo sobre su recurso, a lo que el Caracas responde que todavía no ha recibido respuesta. Miguel comenta sobre los abogados y cómo todos los presos parecen saber más sobre leyes que cualquier ciudadano. Aunque Miguel es un preso más, es diferente a los demás, ya que no pasa su tiempo libre en el gimnasio o haciendo tatuajes. Tiene unos cuarenta años, está regordete y se viste como un padre de familia. Según su expediente, Miguel asesinó a una chica y continúa afirmando su inocencia. No quiere hablar de su caso para evitar venganzas de otros presos, pero a veces adopta un aire misterioso para ganar prestigio. Miguel le cuenta al Caracas que un abogado nuevo le ha pedido una reunión y que ya no confía en nadie. El Caracas se despide para lavar la ropa del Mataviejas, otro preso que se cargó a tres ancianas. Miguel le advierte al Caracas que si no le hace caso, acabará jodido, pero el Caracas le responde que tarde o temprano todos acaban jodidos en la cárcel.

Capítulo 9

En este capítulo, Zárate deja su moto en la plaza del Rey y se dirige a la calle Barquillo en busca de la dirección que encontró en el recibo de taxi de la cartera de la policía. Llega a la BAC, la Brigada de Análisis de Casos, donde es recibido por la inspectora Elena Blanco. Zárate le entrega la cartera que encontró en la Quinta de Vista Alegre y la inspectora le hace una tarjeta de acceso. Luego se encuentran con Chesca, quien recibe su cartera con hostilidad. La inspectora y Zárate se dirigen a una habitación donde se encuentran los padres de la víctima, Moisés y Sonia. La inspectora le pide a Zárate que les dé la noticia de la muerte de su hija. Después de un emotivo encuentro con los padres, la inspectora promete encontrar al asesino y Zárate se da cuenta de que ella está utilizando una estrategia para dar esperanza a los padres.

Capítulo 10

En este capítulo, Moisés expresa su arrepentimiento por haber educado a sus hijas de manera libre y permitirles tomar sus propias decisiones. Los padres de Susana reciben información sobre la muerte de su hija y se les asegura que se trata de un homicidio, pero aún no se conocen los detalles hasta que se complete la autopsia. La inspectora Blanco debe tener cuidado al hablar con los padres para evitar que sospechen que la muerte de su hija está relacionada con el asesinato de su hermana. Se revela que Susana vivía sola desde hace dos años y se ganaba la vida haciendo trabajos de mensajería y modelando para catálogos de ropa. Se menciona que estaba a punto de casarse con un hombre llamado Raúl, a quien Moisés desconfía. Los padres revelan que habían tenido problemas de comunicación con Susana en el pasado. La inspectora pregunta sobre la despedida de soltera de Susana y los padres proporcionan información sobre el restaurante y el lugar donde se celebraría la despedida. Mientras tanto, la inspectora Blanco se distrae y piensa en la imagen de Susana en la sala de autopsias. Moisés menciona que el asesino de su hija mayor está en la cárcel y que confió en la justicia, pero esta vez no será así. La inspectora no sabe si es una amenaza o simplemente una forma de liberar tensión por parte de Moisés.

Capítulo 11

En este capítulo, Chesca y Orduño se encuentran en el vestuario del club Very Bad Boys, donde los bailarines se preparan para el show. Chesca observa a su compañero hablar con el cubano y recuerda a la chica morena del tutú rosa. Bruno, uno de los bailarines, recuerda haber bailado con ella y haberla hecho sentir cómoda. El cubano no puede proporcionar mucha información sobre las clientas, ya que pasan muchas mujeres por el club cada noche.

Chesca le pregunta al cubano sobre las amigas de la chica del tutú rosa, pero él no puede recordarlas. Luego, menciona que a veces las mujeres visitan el camerino después del espectáculo, pero no fue el caso de la chica del tutú rosa. Esa noche, otra mujer llevaba una diadema con una polla de goma.

Después de un incidente con uno de los bailarines, Chesca retuerce el brazo del bailarín y lo hace arrodillarse en el suelo. Orduño intenta intervenir, pero Chesca lo suelta y se van a la calle. Chesca se queja de que no obtuvieron ninguna información útil durante su visita al club.

La siguiente cita de los dos agentes es en las oficinas de la calle Barquillo, donde se encuentran con las amigas de la novia que estuvieron en la despedida de soltera en el Very Bad Boys. Chesca se fija en Cintia, una de las amigas, y descubre que conocía a Susana de un curso de modelos. Cintia menciona que Susana dejó el curso y ahora solo hace trabajos de modelo ocasionalmente.

La conversación se centra en las demás amigas, pero Chesca sigue observando las reacciones de Cintia. Marta, la líder del grupo, responde a las preguntas y parece no estar muy afectada por la muerte de Susana. Chesca les pregunta si sospechan de alguien que pudiera querer hacerle daño a Susana, y Marta menciona a Raúl, el novio de Susana, y a su hermana Lara, quien también murió poco antes de casarse.

Después de interrogar a todas las amigas por separado, excepto a Cintia, descubren que todas fueron al club Very Bad Boys y luego a otro local. Todas dejaron a Susana cerca de su casa antes de ir a otro lugar. Deciden volver a hablar con Cintia, quien les dice que se fue a casa a dormir porque no le gustaba el lugar y le daba vergüenza que las mujeres hicieran esas cosas.

Chesca y Orduño concluyen que Cintia y Susana estaban involucradas sentimentalmente. Chesca opina que todos los hombres piensan que las mujeres guapas están liadas, pero Orduño no opina al respecto.

Capítulo 12

En este capítulo, Chesca muestra su descontento al enterarse de que Zárate estará con ellos durante unos días, pero cumple órdenes. Elena da instrucciones a su equipo para investigar el apartamento de la víctima y la casa de su novio. Durante una reunión, Buendía proporciona datos sobre la autopsia y Mariajo revela que los últimos mensajes del teléfono de Susana fueron para Cintia. Orduño cree que tenían una relación amorosa, pero Chesca lo niega. Elena ordena a Zárate y a ella misma que investiguen las redes sociales del novio y de Cintia. Luego, se dirigen al apartamento de Susana en el Lada Riva rojo de Elena. Aparcan en una zona de carga y descarga y utilizan las habilidades de Zárate para abrir la puerta. Dentro del apartamento, encuentran todo ordenado y una reproducción de un cuadro de Tamara de Lempicka. Elena reconoce el cuadro y revela que estuvo en la casa museo de la pintora en México. No encuentran nada sospechoso en el apartamento y Zárate encuentra un portátil viejo que llevarán a Mariajo. Elena sugiere que Susana probablemente no llegó a su casa después de la despedida. Los expertos forenses llegan al apartamento y Elena decide tomar una grappa.

Capítulo 13

En este capítulo, Raúl recibe la visita de dos policías en su lujoso apartamento. Los policías le informan que han encontrado el cadáver de su novia, Susana, en un parque en Carabanchel. Aunque Raúl parece sorprendido por la noticia, los policías sospechan de él como posible culpable y le piden que colabore con la investigación. Se llevan su ordenador para analizarlo y le piden que los acompañe a sus oficinas. Raúl pasa la noche en una sala de espera y será interrogado por la inspectora Blanco al día siguiente.

Capítulo 14

En este capítulo, la inspectora Elena Blanco lleva a Ángel Zárate a un karaoke llamado Cher's en la calle Huertas. Al entrar, Zárate nota que todos conocen a la inspectora y ella explica que va allí a menudo. Mientras observa el lugar, Zárate no entiende el encanto del karaoke. El camarero les pregunta qué desean tomar y Elena pide su bebida habitual, una grappa. Luego, hablan sobre el apartamento de Susana y Zárate comenta que no notó nada más aparte de la falta de detalles personales y la ausencia de línea ADSL. Elena menciona algunos elementos que llamaron su atención, como un cuadro de Lempicka y un retrato de Lara guardado en un cajón. A pesar de tener poca información, Elena confía en que encontrarán lo que buscan. Después, Elena sube al escenario y sorprende a Zárate con su talento para cantar. Al finalizar su actuación, el camarero le ofrece otra copa de grappa como invitación de la casa. Hablan sobre la carrera de Zárate y luego escuchan a Adriano, un hombre que canta de manera impresionante. Zárate aplaude junto con los demás, aunque sabe que solo está imitando a los demás y que esa experiencia está fuera de su alcance. Elena le pregunta si tiene coche y le propone ir a su casa.

Capítulo 15

En este capítulo, Zárate se despierta en su apartamento en Carabanchel y no puede imaginar que terminará en un lujoso piso en la plaza Mayor de Madrid. Mientras la inspectora Blanco se va al baño, Zárate se asoma a la ventana y ve una cámara en el balcón. Después de salir de un karaoke, la inspectora lleva a Zárate al piso y comienzan a besarse. En el dormitorio, Zárate nota un cuadro de un desnudo femenino y se pregunta si es la misma inspectora. La inspectora le advierte que lo que está sucediendo no ha ocurrido y que no se crea más importante por ello. Luego tienen relaciones sexuales y Zárate se da cuenta de que la inspectora tiene una cicatriz de cesárea. Después de que ella se duerme, Zárate se levanta y va al salón, donde nota que no hay fotos ni indicios de que la inspectora tenga un hijo. La inspectora se une a él y le pide que se vaya. Antes de irse, Zárate le pregunta sobre el piloto rojo en el balcón, pero ella no le da una explicación. Al salir, la inspectora le tiende la mano y se despiden. Luego, la inspectora revisa las fotografías tomadas por la cámara en su balcón, buscando una cara picada de viruela que vio hace ocho años.

Capítulo 16

En este capítulo, Zárate se encuentra con su compañero Costa en el bar La Reja y le cuenta que la inspectora Blanco lo ha asignado a la Brigada de Análisis de Casos para investigar el asesinato de la chica. Costa no se enfada, sino que le cuenta que Salvador Santos, el mentor de Zárate, fue quien llevó la investigación del asesinato de la hermana de la víctima. Zárate recuerda que Santos fue un buen policía y que estuvo con él el día en que murió su padre. Zárate también reflexiona sobre cómo el alzhéimer está afectando a Santos, a quien considera como un segundo padre.

Después, Zárate se reúne con el equipo de la BAC, donde el forense Buendía presenta los informes de la autopsia de la víctima y revela que el modus operandi del asesinato es el mismo que el de la hermana mayor. Buendía explica que el asesino utiliza gusanos "barrenadores" para causar daño en el tejido cerebral de las víctimas. El equipo se muestra impactado por la crueldad del asesino y prometen atraparlo.

Luego, Orduño y Chesca informan que han traído al novio de la víctima, Raúl, a la brigada. Comentan que Raúl es adinerado, consume cocaína y no ha mostrado ninguna emoción por la muerte de su novia. Mariajo intenta acceder al ordenador de Raúl, que tiene fuertes medidas de seguridad. La inspectora Blanco decide hablar con Raúl y lleva a Zárate con ella. Chesca y Orduño se encargan de revisar el informe de Buendía y revisar las cámaras de seguridad cerca de la casa de la víctima.

El capítulo termina con Chesca mirando hostilmente a Zárate mientras él sale de la sala con la inspectora.

Capítulo 17

En este capítulo, Raúl se queja y amenaza con denunciar a la inspectora porque considera que no tiene derecho a retenerlo. Sin embargo, la inspectora le explica que no lo han retenido y que podría haberse ido en cualquier momento. Le advierte que si se va, pensarán que no quiere que encuentren al asesino de Susana y sospecharán de él. Raúl accede a quedarse y comienza a responder a las preguntas de la inspectora.

Poco a poco, la inspectora obtiene la información que busca: Raúl y Susana no se llamaban a diario, la última vez que hablaron fue el viernes por la tarde y ella salió a celebrar su despedida de soltera. Raúl recuerda que cenaron juntos y luego fueron a casa de Susana, pero él no se quedó a dormir. La inspectora le pregunta qué hizo el viernes por la noche, pero Raúl se pone nervioso y no responde.

Mientras tanto, Elena Blanco logra abrir el ordenador del novio de Susana y encuentra fotos comprometedoras de Susana y su amiga Cintia en el apartamento de Ministriles. La inspectora decide llamar a Cintia para interrogarla. Elena y Zárate especulan sobre la posibilidad de que Raúl haya matado a Susana al enterarse de su relación con Cintia, pero descartan la idea de que alguien mate a su novia con gusanos por un enfado.

Cuando regresan a la sala, Raúl se muestra abatido y nervioso. La inspectora le pregunta qué hizo el viernes por la noche y Raúl responde que no hizo nada, que se quedó en casa leyendo y escuchando música. La inspectora toma notas para hacerle creer a Raúl que sabe más de lo que demuestra. Luego le pregunta sobre el asesinato de la hermana de Susana y Raúl niega saber algo al respecto. Sin embargo, la inspectora le revela que en su ordenador hay una carpeta con recortes de prensa sobre el asesinato.

Raúl se da cuenta de que su situación empeora y decide decir la verdad. Confiesa que siempre quiso ser director de cine y se le ocurrió hacer un guion sobre el asesinato de la hermana de Susana. En ese momento, Chesca interrumpe y muestra a la inspectora imágenes de una cámara de seguridad donde se ve a Raúl caminando hacia la calle de Ministriles la noche del viernes al sábado. La inspectora decide detener a Raúl y ordena su traslado.

Capítulo sin nombre 19

En este capítulo, el niño está sentado en el suelo examinando la herida de su pie, que se ve muy mal. Hay sangre coagulada y una mancha negra que cubre todo el empeine. Siente un dolor punzante en la pierna, como descargas eléctricas. La nave espacial se ve habitable con la luz del día, con una lavadora blanca, cajas en fila y una estantería de obra. También ve un perro muerto con la lengua fuera y una pala apoyada en su cuerpo. El niño se levanta, coge la pala y la utiliza para golpear la puerta. En un ataque de furia, golpea la madera varias veces y se lastima el pie herido. Luego, se frota los ojos y llora debido a una astilla que tiene en el ojo. A pesar de poder buscar herramientas en las cajas para escapar, el niño está cansado y sin fuerzas. Siente hambre y recuerda que si estuviera con su madre, estaría tomando el desayuno. Intenta abrir el ojo izquierdo, pero no puede. Observa una ventana alargada que casi toca el techo y decide subirse a una torre de libros para alcanzarla. Utiliza uno de sus zapatos para romper el cristal y logra hacer un hueco para salir. Grita pidiendo ayuda, pero se da cuenta de que está en medio de la nada. Baja de la torre con cuidado debido al dolor en su pie y se sienta a esperar, con la vista fija en el perro muerto. A pesar de la situación, el niño siempre ha querido tener un perro y a veces imaginaba que ese perro era suyo.

Capítulo 18

En este capítulo, se lleva a cabo una segunda reunión del día después de que Raúl sea trasladado a los calabozos de una comisaría. La inspectora Blanco informa que aún no hay novedades sobre la autopsia ni se sabe de quién son los restos encontrados debajo de las uñas de la víctima. Sin embargo, revela que en el cuerpo de Susana se encontraron grandes dosis de diazepam, lo cual sorprende a Elena.

Elena se cuestiona por qué habrían sedado a Susana antes de matarla y si también le habrían dado diazepam a su hermana cuando la mataron. La inspectora responde que no tiene información al respecto, a menos que haya un informe de tóxicos extraviado. Luego, se discute sobre el novio de la víctima, quien había mentido sobre su paradero y tenía fotos de su novia y de Cintia en la cama, además de estar relacionado con el asesinato de Lara.

La inspectora revela que no cree que el novio sea el culpable y menciona la huella encontrada en la Quinta de Vista Alegre. Zárate admite no haberse fijado en los pies de Raúl, lo que lo hace dudar de su capacidad de observación. La huella encontrada es de una talla más grande que la de Raúl, lo que indica que el asesino era un hombre grande. Además, se menciona que Raúl tenía predilección por vídeos y fotos de lesbianas, así como por una sección de vídeos porno.

Se discute sobre la limpieza general que se encontró en la casa de Susana y la dificultad para acceder a cierta zona del ordenador de la víctima. También se revela que el seguimiento del móvil de Susana muestra que entró en un vehículo poco después de las tres de la madrugada y se dirigió a la Quinta de Vista Alegre, donde se cree que fue asesinada.

La inspectora sugiere que se vuelva a investigar la Quinta de Vista Alegre y se menciona la posibilidad de que un detective privado haya tomado las fotos de Susana y Cintia. Se decide interrogar a Cintia en la sala de las cámaras y se plantea la posibilidad de que ella sea culpable, aunque la inspectora descarta esta idea debido a la huella encontrada, que no parece pertenecer a Cintia. La reunión concluye y cada uno continúa con sus tareas.

Capítulo 19

En este capítulo, Cintia se siente avergonzada y preocupada al ver las fotos en el ordenador. Se da cuenta de que ha mentido sobre su relación con Susana y se pregunta quién las ha sacado. Durante el interrogatorio, Cintia confiesa que ella y Susana llevaban tres años juntas y que se fue de la despedida de soltera porque no soportaba verla con otros hombres. También revela que Susana no estaba enamorada de Raúl, su prometido, y que él solo estaba interesado en el dinero de la familia de Susana. Elena y Zárate escuchan el interrogatorio desde el despacho de la inspectora. Elena se sorprende al enterarse de la fortuna de la familia de Susana. La inspectora considera a los tres sospechosos: el asesino de la hermana de Susana, el novio y la amante lesbiana. Aunque no descarta a ninguno de ellos, piensa que nadie mata a dos novias sin planificarlo todo cuidadosamente. Chesca le revela a Cintia que Susana estaba obsesionada con la muerte de su hermana y se hacía fotos con un velo similar al que llevaba su hermana en las fotos de la sesión en la que fue asesinada. Elena descubre que en el ordenador hay fotos de Susana vestida de novia y recupera un chat de WhatsApp entre Susana y su padre en el que él la amenaza para que no se case con Raúl. Zárate no cree que el padre sea el culpable, pero Mariajo sugiere que alguien cercano a la víctima o al asesino podría tener acceso a la información del caso. Elena se retira para rendir cuentas a sus superiores y Zárate se queda para aprender del interrogatorio.

Capítulo 20

En este capítulo, Elena y Rentero se encuentran en el restaurante Asia Gallery del hotel Palace. Mientras disfrutan de la comida, Elena le resume a Rentero el estado del caso: la detención de Raúl, las similitudes entre las muertes de las hermanas, la relación de Susana con Cintia y las fotos que han aparecido, y las dudas sobre el padre. Rentero expresa su preocupación por tener a un inocente en la cárcel, pero Elena confía en el trabajo del policía que llevó el primer caso. Rentero le pide a Elena que se enfoque en resolver el caso y mantener a la prensa alejada. Después de la comida, Elena piensa en los próximos pasos a seguir en la investigación, como enviar a Zárate y Orduño a buscar a los mendigos, visitar a los padres de Susana y interrogar nuevamente a Raúl. También considera la importancia del diazepam en el caso y planea entrevistarse con el presunto asesino de Lara Macaya en la cárcel. A pesar de la carga de trabajo, Elena se siente a gusto y en paz en ese momento.

Capítulo 21

En este capítulo, Damián Masegosa, un abogado mediático, se reúne con Miguel Vistas, un fotógrafo de bodas que ha estado encarcelado durante siete años por un asesinato que él asegura no haber cometido. Masegosa le ofrece representarlo en su caso y demandar al Estado por indemnización si se descubre alguna evidencia que ponga en duda su culpabilidad. A pesar de no tener dinero para pagarle, Vistas acepta la propuesta y acuerdan que Masegosa se llevará la mitad de la indemnización. Vistas le cuenta que trabajaba para el padre de la víctima y que había tomado fotos comprometedoras de la novia, pero que se arrepintió y quiso destruirlas. Además, menciona que el padre era celoso y que eso pudo haber influido en su testimonio en su contra. Vistas le expresa a Masegosa su deseo de demostrar su inocencia y el abogado le asegura que pronto sabrá algo importante que podría ayudarlo. Acuerdan que Masegosa revisará la documentación del caso y enviará a uno de sus colaboradores para recoger los papeles necesarios.

Capítulo 22

En este capítulo, Raúl se encuentra en una situación difícil al ser confrontado por Chesca, una policía, quien lo acusa de asesinar a su novia Susana. Raúl niega haber cometido el crimen y espera que la otra policía, la mayor y elegante, intervenga y detenga el acoso de Chesca. Sin embargo, la situación empeora para Raúl, ya que es arrestado y trasladado a los calabozos de una comisaría. Después de unas horas, es llevado de vuelta a la BAC, donde se siente cansado, desorientado, hambriento y sucio. Además, Raúl siente la necesidad de consumir drogas.

Chesca continúa interrogando a Raúl, acusándolo de no poder aceptar que su novia fuera lesbiana. Raúl insiste en su inocencia y espera que la otra policía le crea. Sin embargo, la otra policía también duda de la versión de Raúl, ya que ha encontrado pruebas que lo incriminan, como un video en el que aparece cerca de la casa de Susana en el momento en que desapareció. Raúl explica que estaba allí para encontrarse con un traficante de drogas, pero no pudo hacerlo. Además, la policía menciona que Raúl tiene una carpeta en su ordenador con recortes de prensa sobre el asesinato de Lara, lo cual aumenta las sospechas en su contra.

Raúl afirma que recibió las fotos de Susana y Cintia por correo electrónico, pero desconoce quién las envió. Sospecha que pudo haber sido el padre de Susana, Moisés, quien no estaba de acuerdo con su relación. Raúl revela que Moisés lo amenazó para que no se casara con su hija y que necesitaba el dinero de la boda. Sin embargo, Raúl también menciona que la familia de Susana no es directamente responsable de sus deudas, sino que tiene que hablar con algunos parientes de Susana para solucionar sus problemas.

Elena, la inspectora a cargo del caso, debe procesar toda la información proporcionada por Raúl y reprender a su equipo por no haber investigado adecuadamente a los Macaya, la familia de Susana. Elena se da cuenta de que su brigada no está funcionando como debería. Finalmente, Elena decide dejar en libertad a Raúl, pero le advierte que no salga de Madrid, ya que podrían necesitarlo en cualquier momento. Elena solo cree en lo que ve, en que Susana y su hermana Lara están muertas.

Capítulo 23

En este capítulo, Zárate se encuentra en el coche con Orduño, un compañero policía. Van camino a la Quinta de Vista Alegre, en Carabanchel, para buscar a un mendigo que pueda tener información sobre el caso. En la Quinta, hablan con Ramón, el guarda que encontró el cadáver. Ramón les dice que los mendigos dejaron de venir al lugar y que el Tuerto, el líder de los mendigos, podría saber algo. Zárate conoce bien el barrio y sabe que para encontrar a un mendigo hay que buscar en los parques y zonas menos favorecidas. Mientras buscan al Tuerto, Orduño le pregunta a Zárate sobre la inspectora Chesca. Zárate le cuenta que Chesca es una buena policía y que siempre está dispuesta a ayudar a sus compañeros. Finalmente, encuentran al Tuerto en el Cementerio Sur y lo interrogan. El Tuerto les cuenta que un hombre le pagó para que se quedara en una pensión durante el fin de semana y convenciera a los demás mendigos de no ir a la Quinta de Vista Alegre. El Tuerto no sabe qué ocurrió en la Quinta, ya que solo le importaba que le pagaran. Zárate le pide al Tuerto que les ayude a encontrar al hombre y el Tuerto accede, ya que no le queda más remedio. El Tuerto les dice que reconoce a los policías por su olor.

Capítulo 24

En este capítulo, Zárate se da cuenta de que hay muchas reuniones y poca acción en la Brigada de Análisis de Casos. Aunque reconoce que esta puede ser la clave del éxito del equipo, él prefiere perseguir a los delincuentes en lugar de pensar en lo que ha sucedido. Durante una reunión, Buendía muestra fotografías de la escena del crimen de Lara y Susana. Se revela que Lara fue encontrada en una casa abandonada en Usera, mientras que Susana fue encontrada en la Quinta de Vista Alegre. Se descubre que las marcas en el suelo indican que Lara fue colocada como si estuviera posando y que el asesino se sentó a ver el espectáculo. Además, se encuentran incisiones en la cabeza de ambas víctimas, hechas con diferentes herramientas. Se discute si el mismo asesino está detrás de ambos casos y si Miguel Vistas, quien fue condenado por el asesinato de Lara, es realmente culpable. También se menciona que Moisés, el padre de Susana, dio una descripción de un hombre que le dio dinero para no acercarse a la Quinta, y se decide investigar a Luis Soria, un detective que alquiló una casa cerca de la de Susana. La inspectora Blanco y Zárate van a hablar con Moisés, mientras que Chesca y Orduño se encargan de hablar con el detective.

Capítulo 25

En este capítulo, Elena y Zárate llegan al barrio de la Piovera, donde se encuentra el chalet de la familia Macaya. Aunque el barrio es conocido por ser caro y exclusivo, el chalet de los Macaya muestra signos de decadencia, con la necesidad de reparaciones y un jardín descuidado. En el interior, el ambiente es lúgubre y oscuro, y la madre de Susana, Sonia, está desorientada y frágil. Elena y Zárate le informan a Sonia que el asesinato de su hija es similar al de Lara, y que no creen que sea necesario entrar en detalles. La madre reacciona con frialdad y agarra la mano de Elena en busca de consuelo. Moisés, el padre, se enfurece y acusa a la inspectora de haber liberado al asesino de Lara. Elena intenta contener su propia emoción y les asegura que harán todo lo posible para descubrir al culpable. Luego, les pregunta si alguien podría querer hacerles daño, pero la pareja niega tener enemigos. Moisés menciona que Raúl, el novio de Susana, estaba más interesado en el dinero de la familia que en su hija, pero no cree que sea capaz de cometer un crimen. También descartan al novio de Lara, quien estaba fuera de España en el momento de su muerte. Moisés revela que su familia le ofreció ayuda en el pasado, pero él rechazó su ayuda y ahora cree que sus hijas murieron como consecuencia. Elena les pregunta sobre su paradero durante el fin de semana, y ellos afirman que estuvieron en casa, saliendo solo para comprar pan. Elena también pregunta si conocían a Cintia, la amiga de Susana, y Moisés menciona las malas compañías a las que las jóvenes están expuestas en la actualidad.

Capítulo 26

En este capítulo, nos encontramos en la oficina de Luis Soria, director y único empleado de Detectives Soria. La oficina está en un edificio en la Gran Vía y da la impresión de ser un negocio en decadencia. Orduño y Chesca, dos policías que están investigando un caso de asesinato, le preguntan a Soria sobre unas fotografías de dos mujeres en la cama. Soria se niega a revelar quién le encargó las fotos, alegando confidencialidad hacia sus clientes. Los policías intentan persuadirlo, pero Soria se mantiene firme. Finalmente, Chesca amenaza a Soria y saca su pistola, lo que lo lleva a confesar que fue Moisés Macaya quien le encargó las fotos. Soria explica que Moisés sabía de la relación de su hija con la otra mujer y le pidió que les hiciera las fotos. Sin embargo, Soria borró la mayoría de las fotos para evitar problemas. Soria teme represalias por parte de Moisés, ya que es primo de "El Capi", uno de los jefes del Clan del Sordo, una peligrosa organización criminal.

Capítulo 27

En este capítulo, Elena Blanco llama a Cintia para hablar con ella en privado en la sala de interrogatorios. Quiere que Cintia se sienta cómoda y se abra, por lo que desconecta las cámaras y le asegura que todo lo que hablen quedará entre ellas. Elena le pregunta a Cintia por qué Susana decidió casarse con Raúl a pesar de que su padre no lo aceptaba y ella no estaba enamorada de él. Cintia explica que Susana era una persona compleja y que ocultaba sus verdaderos deseos para no avergonzar a su padre, pero a la vez no podía evitar enfrentarse a él. Cintia revela que Susana estaba obsesionada con su asesino y que quería conocerlo. Elena se sorprende y Mariajo llega para mostrarle algo importante. Han logrado acceder al ordenador de Susana y descubren que tiene las mismas fotos que Buendía les mostró del expediente de Lara, pero en lugar de Lara, aparece Susana. Elena se toma un descanso para procesar toda la información y luego regresa a la sala para que Cintia le hable más sobre la obsesión de Susana. Cintia le cuenta que Susana quería conocer al asesino, pero no le permitieron visitarlo en la cárcel. Elena le pregunta si cree que Susana quería morir como su hermana, pero Cintia se indigna y niega esa posibilidad. Elena se siente cada vez más desconcertada por el caso y se encuentra con Orduño y Chesca, quienes le informan sobre la familia de Moisés y el Clan del Sordo. Elena decide entrevistarse con Miguel Vistas al día siguiente y se pregunta dónde está Zárate. Finalmente, Elena se va y sus compañeros no le dicen nada, sabiendo que probablemente se dirige al Cher's para cantar.

Capítulo 28

En este capítulo, Zárate visita a Salvador Santos, su antiguo jefe y figura paterna, quien sufre de Alzheimer. Zárate y Costa van a hablar con Salvador sobre un caso de asesinato que investigó hace siete años, ya que la hermana de la víctima ha sido asesinada de manera similar y el condenado del primer crimen podría ser inocente. Ascensión, la esposa de Salvador, se preocupa por el estado de salud de su esposo y no quiere que lo molesten con el pasado. Sin embargo, Zárate insiste en que es importante hablar con él para poder defenderlo. Finalmente, Ascensión permite que Zárate entre solo a hablar con Salvador. Durante la conversación, Salvador revela que sospechaba de un hombre encorvado con una joroba en el caso anterior. Antes de irse, Salvador advierte a Zárate que no están buscando a un jorobado, sino al demonio.

Capítulo 29

En este capítulo, Elena Blanco se encuentra en el Cher's, donde ha estado cantando y bebiendo grappa durante dos horas. Aunque la grappa no le afecta en el momento, le ayuda a dormir. Ha cantado varias canciones y ha recibido muchos aplausos de los asistentes. Antes de irse, Joaquín Zárate le pregunta qué hace allí y le propone tomar algo juntos. Elena rechaza su propuesta de manera brusca y se enfada cuando Zárate menciona a su hijo. Después de salir del Cher's, Zárate se queda solo y decide ir a la plaza Mayor. Desde allí, observa los balcones del apartamento de Elena y se pregunta por qué ella reaccionó de esa manera cuando mencionó a su hijo. Por otro lado, Elena regresa a casa y revisa las fotografías de su sistema de vigilancia de la plaza, pero no encuentra ninguna pista relevante. Se siente frustrada y se pregunta por qué no puede superar su pasado. Finalmente, se prepara mentalmente para su encuentro con Miguel Vistas al día siguiente y reflexiona sobre la importancia de reunir pruebas sólidas para determinar la culpabilidad de alguien.

Capítulo 30

En este capítulo, Sonia se encuentra con Cintia, la mejor amiga de su hija y la mujer de la que estaba enamorada. Aunque solo se habían saludado una vez en un centro comercial, Sonia sabía que había algo más entre ellas. Sonia espera a Cintia en el pasillo y se da cuenta de que no puede ocultar su amor por su hija. Cintia intenta abrazarla, pero Sonia se aparta, no quiere sentir su compasión. Cintia le pregunta sobre el funeral de su hija, pero Sonia no sabe cuándo será. Cintia menciona que Raúl, el detective, le ha contado algo, pero Sonia no sabe de qué está hablando. Sonia se da cuenta de que ha vivido con los ojos cerrados y que Moisés ya no es el hombre del que se enamoró. Cierra la puerta y rompe a llorar. Luego, ve a Moisés hablando con alguien en una furgoneta blanca y se pregunta si puso a un detective a seguir a su hija. Moisés le reprocha por estar en camisón en medio de la calle y Sonia se siente confundida y engañada después de tantos años.

Capítulo 31

En este capítulo, Rentero y Elena se encuentran en el hotel Ritz para desayunar. Rentero le comenta a Elena que ya no puede retener más a la prensa y que ha habido una filtración en el caso de Susana Macaya. Rentero acusa a Zárate, un nuevo miembro del equipo de Elena, de ser responsable de la filtración. Elena no desconfía de Zárate y piensa que alguien más del equipo podría ser responsable. Rentero le pregunta a Elena cómo va la investigación y ella le comenta que sospechan de Moisés, el padre de las chicas. Elena menciona que hay un testigo que vio a un hombre encorvado merodeando por la zona días antes del asesinato. Rentero no cree que sea un indicio fuerte y bromea diciendo que debería hacer terapia postural. Elena le menciona a Rentero que han encontrado una huella de zapato del número 45, que calza Moisés. Rentero considera que es poco y que la actitud de Moisés es comprensible después de la muerte brutal de sus hijas. Elena le pregunta a Rentero si está recibiendo presiones de la comunidad gitana y él le asegura que solo intenta entender sus sospechas. Rentero le pide a Elena que atrapen al asesino cuanto antes para evitar que salgan a la luz los detalles del caso y calmar las aguas. Elena le asegura que nadie de su equipo está vagueando. Rentero menciona que hace siete años se hizo mal la investigación del asesinato de Lara y le pide a Elena que lo ayude atrapando al asesino cuanto antes. Elena le dice que necesita más tiempo y que en esta ocasión las cosas se están haciendo bien. Rentero le advierte que si las cosas no salen bien, dudará de que se estén haciendo bien.

Capítulo 32

En este capítulo, Elena Blanco visita la cárcel de Estremera para entrevistar a Miguel Vistas, el asesino convicto. El director de la cárcel no puede recibirla, así que la subdirectora le brinda información sobre el preso. Le asegura que Vistas ha tenido un comportamiento ejemplar y que la cárcel, a pesar de ser moderna y cómoda, ha experimentado un aumento de agresiones recientemente.

Mientras caminan por los pasillos de la cárcel, la subdirectora le informa a Elena sobre la vida de Vistas en prisión. Es un hombre solitario que ha tenido pocos amigos y no ha tenido ninguna comunicación íntima. Participa en talleres de fotografía y es un ávido lector de la biblioteca. Aunque los funcionarios lo describen como apocado e inofensivo, la subdirectora está convencida de que no está en la cárcel por casualidad.

Cuando Elena finalmente se encuentra con Vistas, nota que está acompañado por un abogado llamado Masegosa. Elena reconoce a Masegosa como un abogado mediático y se sorprende de que esté representando a Vistas, ya que en sus papeles consta que su defensa la llevaba otro abogado. Masegosa afirma que está preparando los papeles para pedir la libertad inmediata de Vistas, ya que considera que su inocencia está siendo demostrada.

Elena no se deja llevar por las palabras de Masegosa y le advierte que aún no hay pruebas concluyentes. Mientras habla con Vistas, Elena lo observa detenidamente y no puede reconocer al diablo que fue capaz de cometer semejante atrocidad en ese hombre aparentemente inofensivo.

Vistas afirma que fue condenado debido a la negligencia de su abogado y a la insistencia del padre de la víctima, Moisés Macaya, y del inspector Salvador Santos. Elena nota una tensión en Zárate cuando se menciona a Santos, lo que le hace sospechar que hay algo más detrás de la investigación inicial.

Vistas asegura que es inocente y que amaba a la víctima, Lara. Le cuenta a Elena que la vio crecer y que compartieron momentos especiales juntos. Pide ayuda a Elena, afirmando que está del lado de la justicia y la luz.

Con estas palabras, el capítulo llega a su fin.

Capítulo 33

En este capítulo, Moisés se ve impactado por un titular que dice "Siete años de cárcel por un crimen que no cometió". Mientras lee el periódico, Moisés siente una mezcla de rabia, indignación y odio. Cuando Sonia entra en la habitación, encuentra el periódico en el suelo y a Moisés en un estado de ira. Moisés le dice a Sonia que la policía no está investigando el asesinato de Susana, sino que quieren liberar al asesino de Lara. Sonia no puede creer lo que está escuchando y busca la noticia que ha provocado la reacción de Moisés. Descubre que van a soltar a Miguel Vistas, a pesar de las pruebas en su contra. Moisés se enfurece y amenaza con hacerle daño si sale de la cárcel. Sonia intenta calmarlo, pero Moisés le echa la culpa de lo sucedido. Discuten sobre la educación de sus hijas y Moisés le reprocha a Sonia que no las haya educado como gitanas. Sonia se defiende y le dice que él también estaba de acuerdo con educarlas como personas normales. La discusión se intensifica y Moisés acusa a Sonia de arruinar su vida. Finalmente, Moisés se va de la casa después de un portazo.

Capítulo 34

En este capítulo, Chesca pregunta de dónde ha salido la filtración de la noticia y Buendía se enfada por las partes que más le han irritado. Orduño protesta diciendo que se trata de arrojar mierda sobre el trabajo policial. Elena se mantiene tranquila y confía en que la filtración no ha salido de su equipo, pero Chesca no responde por Zárate. Mariajo muestra imágenes de una cámara de seguridad en el barrio de Moisés donde se ve a un hombre corpulento subiéndose a una furgoneta blanca, lo cual contradice la versión de Moisés de que no había salido de casa. Buendía pide que se haga un barrido de matrículas para averiguar quién es el propietario de la furgoneta. Luego, Buendía recibe una llamada del forense informando que los restos de piel encontrados en la uña de Susana corresponden a Moisés Macaya, lo cual sorprende a todos. Chesca menciona que el móvil del crimen podría ser que Moisés no quería que sus hijas se casaran con payos en lugar de gitanos. Todos se quedan impresionados por la noticia y se preguntan si deben detener a Moisés. Elena está indecisa, pero una detención calmaría a Rentero y daría algo a la prensa.

Capítulo sin nombre 37

En este capítulo, el niño tiene sed y busca agua en la pila, pero no la encuentra. Encuentra dos latas de conserva, una de carne en salsa y otra de melocotones en almíbar, pero no tiene abrelatas. Intenta abrir las latas con una pala, presionando y golpeando, pero no tiene éxito. En el proceso, se lastima el pie y llora de dolor. A pesar de su frustración, sigue intentando abrir las latas de diferentes maneras, incluso con los dientes, pero solo logra hacer una pequeña incisión en la lata de melocotones. Sorbe el almíbar y finalmente logra abrir la lata lo suficiente como para comer los melocotones. Después de comer, descansa y su herida en el pie vuelve a sangrar. Aunque todavía tiene hambre, decide no lidiar con la lata de carne. Sin embargo, se obliga a abrirla y se come todo el contenido rápidamente. Luego, se da cuenta de que el perro tiene gusanos saliendo de los ojos y del cerebro. Esto le provoca náuseas y vomita sobre el perro. Se aleja y se tumba en el suelo, imitando la postura del cadáver. Finalmente, comienza a imitar el lamento de un animal herido.

Capítulo 35

En este capítulo, Moisés visita la tienda de antigüedades de su primo Capi. Capi está barnizando un mueble cuando Moisés llega y lo saluda. Moisés le pide hablar y Capi lo lleva a la trastienda, donde se amontonan más muebles. Moisés le pregunta si ha leído la prensa y Capi confirma que sabe que van a soltar al asesino de su hija. Moisés no quiere discutir sobre la justicia de los payos y se separó de su familia porque no estaba de acuerdo con sus acciones ilegales. Sin embargo, ahora necesita la ayuda de Capi. Moisés le confiesa que nunca supo escucharlo y Capi se siente complacido. Hablan sobre cómo está Sonia, la esposa de Moisés, y Capi muestra su desaprobación por su relación con una paya. Moisés le explica que se enamoró y Capi le advierte que no deje que eso lo distraiga por mucho tiempo. Capi le reprocha a Moisés por haber renegado de su familia y le pregunta por qué lo hizo. Moisés admite que todo le ha salido mal y que no ha sabido proteger a sus hijas. Capi le dice que no le gusta Sonia, pero que la protegerá porque es la madre de sus hijas gitanas. Luego, discuten sobre qué hacer con el asesino que van a soltar y Moisés confiesa que está confundido. Capi le ofrece su ayuda, pero le pide que se lo pida. Moisés acepta y Capi se levanta para hablar con otros gitanos. Moisés los ve subirse a una furgoneta blanca y vieja.

Capítulo 36

En este capítulo, Elena acompaña a Sonia al Instituto Anatómico Forense para que se haga cargo del cuerpo de su hija. Durante el camino, Elena le pregunta por Moisés, el esposo de Sonia, pero ninguna de las dos ha podido contactarlo. Sonia confiesa que han tenido una discusión y que Moisés tiende a desaparecer cuando hay problemas. Elena le revela a Sonia que han encontrado restos de ADN de Moisés en el cuerpo de su hija, lo que indica que estuvieron en contacto la noche del crimen. Sonia se muestra confundida y no entiende lo que está sucediendo. Elena le explica que creen que Moisés sabe algo sobre el asesinato y que necesitan detenerlo para obtener más información. Sonia se niega a creer que Moisés haya matado a sus hijas y Elena intenta consolarla, pero sin éxito. Finalmente, Elena acompaña a Sonia a ver el cuerpo de su hija y reflexiona sobre la responsabilidad de una madre en la protección de sus hijos.

Capítulo 37

En este capítulo, Miguel está en su taller de fotografía explicando el proceso de revelado a su pupilo, Caracas. Sin embargo, hoy no ha venido nadie más al taller, lo cual es sorprendente. Miguel le comenta a Caracas que la policía quiere revisar su caso y Caracas le pregunta quién se encargará del taller si lo sacan de la cárcel. Miguel le propone a Caracas que se haga cargo, pero él se muestra inseguro y hace un gesto para ilustrar lo disparatada que es la idea. Accidentalmente, Caracas golpea la pileta de revelado y derrama el líquido. Miguel se enfada y lo agarra del cuello, pero luego se arrepiente y lo suelta. Miguel está en la cárcel por llevar droga en su maleta, pero a partir de cierto punto, el motivo por el que estés dentro no importa. Caracas comenta que la policía es buena y que se están tomando las cosas en serio. Miguel le dice que si supiera quién lo hizo, lo acusaría, pero no tiene idea. Caracas le pregunta si Miguel hacía fotos de la gitana desnuda y le dice que cuando aprenda a hacer fotos, tomará fotos en pelotas de todas las chicas que pueda. Luego, el funcionario indica que la hora del taller ha terminado y Caracas se despide de Miguel. Miguel camina por la cárcel evitando el contacto visual con los reclusos y pensando en Moisés y Sonia. Llega a su módulo y decide saltarse la comida para pensar en Lara, a quien le hizo fotos desnuda. De repente, un recluso joven lo apuñala en el abdomen y Miguel cae al suelo. El hombre se aleja y Miguel no oye sus pasos.

Capítulo 38

En este capítulo, Elena Blanco y Ángel Zárate se dirigen a la enfermería de la cárcel para obtener información sobre el apuñalamiento de Miguel Vistas. Sin embargo, se les impide la entrada debido a la gravedad de la situación. El director de la cárcel sale y les informa de que el paciente presenta una herida profunda y que fue atacado en un punto ciego sin vigilancia. El agresor pertenece al módulo de los gitanos y está vinculado con el Clan del Sordo. A pesar de que el director les permite hablar con el agresor en la celda de castigo, este se niega a colaborar. Finalmente, el comisario Rentero les advierte sobre las consecuencias si Miguel Vistas muere y les informa de la presencia del abogado Jáuregui, quien está entregando los papeles del caso al nuevo letrado. Rentero teme que se reabra el juicio y necesitan encontrar un culpable rápidamente.

Capítulo 39

En este capítulo, Sonia está sola en casa después de pasar una tarde dolorosa en el tanatorio. Está preocupada porque no ha tenido noticias de Moisés, su marido, y ha intentado llamarlo sin éxito. Sonia decide dormir en su casa, pero sabe que no podrá conciliar el sueño. Mientras piensa en cómo dar sepultura a su hija, siente la presencia de Moisés vigilándola constantemente.

Sonia sabe que le esperan días difíciles y trata de resistir con una mezcla de ansiolíticos y alcohol. A pesar de sus intentos por adormecerse, su angustia es más fuerte. Enciende la televisión, pero decide apagarla cuando hablan del asesinato de su hija y las sospechas sobre Moisés.

No puede creer que su marido haya matado a sus hijas, al menos no de esa manera. Aunque está confundida por el alcohol y las pastillas, se da cuenta de que sus pensamientos son peligrosos. De repente, escucha ruidos en el vestíbulo y se da cuenta de que alguien está intentando entrar en la casa. Moisés aparece en el salón, claramente borracho.

Sonia le reprocha que salga de bares en un momento tan difícil y Moisés responde que ha estado ocupado haciendo otras cosas por su hija. Sonia le pregunta dónde estuvo la noche en que se llevaron a su hija y menciona que la policía sabe que salió en la furgoneta de su primo. Moisés se va a la cocina y Sonia decide esperar a que se calme.

Cuando Moisés regresa, Sonia le cuenta que la policía ha encontrado su ADN en el cuerpo de su hija. Moisés confiesa que fue a ver a su hija esa tarde y discutieron. Sonia se enfurece y le pregunta por qué fue a hablar con su hija. Moisés menciona que Susana le había mentido sobre tomar clases de flamenco y que planeaba casarse por el rito gitano. Sonia no puede creer lo que está escuchando y le dice que lo odia.

En ese momento, alguien llama al timbre y Sonia abre la puerta para encontrarse con los policías Orduño y Chesca. Le preguntan si su marido está en casa y Sonia se sorprende, ya que Moisés está en el salón. Sin embargo, los policías le piden ayuda para encontrar a Moisés, quien ha escapado en una furgoneta. Orduño y Chesca salen en su persecución.

En este capítulo, se revela que Moisés ha estado ocultando información a Sonia y que la policía lo considera sospechoso en el caso de los asesinatos de las dos niñas. Moisés escapa de la casa, dejando a Sonia confundida y preocupada por su paradero.

Capítulo 40

En este capítulo, Elena Blanco examina detenidamente una fotografía en la que se ve a un hombre y a un niño de espaldas. Observa la expresión del niño y la presión excesiva en las manos entrelazadas. Aunque no encuentra ningún gesto de angustia o miedo, algo le parece sospechoso. Por las noches, Elena tiene dificultades para dormir y su mente se llena de imágenes de personas cruzando la plaza. También se sumerge en los informes del asesinato de Lara Macaya, ocurrido siete años atrás. El cadáver de Lara fue encontrado con incisiones craneales circulares y lleno de gusanos. Se sospechó de su exnovio, Miguel Vistas, quien admitió haber estado con ella pero negó cualquier participación en el crimen. Sin embargo, se encontró un pelo de Miguel entre los dedos de la víctima. Elena busca en el expediente la transcripción del interrogatorio a Moisés, el padre de Lara, pero no la encuentra. Sospecha que la omisión puede ser una pista importante. En ese momento, recibe una llamada informándole de que el sospechoso ha escapado y la orden de detención se convierte en una orden de búsqueda y captura.

Capítulo 41

En este capítulo, la policía irrumpe en la tienda de antigüedades de Capi mientras está a punto de cerrar un trato con unos turistas. Zárate, uno de los policías, muestra una orden judicial para registrar el establecimiento y exige que Capi cierre la tienda. Capi se pone a la defensiva y se niega a cooperar con la policía, afirmando que no mostrará los papeles nuevamente. Zárate acusa a Capi de estar involucrado en el apuñalamiento de Miguel Vistas en la cárcel, pero Capi niega saber algo al respecto. La policía comienza a registrar la tienda en busca de drogas y contrabando, pero no encuentran nada. La inspectora Blanco intenta obtener información de Capi sobre su primo Moisés, pero él se muestra hostil y se niega a mirarla a los ojos. Capi afirma que no recuerda la última vez que vio a Moisés y niega saber dónde puede estar. Después de un tenso interrogatorio, la policía finalmente se retira de la tienda. Elena, que ha estado observando la situación, acaricia la furgoneta aparcada afuera y decide seguir adelante con su propia investigación. Zárate cuestiona las acciones de Elena, pero ella le ordena que solicite una orden de vigilancia para la furgoneta y se aleja sin darle más explicaciones.

Capítulo 42

En este capítulo, la inspectora Blanco visita a Salvador Santos para hablar sobre un caso importante. Salvador revela que cree que el hombre que van a detener por el asesinato de su hija es inocente. Elena le pide a Salvador que le cuente lo que sabe sobre la muerte de Lara Macaya, ya que él investigó el caso. Salvador menciona que sospechaba del fotógrafo de la familia y no del padre de las niñas. Elena le informa que el padre está siendo buscado y Salvador menciona que puede haber sido un imitador quien mató a Susana. Elena le pregunta por qué sospechaba del padre y Salvador menciona que era gitano. Elena se sorprende y le pregunta si sospechaba de él solo por ser gitano. Salvador se pone incómodo y tenso, y Elena le pregunta si lo trató mal durante el interrogatorio. Salvador se enfada y llama a su esposa, Ascensión, para que lo ayude. Elena se va y se da cuenta de una foto en la casa de Salvador donde aparece él junto a Ángel Zárate, el joven policía.

Capítulo 43

En este capítulo, Elena Blanco se encuentra decepcionada después de una entrevista desastrosa con el inspector jubilado Salvador. En lugar de disfrutar de una comida con él, se conforma con un bocadillo en el bar de siempre y una conversación con Juanito, el camarero rumano. Juanito nota que Elena está distraída y le pregunta si tiene problemas en la comisaría. Ella le responde que siempre hay problemas y menciona los desafíos de mantener un equipo unido. Juanito utiliza metáforas futbolísticas para aconsejar a Elena que no retrase las cosas y se enfrente a ellas de frente.

Después de su conversación con Juanito, Elena se dirige al barrio de la Piovera para visitar a Sonia, la esposa de Moisés. Sonia la recibe demacrada y pálida, pero no muestra hastío al ver a Elena. Elena le pregunta si ha sabido algo de Moisés y dónde podría estar escondido. Sonia no tiene respuestas y menciona que Moisés tenía una vida oculta, por lo que podría estar en cualquier lugar. Elena le pregunta si cree que Moisés tiene algo que ocultar y Sonia se encoge de hombros, abrumada por la pregunta.

Elena le propone a Sonia que la acompañe a un lugar y le asegura que no está relacionado con la investigación, sino que simplemente quiere ayudarla. Sonia, con los ojos secos de tanto llorar, duda si puede confiar en Elena. Finalmente, Elena lleva a Sonia al Centro de Atención al Duelo, un lugar austero en el barrio de Chamberí. Allí, Sonia comienza a captar detalles del lugar y siente curiosidad por la campechanía con la que saludan a Elena.

Elena explica a Sonia que el centro es un lugar donde las personas que han perdido a seres queridos comparten su dolor en reuniones de terapia de grupo. Sonia pregunta por qué Elena asistía a esas reuniones y Elena le responde que es una historia larga, pero que ella ya está bien. Sin embargo, Elena se siente agobiada por la búsqueda sin fin de su hijo y decide salir del centro. Habla con Maite, la recepcionista, para que cuide de Sonia y luego sale a la calle.

Elena camina sin rumbo y siente que la ciudad quiere devorarla. En su camino, ve la imagen de un niño de cinco años junto a una zapatería, pero desaparece en un instante. Elena lucha contra las ganas de llorar y decide dirigirse al parque del Oeste, donde se tumba entre los árboles y contempla el cielo de Madrid hasta que anochece.

Capítulo 44

En este capítulo, Zárate llega a la casa de los Carteros y encuentra a Ascensión abrumada por la ira de Salvador. Hay cristales y platos rotos en el suelo, pero un jarrón se mantiene intacto milagrosamente. Ascensión le cuenta a Zárate que una inspectora ha estado haciendo preguntas a Salvador y que él se ha enfadado y ha empezado a tirar cosas. Zárate entra en el salón y Salvador le pregunta si viene a detenerlo, pero Zárate intenta tranquilizarlo. Salvador se cae al tropezar con un cojín y se niega a levantarse. Ascensión le pone un cojín debajo de la nuca y Zárate se sienta en el suelo junto a él para hablar. Salvador menciona que Rentero lo odia y que cree que él y la inspectora vienen a por él. Ascensión le suplica a Zárate que no dejen que reabran el caso de Lara Macaya, pero Zárate le asegura que eso no va a pasar. Zárate le dice a Salvador que también está investigando el caso de Susana Macaya y que no permitirá que reabran el caso de Lara. Ascensión se va a la cocina y Zárate ayuda a Salvador a levantarse. Se sientan en el sofá y Zárate le recuerda a Salvador los consejos que le dio cuando empezó a trabajar en la comisaría. Hablan sobre la importancia de estar activo y moverse, y Salvador menciona que no se puede confiar en nadie en la comisaría. Zárate le cuenta un caso en el que se metió en problemas por esperar una orden judicial y Salvador le dice que debería haber entrado sin ella. Hablan sobre la importancia de poner al asesino entre rejas y Salvador recuerda una noche en la que lo llevó a cenar y jugar al billar. Ascensión entra con bebidas y aceitunas y se alegra de ver a Salvador tranquilo.

Capítulo 45

En este capítulo, Elena sube al escenario de un karaoke y canta la canción "Tintarella di luna". A pesar de estar un poco borracha, se esfuerza por dar lo mejor de sí misma. Durante su actuación, un hombre rubio la mira extasiado y ella le dedica algunos versos. Después de la canción, el hombre se acerca a Elena y comienzan a coquetear. Resulta que el hombre no es extranjero, sino español, y parece estar solo en el karaoke. Mientras tanto, Zárate se encuentra con Elena y le propone tomar una copa juntos, pero ella lo rechaza. Zárate decide entrar al bar por orgullo y pide una cerveza. Sin embargo, Elena se acerca a él y le pregunta si quieren irse juntos. Zárate se confunde al no ver al hombre rubio y acepta ir con ella. Terminan en casa de Elena, donde tienen relaciones sexuales. Después del encuentro, Zárate se levanta y encuentra un expediente sobre Lara Macaya en la mesa del salón. Lee rápidamente un informe de ADN que encontró entre los dedos de Lara y decide guardarlo en su bolsillo antes de irse.

Capítulo 46

En este capítulo, Elena se presenta en la sala de reuniones de la brigada con un aspecto impecable, a pesar de haber pasado una noche de alcohol y sexo. Rentero transmite su preocupación por el trabajo del equipo y su incapacidad para encontrar a Moisés Macaya. Chesca y Orduño explican que han estado siguiendo a la Fiat Fiorino, una furgoneta que recorre la ciudad en busca de muebles viejos abandonados en los contenedores. Buendía informa sobre las diferencias sutiles entre las autopsias de las hermanas Lara y Susana Macaya. Zárate se muestra inquieto y defensivo ante la posible implicación de Salvador Santos en un caso de negligencia. La inspectora Blanco revela que Rentero cree que Moisés es el asesino de Susana y espera que confiese también el asesinato de Lara. Elena y Zárate comparten la opinión de que Moisés no ha matado a sus hijas. Mariajo revela que ha revisado el caso de Lara y encuentra algo extraño en el juicio contra Miguel Vistas. Mariajo destaca que el abogado de Miguel no interrogó a Moisés y que su declaración policial no figura en el expediente. Elena decide hablar con el abogado Jáuregui para aclarar las dudas sobre el juicio. Zárate se muestra confundido y se opone a investigar el caso de Lara, pero Elena insiste en que puede ser relevante para el caso actual.

Capítulo 47

En este capítulo, la inspectora Blanco y Zárate llegan en coche a la glorieta de Cuatro Caminos y se dirigen a pie a la dirección de Jáuregui. El barrio en el que se encuentran es una mezcla de casas humildes y bloques de nueva construcción. Jáuregui les abre la puerta y los invita a entrar en su piso, que está en un estado de desorden y calor insoportable. Jáuregui admite que no fue un buen abogado en el caso de Miguel Vistas y que tuvo problemas con el alcohol. También menciona que la policía manipuló a un testigo para que acusara a Miguel. Jáuregui cree en la inocencia de Miguel y piensa que el segundo asesinato prueba su inocencia. Elena se fija en una foto de Jáuregui de joven y una mujer, y reflexiona sobre la fugacidad de los momentos de placer en la vida.

Capítulo 48

En este capítulo, Damián Masegosa, el nuevo abogado de Miguel Vistas, visita a Miguel en la sala de visitas de la prisión. Miguel está débil y ha perdido peso debido a la puñalada que recibió. Aunque el médico dice que no ha afectado ningún órgano vital, Miguel no se siente bien. Está tomando medicamentos que le dan mucho sueño y tiene fiebre por las noches. La herida tarda en cicatrizar y teme que los puntos se abran si cambia de postura o tose.

Masegosa informa a Miguel que ha estado hablando con el juez de asuntos penitenciarios y las cosas van bien. Hay una orden de busca y captura contra el padre de las niñas, y esperan que lo encuentren pronto y confiese que las mató. Miguel está desanimado al ver a su abogado, ya que lo ha visto muchas veces en la televisión y no le agrada su tono redicho.

Miguel le pregunta a Masegosa qué hizo mal su anterior abogado, y este le explica que no defendió adecuadamente su presunción de inocencia. Su comportamiento en el juicio fue inexplicable, renunció a interrogar a testigos esenciales y permitió la admisión de pruebas de ADN que podrían haber sido anuladas. Masegosa sugiere que su abogado anterior no estaba interesado en el caso o pensaba que era culpable.

Miguel se siente nervioso y le pide a Masegosa que haga lo que sea necesario para sacarlo de la cárcel rápidamente. Masegosa le explica que si se demuestra que el Estado ha enviado a un inocente a prisión, podrían obtener una indemnización millonaria. Miguel nota un dolor en el estómago y se da cuenta de que el abogado solo está interesado en el dinero.

Masegosa le advierte a Miguel que deben hacer responsable al Estado y comportarse de forma ejemplar para tener éxito en su caso. No muestra interés por la salud de Miguel ni por su bienestar, solo piensa en su parte del dinero. Miguel acepta sumisamente y Masegosa promete que la próxima vez que lo visite habrá novedades.

Al final de la visita, Miguel siente alivio y regresa a su celda con la postura cabizbaja que aprendió a evitar para no parecer una presa fácil.

Capítulo 49

En este capítulo, Chesca se encuentra vigilando la Fiat Fiorino en la Ribera de Curtidores, pero se aburre mucho ya que prefiere las actividades extremas. Mientras tanto, un gitano sale de una tienda y se sube a la furgoneta para hacer entregas de muebles en diferentes direcciones. Chesca está frustrada por tener que pasar el día entero vigilando sin hacer nada emocionante. A las siete de la tarde, la furgoneta se detiene en un polígono industrial cerca de Parla. Chesca y Orduño se dan cuenta de que el hombre que están vigilando es Moisés Macaya, el padre de las gitanas muertas y el hombre más buscado de la ciudad. Orduño llama a la inspectora Blanco para informarle y ella decide ir personalmente a hablar con Moisés. Cuando llegan al lugar, la furgoneta ya se ha ido y la nave está cerrada. Elena intenta hablar con Moisés, pero él saca una navaja y juega con ella. Elena trata de calmarlo y le dice que quiere ayudarlo, pero Moisés se siente culpable por haber discutido con su hija antes de su muerte. Finalmente, Moisés se corta el cuello con la navaja y Elena intenta detener la hemorragia, pero es demasiado tarde y Moisés muere.

Capítulo 50

En este capítulo, el barrio de la Piovera está en silencio y parece estar de luto. No hay vecinos en las ventanas ni se ve la luz azul del coche de policía. En el chalet de los Macaya, hay una luz tenue en la cocina. Es tarde y es posible que Sonia esté despierta y necesite un whisky para dormir. Esa noche, en un programa de televisión, hablan sobre el asesinato de Susana y algunos tertulianos acusan a Moisés de ser el culpable. La inspectora Blanco está paralizada en el asiento del copiloto, con la mirada perdida. Orduño se ofrece a hablar con Sonia, pero Elena sabe que es su obligación hacerlo. Sale del coche seguida por Chesca, quien prefiere esperar afuera. Mientras tanto, en el cielo hay estrellas y la noche de verano es cálida y embriagadora. La vida continúa como si nada hubiera pasado, pero hay cadáveres que esperan ser enterrados y la certeza de que hay un asesino en esas calles.

Capítulo sin nombre 54

En este capítulo, el niño se encuentra en un estado de debilidad extrema. Ha pasado varios días sin comer y su única fuente de alimento ha sido su propio vómito. Desesperado por encontrar algo más para comer, observa el cadáver de un perro cubierto de gusanos. Al principio le daba asco, pero ahora encuentra fascinante el proceso de descomposición del animal. Incluso considera comer los gusanos que están en su herida, pero finalmente decide dejar que hagan lo que quieran con su pie. Sin embargo, su instinto infantil le dice que los gusanos son una especie avanzada y no necesitan buscar comida enlatada. Por lo tanto, decide utilizar un cristal afilado para cortar un trozo de carne del perro y probarla. Aunque le causa asco y arcadas, se concentra en encontrar el jugo de la carroña en su boca.

Capítulo 51

En este capítulo, Elena viaja en su coche alejándose de la ciudad y las torres del paseo de la Castellana. Su exmarido, Abel, se mudó a Urueña, un pueblo en Valladolid, hace unos años. Elena llega a la casa de Abel sin avisar y él la recibe con sorpresa pero alegría. Gabriella, la novia de Abel, también la recibe con calidez. Después de comer, Gabriella se va a trabajar y Elena y Abel dan un paseo por los viñedos y la bodega. Elena le pregunta a Abel si se acuerda de su hijo, y él responde que sí, pero que no se ha quedado atascado en el día de su desaparición. Elena le reprocha que él ha cambiado de vida y se ha olvidado de su hijo, mientras ella sigue buscándolo. Discuten sobre cómo buscaron a su hijo y cómo Abel dejó de buscarlo después de un año. Elena miente diciendo que hay un sospechoso y Abel le pide que lo investigue y le cuente las novedades. Elena se despide de Abel y regresa a Madrid en su coche, reflexionando sobre su visita a Urueña y su relación con Abel.

Capítulo 52

En este capítulo, se describe el entierro de los Macaya, al que acude mucha gente, aunque no todos conocían a los fallecidos. La prensa está muy interesada en el caso y muchas personas acuden al cementerio para estar en el centro de la tragedia. A pesar del calor, la gente no se disuade de asistir. La viuda y madre desolada es sostenida por dos hombres, que parecen ser parientes o amigos cercanos. La inspectora y Zárate se mantienen en un segundo plano, observando discretamente. Chesca y Orduño están más alejados, vigilando a los familiares de Moisés. Reconocen a Capi, quien está hablando con el Sordo, un hombre de actitud campechana. Elena también observa a esta pareja y se sorprende de la desfachatez del Sordo, ya que la policía ha investigado sus pasos en busca de pruebas de la agresión a Miguel Vistas, pero nunca encuentran nada. Entre los asistentes también se encuentran Cintia, Marta y otras amigas de Susana. Elena admira la fuerza de los rituales al ver a Raúl entre la multitud, a pesar de las cuentas pendientes que tiene con el Clan del Sordo. Durante el entierro, un cura recita unas palabras sin emoción y los ataúdes son bajados y cubiertos de tierra. Cuando van a echar dinero en la tumba de Susana, Sonia se opone y el Sordo susurra algo a Capi, quien luego consuela a Sonia. Zárate pregunta qué le habrá dicho y Blanco responde que le está diciendo que se van a ocupar de ella y que no tendrá problemas económicos. Después del entierro, Elena recibe una llamada de Rentero, quien le comenta que la prensa ha señalado a Moisés como el culpable y que él va a hablar con el director de la cárcel para saber su opinión. Elena le dice a Zárate que creen que van a soltar a Miguel Vistas y él pregunta si no pueden hacer nada al respecto, a lo que ella responde que resolver el caso es su trabajo.

Capítulo 53

En este capítulo, Miguel Vistas se contempla en el espejo de su celda y nota que está cada vez más delgado. A pesar de dejarse crecer la barba, no puede ocultar su palidez y los nuevos filos cortantes de su mentón. Miguel se levanta el apósito de su abdomen para ver cómo está cicatrizando la herida, pero todavía le duele constantemente. En ese momento, un funcionario abre la celda de manera brusca para realizar una inspección. Miguel se coloca el apósito de nuevo, exagerando la lentitud para irritar al funcionario. Este lo saca a empujones y Miguel se queda en el pasillo observando cómo revuelve su celda. Aunque al principio pensó que el juez había dictado su liberación, se da cuenta de que no es así y siente vértigo al pensar en volver a la calle y tener que tomar decisiones. Sin embargo, también siente la urgencia de ser libre. Miguel sospecha que esta inspección no es rutinaria, ya que el funcionario muestra un celo inusual. Temiendo que el funcionario pueda colocar droga en su celda para perjudicarlo, Miguel decide vigilarlo. A pesar de sentir impotencia ante el sistema que lo mantiene encarcelado, Miguel intenta comportarse correctamente y mostrar buena conducta en las entrevistas. El funcionario continúa revisando la celda, incluso la litera superior que está vacía desde que su último compañero de celda se fue. Miguel se preocupa al darse cuenta de que nadie viene a compartir la celda con él, lo que le hace pensar que quieren que esté solo para poder incriminarlo si encuentran droga. Finalmente, el funcionario sale de la celda con una caja de cartón que contiene los libros de Miguel, las fotos que reveló en el taller y una carta que es la única que ha recibido en siete años. Miguel entra en la celda, que ahora parece desangelada sin los libros y las fotos en las paredes, y se sienta en la cama convencido de que esta inspección no ha sido rutinaria.

Capítulo 54

En este capítulo, la inspectora Blanco se dirige a la Brigada de Homicidios y Desaparecidos con prisa y enfado. A pesar de no ser bien vista en el edificio, entra en el despacho del comisario Rentero sin importarle que esté reunido con un hombre del ministerio. El comisario se disculpa con el hombre y este se retira. Rentero le explica a Elena que el hombre era el abogado de Miguel Vistas, quien está indignado por el registro en la celda de Vistas. Elena le pregunta a Rentero quién ordenó el registro y él le responde que en todas las cárceles se hacen registros de vez en cuando. Rentero muestra a Elena una caja con pertenencias de Vistas que le envió Laureano. Elena revisa el contenido de la caja y encuentra fotografías, libros y una carta de Camilo Cardona, quien ha estado junto a Vistas en la cárcel y es el candidato ideal para copiar sus métodos. Elena se enfada con Rentero por no haber hablado con Cardona y cuestiona la eficacia de la brigada.

Capítulo 55

En este capítulo, Mariajo está emocionada porque logró difundir un bulo en la edición digital de El País. El titular afirmaba que un hombre fue expulsado de un teatro por ser muy feo. Mariajo había creado un servidor de noticias falso para darle más credibilidad a la historia. Según el bulo, el hombre tenía una malformación congénita en la frente y una actriz detuvo la representación debido a su presencia. El tuit se volvió viral antes de ser publicado en El País.

Buendía, por otro lado, está concentrado en la contemplación de unas fotografías y no quiere ser interrumpido. No entiende la obsesión de Mariajo por difundir noticias falsas en internet. Mariajo defiende su acción como una forma de denunciar la falta de rigor en el periodismo.

Buendía muestra a Mariajo unas fotografías del cadáver de Lara Macaya, en las que se puede ver que falta el pelo de Miguel Vistas. Buendía explica que el pelo de Miguel se convirtió en la prueba definitiva en el caso de Lara, pero en ninguna de las fotografías se ve el pelo. Buendía muestra otras fotografías de casos en los que se encontró pelo en los cadáveres, demostrando que es visible en las imágenes. Esto lleva a Buendía a sospechar que la prueba del pelo de Miguel pudo haber sido inventada.

Mariajo sugiere que las fotos podrían tener problemas de resolución, pero Buendía muestra que todas las fotos fueron tomadas con la misma cámara. Buendía decide llamar al agente Rivero, quien estuvo involucrado en la investigación de la muerte de Lara, para aclarar sus dudas sobre el informe policial. Sin embargo, Rivero cuelga la llamada.

Buendía y Mariajo discuten la posibilidad de que Rivero haya inventado la prueba del pelo para incriminar a Miguel. Zárate aparece y se muestra preocupado por lo que ha escuchado. Buendía y Mariajo le explican que tienen indicios de mala praxis en la investigación de la muerte de Lara. Zárate defiende el trabajo de la Policía Científica y acusa a Buendía de esparcir mierda en el departamento. La discusión se intensifica y Zárate amenaza con pasar un informe sobre la actitud de Buendía. Buendía decide hablar con Rivero en persona para averiguar si todos los policías son tan leales como Zárate afirma. Se marcha y se oye un portazo, dejando a Zárate enfurecido.

Capítulo 56

En este capítulo, Elena llega a la cárcel de Estremera y se encuentra con Masegosa en la puerta. No hablan del contenido de la carta y se saludan fríamente. Pasan los controles de seguridad y esperan quince minutos antes de encontrarse con Miguel. Elena no trae la carta, pero la conoce de memoria. Los recortes de prensa incluidos en la carta llaman la atención de Elena, ya que son noticias sobre la muerte de Susana Macaya. Elena le pregunta a Miguel por qué le envió esos recortes, pero él no sabe la razón exacta. Elena sospecha que Camilo Cardona pudo haber matado a la hermana de Lara por imitar a un asesino al que admiraba. Miguel niega ser el asesino y dice que Camilo no era muy inteligente. Miguel le contó a Camilo por qué estaba en la cárcel y eso le interesó. Elena le pregunta si Camilo lo consideraba su amigo, pero Miguel niega tener una amistad con él. Elena menciona una frase de despedida de Camilo en la carta, donde parece que él consideraba a Miguel su amigo. Elena le pregunta a Miguel si es común que un ex preso escriba cartas a su antiguo compañero de celda, pero él no lo sabe. Elena le explica a Masegosa que Miguel conservó la carta a pesar de que está a punto de ser liberado, lo cual parece sospechoso. Miguel no puede explicar por qué conservó la carta. Elena le pregunta a Miguel si cree que Camilo pudo haber matado a Susana Macaya, pero él no lo cree. Miguel menciona que Camilo le gustan las carreras de coches ilegales y que es manco. Elena recibe varias llamadas perdidas y se entera de problemas entre Buendía y Zárate. Luego habla con Mariajo y le pide un favor para conseguir una entrevista con Ismael Rivero, el policía que investigó la muerte de Lara Macaya. Luego llama a la BAC y solicita la detención de Camilo Cardona, incluyendo a Zárate en el operativo.

Capítulo 57

En este capítulo, Chesca conduce a toda velocidad por la M-30, adelantando a otros coches y tomando las curvas sin reducir la velocidad. Orduño, que está sentado junto a ella, se siente incómodo con su conducción temeraria. Zárate, que está en el asiento trasero, no entiende por qué Chesca está conduciendo de esa manera. Chesca decide salir de la autovía y aparcar en un cruce donde se celebran carreras ilegales. Hablan con un hombre que conoce al manco que están buscando y les dice que lo pueden encontrar en el parque de las Siete Tetas. Chesca conduce hacia el parque y Zárate le pregunta si ella participa en carreras ilegales, a lo que ella responde en tono burlón. Llegan al parque y ven la puesta de sol mientras buscan a Camilo Cardona. Orduño pregunta a un grupo de latinos si conocen a Camilo, pero no lo conocen. Sin embargo, cuando menciona que es el manco, alguien sale corriendo y Orduño lo persigue. Lo atrapa y Zárate comienza a interrogarlo. Camilo admite conocer a Miguel Vistas y le envió recortes de prensa sobre el caso de los Macaya. Zárate no entiende por qué lo dejan ir sin detenerlo, pero Chesca y Orduño consideran que un hombre manco no podría haber matado a Susana Macaya. Zárate se da cuenta de que ha sido engañado y que su participación en el operativo era solo para mantenerlo alejado de la BAC. Pregunta por la inspectora Blanco, pero nadie sabe dónde está.

Capítulo 58

En este capítulo, Ismael Rivero, un hombre alto y de complexión fuerte, llega a la sede de la BAC y se encuentra con Elena, Mariajo y Buendía. Elena le muestra las fotografías del cadáver de Lara Macaya y le pregunta si recuerda haber recogido un pelo del cuerpo. Rivero no lo recuerda, pero menciona que otro equipo pudo haberlo recogido al día siguiente. Elena cuestiona la falta de evidencia del pelo en las fotografías y Rivero se muestra poco colaborativo. Luego, Mariajo muestra a Rivero capturas de pantalla de chats en una página de contactos donde se ve que él ha tenido conversaciones explícitas con varias mujeres. Rivero se muestra sorprendido y Buendía le recuerda que están persiguiendo a un asesino. Rivero critica a la BAC y acusa a Buendía de enterrar su prestigio. Elena le pregunta por qué apareció un pelo de Miguel Vistas en el expediente del caso y Rivero menciona que Salvador Santos le pidió que hiciera la prueba de ADN. Rivero defiende a Salvador y menciona que el caso está cerrado. Finalmente, Rivero se marcha sin despedirse de nadie.

Capítulo 59

En este capítulo, Elena Blanco llega a la Colonia de los Carteros con una orden de detención contra Salvador Santos. Antes de entrar en la casa, se encuentra con Zárate, quien le reprocha su actitud y le pide compasión debido a la enfermedad de Salvador. A pesar de esto, Elena insiste en llevar a cabo la declaración en sede policial. Los agentes entran en la casa y se escuchan los gritos de Ascensión, la esposa de Salvador. Una vez dentro, Elena observa a Salvador, quien parece más enfermo que la última vez que lo vio. Durante la declaración, Salvador menciona que el fotógrafo de la empresa familiar fue quien mató a la gitana, pero Elena descubre que no había pruebas sólidas contra él y que Salvador añadió pruebas falsas. Además, Salvador confiesa que el asesino le dijo que había ayudado a la víctima a renacer. Elena se sorprende por esta revelación y le pide a Salvador que descanse.

Capítulo 60

En este capítulo, Elena se encuentra agotada y con la sensación de no poder llegar hasta su dormitorio por su propio pie. Mientras mira las fotos de la cámara, teme que aparezca el hombre con la cara picada de viruela. A pesar de esto, decide seguir mirando. En su duermevela, Elena ve los rostros de las personas que conoce, como Salvador Santos, su exmarido, Ismael Rivero y Miguel Vistas. Siente pena por Zárate por no haber podido defender a su maestro. Suena el timbre de la puerta y Elena cree que es Zárate, pero en realidad es Rentero quien entra. Rentero le pregunta por el interrogatorio a Santos y Elena le confiesa que está borracha por pena hacia él. Rentero le informa que Miguel Vistas será puesto en libertad vigilada y Elena le reprocha que no haya hecho nada para impedirlo. Rentero se defiende diciendo que es parte del acuerdo al que han llegado y que es una forma de vigilar si tiene algún contacto con un posible imitador. Elena se deja caer en el sofá y Rentero se sienta frente a ella. Hablan sobre su relación y Rentero le pregunta cuándo se mudará y avanzará en su vida. Elena no responde y cuando Rentero se va, ella abre los ojos y mira al techo.

Capítulo 61

En este capítulo, Elena llega al chalet de Sonia Macaya para informarle personalmente sobre la inminente liberación de Miguel Vistas. Sin embargo, nadie abre la puerta y Elena imagina a Sonia en un estado de desánimo. Finalmente, Capi abre la puerta y le informa a Elena que Sonia está en Moncloa, en un grupo de duelo. Elena se dirige allí y encuentra a Sonia, quien muestra tristeza al verla. En una habitación vacía, Elena le informa a Sonia que van a liberar a Miguel Vistas debido a una prueba falsa. Sonia se muestra devastada y teme que acusen a Moisés de ser el asesino de las niñas. Elena promete hacer todo lo posible para encontrar al verdadero culpable. Sonia agradece la ayuda de Capi y admite que se equivocó al apartar a Moisés de su familia. Elena reflexiona sobre la situación de Sonia y su dependencia de Capi mientras se dirige a la BAC.

Capítulo 62

En este capítulo, Miguel Vistas se encuentra en su último día de reclusión en la cárcel. Aunque le gustaría estar caminando en el patio, debe guardar reposo debido a los puntos de una cuchillada que recibió. Intenta suplir el ejercicio físico con la meditación, pero no logra concentrarse. Se da cuenta de que pensar en abstracto es diferente a hacerlo con intenciones prácticas y siente vértigo ante la segunda oportunidad que se le presenta. Decide hacer una meditación más ligera para repasar los siete años de su vida en prisión y despedirse de todo. Luego, se dirige al taller de fotografía donde el Caracas, un compañero de prisión, está llevando la sesión de fotos. Miguel se despide de él, pero se da cuenta de que el Caracas ha buscado nuevas compañías y ya no le importa lo que diga. A pesar de esto, Miguel le agradece por haber sido un apoyo constante. Finalmente, se toma una foto con el Caracas como recuerdo y se despide. En su celda, se quita el apósito de la herida y la herida sigue cicatrizando. A las diez de la noche, empieza a pensar que el juez se ha olvidado de él, pero a las doce menos cuarto, un funcionario le informa que puede salir de la cárcel. Miguel no tiene nada que recoger y su abogado, Masegosa, lo está esperando afuera. Miguel le pide que lo lleve al centro para ver gente normal.

Capítulo 63

En este capítulo, Zárate busca a Elena en el karaoke, pero ella no tiene ganas de cantar. Elena lo deja en el umbral de su casa y entra al salón, donde encuentra la mesa llena de fotos del caso. Zárate la sigue y Elena compara las fotos de las hermanas gitanas. Zárate reta a Elena a mirarlo a la cara y ella finalmente lo hace. Zárate le pregunta por qué se prestó a los intereses de Rentero y Elena responde que no lo hizo. Zárate le reprocha su fijación por Salvador Santos y Elena explica que lo hace porque hizo mal su trabajo y falsificó una prueba. Zárate defiende a Santos porque fue como un padre para él, pero Elena le revela que se dio cuenta de que Zárate le robó un sobre con información del caso de Lara. Zárate se sorprende y Elena le explica que eso la llevó a descubrir un agujero en la investigación. Zárate acusa a Elena de haberlo seducido para luego dejarlo vía libre, pero ella le dice que no tuvieron nada que ver una cosa con la otra. Zárate le reprocha que no fue sincera con él y Elena le responde que así descubrió el agujero en la investigación. Zárate le dice que podrían haber pensado juntos la mejor forma de resolverlo, pero Elena le dice que él estaba obsesionado con proteger a Santos. Zárate menciona la detención de Camilo y Elena le muestra una foto de él en la cárcel, destacando su brazo amputado. Elena le dice a Zárate que ya no está en el caso y él se niega a irse sin una explicación. Elena le explica que lo echó porque robó un dosier para proteger a un policía corrupto y ella no tolera irregularidades en su trabajo. Zárate se va sin decir nada y Elena se sirve un vaso de grappa. Luego, Elena observa una foto de Camilo y nota un tatuaje de una serpiente en su pecho. Luego, mira las fotos de las autopsias y nota que las incisiones en el cráneo son circulares, al igual que los círculos en las fotos de Miguel. Elena se da cuenta de que hay círculos por todas partes y mira las incisiones en el cráneo de las gitanas, también en forma de círculos.

Capítulo 64

En este capítulo, Elena visita el piso de Camilo Cardona en Vallecas. Camilo vive con dos compatriotas y tiene una habitación decorada con imágenes religiosas y símbolos del mitraísmo. Elena nota un tatuaje de una serpiente en el pecho de Camilo y le pregunta por qué se lo quiere quitar. Camilo le muestra su habitación, donde tiene una serpiente como mascota. Explica que la serpiente es un símbolo de su religión y que se lo tatuó por influencia de su compañero de celda, Miguel Vistas. Camilo admira a Miguel, pero se arrepiente de haberse involucrado en el mitraísmo debido a la reacción negativa de sus amigos. Elena se va y llama a Mariajo para investigar sobre el mitraísmo y el simbolismo de la serpiente, ya que cree que han liberado a un asesino.

Capítulo 65

En este capítulo, Mariajo explica que el mitraísmo es una religión persa anterior al cristianismo que adora a un dios solar. Menciona que el cristianismo tomó prestados algunos elementos de esta religión, como la idea de la salvación y la celebración del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre. Sin embargo, Buendía señala que no hay textos escritos sobre el mitraísmo, solo pruebas escultóricas y arqueológicas, como unas tablas encontradas en Turquía hace cien años.

Luego, discuten si hay alguna relación entre el mitraísmo y los asesinatos de las hermanas gitanas. Buendía afirma que solo un loco podría hacer esa asociación y explica que el animal sagrado del mitraísmo es el toro, que es capturado y sacrificado por Mitra para dar vida. Mariajo menciona que la serpiente que se muerde la cola simboliza la principal creencia de esta religión, que destruye la vida para regenerarla.

Elena murmura una frase relacionada con la serpiente y Mariajo y Buendía reconocen que es una frase que un sospechoso en el caso Lara dijo. Discuten si fue Vistas o Macaya quien la dijo y concluyen que fue Vistas, quien tenía una obsesión por el mitraísmo.

Mariajo se sorprende de que alguien pueda predicar una religión que desapareció hace más de quince siglos, pero Buendía señala que cualquier persona puede predicar una religión muerta. Elena menciona que los gusanos se alimentan de un cadáver, lo cual tiene relación con lo que le han contado, y Buendía encuentra una posible relación entre el mitraísmo y los gusanos en un método de tortura antiguo llamado escafismo, utilizado por los persas.

Buendía explica que el escafismo consistía en meter al prisionero en una caja con cinco agujeros, donde las moscas eran atraídas por la miel untada en el cuerpo del prisionero y las larvas se comían vivo al prisionero a través de una herida abierta. Mariajo ironiza sobre esta información y Buendía menciona que el asesino ha hecho algo similar con los gusanos.

Elena se da cuenta de que ha visto el símbolo del uróboros en algún lugar y Mariajo señala que lo vio en el tatuaje de Camilo. Elena recuerda que también lo vio en un libro en casa de Jáuregui y Buendía menciona que también ha visto ese símbolo en los cadáveres. Elena concluye que las incisiones circulares en los cadáveres son la marca del asesino.

Capítulo 66

En este capítulo, Chesca y Orduño llegan al barrio de Cuatro Caminos siguiendo la orden de la inspectora Blanco. Montan una vigilancia en el portal mientras esperan a Elena, quien llega acompañada de Buendía. Elena decide subir al piso de Jáuregui junto a Buendía, dejando a Chesca y Orduño de guardia por si el abogado intenta escapar. Jáuregui abre la puerta sudando y con un aspecto descuidado. Elena nota su estado emocional tenso y se pone en guardia. Dentro del piso, encuentran desorden y libros sobre temas religiosos antiguos. Elena muestra interés en un libro con un dibujo de un uróboros en el lomo y Jáuregui explica que es un símbolo misterioso de tres mil años de antigüedad. Jáuregui se ausenta momentáneamente para ponerse zapatos y Elena y Buendía aprovechan para examinar más libros. Elena sospecha que Jáuregui pudo haber encargado los libros y no haberlos encontrado por casualidad. Jáuregui regresa y les propone que se queden en su casa mientras él sale a hacer un recado. Elena se muestra sorprendida y duda de quedarse sin una orden judicial. Buendía le dice que Jáuregui les ha dado una pista al mencionar la cocina. Elena llama a Orduño para informarle de la situación y le pide que siga a Jáuregui. Buendía encuentra una placa de Petri en la cocina con restos de huevo y carne picada, y una neverita con un regulador de temperatura que coincide con las necesidades del gusano "barrenador" encontrado en los cadáveres. Elena llama a Orduño nuevamente para pedirle que detenga a Jáuregui, pero Orduño le informa que Jáuregui se ha entregado en la comisaría de Tetuán y confiesa ser el asesino de las hermanas Macaya.

Capítulo sin nombre 71

En este capítulo, el niño está muriendo y su cuerpo está lleno de gusanos. Aunque ha perdido interés en el perro, se fascina con los gusanos que están destruyendo su pie. Su mente confunde el sueño con la realidad y recuerda momentos felices con sus padres. Encuentra un flotador con una serpiente dibujada y cree que es la madre de los gusanos. A medida que pasa el tiempo, su respiración se debilita y se desmaya. A través de un sueño ligero, oye a alguien entrar y desmayarse antes de verlo. Intenta preguntar por Victoria, pero no puede hablar. Una mujer promete que se pondrá bien y el niño lamenta que le hayan limpiado la herida y extraña la sensación de los gusanos en su cuerpo.

Capítulo 67

En este capítulo, la inspectora Blanco está interrogando a Antonio Jáuregui, quien confiesa haber matado a las dos novias gitanas, Lara y Susana. Jáuregui revela que estaba obsesionado con Lara y la seguía constantemente. Cuando vio que se iba a casar con otro hombre, decidió matarla. Luego, esperó a que Susana creciera y se pareciera a su hermana para secuestrarla y asesinarla también. Sin embargo, la inspectora Blanco no está convencida de que Jáuregui sea el asesino de Susana, ya que hay diferencias entre las muertes de las dos hermanas. A pesar de la confesión, Blanco busca pruebas que confirmen sus sospechas y descubrir el motivo detrás de los asesinatos. Durante el interrogatorio, Blanco descubre que Jáuregui no le dio diazepam a Lara, lo que indica que no fue el responsable de su muerte. Los compañeros de Blanco también se dan cuenta de que Jáuregui solo es culpable de la muerte de la hermana menor. Finalmente, Blanco decide detener nuevamente a Miguel Vistas, ya que sospecha que él es el verdadero asesino de Lara.

Capítulo 68

En este capítulo, Miguel Vistas y Elena están esperando en un coche cerca de la plaza de Castilla para recibir la noticia de la detención del asesino de Lara Macaya. Chesca entra en los juzgados acompañada por otros agentes, mientras que Orduño se queda en el coche con Elena. Orduño confiesa que todos pensaban que Miguel Vistas era inocente debido a las similitudes entre el asesinato de Susana y el de Lara. Elena defiende a Zárate, quien creía que Vistas era el asesino para proteger a Salvador Santos. Orduño y Elena discuten sobre la fabricación de pruebas y la línea entre el bien y el mal. Elena se siente culpable por no estar al tanto de la vida de sus compañeros. El teléfono suena y Chesca informa que Miguel Vistas no ha aparecido. Elena y Orduño se dirigen a la dirección donde se supone que está Vistas, pero descubren que ha abandonado su defensa y ha desaparecido. Vistas los observa desde la distancia. Elena ordena a Orduño que abra la puerta de la casa, pero encuentran el lugar vacío y cajas similares a las encontradas en la casa de Antonio Jáuregui. Elena decide interrogar nuevamente a Jáuregui y llama a Chesca para que venga a la casa y obtenga más información.

Capítulo 69

En este capítulo, la inspectora Blanco y Elena se preparan para interrogar a Jáuregui, quien está esposado a la mesa por temor a que intente hacerse daño. Elena le pregunta a Blanco si pueden apagar las cámaras y ella accede, pero pide que se grabe en audio. Elena comienza el interrogatorio amenazando a Jáuregui con revelar su crimen a todos en la cárcel y hacer que sufra las consecuencias. Jáuregui confiesa que mató a Susana, pero niega haber matado a Lara. Elena le muestra la pistola y le dice que tiene derecho a tratarlo como quiera. Jáuregui se queda callado y Elena planea enviarlo a la cárcel del Puerto de Santa María, donde será juzgado por matar a una joven gitana. Buendía y Mariajo observan el interrogatorio y notan que Elena está actuando de manera diferente. Jáuregui confiesa que su hijo es Carlos Rodríguez Velasco, conocido como el Caracas, compañero de Vistas. Jáuregui revela que Vistas lo amenazó y le pidió que matara a Susana para que se reabriera su caso. Elena se queda callada y Mariajo menciona a Lucas. Jáuregui confiesa que no sabe dónde está Vistas y que solo tienen la dirección del piso que alquiló para él.

Capítulo 70

En este capítulo, los miembros de la Brigada de Análisis de Casos descubren que hay dos asesinos de las hermanas y conocen sus nombres. Sin embargo, no están satisfechos hasta que Miguel Vistas regrese a prisión. Elena Blanco ha interrogado a Jáuregui y ha obtenido información sobre el piso en Manoteras donde se supone que estuvo Vistas. Chesca y Orduño han examinado el piso y encuentran cajas vacías similares a las encontradas en la casa del abogado. Llegan a la conclusión de que Vistas planea cometer más asesinatos. Orduño muestra una foto antigua de una iglesia y sospecha que Vistas puede estar relacionado con ella. Mariajo escanea la foto y encuentra siete resultados que coinciden con la descripción de la iglesia. Descubren que Vistas tiene vínculos con La Serna del Monte, un pueblo cerca de Madrid. El párroco del pueblo les cuenta la historia de la familia Vistas y cómo el niño fue abandonado en un galpón y sufrió abusos. Elena decide buscar a Victoria o Virginia Vistas, una prima que abandonó al niño. Todos visitan la casa de los Vistas y encuentran una nave abandonada donde el niño fue encerrado. Elena ordena abrir un armario metálico en la nave y encuentran DVDs, discos duros y videos antiguos. Deciden llevar todo para su análisis.

Capítulo 71

En este capítulo, Miguel se encuentra en un autobús junto a una señora que le pregunta si los gusanos que lleva son de seda. Miguel le responde amablemente y menciona que en Madrid es difícil conseguir morera, la comida favorita de los gusanos. Miguel tiene como objetivo vengarse de su prima Victoria, quien lo abandonó en una nave cuando era niño. Después de años de búsqueda, Miguel finalmente la encontró en prisión a través de un comentario en un foro de agricultores. Miguel se baja del autobús en Aliaga, donde Victoria vive, y entra en un servicio para quitarse el zapato y mostrar su pie herido. Recuerda cómo su vida cambió después de "aquello" y cómo se convirtió en un niño tímido y solitario. Miguel creció en Madrid y se convirtió en fotógrafo, conociendo a Lara, la hija de Moisés Macaya. Miguel se enamora de Lara, pero ella se burla de él y lo rechaza. Durante una sesión de fotos, Miguel decide que Lara será su próxima víctima. La secuestra y la mantiene cautiva durante una semana, alimentándola con gusanos hasta que muere. Miguel es perseguido por un policía llamado Salvador Santos y termina en la cárcel. Después de organizar un plan para salir de la cárcel, Miguel finalmente llega a la casa de Victoria en Aliaga. Entra en la casa y se sienta en el salón, esperando pacientemente a que Victoria regrese. Cuando ella entra con una caja de tomates, Miguel la saluda y le pregunta si se acuerda de él. Victoria se sorprende y deja caer los tomates al suelo, sin darse cuenta de lo que le espera.

Capítulo 72

En este capítulo, Elena Blanco se dirige al comisario Rentero para discutir sobre el caso de Miguel Vistas. Elena le informa que Vistas es el asesino de Lara y el inductor del asesinato de Susana, y que Jáuregui solo fue utilizado para llevar a cabo el trabajo. Elena le pide a Rentero que ayude en la búsqueda de Vistas, ya que cree que hay una mujer en peligro, la prima del padre de Vistas. Sin embargo, Rentero muestra escepticismo y se niega a ayudarla.

Después de la conversación, Elena recibe una llamada de Mariajo, quien le informa que ha encontrado algo en los DVD de la nave de La Serna. Elena se dirige rápidamente a la brigada y descubre que las imágenes son espantosas, mostrando torturas salvajes a un niño. Mariajo le explica que estas imágenes están relacionadas con la Red Púrpura, una banda que trafica con vídeos snuff en la Deep Web, y que Vistas estaba involucrado en ella.

Elena se siente impactada por las imágenes y corre al baño para vomitar. Mientras tanto, Mariajo se pregunta por qué ella no se siente tan afectada por la crueldad humana. Cuando Mariajo regresa a la sala, descubre que Elena ha desaparecido junto con los discos que contenían las imágenes terribles.

Capítulo 73

En este capítulo, Elena Blanco llega a la Colonia de los Carteros y busca hablar con Salvador Santos, pero Ascensión se niega a dejarla entrar. Elena intenta disculparse por sus acciones y le explica que Miguel Vistas está a punto de matar a alguien y Salvador es el único que sabe dónde está. Sin embargo, Ascensión no quiere saber nada más del asunto y se niega a ayudar. Elena se va sintiéndose vengada por Ascensión, pero también preocupada por Victoria Vistas, quien es una víctima colateral en todo esto.

Luego, Elena regresa a su casa y pasa varias horas viendo los discos que se llevó de la BAC, donde encuentra imágenes de niños secuestrados. En uno de los discos dañados, cree reconocer a su hijo. Esto la lleva a obsesionarse y decide encontrar a Miguel Vistas para obtener respuestas sobre los videos. Sin embargo, se debate entre seguir las normas o traspasar límites para obtener la información que necesita.

Después de una noche de obsesión y reflexión, Elena decide volver a la Colonia de los Carteros para hablar con Salvador. Ascensión la deja entrar y Elena intenta obtener información sobre Victoria Vistas. Aunque Salvador parece estar en su propio mundo, finalmente menciona el nombre de Victoria y dice que se refugió en un lugar. Sin embargo, no puede recordar dónde vive exactamente. Elena se siente frustrada y sucia por no poder obtener la información que necesita.

Al salir de la casa de Salvador, Ascensión la llama y la invita a entrar de nuevo. Resulta que Salvador ha comenzado a repetir el nombre "Aliaga". Elena se acerca y escucha a Salvador susurrar el nombre. Esto llena de esperanza a Elena, ya que podría ser una pista para encontrar a Victoria. El capítulo termina con Salvador sonriendo y lágrimas de felicidad en sus mejillas.

Capítulo 74

En este capítulo, Elena se dirige a Aliaga en busca de Victoria Vistas, quien puede tener información sobre la Red Púrpura y el niño que podría ser su hijo. Aunque tiene prisa, Elena decide parar a comer en una gasolinera. Luego, llega a Aliaga y pregunta por Victoria en un bar. La camarera le indica dónde vive y Elena se dirige hacia allí. Alrededor de la casa, Elena encuentra un todoterreno, un tendedero, un cobertizo y un pequeño huerto. Luego, Elena descubre una segunda puerta de entrada a la casa y llama al timbre, pero nadie responde. Al asomarse por una contraventana, Elena ve a Victoria atada y amordazada. Decide entrar por la puerta principal, pero es golpeada en la sien y pierde el conocimiento. Cuando despierta, está atada y amordazada frente a Victoria, quien está siendo torturada por Miguel Vistas. Elena intenta buscar una forma de escapar y encuentra su pistola en una estantería. Sin embargo, Miguel regresa a la habitación y la golpea nuevamente, dejando las esposas junto a la pistola.

Capítulo 75

En este capítulo, Zárate se encuentra frustrado con su trabajo en la comisaría de Carabanchel, especialmente con la tarea de firmar autorizaciones para que los hijos de padres separados puedan viajar al extranjero. Mientras realiza esta tarea, recibe una llamada de Mariajo, quien le pregunta por Elena, ya que no ha dado señales de vida y están preocupados por ella. Zárate le dice que no sabe nada y cuelga, arrepintiéndose de su actitud borde. Decide ir al bar y al karaoke frecuentados por Elena, pero nadie sabe nada de ella. Luego, se dirige a la BAC, donde Mariajo le informa sobre los avances en el caso de Miguel Vistas y los vídeos snuff que se difunden en la Deep Web. Zárate le pide los informes para estudiarlos. Luego, Zárate va a hablar con Rentero, quien le cuenta que Elena estaba preocupada por encontrar a Miguel Vistas y le pidió el expediente de Salvador Santos, pero él se lo negó. Zárate le pide acceso al expediente, pero Rentero se niega. Zárate regresa a casa y considera la posibilidad de robar el expediente, pero se da cuenta de que sería una acción arriesgada. Finalmente, se consuela pensando que Elena aparecerá al día siguiente con una resaca y decide dormir.

Capítulo 76

En este capítulo, Elena se despierta atada de pies y manos en una casa aislada en el campo. Miguel Vistas está untando miel en el cuerpo de Victoria mientras un enjambre de moscas revolotea a su alrededor. Elena intenta resistirse, pero Miguel la amenaza con ponerle miel también. Elena planea atacar a Miguel, pero no logra hacerlo y él continúa con su macabra tarea. Luego, Miguel saca un cuchillo y le clava en el dedo gordo del pie a Victoria. Elena se da cuenta de que Miguel actúa por venganza y no tiene intención de matarla todavía. Miguel luego se prepara para afeitar a Elena, quien se resiste pero es sometida por él. Después de afeitarse, Miguel comienza a trazar un círculo en el cuero cabelludo de Elena con el cuchillo. Ella lucha desesperadamente, pero Miguel la golpea y la deja aturdida. Justo cuando Miguel está a punto de atacarla con el cuchillo, Zárate aparece y lo enfrenta. Miguel logra escapar y Elena le pide a Zárate que lo persiga, ya que cree que él puede tener información sobre su hijo. Zárate sale en busca de Miguel, pero cae en una trampa y es amenazado con un cuchillo. Mientras tanto, Elena se libera y sale al exterior con una pistola. Ella apunta a Miguel y le exige que suelte el arma. Miguel le propone un trato: él le contará lo que sabe sobre su hijo a cambio de su libertad. Elena acepta, pero antes de que Miguel pueda decir algo, ella le dispara en el pecho. Elena intenta ayudarlo, pero Miguel se clava el cuchillo en el abdomen y muere. Elena y Zárate quedan desolados ante la escena.

Capítulo 77

En este capítulo, Elena Blanco reflexiona sobre la extrañeza de la vida mientras está sentada en la terraza de un bar. Aunque el día es hermoso, su mente está llena de imágenes siniestras y perturbadoras. Juanito, el camarero, le sirve el café y ella aprecia su inocencia y dulzura. Elena lleva un pañuelo en la cabeza para ocultar que le han rapado el pelo y dibujado un uróboros en el cráneo. Ha estado asistiendo a un grupo de duelo donde ha encontrado a Sonia Macaya, quien ha sido un ejemplo de fortaleza para ella. Impulsada por estas reflexiones, Elena decide ir al karaoke esa noche, pero finalmente decide quedarse en el bar. En ese momento, Zárate entra y le informa que Victoria Vistas ha fallecido. Elena recuerda haber visitado a Victoria en el hospital y sentir una conexión especial con ella. Zárate revela que Salvador Santos habló con Victoria y que ella se negó a testificar en su contra. Elena le pregunta a Zárate si robó el expediente de Salvador para encontrarla, y él admite haberlo hecho. Zárate le confiesa a Elena que quiere unirse a la Brigada de Análisis de Casos y ella brinda por su incorporación. Sin embargo, Elena rechaza la propuesta de Zárate de ir a su casa y decide irse sola. Antes de despedirse, Zárate le pregunta si saben algo sobre su hijo y ella le dice que lo espera en la brigada al día siguiente.

Capítulo 78

En este capítulo, Elena Blanco se aleja del bar y camina rápidamente hacia su casa en la plaza Mayor. Prefiere atravesar la plaza deprisa para evitar a los camareros que la invitan a tomar algo en las terrazas. Sin embargo, antes de subir las escaleras de su casa, siente que tiene algo pendiente y decide enfrentarlo ese mismo día.

Elena sale de nuevo y camina por la calle Mayor hasta llegar a la Puerta del Sol. Se sorprende por la cantidad de gente que se cruza en su camino y tiene la sensación de que Madrid se está convirtiendo en una ciudad del tercer mundo, donde la gente vive cada vez más en la calle. Continúa su camino por la calle Alcalá hasta llegar a Barquillo, donde se extraña al no encontrar a Ramiro en el portal del edificio de la brigada.

En su lugar, encuentra a otro hombre de unos cincuenta años, posiblemente otro antiguo policía. El hombre la deja pasar y Elena sube a la cuarta planta, donde se encuentran las oficinas vacías. Sin nadie que se lo impida, Elena coge las cintas de la Red Púrpura y se mete en una sala de visionado.

Las imágenes que ve en las cintas son insoportablemente violentas, con niños gritando y pidiendo ayuda desesperadamente. Elena se fija en un niño pixelado que no es su hijo, pero lo mira durante horas todos los días. Sabe que si sigue por ese camino, se volverá loca.

En la pantalla, ve a un hombre enmascarado violando a una niña, pero pasa rápidamente, ya que es algo que se encuentra en muchas de esas grabaciones. Muchas veces son padres que violan a sus propios hijos o niños cuyas madres los han ofrecido para grabar esos vídeos asquerosos a cambio de dinero. Elena reflexiona sobre cómo estos niños pueden pensar que esa es la vida normal y que podrían repetirlo cuando crezcan.

De repente, recibe un mensaje en su móvil que resulta ser un vídeo. Al abrirlo, se da cuenta de que es su hijo Lucas, quien desapareció hace casi nueve años cuando tenía cinco. Lucas le dice que deje de buscarlo y le muestra una habitación donde hay una adolescente atada a una silla y un hombre con la cara picada de viruela, el mismo hombre que Elena ha estado buscando durante años.

Lucas amenaza a Elena y le hace un corte en la frente a la chica atada. Elena no detiene el vídeo y sigue viendo las torturas hasta el final. Sabe que tiene que encontrar a su hijo y detener todo esto.

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